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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA


EDUCACIÓN UNIVERSITARIA,
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
INSTITUTO UNIVERSITARIO POLITÉCNICO
“SANTIAGO MARIÑO”
EXTENSIÓN GUAYANA
ESCUELA DE INGNIERIA INDUSTRIAL

ERA PREINDEPENTISTA DEL ESTADO BOLIVAR

Alumno: TSU. Andray Díaz


c.i: 17.209.002

Docente de la asignatura: Mayaribe Jimenez

Ciudad Guayana; Noviemre de 2020


Índice.

Introducción. ______________________________________________________ 1
Relación del poder de Caracas con respecto a las otras provincias en el
siglo XIX. __________________________________________________________ 2
La visión historiográfica sobre la actitud de la provincia colonial de
Guayana, ante los sucesos de Caracas de 1810. _____________________ 4
Reacción de la Ciudad de Guayana como una de las ciudades
opositoras al ideal de emancipación. ________________________________ 5
Las República Proindependentista de Venezuela. ____________________ 9
Primera República. _____________________________________________________ 9
Segunda República. ___________________________________________________ 10
Tercera República. ____________________________________________________ 12

Época de la Emancipación en Venezuela. ___________________________ 13


Conclusión. ______________________________________________________ 20
Biografías. _______________________________________________________ 22
Introducción.
Uno de los problemas que ha impedido el estudio de las regiones dentro del
proceso de independencia venezolano, es la visión centralista de la historia, lo
cual, lleva a pensar en la necesidad de revisar desde la perspectiva regional y
local, tan importante período histórico. De allí que sea necesario recurrir a las
historias particulares de las regiones y ciudades para advertir en ellas cuál ha
sido la consideración que, referente a la independencia, han dado a los hechos
ocurridos fuera de Caracas, antes y después del 19 de abril de 1810. También
para comprender la actitud de las provincias venezolanas ante las decisiones
tomadas en Caracas, es indispensable considerar brevemente los
antecedentes territoriales de las mismas, tomando en cuenta su situación
dispersa y diversa para 1811.

Cuando conformarían la República de Venezuela, ya que la integración


política-territorial no se había consolidado cuando se rompe el nexo colonial.
Por ello la situación de Caracas centro político-administrativo originario de las
disposiciones e instituciones con jurisdicción sobre las provincias de Margarita,
Cumaná, Guayana y Maracaibo y sus respectivos anexos, la enfrentaba a las
capitales provinciales, por lo que la historiografía surgida al iniciarse el proceso
emancipador, buscó suavizar las diferencias entre ellas, al pretender darle
carácter internacional a la guerra para presentar una imagen unificada de
Venezuela, a través de la difusión de los hechos ocurridos particularmente en
la región central, obviando, por la misma razón, los acontecimientos acaecidos
en las otras regiones.

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Relación del poder de Caracas con respecto a las otras provincias en el
siglo XIX.
Caracas, el 19 de abril de 1810,
asume el control de los asuntos
internos con la instalación de la
Junta Suprema Defensora de los
Derechos de Fernando VII,
desconociendo a la Regencia y,
para resolver el problema de la
legitimidad política que planteaba
al resto de las provincias
coloniales, les participa la necesidad de plegarse al movimiento autonomista
iniciado formalmente el 19 de abril de 1810, a través del despacho de
convocatorias a las ciudades capitales de las otras provincias, instándolas a
acogerse a su proclama. Pero el proceso de emancipación venezolano no es
el mismo en todo el país; cada ciudad y localidad de la actual Venezuela,
aunque forme parte del contexto nacional, tiene sus propias especificidades y
en cada una de nuestras regiones, lo nacional toma expresiones particulares
y adquiere forma propia; con lo cual el proceso histórico de la independencia
es más complejo de lo que nos ha presentado la historiografía.

En consecuencia, si hiciéramos un recorrido por las principales obras de


carácter general de historia de Venezuela observaríamos en detalle que el
estilo es muy similar, cronológico, detallado, con un análisis problematizado
del proceso prácticamente nulo, y una línea de descripción épica bien distintiva
en las obras. A pesar de su esmero para no omitir los más mínimos detalles,
la descripción no deja de ser simple enumeración de episodios, sin precisar su

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sentido, aunque abarquen los hitos fundamentales
de la historia venezolana dentro de la tradición
oficial.

Por eso hemos creído conveniente hacer una, no


tan breve como quisiéramos alusión a estos
acontecimientos, que ha disminuido o ha
subestimado la importancia de las regiones.

