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Yo misma he cometido repetidamente este error. Cuando oí por primera vez sobre
violencia en las relaciones entre lesbiana, lo encontré muy difícil de creer. Eso no entraba
en mi ideal visión de la comunidad lesbiana. Aún sabiendo que eso sucedía, yo
minimizaba la realidad diciéndome a mí misma "Al fin, no ocurre con muchas mas
frecuencia de lo que ocurre en las parejas heterosexuales". Estaba tratando de evitar mi
verdadero sentir acerca de este tema.
Finalmente comprendí que solo enfrentando la penosa realidad acerca del abuso entre
lesbiana podría realmente hacer de nuestra comunidad el lugar seguro que yo quería que
fuese. Ignorando este tema, estaba formando parte del problema. Nosotras mismas
estábamos creando un ambiente no receptivo para escuchar a las lesbianas hablar de
abuso, o para ayudarlas a encontrar la seguridad y el apoyo que necesitaban.
Si no somos capaces de escuchar y apoyar a las sobrevivientes del abuso en una pareja
de lesbianas, fallaremos al apoyar a otras lesbianas que nos necesiten. Las lesbianas
somos quienes estamos en mejor posición para entender la problemática de una relación
abusiva entre dos mujeres, como por ejemplo que una lesbiana víctima de abuso insista
ante sus padres que su relación es maravillosa e ideal para evitar la pena de confirmarles
a los padres la creencia de que todas las relaciones lesbianas no son estables. O la
lesbiana que sabe cómo se da la dinámica de abuso en una pareja heterosexual, pero no
puede admitir o hablar del abuso emocional del que está siendo víctima por parte de su
pareja.
Como comunidad, tenemos que comenzar a ofrecer soporte a las lesbianas víctimas de
abuso, pero este no debe limitarse sólo a las lesbianas que conocemos personalmente.
De alguna manera tenemos que tratar duramente de entender que el abuso puede darse
en cualquier lugar, hasta que la idea se torne real para nosotras, aunque nos haga
confrontar nuestros estereotipos.
Demasiado a menudo he oído a lesbianas decir cuando otra les cuenta que está siendo
abusada "Pero, cuando la conociste... ¿no te diste cuenta?" o "Pero tú eres una mujer
fuerte ¿por qué no la dejas?".
Para la mayoría de nosotras es muy difícil aceptar que estamos teniendo problemas en
nuestra relación. Generalmente nos sentimos avergonzadas, atemorizadas o queremos
protegernos ante la opinión de los demás fingiendo que todo está bien. Imaginen estos
sentimientos de vergüenza y temor multiplicados por cien, y luego por cien más...hasta el
punto de sentir que el abuso es merecido.
Una mujer víctima de abuso muchas veces piensa que ese abuso prueba que algo
negativo sucede con ella. Por supuesto, esto hace que ella rechace contarles este
problema a otras personas. Si la víctima es una sobreviviente de abuso durante su
infancia, su vergüenza y trauma se incrementarán aún mas, proporcionalmente a la
probabilidad de que guarde silencio. Y por supuesto, a ninguna nos gusta ser el centro de
chismes, y este tipo de cosas es de las que rápidamente corre por la comunidad lesbiana.
Si la pareja ha permanecido junta por una considerable cantidad de años, o una de las
integrantes es una figura conocida en la comunidad lesbiana, probablemente la presión de
pretender que todo está bien sea mayor. Esta necesidad de ocultar el abuso será mayor si
la mujer que sufre el abuso es de color o miembro de otro grupo oprimido, la mujer evitará
contar algo para no sentir además presión por racismo.
El abuso en la pareja puede no ser directo. Puede ocurrir inconscientemente, pero sea del
tipo que sea deja a la mujer en un sentimiento de confusión e inseguridad. La presión
para tener relaciones sexuales puede ser interpretada por quién abusa como cortejo
romántico. Las constantes críticas interpretadas como intentos de ayuda. Pero así el
abuso sea abierto (golpes, patadas, empujones y obligar a la otra a tener sexo) o
encubierto (manipulación emocional, aislamiento, controlar a la pareja, humillarla) es
desvastante para la autoestima de la mujer y su capacidad de hacer cosas por sí misma.
Es predecible entonces que el abuso torne a una persona confusa, triste, llevarla a
culparse a sí misma, avergonzada, y desconfiada de su capacidad para confiar en sus
sentimientos, tomar decisiones, y temor a protegerse a sí misma yéndose.
El impacto del abuso de pareja, aunque sea experimentado por una lesbiana o por una
mujer heterosexual, es el mismo. Sin embargo, en el caso de las lesbianas, el abuso
ocurre en el contexto de la homofobia y el sexismo, entonces hay cosas que lo hacen
diferente.
- Como el abuso ocurre entre dos mujeres, muchas personas no lo toman seriamente,
calificándolo como "abuso mutuo". Esto es un mito.
- Muchas personas no creen que una mujer sea capaz de causarle a otra daño físico
significante. Otro mito.
- Una lesbiana que decida llamar a la policía enfrenta todo tipo de reacciones
homofóbicas.
Aunque conocemos bien el tipo de violencia que un hombre puede perpetrar contra una
mujer, no estamos preparadas para que la violencia provenga de otra mujer. El saber esto
causa un shock, nos hace sentir un profundo rechazo, más aislamiento, es más difícil de
definir, dado que las definiciones de abuso excluyen generalmente a las relaciones
lesbianas. Y lo peor es que si la víctima está envuelta en una relación cerrada, encontrará
mucho menos soporte que otras mujeres, y se sentirá mucho más sola.
Tener lugares seguros y con fuerte apoyo para poder hablar abiertamente de relaciones
de abuso en la pareja es uno de los puntos críticos a resolver. A las lesbianas raramente
se les provee la oportunidad de hablar de la pena y el enojo de haber sido abusadas, de
reflejar lo que sucede, manejar los reproches a sí misma y de este modo poder salir de
esa relación abusiva. Muchas veces las mujeres sienten que tiene que evitar las salidas
sociales, y pueden provocar mayor aislamiento de sí mismas en un intento por evitar a la
mujer que abusó de ellas.
En realidad, muchas lesbianas no tienen a quien recurrir, porque con cualquier persona de
las que puede hablar, incluyendo los servicios de apoyo, conocen a su pareja. Muchas
sobrevivientes de abuso recalcan que no recibieron mucho apoyo de otras, dado que
cuando mencionaron el hecho de estar siendo abusadas, la mujer que se suponía debía
brindarle apoyo le respondía que no había forma de saber quién decía la verdad. Este es
un punto que una mujer heterosexual rara vez o nunca debe enfrentar, que se ponga en
duda su palabra cuando es víctima.
Ambas mujeres necesitan ayuda, la mujer abusada para evitar el daño y la abusadora
para detenerlo y tomar conciencia de lo negativo de su actitud. Pero la prioridad de ayuda
es para la víctima, que debe ser trasladada a un lugar seguro. Como comunidad debemos
encontrar el medio de ayudar a estas mujeres.
Muchas lesbianas han hablado de ir a un refugio para mujeres, solo para encontrar que su
abusadora está también allí. Otras lesbianas han remarcado como después de haber
podido salir de una relación abusiva, oyen cómo su pareja abusadora dice a todo el
mundo que ella fue la víctima.