Revista Masónica

NÚMERO 7 Y 8 / VERANO
VERAN O 2020 2020
 Revista Masónica

INDICE
01 Editorial

02 Declaración de las Grandes Potencias integrantes de la VI Zona de la

Confederación Masónica Interamericana (CMI)

04 Sesquicentenario de la Fundación del Supremo Consejo del Grado XXXIII y

último para la República de Chile

10 La desaparición de los rituales. La obra de Byung Chul Han desde la

mirada del Primer Grado

16 Liturgia del Primer Grado

25 Análisis Simbólico de nuestro Ritual Fúnebre

45 Arte en Masonería. Jan Sibelius

COLABORACIONES DIRECTOR
Revista Masónica abre sus páginas a la Víctor Veloso Henríquez
colaboración de los QQHH, cuyos aportes COMITÉ EDITORIAL
serán evaluados por parte del Comité Edi- Mario Cuadra Gómez
torial en función de su calidad, originalidad Jorge Dawabe Nassar
y tópicos, preferentemente orientados José Carrasco Gutiérrez
a los aspectos iniciáticos, simbólicos y Marcio Isamitt Danitz
ritualisticos que sean un aporte a la for-
mación masónica de nuestros miembros. DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Alejandra Machuca Espinoza
Revista Masónica se reserva el derecho
de corregir los textos para su mejor pre- REPRESENTANTE LEGAL
sentación y resumirlos para ajustarse al Sebastián Jans Pérez
espacio disponible. Marcoleta 659 - Santiago
Los trabajos se dirigirán en formato digital
que permita su intervención al correo: Las bibliografías de algunos trabajos, están
director.rev.masonica@granlogia.cl. disponibles en la Dirección de la Revista,
para los Hermanos que se interesen.
La extensión no debiera superar las 2.000
palabras (13.000 carácteres).
REVISTA MASÓNICA DE CHILE
Se deja constancia que el contenido de
Fundada en septiembre de 1923
la publicación no necesariamente implica
que las ideas en él expuestas correspon- Año XCVIII
dan a la opinión del Gobierno Superior Edición 7-8 Año 2020 / VERANO
de la Orden. director.rev.masonica@granlogia.cl

La Revista invita a los
QQHH con dotes artísticas
para que nos hagan llegar
creaciones gráficas relativas
a la simbología de Primer
Grado, las que podrán ser un
INVITACIÓN
valioso insumo para ilustrar
las planchas que publique
la revista. Las características
técnicas de los trabajos son
las siguientes:
Tamaño: 19.4 cm ancho x
27,2 cm alto (si la imagen es
a página completa).
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Definición: 300 dpi.
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VE R A NO 2020
 Revista Masónica
EDITORIAL
No cabe la menor duda que he-
mos vivido un año muy difícil. Tanto o más
que otros, en el que nuestra Orden ha sido
puesta a prueba y, ciertamente, a cada uno
de nosotros. Hemos estado sometidos a
condiciones extremas, con exigencias que
han llegado a límites, otrora, impensados.
Sin embargo, tales requerimientos han
dejado en claro que la francmasonería ha
sido capaz de enfrentar tales problemas
–para lo cual ni siquiera es necesario re-
cordar nuestros rituales– los que han sido
encarados recurriendo a la fortaleza de sus
fundamentos, a la creatividad y al impulso
renovador que anida en nuestra formación
iniciática.
La francmasonería chilena, como toda
organización humana, ha pasado en su
devenir histórico por infaustos y dolorosos
acontecimientos, de los cuales siempre ha
salido fortalecida, como si en la adversidad
encontrara renovados estímulos.
Por eso, y en cierto modo, éste ha sido
un año de aprendizajes: nuevas formas
de relacionarnos, utilizar otros lenguajes,
aprovechando los recursos tecnológicos, lo
que ha permitido que los trabajos masóni-
cos se mantengan vigorosamente activos,
dentro de las inevitables restricciones a que
nos ha obligado la contingencia sanitaria.
Incuestionablemente no es posible reem-
plazar el trabajo iniciático realizado en lo
sacro de nuestros templos, ni la práctica
directa de la fraternidad; sin embargo, aquel
lo mantenemos vivo en nuestros templos
interiores, y ésta otra, imperfectamente,
compartiendo vivencias y experiencias a
través de las plataformas telemáticas.
También, y con la mayor importancia,
es nuestra relación con la comunidad de la
que formamos parte. La Orden no es una
espectadora pasiva de la sociedad. Su altura
espiritual hace que sea necesariamente un
apreciado y respetado referente moral; y eso
1
VERAN O 2020
nos obliga a desplegar una participación
constructiva, sobre todo ante las actuales
circunstancias que afligen el acontecer social.
Se trata por cierto de una tarea en
extremo compleja, pero que la francma-
sonería acepta, respaldada por el poder
de sus principios, tanto desde la vertiente
institucional como la de cada uno de sus
miembros.
La Orden puede entregar claras orien-
taciones en los diversos aspectos de esta
misión que, en lo esencial, se enfocan
a: contribuir a restablecer las confianzas
entre las personas y hacia las instituciones
que forman parte del medio social, exaltar
el respeto que nos debemos unos a otros,
ayudar a reparar las fracturas evidentes que
se detectan en las estructuras sociales, de-
nunciar los negativos efectos de la polariza-
ción y las descalificaciones que enturbian el
debate público. En fin, propender a que los
cimientos de nuestra morada común sean
fundados en terreno firme desde el cual se
puedan generar las condiciones necesarias
para construir un futuro consensuado por
todos y para todos.
Para enfrentar estos desafíos, la maso-
nería tiene un variado repertorio de herra-
mientas. Las más importantes se expresan
en las virtudes. No se trata de exponerlas
a través de una prédica dogmática, ni
mediante puntos de vista encerrados en
teorías carentes de sensibilidad. Basta el
puro ejemplo de vida, mostrando en todo
momento con serenidad, mesura, acabada
comprensión y entendimiento. En suma, la
práctica de nuestras antiguas pero siempre
vigentes, aunque a veces lastimosamente
olvidadas: la fraternidad y la tolerancia.
Ayudemos a pacificar los espíritus…
Víctor Veloso Henríquez
DIRECTOR
 Revista Masónica
DECLARACIÓN DE LAS GRANDES POTENCIAS
INTEGRANTES DE LA VI ZONA DE LA
CONFEDERACIÓN MASÓNICA
INTERAMERICANA (CMI),
PARA ENFRENTAR
LAS CONSECUENCIAS
DEL CAMBIO CLIMÁTICO QUE
AFECTA A LA HUMANIDAD
Santiago, 12 de diciembre de 2020
Los Grandes Maestros que suscri-
ben, convocados – virtualmente – por la
Gran Logia de Chile, para analizar durante
la “Semana del Clima 2020”, las consecuen-
cias del cambio climático - al cumplirse el
quinto aniversario del llamado “Acuerdo de
Paris” - declaran lo siguiente:
- Durante los días 7 al 12 de diciembre
hemos participado de interesantes estu-
dios, reflexiones y análisis de reconocidos
profesionales y científicos internacionales,
sobre las conclusiones y consecuencias
contenidas, principalmente, en los objetivos
del “Acuerdo de Paris”, del año 2015, donde
se llama a la comunidad internacional a
adoptar políticas y medidas que impidan las
interferencias antropogénicas – o derivadas
de las acciones del ser humano - riesgosas
para el sistema climático que contribuyan a
implementar las acciones e inversiones ne-
cesarias para un futuro sostenible con bajas
emisiones de carbono y resiliente al clima.
- Destacamos, dentro de los desafíos
éticos que fueron planteados durante la
“Semana del Clima 2020”, la importancia de
actuar con visión de largo plazo, en la que
prime la equidad intergeneracional de tal
2
VE R A NO 2020
forma de procurar un futuro que no ponga
en riesgo a las próximas generaciones. Asi-
mismo, somos conscientes de los impactos
desproporcionados que conlleva el cambio
climático, afectando de mayor forma a la
población más vulnerable, siendo necesario
relevar aquellas acciones climáticas que
promuevan la justicia ambiental y climá-
tica. Frente a estos desafíos, la Masonería
contribuirá a través de la reflexión ética, al
igual que en la promoción de soluciones que
contribuyan a la restitución del equilibrio
que se ha perdido en las distintas esferas de
la humanidad, tanto en lo ambiental, como
en los social y económico.
- Coincidimos en que nos encontramos
ante una emergencia climática global, que
pone en riesgo a las personas, ecosistemas
y medios de subsistencia, derivada de las
significativas consecuencias que representa
un aumento de la temperatura por sobre 1,5º
C; señalando la necesidad de actuar ahora,
con sentido de urgencia que ello demanda.
- Ratificamos una vez más, que la
Masonería, en tanto institución universal
esencialmente ética, filosófica e iniciática
que asume al humanismo como piedra an-
 Revista Masónica
- Coincidimos en que nos encontramos ante una emergencia climática global, que pone
en riesgo a las personas, ecosistemas y medios de subsistencia, derivada de las significa-
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“Convención Marco de las Naciones Unidas de Brasil (GOB).
sobre Cambio Climático”, y especialmente a • VH Sebastián Jans Pérez, GM de la Gran
través del Acuerdo de París. Colaborar con Logia de Chile.
las instituciones nacionales e internacionales • MRH Oscar de Alfonso Ortega, GM de la
en la medición y reducción de la Huella de GL de España.
Carbono y, fundamentalmente, a participar • MRH Edgar Sánchez Caballero, GM de la
en Programas de Capacitación y Educación GL Simbólica del Paraguay.
Ética que permitan cambiar conductas en • MRH Carlos Víctor Grados Lau, GM de la
la sociedad para evitar – de esta manera - Gran Logia de los Antiguos, Libres y Acep-
un colapso de nuestro sistema ambiental, tados Masones del Perú.
social y económico, como consecuencia • MRH Armindo Acevedo, GM de la GL de
del impacto del cambio climático. Portugal.
• MRH José Garchitorena, GM de la GL de
- Finalizamos nuestra Declaración, la Masonería del Uruguay y Presidente de
reiterando los conceptos del Articulo Nº12, la VI Zona de CMI.

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VERAN O 2020
 Revista Masónica

“SESQUICENTENARIO
DE LA FUNDACIÓN DEL
SUPREMO CONSEJO
DEL GRADO XXXIII
Y ÚLTIMO PARA LA
REPÚBLICA DE CHILE”
Discurso del V... H... Sebastián Jans Pérez,
Gran Maestro de la Gran Logia de Chile

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado (R...E...A...A...) es un sistema de docencia masónica

que comprende 33 grados, que se distribuyen en dos ramas conocidas como Simbolismo
y Escocesismo (Masonería Escocesa o Masonería Filosófica) y que abarcan los grados de
aprendiz, compañero y maestro, la primera; y los grado IV al XXXIII la segunda rama.

En la Jurisdicción de la República de Chile, la Autoridad Central del Simbolismo es la Gran

Logia de Chile, en tanto el Escocesismo tiene como única Autoridad al Supremo Consejo de
los Soberanos Grandes Inspectores Generales del Grado XXXIII.

La relación entre ambos Altos Cuerpos Masónicos se encuentra establecida y regulada

por un Tratado de Paz y Amistad, que forma parte de sus respectivos documentos
reglamentarios.

El pasado 15 de octubre de 2020, con motivo de cumplirse 150 años desde la creación
del Supremo Consejo para Chile, la Gran Logia rindió un solemne homenaje, en reunión
telemática, con una nutrida asistencia de hermanos de todo el país. A continuación Revista
Masónica transcribe el discurso pronunciado por el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile,
Venerable Hermano Sebastián Jans Pérez.

