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1.

OBJETIVOS

1.1. Objetivo general

 Estudiar las principales enfermedades causadas por agentes fitopatógenos que atacan la
producción agrícola de maíz en el Ecuador.

1.2. Objetivos específicos

 Describir la importancia de las enfermedades presentes en el cultivo de maíz a nivel


productivo.
 Determinar la forma de reproducción de los organismos fitopatógenos y la sintomatología
de las enfermedades desarrolladas en el sector maicero.
 Detallar las estrategias de control para reducir el ataque de agentes fitopatógenos en el
cultivo de maíz y a su vez mitigar los efectos de su incidencia.
Phyllachora maydis (Ascomicete) – Mancha de Asfalto

La Mancha de Asfalto es una enfermedad que afecta al maíz, causada por el


ataque de un complejo de hongos (Phyllacora maydis, Monographella maydis y
Coniothyrium phyllacorae), donde la infección se inicia por Phyllachora maydis.

Importancia de le enfermedad

La mancha de asfalto desde principios de la década de los 90´s se ha convertido


en el principal factor limitante de la producción de maíz en zonas del trópico
húmedo, subhúmedo y zonas de transición en diversas regiones de América. En el
caso del Ecuador, esta enfermedad ha sido reportada desde 1982 por INIAP,
presentándose de forma epidémica e intensa en las zonas maiceras localizadas
en las vías de Quevedo-Santo Domingo y Quevedo-Mocache. Su control es un
factor a tomar en cuenta ya que es una enfermedad muy agresiva dado la
severidad y facilidad de diseminación de Phyllochora maydis y si los factores
climatológicos la favorecen (puede volverse incontrolable) su incidencia puede
ocasionar la muerte prematura de la hoja y quemar el cultivo en corto tiempo (Ver
anexos, figura 1), lo que provoca severas pérdidas en rendimiento y deterioro de la
calidad del forraje del cultivo.

Normalmente este hongo fitopatógeno afecta al maíz en la etapa de plántula


(infectando las hojas bajeras) y en la etapa de floración, pero también se pueden
manifestar infecciones precoces cuando las plantas tienen de ocho a diez hojas. A
su vez, se caracteriza por ser un patógeno obligado, es decir que no sobrevive en
tejido muerto (rastrojo), sino que necesita de tejido vivo para desarrollarse, en este
caso del maíz.

A nivel económico, si el ataque de la enfermedad se presenta en estado de


plántula produce perdidas en la producción que van desde un 30% a un 100 %.
Pero si la enfermedad incide después de la floración los daños puede disminuir un
50 % debido a que las mazorcas pierden peso y los granos se “chupan” (flácidos y
flojos) y disminuye su calidad (Ver anexos, figura 2); además tienden a germinar
prematuramente, aun estando en el elote.

Reproducción

La reproducción de Phyllachora maydis se da a partir de ascosporas (esporas


sexuales), las mismas que se encuentra contenida en un ascocarpo,  estructura
reproductiva compleja, compuesta de hifas entrelazadas y fuertemente
compactadas, en cuya superficie interna crecen millones de ascas (estructura
cilíndrica y alargada), un tipo específico de estructura formada
por células reproductivas que cuando maduran, típicamente originan
ocho ascosporas. Estos ascocarpos se caracterizan por constituir verdaderos
periticios negros (poro a través del cual se liberan las ascosporas) que se
encuentran contenidos en un sustrato estomático, son de forma esférica,
ostiolados o globosos.
Por su parte, el micelio está compuesto de hifas septadas, cuyas paredes
contienen gran proporción de quitina; celulosa también ha sido reportado en las
hifas de una o dos especies. Las hifas son bien desarrolladas, delgadas o gruesas
y profusamente ramificadas, en la mayoría existe un hueco o poro cerca del centro
del septo de las hifas a través del cual fluye el protoplasma de una célula a otra.

Sintomatología

La sintomatología de esta infección se inicia por Phyllachora maydis, que produce


pequeñas manchas negras y brillosas con apariencia de salpicaduras de asfalto o
chapopote (de ahí su nombre) sobre las hojas, de forma oval a circular, con 0.5-
2.0 mm de diámetro. Posteriormente se forman estrías de hasta 10 mm de
longitud. Dos o tres días después, las manchas y estrías aparecen rodeadas de un
halo, inicialmente de color verde claro, que posteriormente se necrosa (llamado
“ojo de pescado”) por la acción de Monographella maydis. Por último, el otro
hongo asociado Coniothyrium phyllacorae, es un hiperparásito, que le confiere una
textura ligeramente áspera al tejido necrótico.

La enfermedad inicia en las primeras hojas, dos a tres días después de la


infección si las condiciones ambientales son favorables aparece el segundo hongo
y después el tercero. Es importante mencionar que el follaje puede ser atizonado
en menos de ocho días, debido a la coalescencia de lesiones inducidas por los
distintos hongos.

