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Todos queremos ser felices.

Pero muchas veces pensamos que la felicidad es algo que simplemente ocurre o
no; de la cual no tenemos control. Es fácil conectar la idea de felicidad con la situación en la que nos
encontramos. Es posible que nos digamos a nosotros mismos, "Si las cosas fueran diferentes, sería feliz".

En parte, la felicidad depende de la personalidad. Algunas personas son felices por naturaleza. Todos hemos
conocido a alguna persona que es alegre y optimista la mayor parte del tiempo. Tener este tipo de
personalidad hace más fácil ser feliz.

La decisión de ser feliz o no depende de nosotros

Los investigadores han demostrado que más de la mitad de la felicidad depende de cosas que están bajo
nuestro control. Esto es una noticia fabulosa ya que significa que todos podemos ser felices.

Una parte importante de qué tan felices somos depende de nuestra actitud, de los hábitos que tengamos y de
la manera en la que vivimos cada día. Al saber cuáles son los ingredientes fundamentales de la felicidad,
podremos usarlos para ser felices.

¿Por qué es tan importante la felicidad?

La felicidad es más que un sentimiento hermoso o un dibujo de una cara sonriente. Es el sentimiento que
indica que realmente estás disfrutando de la vida y que deseas aprovechar esta vida al máximo. La felicidad
es el "condimento secreto" que nos puede ayudar a desarrollarnos plenamente.

Los investigadores llegaron a la siguiente conclusión al estudiar a la gente que es feliz:

Las personas que son felices son más exitosas.

Las personas que son felices son más capaces de lograr sus metas.

Las personas que son felices tienen mejor salud.

Las personas que son felices viven más años.

Las personas que son felices se relacionan mejor con otras personas.

Las personas que son felices aprenden mejor.

Los ingredientes de una vida feliz

La felicidad es tan importante en nuestras vidas que existe un campo de investigación llamado psicología
positiva. Los expertos en este campo indican que hay ciertas cosas que hacen a las personas felices:

Emociones positivas

Alegría. Gratitud. Amor. Asombro. Placer. Jocosidad. Humor. Inspiración. Compasión. Esperanza. Creatividad.
Interés. Entusiasmo. Gozo. Calma. A todos nos gustaría tener estos sentimientos.

Además de hacernos sentir bien, las emociones positivas son buenas para nuestro cerebro y nuestro cuerpo.
Reducen la cantidad de hormonas que producen estrés, ayudan a mejorar la ansiedad y la depresión y
refuerzan el sistema inmunológico.

Sentir todos los días emociones positivas tiene un efecto importante en nuestra felicidad y bienestar. Por eso
es tan importante que hagamos cosas que nos brinden estas emociones positivas. Hasta el simple acto de dar
un paseo o jugar con un niño o con una mascota puede darnos emociones positivas.
Saber cómo controlar nuestras emociones negativas es la clave de la felicidad. Hay emociones que son
difíciles, pero son parte natural de la vida.

Fortalezas e intereses

Nuestras fortalezas son las cosas que hacemos bien y que nos gusta hacer. Todos tenemos fortalezas, aún si
todavía no las hemos descubierto.

Ejemplos de fortalezas son los siguientes:

las cosas en las que estamos interesados —por ejemplo, la música, el arte, la ciencia, construir cosas,
cocinar, leer

cualquier capacidad que tengamos —como pintar, tocar un instrumento, o hacer un deporte

nuestras cualidades —ser buena persona, tener buen humor o ser líder

La felicidad aumenta cuando descubrimos una fortaleza y la practicamos. Cuanto más practicamos una
fortaleza, más la mejoramos.

Cuando hay algo que hacemos muy bien y disfrutamos, podemos perdernos dentro del mundo que rodea a
esta actividad; nos dejamos llevar. Al dejarnos llevar, aumenta nuestra felicidad. Saber encontrar maneras de
usar nuestras fortalezas todos los días es la clave para nuestra felicidad.

Buenas relaciones

Las personas que forman parte de nuestra vida son importantes. Tener buenas relaciones con estas personas
es una de las mejores maneras de disfrutar nuestra felicidad, nuestra salud y nuestro bienestar.

Desarrollar ciertas aptitudes emocionales puede ayudarnos a formar y mantener relaciones. Cuando somos
capaces de apoyar a las personas que forman parte de nuestras vidas —y cuando estas personas nos
apoyan a nosotros— somos más fuertes, capaces y exitosos.

Las siguientes son algunas de las aptitudes que nos ayudan a tener buenas relaciones:

aprender a comprender y expresar nuestras emociones

tener empatía para poder comprender cómo se siente la otra persona

ser bondadoso

mostrar gratitud

actuar con certeza para expresar o decir lo que se desea o necesita

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