4
VE R A NO 2020
 Revista Masónica
Sebastián Jans Pérez
Gran Maestro
Gran Logia de Chile
Al iniciar mis palabras, Soberano
Gran Comendador, I... P... H... Álvaro Pulgar
Gallardo, os entrego, mi querido Maestro,
el más fraterno saludo de la Gran Logia
de Chile, para vos y cada uno de los
miembros del Supremo Consejo, en este
Sesquicentenario de la fundación del
Supremo Consejo del Grado XXXIII del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la
República de Chile, acontecimiento primero
de la institucionalización de una Masonería
de perfeccionamiento del Grado Tercero,
que tiene sus raíces en las Constituciones
de 1762 y 1786, es decir los estatutos y
reglamentos redactados en Burdeos, que
luego fueron modificados, estableciendo
los 33 grados del R... E... A... A... bajo un
Consejo de Soberanos Grandes Inspectores
Generales.
Lo que recordamos y celebramos esta
noche, es uno de los hechos más relevantes
en la historia de la Masonería chilena. Se
5
VERAN O 2020
I... P... H... Álvaro Pulgar
Gallardo, 33°, Soberano
Gran Comendador del
Supremo Consejo para
la República de Chile
(2016-2020)
produjo apenas transcurridos ocho años
de la incipiente marcha de la Gran Logia
de Chile y cuando las primeras logias bajo
esa Obediencia comenzaban a construir las
primeras páginas de una Francmasonería
autónoma, radicada y soberana en el territorio
de la República de Chile.
Como producto de las gestiones
realizadas por el Q... H... Juan de Dios Merino
Benavente -tanto en Inglaterra, primero,
como luego en Chile-, el 8 de julio de 1870,
el recién constituido Supremo Consejo del
Grado XXXIII para la jurisdicción de la República
de Chile anunció al mundo masónico su
fundación, con Carta... Patente otorgada por
el Supremo Consejo de Inglaterra, Gales y
dependencias de Gran Bretaña, quedando,
integrado por los II... PP... HH... Juan de Dios
Merino Benavente, Pluncket Bourchier,
Jorge H. Kendall, Francisco Javier Villanueva
Godoy, Juan de Dios Arlegui Gorbea y Benicio
Álamos González.
 Revista Masónica
El primer Soberano Gran Comendador
será el I... P... H... Juan de Dios Merino
Benavente, 33º, y notificada su instalación a
los Poderes Masónicos de América y Europa,
será reconocido por los Supremos Consejos
de la propia Inglaterra, de las Jurisdicciones
Norte y Sur de Estados Unidos, y por el Gran
Oriente de Francia.
El texto de la comunicación referida
señalaba que el Supremo Consejo de
Inglaterra había otorgado una Patente para
establecer un Supremo Consejo del mismo
Grado en Chile, invistiendo al I... P... H...
Merino de las facultades necesarias y que,
a consecuencia de ellas, se había formado
dicho Consejo con miembros honorables
de distintas nacionalidades.
El nuevo organismo obtendría el
inmediato patrocinio del Supremo Consejo de
Inglaterra y el establecimiento de relaciones
de amistad con éste, así como el favorable
pronunciamiento del Supremo Consejo de
la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de
Norteamérica, órgano madre de todos los
Supremos Consejos del mundo regularmente
constituidos.
Al respecto, el Supremo Consejo de
la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos,
comunicaría en 1871: “La Masonería en Chile
fue establecida hace tiempo por Logias
Simbólicas que trabajan bajo jurisdicción
extranjera en diferentes Ritos y dado,
finalmente, su paso hacia la unidad…
Habiendo adoptado como base para su
fundación, los sublimes principios de nuestra
Augusta Orden y para su Gobierno, las
Grandes Constituciones de 1762 y 1786…”.
La historia nos cuenta que lo que
ocurre en los años sucesivos no fue un
proceso exitoso. La idea paralela de crear
6
VE R A NO 2020
un Gran Oriente, como consecuencia del
establecimiento del Supremo Consejo,
creo condiciones antagónicas para que
el gobierno del R... E... A... A... pudiera
prosperar con éxito.
Debieron pasar al menos 27 años,
antes que un nuevo momento se diera,
para superar los problemas iniciales. El 28
de agosto de 1897, después de largos y
difíciles trámites, se procede a una nueva
instalación del Supremo Consejo del Grado
XXXIII para Chile, en el Templo Masónico
de Valparaíso, bajo la presidencia del I... P...
H... Eduardo de la Barra Lastarria.
Desde allí en adelante, el Supremo
Consejo comenzará a vivir episodios de
consolidación, década tras década, hasta
alcanzar sus máximos logros, al punto de
que, este año, a pesar de la pandemia,
se ha registrado un récord histórico de
insinuaciones al Grado IV.
Carácter de
la Masonería chilena
La Masonería del Rito Escocés Antiguo
y Aceptado se asienta en Chile con fuerza
irrefutable a partir del momento en que se
institucionaliza. Ello no es consecuencia
de un accidente. La Logia Madre de la
Masonería chilena, Unión Fraternal, lo
practicaba, y casi simultáneamente a su
fundación se formaba en Chile un Capítulo
Rosa Cruz, dependiente de la Logia L’Etoile
du Pacifique.
Meses antes de la fundación de la Gran
Logia de Chile, un grupo de miembros de
la masonería porteña formaron un Consejo
del Grado XXX, bajo el nombre de “Etoile du
Pacifique - Union Fraternelle”, dependiente
de Francia.
 Revista Masónica
Sin duda, el mérito más significativo para
ese logro recae en el I... H... Pierre-Antide
Martin, que debería ser reconocido como
un precursor del Escocesismo, merced a su
esfuerzo y persistencia para ir creando las
condiciones para un desarrollo capitular del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Las primeras décadas de la institucio-
nalización de la Gran Logia de Chile, per-
mitieron comprobar que, así como surgían
las primeras logias, bajo el impulso de las
cuatro logias fundadoras, así también se iba
consolidando la presencia del R... E... A... A...,
al punto de ir dando una identidad irrefutable
y distintiva al desarrollo masónico chileno,
bajo una mirada absolutamente desligada
de concepciones teológicas en el ejercicio
de la práctica masónica.
Ello exigía desde luego, que la
continuidad del proceso formativo de la
Maestría tuviera una capacidad institucional,
en la profundización del conocimiento del
sistema de enseñanza expresado en el R...
E... A... A... Ello es lo que debía aportar un
Supremo Consejo, que será la tarea que
asumió Juan de Dios Merino Benavente.
Si bien ese hito terminó frustrado
inicialmente, ello no inhibió el creciente
predominio del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, que fue consolidándose con el
paso del tiempo, al punto que la necesidad
de institucionalizar su proceso iniciático
debió retomarse a fines del siglo XIX, para
recuperar la fuerza y vigor necesarios a
partir de los últimos 100 años.
Es así como se ha establecido la unidad
del Escocesismo con la Gran Logia de Chile,
a través de un proceso que da identidad y
carácter a Masonería Chilena, con un sello
librepensador que fortalece las expresiones
7
VERAN O 2020
ciertas de un proceso iniciático bien
conceptuado y definido, correspondiéndole
el desarrollo primero y simbólico, a través
de los Grados de Aprendiz, Compañero
y Maestro, a la Gran Logia de Chile, y la
profundización del grado de Maestro al
Supremo Consejo, poder masónico que
regula un proceso formativo del Grado IV al
XXX, con la colaboración de los Grados XXXI
y XXXII, que también le son dependientes.
La fortaleza institucional que
aporta el Supremo Consejo
El masón, más allá de cualquier
definición, no nace, se hace. Es fruto de
un sostenido proceso de construcción y
autoconstrucción, que se inicia en la noche
de la Iniciación, y que solo culmina con la
muerte. Sin duda, la noche en que la venda
fue retirada de nuestros ojos, sólo otorga
la oportunidad de vivir la Iniciación y de
perseverar en la ruta de los hombres buenos
que trabajan en su perfeccionamiento y en
torno a los Grandes Principios que entrega
la Masonería para vivir la virtud.
Nadie es masón por el simple hecho
de pagar cuotas institucionales y ser parte
de un registro que le otorgue membresía.
Sólo puede reclamar la condición de masón,
aquel que trabaja en los conceptos éticos
formativos que le entrega el proceso mismo
de la iniciación, y que el R... E... A... A... le
configura gradualmente hasta el Grado
XXX, y que aún en los tres últimos -XXXI,
XXXII y XXXIII- , le sigue señalando como
una conminación hacia la virtud.
Así, desde sus orígenes mismos, el R...
E... A... A... , a través de su proceso gradual
conducido por el Supremo Consejo de los
Soberanos Grandes Inspectores Generales del
 Revista Masónica
Grado XXXIII, ha aportado solidez doctrinaria
y moral a toda la Masonería chilena, en un
proceso de complementación, con la Gran
Logia de Chile, que ha permitido tener una
Masonería Única e Indivisible.
En estos 150 años, la Masonería del
R... E... A... A... ha sido el alma mater del
desarrollo masónico nacional, sea en el
Simbolismo como en el Escocesismo.
Grandes masones han contribuido a nuestra
República desde la fortaleza de la vivencia
de ambos procesos iniciáticos.
En ese contexto, en el cargo que ejercéis,
representáis, Soberano Gran Comendador,
mi querido Maestro, la continuidad histórica
de diecinueve grandes masones, que han
tenido el deber, el honor y el privilegio de
conducir los trabajos de los Grados VI al
XXXIII, con un renombre y trascendencia
que la historia recoge con orgullo por lo que
cada cual fue, masónica y extramuralmente.
La Patria debe sentir orgullo y admiración
de todos los grandes chilenos que han dirigido
al Supremo Consejo, a través de distintos
periodos, en que Chile ha afrontado las más
difíciles páginas de su historia.
Algunos de ellos no sólo cumplieron
altas funciones en el Supremo Consejo,
sino también lideraron el Simbolismo
como Grandes Maestros. Buenaventura
Cádiz Patiño, Soberano Gran Comendador
entre 1900-1903 y Gran Maestro entre
1902 y 1906; Benicio Álamos González,
dos veces Gran Maestro entre 1873-1877 /
1900-1902 y Soberano Gran Comendador
entre 1903-1907; Víctor Guillermo Ewing,
Gran Maestro entre 1906-1912 y Soberano
Gran Comendador entre 1909-1925;
Armando Quezada Acharán, Soberano
Gran Comendador entre 1925-1931 y Gran
8
VE R A NO 2020
Maestro entre 1930 y 1931; Héctor Boccardo
Benvenuto, Gran Maestro entre 1924-1930
y Soberano Gran Comendador entre 1932-
1937; Hermógenes del Canto Aguirre, Gran
Maestro entre 1937-1944 y Soberano Gran
Comendador entre 1938-1950; y René García
Valenzuela, Gran Maestro entre 1944–1947,
Soberano Gran Comendador entre 1950-
1960 y nuevamente Gran Maestro entre
1969-1974.
Ellos no solo aportaron sus mejores
capacidades desde el ejercicio de ambas
responsabilidades, sino también dejaron
una huella de coherencia, con la argamasa
moral que une a los dos poderes en que se
expresa la masonería chilena.
Los hubo también aquellos que
cumplieron sólo una de tales dignidades,
y cada cual lo hizo con el mejor aporte de
ambas vertientes del perfeccionamiento
iniciático, para bien de la masonería chilena
toda.
Soberano Gran Comendador, e II... PP...
HH... del Supremo Consejo:
La Gran Logia de Chile esta noche
de octubre, rinde un sentido y fervoroso
homenaje a sus compañeros de ruta, los
Soberanos Grandes Inspectores Generales
del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, con la
alegría fraternal de ser parte de una misma
historia, que se hace en el día a día, en la
trascendencia del tiempo transcurrido,
donde ambas instituciones, ambos poderes
masónicos, han dado solidez a la Masonería
chilena, y hacen que esta navegue prestigiada
y admirada por los mares de la excelencia
masónica internacional, libre de episodios
y querellas, que ensombrecen la historia
de la Masonería Universal en los últimos
100 años.
 Revista Masónica

Ese patrimonio es fundamental para Ante este tiempo de complejas

entender la Masonería, y debemos siempre
cautelarlo y robustecerlo.
Vivimos un tiempo difícil, donde hasta
las personas lúcidas parecen perder la buena
senda de la sensatez, de la razón y de la
abnegación. Voces basadas en el egoísmo
y la ambición desmedida, la codicia, la
pasión desenfrenada, el dogmatismo y el
oportunismo, son capaces de amenazar
las instituciones y socavar los esfuerzos
colectivos. Muchos de ellos estimulan la
violencia y el desacato, el fanatismo y la
confrontación.
realidades, la Masonería chilena, merced
al vínculo de sus dos poderes institucionales,
tiene la capacidad de ser luz que ilumine la
búsqueda del buen camino, con las mejores
virtudes masónicas, que devienen del trabajo
fraterno entre el Supremo Consejo y la Gran
Logia de Chile.
¡Larga vida a la unidad fraternal que
nos une y nos robustece!
Sebastián Jans Pérez
Gran Maestro
Gran Logia de Chile

Supremo Consejo de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del Grado XXXIII y
último para la República de Chile (2016-2020).

