Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Y luego, en español:
La arena
bajo el peso del pie milagroso
humedecida
esponja y cruje
azul ardiente la espesura
hiende
hiere
la luz
la umbrosa intimidad
del regreso perenne del cangrejo
y la piedra
desciende voluntariamente
–¿Qué estás haciendo ahora, Renato? ¿Estás escribiendo algo? –fue mi última
pregunta.
–No estoy haciendo nada de nada –contestó, con mal disimulado disgusto, aunque
luego agregó, en un tono bien distinto: –Estoy terminando cosas.
Esta pausa podría deberse, según me dijo, a un nuevo mensaje del destino, el cual
trajo de vuelta sus eternas dudas, acerca de si es o no es escritor. Lo recibió hace poco,
mientras viajaba en la parte posterior de un camión que le dio la cola cuando iba a visitar a
unos amigos suyos que viven cerca de La Victoria.
–Resulta que me caí del vehículo en marcha y, cuando iba en el aire, no pensé en
escribir ni en nada de eso, sino en una botella de ron que llevaba en la mano, en una bolsita
de plástico. Eso me hizo revisar un montón de cosas, qué era lo que realmente quería y qué
no quería...
Hace 34 años, el narrador protagonista de Al sur del Equanil, parecía tener una
respuesta contundente para la pregunta que ha perseguido a su autor, a lo largo de toda su
vida: “En literatura el único fracaso posible es no escribir y yo he escrito”. Pero Renato
nunca se ha dejado convencer por su propio personaje.