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INTRODUCCION

La educación es un fenómeno que todos conocemos y que hemos vivido porque es


parte del proceso de un sujeto para el desarrollo de habilidades cognitivas, que finalmente
deben llevarlo al reflejo de una buena integración en la sociedad y en algún momento
lograr sumergir de manera adecuada en el mundo laboral, satisfaciendo las necesidades
globales que hoy en día se presentan.
Para García (citado por Pozo y Otero, 2004), la educación se trata de un proceso
dinámico que pretende el perfeccionamiento humano, requiere la influencia intencional y
pretende lograr la socialización del sujeto. Pero siempre se debe considerar que hay
cambios entre sociedades y por lo tanto estos cambios deberían ayudar a tener una mejor
calidad educativa con una orientación adecuada, por parte de todos los elementos que
intervienen en ella, y esto corresponde hoy en día a las políticas educativas para
conseguir una gran transformación en donde las necesidades para mejorar la enseñanza
y el aprendizaje sean cubiertas con eficacia.
Enfocando la educación en el nivel superior, éste es un ámbito de profundas
transformaciones, con repercusiones en los planos económico, social, político y cultural. Y
se han reformado los sistemas educativos porque visualizaron que lo que va sucediendo
en el proceso enseñanza aprendizaje marcará la trayectoria del futuro, y para esto es
necesario analizar, comparar y reflexionar parte de algunas transformaciones como los
elementos educativos: roles docente-alumno, modelos educativos, contextos y saberes
entre otros. Complementando lo anterior Salman Rushdie escribió: “No sabemos lo que
nos traerá el futuro, pero podemos, si nos movemos en la dirección correcta, llevarlo hacia
un lugar mejor" (Quiñones, 2012).

DESARROLLO
En el proceso de enseñanza aprendizaje, para favorecer la construcción y adquirir los
conocimientos de tipo informativo y formativo en los estudiantes, implica estar inmerso en
la didáctica, donde se emplea las teorías de enseñanza, procesos educativos con
modelos, métodos y técnicas para optimizar la educación. Mattos (citado por Mallart,
2001) menciona que la didáctica se ocupa de los principios generales y normas para
dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia los objetivos educativos, ofrece
modelos descriptivos, explicativos e interpretativos generales aplicables, se analiza
críticamente las grandes corrientes del pensamiento didáctico y las tendencias
predominantes en la enseñanza contemporánea. Todo esto aplica a la educación
superior, que tiene una alta responsabilidad con la sociedad, son los encargados de
preparar a los profesionales del futuro. Lleva siendo así desde hace décadas, y no es
ajena a una renovación metodológica de acuerdo a la transformación de la sociedad.
En la etapa de mi educación superior el docente era el centro de la enseñanza en el aula,
la educación era tradicional, el profesor transmitía el conocimiento al alumno, su rol era
activo, era quien poseía el saber, realizaba clase magistral, organizaba sus temas de
acuerdo a los programas de estudios, transmitían de manera conceptual y con ejercicios
didácticos y prácticas de laboratorio, la mayoría de los maestros no utilizaban recursos
didácticos y si lo hacían era a través de acetatos, el proceso de enseñanza era
generalmente a través del pizarrón, hacía pausa y preguntaba a algunos estudiantes
sobre el tema con el propósito de saber si los alumnos estábamos entendiendo y
poniendo atención. Utilizaban método instruccional lo que considero limitaba, ya que al
integrar los saberes adquiridos en diversas situaciones de la vida era complicado.
El rol del alumno era pasivo, solo recibía información del maestro, se memorizaba de
manera mecánica y la comprensión era tal vez poca o nula, se anotaba en el cuaderno lo
del pizarrón o lo que dictaba el maestro, tampoco había mucha interacción entre maestro
alumno, generalmente el maestro llegaba al salón de clases, luego de saludar y pasar
lista, se dedicaba a exponer su clase, solo interveníamos cuando había dudas o al
momento de participar.
Este modelo tradicional, para Sanjurjo (1994), es un saber memorizado, de manera
mecánica, a un nuevo conocimiento que es sumado, no incorporado, ni reflexionado, al
que el alumno ya posee, no encontrándole éste, a su vez, sentido a dicho saber. También
es un ambiente de aprendizaje, que dista de un aprendizaje comprendido, se hace casi
natural que los alumnos consideren que sólo se puede aprender de, y que el único quien
les puede enseñar es, su profesor (Ordoñez, 2006). Esto produce un resultado específico,
del cual se puede sugerir que es el perfil de un estudiante que más que todo cuenta con
un conocimiento teórico (saber qué), y con una falta relevante de experiencia, para
arreglárselas, en cierta medida, con problemas similares de la vida profesional y cotidiana.
Sin embargo, Mojica ( 2005), menciona que también este modelo contribuye al desarrollo
del esfuerzo personal, la voluntad, la autodisciplina entre los alumnos y privilegia la
memorización de saberes.
En la actualidad, las nuevas tecnologías están invadiendo las actividades en la
humanidad, de modo tal que hay cambios significativos en la sociedad actual. Esto incluye
a la educación superior, hay cambios metodológicos en la que el profesor ha dejado de
ser el eje de la enseñanza en el aula y ahora el alumno ocupa el centro de la actividad
bajo un modelo de aprendizaje independiente, en donde el docente tiene que promover
auxiliándose de recursos para propósitos formativos asociados con la preparación
profesional y la formación de competencias que pueden integrarse a la vida diaria. Ahora
es un proceso activo para el estudiante, ya que él es el protagonista de su aprendizaje, el
docente actúa como un facilitador que lo guía mediante estrategias didácticas para
construir su aprendizaje. Piaget (citado por Sanjurjo, 1994), señala que el estudiante
aprende un nuevo saber, al darle a éste un significado, a partir de sus saberes y
experiencias previas, esto es, el alumno asimila y acomoda el nuevo conocimiento a su
estructura cognitiva que él ya posee. Así mismo el docente facilita el aprendizaje a sus
estudiantes para que aprendan un saber nuevo a través, por ejemplo, del diseño de
tareas o desempeños reales que favorecen o guían la comprensión de dicho saber,
mientras que los estudiantes construyen sentidos al incorporar el nuevo saber a los que
ellos ya poseen, a su vez, que lo distinguen, comprenden y pueden obtener de diferentes
fuentes de información.
En consecuencia, hay un ambiente de aprendizaje, en el que los alumnos contemplan
diversas fuentes de información para aprender y ejercitan la reflexión, usualmente,
fomenta a que los estudiantes pueden también aprender en interacción con otros, como
con sus compañeros de clase, otros profesionales, internet, entre otras fuentes (Ordoñez,
2006).

