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HISTORIA DEL PERÚ Y DEL MUNDO

I. ETAPA DE DESCUBRIMIENTO DE AMERICA


El Descubrimiento de América, uno de los momentos fundamentales de la historia
universal y de la Edad Media, consistente en la llegada a América el 12 de octubre
de 1492 de una expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de
los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.

1. Contexto Histórico
El siglo XV fue una época de difíciles pero paulatinos avances en la exploración del
mundo, motivados por encontrar rutas comerciales alternativas para llegar a
las Indias. De hecho podemos decir que provocado por las crecientes dificultades
del Imperio Bizantino, que finalmente caería con la toma por los turcos de
Constantinopla en 1453, los europeos occidentales se vieron forzados a
buscar rutas alternativas a Asia.

Figura N° 01: Caída de Constantinopla

En este contexto, Cristóbal Colón, presentó a la corona de Portugal un proyecto


para llegar a las Indias desde el Oeste. Los portugueses le rechazaron, debido a
que sus navegantes estaban logrando importantes avances en sus viajes por la
costa de África. Una ruta más confiable que una navegación atravesando el
desconocido e inhóspito océano. Su proyecto era una verdadera aventura sin
ningún tipo de garantías.
Fue entonces que Cristóbal Colón ofrece a los Reyes Católicos el proyecto de llegar
a las Indias siguiendo una ruta hacia el oeste en lugar de bordeando todo el
continente africano. Para poner en práctica su proyecto, Colón partía de la idea de
la esfericidad de la Tierra, cuestión controvertida en la época. Finalmente, en abril
de 1492 los Reyes Isabel de Castilla Y Fernando de Aragón firmaron junto a
Cristóbal Colon un acuerdo, las Capitulaciones de Santa Fe, en ellas se establecía
que Colon recibiría los títulos de “almirante de la mar oceánica” y “virrey” de las
tierras que descubriera, también recibiría la décima parte de los beneficios
obtenidos. Los Reyes Católicos acordaron con Colón el inicio de la expedición.

Figura N° 02: Las Capitulaciones de Santa Fe

2. Los Viajes de Cristóbal Colon


Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón,
realizó cuatro famosos viajes desde Europa a América.
a. Primer Viaje.
El 3 de Agosto de 1492, Colón partió del Puerto de Palos con
tres embarcaciones, La Pinta, La Niña y La Santa María, bajo el mando,
respectivamente de Martín Alonso Pinzón, Vicente Yáñez Pinzón y del mismo
Colón, y se dirigieron hacia las islas Canarias, donde recalaron para reparar algunos
desperfectos de la Pinta y la Niña y para que Colón realizara algunas visitas antes
de arrostrar el océano.
Figura N°03: Las tres Carabelas

Continuaron viaje el primero de septiembre desde Las Palmas, impulsados por


vientos alisios favorables. Dos incidentes notables ocurrieron en la lenta travesía: la
desviación observada en la aguja de la brújula (que achacaron a la variación de la
latitud), y el creciente nerviosismo de los marineros, después de un mes de
navegación sin resultados. La inquietud se hizo crítica el 7 de octubre, poco antes
de avistar tierra, cuando ya indicaban su proximidad leños, pelícanos y plantas
terrestres flotantes. Colón y los hermanos Pinzón colaboraron para sofocar algunos
conatos de rebelión.
En la madrugada del 12 de octubre, Rodrigo de Triana, lanzó el grito de ¡tierra! La
expedición arribó a una islita del archipiélago de las Lucayas o Bahamas, que los
naturales conocían por Guanahaní y que el marino llamó San Salvador. Colón tomó
posesión de ella en nombre de la Corona de Castilla y Aragón, treinta y dos días
después de salir de las Canarias. Tras recorrer varias islas, en las que se detuvo
poco, llegó el 27 de octubre, guiado por las noticias recibidas de los arauacos, a una
isla mayor, Cuba. Desembarcó en el puerto de Bariay en el extremo oriental de la
isla, que bautizó con el nombre de Juana. A continuación, exploró la isla de Santo
Domingo, que denominó La Española. En ella pierde la Santa María al encallar
cerca de las costas septentrionales y con sus maderas fabrica el fuerte al que
nombró Natividad, en el cual dejó una pequeña guarnición. Colón inició el regreso
a la Península el 16 de enero de 1493. La Pinta y la Niña se separaron en el camino
debido a una tempestad. Los hermanos Pinzón llegaron en la Pinta a Galicia y el
Almirante, en la Niña (que había recalado en las Azores, donde tuvo dificultades
legales con los portugueses de las islas) arribó al puerto de Lisboa.
Después de muchos inconvenientes regresó a Palos, desde donde se trasladó a
Barcelona, para reunirse con los Reyes Católicos, que le recibieron como
correspondía a la magnitud de la empresa realizada.

Figura N° 04: Mapa del Primer Viaje de Colon

b. Segundo Viaje.
El 25 de septiembre de 1493, el almirante zarpó de Cádiz al mando de 17 navíos y
unos 1.200 hombres, portando las primeras simientes y ganados. La empresa
contaba con doce misioneros y con los célebres Antonio de Marchena, Juan de la
Cosa, Diego Colón, Alonso de Ojeda (conquistador de Santo Domingo), el padre y
un tío de fray Bartolomé de Las Casas y Juan Ponce de León. La expedición,
financiada por el duque de Medina Sidonia, recaló en la Gomera el 5 de octubre
para proveerse de alimentos y agua. El domingo 3 de noviembre Colón tocó tierra
americana por segunda vez, en una islita, a la que da por nombre Dominica y,
posteriormente, en otras islas que bautizó como Marigalante y Guadalupe, en honor
de la virgen extremeña. Descubrió la isla de Puerto Rico el 16 de noviembre del
mismo año, a la que llamó San Juan.
Figura N° 05: Descubrimiento de Puerto Rico

Al llegar a La Española, experimentó un profundo disgusto, pues encontró el fuerte


de Navidad incendiado y muertos sus moradores por las tribus aborígenes, dirigidas
por los caciques Caonabo y Guacanagi. Poco después de fundar otro fuerte, La
Isabela, recorrió la costa sur de Cuba y denominó a sus innumerables cayos
Jardines de la Reina. Convencido el navegante de hallarse en las Molucas o Indias
Orientales, descubrió también la isla de Santiago (Jamaica).

Figura N° 06: Segundo Viaje


c. Tercer Viaje.
Colón zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 30 de mayo de 1498 con seis
naves, hizo escala en La Gomera y, después de atrapar un bajel corsario, se dirigió
al Nuevo Mundo. Una vez atravesadas las zonas de la calma chicha, que agotaron
sus provisiones, avistó el 31 de julio una tierra agreste, a la que impuso el nombre
de Trinidad. El día 1 de agosto desembarcó por primera vez en tierra firme
venezolana en las penínsulas de Paria y Cumaná, a las que confundió con islas.

Figura N° 07: Tercer Viaje

La situación en que encontró a la colonia era grave: la mayoría de los españoles,


encabezados por Francisco Roldán, se había rebelado contra la autoridad de los
Colón. La llegada del virrey no resolvió el problema. El 23 de agosto de 1500,
Francisco de Bobadilla entraba en el puerto de Santo Domingo para sustituir al virrey
y gobernador. Hubo cierta resistencia por parte de los Colón, lo que explica algo la
dureza de Bobadilla. A primeros de octubre de 1500, Cristóbal, Bartolomé y Diego
Colón regresaban a España cargados de cadenas, pero al llegar a la Península se
le devolvieron sus prerrogativas. Las medidas de Bobadilla quedaron anuladas y le
sustituyó en su cargo Nicolás de Ovando.
d. Cuarto Viaje.
Colón armó cuatro naves (tres carabelas y una pequeña embarcación) que zarparon
de Cádiz el 9 de mayo de 1502, con la recomendación de no acercarse a La
Española salvo en caso de mucha necesidad. Pisó América por última vez, el 13 de
junio de 1502, en una isla que denominó Martinino (Martinica), pero tuvo que
dirigirse, muy a su pesar, a La Española, donde Ovando le negó el permiso de
atracar, por lo que hubo de protegerse de un ciclón en Puerto Bello, en el occidente
de la isla. Ovando, ignorante de los consejos de Colón y de su experiencia en aguas
tropicales, se hizo a la mar y perdió veinte naves con sus hombres y tesoros,
incluidos los enemigos de Colón, Roldán y Bobadilla. Desde La Española, el
almirante partió hacia Jamaica, en busca de un paso hacia el océano índico.
Atravesó los Jardines de la Reina y llegó a una isla que bautizó como Guanaja, a
unas cuarenta millas de la costa de Honduras. Allí capturó una gran canoa cargada
de ricos objetos de cobre y armas que anunciaban una cultura más importante que
las conocidas por ellos hasta entonces, la del imperio maya. El afán de Colón por
llegar a la India le impidió prestar atención a aquellos indígenas, que supuso
pertenecían al imperio del Gran Khan.

Figura N° 08: Cuarto Viaje


Navegó hasta el cabo de Gracias a Dios (entre Honduras y Nicaragua) y el istmo de
Panamá. Tras más de dos meses de un mal tiempo que estropeó las naves y
quebrantó la salud de muchos hombres, el almirante recaló en una bahía a la que
llamó Belén, y en ésta intentó dejar una guarnición al mando de su hermano
Bartolomé y pedir refuerzos a la Península. Pero la agresividad de los indios le
obligó a reembarcar. Ante estos descalabros, volvió a Cuba en mayo de 1503.
Después partió hacia Jamaica, donde le recibieron pacíficamente y permaneció allí
durante un año. Los indios le cortaron el suministro de víveres, pero lo volvió a
conseguir astutamente al anunciar un eclipse que conocía de antemano.
El tardío socorro desde La Española llegó en junio de 1504. Colón permaneció en
Santo Domingo hasta que una expedición lo condujo a España, el 7 de noviembre
de 1504, tras mil penalidades y un fuerte ataque de gota que lo postró. A los pocos
días fallecía su protectora, la reina. Colón acudió a ver al rey en Segovia, sede de
la Corte, en mayo de 1505. Murió el 20 de mayo de 1506 en su quinta de Valladolid,
en medio del olvido general y en la creencia de que había descubierto el camino
occidental hacia las Indias y el Gran Khan, sin percatarse de que se trataba de un
enorme continente intermedio, completamente nuevo y desconocido.

II. ETAPA DE LA CONQUISTA


La conquista del Tahuantinsuyo o Imperio Incaico se inicia con la llegada
de Francisco Pizarro y sus huestes al Tahuantinsuyo en 1532 marco el inicio de una
gran transformación en las formas de vida de los pobladores de los Andes.

1. Noticias del Perú.


Con el descubrimiento del océano Pacífico en 1513, se extendió la noticia de la
existencia de ricas tierras al sur, donde abundaba el oro. Se dice que la información
fue contada por Panquiaco, hijo del cacique Comagre. Los rumores que corrían
consistían en que el Virú habían espléndidas tierras gobernadas por poderosos
hombres. Estas leyendas se incorporaron al imaginario de los conquistadores, como
es el casi de Francisco Pizarro.
2. Los Socios de la Conquista.
En el año de 1526, se firma el contrato de Panamá, entre Francisco Pizarro., Diego
de Almagro y el Padre Hernando de Luque, formando una la “Empresa del Levante”,
esta tuvo tres fases: inicial, de exploración e invasión definitiva. Con la autorización
del gobernador de Panamá, Pedro Arias Dávila, Pizarro y sus socios se lanzaron a
la aventura y a buscar un botín que se repartieran entre los inversionistas de la
expedición. Pizarro dirigía la empresa, Almagro tomaría a su cargo la formación de
la tropa cuidando su abastecimiento y Luque asumiría la dirección espiritual de los
nuevos territorios.
Figura N° 09: Los tres Socios de la Conquista del Perú

3. Los viajes de Pizarro.


Francisco Pizarro dirigió 3 viajes para conquistar el Tahuantinsuyo.

a. Primer Viaje.
El 14 de noviembre de 1524 partió Pizarro de Panamá a bordo de un pequeño
bergantín, el Santiago, con cerca de 80 hombres, algunos indios Nicaraguas de
servicio y cuatro caballos. Dejó a Almagro el encargo de reclutar más voluntarios y
armar otra nave para que le siguiera cuando estuviera listo.
Pizarro llegó a las islas Perlas, bordeó las costas de Chochama o Chicamá, llegando
hasta Puerto Piñas y Puerto del Hambre; luego de una serie de padecimientos y
falta de víveres, prosiguió el viaje hasta Pueblo Quemado, donde sostuvo un recio
combate con los indígenas. La hostilidad de los indios y la insalubridad de la zona
obligaron a Pizarro a enrumbar de vuelta hacia el norte, arribando nuevamente a las
costas de Chochama. Por su parte, Almagro, que ya había partido de Panamá en
un bergantín con 60 hombres, debió cruzarse con Pizarro en alta mar, aunque no
se llegaron a avistar. Siguiendo el rastro de Pizarro, Almagro desembarcó en Pueblo
Quemado, donde igualmente libró un feroz combate con los indios, perdiendo un
ojo a consecuencia de un lanzazo o un flechazo.
Almagro decidió continuar más al sur, llegando hasta el río San Juan, pero no halló
a su socio y decidió regresar a la isla de Perlas, donde se enteró de los trajines de
Pizarro. Partió entonces a encontrarse con su socio en Chochama. Pizarro,
interesado en continuar con la empresa, ordenó a Almagro que dejara allí a sus
soldados y que retornara él solo a Panamá para reparar los dos navíos y juntar más
gente.
En Panamá, el gobernador Pedrarias culpó del fracaso de la expedición y de la
pérdida de vidas españolas a Pizarro. Ello motivó a que Almagro y Luque
intercedieran por Pizarro ante el gobernador, logrando aplacar por el momento la
tensa situación.

