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Alumno: Jesús Alejandro Olguín Rangel

Materia: Cuerpo, ambiente y cognición


Carrera: Antropología Social
7mo Semestre, Matutino

Ensayo sobre el texto de Le Breton

Durante la clase había llegado a la conclusión, respecto a la frase de Le Breton


“siento, luego existo”, de que era el pensamiento, por medio de la consciencia, lo
que nos proporcionaba la idea de existir, en el sentido de saberse vivo, de
entenderse como yo. Había llegado a esta conclusión en tanto que las
sensaciones por sí mismas no nos generan la consciencia de ser sino por medio
del pensamiento. Así, la idea de existir no podría surgir directamente de las
sensaciones. Al ser, por tanto, el pensamiento ese medio por el cual surge la idea
de existir, me sonaba más acertado –sin llegar al grado de confirmarlo de cierto- la
idea de “pienso, luego existo” que la de “siento, luego existo”.

No obstante, al reflexionar un poco más este asunto, llegué a la conclusión de


que, al final de cuentas, no se podría prescindir de las sensaciones, puesto que
son éstas las que impulsan al pensamiento. Yo no podría pensar en una manzana
sino es porque he visto manzanas, las he saboreado y olido, en sí, porque las he
experimentado; igualmente con todas las demás cosas que podamos pensar. Se
piensa porque se perciben cosas existentes en el mundo. Así, al no poder
prescindir de las sensaciones, entonces éstas entran dentro del proceso de
establecer la idea de existir. Plasmo esto en la frase: siento, luego pienso y luego
existo.

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