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en las preferencias de los gobernantes o las clases sociales. Los clásicos enfatizaron los
beneficios del libre comercio y desarrollaron un análisis organizado del valor de los bienes y
La metodología de los clásicos estaba fuertemente influida por los desarrollos científicos
formular, generalmente, modelos conceptuales que les permitieran enunciar leyes naturales
inductivo.
Los economistas clásicos reorientaron la economía, alejándose del análisis previo que se
centraba en los intereses personales del gobernante y/o las clases gobernantes.
El fisiócrata François Quesnay y Adam Smith, por ejemplo, identificaron la riqueza de la nación
con el producto nacional bruto, en lugar de con la tesorería del rey o del estado.
Gracias a algunas de sus aplicaciones a la filosofía social, de John Stuart Mill (1848).
Otro texto cuya importancia no puede ser ignorada es El Capital, de Marx (1867).
¿Cuáles son los principales
exponentes de la economía
clásica?
Adam Smith
Jean-Baptiste Say
David Ricardo.
Karl Marx
Thomas Malthus
William Petty
Frédéric Bastiat,
Johann Heinrich von Thünen.
John Stuart Mill.
¿Cuál son las leyes de la
economía clásica?
Leyes Económicas Clásicas
El progreso técnico reduce los costos de transporte, lo que aumenta los ingresos (o poder de
compra de los mismos) de la población en general y expande y transforma el mercado,
facilitando así el crecimiento urbano y la expansión de la producción.
La riqueza depende de la producción. Cuantos más bienes se produzcan, más bienes existirán,
que constituirán una demanda para otros bienes, lo que tiende a una situación en la cual todos
los recursos se emplean al máximo, a beneficio general.
Ley de la oferta.
Dado que ciertos bienes se pueden vender el “valor de cambio” o precio de los mismos depende de
la oferta.
• Si hay un solo productor, o los productores actúan en conjunto, los precios serán los de
monopolio (es decir, los más altos posibles).
• Si hay varios productores y hay competencia, los precios decaerán al límite posible: el costo de
producción o precio natural (Teoría del valor como costo de producción) (nótese que ese precio
natural incluye los "salarios" tanto del trabajo como del capital y los recursos naturales,
incluyendo la renta financiera).
Teoría del valor-trabajo:
El valor de un bien o servicio está dado por la cantidad de trabajo empleado en la producción de
ese bien o servicio.
Los salarios reales tienden "de forma natural" hacia un nivel mínimo, que corresponde a las
por encima de este nivel provoca que las familias tengan un mayor número de hijos y por tanto
la Edad Media, y luego fue extendiéndose hacia un sistema comercial muy popular en el siglo
América, por lo que llegaban a Europa grandes cantidades de metales preciosos provenientes
Inglaterra
España
Francia
Italia
Representantes del Mercantilismo
Thomas Mun (1571 – 1641) siglo XVII: de origen
importaciones
aumento de la riqueza.
Jean Bodin (1530 – 1596) siglo XVI: uno de los fundadores
balanzas de pagos.
El Sistema Mercantilista
tener dinero te hace rico y la acumulación de este como principal pilar para el enriquecimiento
del Estado.
exportación, para obtener mayores cantidades de riquezas a través del intercambio comercial.
• Uno de sus objetivos principales fue la denuncia de las ideas mercantilistas restrictivas de la
• Para Adam Smith, el Estado debía abstenerse de intervenir en la economía ya que si los
Buscadores de Rentas.
Demandantes de privilegios
Compañía de las indias orientales
La empresa comercial asumió el mando de un subcontinente entero y dejó a su paso un legado
que aún es palpable en la vida moderna.
Hechos e Ideas
Agencia Reuter
Hubo financiamiento federal pero solo una parte también conto con el empresariado privado
fueron los primeros en inventar los bonos de derecho de propiedad.
la empresa y comunicaciones.
LAS REVOLUCIONES INDUSTRIALES
La revolución industrial se inició en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Sin embargo a lo
largo del siglo XIX hubo otros países que se incorporaron al proceso de industrialización.
Conocemos con el nombre de first comers, que se puede traducir como los primeros en llegar
para denominar a los países que iniciaron su industrialización en forma temprana; como el caso
Entre ellos se encuentran los países de Rusia, EEUU y Japón , Norte de Italia y
España.