Figura N° 10: Combate entre españoles e Indígenas

b. Segundo Viaje.
Antes de emprender su segundo viaje, los tres socios de la conquista firmaron el de
Pacto de Panamá al acuerdo firmado el 10 de marzo de 1526 entre Francisco
Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque, por el que quedaba constituida la
llamada Compañía de Levante. Pizarro emprendió la segunda de sus expediciones.
Después de llegar a la altura del río San Juan, Almagro regresó a Panamá y Pizarro
continuó hacia el sur. Ante la queja de los soldados, que habían acudido al nuevo
gobernador Pedro de los Ríos, este envió al capitán Juan Tafur con la orden de
hacerlos regresar. Tafur los halló en la Isla del Gallo, lugar donde Pizarro preguntó
a sus hombres si querían “regresar a Panamá para ser pobres”, sin fama ni dinero,
o “seguir hacia el Perú para ser ricos”. Solo trece decidieron continuar y los demás
embarcaron de regreso a Panamá. Los trece y Pizarro esperaron medio año la
llegada de provisiones y hombres.
Figura N°11: Los Trece de la Isla del Gallo

Finalmente llego Bartolomé Ruiz con provisiones y la orden del Gobernador de que
todos regresaran. Antes de cumplir con la orden, Pizarro y sus hombres navegaron
la costa y llegaron a Tumbes. Allí fueron recibidos por los naturales, quienes les
ofrecieron chicha, fruta, maíz y otras viandas. Era una forma habitual de establecer
relaciones de los pueblos andinos. Sorprendidos con las construcciones y vestidos
de indígenas, decidieron regresar para pedir la autorización de conquistar las tierras
halladas. Los recién llegados a Panamá alardeaban de las maravillas vistas con sus
propios ojos. Sin embargo, Pizarro viajó a España para ser facultado por el Rey
Carlos I, llevando consigo tumbesinos cautivos, camélidos, cerámicas y otros
objetos. La Corona española firmó la Capitulación de Toledo en 1529, documento
que los autorizaba a llevar a cabo su empresa.

c. Tercer Viaje.
Partieron de Panamá en enero de 1531, tocando como primer punto la bahía de
San Mateo, de donde continuarán su viaje por tierras a través de la región de
Coaque. En esta zona fueron atacados por el mal de las verrugas y aún se
encontraban en este camino cuando el cacique Tumbalá los invitó a visitar su isla
Puná, isla en la cual Pizarro terminará cerciorándose de que el Imperio de los Incas
se debatía en guerra civil entre Huáscar y Atahualpa. De Tumbes se trasladaron
a Poechos donde su cacique Maizavilca le obsequió a don Francisco Pizarro a uno
de sus sobrinos, al que le llamaron Martinillo.
Estando ya en el valle de Chira, en el lugar llamado por los indios Tangarara, Pizarro
funda la primera ciudad española en nuestro país, con el nombre de San Miguel (15
de mayo o julio de 1532). También en este lugar construyeron un fuerte donde se
quedaron 60 hombres a las órdenes de Sebastián de Benalcázar.

Figura N° 11: Tercer Viaje de Pizarro

4. Capturas y Muerte de Atahualpa.


Después de fundar la primera ciudad española, San Miguel de Tangarará, a orillas
del río Chira en Piura, los conquistadores iniciaron su ascenso hasta Cajamarca.
Pizarro ordenó que la hueste se instalara en la ciudad y envió a Hernando de Soto
y luego a Hernando Pizarro a visitar al Inca a su campamento con el objetivo de
invitarlo a una entrevista.

 Captura de Atahualpa.
En Cajamarca, primero Hernando de Soto y luego Hernando Pizarro visitaron al
Inca, quien les ofreció chicha y les reclamó haber tomado cosas que no le
pertenecían a lo largo de su recorrido. Los españoles mostraron gestos de amistad
que llevaron a Atahualpa a aceptar la entrevista con Pizarro.
El día del encuentro los españoles esperaban la llegada del Inca listos para
combatir. Atahualpa llegó acompañado de un gran séquito de guerreros,
sacerdotes, servidores, bailarines, músicos y curacas aliados. Al ingresar a la plaza
salió a su encuentro fray Vicente de Valverde, quien había sido encargado de leer
el “requerimiento”, mientras Felipillo le traducía al Inca. Al no comprender la
compleja situación, el Inca arrojo la Biblia que le había dado el sacerdote.
Inmediatamente los españoles arremetieron contra los nativos, lo que causo un gran
desconcierto, el Inca cayo de su litera y fue tomado prisionero.

Figura N° 12: Captura de Atahualpa

 Rescate y Muerte de Atahualpa.


Después de la captura, Atahualpa ofreció a Pizarro un gran botín a cambio de su
liberación. El conquistador aceptó y pronto llegaron a Cajamarca grandes
cantidades de oro y plata, aunque insuficientes para el español. Ante esto, el Inca
dio permiso a los españoles para que entraran en el templo de Pachacamac y en la
capital, Cuzco, para que tomaran las riquezas que quisieran. A pesar del acuerdo,
Atahualpa no fue puesto en libertad. Aprovechando la ausencia de Hernando
Pizarro y Hernando Soto, Francisco sometió a juicio al Inca. De acuerdo con las
escasas crónicas de la época, el juicio duró todo un día y tuvo como resultado una
sentencia a morir quemado.
Antes de que se procediera a cumplir la pena, Atahualpa se convirtió al cristianismo
para evitar ser quemado en la hoguera. En lugar de esto, fue ajusticiado con el
garrote vil el 26 de julio de 1533.
Figura N° 13: Rescate del Inca Atahualpa

II. ETAPA DEL VIRREINATO.


Tras la Conquista del Perú, los conquistadores entraron en una guerra civil, por lo
que el rey Carlos I, por medio de la Real cédula firmada en Barcelona el 20 de
noviembre de 1542, suprimió las gobernaciones de Nueva Castilla y de Nueva
Toledo y creó el flamante virreinato.

1. Organización Política.
Las primeras autoridades que instituyó la corona española en el virreinato del Perú
fueron:

a. Virrey.
Máxima Autoridad dentro del VIRREINATO. Era el representante del Rey de España
en América y tenía que rendir cuentas al Rey al finalizar su mandato. El periodo de
gobierno al inicio era de 3 años pero el consejo de las indias amplio su estancia a 5
años.
Figura N° 14: El Virrey

b. Real Audiencia.
Real Audiencia: Era el máximo tribunal de justicia del Virreinato, cuando se trataba
de resolver asuntos gubernamentales era presidido por el virrey, además estaba
constituido por los oidores (doctores en leyes), después del Virrey las audiencias
eran los organismos superiores de la administración de justicia.

Figura N° 15: La Real Audiencia


c. Corregimiento.
Eran instituciones bajo el mando del Corregidor encargado de distribuir la tierra,
dictar ordenanzas, decretar penas, cobrar contribuciones, expropiar e intervenir en
la vida privada de los vecinos.

d. Intendencias.
Las Intendencias reemplazaron a los Corregimientos en vista de los abusos que sus
funcionarios (corregidores) cometieron, Sus funcionarios eran llamados
Intendentes hacia lo mismo que el corregidor.
e. Cabildos.
Municipalidades, su máxima autoridad era el Alcalde. Encargado de administrar
arbitrios, organizar fiestas para los nuevos virreyes, vigilar el aseo de la ciudad,
cuidar la reparación de calles, canales, establecimientos de beneficencia, organizar
la baja policía, etc.

Figura N° 16: Organización Política del Virreinato


2. Agricultura.
La agricultura en el virreinato se caracterizó por la aparición de grandes haciendas
o latifundios, que eran los pilares básicos. La mano de obra en la costa fue
proporcionada por los esclavos, en la sierra los yanaconas fueron la mano de obra
explotada. Un aspecto a tener en cuenta es que las tierras destinadas a la
agricultura se encontraban relativamente cercanas a las ciudades debido a que
muchos de los alimentos no aguantaban más de 5 días de camino sin malograrse.
 División de las Tierras
Con el establecimiento de las reducciones durante el gobierno del virrey Toledo, el
territorio agrario del Perú quedó dividido en dos sectores: el territorio indígena y el
territorio español.

Comunidades Indígenas.
Los terrenos de las reducciones en las que fueron congregados los indígenas
tenían términos o linderos, dentro de los cuales se delimitaron las tierras para cada
ayllu, así como las tierras del común o de todo el pueblo. De ahí derivó el
término comunidad indígena. Estos terrenos estaban destinados al cultivo de bienes
que servirían como pago del tributo.

Las haciendas.
Los terrenos concedidos a los españoles inicialmente sirvieron como estancias
propicias para la cría de ganado y el cultivo de diversas especies. Posteriormente,
los dueños instalaron ingenios, trapiches o tinas para labores como el
procesamiento de los olivos y la fabricación de la chancaca. Dentro de sus territorios
construyeron capillas para el culto, viviendas para el terrateniente o el administrador
y galpones para los trabajadores. Estos complejos constituyeron las denominadas
haciendas.

Las Chacras
Eran terrenos pequeños o medianos a cargo de españoles, mestizos o indígenas
ladinizados, que cultivaban parcialmente para el consumo familiar y el mercado,
Las chacras, nombre con el que se les conocía, se establecieron generalmente
cerca de las ciudades. Este tipo de terreno no alcanzó a multiplicarse.

3. Minería.
La Minería pasó a ser uno de los pilares de la economía colonial. Si bien no fue la
única actividad productiva introducida por los colonizadores, la minería fue
la que determinó más cambios económicos, sociales e inclusive políticos.
 Minerales Explotados.
La plata fue el mineral más abundante y explotado durante en el virreinato, mientras
que la explotación de oro solo alcanzó niveles importantes hasta 1550,
aproximadamente. El mercurio, metal liquido conocido entonces como azogue,
cobró relevancia, pues era usado en la obtención de la plata. Los metales no
preciosos, como el cobre, fueron apenas aprovechados, mientras que el hierro,
abundante en nuestro territorio, no fue explotado. Esta situación promovió la
importación desde España de instrumentos de hierro como azadas, picos, barretas,
clavos y martillos.

 Yacimientos Mineros
La explotación organizada de minerales empezó en la década de 1540, y el
yacimiento de plata de Potosí (1545), Bolivia, fue uno de los más importantes. Se
calcula que de este lugar salieron las dos terceras partes de la plata peruana que
se produjo hasta 1776, año en que la mina pasó a pertenecer al virreinato del Río
de la Plata. También fueron importantes productoras de plata las minas de
Castrovirreyna (1590) en Huancavelica, Oruro (1608) en el actual territorio boliviano,
Caylloma (1608) en Arequipa, Laicacota (1619) en Puno, Lucanas y Parinacochas
en Ayacucho y Canta en Lima, las tres últimas descubiertas hacia 1630. Si bien las
minas de Pasco empezaron a ser trabajadas desde 1567, su producción cobró
importancia recién en el siglo XVIII.

