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DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

Escuela de Formación para la Organización Comunitaria

Esta iniciativa es del Ministerio del Poder Popular para


Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias encabezado
por el Ministro Jesse Chacón

Equipo de Coordinación
Cooperativa Educativa “Educación para la Transformación”:
Soraya El Achkar
Glenis Rodríguez
Mariana Paz
Esther Rojas

Colaborador en la redacción de este folleto


Alberto Bonilla

Editor
Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Industias Intermedias

Responsable de la coordinación y edición de textos


Jesús Machado

Corrección
Antonia Cipollone

Validación
Este material fue validado por personas de los consejos
comunales Comunidad de la Calle El Motor del Chorrito, en la
Casa de Yamilex Fernández, Calle El Motor, El Chorrito, San
Blas de la parroquia Petare, municipio Sucre, con el propósito
de reconstruir los contenidos, adecuarlos a las prácticas con-
cretas de organización comunitaria y sistematizar un discurso
colectivo y compartido

Diseño Gráfico
Coordinación, diseño y diagramación
Tibisay Rojas
Diagramación
Beatriz Serra
Portadas
Ramón Blanco

Número de ejemplares: 1500


Caracas, 2009
Índice
Prólogo 5
Presentación 9

¿QUÉ ES DEMOCRACIA? 11

¿DÓNDE SE INVENTÓ LA DEMOCRACIA? 12

¿CUÁLES SON LOS TIPOS DE DEMOCRACIA? 14


Democracia liberal representativa (Capitalista) 17
Democracia directa o participativa 20

DEMOCRACIA SOCIALISTA PARTICIPATIVA 26

SOCIALISMO DEMOCRÁTICO VS NEOLIBERALISMO 31

¿QUIÉNES CONSTRUYEN LA DEMOCRACIA


SOCIALISTA? 38

LA DEMOCRACIA SOCIALISTA EN NUESTRO BARRIO 41


En nosotras y nosotros mismos 44

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En nuestras familias 44
En nuestro barrio, parroquia, municipio 45
En nuestro lugares de trabajo y estudio. 45
En la lucha popular, social y política. 46
En lo internacional 48

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Prólogo

La formación para la organización comunitaria dentro del proceso


revolucionario es ineludible si queremos alcanzar mayor desarrollo, porque
sólo la comunidad organizada podrá dirigir, orientar e incidir en el diseño
de las políticas públicas de modo que éstas respondan a las necesidades más
sentidas de la gente. Es la formación sistemática y crítica la que permitirá
que las comunidades más vulneradas generen un cuerpo de demandas y asu-
man una actitud ética, de corresponsabilidad frente a los graves problemas
que hay que enfrentar.

Creemos que todos somos inconclusos y por ello tenemos capaci-


dad para el aprendizaje. Creemos que nos hacemos en la práctica y en conse-
cuencia no hay teoría sin práctica ni práctica que no nos lleve a la reflexión.
Creemos en la capacidad creadora de nuestro pueblo donde el diálogo se
convierta en un eje transversal que nos permita fundar nuevas realidades
más acordes con la construcción colectiva de los discursos y cotidianidades.
Creemos que la educación puede ser liberadora y generadora de situaciones
de dignificación, por tanto hemos apostado por una escuela de formación
para la organización comunitaria.

Esta escuela hace la diferencia porque va de la práctica a la re-


flexión y vuelve a la práctica para mejorarla desde un ejercicio de reflexión
permanente. Es una escuela cuyo propósito no es saber sino saber para
transformar el orden injusto y desordenado de las cosas. Es una escuela que
pone su máxima atención en los sujetos históricos y políticos para vigorizar
la voz de quienes han estado silenciados y potenciar su acción transforma-

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dora. Es una escuela que tiene una opción: los más pobres, los excluidos,
los que nunca tuvieron escuela y les fue negada la posibilidad de articularse,
decidir sobre el interés público, diseñar las políticas y mucho menos manejar
los recursos del Estado.

Esta escuela que estamos impulsando para la organización de nues-


tro pueblo ensaya promover un esquema de valores socialistas porque parte
de la premisa que no habrá socialismo sin socialistas, y para que haya socia-
listas es necesario un espacio para reconvertir los valores que el capitalismo
fue instalando entre nosotros y ahora nos parecen normales como lo son
el individualismo, la competencia, la corrupción, la viveza, las relaciones de
dominación, el autoritarismo, la violencia. Los valores socialistas que que-
remos que sean un eje transversal en la escuela son aquellos vinculados con
la justicia, la dignidad, la probidad, la solidaridad, las relaciones de equidad,
la ternura, el voluntariado. Estamos convencidos de que el socialismo es la
única vía de supervivencia de la raza humana y por eso estamos empeñados
en que se concrete en nuestro territorio.

Una Escuela que sirva para reconocernos como Pueblo, potenciar


las capacidades de organización, articular los esfuerzos locales y globales,
problematizar la vida cotidiana, desnaturalizar lo que parece normal, recrear
las iniciativas colectivas, impulsar los cambios necesarios y utilizar la tecno-
logía como medio para desarrollar una cultura de lo comunitario desde la
producción del conocimiento que promueva la liberación de los pueblos y la
articulación de redes sociales que fortalezcan el poder popular e impulsen la
transformación del modelo socio-productivo.

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La Escuela ha sido y seguirá siendo una hechura colectiva y es-
tamos muy agradecidos por el esfuerzo de tanta gente que hizo posible la
publicación de estos materiales educativos que, pretendemos, sean el inicio
de una larga trayectoria que nos coloque en el camino hacia la suprema
felicidad social.

Muy respetuosamente;
Jesse Chacón Escamillo
Ministro del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias
Intermedias.

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Presentación

Uno de los retos que tenemos en el proceso de construcción


colectiva de una alternativa histórica del sistema-mundo capitalista es resol-
ver de modo satisfactorio el tema sobre el régimen político en una sociedad
socialista.

Sin democracia radical no es posible el socialismo. Necesario es que


cada persona desde sus espacios (familia, barrio, escuela, pareja, municipio,
etc.) pueda tener prácticas que ayuden a fortalecer las relaciones democráti-
cas. Hay que fortalecer el modelo democrático participativo de organización
de los consejos del poder popular como instancias de autogobierno.

Profundizar las prácticas de la democracia radical para el nuevo


socialismo implica desmontar las viejas instituciones y prácticas del obsoleto
andamiaje administrativa-burocrático de la democracia liberal representativa
que todavía tenemos y sustituirlo por nuevas prácticas, instancias y espacios
de poder, donde los consejos de poder popular asuman nuevas tareas de
conducción política, control de las actividades administrativas, de planifica-
ción y de presupuesto participativo, en función de la mejora sustantivamente
de las condiciones materiales y ético-culturales de vida de las multitudes
populares.

En el presente folleto que presentamos, están plasmadas unas bre-


ves reflexiones teniendo en cuenta el tema de la democracia. Abordamos en
una primera parte el origen de la misma para luego pasar ha examinar las
notas características de la democracia liberal representativa y la democracia
directa. Con la doble intención de plantear, por una parte, que existen dis-

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tintos modelos de democracia y no un único modelo democrático, y por otra
parte hacer notar las diferencias entre un modelo y otro de democracia.

En las dos últimas partes hacemos referencia a la democracia so-


cialista en contraste con el la propuesta neoliberal, para finalizar con algunas
reflexiones que pueden ayudar a debatir sobre la democracia en el barrio.

Esperamos que el presente material sea una contribución para el


debate en torno a la democracia necesaria en el proceso de construcción del
nuevo socialismo.

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¿Qué es democracia? 