Por otra parte, al darse por ciertas las versiones de


lo ocurrido en Caracas el 19 de abril de 1810, por
parte de la historiografía surgida durante e inmediatamente después de
finalizada la guerra, estamos en presencia de una primera visión centralista de
la independencia. No negamos que en esa fecha la elite caraqueña planteó en
la provincia de Venezuela su proyecto de ruptura definitiva con el orden
colonial, pero eso no indica que antes no se hubiera pensado en ella, o
inclusive que ni siquiera se haya imaginado en otros de los espacios coloniales
fuera de Caracas.

Los hechos del 19 de abril no se impusieron a las


palabras, el ardor juvenil y a las pasiones
manifiestas. Implicaban algo trascendente en
política: la acción y la cristalización de las ideas.
Hablar de Independencia, Libertad y Soberanía,
acarreaba la concreción de lo que se tenía en
mente.

Lo que queremos destacar entonces es que,


presentada la independencia de manera aislada por aquella historiografía,
resulta difícil comprenderla como el resultado de particulares y diferenciados
procesos en las distintas regiones, ciudades y pueblos, y que la diversidad de

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esos lugares determinó en mucho lo ocurrido con posterioridad a los sucesos
del 19 de abril de 1810.

De esa manera, se están desconociendo los distintos pronunciamientos de las


demás provincias ya que en algunas no se produjeron actas de adhesión a la
Junta Suprema de Caracas, ni tampoco se crearon juntas al estilo de la del
cabildo caraqueño en los otros ayuntamientos al conocerse la ilegitimidad del
Consejo de Regencia de Cádiz. Nos referimos a los trabajos de José Félix
Blanco, Feliciano Montenegro y Colón, Francisco Javier Yanes, Rafael Maria
Baralt, Francisco González Guinán, Eduardo Blanco y José Gil Fortoul, autores
que se preocuparon por mostrar que las otras provincias coloniales (que si
acaso son nombradas), se plegaron de manera automática a las decisiones
de los líderes de la Provincia de Venezuela radicados en Caracas.

La visión historiográfica sobre la actitud de la provincia colonial de


Guayana, ante los sucesos de Caracas de 1810.

Para evidenciar lo que hemos venido


señalando, se hace necesario presentar
una muestra de interpretaciones que
han formulado algunos autores, a fin de
resaltar que, al ser considerada el 19 de
abril de 1810 como fecha exclusiva del
inicio de toda la independencia, se está
afirmando de manera definitiva que Venezuela entera se había emancipado.
Esto, junto a la idea de que las sociedades que no se sumaron al movimiento
caraqueño eran desleales con una patria que entonces no existía, sin
considerarse sus propias realidades y particularidades.

Como sabemos, las provincias de Maracaibo y Guayana, y la ciudad de Coro


(que decidió separarse de la provincia de Venezuela), se mantuvieron leales a
la monarquía española, y sus decisiones afectaron significativamente los

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planes trazados desde Caracas, situación que se muestra muy ligeramente en
la historiografía que se desarrolló desde una óptica centralista

A raíz del 19 de abril de 1810, la Junta Suprema de Caracas envió


comisionados a las provincias con el objeto de explicar lo acontecido y
conseguir su adhesión. Dos de las provincias manifiestan su disconformidad,
lo que contrariaba los propósitos de la oligarquía caraqueña.

Por lo tanto, estos hechos se consideran superficialmente, con omisión de las


circunstancias regionales o locales que los explican, o bien se les interpreta
como una carga negativa presentándolos como acciones antipatrióticas que
retardaron el logro de la Independencia.

Reacción de la Ciudad de Guayana como una de las ciudades


opositoras al ideal de emancipación.

En 1593 fue creada la Provincia y


Gobernación de Trinidad y Guayana,
quedando dependiente de Santa Fe en lo
político y jurídico hasta 1733, cuando se
cumple la Real Cédula de 1731, al
depender la provincia de Guayana en lo
político y militar, de la provincia de Nueva
Andalucía de Santo Domingo, y quedar
segregada de la isla de Trinidad. El 4 de junio de 1762, fue separada
nuevamente y erigida en Comandancia General adscrita al Virreinato de Santa
Fe, y en septiembre de ese año se le separó el territorio del Alto Orinoco para
erigirse en Comandancia General Independiente.

Posteriormente, en 1766, ambas Comandancias quedan bajo la autoridad


política y militar del Gobernador y Capitán General de Caracas y en lo jurídico
dependientes de la Real Audiencia de Santo Domingo.

