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Tema Estructura de los materiales.

1.-

1. COMPOSICIÓN DE LA MATERIA.
2. TIPOS DE ENLACES ATÓMICOS.
 Enlace iónico.
 Enlace covalente
 Enlace metálico

3. ESTRUCTURA CRISTALINA.
Tema 1: Estructura de los materiales. Tecnología Industrial II

1. COMPOSICIÓN DE LA MATERIA.

Las propiedades de un material y el comportamiento que éste tendrá al ser sometido a


diferentes técnicas o procesos dependen básicamente de su constitución o estructura interna.

La composición o constitución de la materia comprende, tanto las partículas elementales,


átomos y moléculas, como la manera en que éstos se unen (enlaces).

El átomo es la unidad elemental básica de la materia que puede experimentar un cambio


químico, y está constituido por las partículas elementales. El átomo se constituye de dos partes
muy diferenciadas.

· El núcleo: de carga positiva, constituida por los


protones (+) y neutrones (neutros). Prácticamente, toda la
masa del átomo se concentra en el núcleo, ya que estas
dos partículas pesan alrededor de 2000 veces más que
los electrones.

· La corteza constituida por los electrones, que la


dota de carga negativa. La corteza rodea al núcleo y se
considera exenta de masa.

La carga eléctrica negativa de la corteza neutraliza a


aquella positiva del núcleo y se dice que el átomo es
eléctricamente neutro. Es precisamente el número de
electrones de un átomo, y por lo tanto también lo será el número de protones, lo que define su
número atómico (Z) y la estructura electrónica de la corteza define las propiedades químicas,
esencialmente los electrones del nivel más externo.

La suma del número de protones (Z) y el de neutrones que se encuentran en el núcleo


define el llamado número másico (A).

Respecto a la composición del núcleo de los átomos podemos tener los que se llaman
isótopos de un elemento. Los isótopos de un elemento, son aquellos átomos que poseen el
mismo número de protones y distinto de neutrones. Por ejemplo, aquí se pueden ver los
isótopos del Hidrógeno, que son el Deuterio y el Tritio:

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Los isótopos son muy importantes en determinadas aplicaciones, como puede ser la
energía nuclear ya que, por ejemplo, el uranio natural está formado por tres tipos de isótopos:
uranio-238 (238U), uranio-235 (235U) y uranio-234 (234U). Su número atómico es 92, por ello posee
92 protones y 92 electrones, con una valencia de 6. Su núcleo puede contener entre 142 y 146
neutrones. Sus isótopos más abundantes son el 238U que posee 146 neutrones y el 235U con 143
neutrones. De cada gramo de uranio natural el 99,284 % de la masa es uranio-238, el 0,711%
uranio-235, y 0,0085% uranio-234.

El 235U se utiliza como combustible en centrales nucleares y en algunos diseños de


armamento nuclear. Para producir combustible, el uranio natural es separado en dos porciones.
La porción combustible tiene más 235U que lo normal, denominándose uranio enriquecido,
mientras que la porción sobrante, con menos U235 que lo normal, se llama uranio empobrecido.

Cómo antes se explicó, es la configuración o distribución de los electrones de la última


capa los que determinan las propiedades químicas de los átomos. Los electrones de este nivel
se llaman electrones de valencia y forman parte del enlace químico. Los gases nobles son los
más estables ya que poseen completas de electrones sus capas externas y esto hace que no
reaccionen con otros átomos.

De esta forma, aquellos átomos que tienden a aceptar electrones en las reacciones
químicas se llaman electronegativos y tienen carácter no metálico. En cambio aquellos que
tienden a ceder electrones en las reacciones químicas se llaman electropositivos y tienen
carácter metálico.

Por tanto, podríamos definir la electronegatividad como la capacidad de un átomo para


atraer electrones entre sí.