Las Revoluciones Industriales
First Comers : Francia, Bélgica y Alemania Late comers: Rusia, EEUU; Japón
1860 1880
1810
Durante la primera mitad del siglo XIX, Gran Bretaña mostró su superioridad industrial frente al
resto del continente pero no pasarían muchos años antes de que encontrara nuevos y potentes
competidores. De hecho desde 1870 Alemania fue el escaparate en que se miraron las naciones
en vías de desarrollo.
Los historiadores de la economía identificaron el proceso de industrialización
como la adopción del modelo desarrollado por Gran Bretaña. Sin embargo
intereses de determinados grupos. En este ámbito cabe destacar el ritmo y la eficacia de las
fenómeno que en dos faces : Domestic System y putting out system doto algunas regiones de
• Guerra Napoleónicas
Aunque de forma muy desigual en función del país y de la región de la que se desarrollo el
proceso industrial se desarrollo en Europa entre 1810 y 1880. las grandes transformaciones
origen y desarrollo al del modelo británico. El peso del sector textil fue menor, aparecieron
industria pesada.
En Europa Meridional, especialmente en Italia y España, coexistían fuertemente áreas
parte, la Europa Oriental permaneció prácticamente todo el siglo XIX con la estructura típica del
Antiguo Régimen ya que el peso de las estructuras señoriales en el campo era muy fuerte. Sólo
Europa coinciden con los más poblados de Europa. Pero también es verdad que el
lugar la red viaria de gran Bretaña y Europa para 1840 y luego al final del siglo XIX.
Modelos de Industrialización
CAPITALISMO INDUSTRIAL Y LIBERALISMO
ECONÓMICO
El Factory system estuvo ligado al nacimiento y consolidación del capitalismo industrial como
sistema económico y al liberalismo como doctrina. Este nuevo orden instauró, como elementos
Una parte muy grande de la población, el proletariado, no tenga ninguna propiedad, solo su fuerza de
Los capitalistas vivan de su propiedad, es necesario que los trabajadores produzcan más de lo que
ganan, es decir, generen un excedente, que es el elemento esencial del beneficio capitalista.
El Capitalismo
Además, el capitalismo es un sistema de iniciativa libre, no planificado, que tiene como objetivo
intervención del Estado, en el que el mercado sólo se regula mediante la ley de la oferta y la
demanda. La competencia entre los empresarios para conquistar mercados provoca una carrera
para reducir costes y precios, lo que se convierte en un incentivo para la constante renovación
tecnológica.
Sin embargo, la falta de planificación y el aumento progresivo de la producción provocan crisis
que se repiten cíclicamente. Estas no son, por tanto, ocasionales o producto de un fallo en el
sistema, sino una forma de recuperar el equilibrio entre oferta y demanda cuando este se pierde
por exceso o defecto de una u otra. A lo largo del siglo XIX, las crisis de sobreproducción
industrial sustituyeron a las antiguas crisis de subsistencia ligadas a las malas cosechas. En
reducían y las empresas cerraban; con las consecuencias negativas que eso solía tener en el
ámbito del empleo. En ese contexto, solo sobrevivían aquellas industrias con capacidad para
ellas, la actividad económica debe desarrollarse sin ningún tipo de intervención o traba por parte
del Estado, respetándose la ley de la oferta y la demanda. A partir de ahí, llevado eso al campo
del comercio internacional, éste debe desarrollarse libremente, sin ningún tipo de trabas o
producto interior frente al que se importa, frente al extranjero. Esto se materializará mediante
Bretaña durante la década de 1840. Y, más en concreto, entre los liberales o whigs, de corte
en Gran Bretaña.
Sin embargo, el cambio en una única nación no garantiza el triunfo de esa doctrina. Los
británicos tuvieron encontrar aliados, y precisamente los iban a hallar al otro lado del Canal de la
Mancha, en la Francia de Napoleón III. Con ella se firmó un acuerdo de libre comercio, el
conocido como Tratado Cobden-Chevalier, en 1860. Este fue el primer paso para sentar las
cuestiones. En primer lugar, estarían las necesidades políticas de Napoleón III, que había sido
nombrado emperador en 1851. Este necesitaba el apoyo internacional a su corona, y qué mejor
respaldo que el británico. En segundo término, tendríamos que hablar de Michelle Chevalier, una
persona a la que Napoleón encomendó la negociación del tratado comercial por tratarse de un
acérrimo defensor del librecambio. Por tanto, este iba a ser el responsable de llegar a un
acuerdo con Richard Cobden en 1859, el cual sería ratificado por ambas naciones un año
después.