5
En mayo de 1768 se ordena por Real Cédula la unión de ambas
Comandancias con carácter de Gobernación, bajo autoridad del Capitán
General de Caracas, dependiente en lo gubernativo de Santa Fe y para los
litigios comunes de Santo Domingo hasta 1771, cuando recuperó su carácter
de provincia dependiente de Santa Fe en lo jurídico y político.

Es en 1777 cuando la provincia de Guayana pasa a depender del Capitán


General de Caracas en lo gubernativo y militar.

“La posición política de la provincia se definió en ocasión de la elección del representante


de los Franciscanos Observantes ante la Junta Superior Gubernativa. Estos expusieron su
voluntad de integrar dicha Junta bajo la condición de que se desconociera la Junta de
Caracas y se reconociera el Consejo de Regencia”.

Guayana, entonces, opuso resistencia al ideal de emancipación y se declara


fiel a la regencia, lo cual se atribuye en gran parte a la influencia de las
misiones. A cambio, recibió en premio a su fidelidad el 6 de febrero de 1812,
la gracia de que el escudo de sus armas pueda agregar por adorno los trofeos
de cañones, balas, fusiles, banderas y demás insignias militares.

La inconformidad de algunos españoles con el nuevo gobierno llegó hasta el


extremo de convertir en enemigos activos a los canarios, y aun a los mismos
criollos. Por el mes de junio los vizcaínos y capuchinos de Guayana
depusieron la junta que se había establecido allí, y los miembros de ella fueron
remitidos a Puerto Rico.

“Para este tiempo la Junta de Guayana, influida por los misioneros capuchinos y compuesta
en su mayoría de españoles establecidos en Angostura, se había resuelto a seguir la suerte
de la Península y su contrarrevolución fue tan bien concertada, que a la vez de disolverse,
aprisionaron a los criollos y demás personas que se creían adictas a las novedades de
Caracas y las remitieron a Puerto Rico, Habana y España para su castigo, provocando por
este medio las hostilidades que siguieron más adelante”.

La historiografía nacional se ha encargado de justificar por qué Guayana,


después de haberse acogido a la proclama de Caracas, cambia de parecer y
en torno a eso existe una serie de interpretaciones que en la mayoría de los

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casos insisten en responsabilizar a los misioneros y españoles que habitaban
Guayana y que tenían destacada actuación social, económica y política.

La adhesión de los guayaneses al


Consejo de Regencia en 1810 y su
negativa a participar en la causa
independentista que animó a los
caraqueños y a otras regiones del
país, se atribuye, entre otras
razones, a la inexistencia de una
población criolla culta,
económicamente desarrollada.

Es un hecho conocido que fue el grupo de los blancos criollos, controladores


de la producción agropecuaria colonial venezolana, los más interesados en
desligarse de los lazos que los unían a España. Estos carentes de poder
político promovieron el movimiento independentista, a fin de imponerse como
clase dominante.

Con lo cual, esta autora no escapa de centralizar su historia regional, al señalar


que Guayana carecía de una población criolla culta, como la que existía en
Caracas, promotora de los hechos de abril, sin considerar que las condiciones
de Guayana eran totalmente diferentes, y no cabe hacer comparaciones al
respecto. Pero en general, la interpretación se reduce a explicar como
elementos de justificación lo español y lo religioso presente en Guayana, para
entender su actitud ante el movimiento emancipador.

En la guerra de independencia nacional, Angostura fue varias veces sitiada y


atacada por las fuerzas patriotas, sin lograr éstas haber podido desalojar de
ella a los valientes guerreros que la defendían. Eminentemente realista la
mayor parte de sus moradores y hostiles a la emancipación política de España,
habían secundado el 11 de mayo de 1810 el movimiento del 19 de abril en
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Caracas, y formaron, a su vez una Junta Conservadora de los Derechos de
Fernando VII; pero a poco andar, cuando llegó a conocimiento de esta Junta
Provincial que el Consejo de Regencia gobernaba en la Península en nombre
de la monarquía española, reconocieron su autoridad, juzgándola como la
única legítimamente establecida, y como quiera que algunos de los miembros
de la Junta guayanesa simpatizaban con las ideas de la de Caracas, fueron
depuestos en junio.

Desde entonces, habían venido los guayaneses sosteniendo tesoneramente


los intereses de la corona de Castilla y rechazando gallardamente cuantos
intentos hicieron los patriotas. Se atribuye que esta situación de fidelidad a la
Monarquía española, se mantuvo así hasta que las condiciones socio-
económicas de Guayana comenzaron a decaer notablemente, es decir, toda
vez que la realidad social, económica y políticas comenzó a cambiar y a influir
negativamente en las condiciones de los habitantes de Guayana. Bartolomé
Tavera Acosta, tomando las palabras de un testigo español, el militar realista
Rafael Sevilla.