“Democracia” es una palabra compuesta por dos voces griegas:


demos, “pueblo” y kratos, “poder”. Partiendo de la composición de la
palabra, por democracia se entiende el poder del pueblo. Pero los
griegos -sus inventores- no se encontraron de golpe
con la democracia. La fueron elaborando en un
largo proceso, que duró más de un siglo y medio.
Sin embargo, no podemos olvidar que este siste-
ma de gobierno nace en la sociedad esclavista, es
decir, nace dentro de la desigualdad entre los
seres humanos, de los cuales, una buena parte
eran tratados como propiedad y no como
personas, entonces “pueblo” era conside-
rado todo aquel que no era esclavo.

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¿Dónde se inventó la democracia?

Entre los años 620 y 593 antes de Cristo, en Atenas, la principal


de las ciudades griegas, se propone una distinción de las leyes por parte de
Dracón y de Solón (dos de sus reyes): deducen que existen dos tipos de leyes,
una, las leyes de la Naturaleza, pobladas de dioses; y la otra, las leyes puramen-
te “humanas” de la ciudad.

El poder que por entonces los gobernaba les venía de afuera, de la


poderosa naturaleza (physis) que se suponían habitada por los dioses. A partir
de Dracón y de Solón, los atenienses empezaron a ser gobernados por un
nuevo tipo de poder abstracto, impersonal, al que llamaron nomos o “norma”
(palabra equivalente a la lex o “ley” de los romanos: que no provenía de afuera
ni de arriba sino de adentro, del seno de la ciudad−Estado (polis) que habían
constituido. Su ideal fue desde entonces hacer una “ley”: el correcto ordena-
miento de la ciudad.

A la ciudad organizada por sus leyes constitucionales, los atenienses


le dieron el nombre de politeia. Es precisamente lo que hoy día, llamaríamos
“república” (es decir politeia y “república” son sinónimos pese al origen romano
de la palabra “república”, que quiere decir “cosa -res- pública”). Así se inicia
y se desarrolla la democracia en Atenas: a través de las sucesivas transforma-
ciones constitucionales de su politeia o república y así nace lo que nosotros hoy
conocemos como política occidental o sistema de gobierno occidental, del que
somos parte, pero ante la injusticia del mismo nos revelamos.

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¿Dónde se inventó la democracia?

Pese a sus fallas y desaciertos, la democracia ateniense se convirtió


en referencia no sólo de sus contemporáneos sino también de quienes, siglos
más tarde, conocieron su historia. Recién en el año 1688 de nuestra era, la
revolución inglesa puso en marcha el proceso institucional que desembocaría
en la democracia contemporánea. En el año 1761, al publicar El Contrato Social,
el ginebrino Jean Jacques Rousseau volvió a proponer la democracia de tipo
ateniense como un proyecto político irrenunciable. Los escritos de Rousseau
tendrían una influencia decisiva en la Revolución Francesa de 1789. La demo-
cracia ateniense había muerto dos mil años antes. Los postulados que anunció,
sin embargo, nos siguen convocando, siendo parte de lo que hoy conocemos
como gobiernos o política liberal.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

La democracia ateniense y la República Romana –su continuado-


ra- representan dos formas históricas de la democracia: radical o participati-
va (la primera) y limitada o representativa (la segunda). Estas dos propuestas
encarnaron, en general, las dos concepciones de la democracia que se desarro-
llarían con el paso del tiempo, pero ambas en la sociedad desigual.

Atenas, guardadas las limitaciones que tenía, planteó en buena


medida el ideal democrático. Durante su etapa republicana, Roma encarnó en
cambio, lo que algunos autores han denominado: la democracia representativa.
O, en otras palabras, una forma mixta de gobierno donde el elemento demo-
crático se mezcla con los elementos monárquico o aristocrático y burocráti-
co. Este esquema mantiene en sí mismo una contradicción, que inevitable-
mente, producto de las contradicciones de clase, sólo el ideal democrático
con base en la igualdad de condiciones de vida entre los seres humanos
podrá corregir, eliminar y superar. Este ideal democrático es precisamente la
búsqueda, el planteamiento que hoy nos convoca, la democracia socialista o
revolucionaria.

Su historia, es pues, el reflejo permanente de esta contradicción,


entre estas dos maneras que comportan las clases en lucha, en permanente
disputa. Es decir, el desarrollo de la democracia, no es diferente del desarro-
llo de sociedad, es producto de la lucha de clases.

Toda la historia de la sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia


de luchas de clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba,
maestros y oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, em-

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

peñados en una lucha ininterrumpida, velada unas veces, y otras franca y abierta, en una
lucha que conduce en cada etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen
social o al exterminio de ambas clases beligerantes. (K. Marx y F, Engels Manifiesto
del Partido Comunista).

El tipo de democracia se corresponde con el momento histórico


que se vive; es decir, su plena aplicación o no, depende de la clase que está en
el poder y del desarrollo de la contradicción o lucha de clases. Sin embargo,
no debemos olvidar que en el capitalismo, para que las clases dominantes
sean hegemónicas, deben ejercer, además de la fuerza, un liderazgo moral e
intelectual. La posibilidad de usar la fuerza unida al predominio ideológico,
hacen más sólido el poderío de esta clase dominante. Es decir, la legitimidad
de un orden como el capitalismo, se apoya, de manera oportunista en el ideal
democrático, lo utiliza con el propósito de imponer la idea de que su control
no es clasista, no es a favor de los capitalistas, sino que pretende hacer creer
que está orientado por el bien común para toda la sociedad.

La táctica capitalista es la democracia representativa; es decir, la cla-


se dominante “secuestra” el poder popular a través de la representatividad.
Un juego aparentemente legal y democrático sirve para que un ente como
los Congresos o Asambleas Nacionales se asignen el derecho de decidir en
nombre de sus representados. Este esquema donde los ciudadanos ceden
sus soberanías individuales a representantes, mantiene el “orden” social por
cuanto encubre las contradicciones a niveles que no atentan contra la legiti-
midad y evita el uso indiscriminado de la fuerza.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

Ello explica, por ejemplo, el porqué en la cuarta república, la clase


dominante siempre insistió, como cualquier clase dominante lo haría, en
que su objetivo eran los intereses de todas y todos los venezolanos, y así
buscaban generar un consentimiento y un apoyo entre los dominados, es
decir, entre el pueblo.

En realidad, siguiendo a Antonio Gramsci, la hegemonía es una


combinación entre dirección y dominación, entre consentimiento y fuerza.
En el proceso de construcción de la hegemonía y en la búsqueda de legiti-
midad y aceptación de determinadas formas de distribución de recursos y
acumulación de los mismos, las prácticas democráticas, como vimos, juegan
un papel fundamental. Pero existe una constante histórica y es que una vez
que lo democrático llega a su nivel representativo, esta contradicción, no
se detiene, de inmediato reaparece la búsqueda del ideal democrático que
marcha hacia la radicalización del sistema.