Figura N° 17: Yacimiento Minero del Virreinato


4. Religión.
Se implantó la religión católica, tuvo como característica principal la irrupción del
catolicismo sobre la religión y cosmovisión incaica ya sea por la vía de la
persuasión o por la imposición.
La primera orden religiosa en llegar al Perú fue la orden dominica. Durante el
proceso inicial de la conquista, la orden de los Predicadores o de Santo Domingo
se encontró representaba por Fray Vicente Valverde, aquel religioso que hiciera el
requerimiento al inca Atahualpa y que posteriormente fuera obispo de Cuzco y
Protector de Indios frente a los abusos españoles. Fueron dominicos también, Juan
de Olías, Jerónimo de Loayza (arzobispo de Lima) y Gaspar de Carbajal, religioso
que acompañó a Francisco de Orellana en el descubrimiento del Amazonas en
1542.
Las órdenes religiosas que llegaron al Perú tuvieron diferentes métodos para
evangelizar a los indígenas:
 Orden Dominica
Los dominicos se caracterizaron por difundir las enseñanzas escolásticas,
centrando la difusión del evangelio a través de colegios y centros superiores de
enseñanza.
 Orden Franciscana.
Esta orden destacó entre las demás por su vocación misionera
 Orden Agustina.
La orden agustina arribó al Perú en 1551. Su rápido desenvolvimiento le permitió
crecer rápidamente, es por ello que en menos de diez años tuvo iglesias y conventos
en las principales regiones del virreinato. Abocada al igual que sus pares a la
evangelización indígena, tuvo un papel preponderante en la conversión de los
curacas y hombres principales de los ayllus descendientes de los incas.
 Orden Jesuita.
La orden de la Compañía de Jesús o Jesuita llegó al virreinato peruano en 1568.
Desde su arribo defendió con energía a los indígenas, obteniendo por ello grandes
pleitos con la administración local. Su labor evangelizadora no solo se centró en los
indios del común, sino también en los descendientes de los principales curacas
incaicos
 Orden mercedaria
La orden mercedaria arribó al virreinato peruano en el temprano año de 1534, sin
embargo, el número de miembros de la orden no fue significativo en comparación
con el número de las otras órdenes religiosas. Su carácter misionero hizo que la
orden mercedaria llegara a las altas cumbres cordilleranas en búsqueda de indios
para evangelizar
5. Educación.
Durante la Colonia, la educación virreinal imitó los modelos Europeos y se
caracterizó por el memorismo, la religiosidad, la rigurosidad y el clasicismo. La
Iglesia fue muy influyente a través de las órdenes religiosas, de los cuales destacó
los jesuitas (orden religiosa de la Iglesia católica fundada en 1534 por Ignacio de
Loyola). La configuración de un sistema educativo se originó en orden inverso a lo
actual: primero se creó la educación superior, el intermedio y, por último, la
enseñanza elemental.

 Estructura de la Educación
La división de los estudios durante el virreinato era: Primeras Letras, Estudios
Menores y Estudios mayores. Era una división flexible que cuando se trataba de
pasar de un nivel al otro, ponía énfasis en la habilidad del estudiante, tomando en
cuenta que, entre la edad del discípulo y los niveles de aprendizaje, no había mayor
relación. Para los Estudios Menores y Mayores, las clases se podían dictar tanto en
la Universidad como en cualquier otra institución educativa.
Primeras Letras
Eran ejercicios de lectura y escritura en castellano. Podían realizarse bajo la
supervisión de un tutor particular, pero también en algunas escuela municipal o
conventual.
Estudios Menores
Estaban asociados al aprendizaje del latín y los conocimientos académicos se
impartían en dicha lengua. Incluían la enseñanza de gramática, retórica y dialéctica.
Durante la primera, los alumnos pasaban la mayor parte del día oyendo sus
lecciones y ejercitándose en el latín. En la tarde debían repasar lo aprendido y
preparar pequeños textos. Los mejores leían los sábados en actos públicos. Con el
segundo curso, se pretendía perfeccionar el arte de la oratoria. Finalmente, el
tercero debía servir para mejorar las composiciones de los alumnos.
Estudios Mayores
Se estudiaba arte o filosofía aristotélica durante aproximadamente tres años.
Concluidos estos, el alumno recibía el grado de bachiller en artes.

6. Arquitectura.
La arquitectura virreinal peruana, desarrollada en el Virreinato del Perú entre los
siglos XVI y XIX, se caracterizó por la importación y adaptación de los estilos
arquitectónicos europeos a la realidad peruana, produciendo como resultado una
arquitectura original.
 Características.
1. Una marcada influencia europea (española y francesa).
2. Varia según las regiones:
 En la costa: Se empleó el adobe, el ladrillo y el yeso. Destacó la maravilla de
sus interiores, por su ornamentación.
 En los andes: Los frontis de piedra labrada.
3. Podemos distinguir hasta tres clases o tipos arquitectónicos:
 Religioso: Aquí tenemos a las iglesias y conventos en todo el Perú.
 Civil: Consideramos a las construcciones residenciales, las casonas solariegas.
 Militar: Ejemplo más destacado lo representa El Castillo del Real Felipe, que es
una fortaleza de tradición histórica.

 Estilos Arquitectónicos
Los estilos que se emplearon durante la colonia fueron:
1. Estilo Renacentista.
Entre los siglos XVI y XVII, viene a ser una mezcla de elementos graco-romanos,
árabes y platerescos (adornos repujados de plata).

Figura N° 18: Catedral de Lima


2. Estilo Barroco.
Estuvo vigente entre mediados del siglo XVII y fines del XVIII. De recargada
ornamentación, predominaban las columnas y cornisas. Ejemplos: El Palacio de
Torre Tagle (hoy Ministerio de Relaciones Exteriores) y la Iglesia de San Francisco
(Lima).

Figura N° 19: Palacio de Torre Tagle

3. Estilo Churriguresco.
Que toma su nombre del arquitecto español José de Churriguera (siglo XVII y XVIII)
Es el mismo estilo barroco pero muy exagerado en su ornamentación: Columnas
retorcidas (Columnas salomónicas a manera de una gruesa serpiente que sube por
un tronco) y toda una variedad de adornos: guirnaldas, hojas, flores, medallones,
escudos, seres humanos, etc. Ejemplos: La basílica de La Merced y San Agustín
(Lima); la iglesia de la Compañía y Yanahuara (Arequipa); las iglesias de Juli y
Pomata (Puno) a orillas del lago Titicaca.
Figura N° 20: Basílica de la Merced

4. Estilo Rococó
La influencia francesa, se manifiesta también en el siglo XVIII, en la época de la
dinastía de los Borbones (francesa). Se caracteriza por una ornamentación más
moderada; aunque siempre conserva sus líneas curvas y ondulantes. Ejemplos: La
Quinta de Presa (Lima), hoy Museo Virreinal y el Templo de las Nazarenas (Lima).

Figura N° 21: La Quinta de La Presa


5. Estilo Neoclásico
Que surge a comienzos del siglo XIX, pretende el retorno a las líneas rectas y
sencillas de las columnas greco-romanas. Ejemplos: La fachada de la Basílica de
San Pedro (Lima) y el altar mayor de la Catedral de Lima.

Figura N° 22: Basílica de San Pedro

7. Primer y Último Virrey del Perú.

a. Blasco Núñez de Vela


Fue el primer virrey. Llegó a Lima el 15 de mayo de 1544 y aplicó las Nuevas Leyes,
promulgadas el 20 de noviembre de 1542. Tal gestión suscitó la ira de muchos
colonos españoles, pues les privaba de explotar a los indígenas como lo venían
haciendo hasta el momento. Núñez Vela tuvo que enfrentar una fuerte oposición
encabezada por Gonzalo Pizarro, el que fue secundado por la Audiencia de Lima
que inicialmente no lo reconoció como Virrey. Cuando la Audiencia modificó su
actitud, Pizarro reaccionó disolviéndola y destituyendo al virrey en septiembre de
1844.
Al frente de un pequeño ejército, organizado con sus partidarios en Popayán, se
enfrentó a los encomenderos pizarristas en la batalla del llano de Iñaquito, lugar
próximo a la ciudad de Quito, donde fue derrotado y decapitado el 18 de enero de
1546.

Figura N° 23: Blasco Núñez de Vela

b. José de la Serna Conde de los Andes


José de La Serna fue el último Virrey del Perú desde 1821 hasta 1824. Al tomar el
poder entró en negociaciones con Don José de San Martín, pero no logró que se
retiré del Perú. Cuando las fuerzas patriotas ya estaban a media legua de Lima, La
Serna y sus tropas huyeron rumbo al Cusco. Desde esta ciudad controló gran parte
del país, y tuvo importantes victorias militares contra las fuerzas de San Martín
(batalla de Macacona), las de la Junta Gubernativa (batallas de Torata y Moquequa)
y las del presidente Riva Agüero (Campaña del Talón). Recién fue derrotado y
capturado por las fuerzas bolivarianas en la batalla de Ayacucho (9-12-1824).

Figura N° 24: José de la Serna


8. Idioma.
El idioma oficial del virreinato fue el castellano, pero además de ello durante el
virreinato existieron otros idiomas nativos como el quechua, aimara, muchik, entre
otras.

9. Comercio.
Los metales preciosos extraídos de las colonias americanas se convirtieron en la
base del comercio para el expansionismo de España y la consolidación de las
economías europeas, además de estimular su comercio exterior y permitirles
subsidiar las numerosas guerras que protagonizaron las monarquías absolutistas
en los inicios de la edad moderna. Por ello, en el siglo XVI se instauró una política
comercial exclusivista y una serie de instancias de control estatal que permitieran
exportar la mayor cantidad de estos metales hacia la península del modo más
eficaz.

Figura N° 25: Comercio en el Virreinato.

a. Exclusividad del comercio.


Con el objetivo de evitar que la preciosa carga comercial fuera afectada por el
contrabando o los ataques de piratas, entre otras razones fiscales y militares, el
intercambio atlántico debía efectuarse exclusivamente entre Sevilla y los puertos
americanos de La Habana, Veracruz, Cartagena, Portobelo, Panamá y Callao.
Además, todos los navíos comerciales debían viajar juntos, en el llamado sistema
de flotas y galeones. Este sistema beneficiaba el monopolio comercial andaluz, pues
Sevilla debía abastecer a las colonias de una larga lista de productos -desde hierro
hasta aceitunas- que, solo en teoría, el Perú no debía producir. De este modo, las
colonias serían mercados ideales para los productos españoles y para las
mercancías europeas comercializadas por España.
b. Rutas comerciales.
Se conocía como La Carrera de Indias a la actividad de los galeones que debían
transportar metales preciosos desde las colonias hacia España y, de regreso, llevar
a las indias productos desde la Península. En la carrera intervenían dos flotas
anuales, que eran escoltadas por barcos de guerra, y que se dirigían a los dos
virreinatos americanos. La Flota de Nueva España llevaba mercancías a México,
mientras que los Galeones de Tierra Firme tenían como destino el virreinato del
Perú. La corona española controlaba todo el tráfico marítimo y comercial con las
indias a través de dos instituciones: el consejo de indias y la casa de contratación.
Esta última se encargaba de conceder licencias y registrar los navíos, controlar y
supervisar los cargamentos y llegó a funcionar como tribunal de justicia en
cuestiones de índole comercial.

Figura N° 26: Rutas Comerciales


III. ETAPA DE LA EMANCIPACIÓN E INDEPENDENCIA DEL PERU.
En el primer tercio del siglo XIX, paralelamente a la Guerra de la Independencia, a
la revolución burguesa y a la restauración del absolutismo monárquico en la figura
de Fernando VII, se va a producir un fenómeno de capital importancia para España:
la emancipación de la mayor parte de las colonias que poseía en el continente
americano y cuyo dominio se había consolidado desde el siglo XVI.

A. Principales Próceres.
Los próceres de la Independencia son los primeros participantes en lo que se
denominaría, la lucha directa contra el sistema colonial al pertenecer al denominado
bando patriota que incluyen tareas de infiltración y contraespionaje.

A continuación, le presentamos los nombres de los próceres:

1. José Gabriel Condorcanqui.


Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui) nació en Surimana (Cusco) el 19 de
marzo de 1738. Sus padres fueron Miguel Condorcanqui y doña Rosa Noguera. Fue
cacique de Surimana, Pampamarca y Tungasuca. Se casó con Micaela Bastidas,
con quien tuvo tres hijos: Hipólito, Mariano y Fernando. Hizo fortuna con el comercio
y el arrieraje. A la par, tuvo una gran solidaridad con los pobladores indígenas que
sufrían la excesiva explotación de los españoles en las minas, obrajes y repartos
mercantiles. Asimismo, protestó contra las reformas tributarias que implantó el
visitador Areche en 1778. El 4 de noviembre de 1780 inició su gran rebelión
anticolonial. Ganó la batalla de Sangarará y estuvo a punto de tomar el Cusco, pero
las fuerzas del virrey Jáuregui lo derrotaron en la batalla de Checacupe. Lo
capturaron en Langui y lo descuartizaron el 18 de mayo de 1781 en la Plaza de
Armas del Cusco.

