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°
Escrito:
Cuaderno: Principal
Sumilla: INTERPONEMOS
ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL. -
1
199660; MARIO FERNANDO ARATA BUSTAMANTE, debidamente identificado
con DNI N.º 09924966 y con CIP N.º 199790; y CARLOS NOÉ GUILLÉN
ENRÍQUEZ, debidamente identificado con DNI N.º 43370712 y con CIP N.º
206625; señalando como domicilio procesal para los fines del presente proceso
constitucional en el ABONADO N.º 4431 DEL DEPARTAMENTO DE
NOTIFICACIONES DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA, JR.
LAMPA N.º 1174 (SEGUNDO PISO), CERCADO DE LIMA Y CASILLA
ELECTRÓNICA N.º 1512 DEL PODER JUDICIAL; a Ud. respetuosamente
decimos:
2
Que, en tal sentido, y de conformidad con lo establecido en
los Arts. 99º y 100º de la Constitución Política del Estado, en concordancia con lo
dispuesto en el Art. 89º del Reglamento del Congreso de la República, en atención
a los graves hechos anteriormente señalados, relacionados con la infracción
constitucional de los Arts. 118°, Inc. 1, 167° y 172° de la Constitución Política del
Perú y con la presunta comisión de los delitos de Abuso de Autoridad y de
Nombramiento Indebido para Cargo Público, previsto y sancionado en los Arts.
376° y 381° del Código Penal, solicitamos a vuestra digna Presidencia que
disponga:
I. PETITORIO. -
3
Público para que formalice la denuncia respectiva, por haber incurrido en
las siguientes inconductas funcionales:
(i) Arts. 118°, Inc. 1, 167° y 172° de la Constitución Política del Perú.
4
(ii) Arts. 376° y 381° del Código Penal.
CÓDIGO PENAL
II. ANTECEDENTES. -
II.1. La presente acusación constitucional tiene como sustento los hechos que a
continuación, pasamos a identificar:
5
(i) La emisión de la Resolución Suprema N.º 094-2020-IN, del 24 de
noviembre de 2020, mediante la cual se designó al general CÉSAR
AUGUSTO CERVANTES CÁRDENAS Comandante General de la
PNP y se le ascendió al grado de teniente general.
(ii) La emisión de las Resoluciones Supremas N.os 093, 097, 098, 099,
101, 102, 104, 105, 106, 108, 109, 112, 114, del 24 de noviembre de
2020, mediante las cuales se dispuso el pase al retiro de los
tenientes generales ORLANDO VELASCO MUJICA, JORGE
ALEJANDRO LAM ALMONTE y HERLY WILLIAM ROJAS LIENDO y
de los generales JOSÉ SATURNINO CÉSPEDES AGUIRRE, LUIS
BELTRÁN PANTOJA CALVO, ALEXIS RAFAEL BAHAMONDE
CHUMPITAZ, YOHANIM OSWALDO CHUQUILLANQUI OSPINA,
JESÚS MOISÉS RÍOS VIVANCO, LORENZO JULIO GRANADOS
TICONA, ESWIN ALEXANDER MANAY GUERRERO, ALEJANDRO
WASHINGTON OVIEDO ECHEVARRÍA, MARIO FERNANDO
ARATA BUSTAMANTE y CARLOS NOÉ GUILLÉN ENRÍQUEZ.
6
a la presidencia de la República, del hasta entonces presidente del Congreso
complementario, Sr. Manuel Arturo Merino de Lama.
7
hemos sido objeto, no solo porque no se ha determinado nuestra
responsabilidad en su comisión, sino porque tampoco fueron señalados como
motivación en las precitadas Resoluciones Supremas.
II.5. El ex ministro del Interior designado por el presidente Sagasti Hochhäusler, Sr.
Ismael Rubén Vargas Céspedes, y sus allegados han sostenido en los medios
de prensa que nuestros pases al retiro tienen como sustento los presuntos
excesos en la represión de las protestas ciudadanas contra el gobierno del
expresidente Merino de Lama y actos de corrupción en la administración de la
PNP, sobre cuya comisión no se ha determinado a la fecha que tengamos
ninguna responsabilidad administrativa, penal o de cualquier otra índole;
debiéndose destacar que en la mayor parte de los casos tales hechos ni
siquiera estaban relacionados con las labores propias de los cargos que
ejercíamos en la PNP al momento de producirse nuestros pases al retiro.
II.6. Particularmente indicativo es el caso del teniente general Velasco Mujica, que
se desempeñaba el cargo de Comandante General de la PNP desde el 7 de
agosto de 2020. Un mes después se contagió de la Covid-19 y estuvo en la
Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), siendo entubado y sujeto a una
traqueotomía, pudiendo regresar a su casa recién el 7 de noviembre del
presente año. Aun en plena rehabilitación tuvieron lugar los sucesos
producidos por la ascensión y salida del cargo del expresidente Merino de
Lama, resultando más que evidente que no tuvo ninguna participación en ellos.
El 20 de noviembre de 2020, encontrándose ya en funciones el gobierno del
presidente Sagasti Hochhäusler, se reincorporó en el ejercicio de sus
8
funciones. Inclusive, al día siguiente fue honrado con un reconocimiento del
propio presidente de la República y de su entonces ministro del Interior, quien
también le dispensó una ceremonia de bienvenida el domingo 22 del mismo
mes y año.
9
General de la PNP, pese a que en el escalafón policial estaba debajo de tres
(3) tenientes generales y de diecisiete (17) generales.