Son muchos los casos de nuestra historia. Por ejemplo, no se había


terminado de derrotar el régimen colonial y despótico español en Venezuela,
e incluso muerto el padre libertador Simón Bolívar, cuando nuestro pueblo
de inmediato retoma el camino del ideal democrático y se suceden centena-
res de alzamientos, cientos de luchas contra la esclavitud y contra los “liber-
tadores terratenientes” antidemocráticos. Tales batallas se mantendrán a lo
largo de nuestra historia, ejemplo de ello son las luchas zamoranas, que en
el fondo, reinterpretaran este ideal democrático radical o participativo que
envuelve su grito revolucionario de: “Tierra y hombres libres”.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?
Democracia liberal
representativa (Capitalista)

Las clases en contienda permanentemente han luchado por im-


poner su concepción de la democracia, que se corresponde o ayuda a sus
intereses como clase dominante. Por ejemplo, durante las dos grandes revo-
luciones que marcan el advenimiento político de los tiempos modernos. En
1688, la llamada “Gloriosa Revolución” sustituyó la monarquía absoluta en
Gran Bretaña por una monarquía parlamentaria “mixta”, al estilo romano,
donde se mezclaban los tres elementos típicos del régimen mixto:

■ Monárquico (el rey o la reina)

■ Aristocrático (la Cámara de los Lores, hereditaria)

■ Democrático (la Cámara de los Comunes, elegida por un padrón


electoral minoritario primero y mayoritario después, al fin de una larga
evolución)

Las clases dominantes, la burguesía inglesa, en este momento, due-


ñas del poder y controlando el aparato del Estado, están dispuestas a hacer
concesiones democráticas, siempre y cuando se garanticen sus intereses en
el corto y mediano plazo. En estas condiciones, la lucha democrá-
tica pasa a un primer plano y el uso de la violencia pasa a
jugar un papel “complementario”. Con frecuencia hay
grupos sociales sobre los cuáles la clase dominante
puede convencer y otros sobre los que necesita
ejercer la represión.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

El desarrollo de esta contradicción, también estuvo presente en la


Revolución Francesa. Pero, Francia no era una pequeña Ciudad−Estado a la manera
de la polis ateniense, sino una vasta nación con muchas ciudades dentro.

Ante la dificultad obvia, por una parte, de lograr la reunión cotidiana de


los ciudadanos en una asamblea popular (una ecclesia) y, por la otra, la decisión política
de los aristócratas y la burguesía, la democracia radical termina derrotada. Estas cla-
ses dominantes, forzando su interpretación de la democracia a sus intereses, logran
que la presencia de los ciudadanos se diera aparentemente en la asamblea, a través
de los “representantes” del pueblo. De aquí provino la dictadura de la asamblea en
nombre del pueblo, impusieron que la asamblea nacional fuese, tan legítima como
una asamblea popular.

Este secuestro del poder popular, este fraude democrático, es precisamen-


te lo que se conoce como “Democracia Representativa”. Y le ha sido muy útil, en
especial a los capitalistas, para mantener el orden, la estabilidad o legitimidad, que
requirieron sus estados nacionales y que garantizan la realización de sus intereses,
que no son otros, que la explotación de la clase trabajadora. De esta sustitución
del pueblo por una asamblea que usurpaba su papel han resultado las verdaderas
dictaduras de clase, de las cuales tenemos muchos ejemplos en nuestro país. Uno de
ellos, el Pacto de Punto Fijo funcionó como un mecanismo que permitió la “estabili-
zación” del sistema político venezolano, por espacio de cuarenta años. Así se refieren
las clases dominantes venezolanas a este momento histórico. Y lo justifican, según
ellos, pues el peligro de una nueva dictadura militar se convirtió en una amenaza
permanente para el establecimiento de la democracia.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

En tal sentido, la Junta de Gobierno presidida por Wolfang Larrazábal,


tuvo que enfrentar dos intentos fallidos de Golpe de Estado. El primero llevado a
cabo por Jesús María Castro León (Ministro de Defensa de la Junta de Gobierno),
el 23 de julio de 1958. El segundo, liderado por los oficiales José Ely Mendoza y
Juan de Dios Moncada Vidal, el 7 de septiembre de 1958; el cual buscaba impedir la
realización de las elecciones a fines de ese año.

En la práctica esta situación se aprovecho y se legitimó, y la forma de


defendernos de las dictaduras fue estableciendo otra dictadura: el 31 de octubre
de 1958, se firmó en la Quinta “Punto Fijo”, propiedad de Rafael Caldera, el
acuerdo entre AD, COPEI y URD, siendo excluido el PCV (Partido Comunista
Venezolano). Los signatarios del Pacto de Punto Fijo se comprometían a actuar
conjunta y solidariamente en torno a tres aspectos:

■ Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme


al resultado electoral: constitucionalidad que ya tenía asegurado el secuestro
del poder popular, al viejo estilo, por la clase dominante, en un marco en
apariencia democrático, pero en esencia dictatorial.

■ Gobierno de “unidad” nacional: se formaría un gobierno de coalición,


en realidad de unión de los poderosos, de la clase dominante.

■ Los tres partidos se comprometían a presentar ante el electorado un


programa mínimo común. Y lo que tenían en común era precisamente la de-
fensa de sus intereses como clase dominante, la explotación del pueblo y el
saqueo de la riqueza de todos y todas.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

Como era obvio, lo que se buscaba precisamente fue convertirse en clase


hegemonía, de acuerdo con la fórmula de Gramsci: combinación entre dirección y
dominación, entre consentimiento y fuerza. Las elecciones, las leyes, los asesinatos,
las torturas, las desapariciones, la corrupción, el saqueo, la consolidación de mayorías
pobres que vivimos en esta etapa de democracia representativa, se explica desde esta
perspectiva: democracia representativa y fuerza armadas incondicionales del poder
ejecutivo.

La democracia representativa, es pues, una forma de secuestro del poder


popular por la clase dominantes, que actúa con dos rostros, el aparentemente demo-
crático (elecciones, división de poderes…) para quienes consienten o aprueban la
dominación y la fuerza para aquellos que se atrevan a disentir.

Democracia directa o participativa

Desde su nacimiento en Atenas, la democracia ha tenido varios mo-


mentos cuando se ha intentado ejercer de manera directa o participativa, veamos
algunos:

En la Ciudad libre de la Edad Media

Quizás el otro momento clave en la historia de la democracia, fue en


las ciudades libres de la edad media. La comuna del pueblo, se componía, por las
familias del mismo, quienes poseían la tierra en común, la consideraban como

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

su patrimonio y se la repartían según el número de individuos de cada familia,


de acuerdo a sus necesidades y sus fuerzas. Al principio, el cultivo de la tierra se
hacía en común y esta costumbre se mantiene aún en muchos parajes, al menos
por lo que se refiere a cierta clase de terrenos. Los desmontes, la tala de los bos-
ques, construcción de puentes, elevación de fortificaciones y torres que servían
de refugio en caso de invasión, todo esto se hacía colectivamente.

Pero el consumo, haciendo uso de una expresión moderna, se efectua-


ba ya por familias, teniendo cada uno su ganado, su huerta y sus provisiones. Los
medios acumulados se trasferían a la muerte del titular por herencia. En todos
estos aspectos, el municipio rural (comuna) era soberano. La costumbre local era
ley, y la plena asamblea de todos los cabeza de familia, hombres y mujeres, era el
único juez, en materia civil y criminal.

Con el nombre de guildas, amistades, hermandades, universitas, etc., abun-


dan en la edad media, las uniones para la defensa y apoyo mutuo. El municipio
de la Edad Media, la ciudad libre, tiene su origen, por una parte, en la comuna
del pueblo, y por otra, en estas mil hermandades que se constituyeron aparte,
fuera de la unión territorial. La federación de estas dos especies de uniones per-
feccionó la comuna de la Edad Media bajo la protección de su recinto fortificado
y de sus torres.

La ciudad libre dio así, a la humanidad, su propia versión de lo que


es la democracia, todos y todas, incluidas las mujeres, decidían en asamblea de
comunes, y de manera directa y participativa todos y todas decidían, sin media-

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

ciones y sin intermediarios. Su esplendor sólo se verá fugazmente en los siglos


XVIII y XIX.

La Revolución Francesa. La Comuna o el Ejercicio de Democracia


Popular

En el breve período durante el cual el proletariado tuvo espacios de


poder en la revolución francesa, como lo relata Federico Engels, la democracia
surgió como movimiento entre los grupos denominados sans-culottes y los jacobi-
nos. Floreció, no como forma institucional o de Estado, sino como movimiento
de las clases trabajadoras y populares urbanas y como movimiento campesino.
Ambos eran democráticos, atendiendo a su composición de clase, y eran autóno-
mos respecto del proyecto de la burguesía de establecer un sistema económico
social capitalista y un sistema político liberal-representativo.