Figura N° 27: Tupac Amaru II


2. Mateo Pumacahua
Su nombre completo es Mateo García Pumacahua Chihuantito. Nació el 21 de
setiembre de 1740 en Chinchero (Cusco). Fue hijo de Francisco Pumacahua Inca,
quien le heredó el cacicazgo de Chinchero. Ejercía sus funciones de Cacique
cuando en 1780 estalló la rebelión de su colega Túpac Amaru II. Entonces movilizó
miles de indios para ayudar a los realistas. Sobresalió en la defensa del Cusco en
enero de 1781. Fue implacable contra los rebeldes. Por su contribución a los
españoles recibió elogios del virrey Jauregui; incluso se hizo acreedor de una
pensión vitalicia.
Siguió siendo fiel a España hasta que, en 1814, se unió al movimiento
independentista de los hermanos José, Vicente y Mariano Angulo. Derrotó a los
realistas en la batalla de Apacheta y tomó la ciudad de Arequipa. Pero poco después
fue derrotado en la batalla de Umachiri (11 de marzo de 1815). Seis días después
lo capturaron y decapitaron en Sicuani.

Figura N° 28: Mateo García Pumacahua

3. Micaela Bastidas
Micaela Bastidas Puyucawa fue la esposa de Túpac Amaru II y cumplió un rol
protagónico en la gran rebelión anticolonial de 1780. Nació en 1745 en Tamburco,
provincia de Abancay, región Apurímac, en la sierra sur del Perú. Sus padres fueron
el afroperuano Manuel Bastidas y la indígena Josefa Puyucawa.
En 1760, cuando tenía 15 años de edad contrajo matrimonio con el joven cacique
cusqueño José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru II) con quien tuvo tres hijos:
Hipólito, Mariano y Fernando. Tuvo una posición acomodada en el Cusco virreinal
ya que su esposo era un importante cacique y próspero arriero. Sin embargo, vivía
indignaba por los abusos que sufrían los indígenas, la esclavitud de los negros, la
elevación de los impuestos y los abusos contra los indios. Al estallar la rebelión de
1780, Micaela Bastidas fue la principal consejera del Inca, y lo mantenía informado
de los movimientos realistas cuando estaba en campaña. Además, desde la ciudad
de Tinta (Canchis, Cusco) dirigió el abastecimiento de armas y alimentos para las
tropas rebeldes.
Sus cartas dirigidas a Túpac Amaru II durante la guerra evidencian su extraordinaria
entrega a la causa revolucionaria. Muchos opinan que si el Inca hubiera tomado el
Cusco en los primeros días del levantamiento, como lo exigía Micaela, hubiera sido
casi imposible que los realistas la recuperaran. Al fracasar la sublevación fue
capturada y llevada al Cusco, donde fue sentenciada al estrangulamiento. El 18 de
mayo de 1781, en la Plaza de Armas del Cusco, los verdugos le cortaron la lengua
y le aplicaron el garrote vil. Cuando aún agonizaba la remataron con patadas en el
vientre y el pecho. Unos minutos antes, había visto el ahorcamiento de su hijo
Hipólito. Ambas muertes fueron presenciadas por Túpac Amaru II, quien fue
ejecutado el mismo día.

Figura N° 29: Micaela Bastidas


4. Francisco de Zela
Francisco Antonio de Zela nació en Lima el 24 de julio de 1768. Sus padres fueron
Alberto de Zela y María Mercedes Arizaga. Estudió en el Real Convictorio de San
Carlos. Cuando tenía 18 años viajó a Tacna para ser capacitado por su padre como
ensayador, fundidor y balanzario, puesto que asumió seis años más tarde.

En 1796, contrajo matrimonio con María Natividad Siles, con quien tuvo 9 hijos. El
20 de junio de 1811, entusiasmado por la cercanía del ejército del general argentino
José Castelli, encabezó una rebelión contra el virrey Fernando de Abascal. Tomó la
ciudad de Tacna, pero a los tres días un repentino mal cerebral lo dejó postrado.
Para empeorar las cosas, sus aliados argentinos fueron derrotados en la batalla de
Guaqui y se batieron en retirada. Los realistas recuperaron el control de Tacna y
capturaron a Zela, quien fue enviado a Lima para ser juzgado. Fue condenado a
destierro y prisión en el Castillo de Chagres en Panamá. Aquí murió en 1821.

Figura N° 30: Francisco de Zela


5. Manco Inca
Manco Inca Yupanqui nació en 1515, en Tiahuanaco, cerca del Lago Titicaca. Sus
padres fueron el emperador Huayna Cápac y la Coya Mama Runtu. Como miembro
de la realeza incaica fue educado por grandes amautas en el Yachayhuasi (Casa
del Saber) del Cusco. Cuando estalló la guerra entre sus hermanos Huáscar y
Atahualpa, Manco Inca regresó de una expedición al Paititi para reforzar las tropas
del primero. Durante el retorno se enteró del triunfo de los atahualpistas que incluso
ya controlaban el Cusco (1532). También le informaron de la cercanía de un ejército
huascarista que venía acompañado por "emisarios del dios Wiracocha". Se trataba
de los españoles. Entonces, Manco Inca se unió en Jaquijahuana a Francisco
Pizarro, y juntos derrotaron al general atahualpista Quisquis en la batalla de Anta.
Esto le permitió ingresar al Cusco acompañado de los "divinos" barbudos que lo
reconocieron como nuevo Sapa Inca (1533). En 1534, cuando Francisco Pizarro
regresó a Jauja, Manco Inca fue apresado por Juan Pizarro, quien lo torturó para
que confiese la ubicación de tesoros escondidos. El monarca indígena resistió el
tormento, hasta que a comienzos de 1536 logró escapar del Cusco. Con la ayuda
del Willac Umu, el gran sacerdote del Sol, Manco Inca logró reunir 75 mil guerreros
para recuperar el Cusco y destruir Lima. Los españoles se salvaron por la ayuda de
miles de indios huancas, Chachapoyas, cañarís y Huaylas, que no querían la
restauración del Imperio Inca. Manco Inca se refugió primero en Ollantaytambo, y
en 1538 se estableció con su corte y sus tropas en las montañas de Vilcabamba, en
la selva del Cusco. Desde ahí dirigió varios ataques contra los españoles y sus
aliados. En 1542, dio asilo a un grupo de almagristas derrotados en la batalla de
Chupas. Éstos le enseñaron al Inca a montar caballo, usar armadura y manejar el
arcabuz. Sin embargo, en 1544 Manco Inca fue apuñalado por Diego Méndez y sus
compañeros refugiados. Los asesinos fueron alcanzados por los guardias reales y
murieron a lanzadas.

Figura N° 31: Manco Inca


B. Principales Precursores.
Los precursores son los personajes que con sus escritos, discursos o enseñanzas
contribuyeron al logro de la Independencia. Aquí tenemos de los principales
precursores de la Independencia del Perú.

1. José Baquijano y Carrillo.


José Baquijano y Carrillo nació en Lima el 13 de marzo de 1751. Sus padres fueron
el Conde Juan Bautista de Baquijano y doña María Ignacia Carrillo. Estudió en el
Seminario de Santo Toribio y se doctoró en Leyes en la Universidad San Marcos.
Se especializó en la defensa de los indios, trabajando en Lima y Cusco.

En 1781, siendo profesor en San Marcos leyó el discurso titulado "Elogio a Jauregui"
donde denunció la opresión que sufrían los indígenas y criticó la crueldad contra los
partidarios de Túpac Amaru II. También alertó los abusos provocarían nuevas
revoluciones. En la década de 1790 presidió la "Sociedad Amantes del País", grupo
ilustrado que publicó la revista "El Mercurio Peruano". En sus últimos años logró
importantes nombramientos, como Oidor de la Real Audiencia de Lima (1807) y
Consejero de Estado (1812). Falleció en Sevilla en 1817.

Figura N° 32: José Baquijano

2. Toribio Rodríguez de Mendoza.


Toribio Rodríguez de Mendoza nació en Chachapoyas el 15 de abril de 1750. Sus
padres fueron Santiago Rodríguez de Mendoza y María Josefa Collantes. Estudió
Teología en la Universidad San Marcos. En 1778 se ordenó sacerdote. Desde joven
se interesó por las Ciencias Naturales y las ideas ilustradas. En la década de 1790
integró la Sociedad Amantes del País y escribió en la revista "Mercurio Peruano".
Desde 1771 fue profesor del Convictorio de San Carlos y su Rector de 1785 a 1816.
En estos años difundió la Ilustración y las obras de los filósofos del siglo XVIII.
Fomentó el espíritu crítico y el debate político entre sus discípulos, por lo que en
varias ocasiones fue acusado de fomentar conspiraciones contra el Rey. En 1821
firmó el Acta de la Independencia del Perú y al año siguiente fue elegido Diputado
del Primer Congreso Constituyente. Falleció en Lima el 12 de junio de 1825.

Figura N° 33: Toribio Rodríguez de Mendoza

3. Hipólita Unanue
Hipólito Unanue nació en Arica el 13 de agosto de 1755. Sus padres fueron Miguel
Unanue y Manuela Pavón. Estudió Medicina en la Universidad San Marcos de Lima.
En la década de 1790 fue miembro de la Sociedad Amantes del País y dirigió la
revista Mercurio Peruano. En 1792 fundó el Anfiteatro Anatómico y al año siguiente
fue Cosmógrafo Mayor del Reino. En 1807 fue nombrado Protomédico General y al
año siguiente fundó el Colegio de Medicina San Fernando.
En 1809 dirigió una tertulia política conocida como “La Conspiración de los
Fernandinos”. En el Protectorado de don José de San Martín fue Ministro de
Hacienda, en el Primer Congreso Constituyente fue diputado por Puno y en la
Dictadura de Bolívar fue Ministro de Relaciones Exteriores.
Sus últimos años los pasó en su hacienda de Cañete (sur de Lima), donde falleció
el 15 de julio de 1833.

Figura N° 34: Hipólito Unanue

4. Juan Pablo Vizcarra y Guzmán


Juan Pablo Vizcardo y Guzmán nació en Pampacolca (Arequipa) el 27 de junio de
1748. Sus padres fueron Gaspar Vizcardo y Manuela de Zea. Estudió en el
seminario San Bernardo del Cusco hasta que en 1767 los jesuitas fueron
expulsados del Perú por el rey Carlos III. Se instaló en Toscana (Italia) donde en
1781 se enteró de la rebelión de Túpac Amaru II y, entusiasmado, envió cartas a los
ingleses solicitando ayuda para el cacique cusqueño. El mismo año viajó a Londres
para insistir en el apoyo inglés para la independencia americana. En 1792, se
trasladó a Francia y redactó su "Carta a los Españoles Americanos", donde
arengaba a los criollos de Hispanoamérica a luchar contra la opresión española y
construir una patria soberana.
En 1791 volvió a Londres, donde continuó escribiendo y haciendo gestiones para
que Inglaterra ayude a los independentistas americanos, hasta que enfermó y
falleció el 10 de febrero de 1798.

Figura N° 35: Juan Pablo Vizcardo y Guzmán


5. José de la Riva Agüero
José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete nació en Lima el 3 de mayo de 1783.
Sus padres fueron José de la Riva Agüero y María Sánchez Boquete. En su juventud
estudió en España y en 1810 regresó a Lima imbuido de ideas liberales. Al llegar se
organizó la "Conspiración de los Oratorinos" para derrocar al virrey Abascal. En
1816 escribió el "Manifiesto de las 28 Causas", donde explica razones para la
independencia. En 1823, se convirtió en el primer Presidente del Perú mediante el
golpe de estado recordado como "Motín de Balconcillo". El mismo año Simón
Bolívar llegó al Perú y Riva Agüero fue apresado por el coronel Gutiérrez de la
Fuente, quien lo expulsó a Europa. Vivió en Bélgica hasta que en 1831 regresó al
Perú y poco después fue elegido diputado por Lima. En 1833 fue desterrado por el
presidente Gamarra a Ecuador, y en 1835 por Salaverry a Chile. En 1838 fue
nombrado por Santa Cruz como Presidente del Estado Nor Peruano. Apartado de
la vida pública, escribió sus "Memorias de Pruvonena". Murió en Lima el 21 de mayo
de 1851.