10
Generales suficientes la terna se completa con los generales de mayor
antigüedad en el escalafón. // El general nombrado como Comandante
General se encontraba en el puesto 18 del escalafón; es decir, no contaba con
la antigüedad suficiente para ser designado en el cargo por el presidente de la
República, quien –consideramos– ha sido inducido a un grave error a partir de
una interpretación sesgada de la norma”.
11
Nacional del Perú y menoscaba el trabajo que esta institución realiza en
cumplimiento a sus responsabilidades constitucionales”.
II.12. Frente al clima de profundo malestar general provocado por este arbitrario
proceder, aunado al manejo deficiente de la crisis provocada por las protestas
de agricultores producidas en diversas regiones del país, el 2 de diciembre de
2020 renunció al cargo el hasta entonces ministro del Interior Vargas
Céspedes. Pese a que el siguiente ministro del Interior, Sr. Clúber Fernando
Aliaga Lodtmann, señaló en los medios de prensa que el pase a la situación de
retiro de los Oficiales Generales fue una medida apresurada y que él no
avalaba los actos del ex ministro Vargas Céspedes, renunció al cargo al cabo
de pocos días de haber asumido. Su sucesor, Sr. José Manuel Antonio Elice
Navarro, actualmente en el cargo, no hizo nada para corregir los irregulares
pases al retiro materia de la presente acusación constitucional. Es más, tanto
él como el presidente de la República han resaltado que “no hay paso atrás,
no hay retorno, no se va a revertir esa decisión” . A este respecto, el actual
Ministro del Interior Elice Navarro -persistiendo en el error legal y
constitucional- sostiene de manera tozuda y persistente que la decisión del
gobierno se ajustó al marco constitucional y legal y, por ello, nuestro pase al
retiro fue “una consecuencia de la aplicación de la ley”. Incluso, llega a afirmar
que el TC “sí se ha pronunciado al respecto, y si leen [su sentencia], verán que
apoya la decisión del presidente de la República”.
12
III.1. La Constitución Política del Estado consagra el principio y derecho de la
función jurisdiccional al debido proceso y la tutela jurisdiccional en los
términos siguientes:
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(i) Que las controversias no sean resueltas desde la fuerza sino a
través de la razón ínsita en el Derecho; que deviene en el derecho de
acceso a alguna de las modalidades de justicia institucionalizada
previstas en el ordenamiento jurídico.
(ii) Que el procesamiento se ajuste a una serie de exigencias que
favorecieran en la mayor medida de lo posible la consecución de una
decisión justa; que trae consigo un conjunto de garantías formales y
materiales destinadas a asegurar en la mayor medida posible el
arribo de una decisión justa.
(iii) Que el conflicto sea superado plena y oportunamente mediante la
ejecución, también plena y oportuna, de la decisión justa construida
para el caso en concreto; que se traduce en la ejecución de la
sentencia como parte del contenido esencial del debido proceso ( 1).
1
()CASTILLO CÓRDOVA, Luis. - “Debido proceso y tutela jurisdiccional” . En:
GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter (Director). - La Constitución Comentada. Análisis
artículo por artículo. Tomo III. Gaceta Jurídica: Lima, 2015. pp. 638–639.
14
III.4. Así, el proceso judicial en tanto Debido Proceso Legal ( Due Process of Law)
es el instrumento necesario para la obtención de la tutela judicial por parte
del Órgano Jurisdiccional constitucionalmente señalado para dicho efecto, a
partir del cumplimiento de sus principales finalidades: el acceso al ideal
humano de la justicia, el otorgamiento de la necesaria paz social para el
gobierno de los hombres en un Estado Democrático de Derecho y la
solución concreta de las controversias intersubjetivas de los particulares
otorgándoles a cada uno lo que en derecho le corresponda ( 2).
III.5. En la jurisprudencia del TC, el principio derecho de la función jurisdiccional
a la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional efectiva es
definido del siguiente modo:
2
()Ya señalaba CHIOVENDA (“La idea Romana en el Proceso Civil moderno ”, en:
Ensayos de Derecho Procesal; t. I. EJEA-BOSH y CIA. Eds. Bs. As. 1949; pp. 352-354)
que la finalidad del proceso es la actuación objetiva de la ley en el caso concreto. Ver
COUTURE, Eduardo J.- Introducción al Estudio del Proceso Civil ; De Palma Eds., Bs.
As., 1978; 2da. ed., pp. 145-147, señala que la finalidad de proceso podría ser entendida
en sus dos vertientes: pública y privada. Será privada en tanto satisface un interés
individual contenido en el proceso, en tanto que pública cuando satisface el interés
común de asegurar la efectividad del derecho mediante la actividad jurisdiccional.
También puede sostenerse que el proceso tiene una finalidad mediata y otra inmediata,
donde la primera lo constituye el otorgamiento de la paz social y la segunda la
determinación del derecho en disputa (QUIROGA, Aníbal y otro. - “ Las Excepciones en
el Proceso Civil Peruano…”; Tesis, Mimeo, Fac. de Derecho PUC del Perú, Lima, 1982;
p. 80). Ver también: QUIROGA LEON, Aníbal. – “Estudios de Derecho Procesal” ; Ed.
Idemsa, Lima, 2008. Ver también: QUIROGA LEON, Aníbal. – “El Debido Proceso Legal
en el Perú y en la Jurisprudencia del Sistema Interamericano de DDHH-Jurisprudencia” ;
Ed. Idemsa, 2da. Ed., Lima, 2014
15
(i) “El debido proceso es un derecho de estructura compleja, cuyos
alcances corresponde precisar a la luz de los ámbitos o dimensiones
en cada caso comprometida” (3).