Como es sabido, estos movimientos fueron derrotados y sus líderes


asesinados o exiliados, y se dio la consolidación del capitalismo como modo de
producción y de la burguesía como clase dominante. Pero su ejemplo ha sido
suficiente para orientar e inspirar a sus continuadores.

De las entrañas de estos movimientos demo-


cráticos, de clase y revolucionarios, autónomos, y en
contra de la burguesía surgió el comunismo. El hilo
conductor entre Marx y Engels, con respecto a los
revolucionarios franceses que lucharon y murieron
por una plana democracia o democracia radical; está
plenamente establecido históricamente.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

En 1848 la conquista de la democracia era identificada por el


Manifiesto Comunista como la “elevación del proletariado a clase dominan-
te”. Nada nuevo bajo el sol: Aristóteles ya lo dijo en su Política, aunque
con una intención de clase opuesta a la de Marx y Engels. Por otra par-
te, el Manifiesto afirma que los comunistas forman parte del movimiento
democrático.

La Comuna de París en 1848, un acontecimiento revolucionario


que se dio en Francia, fue un intento heroico y profético para implantar una
democracia proletaria. Por otra parte, fue la última aparición pública de la
tradición democrática- republicana francesa. Engels, caracterizó la Comuna
como la “forma por fin encontrada” para establecer la democracia o poder
del proletariado.

Lenin escribirá: “… sin embargo, pese a esas condiciones tan des-


favorables y a la brevedad de su existencia, la Comuna adoptó algunas me-
didas que caracterizan suficientemente su verdadero sentido y sus objetivos.
La Comuna sustituyó el ejército regular, instrumento ciego en manos de las
clases dominantes, y en su lugar armó a todo el pueblo; proclamó la sepa-
ración de la Iglesia del Estado; suprimió la subvención del culto, es decir, el
sueldo que el Estado pagaba al clero; y dio un carácter estrictamente laico
a la instrucción pública, con lo que asestó un fuerte golpe a los gendarmes
de sotana. Poco fue lo que pudo hacer en el terreno puramente social, pero
ese poco muestra con suficiente claridad su carácter de gobierno popular,
de gobierno obrero: se prohibió el trabajo nocturno en las panaderías; fue
abolido el sistema de multas, esa expoliación consagrada por ley de que se

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

hacía víctima a los obreros; por último, se promulgó el famoso decreto en


virtud del cual todas las fábricas y todos los talleres abandonados o paraliza-
dos por sus dueños eran entregados a las cooperativas obreras, con el fin de
reanudar la producción. Y para subrayar, como señalábamos, su carácter de
gobierno auténticamente democrático y proletario, la Comuna dispuso que
la remuneración de todos los funcionarios administrativos y del gobierno no
fuera superior al salario normal de un obrero”.

Todas estas medidas mostraban elocuentemente que la Comuna


era una amenaza mortal para el viejo mundo, basado en la opresión y la
explotación. Esa fue la razón por la cual la sociedad burguesa no pudiera
dormir tranquila mientras en el ayuntamiento de París se ondeara la bandera
roja del proletariado.

La causa de la Comuna es la causa de la revolución social, es la


causa de la completa emancipación política y económica de los trabajadores,
es la causa del proletariado mundial. Y en este sentido es inmortal. Es, en
definitiva, la razón de la plena democracia popular, es pues el Socialismo.

Sus continuadores los soviets en Rusia, los consejos húngaros y


los consejos obreros italianos y alemanes fueron experiencias democráticas
ligadas directamente a la lucha por el socialismo. La conclusión es simple:
la lucha por la democracia es un elemento estratégico de la lucha por el
socialismo. No es posible el socialismo sin democracia ni la democracia sin
socialismo.

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¿Cuáles son los tipos de democracia?

Lenin (mandatario Soviético), sintetizó en cuatro las condiciones


para que el Estado obrero ruso, fuese auténticamente democrático, después
del triunfo de la Revolución de octubre en ese país:

■ Elecciones libres con revocabilidad de todos los funcionarios

■ Ningún funcionario puede recibir un salario más alto que un obrero


cualificado

■ Ningún ejército permanente, sino el pueblo armado

■ Gradualmente, todas las tareas de administración del Estado se harán


por todo el mundo de forma rotativa

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Democracia Socialista Participativa
(Poder popular, participación protagónica, forma
de la democracia socialista del siglo XXI)
Históricamente se considerada, que la reivindicación democrática es
idéntica a la reivindicación del socialismo. Así lo afirmaba Engels en 1845: “La
democracia de hoy día es el comunismo”; y Lenin en 1916: “…es imposible un
socialismo victorioso que no realizase la democracia integral, del mismo modo
que el proletariado no puede preparar la victoria sobre la burguesía si no desa-
rrolla una lucha revolucionaria, amplia y consecuente, por la democracia”.

Siguiendo esta tradición democrática de los padres del proletariado, de


las trabajadoras y los trabajadores, es decir, del pueblo, el Socialismo del Siglo
XXI, en un extraordinario superado concluirá de manera magistral: “…la lucha
por la democracia en América Latina, es decir, la conquista de la igualdad, la
libertad y la participación ciudadana, es insostenible al margen de una lucha con-
tra el despotismo del capital. Más democracia implica, necesariamente, menos
capitalismo”.

Desnudar el papel antidemocrático del capitalismo es fundamental.


También lo es rescatar a la voluntad popular del secuestro por los laberintos de
la “democracia representativa”, si es que se le puede llamar así, pues en realidad
ésta no es democracia. Se trata más bien de una dictadura disfrazada, es una
imposición disimulada del poder del capital sobre todo el pueblo para su “su-
puesto” beneficio y desarrollo.

Siguiendo con la línea de pensamiento Marxista, hoy lo vemos más


claro. Si bien es cierto, que la sociedad se organiza en definitiva por la forma
como producimos, basta con mirar cómo se produce en el capitalismo y enten-
deremos como la burguesía aplica y desfigura la democracia.

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Democracia Socialista Participativa

Las fábricas capitalistas, es decir, los centros de producción que existen


en Venezuela y que tuvieron su desarrollo y consolidación en la cuarta república
y aún hoy continúan, ¿cómo funcionan?:

■ De forma dictatorial. El dueño da órdenes. La propiedad es privada

■ Hay división del trabajo. Los intelectuales (los que supuestamente sa-
ben) por un lado y los que efectúan trabajo material (los que no saben)

■ Se produce para satisfacer el afán de ganancia, es decir, se producen


mercancías

Estos tres elementos característicos del proceso productivo capitalis-


ta, nos alcanzan para describir la sociedad capitalista, que ellos llamaron y que
aún hoy día pretenden hacernos creer que es democrática.

¿Quién decide en las sociedades capitalistas, quién decidía en Venezuela


en tiempos de la cuarta república y aún hoy intenta imponerse?: una élite domi-
nante, los burgueses, los capitalistas los dueños de las empresas. Eso explica
porqué sus leyes, su justicia, sus organizaciones, siempre fueron en beneficio
de sus intereses y en contra del pueblo. En cualquier lugar que miremos de lo
político, lo económico, lo judicial, etc., así lo demuestran.

Por ejemplo, a quien beneficiaban las decisiones del Congreso


Nacional: siempre a los capitalistas. A quienes beneficiaban las decisiones de los
jueces, siempre a los poderosos. A quienes beneficiaban las políticas sociales que
sumieron en la miseria, el abandono, la ignorancia a la inmensa mayoría de nues-

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Democracia Socialista Participativa

tro pueblo, mientras un pequeña minoría privilegiada nadaba en la abundancia


y la opulencia.