Una de las experiencias didácticas más representativas en mi educación superior son las
prácticas en el laboratorio, en el que solo se limitaba a un espacio físico establecido,
utilizando materiales, instrumentos y reactivos que se ubicaban en ese lugar, y las
prácticas de laboratorio tenían como propósito confirmar algo tratado en una clase teórica
expositiva, eran guías, las cuales de manera metódica se le daban un seguimiento
riguroso de una serie de pasos para obtener un resultado conocido previamente, la
participación de los estudiantes era pobre, ya que se seguía las indicaciones del
docente, para comprobar o fijar temas; dejando de lado la posibilidad de lograr desarrollar
en los estudiantes competencias científicas. Mencionan Espinosa & Gonzalez (2016), que
en las prácticas de laboratorio, los estudiantes deben seguir una receta para llegar a la
conclusión predeterminada, en consecuencia, la demanda cognitiva en el laboratorio
tiende a ser muy baja, de igual forma se presentan mayores dificultades en los procesos
de enseñanza-aprendizaje al implementar estas estrategias didácticas, ya que se
conciben como espacios que permiten comprobar la teoría.
Actualmente todavía se realizan las prácticas de laboratorio como estrategia didáctica que
es utilizada desde el marco teórico constructivista, promueve que los estudiantes logren la
construcción de conocimiento científico escolar y alcancen el desarrollo de competencias
científicas, hay mayor autonomía y participación por parte de los educandos, para que
sean ellos quienes lleguen a proponer y ejecutar prácticas de laboratorio en las que se
aborden las dimensiones conceptuales, procedimentales y actitudinales del conocimiento
(Espinosa & Gonzalez, 2016).
El docente facilita y regula la implementación de las prácticas de laboratorio, el cual debe
organizar temporal y espacialmente ambientes de aprendizaje que le permitan a los
estudiantes, realizar acciones psicomotoras y sociales a través del trabajo colaborativo,
establecer comunicación entre las diversas fuentes de información, interactuar con
equipos e instrumentos y abordar la solución de los problemas desde un enfoque
interdisciplinar-profesional.
Tambien Espinosa & Gonzalez (2016) analizan las prácticas experimentales desde una
visión que se fundamenta en “el pensar, comunicar, proponer, construir y aprender
haciendo”, donde se desarrolla la creatividad e imaginación de los estudiantes, para que
se vayan preparando ante las necesidades de la sociedad, que los requiere cada vez más
comprometidos y capaces de poder idear cualquier alternativa innovadora para dar
solución a las problemáticas que surgen constantemente.
Según lo plantean Carreras, Yuste y Sánchez (citados por Agudelo & García, 2010) que
“los experimentos, por sencillos que sean, permiten a los estudiantes profundizar en el
conocimiento de un fenómeno determinado, estudiarlo teórica y experimentalmente, y
desarrollar habilidades y actitudes propias de los investigadores”.
Con base a lo anterior, las prácticas de laboratorio como estrategia didáctica en el nivel
superior siempre ha existido, solo que con enfoques y aplicaciones diferentes de acuerdo
a diferentes épocas, diferentes contextos, en este caso de una educación tradicional a
una constructivista que actualmente logran promover en los estudiantes habilidades
científicas, como la observación de los fenómenos, el planteamiento y resolución de
problemas, la formulación de preguntas válidas para un proceso investigativo, y el
desarrollo y perfeccionamiento de procesos de alta complejidad que se alcanzan a través
del tiempo, tales como la destreza manipulativa. Pretendiendo así que los estudiantes
logren abordar problemas que ellos mismos se planteen y aprendan a resolverlos para
fortalecer la capacidad de interpretar, argumentar y reflexionar sobre lo que aprenden y
los resultados que obtienen, en función de poder trasladar estas habilidades científicas a
otros campos; reflexionando y accionando su función en la sociedad, en pro de contribuir
a solventar las dificultades y necesidades que se presentan en su entorno (Espinosa &
Gonzalez, 2016).