Tavera Acosta con esa estremecedora intervención, deja claro que la fidelidad
de Guayana respondía a una realidad tempo-espacial propia de la provincia
de Guayana, que al presentar variaciones significativas respecto de la
situación económica y social tiene obvias repercusiones en el ámbito político.
Tomamos en consideración las palabras que el brigadier La Torre, pronunciara
antes de mandar evacuar la ciudad:

“Con hombres como vosotros, si tuviéramos que comer, sostendríamos esta ciudad por
España durante diez años contra todo el poder de los rebeldes del Continente. Pero contra
un hambre de cuatro meses no hay héroes. Señores: Guayana ha hecho todo cuanto cabe
dentro del poder humano por mantener en sus torres el pabellón español, a cuya sombra
nació y fue feliz. No hay necesidad de prolongar más una lucha con hombres que caen
muertos de extenuación al lado de nuestros cañones. El problema que hay que resolver
ahora es abandonar la plaza sin caer en las garras del enemigo”.

De tal manera que, a partir del 17 de julio de 1817, se incorpora la provincia


de Guayana a la causa por la independencia.
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Los patriotas tomaron Caruachí y Upata, apresando a los misioneros y
matándolos, luego acusados de traición, con lo que se puso fin a la resistencia
realista en Guayana, y Angostura pasa a convertirse en cuartel general de los
patriotas.

Las República Proindependentista de Venezuela.

Primera República.

Con el nombre de Primera República se


conoce en la historiografía venezolana el
período transcurrido entre el 19 de abril de
1810 y el 30 de julio de 1812. Este lapso
como tal, se inicia en Caracas con el
movimiento del 19 de abril de 1810, cuando
el gobernador y capitán general Vicente
Emparan y Orbe y otras autoridades
españolas son derrocadas pacíficamente y sustituidas por una Junta Suprema
de Gobierno que al comienzo se declaró "protectora de los derechos de
Fernando VII" pero cuyos actos se orientaban al logro de la independencia
absoluta de Venezuela.

Los aspectos más notables durante este tiempo son: la formación de Juntas
similares a la de Caracas, en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas,
Barcelona, Trujillo y Mérida, en tanto que Maracaibo, Coro y Guayana
permanecen fieles a la Regencia que gobernaba en España.

El envío de misiones diplomáticas desde Caracas a Inglaterra, Estados Unidos


y Cundinamarca (Colombia); la libertad de comercio exterior; la creación de la
Sociedad patriótica, por iniciativa de particulares, como organismo radical
revolucionario; el regreso a Venezuela del precursor Francisco de Miranda; el
bloqueo de las costas venezolanas por buques de guerra españoles; la
convocatoria, la elección y la reunión en Caracas de un Congreso donde
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estuviesen representadas las 7 provincias unidas: Caracas, Cumaná, Barinas,
Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo; y la Declaración de la Independencia
absoluta de Venezuela, por dicho Congreso, el 5 de julio de 1811.

Posteriormente, a raíz del


terremoto del 26 de marzo de
1812; la ofensiva del jefe español
Domingo de Monteverde desde
Coro hasta Valencia y Caracas; la
capitulación de San Mateo, a fines
de julio de 1812, y la entrada de
Monteverde en Caracas el 30 del
mismo mes, termina el período de la Primera República, pues la región oriental
fue sometida también al poco tiempo por las fuerzas realistas.

Segunda República.

Según algunos historiadores es el


período que va desde agosto de
1813 hasta diciembre de 1814. A
este lapso también se le ha dado el
calificativo de "Guerra a Muerte",
pero no es del todo exacto, pues la
guerra a muerte que habían iniciado
de los realistas a mediados de 1812, fue declarada oficialmente en junio de
1813 por el general Simón Bolívar y sólo fue definitivamente abolida en
noviembre de 1820 mediante el Tratado de Regularización de la Guerra,
aunque a partir de 1818 prácticamente habían cesado la ejecución de
prisioneros.

Lo que sí es cierto es que la Guerra a Muerte alcanzó su apogeo durante la


Segunda República. Este período se inicia con la liberación de Cumaná;
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(3 de Marzo de 1813), por las fuerzas del general Santiago Mariño, como
culminación de la Campaña de Oriente, y con la entrada en Caracas, el 6 de
agosto, del general Simón Bolívar a la cabeza de su ejército victorioso en la
llamada Campaña Admirable.