¿Y cómo fue posible que se impusieran?

Primero se secuestró el poder popular y se lo sometió con la democra-


cia representativa. Los diputados que supuestamente nos representaban, no eran
más que sirvientes de los capitalistas y si se colaba algún dirigente de los sectores
populares, estos le pasaban la aplanadora de la mayoría en el Congreso. Esta
aparente democracia, era en realidad una dictadura de la clase dominante contra
los explotados, quienes contaban para sus fechorías, con el poder del Estado.

El segundo elemento, fue muy útil y funcional para esta lógica de do-
minación: la división del trabajo, entre los que supuestamente saben y los que
no. Por supuesto se hacía creer que los dueños del saber eran los políticos y los
ignorantes, el pueblo. Entonces nos adiestraron y nos formaron para que obe-
deciéramos resignadamente, porque ellos y sus capataces, eran los que sabían. Al
igual que en sus fábricas nos engañaron en lo político, haciéndonos creer que eso
de la política no era para nosotros, quienes no debíamos participar.

Y el tercer elemento, fue igualmente criminal: no se produce en la fá-


brica capitalista, para satisfacer las necesidades humanas, se produce para vender
y obtener ganancias y nada importa que millones de seres no tengan recursos
para adquirir los productos básicos. Incluso los mismos que ellos producían.
Ejemplos hay por cualquier lado.

Página 28 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


Democracia Socialista Participativa

En Venezuela existen millones de ciudadanos que trabajan en


construcción de viviendas, pero nunca han podido obtener la suya, para
ellos sólo quedaron los cerros y los barrios, donde fueron amontonados los
pobres en condiciones indignas. Lo mismo ocurre con los fabricantes de
cientos de productos que eran mercancía para otros y que los trabajadores
y trabajadoras no podían soñar siquiera con tenerlos para disfrute de ellos o
sus familias.

No se equivocaba Ludovico Silva, filósofo venezolano, cuando


afirmaba: “…en la sociedad socialista desarrollada deben desaparecer esos
que Marx considera los tres grandes factores histórico-genéticos de la aliena-
ción: la propiedad privada, la división del trabajo y la producción mercantil”.
En otras palabras, la construcción del socialismo, necesariamente implica, si
se quiere democrático, participativo, hegemónico y sostenible en el tiempo,
luchar contra estos factores que han estrangulado y continúan eliminando la
democracia en nuestro país.

Lenin insistirá en que los límites son tales, que conti-


nuamente la democracia burguesa renuncia a los principios
que proclama: “Si observamos más de cerca el mecanismo
de la democracia capitalista, veremos siempre y en todas
partes restricciones y más restricciones de la democra-
cia... en los obstáculos efectivos a todos los derechos
políticos... estas restricciones excluyen, eliminan a los
pobres de la política, de la participación activa en la
democracia”.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 29


Democracia Socialista Participativa

La burguesía y el capitalismo no han sido nunca democráticos. La


filosofía política sobre la que se fundamenta el mercado capitalista es el libe-
ralismo y no la democracia. Los sistemas electorales de matriz liberal no son
democráticos, si no instrumentos oligárquicos de dominación. Llamémoslos
de una vez por su nombre: dictaduras.

Es cierto que la reivindicación del sufragio universal realizada por


el movimiento obrero europeo durante el siglo XIX, era una reivindicación
revolucionaria (cuestión en la que estaban de acuerdo los obreros y los
burgueses), cuando se consiguió se transformó en una instrumento para la
consolidación del poder capitalista. Pero el capitalismo desvirtuó el sufragio
universal desde el mismo momento en que lo adoptó como forma de domi-
nación política.

Se convirtieron en una clase que usurpa la representación popular


y por tanto la soberanía nacional. Se trata de un sistema que habiendo sur-
gido de la reivindicación obrera y democrática, lo han transformado en un
mecanismo profundamente antidemocrático.

Página 30 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

“La democracias es un estado en el que el pueblo


soberano, guiado por leyes que son obra suya, hace por
sí mismo todo lo que puede hacer”.

Robespierre

En el capitalismo, sin control democrático y sin mandato del


soberano, los representantes dejan de representar y pasan a ser una clase
aparte con intereses diferentes a los de sus comitentes o mandatarios y con
privilegios que estimulan su pase a la gestión de los intereses de las clases
dominantes. Eso es lo que en lenguaje reciente se ha llamado cooptación o
saltar la talanquera.

Con este poder a su servicio, los capitalistas fueron desarrollan-


do su modelo dictatorial que mal llamaron: democracia representativa. Sus
apetitos de ganancia, de enriquecimiento ilimitado, fueron moldeando un
régimen cada vez más y más explotador y que permitía la concentración cada
vez más del poder económico, político e ideológico en pocas manos.

Producto de este macabro desarrollo, en las últimas décadas del


siglo XX, vimos como su modelo se extendió por todo el planeta. Es lo que
comúnmente se conoce como el neoliberalismo. Esta nueva forma de domi-
nación, que no es más que la radicalización de la explotación y dominación,
se fundamentó en tres elementos principalmente:

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Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

■ Mercado: es el mercado el único control o regulador que debe existir


en la sociedad. Es decir, las leyes de la oferta y la demanda deben guiar nuestro
mundo. Desde esta lógica, resulta, incluso, innecesario las intervenciones del
estado o la soberanía de las naciones, todo ello debía desaparecer, para per-
mitir que el nuevo “Dios Padre” del mercado circulara “libremente”. Esto fue
impuesto a la gran mayoría de las naciones a fuerza de empréstitos, chantajes o
guerras. Además, con tratados de libre comercio derrumbaron las fronteras de
los “Estados Nacionales”. De lo que sólo se beneficiaron los más poderosos, es
decir, las grandes corporaciones y multinacionales.

■ Competencia: consideran los capitalistas neoliberales, que la única


forma aceptable de relacionarse en un mundo guiado por las santas leyes del
mercado es la “libre” competencia. Así nos vendieron el fraude del desarrollo,
nos hicieron creer e impusieron la idea según la cual, ser competitivos, elevaría
nuestra producción y nos llevaría por la senda del “progreso”. Lo que nunca
dijeron es que los más poderosos (las corporaciones y las multinacionales), que
controlan no sólo naciones, sino incluso la técnica, la ciencia, la investigación y
que poseen recursos para perfeccionar sus aparatos productivos, necesariamente
serían quienes se impondrían y que millones de seres habitantes de los países
más pobres, tendríamos que conformarnos con proveer las materias primas,
nuestra mano de obra barata o sencillamente desaparecer, porque no somos
“competitivos”.

■ Desigualdad: En un mundo regulado por el Dios Padre del Mercado,


la competencia como forma de relacionarnos, es obvio que no todos somos
iguales. Aquí a la burguesía mundial se le cayó su máscara. ¿Y qué es lo que nos

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Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

hace diferentes?: la capacidad de compra, es decir, “tanto tienes tanto vales”.


El cuento que nos relataron durante siglos según el cual éramos iguales, des-
apareció. A partir de ahora –sostenían ellos- dependerá de manera directa de
nuestra capacidad de compra, es decir, de acceder a los productos, si tenemos
recursos. En realidad ya esto venía sucediendo, sólo que ahora se reconocía y se
agudizaba.

