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Esta teoría le sirvió, por un lado, para precisar rigurosamente su objeto de estudio
científico: las relaciones de producción específicamente burguesas, que tienen sus
propias contradicciones internas. Por otro lado, para comprender el movimiento de la
sociedad burguesa, su sustitución por un tipo diferente de vínculo social que resulte la
negación de la sociedad burguesa. Por último, para determinar la clase social cuya
misión consiste en enterrar las relaciones burguesas de producción. Nada de esto es
posible si no se tiene clara idea de que la sociedad siempre es concreta y que tiene un
ciclo determinado de desarrollo que, una vez cumplido, da lugar a otra formación social.
En “El Capital” hay un análisis integral de las relaciones burguesas desde la base
misma de estas relaciones: el trabajo asalariado y la producción mercantil generalizada.
Bajo este prisma cobran sentido todas las distintas facetas de ese tipo histórico de
sociedad: desde las relaciones con la naturaleza hasta la producción de ideología
(incluyendo aquí el arte y la filosofía).
Marx incluso intuyó el modo en que una formación social sustituye a otra a través
de una revolución social. “Ninguna formación social desaparece antes de que se
desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen
nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua”; 2 y destacó
1
Marx, C.: “Prólogo de la Contribución a la crítica de la economía política”, en: C. Marx y F. Engels:
Obras escogidas en tres tomos, t. 1, Editorial Progreso, 1973, pp. 517-518.
2
Ídem, p. 518.
3
En los estudios económicos que realizó entre 1857 y 1858 incluyó sus
consideraciones específicas acerca de las formaciones sociales que antecedieron al
capitalismo.3 Sus estudios en torno a los distintos procesos que caracterizan la
producción capitalista se mantuvieron consecuentemente sobre la línea del análisis de
las formas sociales específicas de esa relación y no de aquellas que parecerían comunes
a todas las sociedades. Sobre estas últimas pasa Marx sin detenerse demasiado, pues son
formas abstractas que no ofrecen información específica que arroje luz sobre procesos
económicos y sociales determinados. Comentando la costumbre de la economía política
burguesa de comenzar su exposición por una introducción general sobre la
“Producción”, Marx expresa: “Se trata en efecto de una simple enumeración de los
factores esenciales de toda producción, y se limita, (…) a enunciar algunas nociones
elementales que, a fuerza de ser machacadas, se convierten en tautologías comunes”.4 Y
su comentario positivo alrededor del asunto lo hace con el claro objetivo de
desenmascarar las intenciones de la ciencia burguesa de presentar el régimen burgués de
producción como “eterno” y “natural”. La conclusión a que llega en su exposición sobre
este punto es la siguiente: “(…) todos los niveles de la producción poseen ciertos
elementos comunes que el pensamiento considera como generales; pero las llamadas
condiciones generales de toda producción constituyen elementos abstractos que no
permiten comprender tal o cual fase histórica real de la producción.” 5 (el subrayado es
del autor).
fases naturales de su desarrollo. Podrá únicamente acortar y mitigar los dolores del
parto.”6
Lenin más tarde destacó el valor metodológico del concepto de formación social
para el análisis propiamente sociológico, confrontando la posición del marxismo con las
de los sociólogos subjetivistas representantes del populismo ruso. 8 Insistía en que Marx
llegó a esta idea fundamental (la de la “formación social” o “formación
socioeconómica”) “destacando de los diversos campos de la vida de la sociedad el de la
economía, destacando de todas las relaciones sociales las relaciones de producción, por
ser las fundamentales, las primarias, las que determinan todas las demás.” 9 Esto
posibilitó armar a la sociología (a la ciencia sobre la sociedad) con una visión
materialista. El materialismo, a su entender, elevaba la sociología al status de ciencia
por tres razones: 1) suprimía la contradicción entre las concepciones sociológicas
subjetivistas y los hechos históricos que se le contraponían, determinando la prioridad
de estos últimos en los análisis científicos; 2) brindaba un criterio científico objetivo
para el análisis, el criterio de la repetición (“El análisis de las relaciones sociales
materiales –puntualiza Lenin– (…) permitió en el acto observar la repetición y la
regularidad y sintetizar los regímenes de los distintos países en un solo concepto
fundamental de formación social.”10); 3) reducía las relaciones sociales a las de
6
C. Marx: El Capital, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1973, t. 1, p. XI.
7
Ídem.
8
Cfr: V. I. Lenin: “¿Quiénes son los «amigos del pueblo» y cómo luchan contra los socialdemócratas?”,
“El contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve (reflejo del marxismo
en la literatura burguesa)”, en: Obras Completas, 5ª edición, t. 1.
9
V. I. Lenin: “¿Quiénes son los «amigos del pueblo» y…”, en: Obras Completas, t. 1, p. 140.
10
Ídem, p. 143.
5
producción, y estas últimas al nivel de las fuerzas productivas, logrando “una base firme
para concebir el desarrollo de las formaciones sociales como un proceso natural”.11
Por otro lado, Lenin muy justamente no limita la significación del concepto
marxista de formación social a la sola cuestión del fundamento económico de la misma.
“(…) al explicar exclusivamente –apunta– por las relaciones de producción la estructura
y el desarrollo de la formación social dada, Marx, pese a ello, analizó siempre y en
todas partes las superestructuras que corresponden a estas relaciones de producción,
recubriendo de carne el esqueleto e inyectando sangre a este organismo.”12
El concepto sirvió de marco teórico para elaborar las más importantes obras
clásicas del marxismo en torno a la sociedad comunista del futuro; entre ellas, “Crítica
al Programa de Gotha”, de Carlos Marx, y “El Estado y la revolución”, de Lenin. En
ellas se intenta desde una perspectiva teórica esbozar las líneas generales de lo que sería
la formación social comunista, que por necesidad debía sustituir las relaciones
burguesas que caracterizan la formación social capitalista. Toda la idea de la revolución
comunista se apoya con firmeza en la idea de que una formación social radicalmente
diferente está llamada a superar las contradicciones de la forma capitalista de
organización social.
humana, por el cual debía transitar toda sociedad en general. Así, la secuencia
comunidad primitiva–esclavismo–feudalismo–capitalismo–comunismo, debía cumplirse
inexorablemente para todos los pueblos de la tierra, permitiéndose en todo caso el salto
de alguna de ellas con el concurso de pueblos más adelantados. El dogmatismo en la
aplicación de este esquema –y su consecuente análisis de correlación clasista– llevó al
movimiento comunista internacional, encabezado por el Partido Comunista de la Unión
Soviética, a notables errores de apreciación de la situación política de países y regiones
enteras, comprometiendo así el desarrollo natural de procesos revolucionarios de
algunos pueblos.
Por otro lado, como reacción igualmente vulgar frente al dogmatismo soviético,
algunas corrientes del llamado “marxismo occidental” ignoraron por completo ese
concepto, reproduciendo de las más variadas formas especulaciones filosóficas sobre la
historia y la sociedad. El marxismo fue sustituyéndose por enfoques fenomenológico-
existencialistas, freudianos, estructuralistas, positivistas y neokantianos, ninguno de los
cuales aceptó el análisis según el criterio de las formaciones sociales.