9
VERAN O 2020
 Revista Masónica
“LA DESAPARICIÓN
DE LOS RITUALES:
LA OBRA DE BYUNG CHUL
HAN DESDE LA MIRADA
DEL PRIMER GRADO”
Columna de Aprendices
R∴L∴ La Esperanza Coronada N°169, valle de Arica
El ritual masónico es un lenguaje
no verbal con el que expresamos un con-
cepto. Es un código de señales y signos
que el iniciado es capaz de interpretar, y
una vía para asegurar la comunicación
intuitiva entre el mundo profano y lo sa-
grado. Como rasgo distintivo, permite que
el iniciado trascienda para luego situarse
en un estado de receptividad, y así captar
verdades universales con las cuales romper
el gran misterio. Según Guzmán-Villena
(Trascendencia del ritual masónico, 2010),
estos rituales son representaciones o psi-
codramas de mitos o leyendas, verdaderos
caleidoscopios de símbolos o alegorías
en acción, que ocultan a la inteligencia
común verdades superiores que son per-
cibidas por el adepto, sólo por medio de
la repetición exacta del ritual, enseñanzas
que trascienden en el tiempo y el espacio.
Byung-Chul Han plantea en su obra
“La Desaparición de los Rituales” (2020)
que los ritos son acciones simbólicas que
comunican y representan aquellos valores
y órdenes que mantienen cohesionada a
10
VE R A NO 2020
una sociedad. Los símbolos crean asocia-
ción sin comunicación, no obstante, hoy
prevalece la comunicación sin comunidad.
Al ser una forma de reconocimiento, la
percepción simbólica percibe lo duradero.
De esta forma, el mundo es liberado de su
contingencia y se le otorga permanencia.
Lamentablemente, hoy en día el mundo
sufre cada vez más fuerte la escasez de
lo simbólico y una desaparición de los
rituales. Pasamos de una información,
de una vivencia, o de una sensación a la
siguiente, sin finalizar o concretar jamás
nada, “hoy la intensidad deja paso en todas
partes a la extensión”. La comunicación
digital es una comunicación extensiva. En
lugar de relaciones, se limita a establecer
conexiones. La percepción y los hábitos
se vuelven seriales. Eliminada la duración,
consumimos más.
Según lo anterior, y a partir de la mi-
rada del primer grado, este trazado busca
demostrar que la Masonería, considerando
sus prácticas y enseñanzas, promueve
lo contrario al planteamiento citado por
 Revista Masónica
Byung-Chul Han. Efectivamente, el mundo
profano, día a día contempla la reducción,
inclusive, la desaparición de sus procede-
res ritualísticos, condición que antepone
un futuro marcado por la inmediatez y la
colonización digital. Cabe destacar, sin
embargo, que no podemos restar crédito
al mundo de la tecnología, pues ha sido de
suma importancia para que, como miem-
bros de la Orden, podamos reinventarnos
y perseverar en el desarrollo y cultivo de
nuestros principios y objetivos. En otras
palabras, a través del mundo digital, he-
mos visto la posibilidad de continuar con
la Gran Obra, aun cuando la emergencia
sanitaria haya impuesto una serie de res-
tricciones ampliamente conocidas por
todos. Debido a esto podemos decir que
para los masones, respetar y vivir el ritual
es un asunto prioritario, pues a través de
éste venceremos el inmediatismo, y es en
él donde nuestras fuerzas internas conviven
y generan cohesión.
En el libro “1984”, del escritor y periodista
británico George Orwell, se plasma la idea
11
VERAN O 2020
de que “la sociedad era consciente de que
estaba siendo dominada”. Hoy, nos advierte
Byung-Chul Han, ni siquiera tenemos esa
consciencia de dominación. En efecto, las
formas en que coexistimos nos invitan a
mostrar nuestras peculiaridades como una
manera de parecer auténticos, aunque el
sistema sólo permita que estas diferencias
sean a simple vista comercializables. En
otras palabras, el flujo de la sociedad actual
reemplazó la teoría marxista, en donde
subsistía la idea del individuo explotador y
otro explotado, por otra en que las personas
se han convertido en meras explotadoras
de sí mismas. Anhelamos el concepto de
producción, reducido a cuestiones como el
trabajo, el éxito profesional o el desarrollo de
hábitos de vida saludables, todo en un mismo
presente y adosando a nuestra rutina diaria
un excesivo nivel de autoexigencia. Para
Han, esto se resume en una frase: “Ahora
uno se explota a sí mismo y cree que está
realizándose”. Nos obligamos al logro de
metas en función de la realización personal,
pero sucumbimos a la angustia de no poder
cumplir con todo lo que nos proponemos.
 Revista Masónica
Rodríguez Díaz (Consumismo y Socie-
dad: una visión crítica del Homo consumens
- 2012) describe el consumo como “algo
más que un momento en la cadena de la
actividad económica, sino una manera de
relacionarse con los demás y de construir
la propia identidad”. En este contexto, la
clave podría encontrarse en la valoración
de esa tendencia como un indicador de
desarrollo económico, individual y territorial,
asunto que, ha ido en desmedro de accio-
nes concretas que fortalezcan o prioricen
la reflexión, la demora o la búsqueda del
pensamiento reflexivo. Por cierto, esto ha
provocado una importante crisis cultural, y
la búsqueda ciega de espacios de libertad,
los que, paradójicamente, reemplazamos
por gimnasios, centros comerciales o sitios
de moda, para luego caer en otra profunda
arista del quiebre del pensamiento actual: la
prisión que establecieron las redes sociales.
En estos sitiales hemos transado el
pensamiento y la vida contemplativa, por
la inmediatez y la expansión de un presente
efímero, en el que impera la materializa-
ción del sentirse observado, y en donde
12
VE R A NO 2020
no vivimos ni somos capaces de transmitir
experiencias, sino que, montamos escena-
rios para que otros se aproximen a la idea
de vivirlas. Desde temprano hay quienes
comparten su rutina de ejercicios, otros
se inclinan por mostrar, el paseo matutino
hacia la costa, o mejor aún: protagonizar
una escena en donde se entregan do-
naciones a personas necesitadas. Desde
esa tribuna, entonces, ejercemos nuestra
pequeña contribución al levantamiento de
estereotipos. Construimos a una realidad
impostada, hecha de pequeñas fórmulas.
Cabe preguntarse, entonces, si esas cáte-
dras del narcisismo y la apariencia, son en
realidad vidas o montajes teatrales, o en
el peor de los casos, reflejos de la soledad
vacía y carente de ocio en la que vivimos.
En palabras de Han, “No estamos ante una
aceleración del tiempo, sino ante la «ato-
mización y dispersión temporal» llamada
«disincronía». Cada instante es igual al otro
y no existe ni un ritmo ni un rumbo que
dé sentido a la vida. El tiempo se escapa
porque nada concluye, y todo, incluido
uno mismo, se experimenta como efímero
y fugaz”. Desde esta perspectiva, hoy nos
 Revista Masónica
vemos enfrentados a un modelo ideológico
de mercado que nos conduce al exitismo
sostenido, propio de la construcción social
de la que somos parte. Cuestiones como
estas trascienden en un escenario en don-
de el YO se nutre de un EGO implacable,
mirada que da cuenta, asimismo, de que
entre más consumimos, más nos desgas-
tamos como seres humanos, y para ello
este sistema modificó el enfoque que se
le da a la percepción valórica de las cosas,
donde hoy en día se nos invita a cambiar
el mundo consumiendo (Han, La sociedad
del cansancio, 2017).
Los invitamos a cerrar sus ojos por unos
momentos y a utilizar la memoria emotiva
con el fin de volver a esas reuniones de fines
de semana, en las que compartían padres,
hijos, abuelos, tíos y primos, y, unidos por
lazos familiares o afectivos, hacían posible
la práctica del rito de lo tradicional, de lo
familiar y “nuestro”, en donde la sobremesa
era la oportunidad para compartir y hacerse
parte de una comunidad. Han apunta a que
estos “ritos” están desapareciendo, pues
el colectivo se ha transformado en algo
poco atractivo y por consiguiente, se busca
espacio para disfrutar de lo desechable.
13
VERAN O 2020
En tal sentido, desde nuestra iniciación
y durante las primeras tenidas, podríamos
preguntarnos cuál es la necesidad de de-
sarrollar nuestros trabajos siguiendo un
ritual, y si esta compleja ceremonia no
va en desmedro del tiempo para llevar a
cabo otras tareas. Sea como fuese, con el
paso del tiempo, esta primera percepción
cambia. Comenzamos a considerar que el
ritual persigue varios objetivos esotéricos y,
en consecuencia, la observación rigurosa
de los signos, se vuelve una condición
imprescindible en nuestra vida iniciática.
La práctica del ritual masónico se lleva a
cabo conforme a una lógica universal. Una
lógica de intermediación, de aproximación
y diálogo entre diferencias, que recompone
la unidad, la armonía y el orden social o
cósmico. Así pues, todo rito se conjuga
en una relación con el espíritu, con una
imagen del hombre y del mundo, y con
un sistema de valores transversales, sea
cual sea la categorización particular de
dicha relación. El ritual aporta el guion para
acceder a ese ideal intuido y emplazado
en lo social o conjunto. Consigue que
los participantes lleguen a identificarse
vivencialmente con él, gracias a una lógica
profunda que hace emerger la significación
añadida. Así es como la acción ritual hace
presente lo oculto, visible lo invisible y
materializa lo espiritual.
Al respecto, el rito se transforma en
un medio para comunicarse con lo divino,
con aquello que se encuentra más allá del
entendimiento del hombre y, por ende, le
proporciona un sentimiento de seguridad
y poder sobre su destino. Con el paso del
tiempo, los rituales se vuelven complejos,
llenándose de gestos y símbolos, y el sig-
nificado de esos símbolos, se traduce en
un conocimiento hermético, sólo accesible
para un grupo de individuos iniciados, co-
nocimiento que, se transmite directamente
desde los Maestros hacia los Aprendices,
haciendo necesario un proceso de apren-
 Revista Masónica
dizaje para comprenderlos plenamente.
Asimismo, es tradicional, pues se basa en
un conjunto de valores culturales heredados
de generación en generación, los cuales
hoy, en contexto de pandemia y con el
fin de mantener su tradición, tendremos
que adaptar a las nuevas circunstancias o
realidades, ya que, sin variación, la adap-
tación es imposible (Davies, P. C. W. El
quinto milagro: la búsqueda del origen y
significado de la vida, 2000). Irónicamente,
al permanecer todos los masones espar-
cidos por la faz de la tierra dependemos
de nuestra propia capacidad de cambio,
por consiguiente, una vez más, nuestra
herramienta principal es la libertad de pen-
samiento. La Masonería ha sorteado diversos
impactos mundiales, y para cada uno de
ellos, se han articulado nuevas formas de
convivencia que contemplen sus valores
esenciales e incorporen aquellos que las
nuevas circunstancias demanden; en todo
caso, que recreen una espiritualidad más
simple, profunda y universal, tal como lo
refleja el G...A...D...U...
14
VE R A NO 2020
Por consiguiente, nos debemos sentir
orgullosos de la oportunidad que surge para
construir una institución fuerte y sólida, la
que se adapta a los tiempos y avanza íntegra
en esta nueva sociedad, puesto que, muy
lejos de lo planteado por Han, la masonería
se impone como un espacio único que no es
desechable y que, cada uno de los queridos
hermanos que la conforman, utiliza en la
búsqueda incansable de la trascendencia.
El vacío ritual de nuestra sociedad con-
tinua fuertemente avanzando y he aquí que,
en medio de esta ruptura con lo ritualístico,
se levanta y destaca la presencia del “ritual
masónico”. Nuestro ritual representa un
ámbito espaciotemporal en el que podemos
reconocer y ser reconocidos, y en el que es
posible hallar sentido a las cosas, a la vida
y a las relaciones con nuestros hermanos.
Muy significativamente respondemos “Mis
hermanos me reconocen como tal” cuando
somos consultados por nuestra condición
masónica. Nuestro nivel de consciencia
abarca la de otros y no aspira sólo a la propia
valoración.
 Revista Masónica
La Masonería, la Logia y los Rituales
son una extensión de nosotros mismos. No
estamos ni estaremos aislados de ellos, ya
que forman parte de lo que somos. Nunca
olvidamos el hecho de que, cada miem-
bro de la Orden, pasiva o activamente, es
participe de esta realidad co-construida.
Ser indiferentes a esto supone obviar que
tenemos la responsabilidad de construir
nuestro “mundo” en función de un entor-
no de relaciones equilibradas y dispuestas
en el micro y macrocosmos. Por ende,
Aprendices, Compañeros y Maestros, re-
flejan que tanto nosotros como también
nuestros problemas, forman parte de los
problemas de este “mundo”, y por medio
de esta forma de pensar, guardamos la
necesidad imperante de desbastar nuestra
piedra bruta, en favor de la interminable
construcción de un espacio mejor, ya sea
interior y exteriormente.
Finalmente, el análisis global de la so-
ciedad presentado por Byung-Chul Han, es
una señal de alerta con respecto a la confi-
guración de la sociedad posmoderna, pero
15
VERAN O 2020
a la vez refuerza la idea principal del ritual
masónico, dado que apunta directamente
a un sistema de producción de sentido
altamente sofisticado, razón que distingue
a nuestro ritual como una articulación
integrada de significados que producen
sentido, que integra lenguajes verbales, no
verbales y visuales, y no como una simple
colección de símbolos. La Masonería y sus
rituales persisten, por que logran quebrar
el tiempo en un espacio único donde el YO
individual y profano se abre a un espacio
colectivo, a un NOSOTROS devenido del
constante aprendizaje del otro, y en donde
el educando se transforma en educado. En
consecuencia, el EGO y sus alcances que-
dan limitados, porque a pesar de nuestras
diferencias somos capaces de vernos como
iguales. Sobre la base de esto, es posible
afirmar que el ritual masónico es una de las
creaciones humanas más sobresalientes en
el campo de la producción de dar “sentido”
a la existencia, debido a que siempre busca
encontrar y recrear significado. De ahí enton-
ces la justificación, legitimidad y necesidad,
del trabajo masónico en el tiempo.
 Revista Masónica

“LITURGIA
DEL PRIMER GRADO”
(SEMINARIO DE
LA CÁMARA DE APRENDICES)
Javier Beroíza Herrera, Alfonso Byrt Vitalich,
Javier Cofré Vrdoljak, Carlos Rodríguez Rosas, 1°
R∴L∴ Abrazo Fraternal N°140, valle de Maipú

“Si todavía no sabemos qué es la vida, ¿Cómo

puede inquietarnos la esencia de la muerte?”

(Confucio)

Queremos comenzar este tra- En el instante en que se nos lleva a la

bajo con algunas reflexiones sobre el gran
paso de la muerte y renacimiento iniciático
que experimentamos mediante el ritual de
iniciación en nuestra Orden.
El diccionario de la filosofía nos se-
ñala que: más que lo característico de la
experiencia humana de la muerte es que,
en todos los casos, desemboca no sólo
en la comprensión del hecho de que hay
muertes, sino del hecho de que la muerte es
algo indisolublemente ligado a la existencia.
Con esto afloran preguntas e incerti-
dumbres, que la rutina se ha encargado de
opacar y dejar en el olvido; ¿Vivimos con
fuerza y vigor el regalo de veinticuatro horas
de vida en este plano?; ¿nos honramos a
nosotros viviendo con nuestras reglas y
convicciones?; ¿ocupamos el regalo del
tiempo para hacer este mundo un lugar
mejor?.
Cámara de Reflexiones, no dudamos en seguir
el camino a lo desconocido; no flaquean
nuestros ideales; estamos solos pero a la
vez sentimos que energías cósmicas nos
rodean. Es completamente incierto el viaje
misterioso que está por venir, no obstante,
entramos con la convicción de que nos
llevará a un lugar mejor.
Algunas necesarias definiciones previas:
Rito viene del latín ritus, conjunto de
reglas establecidas para la realización de
cultos religiosos, prácticas de carácter
mágico o ceremonias de instituciones de
diversa índole, reglas a través de las cuales
se efectúan las ceremonias, se comunican
los signos de reconocimiento o se impar-
ten instrucciones esotéricas relativas a los
distintos grados. Los tres ritos masónicos
en uso en nuestra Obediencia son el de
York, el Escocés Antiguo y Aceptado y el