Esta propuesta no fue sólo para las relaciones entre las naciones. La
nueva religión –el neoliberalismo- se impuso al interior de las naciones, incluso
se realizó a través de sus aparatos ideológicos (radio, la televisión, internet, la
religión, la escuela, entre otros), fue el más elaborado proyecto de adiestramiento
que hayamos conocido. Desde los presidentes de nuestras naciones, sus minis-
tros, los sacerdotes, los docentes, los partidos, los artistas, todo nos repetían el
guión de los neoliberales, como verdad indiscutible. Las consecuencias no se
hicieron esperar. Por un lado, palabras como mercado, competencia, flexibiliza-
ción (abolición de los derechos laborales y tributarios del comercio), privatiza-
ción muy pronto empezaron a orientar nuestras ideas, discusiones, decisiones o
nuestros planes y proyectos: debemos producir para el mercado; debemos ser
competitivos; debemos prepararnos para el mercado mundial; debemos flexibi-
lizar nuestra economía para ser competitivos. En otras palabras, debemos pagar
salarios de hambre, debemos eliminar las prestaciones sociales, debemos reducir
recursos en educación, en salud, en vivienda, en alimentación; debemos priva-
tizar, debemos firmar acuerdos de libre comercio si queremos desarrollarnos;
entre otras muchas más recetas y discursos. Y por otro, se incrementaron a miles
de millones los seres humanos que mueren de hambre o son sometidos a las más

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Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

crueles condiciones de miseria que haya conocido la humanidad en toda su his-


toria. Los países, entre ellos, los latinoamericanos padecieron, la miseria, el robo,
el saqueo de nuestros productos. Nuestra principal riqueza el petróleo, dentro
de esas leyes de mercado dominadas por los poderosos, redujo los precios a los
valores más mínimos conocidos.

Esta mentira –el neoliberalismo- convertida en discurso oficial en


nuestros países, preparó el camino para las privatizaciones. Se popularizó decir
que el Estado es ineficiente, mientras los privados, es decir, los capitalistas si son
eficientes; conclusión: privatícese todo lo que sea rentable, lo que sea negocio
para la burguesía. Así regalaron las grandes empresas y preparaban el zarpazo
final: entregar PDVSA a los capitalistas.

Pero el pueblo bolivariano despertó, en el febrero rojo, lo que el mun-


do conocerá como el “caracazo”. Con este grito de guerra de los hijos e hijas de
Bolívar contra la explotación, el saqueo, la miseria, la injusticia social, se daría el
nacimiento de una nueva etapa histórica que sentaría las bases de los sucesivos
eventos, desembocando en el momento político de hoy al que llamamos:
Revolución Bolivariana, diez años más tarde.

¿Y qué propone este momento contra la dictadu-


ra neoliberal, antidemocrática por definición?: democracia
auténtica, participación protagónica y revolucionaria. Es
decir: el socialismo.

Tal y como nos lo enseñaron los maestros y el


mismo proletariado en el pasado, no se puede ser democrá-

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Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

tico sino en el socialismo, es decir, contra la propiedad privada sobre los recursos
naturales, la división del trabajo, la producción de confort, que degeneró en mer-
cado de necesidades creadas, competencia y desigualdad, sólo existe un remedio:
el socialismo. Es decir, la propiedad privada sobre los recursos naturales debe
desaparecer y en su lugar implantaremos la propiedad social de los medios de
producción y distribución; la división del trabajo debe ser superada por el trabajo
digno de la mujer y del hombre de acuerdo a sus posibilidades, como lo expuso
Marx; la sociedad fundada en la producción de riqueza para un mercado merece
desaparecer, la riqueza será para los productores mismos y sus comunidades, la
sociedad fundada en el valor de cambio (el precio que le ponen a las mercancías),
será sustituida por una sociedad que tendrá como base el valor de uso (el valor
que tienen las cosas de acuerdo a la necesidad humana de las mismas); se produ-
cirá de manera sostenible y sustentable para la satisfacción de las necesidades de
los seres humanos nunca más para el mercado. Tales son las bases democráticas
en el socialismo.

En la Venezuela de hoy, muchas empresas de producción y de ser-


vicios, hasta hace poco de propiedad privada, pasan a manos del Estado
revolucionario –bancos, cementeras, centrales eléctricas, siderúrgicas, ma-
taderos, productoras de café, entre otras muchas- ya sea por la vía de la
expropiación o por la toma de las trabajadoras y los trabajadores y empiezan
a producir como propiedad social. Esta política revolucionaria no se queda
ahí, se extiende a los campos en la lucha contra el latifundio que pasan a ser
centros de producción socialista. Y lo que es igualmente importante se llega
con eficiencia y precios justos a la distribución. Un ejemplo de ello es mercal.

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Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

Se estima que -por ahora, pues continua creciendo- unos 14 a 16 millones


de venezolanos y venezolanas se abastecen a través de sus redes, muchas de
las cuales están ya bajo control popular –mercal comunal-, atrás van que-
dando los monopolios de los grandes y privados supermercados y centros
comerciales como única forma de distribución, que robaban, acaparaban y
especulaban sin ningún control.

Por otra parte, se abren las puertas para las y los venezolanos.
Millones son alfabetizados, millones son estimulados a continuar sus estu-
dios de secundaria y superiores, se multiplican las opciones para la produc-
ción intelectual. Se demuestra, en la práctica, la mentira de que los pobres
no tenemos capacidad, ese cuento falso de que el pueblo es bruto, empieza a
superarse. Se sientan las bases reales para las y los ciudadanos con educación
gratuita y al alcance de todas y de todos, por poner sólo un ejemplo.

Se sientan las bases para producir la satisfacción de las necesidades


del pueblo y no para hacer negocios. Ya se escuchan las quejas y reclamos
de los parásitos que vivían de la producción de mercancías. Es obvio, por
ejemplo, pues era muy lucrativo producir cemento para el mercado que ellos
controlaban, donde el precio normal era burlado y a través del mercado se
vendía en tres o cuatro veces su valor, y así con casi todos los productos. El
resultado era obvio, el pueblo no podía adquirir los productos de primera ne-
cesidad y por esa vía era condenado a la miseria. Un ejemplo concreto se en-
cuentra en el sector de los servicios: el “negocio” de la salud está amenazado,
no sólo por la presencia de Barrio Adentro, de los Centros de Diagnóstico
Integral, de la gratuidad en los medicamentos y pruebas diagnósticas, sino

Página 36 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


Socialismo Democrático Vs Neoliberalismo

que formas de desangrar económicamente a nuestro pueblo como los famo-


sos HCM se les cae el antifaz y se pone en evidencia su carácter especulador
y estafador, y es cuestionado que un derecho sea convertido en negocio.

Como toda obra humana, este proceso tiene errores, desaciertos,


equivocaciones, problemas como la burocracia y la corrupción, pero son su-
perables, si se da la participación protagónica, vigilancia y control popular.

La democracia como poder real de la base a partir de su organiza-


ción para ejercer el autogobierno, con formas rotatorias de responsabilidad,
rendición de cuentas permanente, posibilidad de revocación de cargos, limi-
tación estricta de mandatos, ausencia de privilegios para los representante,
es la alternativa frente a las formas capitalistas de organización social que
van de arriba abajo, manipulando las estrategias electorales e imponiendo
“dictadura de los representantes” sobre el conjunto del pueblo.

Las formas concretas y viables de la democracia surgirán (están


surgiendo) como fruto de un largo proceso de experiencia e indagación co-
lectivas en base al método de “acierto y error”. Históricamente ha sido así:
las secciones de la revolución jacobina fueron una creación de las masas,
así como la Comuna o los soviets. El papel de las y los revolucionarios
es facilitar, estimular estas formas organizativas de la democracia
participativa, contribuir a consolidarlas, a darles continuidad
y visión global.

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¿Quiénes construyen la Democracia Socialista?

