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JUAN ALFARO

I. DATOS BIOGRÁFICOS.
Juan Alfaro. Jesuita. Nació en 1914 en Carcastillo (Navarra) y fue ordenado sacerdote en
1944. Estudió en Oña, en el Pontificio Instituto Bíblico y en la Universidad Gregoriana de
Roma. Fue profesor en la misma Universidad Gregoriana desde 1952 y miembro de la
Comisión teológica internacional. Murió en 1993.
II. OBRAS.
Tesis doctoral: Lo natural y lo sobre natural. Estudio histórico desde Santo Tomás hasta
Cayetano (1274-1534).
De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios, 1988.
III. MÉTODO.
El hombre es el centro nato de la inquisición filosófica; su filosofía es muy conscientemente
antropológica.
Opción por un método “fenomenológico” en sentido amplio. El fenómeno es lo patentizado
en la conciencia. Teniendo en cuanta que revela una doble orientación, hacia lo que se hace
patente y hacia aquel para quien ello se hace presente.
Metodología trascendental (K. Rahner)
Metodología existencial: se parte de la experiencia vivida por el hombre en el acto mismo
de existir, y de la precomprensión implícita en esta experiencia y el método fenomenológico,
en cuanto la descripción fenoménica deja que la realidad se muestre y desvele así las
indicaciones y preguntas concretas implicadas en ella.

IV. PENSAMIENTO.
En las reflexiones teológicas de Alfaro ocupa un lugar central la categoría de “apertura”.
Este concepto resume, en cierto modo el pensamiento antropológico del autor.
Para Alfaro, las bases del edificio teológico de la inserción del don sobrenatural (la gracia, la
revelación, la fe) se encuentran en las estructuras más profundas que constituyen al hombre.
(J. M. de Miguel, Revelación y Fe: la teología de Juan Alfaro).
El movimiento (como esencia de la criatura), que podemos llamar también “apertura” radical
del hombre, es búsqueda de algo que no se tiene ni se puede alcanzar por sí solo. Dios
interviene para conseguirlo.

Luis Antonio Arvayo Araiza


Teología Fundamental
V. IDEAS Y ARGUMENTO.

 Cuestión del hombre:


La cuestión del sentido de la vida es “apriorica, es decir, estructura ontológica permantemente
en el acto mismo de existir, ya que configura la inquietud radical del hombre. Reclama una
opción que no puede ser sino una opción fundamental”.
“No basta el “conócete a ti mismo”: hay que añadir el “hazte a ti mismo en la autenticidad”.
El hombre no podrá encontrar el sentido de su vida sino en un acto de toda la persona: acto
indiviso de conocimiento-decisión-acción.
 Cuestión de Dios:
Requiere de las condiciones:
a) Que en la misma experiencia existencial emerjan “signos de trascendencia”, indicios
que apuntan más allá de las fronteras de la relación inmanente “hombre-mundo-
historia”.
b) Que la reflexión fenoménico-trascendental sobre la experiencia constitutiva de la
existencia humana logre mostrar la trascendencia de estos “signos”, es decir, que no
sea posible comprender hasta el fondo lo vivido implicado en la existencia, sino
planteando la cuestión trascendente.

VI. CONCLUSIÓN.

Alfaro busca el sentido de la vida a partir de las diversas relaciones del hombre.
El análisis de las dimensiones fundamentales de la existencia humana (relación del hombre
con el mundo, a los otros, a la muerte y a la historia) ha culminado en la cuestión y la
afirmación de Dios, como Realidad Fundante, el Amor Originario, la Esperanza Última, el
Porvenir Absoluto;
cada uno y la totalidad de estos aspectos implican trascendencia, la libertad absoluta y el
carácter personal de Dios: son la expresión de la apertura del hombre a Dios, como Aquél de
Quien el hombre no puede disponer de ningún modo, sino únicamente reconocerlo y
aceptarlo como Gracia absoluta, como autodonación y autorevelación del mismo Dios.

Luis Antonio Arvayo Araiza


Teología Fundamental

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