2. TIPOS DE ENLACES ATÓMICOS.

Se define como Energía de enlace a la energía necesaria para separar los átomos o
moléculas que lo forman a una distancia infinita, es decir, destruir el enlace. En general, cuando
un elemento tiene su capa de valencia totalmente ocupada con electrones, gana una cierta
estabilidad energética.

La formación de enlaces y el tipo formado depende de la reactividad química de los


átomos y dicha reactividad viene proporcionada por los electrones más externos de su corteza
electrónica (electrones de valencia). Dos o más átomos o moléculas se enlazan cuando el
nuevo estado enlazado les permite tener menos energía, es decir, son más estables. Los
enlaces más habituales son:

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a) Enlace iónico: Se forma entre dos elementos siendo uno de ellos muy electropositivo
(pierde con facilidad electrones) y el otro muy electronegativo (gana con facilidad
electrones).

En el proceso de ionización lo que ocurre es que los elementos electronegativos


(muestran gran afinidad por los electrones) captan o alojan los electrones que pierden los
elementos electropositivos, produciéndose una transferencia NETA de uno o varios
electrones.

El caso más clásico se refiere a la sal común (ClNa Cloruro Sódico). El átomo de
Sodio (Na) es muy electropositivo (tiende a ceder electrones) y convertirse en un ion
positivo (Na+), mientras que el
átomo de Cloro (Cl) es muy
electronegativo (tiende a
aceptar electrones) y
convertirse en un ion negativo
(Cl-). Es obvio pensar que el
electrón que tiende a perder el
sodio pase al cloro. Ambos se
convierten en iones de distinta carga que, por lo tanto, se atraen, formando una estructura
sólida.)

Los elementos electropositivos son aquellos que tienen la capa de valencia (última
capa, la cual forma el enlace) poco llena de electrones y por lo tanto los pueden perder
con facilidad. Serán aquellos grupos de la izquierda de la tabla periódica. Los elementos
electronegativos son aquellos que tienen casi completa de electrones su capa de valencia
de forma que tienen gran afinidad por coger electrones para completarla.

b) Enlace covalente: Se produce entre átomos que tienen diferencias de electronegatividad


relativamente pequeñas. Los átomos comparten sus
electrones de forma que intentan alcanzar la configuración
de gas noble (capa externa totalmente ocupada)
cumpliendo la llamada Regla de Octete de Lewis. Este
tipo de enlace permite la creación de enlaces dobles y
triples entre dos átomos mediante la compartición de 2 y 3
pares de electrones respectivamente.

En general éste enlace es más débil que el iónico, aunque cuando los enlaces, se
extienden tridimensionalmente en el espacio, como en el caso del diamante, obtenemos
un sólido tremendamente estable, cuyo punto de fusión es de 3550ºC.

Un enlace covalente que merece mención aparte es el


que forma el carbono.
Su importancia estriba en la cantidad de compuestos que
pueden formar (casi ilimitada) y que dan origen a una rama
muy importante de la química denominada Química Orgánica.
El Carbono es capaz de formar 4 enlaces covalentes con otros
compuestos originando un amplia gama de compuestos con
gran diversidad de propiedades y por lo tanto de aplicaciones.
En la siguiente imagen de al lado podemos ver el metano.

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c) Enlace metálico: En metales en estado sólido, los átomos están tan juntos, que sus
electrones de valencia, sufren la atracción de los átomos vecinos. Éstos electrones por
tanto, no están asociados a ningún átomo en concreto y disfrutan de una cierta movilidad
en su estructura. Ésta movilidad en la estructura, es la responsable de que los metales, en
general, sean buenos conductores del calor y de la electricidad.

Se da solo entre elementos metálicos, los cuales tienden a ceder sus electrones y
transformarse en iones positivos. Los electrones cedidos forman una nube electrónica
alrededor de los iones y pueden desplazarse a lo largo de las estructuras cuando son
obligados por alguna causa externa que suele ser un campo eléctrico generado por la
tensión de un generador eléctrico (pila, …).