(ii) “El debido proceso es un derecho constitucional de naturaleza
omnicomprensiva, hacia cuyo interior se individualizan una serie de
reglas de carácter fundamental que permiten considerar al proceso
no solo como instrumento de solución de conflictos, sino como un
mecanismo rodeado de garantías compatibles con el valor justicia. El
debido proceso en cuanto tal, tiene dos dimensiones, una formal o
procedimental y otra sustantiva o material. Mientras que en la
primera de sus dimensiones los principios y reglas que integra dicho
atributo tienen que ver con exigencias de tipo formal, explícitas como
en el caso del juez natural, el procedimiento preestablecido, el
derecho de defensa, la motivación resolutoria, el derecho a probar
(entre otras) o implícitas, como en el caso del plazo razonable o la
regla ne bis in idem; en su faz sustantiva, se relaciona con los
estándares de justicia como la razonabilidad y la proporcionalidad
que toda decisión con la que se pone termino a una controversia,
debe suponer” (4). [Resaltado nuestro]
(iii) “El derecho al debido proceso, como ha señalado en reiterada
jurisprudencia este Tribunal, comprende, a su vez, diversos
derechos fundamentales de orden procesal, de modo que se
3
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 3075-2006-PA/TC, F. J. 4.
4
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 00917-2007-PA/TC, F. J. 14.
16
configura, por así decirlo, un derecho ‘continente’” (5). [Resaltado
nuestro]
(iv) “En efecto, su contenido constitucionalmente protegido comprende
una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta
naturaleza, que en conjunto garantizan que el procedimiento o
proceso en el cual se encuentre inmerso una persona, se realice y
concluya con el necesario respeto y protección de todos los
derechos que en él puedan encontrarse comprendidos” (6).
[Resaltado nuestro]
(v) “El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, reconocido en el
artículo 139, inciso 3, de la Constitución, implica que cuando una
persona pretenda la defensa de sus derechos o intereses legítimos,
ella deba ser atendida por un órgano jurisdiccional mediante un
proceso dotado de un conjunto de garantías mínimas. Como tal,
constituye un derecho, por decirlo de algún modo, ‘genérico’ que se
descompone en un conjunto de derechos específicos enumerados,
principalmente, en el mencionado artículo, o deducidos
implícitamente de él. Entre estos derechos cabe destacar, entre
otros, el derecho a un juez independiente e imparcial” (7). [Resaltado
nuestro]
17
(i) La presunción de inocencia. (Art. 2º, Inc. 24, de la Constitución
Política del Estado)
(ii) El derecho de defensa. (Art. 139º, Inc. 14, de la Constitución Política
del Estado)
(iii) Los principios de culpabilidad, legalidad y tipicidad. (Art. 2º, Inc. 24,
Lit. “d”, de la Constitución Política del Estado)
(iv) El derecho al juez natural o a la jurisdicción predeterminada. (Art.
139º, Inc. 3, de la Constitución Política del Estado)
(v) Los derechos a la pluralidad de instancias, a los medios de prueba y
a un proceso sin dilaciones. (Art. 139º, Inc. 6, y otros de la
Constitución Política del Estado)
(vi) La garantía de no autoincriminación.
(vii) La posibilidad de aplicar y ejecutar sentencias en el sentido de que lo
ejecutoriado se cumpla. (Art. 138º de la Constitución Política del
Estado)
(viii) El cumplimiento por parte del Estado de las obligaciones que surjan
de las sentencias en las que pierda el proceso.
(ix) El cumplimiento de las reglas para las notificaciones.
(x) Los derechos procesales a la legalidad en materia sancionatoria,
proporcionalidad y razonabilidad e interdicción de la arbitrariedad.
(xi) La predictibilidad de las sentencias judiciales y resoluciones
administrativas.
(xii) El Principio Non Bis In Ídem.
Constitucional. Tercera Edición Aumentada. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú: Lima, 2013. pp. 310-318.
18
III.7. Es necesario resaltar que el debido proceso no se entiende en un sentido
restringido a los procesos judiciales, sino, como ha sido señalado por el TC,
tiene alcances genéricos que se extiende a “otros campos como el
administrativo, el corporativo particular, el parlamentario, el castrense, entre
muchos otros, dando lugar a que en cada caso o respecto de cada ámbito
pueda hablarse de un debido proceso jurisdiccional, de un debido proceso
administrativo, de un debido proceso corporativo particular, de un debido
proceso parlamentario, etc.” (9).
19
resguarda los derechos del administrado (…). Implica, por ello, el
sometimiento de la actuación administrativa a reglas previamente
establecidas, las cuales no pueden significar restricciones a las
posibilidades de defensa del administrado y menos aún condicionamientos
para que tales prerrogativas puedan ser ejercitadas en la práctica.” (11).
20
presentar alegatos complementarios; a
ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el
uso de la palabra, cuando corresponda; a
obtener una decisión motivada, fundada en
derecho, emitida por autoridad competente,
y en un plazo razonable; y, a impugnar las
decisiones que los afecten.
La institución del debido procedimiento
administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación
propia del Derecho Procesal es aplicable
solo en cuanto sea compatible con el
régimen administrativo.
(…)”.
III.11. Como es posible apreciar, entre los derechos y garantías más importantes
que importa el debido procedimiento administrativo se encuentra el derecho
a obtener una decisión motivada y fundada en derecho; por lo cual, estando
a los hechos expuestos en los antecedentes de la presente acusación
constitucional, pasaremos a analizar si las Resoluciones Supremas N. os
093, 094, 097, 098, 099, 101, 102, 104, 105, 106, 108, 109, 112 y 114 se
ajustan a los parámetros que impone la debida motivación como
componente esencial de los derechos y garantías propios del debido
proceso.