Figura N° 36: José de la Riva Agüero

6. José Faustino Sánchez Carrión


José Faustino Sánchez Carrión nació en Huamachuco, el 13 de febrero de 1787 en
Huamachuco. Sus padres fueron Agustín Sánchez Carrión y Teresa Rodríguez.
Estudió Leyes en el Convictorio de San Carlos (Lima), donde tuvo como maestro al
ilustre Toribio Rodríguez de Mendoza. Siendo profesor de San Carlos criticó el
sistema colonial y difundió las ideas republicanas.
Durante el Protectorado de don José de San Martín (1821-1822) atacó sus planes
monarquistas desde el periódico “La Abeja Republicana”. Aquí usó el seudónimo de
"Solitario de Sayán". Fue diputado del Primer Congreso Constituyente y fue el
principal redactor de la Primera Constitución del Perú.
Cuando Simón Bolívar llegó al Perú (1823) se convirtió en su consejero y Ministro
General. En 1824 firmó la convocatoria al famoso Congreso de Panamá. Murió de
tuberculosis en Lurín, el 2 de junio de 1825.

Figura N° 37: José Faustino Sánchez Carrión

C. San Martin Y la Independencia.


San Martín era proclive a lograr la independencia con base en acuerdos y
negociaciones. La realidad, sin embargo, lo obligó a tomar el camino de las armas.
Su formación idónea y su inquebrantable vocación castrense fueron claves para
comprender el error en que había incurrido el ejército del Alto Perú al hacer la guerra
a los españoles en tierras de gran altitud (punas) con hombres provenientes de
terrenos al nivel del mar. Frente a ello, delineó una estrategia insuperable: vencer a
las fuerzas realistas en Chile y desde allí preparar una llegada al Perú por mar,
evitando así la lucha inútil en altura. Esta decisión respondía, por supuesto, a la
convicción de que la emancipación americana era un fenómeno histórico global.
Esta había sido vista, pues, como un problema de todos los países americanos, y
su ejecución, consecuentemente, dependió de la participación comunitaria. Prueba
de ello fue la presencia en la expedición libertadora de Thomas Alexander Cochrane
y Bernardo O´Higgins.

 Expedición Libertadora de José de San Martin.


Bajo este signo de unidad auténtica, el 20 de agosto de 1820 el Ejército libertador
del Perú zarpa de Valparaíso (Chile) con un contingente humano de 4118
combatientes, entre caballería, infantería y artillería. Luego de más de dos semanas
de travesía, el 8 de septiembre desembarcan en la bahía de Paracas, y sin mediar
tiempo invaden las ciudades de Pisco y Chincha. San Martín establece su centro de
operaciones en Pisco.
Poco menos de un año después, con relativa facilidad, San Martín llega a Lima, y el
28 de julio de 1821, en reunión del Cabildo Abierto, declara junto a un pueblo
sublevado y feliz, la independencia del Perú de la dominación de España y de
cualquier otro dominio extranjero.

Figura N° 38: Desembarco en el Puerto de Paracas

 Un Nuevo Estado.
Dos eran las características fundamentales que debía conjugar el nuevo Estado
peruano. En primer lugar, debía reemplazar democráticamente la autoridad virreinal
y el despotismo ilustrado que había gobernado en las últimas décadas. Luego,
estaba obligado a generar un principio de autoridad diferente, en el cual todos los
peruanos pudieran depositar su confianza. Todo esto para que la emancipación,
ganada con tanto esfuerzo, no se perdiera debido al desgobierno y al caos social
que pudieran surgir en un momento de cambio político. Para garantizar este paso
delicado de un régimen a otro, apenas proclamada la independencia del Perú, el 3
de agosto de 1821 San Martín creó el Protectorado, que reunía tanto el gobierno
político como el mando militar, pero con carácter provisional, haciendo depender su
vigencia del triunfo definitivo sobre el ejército español. Esta nueva forma de gobierno
no fue ni monarquía ni república, sino un organismo encargado de organizar el
Estado -garantizando, por ejemplo, la independencia del poder Judicial- en todos
sus aspectos, con especial atención en la conservación del orden social de todo el
país. Algunos historiadores afirman que esta propuesta dio lugar a un descuido de
las acciones militares. Otros, en cambio, resaltan la voluntad de superar la anarquía
natural producto de una época de crisis, y el empeño en mantener a toda costa el
equilibrio dentro de una organización recién creada.
El estado que San Martín creó estuvo fundado en un Estatuto Provisional en cuyo
ínterin se estableció la constitución permanente del Estado peruano (8 de octubre
de 1821), que subrayaba la necesidad de servir al Perú y promover el amor a la
patria. Este nuevo orden establecía solo tres ministerios inicialmente: el de Estado
y Relaciones Exteriores, comandado por el cartaginense Juan García del Río y
Paroissien; el de Hacienda, al mando de Hipólito Unanue, peruano ilustre; y el de
Guerra y Marina, a cargo del ideólogo Bernardo Monteagudo. Con esta disposición
gubernativa surgieron las primeras misiones diplomáticas, cuyo objetivo era
procurar el reconocimiento de nuestra independencia en el exterior, y conseguir
dinero y relaciones comerciales con otros países. Posteriormente, envió una misión
especial a Europa, encabezada por García del Río y Paroissien, con la finalidad de
conseguir un príncipe que aceptara convertirse en rey del Perú. Esta atrevida
propuesta fue motivo de gran controversia, aunque no estuvo exenta de apoyo
intelectual, sobre todo de Bernardo Monteagudo, con su Manifiesto de Quito. Del
lado de la república alzaron su voz, entre otros, Manuel Pérez de Tudela y Mariano
José de Arce. Esta actitud marcó el final del gobierno de San Martín, lo cual se
reflejó con nitidez en el congreso Constituyente, donde Simón Bolívar tomó la posta
de la gran gesta.

 El congreso Constituyente.
Un valioso grupo humano, tanto moral como intelectualmente, es el que formó el
glorioso Congreso Constituyente. En su interior, luego de un gobierno fuerte y de
corte personalista como el de San Martín, surgió la necesidad y el sentimiento de
un gobernante menos autoritario. De esta manera, se formó una junta gubernativa
el 21 de septiembre de 1822, integrada por José de la Mar, Felipe Antonio Alvarado
y Manuel Salazar y Baquíjano quien fue uno de los precursores de la independencia,
hombres probos todos, pero incapaces de gobernar con tino en momentos tan
álgidos para el país. Esta junta administró tan solo el Poder Ejecutivo.
Los lineamientos básicos de la Constitución Política fueron promulgados el 17 de
diciembre de 1822, estableciendo que la nación se denominará República Peruana;
que todas las provincias del Perú en un solo cuerpo forman la Nación peruana; y
que la soberanía reside esencialmente en la nación y no puede ser patrimonio de
ninguna persona o familia. Mientras esto pasaba en el congreso, la guerra contra
los españoles no arrojaba los resultados deseados. El país carecía de una autoridad
real, y la sociedad civil andaba sin rumbo ni objetivos definidos. Como respuesta a
este momento de caos, se produce un levantamiento militar, el motín de Balconcillo,
en el Ejército, hastiado del desgobierno de la junta gubernativa y nombrar, el 28 de
febrero de 1823, como presidente a José de la Riva Agüero. Sus primeras medidas
de gobierno no contaron con la aprobación unánime del Congreso, lo que a la larga
terminó por dividir a este último: en Trujillo se estableció una facción, con Riva-
Agüero, y otra se quedó en Lima, con Torre Tagle. Esta imagen refleja claramente
la grave situación en que se hallaba el Perú en ese momento.
D. Bolívar y la Consolidación de la Independencia.
A bordo del Chimborazo, el primero de setiembre de 1823, Simón Bolívar llegó al
Perú con una sola idea: enmendar los rumbos de un país en crisis. Días más tarde,
Torre Tagle y la parte del Congreso que lo apoyaba declaran a Bolívar suprema
autoridad militar en todo el territorio de la República. Asimismo, el Congreso
depositaba en él toda autoridad política relacionada con los usos de la guerra,
estableciendo como límite de los poderes concedidos al libertador nada menos
que la salvación del país. Más allá de los poderes conferidos, la figura y
personalidad de Bolívar provocan diversas reacciones, lo que alimentó la discordia
y dificultó la necesaria convivencia. Enterado del gran poder que había acumulado
Bolívar apenas llegó a Lima, Riva Agüero alimentó una oposición más bien
vehemente a las reacciones tomadas por el libertador. Para él la solución al conflicto
con los españoles era eminentemente política, y debía surgir como fruto del diálogo
y el acuerdo conjunto. Esto llevó a Riva Agüero a establecer contacto con los
españoles, lo que facilitó su caída, a la que contribuyó su falta de perspectiva política
al enfrentarse a un Bolívar poderoso. Una vez salvado el escollo de Riva Agüero,
Bolívar adquirió mayor autoridad, incluso diversos dispositivos legales acudieron a
su amparo. Hacia 1824, llevado por una creciente desconfianza, Torre Tagle reinició
las conversaciones con los españoles, las mismas que hacía poco menos de un año
había censurado en Riva Agüero.

 Proceso de Consolidación de Simón Bolívar


El 6 de agosto de 1824 se dio en Junín la primera batalla por la independencia
definitiva del Perú conocida como la Batalla de Junín. Los patriotas participaron,
bajo el liderazgo de los Húsares del Perú, con los Granaderos de los Andes y los
Granaderos de Colombia. Los realistas lo hicieron con los Dragones del Perú, pero
finalmente fueron derrotados por el ejército libertador. El 9 de diciembre de 1824,
en la Pampa de la Quinua (Ayacucho), se dio una batalla semejante con resultados
similares conocida como la Batalla de Ayacucho, con lo cual quedó consolidada la
independencia americana. A los pocos meses, como continuidad de la audiencia de
Charcas, el congreso aprobaba la formación de un nuevo Estado: Bolivia.
En 1826 se aprobó la constitución Bolivariana o Vitalicia, segunda del Perú, la que
constituyó otro esfuerzo por consolidar el nuevo Estado peruano. Bolívar propugnó
la unidad americana mediante el Congreso de Panamá y el proyecto de
Confederación de la Andes. De estos dos proyectos, el más viable e interesante a
largo plazo fue el de la Confederación, que acariciaba la idea de unir Colombia,
Venezuela, Quito, Perú y Bolivia bajo una misma carta magna: la Constitución
Vitalicia.
Figura N° 39: Capitulación de Ayacucho

IV. ETAPA DE LA REPUBLICA


La historia republicana del Perú es la historia peruana bajo gobierno republicano
independiente, que se prolonga hasta la actualidad. Oficialmente, la historia del Perú
independiente empieza el 28 de julio de 1821, día en el que el general
argentino José de San Martín, jefe de la Expedición Libertadora, proclamó
la independencia del Perú en Lima, la capital del entonces Virreinato del Perú. El
punto de partida del nacimiento de la República del Perú es la instalación del Primer
Congreso Constituyente del Perú, el 20 de septiembre de 1822

a. El Caudillismo Militar.
Luego de la batalla de Ayacucho el Perú quedó con total libertad de organizarse
políticamente. El problema era que los cambios sociales y económicos habían sido
pocos. Por ello fue que el orden liberal y republicano que propusieron muchos
políticos estaba divorciado de una realidad todavía muy arcaica y, ahora, caótica.
Por ello al interior del país surgieron tendencias regionalistas y por momentos
separatistas como en los departamentos de Cuzco y Arequipa.
En este clima las instituciones no funcionaban o eran casi inexistentes, y la falta de
una clase dirigente hizo que los intereses de grupo, las lealtades regionales o
personales fueran la clave de la vida política. El poder terminó cayendo en manos
de los jefes militares vencedores de Ayacucho: los caudillos. Ellos representaron
intereses regionales de gamonales y comerciantes a los que concedían cargos
públicos y tierras. Eran la cabeza de una complicada pirámide de patrones y
clientes. Las figuras de Agustín Gamarra, Felipe Santiago Salaverry, Andrés de
Santa Cruz o Manuel Ignacio de Vivanco, claves en la política de estos años,
corresponden a este primer militarismo.
El caudillismo se convirtió en una empresa cuyo objetivo era la conquista del poder.
El estado era el botín a repartirse. Quizá el único proyecto importante surgido del
caudillismo fue la idea de volver a unir Perú y Bolivia en 1836: la Confederación
Perú-boliviana, ideada por Santa Cruz. Pero el mismo caudillismo, los intereses
regionalistas y la intervención chilena la hicieron fracasar en la batalla de Yungay
(1839). De todos estos caudillos faltó un dirigente excepcional, alguien capaz de
imponer la autoridad de un gobierno central y subordinar las regiones para evitar la
anarquía. Entre 1821 y 1845, es decir en 24 años, se alternaron 53 gobiernos, se
reunieron 10 congresos y se redactaron 6 constituciones. Hubo años, como en
1838, que gobernaron 7 presidentes casi al mismo tiempo. Vemos entonces que la
autoridad de estos caudillos no fue resultado de un consenso ni tampoco pudo
imponerse de forma estable. Cuando conquistaban el poder concentraban su
atención en satisfacer las demandas de sus allegados políticos. Eran gobiernos de
minorías para minorías. No pudieron integrar a la sociedad retrasando el camino de
convertir al Perú en estado – Nación