16
VE R A NO 2020
 Revista Masónica
de Schroeder (o Schröder). Simbólicamente
todo rito reproduce la creación, las cere-
monias, ornamentos y movimientos que
tienen cierta relación con el ritmo de los
sucesos cósmicos, el rito es una confluencia
de fuerzas y su sentido surge de la acumu-
lación y combinación de esos poderes, El
Rito Masónico es un todo coherente que
considera al conjunto de grados que lo
conforman, así como las reglas que fijan el
desarrollo y las formas de trabajo en Logia.
A su vez, Ritual viene del latín rituālis,
libro que contiene el orden y textos del
culto religioso; prescripción de ceremonias
o ritos determinados por la tradición y el
simbolismo, aplicables a actos espirituales
o mágicos. En masonería se llama así a las
fórmulas y demás instrucciones necesarias
para la práctica uniforme y regular de los
trabajos masónicos en general, así como
para las ceremonias de iniciación, aumentos
17
VERAN O 2020
de salario, o exaltación, fiestas y banquetes
de la orden, honras fúnebres u otros, La
adopción y aprobación de los rituales, es
potestad de la autoridad superior del Rito
de cada cuerpo o potencia jurisdiccional.
Estas fórmulas e instrucciones están ha-
bitualmente contenidas en un libro que
contiene la forma y el orden aprobado por
la autoridad masónica.
Por último, Liturgia viene del latín li-
turgia y éste del griego leitourgía, servicio
o ministerio. Según la RAE, Liturgia es el
orden y forma con que se llevan a cabo las
ceremonias de culto en las distintas religio-
nes. También lo define como un ritual de
ceremonias o actos solemnes no religiosos.
Se puede concluir que el uso de estas
palabras en nuestra Orden está más allá de
meros significados conceptuales. La Ma-
sonería, con sus mágicos contenidos, nos
 Revista Masónica
enseña que incluso los textos que se repiten
en cada liturgia tienen palabras que llevan
un significado completamente esotérico y
cósmico. Estas ideas son el material inicial
con el cual comienza el trabajo del Aprendiz
en nuestra Orden. Son las lecciones que cada
querido hermano ha de tener presente en
el primer grado. Ellas nos revitalizan con su
belleza y nos recuerdan que todos los días
se renace a una nueva construcción, Los
símbolos contenidos en la liturgia nos hacen
entender que la forma y fondo de cada mo-
vimiento en el Taller no es al azar. Concatena
las energías de cada miembro para llenar el
espacio, tal como en una cantera cuando
trabajamos nuestra piedra bruta
¿Qué representa la liturgia?
En nuestro plano especulativo e ini-
ciático, podríamos convenir que la liturgia
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VE R A NO 2020
es sinónimo de construcción de una obra
sagrada. Existen liturgias relacionadas con la
construcción de espacios sagrados, como la
apertura y cierre de los trabajos, las que se
realizan a través de acciones convencionales.
Y en base a esto, podríamos concluir
que, ante la existencia de una particular
filosofía, se crea una liturgia para expresarla
y vivirla, manifestada por medio de accio-
nes mágicas o sagradas que constituyen el
ritual. Por ende:
• Filosofía es la generación de ideas
• Liturgia es la obra simbólica que dicha
filosofía genera.
• Ritual son los actos representativos de
la liturgia.
La liturgia masónica contiene lecciones
para vivirlas en el contexto de un trabajo
 Revista Masónica
profundo y que debemos internalizar en
nuestra raíz; fórmulas de ética personal y
social, como medio para alcanzar los valores
que dignifican la convivencia humana, y la
abnegada convicción masónica de cumplir
un deber superior.
La liturgia masónica, con su expresión
arquitectónica, iniciática y esotérica, escon-
de el valioso tesoro de su ritual, orienta el
trabajo propio, hacia estados superiores de
espiritualidad y hace comprender la necesi-
dad de superación intelectual y moral para
guiar nuestras acciones. Así, trabajamos con
disciplina y orden, con amor y abnegación,
para comprendernos y comprender el mundo
EL Aprendiz y las Logias
La masonería especulativa se asemeja a
la masonería operativa, donde los albañiles
de la época se reunían con la finalidad de
integrar un grupo que permitiera el creci-
miento, la profesionalización y la fraternidad
en el arte de la construcción y que más tarde,
se transformaría en el oficio de esculpir en
nuestro interior la propia piedra bruta. Y
resulta casi imposible concebir cualquier
oficio, arte o profesión en donde no exista
la figura de un aprendiz y, al respecto, la
masonería no es la excepción. En la an-
tigüedad cuando un aprendiz iniciaba su
camino en un oficio, no había ceremonia
de recepción ni una transmisión de cono-
cimiento porque el aprendiz aún no había
demostrado sus capacidades. En esos tiempos
se firmaba un contrato, llamado “identure”,
a través del cual se creaba el vínculo entre
un aprendiz y su maestro; contrato que se
debía respetar y en el cual, se comprometía
a trabajar durante siete años por comida y
un pequeño pago. Al cumplirse este pla-
zo, el aprendiz era denominado “Identure
Aprentice”, Aprendiz contratado.
Y así, desde el Estatuto de los Canteros
de Bolonia, de 1248 o el Manuscrito Regius
de 1390, se hace presente la figura del
19
VERAN O 2020
Aprendiz y su camino a la transformación
a través de las enseñanzas del oficio.
La Liturgia desde la mirada
de un Aprendiz
Metafóricamente, el aprendiz de ma-
són no sabe leer ni escribir. Crecido en la
oscuridad del mundo profano y caminan-
do con torpeza con errores y debilidades,
ignora sus deberes hacia sí mismo, como
hacia sus semejantes. En el contexto de
esa imperfección, el Rito Escocés Antiguo
y Aceptado (R...E...A...A...) le abre las puertas
del Templo para ser aceptados e iniciados.
Los recibe como hermanos, incentivando el
espíritu reflexivo y la autocrítica. Mediante
el silencio los insta a dudar y observar;
fomenta en ellos la reflexión y, por sobre
todas las cosas, la fraternidad y tolerancia.
Pero esta enseñanza va de la mano con la
liturgia del grado, como instrumento edu-
cativo que los introduce en los misterios
de la simbología del Rito.
El lenguaje de los símbolos es el más
antiguo de la humanidad, y el aprendiz de
masón aprende que desbastando su pie-
dra interior, día a día y noche tras noche,
podrá descubrir muchos simbolismos que
le permitirán avanzar gradualmente en
el conocimientos de su “ser”. Encontrará
un compendio completo de valores y un
complejo sistema de autoconocimiento
para fomentar el perfeccionamiento de su
persona, herramientas con las cuales puede
incidir en su familia, en la sociedad, en su
Logia y también en él mismo. A través de
sus ejemplos, virtudes humanistas y laicas,
va a transformarse en la piedra filosofal que
la sociedad de hoy requiere más que nunca.
En la liturgia masónica se funden las
ideas de conocerse y conocer el mundo a
través de la verdad. Se parte desde una tímida
y vertiginosa iniciación, hasta internalizar
el Rito, haciéndolo carne en nosotros y
 Revista Masónica
convirtiendo las pasiones en energías cons-
tructivas para progresar humildemente en el
conocimiento simbólico, Es muy importante
al respecto, el mensaje que nace de los
tres golpes misteriosos y que simbolizan
las tres frases del evangelio: pedid y se os
dará, buscad y encontraréis, llamad y se
os abrirá. No obstante, cada aprendiz de
masón, a través de la liturgia y el trabajo en
el Rito, irá descubriendo su propia verdad,
apoyado por la guía del Maestro.
Cuando en primer grado respondemos:
“Mis hermanos me reconocen como tal”,
mediante este argumento ontológico com-
probamos que, si somos reconocidos, somos.
La pregunta y la respuesta nos recuerda el
argumento de San Anselmo de Canterbury
sobre la existencia de Dios. Dice: “Si somos
capaces de concebir la idea de la existencia
de Dios, es porque efectivamente existe”. El
camino del aprendiz esta simbolizado por
la muerte y el renacimiento. La muerte del
profano y su renacer como masón, el paso
de la piedra bruta a la piedra pulida con
la que se pretende erigir las más bellas y
fuertes construcciones. Esta transcendental
mutación constituye el sentido ontológico
del ritual del primer grado. Mediante el es-
tudio, la reflexión y la dedicación personal,
el aprendiz puede acceder a la verdad a
través de los símbolos contenidos en todo
el proceso.
El contenido del Ritual de Primer Grado
se materializa en las siguientes formulaciones
de carácter práctico:
• Formulaciones que tienen consecuen-
cias en el ámbito interno o psicológico.
Nuestro ritual destaca la importancia de la
conciencia, la introspección y el silencio
para una perfecta búsqueda individual
y comprensión interior. Defiende el
triunfo de la razón sobre la ignorancia.
• Consecuencias en el ámbito externo o
social, que se producen porque nuestro
20
VE R A NO 2020
ritual acerca al masón a las causas de
las desdichas sociales y a los modos de
remediarlas.
• Consideración de la Libertad como
fundamento del derecho y principio
inspirador del mismo a través de la
positivización de los Derechos Funda-
mentales del Hombre y la importancia
de la educación de las masas y de la
libertad de enseñanza.
• En la esfera intelectual, se rinde culto a
la inteligencia y a la ciencia, utilizando
la razón como vía de acceso a la ver-
dad e introduciendo al hombre en una
visión crítica frente a todo fanatismo
dogmático.
• En cuanto a las creencias, nuestro ritual,
que es respetuoso con todos los credos,
defiende la libertad religiosa y de culto
y la independencia del poder político
respecto al religioso.
Desde el sentido gnoseológico y en-
tendiendo por tal la rama de la filosofía que
estudia la teoría del conocimiento, cuyo
objetivo es el estudio del conocimiento
humano en general, permite descubrir a
través de la liturgia, un tiempo y espacio
diferente; nos conecta con información
mucho más interna y reflexiva, que al co-
mentarla con nuestros pares y maestros,
amplía el horizonte intelectual con nuevas
ideas, informaciones y reflexiones. De este
modo, nuestra interacción con la liturgia y el
ritual adquiere profundidad y genera nuevas
interpretaciones de la realidad.
Desde la axiología y entendiendo por
esta, la rama de la filosofía que se ocupa
de reflexionar y estudiar la naturaleza de
los valores de tipo moral y los juicios de
valoración que se generan en una persona
al respecto de los mismos; la liturgia y el
ritual de primer grado son ricos en principios
y valores que enseñan a edificar un verda-
 Revista Masónica
dero templo espiritual dentro de nuestra
conciencia. Nos hace conscientes del valor
de la persona humana, de la tolerancia, la
solidaridad y del amor a la Humanidad.
Aspectos esotéricos
del grado de aprendiz
El primer deber al iniciar el ritual es
asegurar “estar a cubierto” de las influencias
del mundo exterior o profano. Esta acción
ritualista actualiza el significado de la “sepa-
ración” necesaria entre el mundo profano y
la realidad de lo sagrado que se vivencia en
Logia. Esta separación se simboliza a través
del pórtico de la entrada, lugar o espacio
“intermedio”, de “pasaje” o de “tránsito”
entre el exterior e interior del Templo, entre
lo profano y lo sagrado, situación que se
clarifica al realizar “las marchas” o “pasos”
rituales entre columnas que sostienen la
bóveda celeste.
El rol fundamental de los ritos, cual-
quiera sea su naturaleza, es educar a quien
puede entender y hacer carne dicho rito;
21
VERAN O 2020
nos hace parte de un todo, ayudándonos
a fortalecer la convivencia, y la tolerancia,
colabora en marcar los procesos personales
de cambios y el paso de una etapa a otra
de nuestras vidas. Promueve la integra-
ción, la solidaridad y la cohesión entre los
miembros de nuestra institución. Permite
otorgar un sentido profundo y trascendente
a la vida humana. La propiedad formal del
ritual incluye la ejecución y repetición de
ciertas prácticas dentro de un espacio que
hemos sacralizado a través de símbolos;
así la acción de cada masón en Logia, el
comportamiento, los símbolos utilizados al
practicar el ritual, el orden de cada paso por
seguir, las reglas de cada acción, la Logia y
sus dimensiones y la debida ubicación de
cada masón dentro de la misma tienen en
sí mismo y en su conjunto una finalidad
común que es, transmitir simbólicamente
una enseñanza que cada masón debe des-
cubrir e interpretar.
El Ritual de Iniciación se podría entender
como la ceremonia formal de ingreso, pero
nosotros entendemos que se trata sólo de
 Revista Masónica
un “rito de paso”, como existen en varias
culturas. A través de la ceremonia se va
sugiriendo al neófito el camino y el trabajo
que deberá realizar y este trabajo es interno
por excelencia en el primer grado. Nacemos
a la luz, dejamos atrás la oscuridad total en
la que estábamos antes de iniciar el viaje,
y desde nuestra iniciación seremos unos
buscadores de luz, amantes de la verdad,
que probablemente en esta vida no encon-
traremos jamás. Por esta razón, durante la
ceremonia el profano permanece con los
ojos vendados, simbolizando la oscuridad.
Este viaje iniciático necesita que todos
los sentidos del candidato estén en alerta,
ya que a través de diferentes preguntas
y pruebas graduales se profundiza en lo
esotérico, aunque en ese momento hay
muchas partes que no entendemos. Esto
cambia al recibir la luz y al transitar en el
22
VE R A NO 2020
camino de la masonería. Sin duda, es un
renacer de la conciencia.
Desde el punto de vista moral, el primer
viaje es una alegoría de la vida misma. Refleja
el tumulto de pasiones que traemos, el devenir
de los intereses, la problemática que nos
plantea la vida; en definitiva, el desorden de
la profanidad que se manifiesta a través de
la irregularidad, los sobresaltos del camino,
y por la vida ruidosa. El primer viaje utiliza el
símbolo del aire como elemento purificador
y regenerador, del mundo de los deseos. Es
el primer esfuerzo en la búsqueda de la luz
y la verdad. Simboliza a la juventud, o etapa
en que se adquiere educación y preparación
intelectual. Es el momento del nacimiento de
las ideas, principios y acciones conducente
a adquirir una comprensión más profunda
de las capacidades materiales y espirituales
del Hombre. Esta etapa simboliza la toma
 Revista Masónica
de conciencia de sus limitaciones, de la
impotencia, de la confusión y de los errores.
Desde una perspectiva moral, el se-
gundo viaje simboliza la lucha que surge
de la dualidad del mundo, el choque entre
la verdad y la mentira, el conocimiento y la
ignorancia, el bien y el mal, donde el hom-
bre ejerce su libre albedrío y defiende las
virtudes, la razón y la justicia. Es el viaje de
purificación por el agua, símbolo del elemento
vital que anima la vida y que interconecta
a todos los seres humanos, este viaje es
una alegoría que refleja la purificación del
alma: de sus pasiones, errores y defectos;
simboliza la virilidad, o aquel periodo en el
cual el hombre tiene el desafío de demostrar
los resultados del conocimiento adquirido.
Demostrar su interrelación social, mediante
la comprensión tanto de sus capacidades
humanas como de los deberes que impone
su condición de ser social.
Desde un aspecto moral, el tercer viaje
simboliza la purificación moral por el fuego,
que sólo se alcanza con el perfeccionamien-
to espiritual e intelectual del hombre; que
se manifiesta a través del dominio de los
vicios, actuando con cordura y equidad y
que lleva al hombre a renacer a una nueva
vida donde reina la virtud.
El tercer viaje muestra la luz de la verdad
en toda su plenitud, desapareciendo toda
tiniebla, todo error, toda imperfección. Sim-
boliza a la edad madura, cuando el hombre
es dominador de sí mismo, recordemos que
el dominio del fuego es una capacidad ex-
clusiva del ser humano y determinó el salto
cualitativo que nos diferenció del resto de
los animales. Es la plenitud de las poten-
cialidades que emergen del conocimiento
y la experiencia adquirida.
Otro ejemplo del esoterismo en el grado
de aprendiz, se encuentra en el Ritual de
apertura. La frase crucial de apertura por el
23
VERAN O 2020
Venerable Maestro, hay que entenderla más
allá de lo obvio; es decir, guardar silencio
auditivo para comenzar los trabajos por
respeto a los presentes; pero además, se
pide silenciar los pensamientos tumultuosos,
que giran en nuestra cabeza , que dificultan
la atención e imposibilitan concentrarnos en
nuestra labor. El auditivo y el silencio mental
son importantes para el trabajo en Logia.
Tanto en la apertura como el cierre de
los trabajos se establecen a ciertas horas
simbólicas. El mediodía, cuando el sol se
halla en el cenit, es símbolo de la plenitud
luminosa del astro y, por ende, es la mejor
hora para comenzar un trabajo interno. En
tanto, en la media noche, cuando la luz se ha
guardado por completo, no es posible traba-
jar en forma eficaz. “Las fórmulas litúrgicas
referentes al tiempo como símbolo, también
abren horizontes hacia otros aspectos no
menos interesantes como lo son: el espacio
simbólico, figuras lineales, movimientos,
ideogramas, etc.” (Ortega, 1977).
El reconocimiento de la hora debe
acompañarse de la edad, que representa
el estado de evolución del Iniciado en la
estructura interior de la Orden: Le permite
participar en los trabajos que son propios
de su edad. Los tres años, corresponden a
las condiciones iniciáticas en que se en-
cuentra el aprendiz para trabajar. Conocido
el Grado en que deben abrirse los trabajos,
se procede a comprobar que la Logia se
encuentra a cubierto, tanto exteriormente
de las indiscreciones del mundo profano,
como interiormente de la calidad masóni-
ca de los presentes. El segundo deber en
Logia es comprobar si todos los presentes
en la Tenida son Hermanos. Entonces, cada
hermano demuestra su calidad por la señal
del grado, es decir, por su comportamiento.
Al terminar, juramos no revelar lo ocu-
rrido en Logia y enlazamos nuestras manos
en una unión mágica de fraternidad y bue-
 Revista Masónica
nos deseos. Finalmente, la mágica velada
termina en el ágape, donde compartimos
las emociones vividas y los sentimientos
fraternos El ágape es una instancia distendida
que concluye en un brindis por la Fraterni-
dad Universal. Entonces, comienza un día
nuevo y volvemos al mundo profano para
iniciar nuestra vida habitual. Abordamos el
día con renovado ímpetu, llenos de energía
y esperanza en un mundo mejor. Es una
alusión al proceso de muerte y resurrección
expresado en la Iniciación.
Comenzar a comprender la simbología
que nos rodea, los aspectos esotéricos
del grado y el simbolismo del ritual, nos
abre las puertas de un universo infinito,
lleno de posibilidades para descubrir e
iniciar nuestro tan personal camino de
aprendizaje. Comprender la simbología y
los significados de cada acción vivida en
masonería, es tomar el ritual, con ambas
manos, lograr transformarlo en un mazo
24
VE R A NO 2020
y un cincel, y pulir, a cada instante, nuestra
piedra bruta.
Este no es un proceso creado por el
azar, sino es un camino que permite de-
mostrar que estos cambios que fomentan la
evolución interna de cada uno de nosotros,
es silenciosa y paulatina. Se debe al trabajo
de los grandes hombres que han pertene-
cido a nuestra Orden. Hombres que han
sembrado la semilla y marcado el camino
para convertirnos espiritualmente en tierra
fértil, donde podamos crecer y contribuir al
bienestar de nuestra sociedad.
No pretendemos explicar el camino con
este trabajo, pero aceptamos el desafío de
caminar e internalizar la liturgia desde nuestra
mirada de Aprendices. Entendiendo su fuerza
iniciática y transformadora, hoy podemos
comprenderla un poco más. Con más fuerza y
vigor, hoy podemos seguir trabajando en este
camino de autodescubrimiento y aprendizaje.
 Revista Masónica