Si partimos del hecho que democracia es el poder del pueblo, es


claro que la participación de éste –las y los trabajadores, lo oprimidos, los asalaria-
dos y quienes hacen parte de los círculos de explotación- es imprescindible si se quiere
una auténtica democracia, pero además la lucha por la democracia participa-
tiva, socialista y contra la mercantilización de la vida y el orden económico
para el beneficio capitalista, puede ser sostenida si emana de una revolución
popular, que construya su propia noción de democracia política, social y eco-
nómica y su propio movimiento organizativo de gobierno en la comunidad.
Las leyes se están elaborando a partir de la Constitución Nacional a favor de
las mayorías, sin embargo, el brazo ejecutor es la comunidad.

De lo que se trata, en la democracia socialista, es de una superación


histórica real, no declarativa, no en los discursos, no en la letra muerta, se
trata de derrotar en la práctica diaria tanto al neoliberalismo como la pseudo-
democracia burguesa o representativa; es decir, como diría Martí, será
con todas y todos por el bien de todas y de todos. Es pues
el pueblo, las y los trabajadores, el único actor posible y
pensable en una democracia.

En esa nueva construcción socialista que


necesariamente debe ser democrática, si se quiere
revolucionaria, se darán profundas trasformaciones,
por ejemplo, la administración de la industria y de
todas las ramas de la producción en general dejará de
pertenecer a unos u otros sujetos en competencia de

Página 38 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


¿Quiénes construyen la Democracia Socialista?

mercado. En lugar de esto, la producción pasará a manos de toda la sociedad,


es decir, serán administradas en beneficio de toda la sociedad, con arreglo
a un plan general y con la participación de todas y todos los miembros de
la sociedad. Por tanto, el nuevo orden social suprimirá la competencia y la
sustituirá con la solidaridad.

La supresión de la propiedad privada de los medios de producción


y distribución (que no debe confundirse con la propiedad personal de bienes, es decir,
nuestra casa, nuestras cosas, que seguirán existiendo) es una de las más importantes
características de esta transformación, que tendrá repercusiones en toda la
estructura social.

Recordemos que la forma como nos organizamos en el país, en el


barrio, en la sociedad en general, es en definitiva el reflejo de cómo nos orga-
nizamos en el trabajo. Es decir, un proceso de producción y distribución de
todas y todos por el bien de todas y todos, creará una sociedad democrática,
participativa, solidaria donde nadie es más que nadie pues no habrá jerarquía
entre seres humanos, ni nadie explotará a nadie.

Entonces será una auténtica revolución en confrontación con el


egoísmo, el individualismo y la competencia que rige la actual sociedad capi-
talista, reflejo precisamente de esa forma de producir, donde los medios de
producción y distribución son privados.

El pueblo, en esta nueva sociedad que se va construyendo, como


diría Engels: establecerá, ante todo, un régimen democrático y, por tanto, directa
o indirectamente, la total participación política del proletariado, es decir,

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 39


¿Quiénes construyen la Democracia Socialista?

del pueblo, de las y los trabajadores, de los asalariados, de las madres del
barrio, de los buhoneros, de los trabajadores por cuenta propia, de las y los
campesinos todos y todas.

La democracia socialista sería absolutamente inútil para el pueblo


si no la utilizara inmediatamente como medio para llevar a cabo amplias
trasformaciones en lo político (como cambios constitucionales y legales a
nivel general), en lo económico (como la recuperación de las fábricas y en la
creación de los centros de producción y de distribución de propiedad social),
en lo ideológico (como educar en la solidaridad, la fraternidad, la igualdad,
valores humanistas en definitiva). Sólo así se podrá asegurar la existencia
digna de nuestro pueblo.

Así las cosas, el triunfo del pueblo es el triunfo de toda de la


humanidad.

Página 40 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

Para decirlo en términos del profesor Rubén Alayón: “… la revo-


lución bolivariana constituye una propuesta subversiva de lo social, en tanto se
estructura a partir de la democracia socialista o revolucionaria. Esta subversión
se presenta en dos sentidos:

El primero, considera a la democracia de una manera radical como la


reunión de los ciudadanos en asambleas participativas, que discuten y deciden
como lo que son: iguales y por el bien de todas y todos, retomando así la tradi-
ción más radical de la democracia.

El segundo sentido, propio de nuestra revolución, se refiere al avance


que se produce con las Comunas Bolivarianas, respecto a las asambleas tradicio-
nales de la democracia radical”.

Esta particular manera de entender y construir nuestra democracia


revolucionaria, entiende a la Comuna, no únicamente como un espacio para
gobernar, sino también como centro del poder popular y, por tanto, uno de los
lugares propios para la construcción y aceptación legítima de la nueva forma que
tendrá nuestra organización social, es decir, el socialismo.

En esta revolución democrática y socialista, el poder empieza a cambiar


hasta en su geografía, ya no habitará exclusivamente en las asambleas nacionales
o los ministerios, o en las instituciones gubernamentales, o en la oficina de algún
burócrata, o en la fábrica de un capitalista. Tiene nuevos espacios, en los barrios
donde vive nuestro pueblo, que hemos dado en llamar La Comuna.

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 41


La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

Tiene nuevos actores, las trabajadoras y los trabajadores, las y los


desempleados, las madres del barrio, las y los trabajadores por cuenta propia
o trabajadores independientes, quienes conocedores de sus problemas, de sus
necesidades, de sus carencias, de sus anhelos, de sus sueños y de sus derechos, se
convierten, sin mediaciones, sin representantes, de manera directa y participativa
en un nuevo sujeto político y social, que busca generar procesos de acumulación
creciente de poder desde los cuales y a través de los cuales se va construyendo la
nueva sociedad, la nueva democracia y el nuevo Estado.

Hemos aprendido que la nueva sociedad y el nuevo Estado lo construi-


mos y perfeccionamos todos los días en el conjunto de acciones individuales y
colectivas que emprendemos para construir un mundo mejor, más humano, más
justo y más democrático. Un mundo que hemos caracterizado como socialista.

Ahora bien, está claro que estos surgen como producto de la puesta en
práctica de una estrategia donde el poder popular es a la vez método y sentido,
propósito y razón de ser, mediante los cuales el pueblo se convierte en sujeto de
la acción revolucionaria. Es el sujeto “pueblo” quien construye, toma y ejerce el
poder para hacer realidad las transformaciones estructurales.

Son innumerables los ejemplos cotidianos que empezamos a ver: un


mercal comunal, es en realidad una revolución alimentaria. Es el pueblo organi-
zado, en su propia geografía, bajo su propia tutela y responsabilidad entregando
a precios justos, de manera justa, directa, oportuna y eficiente los alimentos.
Atrás va quedando el bodeguero o supermercado especulador, acaparador que
se enriqueció a costa de nuestro sacrificio y nuestras necesidades alimentarias.

Página 42 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

Por supuesto que no es el ideal, falta mucho por recorrer. Debemos producir
soberanamente nuestros alimentos y romper con la dependencia de otros países
o regiones, y debemos superar el consumismo, sanear y educar nuestra forma de
alimentarnos. Incluso la forma de administrar estos Mercales se puede mejorar,
se debe perfeccionar.

Otro ejemplo son las obras que adelantan nuestras comunidades. Se


cuentan por cientos los proyectos que adelantan los consejos comunales. Lo ver-
daderamente novedoso y revolucionario, es que la misma comunidad diagnostica
cuáles son sus necesidades y con base en ello determina y prioriza de manera
directa por dónde empezar. Así nacieron los proyectos para arreglar la escuela,
el parque, la cancha deportiva, hacer la caminería o construir la escalera o la casa
de alimentación. Los resultados son obvios, los recursos rinden más, pues no
está el intermediario contratista o politiquero gestor, quienes se robaban parte
del dinero. Y como es en nuestro beneficio y por nosotros mismos no sólo la
calidad de los insumos es superior, sino el resultado último que se enriquece con
nuestro trabajo voluntario y libre. Claro que todavía hay hechos de corrupción,
desaciertos, equivocaciones, desvíos, pero todo ello camino de
solucionarse por la vía del poder y control popular.

