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¿Cómo Están Los Muros Espirituales De Tu Vida Que Guardan Tu

Corazón? - 2/16
“Y salí de noche por la puerta del Valle hacia la fuente del Dragón y a la
puerta del Muladar; y observé los muros de Jerusalén que estaban
derribados, y sus puertas que estaban consumidas por el fuego.”
Nehemías 2:13
En la cultura de los pueblos del antiguo medio oriente, era muy
necesario tener las ciudades rodeadas de altos muros. Esto además de
tener un significado de protección para la ciudad, tenía un significado de
fuerza y de poder.
Nehemías había sido enviado a Jerusalén con el fin de reconstruir la
ciudad y ayudar a los que se habían quedado después del cautiverio
Babilónico. Cuando él llego a la ciudad y fue a observar la condición de
la misma, se dio cuenta que los muros que protegían la ciudad estaban
destruidos.
En Jerusalén solo había quedado la clase pobre, y con los muros
destruidos estos pobres judíos no podían levantarse, pues los pueblos
vecinos los subyugaban entrando y robándole todo lo que ellos podían
cosechar.

Exactamente esta es la condición de muchos creyentes en la iglesia hoy.


Sus muros espirituales se han caído, y sus vidas están en ruina. El
enemigo entra y roba todo lo que quiere, los engaña, los amedrenta y
los mantiene en una condición de pobreza espiritual.

Te sientes cansado, sin deseo de leer la Biblia, sin deseos de orar, sin
deseos de tener comunión con Dios, Hazte esta pregunta: ¿Cómo están
los muros de tu vida espiritual?
Examina tu corazón y busca las aperturas que tú mismo has abierto, los
huecos espirituales que has dejado sin reparar en el muro de tu vida
espiritual.

Cualquier falla, un resentimiento contra Dios porque no te ha contestado


tus oraciones, alguna falta de perdón contra algún familiar o hermano
en Cristo.

Hebreos 12:15 nos dice: “Mirad bien, no sea que alguno deje de
alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados;..”

Así como el diablo se enojo cuando Nehemías fue a reconstruir a


Jerusalén, el se enojará contigo cuando veas que quieres volver a tu
comunión con Dios.

El diablo no quiere que tú salgas de esa condición en la que estás


viviendo, pero Dios quiere restaurarte. El diablo quiere seguir atándote
para destruirte, pero Dios quiere levantarte y darte vida para que
resplandezcas.

Nehemías fue valiente, y a pesar de la furiosa guerra de acusaciones,


difamaciones, burlas y escarnio, él reedificó Jerusalén y trajo gran
restauración al pueblo. Levántate de dónde has caído, repara tus muros,
reedifica tu vida espiritual, se valiente y no dejes que el diablo te
engañe más. ¡Amén!
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