21
IV.1. El Art. 139º, Inc. 5, de la Constitución Política del Estado consagra a la
motivación escrita de las resoluciones judiciales como uno de los principios
y derechos de la función jurisdiccional del siguiente modo:
22
decisiones judiciales resultan avaladas y, por tanto, legitimadas por
aserciones, en cuanto tales verificables y refutables, aunque sea de manera
aproximativa; como la ‘validez’ de las sentencias resulta condicionada por la
‘verdad’, aunque sea relativa, de sus argumentos; como, en fin, el poder
jurisdiccional no es ‘poder tan inhumano’ puramente potestativo de la
justicia del cadí, sino que está fundado en el ‘saber’, también solo opinable
y probable, pero precisamente por ello refutable y controlable tanto por el
imputado y su defensa como por la sociedad” (14).
IV.4. Llegados a este punto, cabe señalar que la jurisprudencia del TC ha tenido
oportunidad de señalar que la exigencia de motivación no es privativa de las
decisiones judiciales. Por el contrario, se extiende a: “todo tipo de actos
administrativos, imponiéndose las mismas razones para exigirla respecto de
actos emanados de una potestad reglada como discrecional” ; exigiendo no
“expresar únicamente bajo qué norma legal se expide el acto administrativo,
sino, fundamentalmente, exponer en forma sucinta –pero suficiente– las
razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada” (15).
IV.5. Específicamente, como se desprende del precitado Art. IV, Inc. 1, Num. 1.2, del
Título Preliminar y del Art. 3°, Inc. 4, del TUO de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, la motivación de los actos administrativo no solo es
uno de los derechos y garantías del debido procedimiento administrativo, sino
también constituye uno de los requisitos de validez del acto administrativo,
14
()Ibíd.
15
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 0091-2005-PA/TC, F. J. 9.
23
según el cual, debe estar debidamente motivado en proporción al contenido y
conforme al ordenamiento jurídico; tal como se aprecia a renglón seguido:
IV.6. Del mismo modo, de conformidad con lo dispuesto en el Art. 6°, Num. 6.1 y
6.3, del TUO de la Ley del Procedimiento Administrativo General, la motivación
debe comprender tanto la relación concreta y directa de los hechos probados
relevantes del caso específico como la exposición de las razones jurídicas y
normativas que como referencia directa a los anteriores justifican el acto
adoptado, no siendo admisibles como motivación: la exposición de fórmulas
generales o vacías de fundamentación para el caso concreto o fórmulas vagas,
contradictorias o insuficientes que no resulten esclarecedoras para la
motivación del acto; conforme pasamos a detallar a continuación:
24
6.1 La motivación debe ser expresa,
mediante una relación concreta y directa de
los hechos probados relevantes del caso
específico, y la exposición de las razones
jurídicas y normativas que con referencia
directa a los anteriores justifican el acto
adoptado.
(…)
6.3 No son admisibles como motivación, la
exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o
aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no
resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto. No constituye
causal de nulidad el hecho de que el superior
jerárquico de la autoridad que emitió el acto
que se impugna tenga una apreciación
distinta respecto de la valoración de los
medios probatorios o de la aplicación o
interpretación del derecho contenida en dicho
acto. Dicha apreciación distinta debe conducir
a estimar parcial o totalmente el recurso
presentado contra el acto impugnado.
(…)”.
25
mientras el primer aspecto se agota en el armazón argumentativo racional,
que permite presentar a la decisión final como el resultado de decisiones
antecedentes, el segundo exige que la motivación empleada sea
congruente, completa y suficiente para justificar la decisión final que se
adopte (16).
IV.8. Para ser considerada como tal, la motivación no necesita ser extensa,
porque las circunstancias del caso pueden variar, siempre y cuando esté
referida a los hechos y al derecho aplicable. Del mismo modo, la exigencia
de motivación no implica que la obligación de enumerar todos los
argumentos expuestos por las partes, sino solo aquellos que considere
relevantes para la determinación de la decisión (17).
IV.9. Así las cosas, para determinar si estamos ante una motivación que
incumple los parámetros constitucionales exigidos por el Art. 139°, Inc. 5 de
nuestra Carta Magna, el TC ha establecido la siguiente tipología:
16
()IGARTÚA SALVATIERRA, Juan. - El razonamiento en las resoluciones judiciales .
Palestra: Lima, 2009. pp. 19-27.
17
()LAMADRID IBÁÑEZ, Hugo. - Razonamiento judicial. Marzol: Lima, 2009. p. 106.
26
formal al mandato, amparándose en frases sin ningún sustento
fáctico o jurídico.
27
justificación de las premisas posibilita identificar las razones que
sustentan las premisas en las que ha basado su argumento. El
control de la justificación externa del razonamiento resulta
fundamental para apreciar la justicia y razonabilidad de la decisión
judicial en el Estado democrático, porque obliga al juez a ser
exhaustivo en la fundamentación de su decisión y a no dejarse
persuadir por la simple lógica formal.
28
f) Motivaciones cualificadas. - Conforme lo ha destacado este Tribunal,
resulta indispensable una especial justificación para el caso de
decisiones de rechazo de la demanda, o cuando, como producto de
la decisión jurisdiccional, se afectan derechos fundamentales como
el de la libertad. En estos casos, la motivación de la sentencia opera
como un doble mandato, referido tanto al propio derecho a la
justificación de la decisión como también al derecho que está siendo
objeto de restricción por parte del Juez o Tribunal” (18).