Algunos de los episodios más notables de la Segunda República son: la


formación en el territorio venezolano liberado de 2 gobiernos o centros de
poder, uno en Caracas, bajo el mando de Bolívar y otro en Cumaná dirigido
por Santiago Mariño, y las gestiones para conjugar política y militarmente la
acción de ambos estados; el sitio de Puerto Cabello, donde existía un fuerte
núcleo de resistencia realista, por las fuerzas terrestres de Bolívar, mientras
que las escuadras combinadas del centro y del oriente lo bloqueaban por mar;
el título de Libertador conferido a Bolívar por el pueblo y la municipalidad de
Caracas.

La insurrección a favor de la causa realista, de los llaneros venezolanos


acaudillados por José Tomás Boves, que le dan a la lucha un carácter de
rebelión social; el fusilamiento de los prisioneros españoles y canarios de
Caracas y La Guaira, ordenado por Bolívar; y las numerosas acciones de
guerra en la región centro-occidental y luego en la oriental, como Bárbula, Las
Trincheras, Mosquitero, Mesas de Barquisimeto, Vigirima, Araure, San
Marcos, La Victoria, San Mateo, Bocachica, Ocumare del Tuy, sitio de Valencia
por los realistas, El Arao, primera batalla de Carabobo, La Puerta (que
desencadenó la emigración hacia oriente de gran parte de la población de
Caracas a comienzos de 1814).

Finalmente, con las batallas de Urica y Maturín, ganadas por los realistas en
diciembre de 1814, puede considerarse que concluye el período de la Segunda
República.

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Tercera República.

De acuerdo con la historiografía


venezolana, es el período que comienza
con la restauración de las instituciones
republicanas en Guayana en 1817,
después de su definitiva liberación por
Simón Bolívar y termina en diciembre de
1819 con la creación de la República de
la Gran Colombia por el propio Bolívar.
Tal como señalábamos al comienzo, debe tenerse en cuenta que Tercera
República (al igual que Primera y Segunda República) es una expresión
moderna, que no usaban los contemporáneos de aquellos sucesos, aunque a
veces se habla de la "segunda o tercera época de la República".

Los principales acontecimientos de este período histórico son: la liberación de


Guayana, la Campaña del Centro (1818), la creación del semanario Correo del
Orinoco (1818), la llegada de los voluntarios británicos y su unión al Ejército
Libertador (1818-1819), la reunión del Congreso de Angostura (1819), la
Campaña Libertadora de la Nueva Granada (1819) y la creación de la Gran
Colombia (1819).

Con este último acontecimiento se termina propiamente la Tercera República,


pues a partir de 1820 Venezuela entra a ser parte integrante de la gran
República supranacional junto con la Nueva Granada y Ecuador.

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Época de la Emancipación en Venezuela.

La Emancipación marca el nacimiento


de la historiografía venezolana,
propiamente dicha, tanto en la
construcción de un discurso escrito
con una fuerte carga épica, narrativa y
de sentimiento anti - español para
establecer la identidad nacional,
romper abruptamente con el pasado colonial de trescientos años y justificar la
práctica política de los caudillos militares de la Venezuela decimonónica. A su
vez, fue la musa que inspiro a muchos intelectuales que fungieron de
historiadores a lo largo a lo largo de los siglos XIX y XX.

En este sentido, el militar e intelectual José de Austria (1791 – 1863) contribuye


a esta historiografía con su Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela (1855)
para prestarle una gran significación al culto al héroe (Simón Bolívar), y de
crear una historia utilitaria sobre la conciencia nacional a las futuras
generaciones de militares y ciudadanos.

Este notable militar y escritor tuvo su génesis biológica el 24 de noviembre de


1791 en la ciudad de Caracas. Sus padres fueron: José Donato de Austria y
Juana Antonia Reina. Cursó sus primeras letras en el Colegio de San Felipe
Neri, en la ciudad que lo vio nacer. En relación al Colegio Neri de Caracas
donde Austria adquiere una buena formación educativa, Ramón Azpurúa
(1877) plantea lo siguiente: La vida ordinaria de los colonos bajo el dominio de
la Corona Española era, pues, tranquila, y esto permitía al joven recibir una
esmerada y excelente educación, lo que facilitaban su buena índole y talentos
naturales que, cultivados, habían de formar un ciudadano útil para el estado.

Por otro lado, es factible pensar que Austria en plena infancia presencie la
ejecución pública y sumarial de José María España, el 8 de mayo de 1799 en
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la plaza mayor de Caracas que determinará en él, la fuerte y firme adhesión a
la idea de libertad del territorio del dominio colonial.