Controles

Para el control de la enfermedad, se pueden aplicar medida tanto en el campo


genético, cultural, biológico, y químico, descritos a continuación:

 Control Genético: Siembra de variedades o híbridos tolerantes, como:


híbrido H-563, híbrido H-513, e Híbrido DK-7500.
 Control cultural: Rotación de cultivo, eliminación de los residuos de
cosecha, uniformidad de siembra (lotes muy adelantados o atrasados son
más afectados), no sembrar en lotes con antecedentes de prevalencia de la
enfermedad y cercanos a los ríos y con tendencia al encharcamiento, y
realizar monitoreo constante de la plantación para detectar síntomas
iniciales de la enfermedad (sobre todo a partir de los 40 días, 8-12 hojas).
Además, utilizar una densidad de siembra menor a 75.000 plantas por
hectárea pues una densidad mayor favorece el desarrollo de la
enfermedad.
 Control biológico: Organismos como Trichoderma harzianum que actúa
mediante la ruptura de paredes de las hifas del hongo parásito, lo penetra
con sus hifas y aprovecha nutrimentos de éste y lo rompe completamente.
 Control Químico: Fungicidas de contacto y sistémico a partir de los 35
días después de siembra, la aplicación se debe realizar en cuanto se
identifiquen los primeros síntomas de la enfermedad, realizando
aspersiones preventivas o curativas con diversos fungicidas utilizando
rotación de grupos químicos, entre los que se encuentran: Propiconazole 25
EC (Propiconazole, 0.5 l/ha), Alto 10 SL (Ciproconazol, 0.4 – 0.8 l/ha),
Derosal 50 WG (Carbendazim, 400 cc/ha), Acapela 25 EC o Atlas 25EC
(Tebuconazole, 0.5 - 1 l/ ha), Antracol 70 WG (Propineb, 1.5 – 2.5 kg /ha),
Captan 50 WP (Captan, 270 g/ha), y Silvacur combi 30 EC (Tebuconazole
22.5% + Triadimenol 7.5% , 0.3 – 0.75 kg/ha).

Figura 1. Muerte prematura de la hoja y quemadura del cultivo de maíz por la


Mancha de Asfalto.

Figura 2. Mazorca de maíz mal llenada con granos chupados, efecto de la mancha
de asfalto que reduce los rendimientos de los productores.
Figura 3. Ascosporas (esporas sexuales) de Phyllachora maydis.

Figura 4. Sintomatología de Phyllachora maydis, manchas negras y brillosas con


apariencia de salpicaduras de asfalto o chapopote sobre la hoja de maíz.
Stenocarpella maydis (Diplodia maydis)
Stenocarpella maydis es un hongo fitopatógeno que afecta a la planta de maíz y
ocasiona tanto la podredumbre de la mazorca como la podredumbre de la base
del tallo de maíz.
Importancia de la enfermedad
Se trata de un hongo necrotrófico que se encuentra y persiste en restos de tejidos
vegetales. Adquiere su mayor prevalencia en países que cuentan con regiones de
clima templado a cálido y húmedo como Ecuador. La etapa más susceptible del
cultivo se expresa desde el momento en que se produce el 50% de emergencia de
estigmas y se extiende durante una a dos semanas. Además, cabe recalcar que la
incidencia de maíz infectado en el campo puede oscilar entre el 1 y el 2% o hasta
el 75-80%.
A nivel económico, Stenocarpella maydis ha demostrado causar entre un 5 y un
37% de pérdida en la germinación, además de ser un patógeno grave de las
plantas en maduración. En lo que respecta a la pudrición de la mazorca, se han
presentado casos en los que esta enfermedad ha provocado pérdidas superiores
al 20%; mientras que en casos donde la infección ha sido severa (pudrición de
mazorca y tallo) se han presentados pérdidas hasta del 85%, debido a la
reducción de la calidad en cosecha, por lo que la enfermedad es considerada una
de las más importante del cultivo de maíz. Además, también se caracteriza por su
capacidad para producir sustancias tóxicas (diplodiatoxina) en el grano
contaminado (maíz), lo que pueden ocasionar transtornos tanto en animales como
en humanos que se alimenten de granos contaminados.
Reproducción
Stenocarpella maydis presenta la característica de sobrevivir en restos de tallos y
rastrojos de maíz de una estación a otra, y producir grandes cantidades de
picnidios (estructura reproductora asexual, cuyo interior se forman las
picnidiosporas (conidios)) de color café y forma de pera en la superficie de tejidos
senecentes de maíz, e inclusive otras gramíneas. Estas estructuras que también
funcionan como estructuras de reposo y pueden sobrevivir más de dos años, en
cuanto se dan condiciones ambientales favorables, reanudan la producción de
conidios, las cuales son liberadas al ambiente unidas entre sí mediante un
mucílago que se disuelve con el agua o la humedad ambiental. Por esta razón se
considera que la principal fuente de inóculo en el campo son los restos del cultivo.
Cuando el maíz emite los estigmas, las esporas salpicadas por gotas de lluvia o
transportadas por insectos y viento, llegan a las hojas y son trasladadas por el
agua hacia las vainas. Allí germinan, penetran en forma directa e infectan los
tejidos provocando podredumbre de la mazorca y dañando los granos desde la
base hacia el ápice de la espiga.
Sintomatología
En el caso de la pudrición de la mazorca, esta infección se produce con mayor
frecuencia a través del pedúnculo de la mazorca y se extiende desde el olote
hacia los granos. El totomoxtle u hojas de las mazorcas afectadas muestran
manchas irregulares de un color pálido entre café y gris y pierden su color verde
natural. Estas manchas se agrandan hasta que el totomoxtle se seca por
completo, aunque la planta siga verde. Al abrirlo, las mazorcas aparecen bofas y
blanqueadas, con un crecimiento algodonoso blanco entre los granos, sobre todo
en la base de la mazorca. Estas mazorcas también han perdido notablemente su
peso. Hacía finales de la temporada se forman muchas pequeñas partículas
negras (picnidios) en olote, granos y totomoxtle.
En cuanto a la pudrición del tallo, los entrenudos inferiores del tallo toman un color
canela o pardusco, se debilitan y pudren, haciéndose fácilmente quebradizos por
el viento o la lluvia. La medula aparece desintegrada, mientras que los haces
vasculares permanecen intactos. En una fase mas avanzada, se observan puntitos
de color marrón oscuro o negro (picnidios), debajo de la epidermis de los
entrenudos con síntomas.
Las hojas también son infectadas, adquieren rápidamente un tono verde grisáceo,
se marchitan y llegan a secarse.
Control
Para el control de la enfermedad, se pueden aplicar medida como las descritas a
continuación:

