Sexo y Caracter

También podría gustarte

Está en la página 1de 4

Sexo y carácter.

En este texto Erich Fromm hace un análisis de las diferencias entre mujer y
hombre y la formación de un carácter específico para cada género, de las causas
de dichas diferencias y de las diferentes posturas que explican tales diferencias.
Esta relación antagónica data desde la primera aparición del ser humano en la
tierra, siempre ha existido la eterna diferencia, la lucha entre dominante y
dominado, hombre y mujer. Una de las principales discusiones acerca de la
diferencia entre los sexos fue precisamente la de aclarar si esta diferencia era
innata o construida socialmente. Algunos filósofos del siglo XIX argumentaron que
las diferencias fundamentales entre hombres y mujeres derivan de sus diferencias
biológicas y fisiológicas innatas, según estos filósofos están diferencias se podían
encontrar en cualquier cultura bajo cualquier contexto. Durante esta época
existieron dos posturas filosóficas para explicar las diferencias: se encontraban los
filósofos iluministas franceses, que defendían la igualdad entre géneros
argumentando que no existían diferencias innatas, y del otro lado se encontraban
los filósofos románticos los cuales atribuían ciertas cualidades positivas a la mujer
pero acentuaban en que existían ciertas características inherentes por naturaleza
a los hombres con las cuales la mujer no contaba y por la falta de estas
características la mujer era no apta para desempeñar una vida social y política
igual a la de un hombre.

En la época moderna Freud se convirtió en la nueva versión de los románticos.


Propuso que la falta del órgano sexual masculino, lleva a la mujer a una situación
trágica de envidia y un profundo sentimiento de inferioridad por carecer de algo, no
sentirse completa, y según Freud esta carencia será remplazada con un marido,
posesiones o hijos. Frente a la postura de Freud, un grupo de psicoanalistas con
orientación culturalista demostró que el razonamiento de Freud era equivocado,
pues sostenían que el desarrollo cultural era sumamente importante para la
formación de diferencias y por tanto de un carácter especifico para cada género.
Esta discusión es muy compleja pues mientras una posición nos habla sobre
“diferencias” la otra habla de “deficiencias”.
Según Fromm “ciertas diferencias biológicas determinan diferencias
caracterológicas; y tales diferencias están combinadas con aquellas que son
producidas directamente por factores sociales; que estos últimos tienen un efecto
mucho más fuerte y que pueden acrecentar, eliminar o invertir diferencias de raíz
biológica…” (CITA) en este párrafo podemos comprobar que Fromm se coloca a
favor de la concepción culturalista, pero esto no quiere decir que deja de lado las
diferencias naturales o anatómicas inherentes a los géneros, solamente hace
énfasis en que las diferencias sociales y culturales tienen mas peso para poder
definir un carácter y una diferencia social entre hombres y mujeres en todas las
sociedades.

Fromm analizara las diferencias partiendo de los roles que desempeñan el


hombre y la mujer en las relaciones sexuales. La erección es el primer punto para
que el hombre demuestre que cuenta con la capacidad de satisfacer a una mujer,
y si este falla no puede ocultarlo, mas en cambio la mujer no tiene que demostrar
nada y no puede demostrar que fallo, todo depende de que ella tenga un poco de
disponibilidad, y si no cuenta con ella, o si su fin no es en sí satisfacer, fingir es la
opción dado que gracias a ciertas características, el hombre probablemente no lo
notara. La mujer no debe demostrar nada, pero su satisfacción sexual depende
de causar tanta excitación en un hombre y poder provocarle una erección.

Otro punto que Fromm destaca como importante en los roles de la mujer y el
hombre en una relación sexual, es la angustia. El hombre sabe que puede fallar en
cualquier momento y el hecho de fallar le provoca una angustia terrible, el no
poder demostrar su hombría, el no poder satisfacer a una mujer lo coloca en una
posición de temor en cuanto a no poder actuar. En el caso de la mujer su angustia
reside en la dependencia del hombre para poder satisfacer sus deseos sexuales.
El hombre pone en juego su “yo” y la mujer su satisfacción sexual.
La relación entre hombre y mujer provoca dos hechos históricos básicos en toda
sociedad, por un lado tenemos la necesidad de cooperación y de satisfacción
mutua, pero esta relación conlleva a su vez una relación de poder, de lucha y
competencia. El hombre siempre se esforzara para demostrar que puede lograr
todo lo que de él se pueda esperar, Incluso busca protección contra el miedo de
fallar sexualmente compitiendo en otras esferas de la vida como lo son la fuerza
física y la inteligencia. Siempre actuara de manera competitiva ante otros
hombres, teme al ridículo y en especial en presencia de mujeres, dado que el
hombre siente la necesidad de dominar sobre la mujer, hacer que esta le tenga
respeto y que necesite de él. En el caso de la mujer, Fromm comenta que su
vanidad se caracteriza por la necesidad de atraer a los hombres y sentir que tiene
la capacidad para atraer.

El pene representa para el hombre su mejor arma, su orgullo, su valor y su


hombría, por ello Fromm comenta que “el temor femenino a la dependencia, a la
frustración, y a los roles que obligan a esperar, promueve en la mujer un deseo
que Freud ha destacado especialmente: el deseo de tener el órgano genital
masculino” (CITA) El deseo de tener pene crea en la mujer el deseo de ser
independiente y de no estar expuesta al riesgo de la frustración. Y Fromm
menciona que Freud nunca tuvo en mente que tal vez muchos hombres se sientan
también frustrados por su incapacidad para procrear, para producir. Es por esto
que más tarde los hombres emplearon su intelecto como base para la producción
tecnológica, su producción técnica dejo atrás la necesidad de producir de manera
natural. Ante este panorama Fromm ejemplifica con algunas sociedades que se
guiaban por una diosa madre, creadora de la vida y la naturaleza, pero siempre
existe un dios superior a los poderes de la madre creadora, además de que para
ser madre hay que parir y por ende hay que sufrir. Cabe decir que esta capacidad
de poder procrear aun causa cierto recelo en los hombres, por lo tanto el hombre
tiene un poco de temor sobre la mujer solo en este aspecto.
Las diferencias de carácter sexual moldean la personalidad del hombre y la mujer,
pero estas diferencias se mezclan con las diferencias provocadas por la cultura en
la que vivimos inmersos. El afán de prestigio poco tiene que ver con los roles
sexuales, Fromm considera que este afán está sustentado básicamente por el
sistema económico y social. Para Fromm las diferencias sexuales no son la base
para asignar ciertos roles característicos de hombre y mujer en una sociedad. Los
factores sociales siempre sobrepasaran a los factores naturales.

También podría gustarte