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MECÁNICO
II
UNIDAD II
ESTRUCTURA ATÓMICA Y
CRISTALINA DE LOS
METALES
2.1 INTRODUCCIÓN
En la técnica se entiende por metal toda sustancia que posea brillo metálico y
plasticidad. es una propiedad de los elementos puros y de las aleaciones;
además poseen una alta conductividad eléctrica y térmica
Los metales tienen una estructura cristalina en la que los átomos están
dispuestos de manera ordenada.
Cuando los metales solidifican desde el estado fundido al estado sólido, los
átomos se ordenan a sí mismos de una manera peculiar para cada metal
2.2.1 ÁTOMOS
El Modelo Atómico de Bohr data de la década de los años 50 del siglo pasado; está,
digamos, desactualizado; el modelo atómico actual es probabilístico; pero el Modelo
Atómico de Bohr nos permite explicar, de acuerdo a nuestras necesidades, la
estructura atómica de los metales.
1. Núcleo.
2. Corteza.
El diámetro del núcleo es del orden de 10-12 cm, magnitud muy pequeña si se compara
con el diámetro del átomo, el cual es del orden de 10-8 cm.
Las propiedades de los elementos, y por tanto de cada metal, dependen, sobre
todo, de cómo se distribuyen sus electrones en la corteza
Resumiendo, el átomo se puede considerar que está formado por un núcleo muy
pequeño cargado positivamente, y por un número de electrones (cargas negativas) que
giran a su alrededor y contrarrestan la carga nuclear. Como las cargas eléctricas del
protón y del electrón son de igual valor, pero de signo opuesto, para que el átomo sea
eléctricamente neutro, debe contener el mismo número de protones que de electrones.
Los átomos son eléctricamente neutros, debido a que tienen igual número de
protones que de electrones. Así, el número atómico también coincide con el número de
electrones.
Las intensas fuerzas que mantienen unidos los átomos en las distintas sustancias se
denominan enlaces atómicos.
Es la fuerza entre los átomos la que los mantiene unidos en las moléculas.
Cuando dos o más átomos se acercan lo suficiente, puede producirse una fuerza de
atracción entre los electrones de los átomos individuales y el núcleo atómico de otro u
otros átomos; para enlazarse entre sí, los átomos deben ceder, aceptar o compartir
electrones; estas 3 situaciones originan los distintos tipos de enlace. Si esta fuerza es
lo suficientemente grande para mantener unidos los átomos, se dice que se ha formado
un enlace químico.
Sucede que las sustancias se forman cuando los átomos se combinan y la forma
de combinarse está relacionada con la estructura de los mismos.
Los átomos se unen porque, al estar unidos, adquieren una situación más estable que
cuando estaban separados.
Esta situación de mayor estabilidad suele darse cuando el número de electrones que
poseen los átomos en su último nivel es igual a ocho, estructura que coincide con la de
los gases nobles.
Los gases nobles tienen muy poca tendencia a formar compuestos y suelen
encontrarse en la naturaleza como átomos aislados. Sus átomos, a excepción del helio,
tienen 8 electrones en su último nivel. Esta configuración electrónica es
extremadamente estable y a ella deben su poca reactividad.
Podemos entonces explicar la unión de los átomos para formar enlaces porque con ella
consiguen que su último nivel tenga 8 electrones, la misma configuración electrónica
que los átomos de los gases nobles. Este principio recibe el nombre de REGLA DEL
OCTETO y aunque no es general para todos los átomos, es útil en muchos casos.
1. ENLACE IÓNICO.
2. ENLACE COVALENTE.
3. ENLACE METÁLICO.
ENLACE COVALENTE: Los enlaces covalentes son las fuerzas que mantienen unidos
entre sí los átomos no metálicos y los electrones de enlace son compartidos entre
los dos átomos.
ENLACE METÁLICO:
Un enlace metálico es un enlace químico que mantiene unidos los átomos (unión
entre núcleos atómicos y los electrones de valencia, que se juntan alrededor de
éstos como una nube) de los metales entre sí (elementos de electronegatividades
bajas y que se diferencien poco). Estos átomos se agrupan de forma muy
cercana unos a otros, lo que produce estructuras muy compactas en la que todos
los átomos terminan compartiendo todos sus electrones de valencia
Para explicar las propiedades características de los metales (su alta conductividad
eléctrica y térmica, ductilidad y maleabilidad,...) se ha elaborado un modelo de enlace
metálico conocido como modelo de la nube o del mar de electrones.
Los átomos de los metales tienen pocos electrones en su última capa, por lo general 1,
2 ó 3. Estos átomos pierden fácilmente esos electrones (electrones de valencia) y se
convierten en iones positivos, por ejemplo Na+, Cu2+, Mg2+. Los iones positivos
resultantes se ordenan en el espacio formando la red metálica. Los electrones de
valencia desprendidos de los átomos forman una nube de electrones que puede
desplazarse a través de toda la red. De este modo todo el conjunto de los iones
positivos del metal queda unido mediante la nube de electrones con carga negativa que
los envuelve.
En los gases no existe una distribución regular de las partículas (átomos y moléculas);
sus partículas se mueven caóticamente, chocan unas con otras y el gas tiende a
ocupar el mayor volumen posible.
En los sólidos existe un orden determinado, regular, de distribución de los átomos, las
fuerzas de atracción y repulsión mutua están en equilibrio y el sólido conserva su
forma.