 Control genético: Elección de variedades con tolerancia a esta


enfermedad (método eficaz para reducir su incidencia).
 Control cultural: una vez que el hongo se establece en el suelo, la rotación
de cultivos es necesario para eliminarlo; realizar una fertilización
equilibrada, una adecuada población vegetal y cualquier otra práctica que
disminuya el estrés de las plantas, pueden reducir la cantidad de
pobredumbre del tallo; es imprescindible controlar los insectos que taladran
el tallo; la labranza mediante la eliminación y degradación de los residuos
de cosecha puede ayudar a reducir los niveles de enfermedades; ejercer el
secado y selección del grano y no almacenar granos afectados, y
monitorear el cultivo en la base del tallo para identificar los síntomas y por
ende la presencia del patógeno, especialmente después de la floración.
 Control quimico: este hongo es sensible a: Carbendazim 50%, Carboxin
20% + Thiram 20%, Fludioxonil 2,5% + Metalaxil 1% y MetilTiofanato 45% +
Pyraclostrobin 5%. Los tratamientos de semillas también son bastante
efectivos.

Figura 1. Conidios (esporas asexuales) de Stenocarpella maydis con extremos


redondeados y 1–2 septos.

Figura 2. Ciclo de vida de Stenocarpella maydis.


Figura 3. Sintomatología, pudrición de la mazorca por Stenocarpella
maydis.

Figura 4. Sintomatología, pudrición del tallo por Stenocarpella maydis.