IV.12. Sobre el particular, cabe recordar que el Art. 83°, Inc. 3, del Decreto
Legislativo N.º 1149, Ley de la Carrera y Situación del Personal de la Policía
18
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 728-2008-PHC, F. J. 7.
29
Nacional del Perú, prevé la renovación de cuadros como causal de pase al
retiro en los términos siguientes:
IV.13. Al respecto, los Arts. 86º y 87º de la Ley de la Carrera y Situación del
Personal de la Policía Nacional del Perú prevé dos (2) modalidades de
renovación de cuadros, conforme se pasa a consignar:
LEY DE LA CARRERA Y SITUACIÓN DEL
PERSONAL DE LA POLICÍA NACIONAL
DEL PERÚ
30
evaluación de la carrera y su prospectiva de
desarrollo, y no constituye sanción
administrativa.
(…)
La renovación de cuadros por proceso
regular no constituye sanción
administrativa”.
IV.14. Con relación a ello, se debe tener en cuenta que a tenor de lo dispuesto en
el Art. 8º del Decreto Legislativo N.º 1267, Ley de la Policía Nacional del
Perú, el Comandante General de la Policía es designado por el Presidente
de la República entre los tres (3) oficiales generales de armas de la PNP en
situación de actividad en el grado de Teniente General, en estricto orden de
antigüedad en el escalafón de oficiales; conforme se pasa a detallar:
31
El Director General de la Policía Nacional
del Perú es designado por el Presidente de
la República, entre los tres Oficiales
Generales de Armas de la Policía Nacional
del Perú en situación de actividad, en el
grado de Teniente General, en estricto
orden de antigüedad en el escalafón de
oficiales, por un periodo no mayor de dos
(02) años en el cargo, y recibe la
denominación honorifica de General de
Policía. En los casos que la designación del
Director General de la Policía Nacional del
Perú, recaiga en un Oficial General de
Armas de la Policía Nacional del Perú en
situación de actividad, en el grado de
General, este será ascendido al grado de
Teniente General.
(…)
Cuando la designación del Director General
de la Policía Nacional del Perú recae sobre
un Oficial General menos antiguo, los más
antiguos a él, pasarán a la situación de
retiro por la causal de renovación de
manera excepcional e inmediata.
(…)”.
IV.15. No obstante, los pases al retiro de los que fuimos objeto se produjeron por
efecto de la designación del general César Augusto Cervantes Cárdenas
como Comandante General de la PNP, mediante Resolución Suprema N.º
094-2020-IN, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24 de noviembre
de 2020. Sobre esto último en el Segundo Considerando de las
Resoluciones Supremas Nos. 093, 097, 098, 099, 101, 102, 104, 105, 106,
32
108, 109, 112 y 114-2020-IN se recoge expresamente como motivación:
“Que, el artículo 8 del Decreto Legislativo N.º 1267, Ley de la Policía
Nacional del Perú establece que cuando la designación del Director
General de la Policía Nacional del Perú (19) recae sobre un Oficial General
menos antiguo, los más antiguos a él, pasarán a la situación de retiro por
causal de renovación de manera excepcional e inmediata” .
IV.17. Estando a lo expuesto, se aprecia con total claridad que los pases al retiro
de los suscritos no se encuentran en ninguno de los supuestos de
renovación de cuadros previstos en los Arts. 86º y 87º de la Ley de la
Carrera y Situación del Personal de la Policía Nacional del Perú. Por un
lado, resulta claro que tales actos no tienen como sustento un proceso
19
()Se entiende, Comandante General de la PNP.
33
regular de renovación de cuadro. Por otro, tampoco estamos propiamente
ante un supuesto de renovación extraordinaria (excepcional), puesto que la
designación del General Cervantes Cárdenas como Comandante General
de la PNP se ha efectuado fuera de los parámetros establecidos en el Art.
8º de la Policía Nacional del Perú.
V. DE LA INTERDICCIÓN DE LA ARBITRARIEDAD. -
V.1. Para comprender los alcances de este principio, habría que partir por
admitir que el Principio de Legalidad –según el cual, la autoridad no puede
entender que tiene habilitadas atribuciones de orden general de tal forma
que cada decisión que adopte sea en ejercicio de una atribución
expresamente permitida por la ley– no es suficiente para prever toda la
actuación de la Administración. Por este motivo, las normas que rigen la
actividad de la Administración Pública han introducido supuestos
habilitantes mediante los denominados conceptos indeterminados o a través
de la discrecionalidad (20).
20
()LINARES, Mario. - Contratación pública. Derecho local, internacional y de la
integración. Segunda Edición. Linares Consultores: Lima, 2013. p. 201.
34
V.2. Puesto que la decisión de la Administración Pública en los conceptos
indeterminados se reduce a adoptar o no una sola opción ( 21), y por tanto
ofrece un riesgo casi inocuo de ejercicio abusivo del poder, interesa detener
la atención en la denominada actuación discrecional, que se contrapone a la
actuación reglada, en cuanto en esta última “la Administración se ve
limitada constatar la ocurrencia de las circunstancias que configuran el
supuesto de hecho normativo para aplicar la correspondiente consecuencia
jurídica”, mientras que en la primera de las mencionadas, “la autoridad
administrativa se encuentra frente a disposiciones que le conllevan a una
mayor o menor libertad de juicio y decisión, habida cuenta que alguno de
los elementos integrantes de la norma jurídica que aplica no ha sido
agotado y plenamente completado por el legislador” (22).