Figura N° 40: El Caudillismo en el Perú


b. La Era de Guano.
Se conoce como la Era del Guano a un período de estabilidad y prosperidad que
vivió el Perú entre 1845 y 1866, cuando el Estado Peruano fue sostenido por los
importantes ingresos generados por la exportación del guano, principalmente
hacia Europa, donde se desarrollaba la revolución agrícola. La fecha de inicio de la
Era del Guano se fija comúnmente en 1845, año en el que Ramón Castilla comenzó
su primer gobierno. Hasta el estallido de la Guerra con Chile (1879) el Perú exportó
entre 11 y 12 millones de toneladas de guano que generaron una ganancia de 750
millones de dólares. De ellos el estado recibió como propietario del recurso el 60%,
es decir, una suma considerable para convertirse a través de inversiones
productivas en el principal agente del desarrollo nacional.
El resultado final no fue tan alentador. El dinero generado por el guano fue destinado
a rubros casi improductivos: crecimiento de la burocracia, campañas militares,
abolición del tributo indígena y de la esclavitud, pago de la deuda interna y
saneamiento de la deuda externa. Solo la construcción de los ferrocarriles y algunas
inversiones en la agricultura costeña (caña de azúcar y algodón para la exportación)
escaparon a este desperdicio financiero. Hacia 1870 las reservas del guano se
habían prácticamente agotado y el Perú no estaba preparado para este colapso,
cargado como estaba con la deuda externa más grande de América Latina (37
millones de libras esterlinas). Fue entonces que el país pasó, como tantas veces en
su historia, de millonario a mendigo, sin nada que exhibir en términos de un progreso
económico. El Perú no había podido convertirse en un país moderno con
instituciones civiles sólidas.

Figura N° 41: La Era del Guano en el Perú


c. La Guerra del Pacifico.
La guerra con Chile o del Pacífico fue un conflicto armado en el cual se enfrentaron
los países de Perú, Chile y Bolivia. En la década de 1870, las relaciones
diplomáticas entre Perú, Bolivia y Chile atravesaron un momento de tensión. Al
conflicto generado por la ansiada expansión territorial de Chile y la evidente actitud
defensiva del Perú y Bolivia, se sumaron intereses económicos. El salitre demostró
ser aún mejor fertilizante que el guano y su explotación se convirtió en la nueva
solución a la crisis económica. Los principales yacimientos de la época estaban en
Tarapacá (Perú) y Antofagasta (Bolivia). Perú concentraba más del cincuenta por
ciento del salitre extraído. Por su parte, Bolivia decidió ofertar parte de la explotación
a otros países, entre ellos Chile. Desde 1866 Bolivia se había comprometido con
Chile a no aumentar los impuestos durante 25 años. Sin embargo, en 1878, el
presidente boliviano Hilarión Daza aumentó el impuesto al quintal de salitre a diez
centavos. Inmediatamente las empresas salitreras se quejaron ante su gobierno, el
cual reclamó por lo que consideraba una violación a los acuerdos pactados con
Bolivia. La negativa boliviana a retirar el impuesto precipitó la ocupación de
Antofagasta por las milicias chilenas. Bolivia exigió al Perú el cumplimiento del
tratado secreto de 1873. El gobierno peruano envió a Chile a José Antonio de
Lavalle como mediador, sin embargo los intentos por encontrar la solución
fracasaron. Pretextando la vinculación diplomática de Perú y Bolivia, el gobierno
chilena se dispuso declararle la guerra. El 5 de abril de 1879 el gobierno chileno
anunció la declaratoria de guerra al Perú.

 Chile Intenta Romper la Alianza.


Las altas esferas político militares chilenas ejecutaron una estrategia diplomática
con el objetivo de romper la alianza entre peruanos y bolivianos. Chile se presentó
ante Bolivia como el más interesado propulsor del bienestar boliviano. Para ello instó
a Bolivia a separarse del Perú y a unirse a Chile para sostener la guerra contra el
Perú. De esta forma, como vencedores, Tacna, Arica y eventualmente Moquegua
pasarían a poder de Bolivia, y quedarían para Chile todos los territorios al sur de la
quebrada de Camarones. Chile conseguiría, así, legimitar su anexión del territorio
litoral boliviano y satisfacer su ambición de apoderarse del rico territorio salitrero de
Tarapacá. La oferta fue rechazada por el gobierno boliviano.
 Protocolos de Subsidios
El costo de la guerra no podía ser asumido por Bolivia, que atravesaba desde hacía
algunos años una grave crisis económica. Por ello se firmó un acuerdo que obligaba
al aliado a indemnizar al Perú por los gastos que la guerra ocasionaría. El primer
protocolo, del 15 de abril, por lo costoso para Bolivia, fue modificado el 7 de mayo y
posteriormente, el 17 de junio. Allí se estipulaba que Bolivia abonaría la mitad de
los gastos de la guerra y que los elementos bélicos que el Perú poseía al 5 de abril
no serían cargados al aliado en caso de perderse, pero si los que fueran adquiridos
por el Perú a partir de esa fecha.
1. Campaña Marítima.
El 5 de abril de 1879, el gobierno de Chile declaro la guerra al Perú. El primer
escenario sería el mar. La escuadra chilena, al mando de Willians Rebolledo, dejo
Iquique a las corbetas Esmeralda y Covadonga para dirigirse hacia el Callao. Este
fue el momento esperado por el almirante peruano Miguel Grau, quien pretendía
evitar un ataque frontal de los chilenos.

ESCUADRAS NAVALES
ESCUADRA PERUANA ESCUADRA CHILENA
2 blindados 2 blindados
El monitor Huáscar, construido en 1864 de Cocharne y Blanco Encalada, construidos en
1100 toneladas con dos cañones de 40 libras. 1874 de 3650 toneladas cada uno, con seis
La fragata Independencia, construida en cañones de 250 libras y otros menores.
1865, de 2004 toneladas con un cañón de 250
libras y otros menores.
Una corbeta: La Unión. 2 corbetas, Chacabuco y O’Higgins.
Dos monitores, Atahualpa y Manco Capac 4 buques, Esmeralda, Covadonga,
(muy antiguos e inoperativos). Magallanes y Abtao.
3 transportes, Chalaco, Oroya y Limeña. 2 transportes Rímac y Matías Cousiño.
Una cañonera, Pilcomayo.
Tabla N° 01: Comparación de Escuadras Navales

 Combate de Iquique.
Librado el 2 de mayo de 1879, marcó el inicio de la campaña marítima. Al mando
del Huáscar, Grau consiguió hundir a la Esmeralda. Ese mismo día, se perdió a la
Independencia (el mejor barco de la escuadra) mientras perseguía a la Covadonga.

 Combate de Angamos
La victoria chilena en Angamos, el 8 de octubre de 1879, significó el final de la
disputa por el mar en la Guerra del Pacífico. Los chilenos emboscaron al Huáscar y
una bomba destruyó la torre de mando casi al inicio del combate. La explosión
acabó con la vida del almirante Grau. Pese a todo, solo pudo capturarse al monitor
luego de tres horas de ardua lucha. Para saber más puedes ver el artículo completo
sobre el Combate de Angamos.
Figura N° 42: Combate de Angamos

2. Campaña Terrestre.
Tras el combate de Angamos, Chile concretó el dominio del mar e inició el avance
terrestre. El 19 de noviembre de 1879 se libró la batalla de San Francisco, que puso
de manifiesto la ventaja de los atacantes; mejor artillería, municiones, fusiles,
calzado, alimentación y uniformes. El ejército peruano, en retirada, marchó hacia el
sur.
a. Campaña del Sur
El coronel Juan Buendía intentaba reunir provisiones y pertrechos en Tarapacá
cuando llegaron las tropas chilenas, el 27 de noviembre de 1879. Esta véz, se
obtuvo una victoria peruana.

 Batalla de Tarapacá
En la Batalla de Tarapacá, Belisario Suárez, jefe de Estado Mayor, consiguió
derrotar al enemigo, pero tuvo que abandonar Tarapacá quedando este territorio
bajo el control de Chile. Los peruanos se retiraron a Arica en busca de refuerzos.

Figura N° 43: Batalla de Tarapacá


b. Campañas de Tacna y Arica

 Batalla del Alto de la Alianza


Se libró el 25 de mayo de 1880 y concluyó con la victoria de Chile. Para Bolivia, esta
derrota fue el fin de la guerra.
 Batalla de Arica
El 7 de junio de 1880 los chilenos, atacan el morro de Arica, que fue defendido por
los peruanos al mando del coronel Francisco Bolognesi.

c. Campaña de Lima
Ante la derrota en el sur, Nicolás de Piérola organizó milicias urbanas para enfrentar
al enemigo estableciendo dos líneas defensivas. La primera fue derrotada en la
batalla de San Juan el 13 de enero, y precipitó la ocupación y destrucción de
Chorrillos. Pese a la firma de armisticio, el general chileno Baquedano atacó
también la segunda línea el 15 de enero, en la batalla de Miraflores. La victoria para
Chile fue definitiva y se produjo la ocupación de Lima.

d. Campaña de la Breña
La ocupación de Lima desplazó la lucha interior. Ni el ejército peruano, ni la
población civil estaban dispuestos a rendirse y convirtieron a la sierra en el
escenario donde se decidiría la suerte del país.

 Estrategias de la Resistencia
Los Andes centrales fueron una ventaja para los peruanos que colaboraron desde
allí los accesos a la capital y la llegada de provisiones. El abrupto paisaje ofreció
múltiples escondites y permitió el ascenso a los pueblos. La valiente participación
de la población fue decisiva.
 Principales Acciones
El general Andrés Avelino Cáceres organizó la resistencia con mucha pericia y
escasos recursos. Durante más de dos años enfrento a los chilenos que enviaron
varias expediciones a la sierra. Tras el enfrentamiento en Huamachuco (10 de julio
de 1883) tuvo que abandonar la lucha por falta de pertrechos.
 Resistencia del Norte
Al mando del general Miguel Iglesias, el ejército de la sierra norte ganó la batalla de
San Pablo en junio de 1882. Sin embargo, el propio General se dispuso a firmar la
paz con Chile, convencido de la difícil situación del país. Esto originó un conflicto
con Cáceres, que terminó con el Tratado de Ancón en 1883 y la perdida de Tarapacá
a favor de los chilenos.
Figura N° 44: Campaña de la Breña

 La Resistencia Serrana
La sierra central no fue el mejor escenario de guerra para los chilenos, pues
debieron enfrentar la poca colaboración de los pobladores. Asimismo, la guerra
practicada por André Avelino Cáceres a través de los guerrilleros generó un gran
desgaste en las tropas chilenas. En general, muchos pueblos de la sierra como
Cerro de Pasco, Tarma, La Oroya, Jauja, Concepción, Marcavalle, Pucará,
Zapallanga, Acostambo y Nahuimpuquio fueron objetos de depredaciones por no
haber sido hospitalarios y por oponer resistencia al ingreso chileno. La campaña de
La Breña no fue la única manifestación de la lucha en defensa del territorio. En
Cajamarca asumió la resistencia Miguel Iglesias, junto con otros patriotas. En la
lucha por repeler al invasor, Iglesias logró una victoria para los peruanos en San
Pablo, el 13 de julio de 1882.
 El Grito de Montan
En agosto de 1882, el general Iglesias lanzó el manifiesto de Montán con el objetivo
de firmas la paz con Chile. En diciembre se constituyó una asamblea legislativa que
designó a Iglesias como presidente. Los chilenos reconocieron el gobierno de
Iglesias y decidieron negociar la paz con él.
 La Paz de Ancón
El 20 de octubre de 1883 se firmó el Tratado de Ancón entre el Perú y Chile. Los
firmantes por el Perú fueron Mariano Castro Zaldivar y José Antonio de Lavalle, en
representación del gobierno de Iglesias, y Jovino Novoa en representación de Chile.
En 1884 se procedió a su ratificación por el Congreso, pero quedaron proposiciones
pendientes.
d. Héroes de la Guerra: Miguel Grau y Andrés Avelino Cáceres.

