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La Familia y su Rol en la Prevención de Conductas de Riesgoy Factores Protectores.

Estimadas Familias Pumahuinas:


• El equipo Psicoeducativo, propone generar y promover un sentido de
comunidad colaborativa, para comprender las distintas etapas de
desarrollo en que se encuentran sus hijos e hijos, en esta oportunidad
trabajaremos con el siguiente tema:
“La familia y su rol en la prevención de conductas de riesgo y factores
protectores para nuestros hijos adolescentes”.
Adolescencia: Factores Protectores y de Riesgo
En esta etapa los adolescentes son como “veloces flechas que se dirigen gozosas a
un blanco desconocido, sintiendo el placer del viento hacia el camino a la libertad”.

Buscan constantemente la:

• AVENTURA

• EL DESCUBRIMIENTO

• PELIGRO

• RIESGOS
Existen múltiples factores de riesgo presentes
transversalmente en los cuatro dominios.

Individuos y
Comunidades Familias Escuelas Grupo de
Pares
¿Qué entendemos por factores de Riesgo y Factores
Protectores?
• Factores de Riesgos: Conjunto de factores que permiten predecir una conducta
determinada. Incluyen factores de personalidad, factores sociales y biológicos como: la
sensación de búsqueda, expectativa, disfuncionalidad familiar y climas escolares, entre
otros.
• Factores Protectores: Son todas aquellas conductas Asociados a la reducción de la
prevalencia de una determinada conducta, actuando como parachoques de los
factores de riesgo . Incluyen apego y el lazo entre adolescentes y sus padres, atributos
personales, temperamentos y disposición positiva.
FASE VULNERABLE: LA ADOLESCENCIA

Esta etapa del desarrollo se caracteriza por múltiples


cambios; físicos, psicológicos y sociales. Estos cambios
implican una gran vulnerabilidad para los adolescentes los
que podrían llevar a que incurran en diferentes conductas
de riesgo tales como:
1. Consumos de Drogas y Alcohol.

El consumo de drogas a esta edad tiene implicancias


personales y sociales. Además de relacionarse con
factores multicausales. En cuanto a la intoxicación por
alcohol suceso que se vive generalmente en
adolescentes. En ese caso, el efecto depresor será
potenciado con dificultades cardiorrespiratorias y
nerviosas severas.
2. Autoflagelación:

• Se presenta ante dificultades en el área


personal, familiar y/o social.
• También se asocia a síntomas de trastornos
mentales tales como: trastornos de ansiedad,
trastorno bipolar, entre otros.
Autoflagelación:
• Esta práctica es conocida como: “el efecto de adormecer el dolor
emocional”.

• Algunos estudios mencionan que el autoflagelarse libera endorfinas que crean


la sensación de placer (sentirse bien).

• Suele producirse cuando los niños que no son capaces de lidiar con las
presiones o estrés, suelen estar vulnerables.
¿A qué debemos estar atentos cómo Padres?

• Cortes lineales y pequeños, generalmente en paralelo en


el antebrazo y a veces en las piernas.
• Rasguños que aparecen de forma regular (se pueden
excusar con el gato o una rama).
• Cambios constantes de estados de ánimo, síntomas de
depresión y ansiedad, cambios en las relaciones
interpersonales y bajo rendimiento escolar.
¿Qué pueden hacer los padres?

• Brindar contención emocional, a través del lenguaje verbal y


no verbal.
• Actuar desde la comprensión, expresar su preocupación con
frases como: “vamos buscar ayuda”…, “no estás solo”…
• Asistir a psicoterapia en donde puedan generar estrategias
de afrontamiento.
• Buscar ayuda en sus redes de apoyo.
Factores protectores:

1. Ambientes emocionalmente seguros:


• Sentirse incondicionalmente aceptado.
• Ser amado en forma clara.
• Ser respetado, sin condiciones.
• Recibir cotidianamente reconocimiento y valoración.
• Ser escuchado y confortado en situaciones
emocionalmente difíciles (cuando se siente inseguro
frente a situaciones que le generan incertidumbre).
2. Comunicación:
La escucha, acogida y comprensión favorece un bienestar y previene
la elección de conductas riesgosas de evasión, distracción o rebeldía
contra problemas personales, y al mismo tiempo, permite un
acompañamiento cercano que permite mediar la toma de decisiones
responsables y saludables.

El ejemplo de una buena comunicación, entrega modelos que favorecen


el desarrollo de mejores habilidades comunicacionales y por tanto, de
mejores relaciones interpersonales y habilidades para resolver
conflictos de manera pacífica.
3. La familia:
En esta etapa cobran real importancia los padres y familiares como
formadores y agentes protectores siendo importante:
• Acoger y respetar sus emociones.
• Ofrecer a al adolescente ayuda para encontrar alternativas de
solución, encuadrando el problema de modo objetivo y neutral
para que pueda verlo de manera adecuada.
• Prestar atención interesada y respetuosa a sus conflictos, dudas,
temores lo más dañino es minimizar esos problemas o ignorarlos.
Los invitamos a reflexionar y evaluar: ¿De qué manera le
están brindando a sus niños los factores protectores
esenciales para su desarrollo?

• ¿Existe una comunicación fluida y de confianza?


• ¿Entregamos un ambiente emocional seguro?
• Como familia, ¿De qué manera le entregamos apoyo
a nuestro hijo o hija?

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