Así fraguado el 19 de abril de 1810 se inicia como subteniente abanderado del


Batallón de Barlovento en mayo de ese mismo año, hasta llegar a adjudicarse
como Capitán de la Compañía de Cazadores de Barlovento, en abril de 1814.
A demás, estuvo en campaña militar con el Generalísimo, Francisco de
Miranda en 1811 y en la de Guigue, Portachuelo de Guaica, Los Llanos y
Araure, bajo las órdenes de varios comandantes, entre ellos: Juan Pablo de
Ayala, Vicente Campo-Elías y el mismo Simón Bolívar hasta 1814 en los sitios
de Puerto Cabello y Valencia.

Es notorio precisar que estuvo en 1821 a las órdenes del general oriental, José
Francisco Bermúdez en la defensa del Rodeo y la retirada de Caracas después
de la acción violenta del Calvario, al lado del general guaireño, Carlos
Soublette. Consumada la independencia del territorio venezolano, participa
como adjunto del Estado Mayor General del Ejército Libertador en septiembre
de 1826, con el grado de Primer Comandante en enero de 1827 y a su vez,
interviene activamente en la Pacificación del Sur de Colombia bajo las órdenes
del Libertador en 1828 para mantener latente a la Unión Gran Colombia, que
comenzaba a hacer aguas.

Disuelta la Colombia Grande en 1830, regresa a Venezuela con el grado de


Coronel, colocándose al servicio del General José Antonio Páez en la
consolidación de un nuevo orden político y constitucional, que no quería nada
con las propuestas de Bolívar. A mediados de junio del año en curso, se corren
rumores en torno al estallido por Río Chico y los alrededores Apure de una
rebelión a favor de Bolívar y, reclama la no separación de la Unión
Colombiana.

Rápidamente, Páez se reúne con otros caudillos militares y parte a sofocar los
alzamientos. Entre los cabecillas de la rebelión de Río Chico se encontraban
14
Austria y Lorenzo Bustillo. Sofocados los insurrectos se ordenó que se
pusieran en práctica las medidas enérgicas contra los rebeldes que aupaban
al Libertador.

En efecto, la rebelión de Río Chico fue sofocada en junio de 1830 por el


General José Tadeo Monagas que firmó un tratado con los alzados. Pero al
año siguiente, Monagas se alzará con la bandera de asonada por el
restablecimiento de la Colombia Grande de Bolívar en las provincias de
Cumaná, Barcelona, Margarita y en los cantones de Río Chico, Orituco y
Chaguaramas.

Por haber participado activamente en el alzamiento de Río Chico, Austria es


expulsado de Venezuela y se va para Curazao en una goleta, cuyo destino
final era Colombia. Luego, aparece en 1831 en la Campaña en el Cauca y
Boyacá. Primero a las órdenes del general Florencio Jiménez y después con
Justo Briceño Méndez (sobrino político de Bolívar).

En 1835 con la sublevación de las Reformas por parte de los caudillos que no
estaban metidos en cintura por Páez, reclaman los haberes de sus lanzas, la
pérdida del fuero militar y la presencia de un civil en la Presidencia de la
República (José María Vargas). Los insurrectos pierden terreno militar y, a fin
de solucionar el conflicto de los caudillos rebeldes, se establece lo siguiente:

“El propio Páez le propone a Monagas que nombraran comisionados de una y otra parte
para que arreglasen un tratado de paz, en noviembre de 1835, se entrevistan los coroneles:
José Gabriel Lugo y José Austria, nombrados por Páez y el comandante Florencio Meleán
autorizado por Monagas”.

Una parte de las Reformas culmina a comienzos de noviembre de 1835 con


los indultos emanados del Cuartel General de la Laguna de Pirital en el cual
se accede en gran parte a las demandas de los vencidos en la rebelión militar.
En medio de tanta lucha, en algún momento de 1835 publica Austria un
Recuerdo de Bolívar, que viene a ser una apología de este hombre al
Libertador, ya fallecido y desterrado de su tierra natal.
15
En este sentido, Sir Robert Ker Porter lo señala como hombre de carácter
indefinido que fue del partido bolivariano.

Así mismo participa en la campaña de Apure de 1837 contra un caudillo


apureño Francisco Farfán, quien se alzó con el estandarte de la rebelión contra
su patria, y desobedeció sus leyes (Austria, 1837). Es allí, donde Austria entra
en acción con los combates de Payara, a las órdenes de Páez para combatir
y derrotar al coronel Farfán.