En virtud de este, Gran Bretaña se comprometía a eliminar todos los aranceles a los productos
franceses con dos excepciones: el vino y el brandy, pues eso podía afectar a sus acuerdos
15%.
Por tanto, el Cobden-Chevalier no fue un acuerdo netamente librecambista, pero iba a sentar las bases de lo que,
a lo largo de la década siguiente, sí iba a ser un sistema de librecambio. Y esto hay que relacionarlo,
fundamentalmente, con una cláusula que introdujo el acuerdo: la cláusula a la nación más favorecida. Según
esta, los franceses se comprometían a dar a Gran Bretaña mejores condiciones comerciales que a otros países.
Y, por su parte, los británicos hacían lo propio con los productos venidos de Francia. Esto suponía que, en cuanto
firmaban otros acuerdos con terceros países, inmediatamente se revisaban sus mutuos aranceles a la baja..
Esto permitió que, a lo largo de una década, las barreras comerciales de Europa se fueran
retirando de forma progresiva gracias a la cláusula a la nación más favorecida. Esta situación de
predominio del librecambismo se mantuvo hasta la crisis económica de los años setenta del siglo
XIX. Esta inauguró una nueva era de proteccionismo que obligaría a replantearse la estructura
exportaciones entre los distintos países multiplicó su valor por más de veinticinco. Además, el
60% de estas tuvieron como protagonistas a los países europeos, cuyo comercio creció un 6%
anual entre 1840 y 1873; es decir, cinco veces más rápido que el incremento de la población y
plantas y filiales en diversos países, así como con el desarrollo de una estrategia empresarial mundial orientada a
De ser el propietario de los factores productivos para competir con la empresa rival en el país de destino.
La de localización. Donde destaca el abaratamiento del transporte, la creación de una red de ventas, y la
industriales de mediados del siglo XIX en ámbitos como el ferrocarril y la siderurgia. A partir de ahí, la mayoría
de las grandes corporaciones que se formaron en las décadas siguientes fueron ya empresas multinacionales. En
los años previos a la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de ellas tenían su origen en Alemania y los Estados
Unidos. Dos potencias económicas que estaban superando al tercer país con más multinacionales: el Reino
Unido.
Las consecuencias de la Primera Guerra
Mundial.
Se calcula que el conflicto inició en 1914 afectó a cerca de 200 millones de personas, entre las que cabe
desnutrición y las pésimas condiciones higiénico sanitarias favorecieron la aparición de epidemias como el
tifus, el cólera y la gripe, que diezmaron a la población europea. A su vez, la elevada mortalidad afectó
negativamente al número de nacimientos y también provocó un descenso de la población activa. Como es lógico,
todo esto tuvo consecuencias en la economía de los países europeos durante todo el periodo de entreguerras.
Durante el conflicto bélico, las potencias europeas perdieron cerca de un cuarto de su riqueza nacional. Por
ejemplo se calcula que Italia perdió un 22%, Alemania un 26% y Francia un 30%. Por otro lado, el esfuerzo bélico
incrementó el gasto público de los países combatientes. Esto les obligó, en primer lugar, a recurrir a sus reservas de oro.
Y, cuando éstas se agotaron, a emitir de manera masiva deuda pública. Además, los estados derrotados tuvieron que
hacer frente al pago de las indemnizaciones de guerra. Sin embargo, el conflicto también favoreció a algunos países. La
guerra consolidó las economías de los Estados Unidos y Japón, quienes vieron cómo sus exportaciones aumentaban en
referimos a Rusia, Alemania, Austria-‐ Hungría y el Imperio Otomano. Además, los tratados de paz alteraron la
desarrollo del nacionalismo. Por último, hemos de destacar la aparición de la Unión Soviética, el primer gran
bélicas. De ahí que, en 1919, la reconversión industrial no sólo fuera necesaria, sino urgente. Un problema al que habría
que añadir las enormes deudas adquiridas, las pérdidas demográficas, la destrucción de infraestructuras y la pérdida de
aquellos mercados que durante la guerra no pudieron atender y que, fundamentalmente, fueron ocupados por los
Estados Unidos. Estos se convirtieron en la primera potencia económica del mundo, desplazando a los británicos. A esto
habría que añadir su condición de gran acreedor, pues acumulaban la mayor parte de la deuda europea. Todos estos
factores a los que hemos hecho referencia llevaron a que Europa sufriera una gran crisis económica entre 1921 y 1924.