V.3. Esta libertad de elección de una Administración Pública que por principio
debería limitarse a ejercer únicamente aquel poder que le es expresamente
conferido por la Constitución y la ley origina una serie de problemas que
han sido profundamente abordados por la doctrina administrativa
contemporánea. Al respecto, se parte de la hipótesis que un poder
susceptible de ser ejercitado a discreción de su titular tiende a no reconocer
límite alguno y a rechazarse por ello cualquier tipo de controles, porque de
existir dejaría de ser discrecional la actuación para convertirse en reglada
(23).
21
()Ibíd. p. 200.
22
()HERNÁNDEZ MARÍN, Hugo Alberto. - Discrecionalidad Administrativa. Universidad
Externado de Colombia: Bogotá, 2007. p. 141.
23
()FERNÁNDEZ, Tomás-Ramón. - Discrecionalidad, arbitrariedad y control jurisdiccional.
Palestra: Lima, 2006. p. 23.
35
V.4. Esto no significa, en modo alguno, que la Administración Pública pueda
ejercer sus facultades a su mero arbitrio, teniendo en cuenta que uno de los
presupuestos esenciales del Estado Constitucional de Derecho es que los
poderes públicos deben ser delimitados, a través de su distribución entre
varios órganos y el establecimiento de los controles: jurídico, asignado al
Tribunal Constitucional y al Poder Judicial, político, al Congreso de la
República, y administrativo financiero, a la Contraloría General de la
República (24).
36
aquella decisión despótica, tiránica y carente de toda fuente de legitimidad;
y c) lo arbitrario entendido como contrario a los principios de razonabilidad y
proporcionalidad jurídica” (26).
V.6. Desde esta perspectiva, el control del buen uso de la libertad decisoria de la
Administración Pública requiere la previa aplicación de una prueba de
racionalidad que comprende los siguientes tópicos:
V.7. Resulta evidente que ninguno de estos controles sería posible si no fuera
exigible, a su vez, que la autoridad administrativa ofrezca una concreta
exposición de las razones fácticas y jurídicas que sustentan su decisión.
Como señala el TC, “en un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad
aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo incongruente
26
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N° 0090-2004-AA/TC, F. J. 12.
27
()FERNÁNDEZ. Ob. Cit. pp. 236-237.
37
y contradictorio con la realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es
decir, como aquello desprendido o ajeno a toda razón de explicarlo” (28).
28
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N° 0090-2004-AA/TC, F. J. 12.
38
La discrecionalidad intermedia es aquélla en donde el margen de arbitrio se
encuentra condicionado a su consistencia lógica y a la coherencia con un
concepto jurídico indeterminado de contenido y extensión.
La discrecionalidad menor es aquélla en donde el margen de arbitrio se
encuentra constreñido a la elección entre algunas de las variables
predeterminadas por la ley” (29).
V.9. Así, uno de los ejes que rigen la actuación de la Administración Pública es
el Principio de Legalidad, previsto en el Inc. 1 del Art. IV, Inc. 1, Num. 1.1,
del Título Preliminar del TUO de la Ley N.º 27444, según el cual, “las
autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la
ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de
acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas” .
V.11. En el caso materia de análisis, tenemos que recordar que de conformidad con
lo dispuesto por el Art. 167º de la Constitución Política del Estado, el
29
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N° 0090-2004-AA/TC, F. J. 19.
30
()MORÓN URBINA, Juan Carlos. - “Las competencias normativas de las autoridades
administrativas en materia de contratación estatal en Perú”. En: Revista Digital de
Derecho Administrativo. Número 19, Año 2018. p. 123.
39
presidente de la República es el Jefe Supremo de la PNP, tal como a
continuación se consigna:
V.12. Del mismo modo, el Art. 172º de la Constitución Política del Estado
establece que es atribución del Poder Ejecutivo determinar el número de
efectivos de la PNP, conforme se detalla a renglón seguido:
40
puede entenderse como una competencia cuyo ejercicio se sustraiga del
control constitucional, ni tampoco como que tal evaluación únicamente deba
realizarse en virtud de la ley y los reglamentos, pues es absolutamente obvio
que [la] regulación legal solo podrá ser considerada como válida si es que se
encuentra conforme con la Constitución, y el ejercicio de tal competencia será
legítima, si es que, al mismo tiempo, se realiza respetando los derechos
consagrados en la Carta Magna, entre ellos los derechos al debido proceso, a
la igualdad ante la ley, al honor y buena reputación, al trabajo, etc.” (31).
31
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 0090-2004-AA/TC, F. J. 7.
32
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 0090-2004-AA/TC, F. J. 34.
41
V.15. De tal suerte, a criterio del TC, “el interés público, como concepto
indeterminado, se construye sobre la base de la motivación de las
decisiones, como requisito sine qua non de la potestad discrecional de la
Administración, quedando excluida toda posibilidad de arbitrariedad. En ese
sentido, la potestad discrecional de la Administración, en el caso del pase a
retiro por renovación de cuadros de los oficiales de las Fuerzas Armadas y
de la Policía Nacional, debe tener como sustento la debida motivación de
las decisiones, las cuales, asimismo, tienen que estar ligadas a la
consecución de un interés público que, en el caso de autos, está
directamente vinculado a la finalidad fundamental de las Fuerzas Armadas
y la Policía Nacional: garantizar la independencia, soberanía e integridad
territorial de la República, y garantizar, mantener y restablecer el orden
interno, respectivamente, entre otras funciones que la Constitución y la ley
le asignen, y al cumplimiento óptimo de sus fines institucionales en
beneficio de todos y cada uno de los ciudadanos, mediante la renovación
constante de los cuadros de oficiales, realizada en forma objetiva, técnica,
razonada y motivada, excluyendo toda posibilidad de arbitrariedad” (33)
[Resaltado nuestro].