“ANÁLISIS SIMBÓLICO
DE NUESTRO
RITUAL FÚNEBRE”
Daniel Moret Jiménez, 3°
R...L... Orestes Frödden Lorenzen N°146,
valle de Talagante

PRIMERA PARTE
Una leyenda egipcia dice, que
sobre la tumba de la diosa Isis, había una
estatua con el rostro cubierto por un velo
negro. En su base, aparecía cincelada la
siguiente inscripción: “Soy todo lo que
fue, todo lo que es y todo lo que será y mi
velo jamás fue corrido por ningún mortal”.

Descorrer el Velo de Isis no significa

alcanzar la inmortalidad en el sentido literal,
sino alcanzar un conocimiento iniciático
(esotérico) velado a los “simples mortales”.
IMAGEN 01

Podemos entender “esotérico” como

algo oculto, reservado, de difícil acceso
para la mente. Dicho de una doctrina que
se transmite oralmente a los iniciados o a
un reducido número de discípulos.
Desde nuestra iniciación percibi-
mos muchos elementos de contenido
simbólico e iniciático. En la Cámara de
Reflexiones nos enfrentamos a la Muerte
y somos purificados por la “Tierra”. Sim-
bólicamente somos como aquella semilla
que en las entrañas de la tierra debe morir
antes de renacer como una nueva planta
(neófito). La guadaña, la calavera, el gallo
son símbolos iniciáticos de la antigüedad,
presentes en la Cámara de Reflexiones,
como lo son también el Azufre, la Sal y el
Mercurio, los dos primeros presentes en
los platillos y el tercero simbolizado en el
iniciado. (Imagen 01)

25
VERAN O 2020
 Revista Masónica

Se nos muestran símbolos y se nos invita

a estudiarlos, cuidando de no enseñarlos
de forma dogmática, porque la experiencia
masónica no se puede sustituir por una serie
de cursos académicos. La forma de percibir
el símbolo es diferente a la que usamos para
adquirir el conocimiento profano, donde
nos basta el uso exclusivo de la razón.
Para adquirir el conocimiento iniciático
requerimos algo adicional. Aferrarse de
forma exclusiva al uso de la razón, sin ser
capaz de librarse de él en el momento
requerido, es permanecer prisionero de
la forma, sin pasar nunca del exterior al
interior. Dicho de forma más simple… “lo
esencial es invisible a los ojos”.

Repetir nuestros rituales de memoria,

sin comprenderlos, no tiene ningún sentido.
Pero interpretarlos no es fácil, su lenguaje
velado por alegorías e ilustrado por símbo-
los requiere un trabajo adicional, gradual
si se quiere, que nos permita identificar el
conocimiento iniciático presente en ellos.
Algunos, a ese complemento de la razón,
le han llamado “la intuición intelectual”.
Diferente de la “intuición sensitiva”, que
corresponde a la definición clásica de la
palabra y que se encuentra obviamente
por debajo de la razón.
IMAGEN 02
La “intuición intelectual” muchas veces
mal comprendida o simplemente ignorada,
podríamos designarla como el “intelecto es un conocimiento indirecto. Pasar de la
puro”, como una forma directa e inmedia- sombra a la realidad para adquirir un cono-
ta de la reflexividad autoconsciente que cimiento de forma directa, es equivalente a
“ilumina”. Mientras que el lenguaje, esen- pasar de la iniciación virtual a la iniciación
cialmente analítico, sirve de instrumento efectiva. Este paso requiere mucho más
al pensamiento discursivo y racional. Los que la simple ejecución de una ceremonia
símbolos, por su carácter esencialmente particular. (Imagen 02)
sintético, sirven de apoyo a la intuición
intelectual. No se trata de tomar un texto e intentar
adivinar. Si bien pareciera existir una con-
Pensemos en la famosa alegoría de la ciencia universal en que están impregnados
caverna de Platón, el conocimiento “por ciertos “arquetipos universales”, no todo
reflejo” son como las sombras de los ob- símbolo puede ser conocido a través de
jetos que ven los prisioneros de la caverna, la simple observación.

26
VE R A NO 2020
 Revista Masónica

En la antigüedad el símbolo era en- sabilidad de cada masón construir su propia

tregado por el Maestro al discípulo como
un resumen de la lección entregada, una
ayuda nemotécnica, para que el iniciado
pudiera recordar rápidamente la lección.
Requería, así, primero conocer la lección
a fin de que el símbolo le permitiera evo-
carla. Pero en sentido inverso, pretender
conocer esa lección desde la observación
del símbolo, no es lo mismo.
Nuestros rituales contienen el saber
iniciático que la Orden nos provee como
sistema vivencial de enseñanza. Es respon-
interpretación, para eso la masonería busca
“hombres libres”, capaces de construir su
propio pensamiento. “Nuestro trabajo es
descorrer el velo y mirar a la cara a Isis”.
Decoración del Templo
La Logia se encuentra de luto.
En el Ritual Fúnebre vivimos un duelo.
La palabra “duelo” procede del latín dolus