1. Miguel Grau Seminario.


Miguel Grau Seminario, héroe de la marina. Nació en San Miguel de Piura el 27 de
julio de 1834. Hijo del colombiano Juan Manuel Grau y Berrío y de Josefa Luisa
Seminario y del Castillo. Su infancia transcurrió entre la ciudad de Piura, entonces
pequeña y aldeana, y el puerto de Paita, donde empezó su carrera en el mar a la
temprana edad de nueve años, cuando se embarcó en el bergantín
granadino Tescua, al mando del capitán Manuel Herrera. Luego de haberse salvado
de un naufragio en las aguas de la isla de La Gorgona, sentó plaza en la
goleta Florita, del mismo capitán. Por más de diez años viajó por mares, islas y
puertos muy distantes como Macao, San Francisco, Hong Kong, las islas
Marquesas y Sandwich, Shanghái, Singapur, Londres, Burdeos, Baltimore, Boston,
New York y Río de Janeiro.
En agosto de 1853 se presentó a la marina de Guerra, ingresando como
guardiamarina al 14 de marzo de 1854 a los 20 años de edad; dos años después
alcanzó el grado de alférez. Adquirió experiencia en las naves Rímac, Vigilante y
Ucayali. Según propia confesión, su afán de participar en un combate naval, más
que razones políticas, le hizo tomar parte en 1856, a bordo de la fragata Apurímac,
en la sublevación de Arica, encabezada por Lizandro Montero a favor del
conservador Vivanco y en contra del presidente Castilla y la Constitución liberal.
Debelada la rebelión, Grau fue separado de la marina de Guerra y sirvió por espacio
de dos años como comandante de la nave mercante inglesa María Cristina,
recorriendo los mares de China y la India, hasta retornar a Lima en 1860.
Acogiéndose a una ley de amnistía se reincorporó a la marina de Guerra el 12 de
septiembre de 1863, siendo destinado al vapor Lerzaundi al mando de Aurelio
García y García, junto a quien fue comisionado a Europa para la adquisición de
barcos de guerra, ostentando ya el grado de teniente primero. En 1865 retornó al
Perú y fue designado comandante de la corbeta Unión, participando en 1866 en
el combate de Abtao, durante la guerra con España.
Al producirse el nombramiento del marino norteamericano John Tucker para
comandar una expedición de la escuadra peruana a Filipinas, Grau y un grupo de
oficiales de la marina de Guerra expresaron su protesta presentando su renuncia,
siendo confinados a la isla de San Lorenzo. Una vez libre, regresó en 1867 a la
marina mercante y ese mismo año contrajo matrimonio con Dolores Cabero y
Núñez, con quien tuvo 10 hijos. El 27 de febrero de 1868, ante el llamado de Diez
Canseco, dejó su destacada posición en la marina mercante y aceptó su
nombramiento como comandante del Huáscar, buque en el que se mantuvo hasta
su inmolación en las aguas de Angamos, con excepción del tiempo en que fue
diputado por Paita y cuando ocupó un cargo administrativo en la marina.
Participó en las legislaturas de 1876 y 1878 en representación del Partido Civil; en
ejercicio de su diputación propuso leyes de ascensos en la armada según méritos,
y la reorganización del ministerio de Guerra y Marina. En 1877 se desempeñó
como comandante general de la Marina. Eran años de graves contratiempos
políticos y cuando se produjo la captura del Huáscar por el caudillo Piérola, Grau
votó por la suspensión de las garantías constitucionales. Viajó a Chile para repatriar
los restos de su padre e informó de inmediato al gobierno peruano sobre la
supremacía naval del país del sur. En días previos a la declaración de guerra de
Chile a Perú se hace cargo nuevamente del Huáscar, a pesar de conocer las
ventajas de las fuerzas chilenas por mar y tierra, asumiendo su rol de defensa
del mar peruano. El 21 de mayo de 1879, en el primer combate de Iquique, su
generosidad desbordó la admiración de sus enemigos, al rescatar a los
sobrevivientes de la Esmeralda, hundida al tercer espolonazo del Huáscar; el 26 del
mismo mes, en el primer combate de Antofagasta, después de destruir las defensas
portuarias, se retiró sin bombardear a la población indefensa. El 8 de octubre de
1879, cuando el Huáscar retornaba de una de sus incursiones, se encontró en Punta
Angamos con la escuadra enemiga; comprendiendo que no había escape posible y
manteniendo la serenidad, dio la orden de combate. Diez minutos después una
granada enemiga perforó la torre de comando y el cuerpo de Grau voló en pedazos.
Sus restos, inicialmente enterrados en Santiago de Chile, fueron repatriados el 15
de julio de 1890 y trasladados a la Cripta de los Héroes el 8 de setiembre de 1908. El
26 de octubre de 1946 fue ascendido póstumamente al grado de almirante. En su
calidad de ex diputado, conserva una curul permanente en el Congreso.

Figura N° 45: Almirante Miguel Grau Seminario


2. Andrés Avelino Cáceres
Andrés Avelino Cáceres, Héroe de la campaña de la Breña y presidente de la
República entre 1886-1890 y 1894-1895. Hijo de Domingo Cáceres Oré y de Justa
Dorregaray Cueva. Nació en Ayacucho el 10 de noviembre de 1833 y murió en su
retiro de Ancón el 10 de octubre de 1923. Se incorporó al ejército, abandonando sus
estudios, cautivado por la personalidad de Ramón Castilla durante su revolución
contra el gobierno de Echenique (1854) y formó parte del
batallón “Ayacucho” liderado por el general Fermín del Castillo, participando en la
batalla de La Palma y logrando su ascenso a subteniente en 1855. Ya como teniente
graduado y efectivo defendió al régimen de Castilla contra la revolución de Manuel
Ignacio de Vivanco y estuvo en los siguientes enfrentamientos: Yumina (agosto de
1857), Bellavista (enero de 1858) y asalto de Arequipa (marzo de 1858). Fue
promovido a capitán en mérito a sus servicios y participó en la campaña contra el
Ecuador (1859-1860); debido a algunas heridas de guerra fue enviado a Francia
como adjunto a la delegación peruana encabezada por Pedro Gálvez Egúsquiza,
para someterse a diversos tratamientos médicos. A su regreso (1862) formó la plana
mayor del batallón “Pichincha N° 3” de Huancayo, organizó sus cuadros de reclutas
y se trasladó con él a Lima mientras era ascendido a sargento mayor graduado
(1863). Censuró el régimen de Juan Antonio Pezet por su actitud débil ante la
Escuadra Española y, habiendo manifestado su protesta por la firma del tratado
Vivanco-Pareja (enero de 1865), fue apresado y desterrado a Chile; junto a otros
exiliados, logró desembarcar en Moliendo y pudo plegarse a la revolución del
coronel Mariano Ignacio Prado iniciada en Arequipa. Rápidamente fue promovido a
sargento mayor efectivo y teniente coronel graduado (abril de 1865), participando
en la victoria de Prado contra el gobierno de Pezet en Lima (noviembre de 1865) y
en la derrota final de la Escuadra Española en el combate del Callao (2 de mayo de
1866). Se retiró del ejército al triunfar la revolución de José Balta y se dedicó a la
agricultura en su tierra natal (1868-1872), colaborando sin embargo a derrotar la
revolución de los hermanos Gutiérrez, quienes pretendían desconocer la victoria del
civil Manuel Pardo para asumir la presidencia de la República. Por ello, a pedido de
éste, asumió la jefatura del batallón “Zepita” y reprimió, poco después, un motín de
sus propios integrantes, lo cual le valió su promoción a coronel efectivo (noviembre
de 1872). Al mando del mismo batallón, siguió defendiendo el régimen de Pardo y
contribuyó a la derrota de la revolución iniciada en Moquegua por Nicolás de Piérola
en la batalla del Alto de los Ángeles (diciembre de 1874).
En enero de 1875 asumió la prefectura del Cuzco, cargo en el que lo sorprendió el
inicio de la guerra con Chile (abril de 1879). Al frente de su batallón fue destacado
a la segunda división en el extremo sur del país. Participó en las batallas de San
Francisco (19 de noviembre de 1879) y Tarapacá (27 de noviembre de 1879), donde
su arriesgada arremetida permitió la victoria peruana. Luego fue enviado a vigilar
las costas de Tacna, hasta participar en la batalla del Alto de la Alianza (26 de mayo
de 1880) para definir la futura situación de Tacna que, finalmente, quedó en mano
enemigo.
Al llegar a Lima fue nombrado comandante general de la quinta división del ejército
del Centro y pasó a Huaral a dirigir las prácticas de los reservistas. Participó en las
batallas de San Juan (13 de enero de 1881) y de Miradores (15 de enero de
1881) que significaron derrotas peruanas y la posterior ocupación de la capital por
las tropas chilenas. Cabe mencionar que durante estos enfrentamientos cayó herido
y solicitó atención médica en el puesto ambulatorio instalado en el claustro de San
Carlos; pasó luego al convento de San Pedro de los jesuitas para evadir al enemigo
hasta que fue nombrado jefe político y militar de los departamentos del centro,
estableciendo su cuartel militar en Matucana (26 de abril de 1881). Desde allí
propició una incesante campaña de hostigamiento al invasor, fue promovido a la
alta clase de general (agosto de 1881) y declinó la presidencia de la nación
respaldando el nombramiento de Francisco García Calderón como presidente del
gobierno de la Magdalena y la autoridad del vicepresidente Lizardo Montero.
Paralelamente organiza en la sierra central la llamada campaña de la Breña,
convirtiéndose en el héroe de la Resistencia y llegando a ser conocido como
el “Brujo de los Andes”. En la batalla de Pucará (5 de febrero de 1882) sale al
encuentro de los invasores y logra su primera gran victoria; los chilenos, entonces,
suben a la cordillera con ánimo vengador y se posesionan de la ciudad de
Huancayo, siendo obligados a abandonar a ante las victorias caceristas en
Marcavalle y Pucara II. Entre tanto, por encargo de Cáceres, Juan Gastó vence en
Concepción (9 de julio de 1882). La última gran batalla se produce en Huamachuco
(10 de julio de 1883) donde es capturado Leoncio Prado, quien sería luego fusilado
en su lecho por orden de los oficiales chilenos (15 de julio). A pesar de esta derrota,
Cáceres pensaba que era posible vencer y expulsar al enemigo si se le obligaba a
luchar en la cordillera, territorio no dominado por el adversario. Por ello se opuso al
pronunciamiento de Miguel Iglesias para firmar la paz bajo cualquier condición y
nunca aceptó los términos del tratado de Ancón (20 de octubre de 1883) que puso
fin, formalmente, a la guerra del Pacífico.
Declarado públicamente enemigo de Iglesias, se opuso a su gobierno (1883-1886),
hasta que luego de una cruenta guerra civil llega por primera vez a la presidencia
de la República para sentar las bases de la Reconstrucción Nacional (1886-1890).
Durante su gobierno tuvo que arreglar el problema de la deuda con los acreedores
ingleses que ascendía a 51 millones de libras esterlinas, cuando el total de los
ingresos del Perú solamente llegaba a los 8 millones de soles. El País se encontraba
en bancarrota. De esta forma se celebró el controvertido contrato Grace (1889) que
significó la entrega, a los acreedores ingleses, del usufructo de los ferrocarriles del
Perú por 66 años y el derecho a explotar 3 millones de toneladas de guano, que
pasaron a formar la Peruvian Corporation; todo esto a cambio de la cancelación de
la deuda y de un fuerte empréstito. La firma del referido contrato produjo graves
denuncias y protestas por parte de la prensa escrita y de la mayoría de los
congresistas de la época. De otro lado sin muchos recursos, poco es lo que pudo
hacerse desde el gobierno: hubo preocupación por la instrucción pública, dándose
una ley al respecto en 1888 y, en el rubro de adquisiciones, se compró la cañonera
“Lima”, primera unidad de la nueva escuadra del Perú. Al término de su mandato,
Cáceres fue nombrado ministro plenipotenciario en Inglaterra y Francia. A su
regreso (1894) se presenta a las elecciones generales y accede por segunda vez a
la presidencia de la república (1894-1895); su triunfo, sin embargo, no es aceptado
por la alianza de civilistas y los demócratas y, luego de una sangrienta guerra civil,
se ve obligado a renunciar para no emplear el ejército contra las montoneras
populares lideradas por Nicolás de Piérola. Viajó a Buenos Aires (1895-1899) y a
su regreso residió en Tacna y Arica. Como jefe del Partido Demócrata tuvo
injerencia en la política nacional durante la llamada República Aristocrática. Fue
ministro plenipotenciario en Italia (1905-1909) y Alemania (1911-1914) y,
nuevamente en el Perú, presidio la convención de partidos que en 1915 designo a
José Pardo como candidato a la presidencia de la República; sin embargo, desde
1918 conspiró contra este gobernante y apoyó el golpe de estado de Augusto B.
Leguía (4 de julio de 1919). La Asamblea Nacional, por ley N° 4009 del 10 de
noviembre de 1919, en reconocimiento a su brillante conducción de la campaña de
la Breña, le confirió el grado de mariscal del Perú, asignándole una renta anual. Su
muerte y entierro en 1923 dieron lugar a toda una jornada de un duelo nacional. Fue
casado con Antonia Moreno, fallecida en 1916. Sus valiosos testimonios de la
guerra los trasmitió a su hija, Zoila Aurora, y al comandante Julio C. Guerrero. La
primera los dio a conocer en La campaña de la Breña (1927) y el segundo utilizó
esos testimonios para publicar La guerra entre el Perú y Chile (Madrid,
1924) y Memorias del general Cáceres (Berlín, 1924 y Lima, 1973).

