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La Reconquista de Talamanca. Novela costarricense es un texto privilegiado para estudiar las contradicciones,
angustias y desencantos que atravesaron el discurso liberal de la década de 1930. Este artículo se centra en el
análisis de uno de los intertextos de la novela, la poesía veterotestamentaria de las Lamentaciones, que desnuda
la situación de temor ante unas circunstancias cambiantes que eran percibidas como un enorme peligro para la
imaginaria Costa Rica blanca y homogénea del discurso oficial.
Palabras clave: literatura costarricense, novela de la plantación bananera, Biblia, Antiguo Testamento, Lamentaciones,
Jeremías, parodia, intertextualidad, discurso nacional.
ABSTRACT
La Reconquista de Talamanca. Novela costarricense, is a privileged text to study the contradictions, anguishes and
disgraces that went through the liberal speech of the decade of 1930. This article focused on the analysis of one of
intertexts of the novel, the veterotestamentary poetry of the Lamentations, which reveals the fear situation against
some changing circumstances that were perceived as an enormous danger for imaginary homogenous and white
Costa Rica of the official speech.
Key words: Costa Rican Literature, novel of banana plantation, Holy Bible, Old Testament, Lamentations, Jeremiah,
parody, intertextuality, national speech.
* Investigador del Programa de Lexicografía del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y profesor de la Escuela
de Filología, Lingüística y Literatura, Universidad de Costa Rica.
Recepción: 23/4/07 Aceptación: 30/4/07
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Quesada (2000), pasando por la clásica y más luchaban por sucederlo. Esto constituye un factor
exhaustiva cuantitativamente de Bonilla (1981), decisivo para que el proyecto autorial, identi-
así como las de Chase (1975), Sandoval (1978), ficado con una versión tradicional del discurso
Valdeperas (1979), Ovares et al. (1993), Duncan liberal del progreso y la educación, se vea mina-
et al. (1997) y otros estudios, como los de do desde dentro por una serie de excedentes que
Padilla (1946)4, Núñez (1947), Segura (1963) y delatan conflictivas relaciones interdiscursivas.
Víquez (1986), evidencia que La Reconquista En efecto, tras la diégesis se insinúan algunos de
de Talamanca. Novela costarricense ha sido los discursos que durante esa década están con-
excluida del corpus de la literatura nacional. La frontando y redefiniendo el imaginario nacional,
revisión de la colección completa de las revistas discursos sobre las relaciones raciales, la sobera-
Repertorio Americano, Káñina, Letras y Revista nía nacional (en concreto, el asunto limítrofe con
de Filología y Lingüística, así como de las actas Panamá y la actuación de la United Fruit Co.)
de los Congresos de Filología, Lingüística y y la crecientemente organizada conflictividad
Literatura realizados hasta el momento en el social, así como las formaciones sociales en que
país, sin que se encontrara ninguna alusión a ellos se gestan.
dicha novela, confirman el ostracismo al que fue
condenada.
El interés por estudiar La Reconquista 2. Lo intertextual como estrategia
de Talamanca responde, en parte, al gusto de análisis
por aquello que Foucault, con cariño e ironía,
denomina la “erudición inútil”5, pero también Las consecuencias del surgimiento de la
se enmarca dentro de un esfuerzo por ampliar noción de intertexto6 han sido múltiples y pro-
el corpus de la literatura costarricense y por fundas en el desarrollo de los estudios literarios.
estudiar dos fenómenos literarios que no han Asumir la intertextualidad como una fuerza
recibido la debida atención en Costa Rica: constituyente de la entera producción literaria ha
la publicación de novelas por entregas y la sido una parte fundamental del movimiento que
serie literaria de la novelística de la plantación llevó al desplazamiento de la obra al texto y del
bananera (Sánchez Mora, 2006: 5-6). autor al sujeto escritor. El texto, en consecuen-
La producción literaria de la década de cia, dejó de ser visualizado como realización
1930 se encuentra ubicada en la coyuntura histó- acabada, perfecta, expresión de un sentido pre-
rica que abriría las puertas a la construcción de la determinado por la intencionalidad plenamente
Costa Rica contemporánea. Sin embargo, excep- conciente del autor. Y la figura privilegiada del
ción hecha de algunas figuras mayores como auctor, relacionado con la auctoritas, cede su
José Marín Cañas y Max Jiménez, no ha recibido lugar a un sujeto escindido y atravesado por una
la atención merecida y aún es muy poco lo que se multiplicidad de voces. La consideración de la
conoce sobre aquella. En ese contexto, interesa intertextualidad, en suma, representa el intento,
La Reconquista de Talamanca como texto de no siempre exitoso, por abandonar el clásico aná-
transición entre un período literario y otro: en lisis de las fuentes y las influencias para asumir
ella confluyen las preocupaciones temáticas y la circulación generalizada e indeterminada de la
estilísticas de las generaciones del Olimpo y del alteridad dentro de los discursos (Piégay – Gros,
Repertorio Americano, y se anuncian otras más 1996: 36).
