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LA REACCIÓN SOCIAL COMO RESPUESTA A LA VIOLENCIA Y EL ABANDONO

ESTATAL.

Nicolas Bonilla Benavides*


Pregrado de Derecho
Criminología 8ª
0602453

Introducción

La violencia social a nivel nacional e internacional es una de las problemáticas más grandes

que sufre el mundo en la actualidad, con tazas muy elevadas de crímenes simples como el hurto a

mano armada o con armas blancas, las estafas, fleteos, hasta crímenes de mayor gravedad como

el homicidio, lesiones personales, corrupción estatal y empresarial, desfalcos millonarios, entre

otros.

Toda esta ola de “criminalidad” que según indica Gabaldón, L. (2006) son el “conjunto de

ocurrencias delictivas registradas en una jurisdicción, en un momento determinado”, genera

vulneración de los derechos humanos, fundamentales, y constitucionales de las personas del

territorio donde se de la ocurrencia estos actos violentos. Gran parte de la responsabilidad recae

en el Estado al desconocer las necesidades económicas, etnográficas, culturales y sociales de la

población que habita su territorio, pues es, en muchas ocasiones, que existe una taza más elevada

de actos violentos en zonas de “tolerancia”, de bajos recursos económicos o de pobreza alta y

extrema.

En respuesta a lo anterior la sociedad per se ha configurado una “reacción social” como

mecanismo de defensa ante los crímenes que acontecen su realidad, dependiendo de la región y

sus características (económicas, culturales, sociales) esta “reacción social” se materializa de

diversas formas. En el presente ensayo, se busca analizar de manera breve el origen general de la
violencia, además de la respuesta que la sociedad tiene ante esta, como anteriormente fue

denominada la “reacción social”, para esto, se utilizara el enfoque metodológico cualitativo en el

cual “se parte del supuesto básico de que el mundo social es un mundo construido con

significados y símbolos, lo que implica la búsqueda de la construcción y de sus significados”

(Ruiz Olabuénaga, 2012, p. 44). Con este método “se recurre a descripciones en profundidad

reduciendo el análisis a ámbitos limitados de experiencia, a través de la inmersión en los

contextos en los que ocurre” (Ruiz Olabuénaga, 2012, p. 44).

LA VIOLENCIA EN EL AMBITO SOCIAL.

La sociedad ha sido determinada a lo largo de la historia por paradigmas cambiantes que se

yuxtaponen a determinados escenarios sociales, económicos, culturales, políticos y hasta bélicos

en determinado territorio, nación, o continente, pues, dan respuesta a las problemáticas que

acontecen de determinado modo y en determinado tiempo o lugar. Una de las cuestiones más

trascendentales y de mayor estudio ha sido el conflicto, la violencia o los actos desviados, que

según Durkheim adaptado por Luna L. y López Chermulas, N, corresponden a:

Un acto será criminal para Durkheim cuando “...ofende los estados fuertes y definidos

de la conciencia colectiva”. Define el delito como “aquellos actos que violan seriamente

la conciencia colectiva...escándalos morales que conmocionan a las conciencias sanas y

dan lugar a la exigencia de castigo, más que cualquier forma menor”.

De este modo, se evidencia que, para la sociedad, un crimen se compone de al menos dos

características necesarias, una de ellas corresponde a la ofensa o contrariedad de un valor moral o


ético determinado que se practique de manera reiterada en determinado lugar. En este orden de

ideas, no corresponde un delito fumar en un parque al aire libre, pero sí se configura una falta

fumar en un hospital con normativa estricta de aire libre de humo; y como segunda característica,

esa acción desviada debe contrariar el orden moral y ético configurando una sanción para el

actor, de diversas índoles, de esta manera, surge la pena o el castigo, que puede ser de carácter

privativo o pecuniario.

Generalmente, este orden social se compone de la normativa legal y consuetudinaria que rige

en un territorio determinado. De esta forma, el marco legal (contenido normativo obligatorio

social) de un país, dictado por el poder legislativo y sancionado por el poder ejecutivo,

constituye ese orden moral que deben seguir los ciudadanos, así Luna L. y López Chermulas, N,

indican que el poder punitivo del Estado se concentrara en la sanción a los actos contrarios a lo

pactado en el contrato social.

