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Los naturópatas consideramos que el síndrome de colon irritable no sólo es

consecuencia del estrés sino también de una dieta inadecuada, de una intolerancia
a determinados alimentos o de una combinación de dichos factores.

Suelen prescribir una dieta bien equilibrada de alimentos enteros para regular la
actividad intestinal, así como evitar el uso de laxantes y aumentar el consumo de
comestibles ricos en fibra.

Los terapeutas también recomendamos identificar los alimentos que produzcan


reacciones de intolerancia, cada persona tiene diferentes reacciones e
intolerancias; y abstenerse de ellos.

Puede ser de utilidad recibir un masaje ligero en el abdomen, y aprovechar todas


las oportunidades que se presenten para descansar y relajarse.

 Evita ingerir demasiada fibra, mastica bien y restringe el consumo de


legumbres y de harinas procesadas y con gluten. Los glúcidos de cadena
corta que llegan al colon ascendente sin digerir generan gases al fermentar
que empeoran los síntomas.
 En cambio, puedes tomar sin problemas hidratos de carbono de
tubérculos (como la papa, la yuca o la zanahoria), o de ciertas verduras (por
ejemplo, la achicoria, la mandioca, la endivia).
 Añade a tus comidas un suplemento de enzimas digestivas, una cucharada
de aceite crudo de oliva de primera presión en frío.
 Algunas plantas medicinales, como la manzanilla, el tomillo, la menta y la
valeriana, calman los espasmos intestinales. Toma una o dos infusiones al
día de alguna de estas plantas para prevenirlos.
 No elimines alimentos de tu dieta.
 Evita las grasas
 No realices comidas abundantes
 El jengibre suele aliviar la mayoría de problemas gastrointestinales. Se
puede tomar en infusión o como aderezo en las comidas.
 Una buena tisana después de las comidas podría constar de Melisa,
Manzanilla y Anís verde. Es digestiva, relajante y carminativa (favorece
la expulsión de los gases)
 Respetar los horarios de las comidas, no saltarlas y comer despacio,
dándole importancia a una buena masticación.
 Beber abundante agua, para así complementar y potenciar la acción de la
fibra, así como para reponer la deshidratación ocasionada si existe un
periodo de diarrea. Se recomienda beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.
 Evitar el tabaco.
 Es conveniente reposar después de comer y no consumir alimentos después
de cenar.
 Acostarse dos o tres horas después de haber comido o cenado.
 Realizar ejercicio físico con regularidad, ya que relaja y ayuda a aliviar los
síntomas.
 Moderar el consumo de fibra insoluble (procedente de alimentos integrales)
de la alimentación para no contribuir más a los desequilibrios en el tránsito
intestinal.
 Potenciar el consumo de fibra soluble (en forma de gomas, pectinas y
mucílagos) en la dieta. Se puede hacer con la ayuda de los alimentos como
el dulce de membrillo o la manzana, aunque también se recomienda tomar
diariamente suplementos alimentarios de este tipo de fibras.
 Evitar los alimentos ricos en grasas, las frutas cítricas (sobre todo la
naranja) y las espinacas para menguar y neutralizar el efecto laxante
producido por las sales biliares (bilis) en el colon.
 Disminuir el consumo de fructosa (un tipo de azúcar simple que se
encuentra sobretodo en las frutas). Elegir las frutas más pobres en azúcar y
más ricas en pectina como por ejemplo la manzana con piel. No es
adecuado tomar zumos de fruta ni néctares.
 Eliminar totalmente el consumo de sorbitol (un edulcorante), los alimentos
o especies picantes, el gas (en las bebidas), el café y el té.
 Beber dos litros de agua al día. Es muy importante garantizar la hidratación
cuando hay descomposición o diarreas. Se recomienda beber agua o
infusiones suaves como la tila y la maría luisa (que no tienen ningún efecto
laxante). Además un aporte suficiente de líquidos también ayudará a
combatir el estreñimiento.
 se recomienda evitar desde un principio son los cítricos, la cebolla, el
chocolate, los huevos, el gluten (presente en la mayoría de cereales como el
trigo, la cebada, el centeno y el triticale), la cafeína (presente en café, té y
chocolate), el alcohol.
 Mención aparte merece la avena ya que es un cereal que, a pesar de no
tener gluten, puede causar malestar intestinal en algunos pacientes debido a
las prolaminas (unas proteínas cuya estructura de péptidos es muy similar al
del gluten).

Otros consejos
La relajación siempre es vital en los casos del síndrome del colon irritable ya que
el estrés es, quizás, la causa más determinante. Hay que intentar relajarnos
aunque sea unos minutos después de las comidas. Cualquier técnica relajante
(Shiatsu, masaje, Reiki, método Silva, etc.) siempre será bienvenida.
Tomar vitaminas del grupo B (consultar al especialista la dosis) ayuda a tolerar
mejor el estrés y esto es vital ya que suele estar detrás de la mayoría de
problemas digestivos.
La toma de enzimas digestivos y “flora intestinal” (Lactobacillus acidophilus,
Bífidus, etc.) antes de las comidas suele ser de gran ayuda ya que colaboran en la
digestión y en el equilibrio de la flora intestinal. Hemos de tener en cuenta que
las bacterias perjudiciales que a menudo anidan en nuestros intestinos pueden
favorecer o agravar el síndrome del colon irritable.