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Pectobacterium chrisantemi-Pudricipon acuosa del tallo
Importancia de la enfermedad
La pudrición acuosa del tallo se produce cada año en los campos agrícolas de
maíz, pero algunos ambientes de crecimiento son especialmente propicios para el
desarrollo de la misma. Un alto potencial de rendimiento con alta incidencia de
enfermedades foliares es una combinación que a menudo lleva al desarrollo de
esta pudrición del tallo durante las últimas etapas de llenado del grano. Por otro
lado, el estrés hídrico durante el llenado del grano es otro de los factores
ambientales que por lo general resulta en altos niveles de pudrición del tallo, lo
que puede reducir el rendimiento de maíz cuando infectan la planta antes de la
madurez fisiológica del grano (se afecta el peso del grano). El vuelco y quebrado
de plantas aumentan las pérdidas de cosecha. Si las espigas están en contacto
con el suelo durante un largo período, la calidad del grano también se puede ver
afectada.
Pectobacterium chrisantemi se disemina por el traslado de plantas infestadas para
siembras o también son transmitidas en semillas. Hecho que sucede rápidamente
y causan la muerte de las plantas en condiciones ambientales de temperatura y
humedad relativa altas. Donde las plantas infectadas muestran un color más
oscuro y una pudrición acuosa en la base del tallo y también en las raíces.
Además, la descomposición bacteriana produce un olor desagradable. Estas
bacterias son transmitidas en la semilla.
Reproducción
La forma de reproducción de Pectobacterium chrisantemi es vía asexual, es decir
que la célula bacteriana se divide directamente para dar nacimiento a dos células
hijas, idénticas a la célula madre. Se presentan en forma de bastoncitos rectos,
móviles gracias a la presencia de flagelos dispuestos en torno a la célula
bacteriana. Son capaces de vivir en un medio aerobio o anaerobio en presencia de
agua libre, y se propagan rápidamente. Son parásitos débiles. Todo lo que pone la
planta en situación de debilidad puede implicar el desarrollo de la enfermedad,
tanto más cuanto que los factores de estrés para la planta son factores favorables
a la multiplicación de la bacteria. Por otro lado, esta bacteria se propaga
principalmente por material de reproducción vegetativa infectada.
Sintomatología
La podredumbre bacteriana del maíz se caracteriza por la decoloración de las
hojas, la vaina foliar y los nódulos del tallo (ver anexos, figura 9). La enfermedad
se desarrolla rápidamente a lo largo del tallo y se extiende a otras hojas. A medida
que los tejidos se descomponen, se puede percibir un olor desagradable y la parte
superior de la planta se separa muy fácilmente del resto de la misma.
El tallo se pudre por completo, y ocasionalmente, la parte superior se colapsa (ver
anexos, figura 10). Si se realiza un corte en el tallo se aprecia decoloración interna
y una podredumbre blanca viscosa concentrada principalmente en los nódulos (ver
anexos, figura 11). Debido a que las bacterias generalmente no se propagan de
una planta a otra, las plantas enfermas a menudo se encuentran diseminadas por
todo el sembradío. Sin embargo, existen informes de transmisión de una planta u
otra por medio de algunos insectos vectores. La enfermedad se observa en el
maíz cuando caen lluvias intensas de manera intermitente seguidas de niveles
altos de temperatura y humedad.
Por otro lado, las mazorcas presentan pudrición acuosa del capacho y los granos
toman color blanco perla, son acuosos y de mal olor (ver anexos, figura 12). Por
otra parte, en plantas jóvenes los cogollos se tornan amarillos, los cuales pueden
ser fácilmente desprendidos del tallo.
Control
Para el control de la enfermedad, se pueden aplicar medida como las descritas a
continuación:
 Arado e incorporación al terreno de los residuos de cosecha.
 Evitar la acumulación de agua en el terreno, o en efecto aplicar medidas de
drenaje. No se recomienda aplicar el riego durante los periodos muy cálidos
del día, ya que el agua se puede acumular en el verticilo de la planta.
 Monitoreo del cultivo regularmente para detectar síntomas de la
enfermedad.
 Evitar el uso de altos niveles de nitrógeno y en su caso dividir las
aplicaciones.
 Realizar abonamientos con dosis elevadas de fósforo y potasio para
disminuir la incidencia de la enfermedad.
 Incorporar abono verde en el suelo antes de la siembra del maíz.
 Enterrar los desechos de la cosecha para interrumpir el ciclo de
propagación del patógeno.
 En la etapa previa a la floración se recomienda clorar el agua de riego o
inundar el suelo y añadir cloro en polvo (33” de cloro, 10 kg/ha). También se
pueden aplicar formulaciones con contenido de oxicloruro de cobre, y
finalmente para reducir la gravedad de los síntomas se pueden añadir 80
kg/ha de cloruro de potasio dividido en dos.

Figura 9. Decoloración del tallo por Pectobacterium chrisantemi.


Figura 10. Colapso de la parte superior del tallo por Pectobacterium chrisantemi.

Figura 11. Pudrición del tejido vascular del tallo por Pectobacterium chrisantemi.

Figura 12. Granos de mazorcas de color blanco perla, acuosos y de mal olor.

ERWINIA
Almodóvar, W. (Enero de 2008). Enfermedades en el cultivo de maíz (Zea mays). Puerto Rico:
Universidad de Puerto Rico . Obtenido de
http://academic.uprm.edu/walmodovar/HTMLobj-256/Enfermed_Maiz.pdf
Mezzalama, M. (2016). Enfermedades bacteriamnas asociadas al cultivo de maíz (Zea mys).
Texcoco, Estado de México, México: CIMMYT. Obtenido de
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SAGARPA. (2012). Guía de Síntomas y Daños de la Podredumbre del tallo del maíz (Erwinia
chrysanthemi). México. Obtenido de
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/172818/Guia_de_s_ntomas_y_da_os_
de_Podredumbre_del_tallo.pdf

Varón, F., & Sarria, G. (2007). Enfermedades del maíz y su manejo. Palmira, Bogotá, Colombia.
Obtenido de http://www.fenalce.org/archivos/maiz.pdf

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