V.16. Del mismo modo, como indica el TC, “el control de constitucionalidad de los
actos dictados al amparo de una facultad discrecional no debe ni puede
limitarse a constatar que el acto administrativo tenga una motivación más o
menos explícita, pues constituye, además, una exigencia constitucional
evaluar si la decisión finalmente adoptada observa los principios de
33
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 0090-2004-AA/TC, F. J. 11.
42
razonabilidad y proporcionalidad con relación a la motivación de hechos, ya
que una incoherencia sustancial entre lo considerado relevante para que se
adopte la medida y la decisión tomada, convierte a esta última también en
una manifestación de arbitrariedad. Por lo tanto, es exigible, en el caso del
pase a la situación de retiro de oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía
Nacional, que las diferenciaciones para efectos del pase a retiro por
renovación, estén efectivamente justificadas con las condiciones
profesionales de los oficiales y los intereses y necesidades del instituto
armado correspondiente” (34).
V.17. En síntesis, conforme a la interpretación del TC, “el pase a retiro por
renovación de cuadros del personal policial de la PNP debe realizarse en
plena observancia de los principios de interdicción de la arbitrariedad,
razonabilidad y proporcionalidad, lo que se materializará si la motivación
realizada en la resolución que dispone dicho pase a retiro es suficiente a la luz
de lo que se está decidiendo, lo que incluye, a modo enunciativo: la
fundamentación de la medida en argumentos de hecho y derecho; una
relación directa entre lo considerado relevante para que se adopte la medida y
la decisión tomada; y el sustento de lo decidido en procedimientos e
indicadores objetivos” (35) [Resaltado nuestro].
V.18. En el presente caso hemos expuesto con suficiencia las razones por las cuales
consideramos que la Resolución Suprema N.° 094-2020-IN, mediante el cual
se designó al general Cervantes Cárdenas Comandante General de la PNP,
34
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 0090-2004-AA/TC, F. J. 36.
35
()Sentencia del TC recaída en el Expediente N.° 00002-2018-PCC/TC, F. J. 69.
43
no tiene asidero jurídico en las disposiciones que regulan el orden de prelación
que debe seguir el presidente de la República para proceder a dicho
nombramiento, conforme son definidas en el Art. 8° de la Ley de la Policía
Nacional del Perú, y que las Resoluciones Supremas Nos. 093, 097, 098, 099,
101, 102, 104, 105, 106, 108, 109, 112 y 114, mediante las cuales se
dispuso nuestro pase al retiro, carecen totalmente de sustento en las
disposiciones relativas a la renovación de cuadros extraordinaria previstas
en los Arts. 87° de la Ley de la Carrera y Situación del Personal de la
Policía Nacional del Perú y 8° de la Ley de la Policía Nacional del Perú, que
establecen un orden de prelación obligatorio para la designación del
Comandante General de la PNP; con lo cual, tales actos administrativos
infringen gravemente la exigencia de motivación como componente esencial
del debido proceso y devienen, por tanto, en inconstitucionales.
V.20. Sobre esto último, conviene destacar que mediante Oficio N.° 447-2020/DP,
del 7 de diciembre de 2020, el Defensor del Pueblo manifestó a la
Presidenta del Consejo de Ministros, Sra. Violeta Bermúdez Valdivia, su
44
especial preocupación por la decisión de pasar al retiro al grupo de oficiales
generales del que formamos parte, por la designación de un nuevo
Comandante General de la PNP, sobre la base, entre otras, de estas
consideraciones:
45
Constitucional, el cual exige que las autoridades tomen en cuenta las
repercusiones de sus decisiones y las implicancias que puedan
generar a futuro. En la decisión de nombrar al nuevo Comandante
General no se ponderó en forma adecuada el peligroso antecedente
que establecería para casos futuros, dado que la interpretación
utilizada podría ser invocada por otros gobiernos con el fin de
soslayar el principio meritocrático en el cual se basa el escalafón
policial” [Resaltado nuestro].
(v) “En línea con lo anterior, debe tenerse presente que el error incurrido
en la interpretación de las normas que regulan el nombramiento del
Comandante General de la PNP ha afectado directamente los
derechos fundamentales de los oficiales cesados y de forma
indirecta al resto del cuerpo policial. Sobre el particular, debe tenerse
presente que el ascenso o la promoción en la carrera policial se
erige como un derecho reconocido por el Tribunal Constitucional, así
como el Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos”
[Resaltado nuestro].
46
Con la finalidad de acreditar todo lo expuesto en la presente acusación
constitucional cumplimos con presentar:
47
VI.12. Resolución Suprema N.º 109-2020-IN, del 24 de noviembre de 2020.
VI.15. Oficio N.º 447-2020/DP, del 7 de diciembre de 2020, dirigido por el Señor
Defensor del Pueblo, autoridad constitucional, a la Sra. Presidenta del
Consejo de Ministros, señalando la posición institucional de la Defensoría
del pueblo en favor de los recurrentes, conforme a la misma interpretación
que contiene la presente demanda constitucional.