Conclusiones
Aprender es un proceso sistemático, permanente y depende y se produce en relación
determinante con las condiciones históricas, políticas, económicas y sociales en que tiene
lugar, conduce a la producción personal; en condiciones socializadas; de conocimientos,
habilidades y hábitos, valores, sentimientos gustos, ideales, aspiraciones, intereses,
actitudes y conductas, y para esto es importante los elementos del proceso enseñanza
aprendizaje, así como la didáctica, el rol del docente y del estudiante, los ambientes de
aprendizaje entre otros.
La educación va rediseñando y valorando las estrategias de enseñanza de hoy en
día, para que el sistema educativo responda a la aceleración de los cambios
sociales siendo capaz de mejorar la calidad educativa, y para ello se necesita que
todos los agentes que intervienen en ella se replanteen y analicen los efectos de estos
cambios.
Los docentes deben estar en constante capacitación e innovación y crear en los
estudiantes el desarrollo de habilidades competentes.

Referencias

Agudelo Giraldo, J., & García, G. (2010). Aprendizaje significativo a partir de prácticas de
laboratorio de precisión. . En Latin-American, 149-152.
Espinosa Ríos, E., & Gonzalez Lopez, K. (2016). Las prácticas de laboratorio: una
estrategia didáctica en la construcción de conocimiento científico escolar.
Entramado, 266-281.
Mallart Navarra, J. (2001). Didáctica general para psicopedagogos. Madrid: UNED.
Mojica, F. (2005). La educación superior latinoamericana frente a las reglas del juego del
siglo XXI. Quito: Universidad tecnológica.
Ordoñez, C. (2006). Pensar pedagogicamente de nuevo desde el constructivismo.
Ciencias de la salud, 14-23.
Ordoñez, C. (2006). Pensar pedagógicamente, de nuevo, desde el constructivismo.
Ciencias de la educación, 14-23.
Pozo, A., Alvarez Catillo , M., Luengos Nava, J., & Otero Urtza, J. (2004). En L. e.
conocimiento. Madrid: Biblioteca nueva.
Quiñones, A. (2012). El futuro que no fue. Suplemento cultural.
Sanjurjo , L. (1994). Estrategias didácticas para orientar el aprendizaje significativo.
Argentina: Homo sapiens.
Sanjurjo, L. (1994). Aprendizaje significativo y enseñanza en los niveles medio y superior .
Argentina: Homo sapiens.

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