El propio Austria no sólo se reconoce por su entrega al oficio de las armas,


también se conocido como miembro activo de agrupaciones, perteneció a la
Sociedad Filarmónica de la ciudad de Caracas, pues, el coronel era buen
ejecutante de los instrumentos de cuerda, entre su predilecto el violín. Se
presentaba junto a Toribio Segura, director de la Filarmónica y autor de varias
composiciones musicales, entre ella una dedicada al general Páez, titulada:
Marcha Triunfal dedicada a S.E. el General en Jefe J. A. Páez.

Por otra parte, en vista de la situación de malestar socio-económico a raíz de


la dominación comercial y agraria a través de la ruinosa Ley de Libertad de
Contrato de 1834 y después por la llamada, Espera y Quita (1843), patrocinada
por el denominado Liberalismo Paecista, sin embargo, no será sino hasta la
década de 1840 cuando aparezca el cuestionamiento al gobierno deliberativo
por parte de los intelectuales, medianos hacendados y antiguos veteranos de
la emancipación. En este sentido, a mediados de 1840 específicamente, se
organiza la oposición liberal, desde la tribuna de la prensa a través de la pluma
de Antonio Leocadio Guzmán.

Surge también la Sociedad Liberal, grupo que cuenta entre sus partidarios al
propio Guzmán, Tomás Lander, Jacinto Gutiérrez, José Sanabria y José de
Austria. También se sumaron a ellos, antiguos representantes de la
aristocracia colonial como: el Márquez del Toro, Felipe Tovar, el conde Juan

16
B. Mijares y, los intelectuales: Valentín Espinal, Juan Vicente González, Luis
Correa, Felipe Larrazábal, entre otros.

Finalmente, fue una tendencia política que agrupaba en su inicio una élite
agraria de veteranos e intelectuales de gran poder con su pluma. El objetivo
de esta agrupación de corte liberal era contravenir los intereses del Liberalismo
Paecista.

Destaca por sus propuestas: respeto a la Constitución (1830) y las leyes, uso
del poder electoral eficaz; difusión de las prácticas republicanas, auxilio a la
industria; abolición de la ley de libertad y contratos (1834); guerra al Banco
Nacional, promulgación de leyes de retiro para los próceres, montepío militar
para los deudos y una ley para organizar plenamente las milicias.

Bajo esta confluencia de cambios Austria


escribe para 1845 La Gran Cuestión
Nacional, donde criticaba la situación
política, económica y social durante el
mandato de Páez a partir de 1830.
Posteriormente actúa como militar
constitucional en la campaña de la Sierra
y los Llanos a las órdenes directas del
ciudadano esclarecido, contra la insurrección campesina de los años 1846 y
1847, que se hicieron presentes en Carabobo, Caracas, Río Chico y Guárico.
A la cabeza estaba el indio Rangel, Ezequiel Zamora, los hermanos Echandia,
Pedro Vicente Aguado, entre otros.

Es de suponer que, por sus acciones de guerra para acabar con la Insurrección
Campesina, el Coronel Austria es nombrado Oficial Mayor de la Secretaría de
Guerra y Marina a finales de 1846. Cargo que ocupó hasta 1851. Año en que
este hombre de armas pasa al retiro y ocupa una vida privada, mucho más
tranquila sin el fulgor de la lucha y en la tranquilidad de los campos de Aragua.
17
El Coronel Austria permanece allí hasta 1857. En este ínterin de tiempo
escribe una Biografía del General Mariano Montilla, y la obra que representa
su cúspide como escritor.

Emprendió y pudo terminar su primer tomo del Bosquejo de la Historia Militar


de Venezuela en la Guerra de Independencia, supuestamente escrita entre en
1851 a 1854 durante el pleno mandato del General José Gregorio Monagas.

La primera edición es avalada en 1855 por la Imprenta y Librería de Carreño


y Hermanos, ubicada en la calle del Comercio, numero 149. Se rumora que la
mencionada obra tuvo doble fecha de edición, algunos ejemplares parecen
publicados en 1855 y otros en Valencia en 1857.

Las grandes dificultades obligaron al coronel Austria a emplear tres años en la


impresión de este tomo comenzándola en Caracas y concluyéndola en
Valencia. Esta segunda edición realizada en la ciudad de Valencia fue hecha
por la Imprenta del Coronel Juan D. Sola dos años después de la primera
edición. La primera vez apareció el libro contaba con 390 páginas, a diferencia
de segunda vez, que contó con cuatro pliegos de 62 hojas cada uno.