27
VERAN O 2020
 Revista Masónica
que quiere decir dolor. Pero duelo y dolor
no son sinónimos. Algunos estudios plan-
tean la siguiente secuencia tras enfrentar
una muerte: “la aflicción”, consecuencia
del hecho objetivo de la muerte de un ser
querido, a continuación, “el luto”, que es
el comportamiento social de una persona
afligida, y luego, “la pena”, que es la res-
puesta emocional de una persona afligida,
desencadenada por la toma de conciencia
de la pérdida. En este contexto, es el luto
quien da paso a los ritos, codificando y
expresando la tristeza, lo que se conside-
ra sano e importante para los dolientes,
porque facilita un canal de expresión para
las emociones y permite la aceptación o
adaptabilidad a la pérdida.
Freud planteaba que el duelo es la
reacción natural frente a la pérdida de una
persona amada, y que conlleva una tem-
poral pérdida del interés del individuo por
IMAGEN 03
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VE R A NO 2020
el mundo exterior, y aunque trae consigo
graves desviaciones de la conducta normal,
con el tiempo se recupera. Es decir, se trata
de un proceso normal y adaptativo en la
vida de cualquier persona.
En la preparación del Templo para
la Tenida Fúnebre, éste se debe tapizar
de negro con franjas blancas. Las fran-
jas blancas sobre un fondo negro es un
símbolo mortuorio, representa los restos
humanos (huesos) en medio de la nada
(oscuridad absoluta). Los sitiales, el Ara y
las columnas están cubiertos por paños
negros sin adornos.
En medio del Templo se erige un cata-
falco que puede simular un ataúd. A sus pies
se colocan tres cazoletas fúnebres, estas
eran en la antigüedad excavadas en roca y
usadas como receptáculos para libaciones o
sacrificios. Se cree que, en ciertas regiones
donde han sido encontradas, determinan
espacios sagrados de épocas prehistóricas,
en muchos casos el cristianismo las ha
conservado construyendo en su entorno
templos, capillas, etc.
Delante del catafalco se coloca vino,
leche y agua. También deberá estar dis-
ponible un recipiente con agua para que
el Venerable Maestro haga la ablución de
las manos.
La Columna truncada
Se coloca a continuación del catafalco,
por el lado occidente. En ella se inscriben
los nombres de los Hermanos según el
orden de su fallecimiento.
Las columnas son símbolo de “fuer-
za” y “estabilidad” en una construcción,
destruirlas es simbólicamente amenazar
el edificio completo. Fue separando las
columnas de su templo que Sansón derrotó
a los filisteos, aplastando a sus enemigos y
 Revista Masónica
IMAGEN 04
dando la victoria a su pueblo (Reina Valera
1960. Jueces 16, 25-30).
Por su verticalidad, la columna es un
símbolo ascensional en el perfecciona-
miento del iniciado. Representada de forma
truncada significa que este proceso ha sido
interrumpido de forma permanente, por la
muerte. (Imagen 03).
La Carta XVI del Tarot conocida ge-
neralmente como “La Torre”, es conocida
también como “la Fragilidad”. Su simbolis-
mo evoca la acción divina (el rayo) sobre
el aspecto material (la columna o torre),
destruyendo o deteniendo su avance.
(Imagen 04).
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VERAN O 2020
El Catafalco
Habitualmente simula un ataúd al in-
terior de nuestros Templos, cuando es así
siguiendo antiguas tradiciones es colocado
con los pies hacia el Oriente.
Sobre el catafalco, durante los tres
viajes misteriosos, serán depositadas las
ofrendas consistentes en hojas de “Aca-
cia” y pétalos de flores, prefiriendo los de
color blanco por simbolizar la pureza y la
luz. Estas ofrendas son recogidas desde el
canastillo que para ese efecto presenta el
Oficial de Ceremonias Adjunto.
La Acacia, es una planta consagrada
como símbolo en la masonería, y en la
antigüedad era “estimada como árbol
sagrado”. En las Sagradas Escrituras se le
llama Shittah y era considerada sagrada
su madera por los hebreos, con ella se
construyeron el Tabernáculo, el Arca de
la Alianza, la Mesa de los Panes de propo-
sición y muchos otros objetos sagrados.
Para Ragón, la Acacia, sustituyó a todas las
otras plantas en las ceremonias fúnebres
pues se le creía incorruptible al ataque de
insectos o animales, simbolizando así la
incorruptibilidad del alma.
Apertura de los Trabajos
Los tres Golpes
La alegoría ha servido de medio a la
Masonería y a muchas culturas, para ex-
presar cierta sabiduría ancestral. En este
sentido, hay una pregunta que ha sido
empleada por variados filósofos a lo largo
de la historia y que Robert Graves menciona
en sus Mitos Griegos.
¿Qué animal anda en cuatro patas por
la mañana, en dos patas al mediodía y en
 Revista Masónica
tres durante la noche? Esta es la pregun-
ta que hizo a Edipo, la Esfinge Alada que
asolaba las campiñas al Oeste de Tebas.
Cuenta la leyenda que, si alguien era capaz
de resolver uno de sus enigmas, ella se iría
para siempre; pero si no, mataría a los que
fallasen y seguiría sembrando terror. Según
Aristófanes la respuesta con la que Edipo
venció a la Esfinge sería: “Escucha, aun
cuando no quieras, Musa de mal agüero
de los muertos, mi voz, que es el fin de
tu locura. Te has referido al hombre, que
cuando se arrastra por tierra, al principio,
nace del vientre de la madre como inde-
fenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su
bastón como un tercer pie, cargando el
cuello doblado por la vejez”.
En el Ritual Fúnebre la especial forma
de abrir los trabajos, evoca precisamente
las tres edades de nuestra existencia, la
infancia, la edad viril y la ancianidad.
El Primer Golpe, que el Venerable
Maestro da suavemente, evoca nuestra
infancia, que es donde somos más inde-
fensos y dependemos de nuestra Madre.
Simbólicamente corresponde al Primer
Grado donde el Aprendiz es recibido a la
nueva vida. Es en ese estado de inocencia
y vulnerabilidad donde requiere de los
mayores cuidados y guía de sus hermanos
mayores.
El Segundo Golpe, que el Primer Vigi-
lante da con energía, evoca nuestra edad
viril, que es donde somos más fuertes y
engendramos nuestra simiente. Simbóli-
camente corresponde al Segundo Grado
donde el Compañero recibe las herramientas
y se le enseña simbólicamente a construir.
El Tercer Golpe, que el Segundo
Vigilante da y apenas se percibe, evoca
nuestra ancianidad, que es donde nuestra
fuerza física comienza a abandonarnos,
pero al mismo tiempo somos más capaces
30
VE R A NO 2020
de entregar el fruto de lo aprendido a las
nuevas generaciones. Simbólicamente
corresponde al Tercer Grado donde el
Maestro es capaz de elaborar los planos
del trabajo simbólico.
La duración de los Trabajos
Características qué otorgan el “Laurel”
a un aprendiz son: primero, que los mejores
discípulos buscan, encuentran y aprenden
de verdaderos maestros, y segundo que
aprovechan su tiempo, midiendo ade-
cuadamente con su regla de 24 pulgadas.
La caída del Sol “a plomo” significa
simbólicamente que los cuerpos en tierra
no generan sombra, por lo que es la mejor
hora para “ver claro” e iniciar un trabajo
simbólico. El Medio Día representa la hora
en que el sol se encuentra en el punto
más alto de su elevación horizontal. Es,
simbólicamente, la hora en que se abren
los trabajos en Primer Grado y otros de la
escala masónica.
El polo opuesto, Media Noche, sim-
boliza nuestra muerte, es el punto más
oscuro de nuestra existencia, así como el
solsticio de invierno marca la llegada del día
menos luminoso, y con ello la naturaleza
se prepara para renacer, porque lo que
nosotros hemos conocido como muerte,
para la naturaleza es regeneración, con lo
que podemos decir que la vida nace de la
muerte o dicho de otra forma “Morts Janua
Vitae” (la muerte es la puerta de la vida), y
es que la vida recupera sentido cuando la
entendemos como un tránsito, que tiene
mérito en el ejercicio de las virtudes con
los demás, para no convertirnos en muertos
en vida por no practicarla.
El resurgimiento del Sol, cuando “el
alba aparece en el horizonte”, simboliza
nuestro nacimiento (la primera Luz que
vemos ante la Vida) y la regeneración en
 Revista Masónica
el constante ciclo de la naturaleza, así
como el equinoccio marca la llegada de la
primavera y con ella el brote de las nuevas
plantas, así el neófito crece y se fortalece
día a día.
Nosotros experimentamos y comparti-
mos el espacio donde se manifiesta la vida
(desde el amanecer hasta media noche),
pero nos son desconocidos los lugares
que recorremos entre la medianoche y el
nuevo amanecer (cuando el alba aparece
en el horizonte), por eso decimos que “los
lugares que le conocían ya no le cono-
cen, y los lugares que ahora recorre no
los conocemos”. Así en el Ritual Fúnebre
los trabajos se realizan de Media Noche
hasta que el Alba aparece en el Horizonte.
Finalmente, en la apertura de los trabajos
se ejecuta sólo el Signo, pues “la solemni-
dad del día y la presencia de los símbolos
de duelo nos prohíben toda aclamación”.
La Cadena de unión
Simbolismo de la Cadena
En el Canto VIII de la Ilíada, Zeus hace
ver a los dioses menores, que tan superior
es a ellos, que podría sostener si lo quisiera
el universo entero atado al extremo de la
aurea cadena. Una cadena “inquebrantable”
capaz de unir lo humano (el aspecto físico
del universo) con lo divino (el mismo Zeus).
Jean Chevalier, por su parte, nos dice
respecto al simbolismo de la cadena, que
es un símbolo de los lazos y las relaciones
entre el cielo y la tierra, y de modo general
entre dos extremos o dos seres. Dicho de
otra forma, podemos entenderla como un
símbolo de los lazos fraternos y delicados
que en vida experimentamos con nuestros
Hermanos, lazos que solo la muerte puede
romper.
31
VERAN O 2020
La Cadena de unión, se rompe cuando
uno de los eslabones muere, es decir, deja
de existir en el plano físico y pasa a otro
plano, que nos es desconocido. La cadena
abierta representa precisamente el tránsito
entre uno y otro, un momento especial en
el que nuestros Hermanos recorren caminos
desconocidos. “Los lugares que le conocían
ya no le conocen, y los lugares que ahora
recorre no los conocemos”.
Platón, a través de Sócrates, relaciona
la aurea cadena del texto de Homero con el
sol. Adoptando el simbolismo que plantea,
el Hermano que abandona la Cadena de
unión, pierde su contacto con el sol sim-
bólico representado por aquella, es decir
pierde la Luz que lo acompaño en Vida y
ahora “Viaja en las tinieblas”, donde “sus
formas visibles se desvanecen, pero nos
queda su nombre, su memoria, el ejemplo
de sus virtudes y benéfica acción”.
Memoria y Recuerdo
Estando la Cadena de unión abierta se
hace recorrer la palabra “Recuerdo” desde
el Venerable Maestro en sentido hacia cada
uno de los Vigilantes.
Debemos distinguir entre el “Recuerdo”
y la “Memoria”. José Ferrater dice que “a
veces se distingue entre el recuerdo y la
memoria, considerándose el primero como
el acto de recordar o bien como lo recor-
dado, y la segunda como una capacidad,
disposición, facultad, función, etc.”.
También se hace referencia a que
para Platón “la memoria sería la facultad
de recordar sensible, la retención de las
impresiones y de las percepciones, en
tanto que el recuerdo (reminiscencia) se-
ría un acto espiritual, es decir, el acto por
medio del cual «el Alma ve en lo sensible
 Revista Masónica
lo inteligible», de acuerdo con los modelos
o arquetipos contemplados cuando estaba
desprendida de las cadenas y del sepulcro
del cuerpo”.
En este sentido cuando hacemos
circular la palabra “Recuerdo”, estamos
participando del proceso a través del cual
nuestra “Alma” comprende y reconoce, en
los aspectos sensibles, la esencia misma
del Hermano que ha partido. Proceso que
se realiza gracias a la “Memoria” definida
en masonería como “Una de las potencias
del alma que sirve para retener y recordar
el pasado” (Diccionario Enciclopédico de
la Masonería, Editorial Kier 1891).
La Palabra perdida
Para René Guénon en casi todas las
tradiciones cuando se alude a algo per-
dido o desaparecido, sean cuales sean
las diferentes maneras con las que se lo
simboliza, en el fondo tiene siempre el
mismo significado, se trata de una alusión
al oscurecimiento espiritual, es ante todo
la pérdida del estado primordial, y también,
por una consecuencia directa, la perdida
de la tradición correspondiente.
Así la pérdida de la Palabra es un sím-
bolo de las virtudes que desaparecen con
la pérdida del anillo que ya no existe. La
tradición bíblica une “la palabra” a la “sabi-
duría”, por lo que su pérdida equivaldría a
perder la Luz que en vida un iniciado puede
dar a sus Hermanos. Simbólicamente, la
pérdida de un manantial de “Verdad” del
que se alimentaban sus Hermanos.
“Venerable Maestro, la Cadena de Unión
se ha roto; uno de nuestros anillos ya no
existe; la palabra se ha perdido”.
32
VE R A NO 2020
La alusión al anillo
El anillo en Masonería encierra un im-
portante simbolismo. Para percibir que idea
busca representar esta alegoría, debemos
partir por comprender este símbolo en el
contexto del Ritual Fúnebre.
Hans Biedermann, nos dice que, según
la creencia popular, los anillos rotos sim-
bolizan promesas truncadas, y la perdida
de anillos significaría desgracia. Así mismo
el anillo es un símbolo tradicional de lo ili-
mitado (la eternidad). Se puede interpretar,
entonces, al anillo como una alegoría al
alma eterna del Hermano que ha partido
y ya no se encuentra en nuestro plano
existencial, y que, si bien esta separación
nos causa gran dolor, podemos confiar
en que ella se mantendrá incorruptible
como la acacia.
Juan Eduardo Cirlot nos aporta que,
en algunas leyendas, el anillo constituye
un residuo de cadena y da como ejemplo
cuando Heracles libera a Prometeo quien
estaba encadenado a una roca, lo hace
bajo la condición de que “porte un anillo
unido a un trozo de la roca original”, a fin
de que se cumpliera en forma simbólica el
castigo impuesto. De esta forma el Hermano
deja de ser un “eslabón” para convertirse
en un anillo, una representación misma de
la cadena que sus hermanos realizan en el
plano existencial.
En el cristianismo el anillo simboliza la
“fiel atadura, libremente aceptada”. Ligada
al tiempo y al cosmos.
Simbólicamente, se puede interpre-
tar que los lazos que nos unieron con el
Querido Hermano, no se rompen. Después
de su muerte su legado permanecerá con
nosotros, en nuestra Memoria, a través del
Recuerdo de su nombre y de las virtudes
que lo adornaban.
 Revista Masónica
“Virtus junxit mors non separabit”
(A Los que une la virtud, la muerte no
los separa).
El nombre en Masonería
Los egipcios, de quienes la masonería
ha tomado parte de su simbolismo, “creían
que el nombre representaba el reflejo del
alma humana. De esta creencia deriva la
idea mágica de que se puede actuar por
medio del nombre sobre otra persona”.
En la antigüedad, el nombre personal
era para los egipcios mucho más que un
signo de identificación, ya que creían en el
poder creador y apremiante de la palabra.
El nombre “era una dimensión esencial
del individuo”. Pero dicho pensamiento
respecto de la potencia del nombre, la
encontramos también en China y en el
pueblo judío, porque pertenece a una
mentalidad ancestral o primitiva, donde
conocer y pronunciar correctamente el
nombre de un ser u objeto, es poder ejercer
una potencia sobre él.
Por eso cuando pensamos que hemos
perdido a un Querido Hermano para siem-
pre, se nos consuela diciendo que: “Sus
formas visibles se desvanecen, pero nos
queda su nombre, su memoria, el ejemplo
de sus virtudes y benéfica acción”.
Como se ha señalado anteriormente,
esotéricamente el conocimiento del nom-
bre da poder sobre el ser o cosa, esto se
aprecia en los ritos paganos de conciliación,
de hechizo, aniquilamiento, posesión, etc.
“Su nombre ya no estará más entre
los vivos”, era la sentencia más radical
de las condenas a muerte. Por eso para
nosotros es tan importante guardarlo en
nuestra memoria.
33
VERAN O 2020
Los ritos fúnebres tienen la caracterís-
tica de oficializar la realidad de la muerte,
es el momento en que podemos constatar
que un ser querido ya no estará más entre
los vivos. Es en presencia de la muerte
del otro que tomamos consciencia de
nuestra propia mortalidad, por tanto, en
cada muerte una parte de nosotros se va
junto al Querido Hermano, toda muerte
nos disminuye, reduce nuestra Cadena.
“… son una manera de mantener a los
muertos a mano, pero fuera del camino,
queridos pero un poco distantes, idos, pero
no olvidados” (El Enterrador, Thomas Lynch).
En este contexto, los rituales fúnebres
(masónico o profano) constituyen tanto
una despedida como intento de regular
la relación entre los vivos y los muertos.
Es la forma que ha desarrollado el
hombre para encarar a la muerte, interpo-
niendo entre él y ella, un complejo conjunto
de símbolos y ceremonias. De esta forma
los mortales despojos son entregados a la
Tierra, para que vuelvan a servir a los fines
del Gran Arquitecto del Universo.
Los Honras Fúnebres
El cuaternario
El cuatro, símbolo del plano material,
designa lo terrenal. La cuarta carta del Ta-
rot, el Emperador, autoridad que rige todo
lo concreto, y de existencia corpórea. La
Tetraktys pitagórica (1+2+3+4=10) simbo-
liza la totalidad de lo creado. El cuadrado,
simboliza la Tierra (por eso nuestras Aras
son cuadradas).
Desde épocas remotas el cuatro ha
simbolizado lo tangible y sólido, lo sensible
por nuestros sentidos. La naturaleza en sí
 Revista Masónica

es representada de forma cuádruple; los

cuatro puntos cardinales, las cuatro fases
de la luna, los cuatro vientos, las cuatro
estaciones (primavera, verano, otoño, e
invierno), etc. Pero especialmente es a
través de los cuatro elementos; La Tierra, el
Aire, el Agua y el Fuego, que desde tiempos
antiquísimos se ha simbolizado el aspecto
material de la Naturaleza.

“¿Qué debemos a los restos mortales

de nuestro Querido Hermano? Las nacientes
hojas del árbol masónico…”.

La Tierra. simbolizada por el árbol ma-

sónico que brota de su seno. El árbol es un
símbolo del carácter cíclico de la naturaleza,
muerte y regeneración. También simboliza
en su verticalidad la ascensión al cielo. Y
muy importante, establece comunicación
entre tres niveles del Cosmos; el subterráneo
con sus raíces hurgando las entrañas de la
Tierra, la superficie de la Tierra simbolizada
en su tronco, y las alturas simbolizada en
sus ramas superiores que son atraídas por
la luz del cielo.
“¿Qué debemos a los restos mortales
de nuestro Querido Hermano? … el perfume
de las primeras flores…”
El Aire, simbolizado por el perfume de
las primeras flores que lo impregnan con su
fragancia. Los aromas desempeñaban un rol
muy importante en los ritos hebreos. Los
griegos y romanos vertían perfumes sobre
las estatuas de sus dioses, eran además
aplicados a los cadáveres y colocados en
las tumbas dentro de frascos especiales.
En Egipto eran frecuentemente usados en
los templos.
“La sutileza imperceptible, y por tanto
real, del perfume lo emparenta simbóli-
camente a una presencia espiritual y a la
naturaleza del alma. La persistencia del
perfume de una persona, después de su
IMAGEN 05
partida, evoca una idea de duración y de
recuerdo. El perfume simbolizaría así la
memoria y, tal vez, sería uno de los senti-
dos de su empleo en los ritos funerarios”
(Diccionario de Símbolos, Jean Chevalier).
El Agua, está simbolizada por la ablu-
ción masónica. El uso de la ablución data
de la remota antigüedad, ha sido prescrita
(ordenada) por los egipcios, persas, griegos,
romanos, etc., como un acto religioso de
la mayor importancia. Se usa también en el
judaísmo, islamismo y cristianismo como
una preparación a una plegaria o expiación.
En oriente tiene particular importancia en
los cultos.
La ablución en masonería tiene dos
simbolismos diferentes dependiendo
del ritual que se realice, en la Iniciación
corresponde a una de las purificaciones,
mientras que en el Ritual Fúnebre es una
preparación a la plegaria que vendrá.