Pero este ejercicio de democracia partici-


pativa y revolucionaria no terminará ahí. El sujeto
“pueblo”, que aprenderá y se perfeccionará en su
barrio y en su comuna, ha iniciado un camino sin
retorno, como diría el comandante Fidel Castro:

ESCUELA DE FORMACIÓN PARA LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA Página 43


La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

“…esta humanidad ha dicho basta y se ha echado a andar”. Veamos sus


escenarios.

En nosotras y nosotros mismos

El punto de partida en la construcción del poder popular lo cons-


tituimos nosotras y nosotros mismos como personas, como seres humanos,
como sujetos políticos, como militantes de una causa social revolucionaria. En
nosotras y en nosotros debe encarnarse el nuevo hombre y la nueva mujer de la so-
ciedad en la que aspiramos vivir y eso significa que debemos ser portadores de
los fundamentos éticos y morales de esa sociedad y de las disciplinas de trabajo
que esperamos reproducir. El ejercicio pleno de la libertad, la justicia social,
la democracia como práctica social y política, la solidaridad, la responsabilidad
social, la disciplina de trabajo y estudio, la honradez, el amor por nosotros
mismos y por nuestro pueblo como fuerza vital de nuestras acciones, son entre
otros valores y actitudes, el fundamento desde el cual nos constituimos como
sujetos políticos en ejercicio de poder popular.

En nuestras familias

Un segundo escenario lo constituye nuestra familia, ella es el cam-


po en el cual nosotras y nosotros vamos construyendo en unidad social los
fundamentos y prácticas de la nueva sociedad y el nuevo Estado. Esto signi-
fica que debemos esforzarnos por dignificar la existencia de los propios, de
nuestra esposa y nuestros hijos e hijas, debemos establecer unos principios
y fundamentos de una vida digna. Esto es: trabajo permanente, alimentación
adecuada, vivienda digna, salud eficiente, educación de excelencia, descanso

Página 44 DEMOCRÁCIA PARTICIPATIVA


La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

y recreación. Si a esto le agregamos una distribución equitativa del poder, es


decir, relacionarnos desde el afecto y la justicia, de diálogo permanente, de
acompañamiento y solidaridad, de conciencia política y compromiso, hemos
construido una unidad social de poder popular.

En nuestro barrio, parroquia, municipio

Un tercer escenario lo constituye nuestro barrio, la parroquia, la


vereda, el caserío, el municipio en que vivimos, la localidad, la comuna. Allí
lo que hemos construido o queremos construir para nosotras y nosotros es
necesario construirlo para los demás. Debemos trabajar en la organización
consciente y crítica de la comunidad, en su capacidad de autogestión, de ges-
tión social y política, en su empoderamiento permanente, en su auto-repre-
sentación. Debemos potenciar los liderazgos comunitarios y colocarlos en los
puestos de conducción de la comunidad, en los consejos comunales y salas de
batalla. De este trabajo tendrá que salir la organización de hombres y mujeres
adultos mayores, las organizaciones de niños y niñas, jóvenes y mujeres, las
organizaciones culturales y deportivas, la organización de desempleados, entre
otras posibles formas de asociación que salgan de la iniciativa popular. En
este escenario debemos construir para satisfacer los requerimientos básicos de
trabajo, alimentación, vivienda, salud, educación, descanso y recreación, entre
otros aspectos.

En nuestro lugares de trabajo y estudio

Un cuarto escenario los constituye nuestros lugares de estudio y


trabajo. Allí debemos fortalecer las formas de organización existentes, cons-

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La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

truir nuevas formas autogestionarias que ayuden a ocupar espacios y levantar


adhesiones (consejos de trabajadores y trabajadoras, consejos estudiantiles,
escuelas de formación, círculos de estudio, proyectos productivos alternativos
familiares, cooperativas, granjas comunitarias alternativas, proyectos artesana-
les). Promover nuevos liderazgos y desarrollar una lucha frontal contra las
prácticas burocráticas, clientelistas y corruptas que han caracterizando la lucha
sindical y social.

Es necesario trabajar con los y las camaradas la propuesta política y


ganar acumulados organizativos al interior de las fábricas, empresas, oficinas
públicas, escuelas, colegios, universidades, empresas agroindustriales y planta-
ciones, ocupar todos los lugares construidos por la institucionalidad dominan-
te que puedan servir de apoyo a la construcción del poder de las trabajadoras
y los trabajadores. Desarrollar, ampliar, fortalecer el control obrero o de las
y los trabajadores. Debemos superar el concepto de que lo público pertenece
al Estado o no pertenece a nadie, esclarecer la idea de público como pertene-
ciente al pueblo y él debe apropiárselo para la construcción de su bienestar.
Los espacios de mayor responsabilidad del Estado deben ser expresión de
liderazgos estudiosos, comprometidos y honestos, deben trabajar de manera
ejemplar y transparente para posibilitar desde ellos la constitución de poder
popular.

En la lucha popular, social y política

Un quinto escenario lo constituye la lucha popular, social y política


que mueve la voluntad de nuestro pueblo hacia intereses comunes. Es la lucha

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La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

por la soberanía y la independencia de nuestro país y de nuestra revolución,


contra el imperialismo y sus aliados, contra la corrupción y el burocratismo,
contra la violencia, contra el paramilitarismo y el narcotráfico, es la lucha por la
ampliación de la democracia, por la paz, y en general el máximo de felicidad que
se merece nuestro pueblo.

Esta lucha convoca la unidad, la organización militante y la moviliza-


ción de los sectores populares y las organizaciones sociales y políticas contra los
espacios antidemocráticos. Es la lucha organizada por la defensa de la patria con
la participación de todo el pueblo; la defensa de nuestro gobierno; es la lucha
por nuestros espacios políticos conquistados y por su obligado compromiso con
la comunidad; es la lucha de las trabajadoras y los trabajadores por condiciones
dignas y la valoración suprema del trabajo en la producción y distribución; es la
lucha por el logro de nuestro derecho a una vivienda digna, a una educación con
base a la realidad social y pertinente a las necesidades y retos del mundo actual;
por mantener y perfeccionar nuestro derecho a un servicio de salud gratuito y
de calidad; la lucha por el fortalecimiento y democratización de nuestro poder
comunal, de nuestras organizaciones de clase y populares.

El poder popular se expresa en la democracia de la calle, capaz de


revertir a través de la movilización y la confrontación a la oposición que embe-
lesa y busca hacernos retroceder por los caminos de explotación y opresión del
modelo capitalista.

Es pues el sujeto pueblo, formado, unido, organizado y movilizado


ejerciendo el poder popular a través de realizaciones concretas en el marco

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La Democracia Socialista en Nuestro Barrio

de una estrategia política de construcción de una nueva sociedad y un nuevo


Estado Socialista.

En lo internacional

Finalmente, la lucha por la democracia socialista es parte de un mo-


vimiento histórico mundial y por ello se organiza y confronta en este plano
también, porque entiende que nuestra liberación, nuestra revolución depende
de la liberación y la emancipación de nuestros hermanos y hermanas. El su-
jeto pueblo debe estudiar, comprender y prepararse para actuar en el plano
internacional.

Ejercicios:

Después de leer, discutir, criticar y sistematizar los diferentes as-


pectos presentados en este material, responda estas preguntas

¿Qué tan democráticos somos nosotras y nosotros en nues-


tras actividades?

¿Qué tan democrática es nuestra vida familiar?

¿Qué tan democrática es nuestra vida barrial, parroquial,


municipal?

¿Qué tan democrática es nuestra participación en la lucha


popular, social y política?

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