Figura N° 46: Andrés Avelino Cáceres


e. Reconstrucción del Perú después de la Guerra.
La guerra terminó completando la destrucción que se había iniciado con la crisis
económica de la década de 1870. En 1879 el sistema bancario peruano estaba
quebrado y la agricultura, la minería y el comercio apenas sobrevivían. Las tropas
chilenas arruinaron la economía, pusieron en evidencia la fragilidad del sistema
político peruano, reverdecieron los antiguos conflictos internos y privaron al país de
la vital riqueza salitrera. Luego de firmada la paz había que reconstruir el Perú desde
los escombros. Siguiendo a Basadre, este período se inicia con el segundo
militarismo pues los militares vuelven a ocupar dominar la política, ahora en un
momento dramático. Estos caudillos son los vencidos, pero son los únicos que
tienen la fuerza suficiente para tomar el poder ante la situación tan vulnerable en
que quedó el resto de la población por el desastre ante Chile. El país seguía dividido.
Los "hombres de Montán", secundaban a Iglesias, y "los de kepí rojo" al héroe de la
Breña, el general Cáceres. Ambos bandos eran irreconciliables. El problema había
surgido por las condiciones estipuladas en el Tratado de Ancón. Este militarismo
comprende los gobiernos de Iglesias (1883-86), Cáceres (1886-90) y Remigio
Morales Bermúdez (1890-94). Llega a su fin en 1895 cuando los civiles, ya
reorganizados y cansados del militarismo, expulsan del poder a Cáceres que lo
ocupaba ilegalmente por segunda vez. Ese año, tras una sangrienta guerra civil que
culminó en las calles del centro de Lima, Nicolás de Piérola asume la presidencia.
En este difícil período el Perú tenía que recuperarse de la terrible derrota moral y
material. Si antes de 1879 el país estaba ya quebrado imaginemos ahora la
situación. Había que empezar de la nada. Los años dorados y “felices” del guano
habían pasado, era necesario replantear el modelo económico y llevar un manejo
del poco dinero disponible con criterios más austeros. Pero un nuevo modelo no
podía iniciarse sin resolver el espinoso problema de la deuda externa que ascendía,
con los intereses acumulados, a 51 millones de libras esterlinas. Cáceres tuvo que
hacerle frente y lo “solucionó” al firmar con los acreedores el polémico Contrato
Grace, en 1889. Recién desde ese momento se pudo dar el marco adecuado para
fomentar la inversión, tanto nativa como extranjera. Afortunadamente a partir de la
década de 1890 el mercado mundial estuvo del lado peruano. Los precios de
algunos de nuestros principales recursos naturales de exportación subieron: azúcar,
algodón, cobre y caucho. Con su venta se inició la recuperación nacional,
especialmente de los empresarios privados y de la clase política. De esta manera
el militarismo llegaba a su fin y Piérola inauguraba una época de gran expectativa
nacional: el gobierno de las instituciones y no el de los caudillos.
La explotación del caucho significó el auge de Iquitos. La demanda de las industrias
de automóviles europea y norteamericana impulsó la extracción de este recurso
natural que trajo importantes beneficios al tesoro público entre 1882 y 1912. Para
los aborígenes selváticos representó la quiebra de su mundo material y mental. La
explotación también representó un paso en la ocupación, bajo criterios nacionales,
del espacio amazónico. En este sentido, se exploró la Amazonía iniciándose
importantes estudios geográficos. Pero como toda industria extractiva no
consideraba útil la conservación de la ecología ni la del árbol productor del jebe,
pues se pensaba que el recurso era inagotable (como antes parecía serlo el guano).
En 1884 se exportaron 540,529 kilos mientras que, entre 1900 y 1905, salieron por
el puerto de Iquitos más de 2 millones de kilos de caucho por año. A partir de ese
momento, le salieron competidores de otras partes del mundo. Exploradores
británicos habían exportado árboles caucheros de la India, y en Ceylán se
desarrollaron extensas plantaciones. El boom del caucho llegaba a su fin. Por
último, la intensa actividad privada empezó a transformar el país. La agricultura de
la costa se modernizó, en Lima surgieron las primeras fábricas y se recuperó el
sistema bancario. El Banco Italiano (hoy Banco de Crédito), el Banco del Perú y
Londres y el Banco Popular son fundados por estos años. Aparecen los primeros
obreros y se forma una pequeña clase media. El Perú mostraba entrar con paso
seguro al nuevo siglo.

f. Gobiernos desde el Año 2006 hasta Nuestros Días.

1. Gobierno de Alan Gabriel García Pérez (2006 – 2011)


Alan Gabriel Ludwig García Pérez, fue un abogado, orador y político peruano. En
su vida política, fue un diputado constituyente (1978-1979), diputado (1980-1985)
y senador vitalicio (1990-1992). Como miembro del Partido Aprista, recibió
formación política del líder fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre, y fue uno de sus
discípulos predilectos. Ocupó diversos cargos partidarios y fue el presidente
de Alianza Popular Revolucionaria Americana. Desde sus inicios, se caracterizó por
su inflamado verbo y oratoria castelariana.
Triunfó en las elecciones de 2006 al derrotar a Ollanta Humala (UPP) en segunda
vuelta. Su segundo gobierno se caracterizó por la continuación de
proyectos económicos y la reestructuración de las relaciones diplomáticas; sin
embargo, también fue acusado de actos de corrupción. Abandonó el poder tras
las elecciones de 2011, siendo Humala su sucesor, y la política partidaria después
de no superar la primera vuelta en las elecciones de 2016.
El 17 de abril de 2019, García se disparó en la cabeza cuando la policía se
preparaba para arrestarlo preliminarmente por asuntos relacionados al caso
Odebrecht. Fue trasladado en estado grave al hospital Casimiro
Ulloa permaneciendo por más de tres horas en la sala de operaciones, tiempo
durante el cual tuvo tres paros cardiorrespiratorios para luego fallecer.
Figura N° 47: Alan García Pérez

2. Gobierno de Ollanta Moisés Humala Tasso. (2011 – 216)


Ollanta Moisés Humala Tasso (Lima, 27 de junio de 1962) es un militar retirado
y político peruano. Fue presidente del Perú entre el 28 de julio de 2011 y el 28 de
julio de 2016, tras ser candidato por la alianza electoral Gana Perú en las elecciones
generales de 2011, realizadas el 10 de abril. Pasó a la segunda vuelta, realizada el
5 de junio, al no haber superado el 50 %, lo mismo que Keiko Fujimori y venció al
conseguir el 51,45 % de los votos válidos.
Humala ingresó en la palestra política cuando protagonizó junto a su
hermano Antauro el levantamiento de Locumba (Tacna), manifestándose en contra
del gobierno de Alberto Fujimori. Más tarde fundó junto a su esposa, el Partido
Nacionalista Peruano.
El 13 de julio de 2017 fue recluido de forma preventiva en el penal Barbadillo luego
de haberse entregado voluntariamente, acusado presuntamente de lavado de
activos en detrimento del Estado y de asociación ilícita para delinquir en el Caso
Lava Jato. El 26 de abril de 2018 por resolución del Tribunal Constitucional del
Perú inició su proceso de libertad. Actualmente se encuentra siendo investigado
bajo comparecencia restringida.
Figura N° 48: Ollanta Humala Tasso

3. Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski Godard (2016 – 2018)


Pedro Pablo Kuczynski Godard (Lima, 3 de octubre de 1938) es
un académico, economista, empresario, banquero y político peruano.
Fue presidente del Perú desde el 28 de julio de 2016 hasta el 23 de marzo de 2018.
Durante su vida política se ha desempeñado como ministro de Energía y Minas en
el segundo y último gobierno no consecutivo de Fernando Belaúnde Terry, así
como ministro de Economía y Finanzas y presidente del Consejo de
Ministros durante el gobierno de Alejandro Toledo. Fue también presidente del
partido político Peruanos Por el Kambio entre 2010 y 2016. El 15 de septiembre de
2016 el congreso le negó el voto de confianza al entonces presidente del consejo
de ministros Fernando Zavala con lo que Kuczynski tuvo que nombrar a un nuevo
gabinete presidido por la segunda vicepresidenta Mercedes Aráoz. Su gobierno
estuvo marcado por el fenómeno del niño, por una huelga magisterial y por el Caso
Odebrecht. En la investigación Lava Jato el empresario Marcelo Odebrecht dio una
declaración en la que afirmó haber sobornado a los principales líderes políticos entre
ellos menciona a: Toledo; García; Humala; Keiko e inclusive al propio Kuczynski,
quien fue objeto de un pedido de vacancia en el congreso, este primer intento no
prosperó debido a que algunos fujimoristas liderados por Kenji Fujimori votaron en
contra de la vacancia. Tres días después, Kuczynski le concede un indulto al
expresidente Alberto Fujimori, quien purgaba una pena por crímenes contra los
derechos humanos. La decisión desencadenó protestas masivas, organizadas por
el anti fujimorismo, en Lima y otras ocho ciudades.
Todo ello derivó en una crisis política nacional, que desembocó en un segundo
proceso de vacancia, promovida por la izquierda y apoyada por Fuerza Popular. El
escándalo generado por los kenjivideos lo llevó a renunciar a la Presidencia el 21
de marzo de 2018. Tras ser investigado por lavado de activos con agravante de
pertenencia a organización, el 19 de abril de 2019 la justicia ordenó 36 meses de
prisión preventiva.

Figura N° 49: Pedro Pablo Kuczynski Godard

4. Gobierno de Martin Alberto Vizcarra Cornejo (2018 – Actualidad)


Martín Alberto Vizcarra Cornejo (Lima, 22 de marzo de 1963) es un ingeniero
civil y político peruano. El 23 de marzo de 2018 juramentó como nuevo presidente,
por estar en la línea de sucesión en su condición de primer vicepresidente y el 2 de
abril juramentó el nuevo gabinete ministerial dirigido por el administrador César
Villanueva, en una ceremonia realizada en palacio de gobierno. Es el
actual presidente de la República del Perú por sucesión constitucional al aceptarse
la dimisión del hasta entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski, en el marco de
un segundo pedido de vacancia presidencial, cuyo objetivo era retirarlo del poder.
Durante los primeros meses de su gobierno, Vizcarra actuó de manera cautelosa y
evitó cualquier disputa con el Congreso. No obstante, está actitud no fue bien vista
por la población, y de un 57% que tenía de aprobación inicial, cayó hasta el 35% en
julio de 2018.
Tras el estallido del escándalo de CNM Audios en ese mismo mes de julio y el
anuncio de la realización de un referéndum para agilizar la reforma judicial, el
gobierno empezó a recuperar el apoyo de la población, lo que se reflejó en un subida
de su aprobación en las encuestas, que en diciembre de 2018 llegó a su pico más
alto: 66%. La población vio también con simpatía que el presidente Vizcarra apoyara
abiertamente la lucha contra la corrupción y la labor del Equipo Especial de Fiscales
del caso Lava Jato.
Luego de poner en camino la reforma judicial, Vizcarra se ha enfocado a llevar
adelante la reforma política; sus críticos, con fuerte sesgo político, sin embargo,
consideran que solo busca confrontar al Congreso, debido a su popularidad (en
marzo de 2019 cayó en 56%). Esto último se debe sin duda al efecto dominó de la
especulación negativa por parte de los críticos hacia la población, ya que pasado el
entusiasmo de la lucha contra la corrupción política y judicial, los críticos exigen al
gobierno que se enfoque en otros temas que especulan estar descuidados, como la
cuestión socioeconómica y la inseguridad ciudadana

Figura N° 50: Martin Vizcarra Cornejo

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