34
VE R A NO 2020
 Revista Masónica

El Fuego está simbolizado en el fuego

que “quema religiosamente el incienso de
una fraternidad tan leal como piadosa”.

En Egipto, Babilonia, Persia y Creta el

incienso se usaba en el culto de los muertos.
En Roma tenía un papel muy importante
en las fiestas funerarias. Se consideraba
que el ascenso del humo al cielo era sím-
bolo del camino recorrido por el alma.
Los judíos ofrendaban a Dios el incienso
tanto como símbolo de adoración como
de reconciliación con el Dios airado. En
pueblos de América Central el humo del
incienso se considera una emanación del
espíritu divino.

SEGUNDA PARTE
La triple llamada

De la misma forma que la ablución es

una preparación a una plegaria, el incienso
es “el encargado de elevar dicha plegaria
hacia el cielo y es, en este sentido, un
emblema de la función sacerdotal”.

Es por esta razón que el Venerable

Maestro toma la Espada Flamígera, cuya
hoja flameante recuerda una lengua de
fuego, y la apunta hacia el cielo, para luego
pronunciar la plegaria:

“¡Oh, Gran Arquitecto del Universo!

¡Potencia infinita!

¡Fuego sagrado que fecundiza cuanto

existe!

Todo vive y respira en ti y por ti: la luz

y las tinieblas te son iguales. Tú ves nuestra
muerte como has visto nuestro nacimiento.
Los secretos de la tumba te son conocidos.
IMAGEN 06

35
VERAN O 2020
 Revista Masónica

¡Ojalá que nuestro Querido Hermano…

viva por siempre contigo, como vivió con
nosotros!”

El Venerable Maestro baja de su sitial

acompañado de los hermanos del Oriente,
todos cruzando los antebrazos, izquierdo
sobre derecho y poniendo sus manos sobre
el pecho, sin cruzar el espacio entre el Ara
y el sitial del Venerable Maestro, de acuerdo
con la siguiente imagen. (Imagen 05)

A continuación se realiza la Triple

Llamada. “Los antiguos consagraban el
número 3 a las almas de los muertos, lla-
mándolos por tres veces por su nombre
en el sitio de su sepultura. El número 9 fue
dedicado también a los difuntos, como el
último término de la progresión numéri-
ca, que miraba como símbolo del último
momento de la vida. Los masones, en sus
ceremonias, permanecen siempre fieles IMAGEN 07
a las tradiciones de la antigüedad” (Dic-
cionario Enciclopédico de la Masonería,
Editorial Kier 1891). De esta forma tanto
el tres como el nueve, tienen una gran
importancia simbólica en el Ritual Fúnebre.

La Antorcha

La antorcha-, en los caminos iniciáticos,

es símbolo de iluminación. En el ritual de
Mitra simbolizaba la vida y muerte, según
se encontraba encendida o apagada. En
nuestros rituales es usada en el de Con-
sagración de Templo y por supuesto en
el Fúnebre.

En el Ritual de Consagración de Tem-

plo, el Gran Maestro ingresa al Templo
portándola encendida, su llama es la que
arderá eternamente mientras el Templo
se encuentre consagrado, por eso una
vez consagrado, la luz de la Sabiduría no
debe jamás apagarse, excepto en caso de
ser desconsagrado el Templo. IMAGEN 08

36
VE R A NO 2020
Revista Masónica

La antorcha que deberíamos usar en

nuestros rituales masónicos difiere de la
imagen tradicional que tenemos de ella.
No es correcto, en rigor, sustituirla por
una vela como se hace en la mayoría de
las Respetables Logias, pues se pierde el
sentido simbólico de la misma. Se habla de
antorcha en nuestros rituales, que esotéri-
camente es diferente a las velas comunes,
porque la antorcha debería ser alimentada
por aceite. (Imagen 06)

El aceite es un primitivo símbolo de

eternidad, por tardar mucho en descom-
ponerse y servir en la antigüedad para
conservar los alimentos. Como alimento, el
aceite nutre, suaviza, conserva y aromatiza.
Como combustible para las lámparas, es
un símbolo de espiritualidad y luz. El aceite
en la antorcha representa el combustible
espiritual que sostenía la vida del Querido
Hermano, por eso el Venerable Maestro
levantando la antorcha dice “Como esta
llama… Le vimos lleno de vida; como ella
alumbraba y mostraba la Luz al que la bus-
caba”. Luego la apaga de un soplido y dice
“Pero, así como ella se ha apagado con mi
aliento, un soplo del Gran Arquitecto del
Universo le ha extinguido y sepultado en
las tinieblas de la muerte”.

Primer Viaje Misterioso

Los viajes corresponden a los últimos
homenajes al masón, que viaja en el seno
de la eternidad. Se ejecutan en medio del
dolor originados por su pérdida, que es
cuando con más fuerza se siente la crueldad
de una eterna separación.

El Primer Viaje lo ejecuta el Venerable

Maestro acompañado de los Hermanos del
Oriente, realizando tres circunvalaciones
“levógiras” (en el sentido contrario a las
agujas del reloj). (Imagen 07)

37
VERAN O 2020
 Revista Masónica

En masonería los movimientos regulares

son “dextrógiros” porque representan, visto
desde el hemisferio norte (que es donde
se originó la masonería), el movimiento
del Sol, símbolo por excelencia de vida.

El Sol nace en el Oriente (V...M...), en su

trayectoria diaria avanza por el Sur donde
alcanza su máxima altitud aparente (S...V...),
para finalmente ocultarse por el Occidente
(P...V...), que significa “donde cae o se pone
el Sol”. (Imagen 08)

Es el sentido en que se realizan los

tres viajes misteriosos de la Iniciación,
que dan origen a la “nueva vida” del recién
iniciado. Por eso en el Ritual Fúnebre los
viajes misteriosos son en “sentido levógiro”,
porque representan el camino de la muerte
opuesto al camino de la vida. Al término del
Primer Viaje el Venerable Maestro purifica
IMAGEN 09
sus manos en el recipiente de la ablución.

Este viaje, como se ha dicho, se hace

con los brazos cruzados, pero no cruzados
de cualquier forma, se hace con la humildad
de quien reconoce su propia mortalidad. A
diferencia de la postura del faraón (brazo
derecho sobre izquierdo) (Imagen 09), que
simboliza el poder soberano, los masones
lo hacen con el brazo izquierdo sobre el
derecho, lo que algunos llaman la postura
del “Buen Pastor” que simboliza la humildad.
(Imagen 10)

Las tres aspersiones

Tanto el tres como el nueve (tres veces
IMAGEN 10 tres) tienen relación con el ciclo de eterno
retorno, la vida nace de la muerte.

El Vino. Por su color es asociado a

la sangre, y en consecuencia a la fuerza,
simbólicamente se le relaciona al elixir
de vida o de inmortalidad. Es símbolo de

38
VE R A NO 2020
 Revista Masónica
sacrificio entre los hebreos. En el sufismo,
el vino es el símbolo del conocimiento
iniciático reservado a unos pocos. Para
los cristianos es un símbolo de pacto o
alianza: “Entonces Moisés tomó la sangre
y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la
sangre del pacto que Jehová ha hecho con
vosotros sobre todas estas cosas”.
En la antigüedad se consideraba el
vino una bebida espiritual, henchida de
fuego vital, que servía para romper he-
chizos y desenmascarar mentiras, “podía
ser consumida por los muertos cuando
se derramaba como libación en la tierra y
ésta lo absorbía”.
Una forma de realizar las aspersiones
es por medio de un “hisopo” o “aspersorio”,
una varilla dotada en su extremo de una
esfera metálica hueca, rellena de un material
capaz de retener el agua, en ausencia de este
elemento es correcto hacerlo usando ramas
de Acacia. Realizadas las tres aspersiones
el Venerable Maestro dice: “Que la fuerza
que brotaba para vos de la Madre Tierra os
sea devuelta y torne con vuestros despojos
a los manantiales de la vida material, para
que continúe sirviendo a los designios del
Gran Arquitecto del Universo”.
La Leche. Es el símbolo por excelencia
del alimento espiritual. A la Piedra Filosofal
se le denominaba a veces “La Leche de la
Virgen” como alimento de inmortalidad.
En el esoterismo islámico es un símbolo
de iniciación. Un aspecto de la “Leche”
popularizado por la iconografía cristiana
de la edad media, es el de la “buena madre”
dando “leche de Verdad”. Las nodrizas se
encomendaban a “Maria lactans” o “Virgen
lactante” y compraban tortas de tierra
procedentes de Belén, donde según la
leyenda, la leche materna de María había
“goteado sobre la tierra”.
Otra leyenda, respecto al origen de la
39
VERAN O 2020
“Vía Láctea”, dice que cuando Hera apartó a
Heracles que bebía con fuerza de su pecho,
la leche divina se derramó y esparció por
la bóveda celeste. Ser amamantado por la
madre divina es signo del conocimiento
supremo, Isis amamantando al faraón, o
la Virgen a san Bernardo son ejemplos de
este simbolismo.
En Egipto se vertía leche sobre las
mesas de ofrendas que rodeaban la tumba
de Osiris, eran 365 en total y que ayudaban
al dios a resucitar cada mañana.
Luego de hacer las aspersiones el
Venerable Maestro dice: “Más feliz que
nosotros, os encontráis libre de las redes
de la duplicidad, del adulo, de la intole-
rancia, de la hipocresía y de la mentira.
Que la verdad brille para vos con todo
su esplendor y os consuele de los torpes
extravíos de la humanidad”.
El Agua. Es un símbolo de purificación
que, en masonería, ha sido usado desde
la antigüedad en las iniciaciones, donde,
a diferencia de hoy que realizamos una
ablución a las manos del profano, antes
se sumergía todo el cuerpo del candidato.
Antiguamente en Egipto se le decía al
iniciado: “Ojalá pueda esta agua, símbolo
de la pureza, borrar todo lo que pueda
haber manchado tu carne devolviéndote
tu candor e inocencia primitiva, y purificar
tu cuerpo, así como la virtud debe purificar
tu alma”.
Hoy nuestro ritual nos dice: “¡Sed pu-
rificado por la muerte! Que el recuerdo de
vuestras debilidades se pierda en las aguas
de la tolerancia y que en presencia de la
tumba en que reposáis no pensemos sino
en las virtudes que os adornaban”.
Respecto a su simbolismo, hay tres
temas dominantes, el agua como: Fuente
 Revista Masónica

de Vida, medio de purificación y centro

de regeneración. Purificarse por medio
del agua representa regresar a la fuente,
al inmenso depósito de potencial de vida,
que contiene la infinidad de lo posible, de
todas las promesas de desarrollo.

El orden en que se realizan las asper-

siones no es antojadizo y esotéricamente
se relaciona con la retrogradación; primero
el Vino que representa la sangre, el vigor
y la fuerza que alcanzamos en la plenitud
de nuestra vida, la Leche el alimento que
recibimos en nuestra infancia cuando
aún éramos débiles y el Agua, forma
substancial de la manifestación, origen
de la vida y elemento de regeneración
corporal y espiritual.

Tres aspersiones, realizadas de forma

triple cada una, nos evocan al simbolismo
del número nueve, que es sin disputa uno
de los tienen el papel más importante en IMAGEN 11
el simbolismo masónico.

La quema del Incienso

Con ella se invita al espíritu del Que-
rido Hermano que nos ha dejado, a que
ascienda, para ser recibido con bondad
por el Gran Arquitecto del Universo y
recibir la recompensa de los justos.

“¡Que el espíritu de nuestro Hermano

remonte hasta la patria de las almas como
el perfume de este incienso sube al cielo!
¡Que el Gran Arquitecto del Universo
lo haya recibido con bondad y le haya
acordado la recompensa de los justos!”.

El Incienso se quema al interior de

un pebetero moviéndolo tres veces.
En la antigüedad se decía que el humo
perfumado acompañaba al espíritu en
su ascenso al cielo, para que este fuera
agradable a los dioses. IMAGEN 12

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VE R A NO 2020
Revista Masónica

Segundo Viaje Misterioso

El cortejo es encabezado por el
Maestro de Ceremonias, quien recoge al
Primer Vigilante en su sitial, a continuación,
se dirigen al Sur donde se suman a los
Hermanos de la Columna Sur. (Imagen 11)

Al finalizar las tres circunvalaciones

levógiras, lo Hermanos retornan a sus
lugares, sin cruzar el espacio entre el Ara
y el sitial del Venerable Maestro.

Tercer Viaje Misterioso

El cortejo es encabezado por el
Maestro de Ceremonias, quien recoge
al Segundo Vigilante en su sitial, a con-
tinuación, se dirigen al Norte cruzando
entre el catafalco y el Ara, donde se
suman a los Hermanos de la Columna
Norte. (Imagen 12)

Al finalizar las tres circunvalaciones

levógiras, lo Hermanos retornan a sus
lugares, con las prevenciones ya indicadas.

Más felices que a la apertura de

nuestros trabajos
Con el termino de los tres Viajes
Misteriosos, se inicia un camino de re-
torno a un estado más feliz, pues hemos
dado cumplimiento a un acto de justicia
masónica al tributar a nuestro Querido
Hermano los honores fúnebres, honores
debidos a sus méritos personales, tanto al
interior de la Orden como en el mundo
profano.

La “Luz” ha sido un “objeto capital”

desde las más remotas iniciaciones.

41
VERAN O 2020
 Revista Masónica

IMAGEN 13

Concluidos los Tres viajes misteriosos se
incrementa la luminosidad del Templo hasta
su estado habitual, con lo que empezamos
a abandonar el estado lúgubre y sombrío
en que nos encontramos.
La luz, en la naturaleza, se opone a
la oscuridad, disipa las tinieblas y pro-
porciona estímulo al ciclo regenerativo
(primavera, verano, otoño, invierno, y
nuevamente primavera). El Solsticio de
Invierno (la muerte aparente) es un punto
de inflexión, marca el día menos luminoso,
a partir del cual, cada siguiente día será
más luminoso que el anterior (gestación)
pasando por el equinoccio de Primavera
(nacimiento), vigorizándonos día a día
hasta alcanzar el Solsticio de Verano, otro
punto de inflexión a partir del cual los días
comenzaran a ser cada vez menos lumi-
nosos hasta llegar al Otoño que simboliza
el ocaso de la existencia (hablar del otoño
de nuestra existencia, es hablar del ocaso
de nuestra vida).