2.5 CRISTALINIDAD
La distribución regular de las partículas en el espacio caracteriza el estado
cristalino. Por esto el estado cristalino y el estado sólido son sinónimos en la
física.
La cristalinidad en los metales implica disposición de átomos e iones.
Cuando los metales solidifican desde el estado fundido al estado sólido, los
átomos se ordenan a sí mismos de una manera peculiar para cada metal. A este
arreglo se le llama red espacial (tridimensional).
Igual podemos plantear que los cuerpos sólidos pueden agruparse en dos categorías:
RED CÚBICA DE CARAS CENTRADAS: En cada cara del cubo existe un átomo
colocado en ella además de los ocho átomos de esquina. Existen 6 átomos centrados
en las caras que se comparten entre esta celda y sus vecinas (Fe-γ, Al, Cu, Ni, Pt, Ag,
Pt y Au).
La relación de estos planos con los ejes de las celdillas fundamentales se indica
mediante los Índices de Miller. Para ello se trazan por uno de los vértices de la celdilla
fundamental tres ejes de referencia y se determinan las coordenadas de los puntos de
intersección del sistema de planos sobre cada eje, cuyos valores inversos son los
Índices de Miller.
TIPOS DE PLANOS
¿Cómo surgen las estructuras que hemos estudiado? Imaginemos que nos
enfrentamos al problema de apilar átomos (que consideraremos como esferas
idénticas) lo más apretadamente posible y de modo que el conjunto resulte con
cierto ordenamiento.
La siguiente figura ilustra tres posibles formas de conseguir esto. Designaremos como
I, II y III a los tres tipos de planos obtenidos.
En la Figura 10, planos de tipo I, tipo II y tipo III. El polígono sobreimpreso en cada uno
de ellos señala el patrón de ordenamiento que siguen los átomos de cada plano:
cuadrado, rectangular y hexagonal, respectivamente.
El designado como tipo II es más denso que el designado como tipo I; a su vez, el tipo
III es más denso que el tipo II, de hecho, no es posible, partiendo de esferas todas
idénticas, construir un plano con una concentración atómica superficial superior a la del
plano tipo III. Por esta razón a los planos de tipo III se los denomina planos de
máxima fracción de empaquetamiento.
Pero lo que no resulta tan obvio es que mediante el apilamiento de planos del tipo II
(rectangulares) pueda surgir la estructura cúbica CCI, y menos aún, que del
apilamiento de planos del tipo III (hexagonales) surja una estructura cúbica como
la CCC. Y, sin embargo, esto es lo que ocurre.
TIPOS CCI
TIPOS HC Y CCC
Consideremos primero un plano compacto de átomos (tipo III), al que llamaremos plano
A (vea la siguiente figura). Puede verse que en dicho plano existen dos tipos de
depresiones o valles entre átomos; los designados como ∆, y los designados como Δ
(resulta fácil identificarlos por la forma de los valles que quedan entre los átomos).
Colocar un segundo plano compacto de átomos (plano B) encima del plano A, puede
hacerse encajando los átomos del nuevo plano sobre las posiciones ∆ o sobre las
posiciones Δ. Pero, en ambos casos, la estructura tridimensional obtenida es idéntica.
Convengamos, por ejemplo, que el segundo plano (en azul) se coloca sobre los huecos
Δ del primer plano (consulte la figura).
Si colocamos ahora un tercer plano sobre el plano B, de nuevo podremos situarlo sobre
los valles ∆ o sobre los valles Δ del segundo plano:
Si lo colocamos sobre los valles ∆ del plano B, los átomos de este tercer plano estarán
alineados con los del primero (plano A), por lo que también puede
denominarse como plano A, y por ello los coloreamos igual que el plano A que
consideramos inicialmente. Si subsiguientes planos de átomos se colocan. respetando
este orden, entonces la secuencia de apilamiento de la estructura tridimensional
La segunda posibilidad para formar una estructura compacta es situar los átomos del
tercer plano sobre los valles ∆ del segundo plano. Este tercer plano se designa como
plano C (coloreado en rojo), puesto que sus átomos no están alineados ni con los del
plano A, ni con los del plano B. Si esto se repitiera, la secuencia de apilamiento en este
caso sería ABCABCA..., y daría lugar a la estructura cúbica centrada en las caras
(CCC).
Cuando una aleación solidificada, con una estructura cristalina determinada, alcanza la
temperatura necesaria para pasar a otra estructura cristalina, también tiene lugar la
formación de núcleos y su crecimiento para formar granos, semejante a lo que sucede
durante el paso del estado líquido a sólido. El paso de un tipo de red de un estado a
otro tiene lugar, también, con efecto térmico a temperatura constante.
Como una estructura micro granular puede ser obtenida al formarse gran cantidad de
núcleos de cristalización, si se calienta una aleación por encima de la temperatura de
recristalización, esto es, al otro estado alotrópico, y luego se enfría rápidamente, la
posterior cristalización para volver a la temperatura y estructura originales se produce
Hay que subrayar aquí, que, de no existir alotropía, las posibilidades de tratamiento
térmico se verían muy reducidas.
BIBLIOGRAFÍA:
WEBGRAFÍA
Ferrita
Martensita
https://www.ecured.cu/Martensita
Austenita
https://www.ecured.cu/Austenita