POR TANTO:
A UD. SEÑOR PRESIDENTE DE LA SUB COMISIÓN DE
ACUSACIONES CONSTITUCIONALES DEL CONGRESO DE LA REPUBLICA
PEDIMOS: Se sirva admitir a trámite la presente Acusación Constitucional
formulada, sustanciarla de acuerdo a su especial naturaleza constitucional y, en su
oportunidad, declararla fundada, disponiéndose la apertura del proceso de
Acusación Constitucional a fin de que políticamente sea debidamente sancionando
al ex Ministro del Interior, Sr. Ismael Rubén Vargas Céspedes, el actual Ministro
del Interior, Sr. José Manuel Antonio Elice Navarro, y actual e irregular
Comandante General de la PNP, Sr. General PNP César Augusto Cervantes
Cárdenas, por infracción directa de la Constitución Política del Estado, abuso de
autoridad y nombramiento y aceptación indebida para cargo público, según sea el
caso, disponiéndose las destituciones e inhabilitaciones para el ejercicio de cargo
48
público alguno -según corresponda, por el plazo que el Congreso tenga a bien
determinar- y, al mismo tiempo, al existir con evidencia hechos de relevancia penal
(delictiva), solicitamos al mismo tiempo se sirva oficiar al Ministerio Público a fin de
que formalice la denuncia penal respectiva, conforme a sus atribuciones
constitucionales de titular de la acción penal; por ser de Justicia.
PRIMER OTROSÍ DECIMOS: Que, de conformidad con lo dispuesto por los Arts.
116° y 117° de la Constitución Política del Estado, la presente denuncia por
Acusación Constitucional también es interpuesta contra el Sr. FRANCISCO
RAFAEL SAGASTI HOCHHÄUSLER, actual Presidente Constitucional de la
República, en su calidad de Jefe Supremo de la PNP, y autor directo y responsable
máximo de la decisión de la emisión de las Resoluciones Supremas materia de
denuncia y de su materialización en nuestro directo perjuicio en franca infracción
constitucional. Sin embargo, conforme a la prerrogativa constitucional de tener
inmunidad jurisdiccional temporal y relativa, SOLICITAMOS SE RESERVE LA
PRESENTE ACUSACION CONSTITUCIONAL CONTRA EL SEÑOR
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA FRANCISCO RAFAEL SAGASTI
HOCHHÄUSLER hasta el 29 de julio de 2021 en que debe concluir de manera
ordinaria su actual mandato constitucional a título “transitorio”; por ser de Justicia.
49
ANEXO 1-B Copia de la Resolución Suprema N.º 094-2020-IN, del 24 de
noviembre de 2020.
ANEXO 1-C Copia de la Resolución Suprema N.º 097-2020-IN, del 24 de
noviembre de 2020.
50
ANEXO 1-J Copia de la Resolución Suprema N.º 106-2020-IN, del 24 de
noviembre de 2020.
ANEXO 1-Ñ Copia del Oficio N.º 447-2020/DP, del 7 de diciembre de 2020 del
Señor Defensor del Pueblo, autoridad constitucional, remitido a la Sra. Presidenta
del Consejo de Ministros, señalando la posición institucional de la Defensoría del
pueblo en favor de los recurrentes.
ANEXO 1-O Copia del DNI del Sr. ORLANDO VELASCO MUJICA.
ANEXO 1-P Copia del DNI del Sr. JORGE ALEJANDRO LAM ALMONTE.
ANEXO 1-Q Copia del DNI del Sr. HERLY WILLIAM ROJAS LIENDO.
51
ANEXO 1-R Copia del DNI del Sr. JOSÉ SATURNINO CÉSPEDES AGUIRRE.
ANEXO 1-S Copia del DNI del Sr. LUIS BELTRÁN PANTOJA CALVO.
ANEXO 1-T Copia del DNI del Sr. ALEXIS RAFAEL BAHAMONDE CHUMPITAZ.
ANEXO 1-U Copia del DNI del Sr. YOHANIM OSWALDO CHUQUILLANQUI
OSPINA.
ANEXO 1-V Copia del DNI del Sr. JESÚS MOISÉS RÍOS VIVANCO.
ANEXO 1-W Copia del DNI del Sr. LORENZO JULIO GRANADOS TICONA.
ANEXO 1-X Copia del DNI del Sr. ESWIN ALEXANDER MANAY GUERRERO.
ANEXO 1-Y Copia del DNI del Sr. ALEJANDRO WASHINGTON OVIEDO
ECHEVARRÍA.
ANEXO 1-Z Copia del DNI del Sr. MARIO FERNANDO ARATA BUSTAMANTE.
ANEXO 2-A Copia del DNI del Sr. CARLOS NOÉ GUILLÉN ENRÍQUEZ.
52
presente pedido de acusación constitucional formulado, se sirva conceder el uso
de la palabra por un tiempo de veinte (20) minutos en la Audiencia Pública que se
convoque y para cuyo efecto se nos deberá notificar con la antelación del caso en
nuestro domicilio legal, al Dr. ANÍBAL QUIROGA LEÓN, con Registro CAL N.º
10760, a quien otorgamos representación procesal, confiriéndole las facultades
generales de mandato contenidas en el Art. 74º del Código Procesal Civil,
supletoriamente aplicables al presente caso, manifestando estar expresamente
instruidos debidamente de las facultades que mediante el presente acto procesal
se les está confiriendo conforme lo dispuesto por el Art. 80° de dicho Cuerpo
Normativo.
53
LUIS BELTRÁN PANTOJA CALVO ALEXIS R. BAHAMONDE CHUMPITAZ
DNI N.° 43325603 DNI N.° 43276726
AQL-SVV/mvv
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