Esta fue especialmente grave en Alemania, pues tuvo que hacer frente a las indemnizaciones de guerra y a la
humillación de la derrota
Como ya hemos comentado, desde 1919 se produjo un fuerte descenso de la población activa debido a la cantidad de
fallecimientos que tuvieron lugar durante la guerra. Por ejemplo, las pérdidas alemanas se cifran en torno a un
millón setecientas mil personas, mientras que entre los vencedores la más perjudicada fue Francia, con un millón y
medio de fallecidos y en torno a tres millones de heridos graves. El impacto en Gran Bretaña fue bastante
menor: setecientos cincuenta mil fallecidos. A todas esas pérdidas humanas, que evidentemente tenían
consecuencias en el sistema productivo y la riqueza de cada uno de los países, tendríamos que añadir los desajustes
aumento de la conflictividad social y las movilizaciones impulsadas por los sindicatos o trade unions. Por supuesto, las altas tasas de
desempleo también se dieron en otros países, al igual que los procesos inflacionistas. Ahora bien, ninguno de ellos llegó al nivel de la
inflación alemana. En 1921, la crisis económica y las reparaciones de guerra llevaron al Estado al borde de la quiebra. De esta manera,
con el fin de obtener fondos, se recurrió a la impresión de moneda que no estaba respaldada por las reservas de oro estatales. En
consecuencia, el Marco alemán se devaluó hasta perder prácticamente todo su valor. Un ejemplo: en julio de 1923 el dólar
norteamericano equivalía a un millón de Marcos alemanes. Evidentemente, ante la devaluación monetaria el coste de los
productos se incrementó de una forma espectacular, dando lugar a lo que llamamos “hiperinflación”. Esta tuvo dos importantes
La segunda consecuencia de la hiperinflación fue la vuelta al trueque. Es decir, la devaluación monetaria y la inestabilidad de los
precios hizo que los alemanes prefirieran utilizar otros medios de intercambio.
La hiperinflación se acabó a finales de 1923, momento en que el gobierno alemán sacó de circulación el Marco, el llamado
Deutschemark, y estableció una nueva moneda, el Rentenmark. Ahora bien, si se restauró la confianza en el dinero fue porque esta
nueva moneda gozaba del respaldo del dólar norteamericano. La ayuda de los Estados Unidos fue fundamental para que Alemania
superará la hiperinflación.
La deuda y las reparaciones de guerra.
Las deudas contraídas durante la Primera Guerra Mundial.
UNIDOS. Ahora bien, no todos ellos se encontraban en las mismas circunstancias. Mientras que Gran Bretaña
podía hacer frente a sus deudas, siempre y cuando los demás países devolvieran los préstamos que le debían,
Francia y los restantes vencedores dependían de las reparaciones de guerra; es decir de la cantidad de dinero
que según los acuerdos de paz debía pagar Alemania. Y esta, por su parte, trató de flexibilizar las condiciones
alemanas. Fue así como, entre 1920 y 1922, Alemania se vio obligado a pagar ocho mil quinientos millones de
Marcos en concepto de reparaciones. Un tremendo y prolongado esfuerzo que no pudo mantener en los últimos
meses del año veintidós. Fue entonces cuando, con el argumento de que Alemania no estaba pagando las
cantidades acordadas, Francia y Bélgica invadieron la región del Ruhr. Al tratarse de una de las principales zonas
industriales y mineras del país, la economía alemana acuso notablemente ese impacto. Además, ese episodio
afectaba a Alemania y a todo el sistema de reparaciones y deuda. En 1924 se presentaba el Plan Dawes,
elaborado por una comisión presidida por el norteamericano Charles Dawes. En él se ofrecía a los alemanes un
préstamo internacional en condiciones muy favorables, así como una reducción de su deuda. El objetivo era
sacar al país del caos económico en el que se encontraba y garantizar que pudiera seguir realizando el pago de
las reparaciones.