EL PAPEL DEL ESTADO FRENTE A LA VIOLENCIA

El Estado como máximo organismo que ejerce control político y social sobre determinado

territorio, se legitima a través del “contrato social”, muchas veces condensado en la Constitución

de cada país, en la mayoría de los escenarios, estas constituciones corresponden al estimado de

un Estado Social de Derecho, el cual se preocupa por el bienestar de sus ciudadanos y el

cumplimiento de sus garantías fundamentales y constitucionales, este modelo, nace de la

fehaciente necesidad de un Estado garantista después de lo sucedido en la segunda guerra

mundial y, además, del avanzado nivel de internacionalización y agitado ritmo del capitalismo,
posicionado y establecido en la mayoría de los Estados del mundo moderno, de esta forma Luna

L. y López Chermulas, N estiman que:

El eje del proceso productivo capitalista dispuesto por la fábrica, se replicó en

instituciones cerradas como la escuela, el manicomio y la cárcel, como una estrategia de

control social en función del ejercicio del poder disciplinario. El criminal, el pobre y el

loco serán vistos como seres disminuidos, y se buscará reeducarlos en miras a integrarlos

al proceso productivo.

Es por este medio que el Estado busca aplicar orden y mantener el entramado jurídico del cual

se sostiene el Estado mismo, es en este punto, donde se arma de herramientas que le permitan

ejecutar sus normas, validado por la sociedad misma, a través de como indica Luna L. y López

Chermulas, N, los siguientes principios:

A) Principio de Legitimidad: A través de sus instituciones oficiales, verbo y gracia, policía,

entidades carcelarias, magistraturas, etc., esta legitimado para mantener el orden y suprimir

cualquier tipo de acto desviado o criminalidad y del mismo modo condenar por medio de penas a

los individuos que las cometen.

B) Principio del bien y del mal: El actuar de la sociedad en conjunto es el bien y aquello que la

daña o causa un mal en ella, constituido como elemento negativo y disfuncional es un delito.

C) Principio de Culpabilidad: Quien comete un delito, esta en conocimiento de su actuar y

representa una expresión interna que, a su vez, es contraria a los valores y la normativa aplicable.

D) Principio del fin o de la prevención: El castigo o pena imputable no solo tiene un carácter (en

el mayor de los casos) una función retributiva del daño, sino también preventiva, pues con esta se
busca motivar al criminal (o posible criminal) de actuar de forma correcta y en concordancia con

la moral y las normas.

E) Principio de Igualdad: La ley funciona para todos los ciudadanos de la misma forma, a una

misma acción, igualdad de pena.

F) Los intereses protegidos mediante el derecho penal son intereses comunes a todos los

ciudadanos, condiciones esenciales de la existencia de toda la sociedad.

Sin embargo, hay ocasiones donde el Estado no puede o no garantiza los derechos de la

ciudadanía, por diversas índoles como falta de acompañamiento del Estado, situaciones bélicas,

manejo de territorios por parte de grupos al margen de la ley, entre otras muchas circunstancias

que alienan a determinada parte de la sociedad a una realidad en la que el Estado no es parte. Es

en este punto, donde las actuaciones desviadas toman más fuerza, pues nacen más allá de un

impulso humano, por una necesidad, como alimentarse o a sus seres queridos. Situación la cual,

el Estado no enfrenta por medio de las herramientas que tiene, como es el caso de Venezuela

que, de acuerdo con Gabaldón, L. (2006) “Las instituciones de control social formal (policía,

tribunales y régimen carcelario) enfrentan una crisis de legitimidad, caracterizada por

desconfianza en el desempeño, percepciones de ineficiencia, corrupción y falta de control de la

violencia”.

Asimismo, el Estado es quien perpetra estas violaciones, situaciones donde determinada

autoridad revestida con el poder político y punitivo vulnera los derechos de los ciudadanos,

causa contraria a su objeto de existencia. Ante estas situaciones y las descritas anteriormente la

sociedad y sus integrantes han desarrollado un mecanismo que se encuentra en expansión, un

sistema que regula el orden y mantiene el control de carácter social e informal, que no se adapta

por consensos, sino responde al ejercicio del poder y la violencia (Gabaldón, L. 2006).
LA REACCIÓN SOCIAL

En cualquier Estado donde primen los derechos de sus ciudadanos y existen herramientas

jurídico – legales que permitan la garantía y cumplimiento de los derechos se puede hablar de la

existencia de una reacción social, en este caso, una reacción social formal, donde el Estado

legitimado por sus ciudadanos esta en la potestad de utilizar el cuerpo estatal, sus entidades y

jurisdicciones para salvaguardar a su población de los crímenes y actos desviados de las personas

que contraríen el buen actuar y la moral que rige determinado lugar y de esta manera darle

solución a dichos actos desviados.