En 1857 deja su vida de retiro y se


reincorpora como miembro del
Consejo de Gobierno de la República.
No obstante, al año siguiente participa
activamente en el lado de los
insurrectos en la llamada Revolución
de Marzo de 1858, que tiene como
génesis la ciudad de Valencia y como cabecilla al General Julián Castro. Con
este triunfo llega el Coronel Austria a ocupar la Secretaria de Guerra y Marina
del gobierno de facto de Castro.

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Asciende con el tiempo al grado de Militar General de Brigada y participa en
una comisión gubernamental para traer al país al general Páez, que se
encontraba retirado de la vida política y con residencia en los Estados Unidos
de América.

Austria regresa al país con el tiempo y se le encomienda participar en la


Campaña de Occidente como Jefe del Estado Mayor y, por ende, con la
responsabilidad de conducir las maniobras militares encomendada para
repeler a los alzados que sostenían el estandarte de la federación. Con el
triunfo de la bandera federal, después de una guerra de cinco años (1859-
1863), llegó al poder de la primera magistratura de la Federación el Mariscal
Juan Crisóstomo Falcón.

Este llama a Austria para que cumpla funciones gubernamentales como vocal
del Consejo de Estado con asiento en la ciudad de Caracas y casi al instante
es ascendido al grado de General de División en 1863. Empero, el 29 de
diciembre de ese año muere en Caracas a los setenta y dos años, falleciendo
con penurias económicas en pleno cargo como consejero de Estado.

En fin, este militar e intelectual


venezolano que estuvo bajo las
órdenes directas de Francisco de
Miranda y de Simón Bolívar, no se
rindió jamás y luchó hasta el final por
defender las glorias del Libertador.

No fue un gran político, pero, si


desempeño cargos burocráticos de la administración pública. También fue
miembro de notables corporaciones; escribió muchos trabajos dispersos y se
distinguió considerablemente en el mundo de la masonería venezolana; llegó
a alcanzar el Grado 33 y ocupó el puesto de Gran Comendador del Supremo
Consejo Confederado.
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Conclusión.
Se presentar una reseña histórica de los hechos del proceso emancipador en
Guayana sólo con el afán de repetir lo ocurrido, sino con la intención de
contribuir a la divulgación de los aportes y limitaciones que pueden
encontrarse en el contenido de la historiografía que dedica un apartado a la
independencia, para realizar un análisis historiográfico sobre la percepción que
se ha manejado de ese proceso en cuanto a las distintas regiones que luego
conformaron la República de Venezuela.

Tampoco hacer una reconstrucción histórica, lo cual han hecho ya varios


autores, sólo se trató de presentar algunos acontecimientos para revelar, si
realmente existen motivos que justifiquen reformular la interpretación del
proceso de emancipación venezolano, que nos ha presentado la historiografía
tradicional desde una de las ciudades abiertamente opuestas al proyecto de
independencia.

El desenvolvimiento de los hechos en términos de lo que va ocurriendo en


Caracas, no para perpetuar la focalización central de los mismos, pues se
hacía necesario elaborar un análisis comparativo que permitiera establecer las
diferencias y similitudes entre aquella y las otras ciudades que protagonizaron
la lucha por la emancipación de Venezuela. Ello debido a que el desarrollo de
este proceso se revela como producto de las especificidades históricas de
cada provincia, pues sus territorios fueron escenario de una serie de
movimientos y agitaciones, elitescos o populares, que refleja una realidad
histórica forjada siglos atrás.

Estos tienen sus especificas expresiones en las localidades y regiones,


cuando comienzan a darse los primeros intentos de ruptura con el sistema
colonial.

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En este orden de ideas, las ciudades de Maracaibo, Coro y Guayana, son una
muestra representativa de las ciudades que, en el transcurso del año 1810, se
manifestaron en contra de la posición asumida por el Ayuntamiento de
Caracas el 19 de abril de ese año.

El pronunciamiento de Guayana evidencia, contundentemente, que actuó


acorde a una realidad particular, obviándose esta circunstancia para
condenársele de antipatriota por la historiografía nacional que, desde Caracas,
se propuso escribir la historia de Venezuela a partir de la conformación de la
República, en lugar de haber considerado su autonomía derivada de procesos
históricos distintos y de intereses socio económicos políticos propios, que no
coincidían con los propósitos de la elite caraqueña.

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Biografías.
https://www.venezuelatuya.com

https://a-venezuela.com

http://www3.eurosur.org/

https://www.redalyc.org/

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