Sin embargo, el plan afectaba a la soberanía alemana como Estado, pues establecía que determinados
impuestos debían ir directamente al pago de la deuda. En el fondo el problema se solucionó creando una especie
de círculo económico:
• Con dinero recibido, los vencedores del conflicto podían saldar su deuda con los norteamericanos.
Entre 1924 y 1929, los EE.UU. conocieron un periodo de
prosperidad norteamericano. Por tanto, si los EE.UU. pasaban por una coyuntura económica positiva, se verían
favorecidos países como Francia, Gran Bretaña, Italia o Alemania. Sin embargo, en cuanto la economía
norteamericana experimentará una crisis, todos los demás también la sufrirían. Eso permite entender la ficticia
prosperidad económica que vivieron los europeos de 1924 a 1929, así como la gran crisis que se inició en esa
fecha.
De entre los factores que permiten entender la prosperidad económica norteamericana cabe destacar los siguientes:
• En primer lugar, un importante crecimiento industrial basado en el uso de las nuevas energías como el petróleo
y la electricidad, así como en industrias como la siderurgia, la química o la automoción.
• También estaría la introducción de nuevas técnicas de organización del trabajo propias del taylorismo y del
fordismo.
• Otro aspecto a destacar sería el proceso de concentración de capitales y de empresas a través de fenómenos
como los cartel, trust y holdings.
• El cuarto punto fue la gran expansión bancaria y bursátil, con la generalización de las inversiones y la
especulación.
• Y, por último, la aparición de la sociedad de consumo, caracterizada por nuevos hábitos de vida y por la
importancia de la publicidad.
Los orígenes de la Gran Depresión.
Al término de la Primera Guerra Mundial la economía norteamericana era la más importante del mundo. Sus
producción anual no paraban de crecer, pero sobre todo se había fortalecido a nivel financiero y comercial. Ahora bien,
al igual que Europa, aunque con menor intensidad, había sufrido la crisis de posguerra. Los norteamericanos se dieron
cuenta de que una Europa débil no favorecía para nada su crecimiento económico. Aspiraban a colocar buena parte de
su producción en los países europeos, pero si éstos eran pobres difícilmente podrían comprar sus productos. De ahí su
empeño en la reconstrucción de Europa y de Alemania especialmente, cuya principal manifestación fue el plan de
Dawes y el sistema de relaciones económicas surgido a partir de 1924. Esto permitió la recuperación de Europa, que
desde el Gigante Americano. Y la ficción comenzó a llegar a su fin en el verano de 1928. En torno a esa fecha, los
inversores norteamericanos se dieron cuenta de que era más rentable invertir en la Bolsa, en Wall Street, que
en la deuda de los países europeos. Como es lógico, esto redujo el poder adquisitivo de Europa; y, por
consiguiente, no pudo comprar tantos productos americanos como hasta entonces. A pesar de eso, el producto
nacional bruto de los EE.UU. no dejó de crecer hasta marzo de 1929, donde alcanzó un máximo histórico
Desde ahí, comenzó a descender como consecuencia de la restricción de la demanda europea y la reducción,
por tanto, de las exportaciones. Y ante la reducción de las ventas se produjo un stock que llevó a las empresas a
reducir las plantillas y disminuir la producción. Pongamos un ejemplo: en marzo de 1929 la producción de
automóviles en los Estados Unidos ascendía a los 622.000, mientras que en el mes de septiembre de ese
mismo año se quedaba 416.000. Por tanto, era sólo cuestión de tiempo que esa situación de crisis se reflejara
en el mercado bursátil, que era el lugar donde se refugiaban buena parte de los ahorros de los inversores, de
valores bursátiles; es decir, de la cotización de las acciones en la Bolsa. Sin embargo, desde verano de 1928 se
descenso de la producción, los precios y el consumo. A pesar de todo esto, los inversores continuaron comprando
acciones, que alcanzaron su máximo histórico el 3 de septiembre. Desde entonces los valores se estabilizaron e,
El 21 de octubre, con el fin de evitar el hundimiento de la Bolsa, la Banca Morgan se hizo con un gran
paquete de acciones.
Sin embargo, eso solo pudo retrasar unos días el proceso, pues el día 24 salieron a la venta trece millones
El 29 de octubre se pusieron a la venta treinta y tres millones de acciones, y solo la mitad encontraron
comprador.