propias de la novelística social de los años cua- Lo intertextual debe ser concebido en
renta. Esta novela se arma en una sociedad cos- su doble e inseparable vertiente de mecanismo
tarricense agitada por la veloz transformación de de escritura y estrategia de lectura y análisis.
un modelo liberal ya casi agotado; en tal sentido El recurso a la intertextualidad, por un lado, es
es un índice de las inquietudes y contradicciones constitutivo de cualquier texto en tanto que integra
de ese discurso liberal en disolución y de dis- la entera tradición textual (por lo que puede ser
cursos emergentes, literarios y no literarios, que no premeditado), pero también puede ser parte
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 25
de una estrategia enteramente conciente por un intertexto implícito, las obras históricas de
parte del escritor, en cuyo caso puede “mostrar Ricardo Fernández Guardia, en tanto que su
diversas premeditaciones: plagio, homenaje, perfecit coincide con un intertexto explícito, las
parodia, sátira” (Reyes, 1984: 47). Si la práctica Lamentaciones atribuidas al profeta Jeremías.
intertextual representa una revitalización de la Este artículo se centra en exclusiva en el estudio
tradición literaria de la que el escritor es parte, de estas últimas, en tanto que el análisis de los
de modo simultáneo requiere de su actualización textos de Fernández Guardia será motivo de una
en cada acto de recepción individualizado. En publicación posterior.7
este caso, la competencia literaria del lector Para el estudio del funcionamiento del
resulta fundamental, pues es él quien, en última intertexto es indispensable considerar que la
instancia, hace efectivo el valor significativo de la intertextualidad es un mecanismo de transfor-
copresencia intertextual. Desde una perspectiva mación y mediación de un texto anterior que se
pragmática, entonces, el fenómeno intertextual deconstruye en el nuevo, es decir, es un trabajo
requiere de “la actualización o activación del
de lectura o una reescritura del texto previo. Se
mecanismo por parte de la instancia receptora”
deberá tomar en consideración, por lo tanto, las
(Martínez Fernández, 2001: 98).
condiciones de producción de ese texto primi-
Aunque es el lector quien actualiza el
genio, la poesía veterotestamentaria, por cuanto
componente relacional, ante un fracaso estético
ellas “...aclararán qué elementos, por qué y cómo
(entendido como la falta de identificación de la
remisión intertextual) la responsabilidad no es han sido redistribuidos en el nuevo texto que los
por completo suya. El escritor puede haber pre- acoge...” (Chen, 1999: 124). En otros términos,
sentado el intertexto en una forma tan oscura que se tendrá presente que el texto (o intertexto)
se hace imposible su descodificación como tal y convocado por la relación de copresencia es
el lector real no logra responder a las expectati- transformado, pero, de forma simultánea, vierte
vas significativas prefijadas para el lector mode- su carga semántica sobre el texto que lo convoca
lo. En esta situación, entonces, la intertextuali- y que éste no puede obviar.
dad sería “un proceso no cerrado, incompleto”
(Martínez Fernández, 2001: 98).
El carácter necesario de la cooperación 3. Descodificación del intertexto
del lector en la eficacia intertextual conduce a bíblico
plantear la existencia de dos tipos diversos de
intertextos: marcados o explícitos, y no mar- 3.1. Sintaxis intertextual de las
cados o implícitos. Los explícitos anuncian su Lamentaciones de Jeremías
inserción mediante procedimientos convencio-
nales (códigos tipográficos, epígrafe, nota al pie, El perfecit de La Reconquista de
etc.) o la mención del título o el nombre del escri- Talamanca se estructura en torno a un intertexto;
tor. En los implícitos se carece de tales marcas en efecto, en aquél la novela convoca la presencia
y se descarga sobre el lector, al que se le exige de las Lamentaciones de Jeremías, mediante el
la condición de doctus, la tarea de descubrir e mecanismo de la referencia intertextual. Esta es
identificar la procedencia de la heterogeneidad una forma explícita de intertextualidad que reen-
textual (Martínez Fernández, 2001: 96; Piégay vía al lector a un texto previo sin materializarlo
– Gros, 1996: 45). literalmente.