Alimentos recomendados

 Leche de almendras.
 Pan acido
 Pan integral, de salvado de trigo y cereales integrales
 Huevo entero
 Carnes magras 100%
 Frutos secos
 Infusiones relajantes.
 Agua y jugos naturales.
 Caldos y sopas de vegetales o carnes, no grasos.
 Pasta, papas cocidas o al horno.
 Arroz.
 Pescados de todos los tipos, no fritos.
 Todas las verduras excepto las flatulentas.
 Ensalada de lechuga, escarola.
 Frutas (con piel): manzana, pera, plátano.
 Aceite, preferentemente oliva.
SI a las fibras
El incluir alimentos que contengan fibra en tu dieta es la clave para que tus
intestinos funcionen bien, especialmente cuando padeces de estreñimiento-sino
NO-.
Los alimentos que incluyen fibra son los granos integrales (arroz, pan, pasta,
cereales), las leguminosas (fríjoles, lentejas, garbanzos), las frutas y las verduras.
El único inconveniente que tiene la fibra es que puede causarte gases y distensión
(hinchazón) del abdomen.
La fibra GENERA GASES.
Para evitar esto lo mejor es que la vayas incorporando lentamente para que tu
intestino se acostumbre a ella y no te cause malestar.

NO a los irritantes


Las grasas, el café, la cafeína, el chocolate, los dulces, el alcohol y el cigarrillo…
Todos estos alimentos y el tabaco pueden irritar tu intestino y aumentar la
sensación de malestar.
Algunos son de digestión pesada y pueden hacer que el intestino se contraiga
causándote cólicos y malestar.
Y otros, como los dulces, provocan estreñimiento.

NO 
El alcohol y las bebidas que contienen cafeína, estimulan tus intestinos y no son
recomendables cuando tienes diarrea.
Así como tampoco lo son la leche y los demás productos lácteos, o los
edulcorantes (que endulzan) artificiales como sorbitol o xylitol, que se
encuentran en algunos chicles o dulces sin azúcar.

NO 
Si los gases y la distensión son tu problema, evita ciertos alimentos que los
aumentan, como los granos, el brócoli, la coliflor y la calabaza, así como los
refrescos con gas.
Y aunque te cause gracia, también debes evitar el chicle o tomar bebidas usando
una pajita o sorbete, pues podrías tragar mucho aire y eso aumenta tus gases.
SI a los líquidos
Los líquidos, y preferiblemente el agua, son ideales cuando padeces de
estreñimiento, pues es absorbida por la fibra y permite que tu material fecal se
mantenga suave.
Y cuando tienes diarrea, el agua es importante para que no te deshidrates.
SI a organizar tus comidas
El comer a tiempo y varias veces al día es clave para aliviar los síntomas del
síndrome del intestino irritable.
Cuando comes a tiempo ayudas a regular los movimientos de tu intestino.
Y cuando haces 6 pequeñas comidas diarias en lugar de 3 comidas grandes, le
ayudas a tu digestión.
Son 6 recomendaciones fáciles de poner en práctica para aliviar tu malestar.
Síguelas y verás que pronto tu intestino no estará tan irritable.
Si no mejoras, consulta con tu médico de cabecera o con un gastroenterólogo, el
especialista en el área

Los factores que más afectan a la alimentación de los pacientes con colon irritable
son “la frecuencia y la cantidad de la comida”, según el especialista, “comer poca
cantidad varias veces al día favorece la digestión y ayuda a evitar la sobrecarga del
intestino”.
 
 Masticar mucho y despacio evita la fermentación de los alimentos, la cual
provoca flatulencias incómodas.
 
 El exceso de gases se debe a la ingesta y producción de los mismos por la
fermentación de los alimentos. Las comidas de tenedor se caracterizan por tragar
menos aire.
 
 Procurar comer siempre a la misma hora, dado que la irregularidad de las
comidas cambia el funcionamiento habitual del intestino y podría ocasionar
dolor.
 
 Son aconsejables los alimentos blandos o triturados porque son más fáciles de
digerir.
 Coma despacio y procure masticar bien los alimentos.
 Haga una dieta pobre en grasas y rica en proteinas.
 Evite comidas copiosas. Son preferibles comidas más frecuentes y menos
abundantes.
 Aumente la ingesta de agua (1,5-2 litros), sobre todo si predomina el
estreñimiento.
 Evite los alimentos que note que le desencadenan los episodios de dolor
abdominal.
 Los que más pueden perjudicarle son especias, alcohol, sopas de sobre,
cacao, derivados lácteos, quesos, yogurt, bollería, pasteles, helados,
mantequilla, bebidas gaseosas...
 Puede utilizar suplementos de salvado de trigo, mezclado con líquidos o
alimentos.
 Si predomina la diarrea, evite los derivados lácteos, café, té y chocolate.
 Puede tomar leche de almendras.
 Evite los alimentos flatulentos y las bebidas con gas: col, coliflor,
garbanzos, lentejas, coles de Bruselas, cebollas, puerros, guisantes, frutos
secos...
 Realice 30 minutos diarios de ejercicio físico suave, como caminar o nadar.
 Procure mantener un horario fijo de comidas e intente evacuar siempre a la
misma hora y sin prisas, preferiblemente después del desayuno.
 Puede aliviar el dolor abdominal con calor local suave.
 Evite en la medida de lo posible situaciones que le produzcan nerviosismo.
 Puede ayudarle practicar técnicas de relajación para combatir el estrés.

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