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VE R A NO 2020
 Revista Masónica
La Fuerza vital
La espada simboliza un medio de co-
municación con la divinidad, es sostenida
en el Ritual Fúnebre con la mano izquierda
por el Venerable Maestro y apuntada al
cielo, para pronunciar: “Gran Arquitecto
del Universo, tu sabiduría lo ha combinado
todo de modo que nada perezca; nuestro
cuerpo se transforma y nuestra FUERZA
VITAL escapa al aniquilamiento… ¡Que la
tierra y los elementos utilicen, según sus
leyes, los restos perecederos de nuestro
Hermano!”.
Nuestra “Fuerza Vital” que escapa al
aniquilamiento se refiere a la trascendencia
de nuestra parte espiritual. Mientras nuestro
cuerpo físico que se transforma y nutre
la tierra en beneficio de la humanidad,
se refiere al legado de nuestras obras,
al recuerdo de nuestros actos, que, de
ser virtuosos, quedaran atesorados en la
memoria de nuestros Hermanos.
En las intervenciones en homenaje al
Hermano podemos reconocer sus virtudes
y con ello, simbólicamente, hacer “más
liviano” su corazón. A continuación, este
simbolismo será reforzado mediante el
Juramento de olvidar las injurias y ofen-
sas. En algunas versiones extranjeras del
Ritual Fúnebre los Hermanos hacen la
posición al Orden sentados, ya que por
su dignidad de jueces del difunto deben
permanecer sentados.
El Juramento
Circulado el Tronco de Pobres en-
tre los Hermanos, sagrada tradición de
“caridad” que debe realizarse en toda
ceremonia de Primer Grado, el Venerable
Maestro nos invita a formar nuevamente
la Cadena de Unión diciendo: “Más felices
43
VERAN O 2020
que a la apertura de nuestros trabajos, no
nos separemos sin formar antes, nuestra
Cadena de Unión”.
Esta vez la cadena se cierra y en ella
se hace uno de los actos más solemnes
y profundos, “jurar olvidar las injurias y
ofensas”, y permitir con ello el libre tránsito
del Alma del Hermano a diferentes planos
de la existencia, sin que permanezca liga-
do a “deudas” con nuestro plano. Al jurar
olvidar las injurias y ofensas estamos sim-
bólicamente declarando nuestro veredicto
respecto al espíritu de nuestro Hermano,
olvidando sus errores, disminuimos el peso
de su corazón permitiéndole a nuestro
Hermano, “ir para siempre en paz”.
Cierre de los Trabajos
El alba aparece en el horizonte. Los
trabajos se abren en la masonería simbó-
lica a Medio Día, pues es la hora cuando
el sol se encuentra a mayor altura en su
elevación horizontal Esto significa que
antes de que el hombre sea capaz de
realizar un trabajo fecundo, debe estudiar
y prepararse, ser capaz de dominar las
herramientas y a sí mismo. Transformar-
se realmente en un iniciado. Así, que los
trabajos finalicen a media noche son una
alegoría, que simboliza que el masón trabaja
sin descanso desde su iniciación hasta su
muerte, representada simbólicamente por
la media noche.
Este simbolismo está presente tam-
bién en la naturaleza, en las estaciones,
en primavera la naturaleza renace y se
fortalece para dar sus frutos en verano,
luego su actividad declina en otoño hasta
llegar a un punto de muerte aparente en
invierno, para nuevamente renacer en la
siguiente primavera. En masonería estos
momentos son celebrados a través de los
 Revista Masónica
solsticios y los equinoccios. Análogamente
este simbolismo se puede aplicar a las
edades del Hombre. (Imagen 13)
La Batería de Duelo
Los trabajos fúnebres se cierran con la
invocación que hace el Venerable Maestro
A La Gloria Del Gran Arquitecto del Universo
y con la Batería de Duelo. Tras ello el Vene-
rable Maestro declara que la Tenida Fúnebre
ha terminado y que podemos retirarnos en
Paz. Si bien nos encontramos mucho más
felices que al inicio, esta sigue siendo un
Tenida Fúnebre y por ello debemos guardar
en todo momento el decoro correspondien-
te. A diferencia de las Tenidas normales, la
Fúnebre no finaliza con el acostumbrado
ágape, porque el ágape en si corresponde a
un banquete fraternal con que “celebramos”
el termino de nuestros trabajos.
Así, podemos observar, que, al contrario
de las baterías de júbilo que son manifes-
taciones que pueden incluir vocalizaciones
para exteriorizar nuestra alegría, la Batería
de Duelo en cambio busca interiorizar
una emoción. Los golpes mudos sobre el
antebrazo izquierdo representan la vibra-
ción muda de las venas sanguíneas, que
conectan el acto mismo que realizamos
con las emociones que simbólicamente
brotan de nuestro corazón. La Batería de
Duelo, en la Ceremonia Fúnebre, no puede
llevar aclamaciones porque rompería un
proceso íntimo y personal, realizado en
comunidad al interior de nuestros Templos.
La Batería de Duelo debe ser ejecutada
sólo al finalizar la Ceremonia, porque desde
que retorna la Luz al Templo y la cadena
vuelve a cerrarse, nuestros corazones se
ven tranquilizados experimentando una
sensación muy diferente a la del inicio de
la Ceremonia cuando abrimos los trabajos
44
VE R A NO 2020
ejecutando solo el Signo “ya que la solem-
nidad del día y la presencia de los símbolos
de duelo nos prohibían toda aclamación”.
Reflexiones finales
En nuestra sociedad occidental, donde
existe un marcado apego a la “cultura de la
vida”, la muerte se vuelve elemento disrup-
tivo que genera; ira, impotencia, abandono,
desesperación y angustia. Pero, la muerte,
por dura que sea, es el destino obligado
de todos los individuos, “y el que ha vivido
como hombre de bien no debería temerla”.
La pérdida de un ser querido es uno de
los momentos más impactantes de la vida
de una persona, nos hace volcar la mirada
sobre la muerte y nos motiva a reflexionar.
Es en estos momentos cuando nuestros
sentimientos se ven fuertemente influen-
ciados por los pensamientos, y es entonces
cuando más se requieren expresiones
concretas que nos permitan adaptarnos
a la nueva realidad a partir de la pérdida.
En este sentido el Ritual Fúnebre nos
otorga múltiples oportunidades, en su riquí-
simo simbolismo, el que requiere investiga-
ción y estudio de los símbolos contenidos.
En palabras de René Guénon: “El hecho es
que, entre todas las organizaciones con
pretensiones iniciáticas que actualmente se
distribuyen por el mundo occidental, tan sólo
hay dos que -por más venidas a menos que
estén una y otra a causa de la ignorancia e
incomprensión de la mayoría de sus miem-
bros- pueden reivindicar un origen tradicional
auténtico y una transmisión iniciática real;
estas organizaciones, que a decir verdad
fueron una sola en su origen, aunque con
diversas ramas, son la Francmasonería y el
Compagnonnage. Todo lo demás no es más
que fantasía o charlatanismo, y eso cuando
no sirve para encubrir algo peor”.
 Revista Masónica

ART E EN M A S ONERÍ A

JAN SIBELIUS

El compositor finlandés, Jan (Jean)

Sibelius nació el 8 de diciembre de 1865,
en la ciudad de Hämeenlinna, Finlandia (
Suomi, en finés), que en esa época formaba
parte del reino de Suecia. Su familia era
de ascendencia sueca, de modo que su
lengua materna fue la sueca.
Al ingresar a la escuela, aprendió el
finés y, al mismo tiempo, conoció y se
interesó por el folklore y las leyendas de
finlandia, las que, años más tarde fueron
su inspiración para algunas de sus obras.
Estudió en el conservatorio de Helsinki
y luego, becado, tuvo oportunidad de
estar en Berlín y Viena, donde estuvo en
contacto con Anton Bruckner y Gustav
Mahler, además de conocer la obra de
Claude Debussy.
En su producción musical destacan 7
sinfonías, los poemas sinfónicos “Tapiola”
y “Las Oceánicas”. Durante la década
de 1890, escribió poemas sinfónicos de
marcado carácter nacionalista: “Finlandia”,
“El cisne de Tuonela” y “ En saga”.
Además, “Concierto para violín” la Suite formaba parte en esa época, al instalarse
“Karelia”, “Vals triste”, “Andante festivo”, y en Turku, una ciudad cercana a Helsinki
mucha música de cámara. la Logia “San Agustín”, con carta patente
de la Gran Logia de Nueva York.
La francmasonería En 1809, Finlandia fue anexada al
Tan tempranamente como el año imperio ruso, bajo la denominación de Gran
1756, llegó la masonería a Finlandia por Ducado de Finlandia. El régimen zarista
influencias del reino de Suecia, de la que prohibió la existencia de la masonería a

45
VERAN O 2020
 Revista Masónica

la que atribuía, con razón, sustentar los

principios libertarios de la 1ª revolución
francesa.
Otra revolución, la bolchevique
en 1917, puso término a la autocracia
rusa, lo que permitió que Finlandia
adquiriera su independencia, y en
consecuencia el renacimiento de la
masonería finesa, la que reencendió
sus luces el 18 de agosto de 1922,
con la instalación de la SUOMI LOOSI
N° 1, con 27 miembros fundadores
entre los que estaba el QH Sibeluis.
Más adelante, fue designado
Gran Organista de la Gran Logia
de Finlandia.
Sus obras, destinadas al
ceremonial masónico, están
agrupadas en el opus N° 113,
número enigmático que, al
parecer alude a los años en
que la masonería finesa estuvo
prohibida (1809-1922). Su título
original era “Música religiosa”, aunque en
la actualidad se la reconoce como debe
ser: “Música Masónica”.
Finlandia, himno (aunque no es
Las obras más destacadas son: masónica propiamente, se toca a
Adagio para piano menudo en las logias).
Deja que tus pensamientos sean tu
refugio Entre los años 1930 y hasta su muerte
Adelante Hermanos hay un período, que sus biógrafos llaman el
Alabemos su nombre en las alturas silencio de Ainola, en que casi no compuso
Oda a la fraternidad, en lo bueno y música y alude al lugar en vivió con su
agradable esposa Aino Järnefelt y sus seis hijas.
Esparcidos por las alturas del cielo y Nuestro Hermano Sibelius pasó
de la tierra a decorar el Oriente Eterno, el 20 de
Himno: alaba tu sagrado nombre en septiembre de 1957, en la localidad de
lo alto Järvenpäa, Finlandia, dejando un valioso
Marcha fúnebre masónica legado con su música de la más alta calidad.
Oda al elevado cielo y a la amplitud
de la tierra VVH

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VE R A NO 2020
 Revista Masónica
GRAN LOGIA DE CHILE
Fundada el 24 de mayo de 1862
AUTORIDADES PERÍODO 2018 - 2022
GRANDES DIGNATARIOS:
GRAN MAESTRO
EX GRAN MAESTRO
PRIMER GRAN VIGILANTE
SEGUNDO GRAN VIGILANTE
GRAN ORADOR
GRAN SECRETARIO GENERAL
GRAN TESORERO
GRANDES OFICIALES:
GRAN EXPERTO
GRAN OFICIAL DE CEREMONIA
GRAN HOSPITALARIO
GRAN GUARDA TEMPLO
GRAN BIBLIOTECARIO Y ARCHIVERO GRAN
OFICIAL DE BANQUETE
GRAN CANCILLER:
CONSEJO DE LA GRAN LOGIA:
V.:H.: Guillermo Holzman Pérez
V.:H.: Ernesto Galaz Cañas
V.:H.: Alberto Haddad Valech
V.:H.: Alfonso García Vega
V.:H.: Nabor Urzua Becerra
V.:H.: Ricardo Bocaz Sepúlveda
V.:H.: Roberto Peralta Aceituno
CONSEJO DE BENEFICENCIA:
V.:H.: Juan Daniel Vielma Pizarro
V.:H.: Raúl Mesa Verdugo
V.:H.: José Cabrera Rodríguez
TRIBUNAL DE LA GRAN LOGIA:
V.:H.: Lientur Taha Moretti
V.:H.: Jorge Cárdenas Brito
V.:H.: Carlos Espinoza Vidal
V.:H.: Ramón Naranjo Piñones
V.:H.: Hugo Dolmestch Urra
MAESTRO JEFE DE LA COLUMNA DE LA ARMONÍA:
CONSEJO ELECTORAL:
V.:H.: Eduardo Araya Moreno
V.:H.: Helmuth Hinrichsen Sariego
V.:H.: Edmundo Pérez Sánchez
V.:H.: Daniel Teplizky Barahona
MIEMBROS HONORARIOS DE LA GRAN LOGIA DE CHILE:
Ángel Jorge Clavero, Gran Maestre de
la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados René Humberto Reyes Soto
Masones
Alejandro Jara Lazcano- Ex Gran Maestro
Honorario de la Gran Logia de Chile
Américo del Río Vásquez
Emilio Morgado Valenzuela
VERAN O 2020
V.:H.: Sebastián Jans Pérez
V.:H.: Luis Riveros Cornejo
V.:H.: Juan Eduardo Urrutia Bordagaray
V.:H.: Nelson Aguilera Asenjo
V.:H.: Claudio Muñoz Morales
V.:H.: Rodrigo Salinas Ríos
V.:H.: Marco Antonio Díaz Soto
V.:H.: Rodrigo Lillo Astorga
V.:H.: Mario González Ollig
V.:H.: José Luis Farías Pérez
V.:H.: Rodolfo Agurto Soto
V.:H.: Antonio Ordoñez Urbina
V.:H.: Axel Darrouy Vergara
V.:H.: Marco Vidal Subiabre
V.:H.: Roberto Rivera Vicencio
V.:H.: Sady Delgado Chabouty
V.:H.: Marco Vidal Subiabre
V.:H.: Patricio Quintrel Herrera
V.:H.: Waldo Ríos Bordones
V.:H.: Heriberto Fernández Jaramillo
V.:H.: David Lagos Donoso
V.:H.: Manuel Órdenes Vilches
V.:H.: Mario Gómez Montoya
V.:H.: Manuel Díaz Muñoz
V.:H.: Jaime Olguín González
V.:H.: Nelson Saldías Valdés
V.:H.: Eduardo Salgado Solovera
V.:H.: Eduardo Orellana Espinoza
V.:H.: Óscar Poyanco Caballero
V.:H.: Ricardo Toro Castillo
Carlos Cortés Barrios
Edgardo Enríquez Frodden
Alberto Bachelet Martinez
Carlos Barril Villalobos
Atilio Hernán Opazo Ramos.
César Córdoba Oyarzún
Revista Masónica

VE R A NO 2020