No obstante, existen escenarios donde el Estado no hace presencia y no puede realizar sus

labores garantistas por determinadas situaciones como se explico anteriormente, es en este punto,

ante la falta de eficacia de las autoridades para dar garantía a los derechos de los ciudadanos y

mermar las actuaciones criminales que la sociedad ha desarrollado un conjunto de acciones

denominadas “reacción social informal” que sería la antítesis del crimen y, corresponderá al

fenómeno social impulsado por fuerzas emotivas consecuencia de un acto contrario a la moral

(Luna L. y López Chermulas, N), no obstante, la reacción social formal e informal comprenden

un espacio y público determinado, de acuerdo con Gabaldón, L. (2006):

Por reacción social podemos entender las respuestas formales e informales de la

población hacia las conductas delictivas o inaceptables en un territorio y un momento

determinado. Esto comprende las acciones de los organismos oficiales y de los

particulares, legales o ilegales, pacíficas o violentas, individuales o colectivas,

manifiestas frente a la individualización y detección de infracciones legales o conductas

desviadas.
Entonces, las conductas desviadas que el Estado no puede evitar “por medio de la reacción

social formal” encuentran una respuesta social por medio de la “reacción social informal” que

íntimamente involucra la necesidad de orden y control que necesita la sociedad en su conjunto,

pero que no puede garantizar el aparato estatal. Es en este punto donde los actos contrarios a la

moral se ven resueltos con un acto igual a lo cometido o contrario a la moral, como el escenario

de los linchamientos o exposiciones publicas de criminales que a su vez son actos desviados,

pues vulneran los derechos de las personas y contrarían la moral, sin embargo, se embisten de

legitimidad al ser una reacción de grupo frente a un acto delictivo, en palabras de (Luna L. y

López Chermulas, N):

Para el autor, conciencia colectiva es el conjunto de creencias y de los sentimientos

comunes al término medio de los miembros de la misma sociedad. En una sociedad en la

cual esta falte, o sea anormal, puede generar un estado de anomia caracterizado por la

ausencia de normatividad de toda índole, o más bien una confusión entre las múltiples y

distintas normas. Esta situación tenderá a normalizarse con la afirmación de unos

valores por sobre otros

De esta manera, es evidente que existen ciertas conductas, mecanismos, herramientas e

incluso instituciones que corresponden a la reacción social de un lugar, pueden ser instituciones

oficiales o penas impuestas por un aparato jurídico estatal, como a la vez puede responder a una

conciencia y actuación moral independiente extrajurídica que un sector social o grupo de


personas puede tener frente a la comisión de un acto desviado contrario a sus disposiciones

legales, morales o éticas.

CONCLUSIONES

La trascendencia de la reacción social no solo consiste en las operaciones socio – estatales que

“garantizan” del mayor modo posible el cumplimiento de los derechos y valores de las personas

de determinado grupo social, ciudad, estado o lugar, esta denominada reacción social formal, no

obstante, se complementa con la reacción social informal, que es una respuesta a la falta de la

presencia del Estado y sus mecanismos desarrollados y legitimados por el contrato social, sin

embargo, existen comportamientos de esta reacción social (informal) que vulnera directamente

los valores que rigen el lugar.

Esta necesidad de seguridad y garantía de los valores con base en la reacción informal surge de

la falta de presencia del Estado en determinados lugares, donde los conceptos morales y

normativas pueden ser distintas debido a las necesidades que tiene la sociedad, y que el Estado

per se, no puede cumplir. Esto desata en la sociedad una necesidad de garantía que se

complementa con violencia, vulnerando la normativa principal creando una reacción en cadena

que empieza con violencia o actos desviados con la finalidad de cumplir sus derechos, pero, a su

vez, vulnerando los de los demás miembros de la sociedad, quienes al mismo tiempo al

evidenciar que el Estado no garantiza sus derechos y se ven vulnerados por medio de los actos

desviados recurren a este mismo mecanismo para responder ante lo sucedido.


BIBLIOGRAFÍA

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contexto de la reforma policial venezolana. Universidades de Los Andes y Católica André
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2. Luna, L. S., & López Chermulas, N. S. (0). BREVE ENSAYO SOBRE “LAS TEORÍAS DE
LA REACCIÓN SOCIAL” Y SUS IMPLICANCIAS EN LA CIENCIA
CRIMINOLÓGICA Y EL SISTEMA PENAL. Derecho, 1.
https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&ved=2ahUKE
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3. Ruiz Olabuénaga, J. (2012). Teoría y práctica de la investigación cualitativa. Bilbao: Universidad de


Deusto.

4. Durkheim, Émile, La división del trabajo social, Bs. As., Libertador, 2004, p. 83; Tomado de Luna, L.
S., & López Chermulas, N. S. BREVE ENSAYO SOBRE “LAS TEORÍAS DE LA REACCIÓN
SOCIAL” Y SUS IMPLICANCIAS EN LA CIENCIA CRIMINOLÓGICA Y EL SISTEMA PENAL.
Derecho, 1.

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