En definitiva, ante el temor a perder su dinero, aumentó el número de personas que quería vender. Y, al no existir
suficiente demanda para absorber esa oferta, la Bolsa se hundió. En los años siguientes, Wall Street mantuvo la
tendencia a la baja, alcanzando su mínimo histórico en 1932. En ese momento las acciones habían perdido ya el
90% del valor que tenían en octubre de 1929. De hecho, hasta 1954 los valores bursátiles no recuperaron los
niveles anteriores al Crack. La gravedad de la crisis bursátil, unida al papel que desempeñaban los EE.UU. en la
economía mundial, condujo a una crisis de carácter global que conocemos como la Gran Depresión.
Centrándonos en las consecuencias que tuvo todo esto para los Estados Unidos, destacaríamos una especie de
• En primer lugar, la ruina de los inversores. Es decir, las personas y empresas que habían participado en la
• La segunda consecuencia fue la crisis bancaria. Los bancos más débiles, ante la incapacidad de recuperar
el dinero que habían prestado, terminaron quebrando. De esta manera, entre 1929 y 1932, solo en los
En definitiva, los bancos dejaron de dar crédito por miedo a que ese dinero no les fuera devuelto. Y como
la circulación de capital es fundamental para el funcionamiento de la economía, esto no hizo más que
• El cuarto aspecto a destacar fue la caída del consumo y de los precios. El primero de esos fenómenos se
produjo como consecuencia de la falta de liquidez y del endeudamiento. Y, ante la caída del consumo,
• Pero quizá la consecuencia más importante, y en cierto modo la que engloba a todas las
fuentes de energía. Estas transformaciones coincidieron en el tiempo con un proceso de globalización favorecido
por la reducción del precio de los transportes y las mejoras en el campo de las comunicaciones. Esta progresiva
integración económica condujo a un aumento del comercio y de los flujos de capital, así como el acceso a un
mercado de mayor tamaño. Aunque gracias a eso las empresas podían acceder a un mayor número de
consumidores, también aumentó la competencia. Las nuevas circunstancias obligaron a las empresas a realizar
un esfuerzo de adaptación a los cambios en los mercados y en la tecnología, lo que hizo necesaria una
management. La tecnología de la segunda revolución industrial estuvo relacionada con la aparición de nuevas
industrias y productos que requerían una elevada inversión de capital en el ámbito del llamado manufacturing.
Se trataba de los transformados metálicos: maquinaria y bienes de equipo, material electrónico, automóviles y
nuevas aleaciones de metal entre otros. En estas industrias era ventajosa la producción en grandes cantidades
cantidades para reducir los costes medios. Y las economías de alcance como consecuencia de que con un mismo
proceso productivo se pueden producir distintos tipos de productos por lo que la empresa también reducirá los costes
medios si produce una mayor variedad. Ambas economías, de escala y alcance, llevaron a un aumento del tamaño de
las empresas, sobre todo en las relacionadas con la electricidad, la química y los transportes. Las empresas tenían
que invertir en capital, en grandes plantas para producir grandes series. Esta era una inversión a largo plazo que
hacía necesario el acceso a una mayor financiación y durante un periodo de tiempo más largo.
El proceso de desarrollo tecnológico también cambio en esos años. Las empresas tuvieron que invertir en
Esta inversión a largo plazo era importante porque inducía al proceso de aprendizaje tecnológico. Las empresas
generaban las condiciones para la absorción de nuevas tecnologías debido a la acumulación de conocimientos
teóricos y prácticos.