Al igual que ocurría en los enlaces covalentes, las energías de los enlaces
formados son muy dispares, encontrándonos metales que funden a –39 ºC, como el
mercurio y en cambio el Wolframio o Tungsteno (utilizado en las lámparas de filamento
incandescente) lo hace a 3410ºC.

3. ESTRUCTURA CRISTALINA.

La estructura física de los sólidos es consecuencia de la disposición de los átomos,


moléculas e iones en el espacio, así como de las fuerzas de interconexión entre ellos. Si dicha
disposición se repite de manera periódica, diremos que el sólido tiene estructura cristalina, si
no es así diremos que la estructura es amorfa.

El sólido amorfo es un estado sólido de la materia, en el que las partículas que


conforman el sólido carecen de una estructura ordenada. Estos sólidos carecen de formas y
caras bien definidas. Esto contrasta con los sólidos cristalinos, cuyos átomos están dispuestos
de manera regular y ordenada formando redes cristalinas.

Un mismo compuesto, según el proceso de solidificación (en función del tiempo,


presiones, etc), puede formar una red cristalina o un sólido amorfo. Por ejemplo, según la
disposición espacial de las moléculas de sílice (SiO2), se puede obtener una estructura
cristalina (el cuarzo) o un sólido amorfo (el vidrio), que es el ejemplo típico de sólido amorfo.

Los distintos sistemas cristalinos


que podemos encontrar son un total de
7 y, con estos sistemas, pueden darse
un total de catorce celdas o retículos
espaciales diferentes, lo que se conoce
como las 14 redes de Bravais.

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Vamos a estudiar más detenidamente las redes (celdas o retículos espaciales) más
usuales, que son las del sistema cúbico:

1.- Red Cúbica Simple (CS Cubic Simply),


también conocida por Red Cúbica Primitiva:
Consta de un cubo o hexaedro, en cuyos vértices
se disponen los átomos del compuesto o
elemento.
El número de átomos por celda unitaria en
esta red es 1, ya que hay un átomo en cada uno
de los 8 vértices del cubo, pero tan solo 1/8 de
esos átomos está dentro de cada celda.
(1/8 x 8 = 1)

2.- Cúbica centrada en el cuerpo (BCC


Body-Centered Cubic): Consta de un cubo donde
en los vértices de dicho cubo hay átomos del
mismo elemento y en el centro de dicho cubo hay
un átomo de otro elemento.
Los átomos por celdilla son sólo 2
átomos: 1 átomo en el centro y (1/8 x 8 = 1) 1
átomo en los vértices.

3.- Cúbica centrada en las caras (FCC


Face-Centered Cubic): Consta de un cubo donde
en los vértices están los átomos de un elemento y
en las caras de dicho cubo están los de otro
elemento.
El número de átomo que contiene la celdilla
unidad es 4, 3 en las caras ( ½ x 6 = 3) y 1 en los
vértices ( 1/8 x 8 = 1).

Dependiendo de la presión y de la temperatura, un mismo elemento puede adoptar más


de una estructura cristalina. La posibilidad de adopción de diferentes formas cristalinas es un
fenómeno que, genéricamente, se denomina polimorfismo (alotropía, si se trata de un elemento
puro).

Un ejemplo típico es el Carbono. El carbono puro tiene, además de su estructura amorfa,


6 formas alotrópicas cristalinas y entre ellas destacan el grafito (minas de lapiceros) y el
diamante. El grafito tiene exactamente los mismos átomos del diamante, pero por estar
dispuestos en diferente forma, su textura, fuerza y color son diferentes. Los diamantes naturales
se forman en lugares donde el carbono ha sido sometido a grandes presiones y altas
temperaturas. Los diamantes se pueden crear artificialmente, sometiendo el grafito a
temperaturas y presiones muy altas. Su precio es menor al de los diamantes naturales, pero si
se elaboran adecuadamente tienen la misma fuerza, color y transparencia.

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