En lo que al marketing respecta, hemos de mencionar en primer lugar que la empresa de la primera revolución
industrial estaba dedica, casi exclusivamente, a la función de producir. De esta manera, la distribución de sus
productos a los mercados dependía de los distribuidores o comerciantes, quienes cubrían áreas locales y
regionales en la mayor parte de los casos. Ahora bien, cuando la inversión realizada por la empresa en I+D,
nuevos procesos de producción y capital empezó a requerir garantizar una cuota de mercado, las empresas
necesitaron ampliar su área de influencia y asegurarse un mínimo de ventas. Precisamente en ese punto es
donde hizo acto de presencia el marketing o, dicho de otro modo, el conjunto de técnicas que tienen por
criterios: producto, precio, promoción y distribución. El primero de ellos se refiere a las estrategias de producción,
entendiendo estas como la elección entre un producto único o un producto más segmentado. En ese ámbito también se
incluye la marca y todo lo que va asociado a la imagen de la empresa y su identificación por parte del consumidor. Por
su parte, el precio se refiere a las distintas formas de fijar el valor de un producto según sea su valoración por parte de
los consumidores, así como la flexibilidad para cambiarlos en función del comportamiento del mercado. Una de las
innovaciones asociadas a ese elemento fue la venta a plazos, que se inició en los Estados Unidos durante la década de
1920. En ese ámbito también encontraríamos los descuentos, la fijación de los precios según el ciclo de rotación del
último, en la labor de distribución encontramos elementos como la cercanía del punto de venta –donde
tuvieron una gran importancia las filiales, las redes amplias y estables y el servicio postventa. Todas ellas
fueron técnicas que se comenzaron a desarrollar en los años finales del siglo XIX, coincidiendo con la segunda
marketing muy conocida: las rebajas. En la década de 1930, coincidiendo con la Gran Depresión, varias empresas
dedicadas al comercio minorista decidieron fusionarse y formar Federared Department Stores. En el seno de
este grupo empresarial, que hoy día pervive con el nombre Macy´s, surgió la idea del “compre ahora y pague
después”. Sin embargo, la creatividad de su presidente, Fred Lazarus Jr. no se detuvo ahí. Poco tiempo después,
con el fin de colocar el stock generado al finalizar cada temporada, tomó la decisión de sacarlo a la venta a
precios muy bajos. A partir de entonces, ese mismo proceso se fue repitiendo en fechas idénticas año tras año,
necesidad de coordinar producción y distribución. A su vez, distingue dos tipos básicos de organización en
función de las características y objetivos de cada empresa. Aquellas que dirigen sus productos a distintos tipos
de mercados se organizan con una estructura descentralizada multidivisional con división regional o por
producto. Por otro lado, estarían las que presentan una organización centralizada multifuncional, donde existe
una centralización de la gestión al tiempo que se estructura en distintas funciones o departamentos del número
de directivos. Otro aspecto a destacar es la especialización, según sus funciones que realizan, de los distintos
departamentos de la empresa.
Tercera Revolución Industrial
La Tercera Revolución Industrial se asienta sobre nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así
como en las innovaciones que permiten el desarrollo de energías renovables. Como consecuencia las
potencialidades de estos dos elementos actuando conjuntamente, se prevén grandes cambios en diversas áreas.
Nunca antes se había llegado a unas cotas tan altas de interactividad e intercomunicación, al tiempo que las
innovaciones en materia energética podían significar un cambio tan sustancial como el que se prevé con el
Japón y la Unión Europea. Sus inicios datan de mediados del siglo XX. Se vincula con el
determinar su fin.
La Era Digital
La Era Digital (también conocida como Era de la información o Era Informática) es el nombre que recibe el
período de la historia de la humanidad que va ligado a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
El comienzo de este período se asocia con la revolución digital, si bien tiene sus antecedentes en tecnologías
como el teléfono, la radio o la televisión, que hicieron que el flujo de información se volviese más rápido que el
movimiento físico. La era digital se diferencia, en todo caso, de la analógica por su configuración con base al
nuestra civilización desde que se inventó la imprenta de tipos móviles hacia 1450 por Johannes Gutenberg, la
cual al permitir producir libros masivamente supuso un gran impulso a la conservación y transmisión de
Este impulso se vio reforzado en el siglo XIX con la aparición de la prensa escrita y la comunicación por cable
(telégrafo y teléfono), seguidos en el siglo XX por la aparición de medios de comunicación de masas como la
radio y la televisión, y finalmente la informática y el internet, que propician una sociedad basada en el
de la cibernética, que tienen como función estudiar cómo lograr hacer llegar los mensajes con mayor eficacia a
un público cada vez mayor, más crítico, exigente o simplemente saturado e insensible. La unión de las
dificultades para los individuos para localizar la información que es requerida, ya que el impacto de esta, sumada
Esta explosión de la información provoca que cada vez sea más difícil la clasificación de datos, además de que
presenta un problema al discriminar cuál es la información que es realmente importante de la que no, aunado a
esto, suele generar polémicas, ya que mucha de la información que suele llegar a los usuarios resulta ser falsa.
El exceso de información en el individuo produce que él no sea capaz de procesar y comprender la información
obtenida, generando realidades virtuales, demencia, psicosis y la desadaptación al entorno que lo rodea.