En cuanto a La Reconquista de Talamanca
“Uno de los jamaicanos abrió al azar una Biblia
es posible leer en ella dos manifestaciones inter-
mugrienta que llevaba sobre las sucias rodillas y
textuales, una implícita y otra explícita, que deletreó con dificultad, en voz alta y tono quejum-
revisten singular importancia en la configuración broso, en ‘Las Lamentaciones de Jeremías’, unos
del proyecto ideológico que allí se expone. En versos truncos que el viento se llevó” (LRT, 2006:
los primeros capítulos de la novela se localiza 53 – 54).8
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Desde una perspectiva sintáctica, la del perfecit. En forma gráfica, el grupo oracional
estructura principal de este fragmento está puede representarse con el siguiente esquema
constituida por dos oraciones coordinadas que resume lo hasta aquí dicho:
mediante la conjunción “y”. En una versión
simplificada, en la que solo se han conservado abrió _ una Biblia mugrienta _ al azar
los objetos directos, son las siguientes: _
que llevaba sobre las sucias rodillas
1) Uno de los jamaicanos abrió una Biblia
jamaicano
mugrienta
y
2) deletreó unos versos truncos deletreó _ unos versos truncos _ - con
dificultad
A esta macroestructura se unen comple- _ - en voz alta y tono
mentos o adyacentes circunstanciales (Alarcos quejumbroso
Llorach, 2000: 295 – 299) que matizan la infor- _ - en las ‘Lamentaciones
mación transmitida por el núcleo de las oraciones _ de Jeremías’
mediante la adición de nuevos datos que, si bien que el viento se llevó
prescindibles, contribuyen a formar una imagen
más completa de la acción. El sujeto de la enunciación es “uno de
los jamaicanos”, que en el texto novelesco,
1) / Uno de los jamaicanos / abrió / al azar / una Biblia connota un imaginario negativo. La acción se
mugrienta expresa mediante dos verbos, abrir y deletrear,
S V CCM OD que remiten a un actividad de conocimiento,
de comunicación: abrir posee el significado
y
primario de “Descubrir o hacer patente lo que
2) / Deletreó,/ con dificultad,/ en voz alta y tono
está cerrado u oculto”, en tanto que deletrear
quejumbroso,/ en las remite a “Decir separadamente las sílabas [de
V CCM CCM una palabra]” (Seco, Andrés y Ramos, 1999:
‘Lamentaciones de Jeremías’,/ unos versos truncos / 1436). Este significado es reforzado por las
CCL OD características de los objetos directos que
reciben la acción verbal: “Biblia” y “versos”.
Finalmente, cada una de estas dos oraciones El lexema “Biblia” es tanto el soporte material
principales cuenta con una oración subordinada como el mensaje en él contenido, esto es, la
adjetiva o transpuesta adjetiva introducida por el palabra revelada por Dios, y “versos” identifica
relativo “que”, cuya función es la de especificar, la sección de ese mismo mensaje que ha sido
respectivamente, las frases nominales “Biblia seleccionada para su descodificación. Ambos
mugrienta” y “versos truncos”: son textos, tejidos de significados, mecanismos
del proceso de comunicación humana.
1) Biblia mugrienta _ que llevaba sobre Este perfecit, sin embargo, apunta hacia
las sucias rodillas la degradación del proceso cognoscitivo que
constituye su eje. La primera indicación en tal
2) versos truncos _ que el viento se llevó sentido se encuentra en la elección del verbo
“deletrear”, en lugar del más común de “leer”,
El análisis sintáctico, gracias a la para identificar el trabajo de descodificación
descomposición de los sintagmas oracionales, textual. Si “leer” indica una labor de descifra-
permite visualizar con mayor claridad las miento de los signos de la escritura, “deletrear”
unidades implicadas en el dispositivo significante es un tipo más reducido de lectura que destaca
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 27
por su lentitud, la cual puede derivar _como en referencia, es decir, una relación intertextual de
el caso concreto de esta novela_ de la escasa copresencia, sino que se halla presente una rela-
escolaridad del agente lector. Los adjetivos que ción intertextual de derivación: una parodia. A
delimitan las designaciones efectuadas por los partir de esta premisa, se considerará el perfecit
sustantivos refuerzan tal connotación negativa: como el eje de una inversión paródica del ritual
así, la Biblia es especificada como “mugrienta” que rodea la enunciación de las lamentaciones
y los versos como “truncos”. Los complemen- veterotestamentarias.
tos circunstanciales, por su parte, respetan ese Para lograr comprender la forma en que
mismo rumbo. La locución adverbial “al azar” la parodia actúa es indispensable conocer las
indica algo hecho sin rumbo ni orden (DRAE, características del hipotexto o texto base; de
2001: 265), carente de planificación, en este caso allí que sea necesario considerar previamente el
la apertura de la Biblia; y la acción de deletrear modelo genérico de la lamentación, así como su
es descrita como efectuada “con dificultad”, es especificidad histórica.
decir, a duras penas y en forma seguramente
incorrecta, plagada de errores. La secuencia de 3.2. Las Lamentaciones del Antiguo
lexemas “mugrienta”, “truncos”, “al azar” y “con Testamento y el profeta Jeremías
dificultad”, va creando una asociación semántica
en la que privan lo degradado y lo incompleto. El libro de las Lamentaciones
Los otros complementos se aclararán más ade- veterotestamentarias ha sido atribuido, por una
lante. Finalmente, las oraciones subordinadas antigua tradición, al profeta Jeremías. La versión
adjetivas, “que llevaba sobre las sucias rodillas” de los Setenta (250 – 130 a.C.), la Peshitta o
y “que el viento se llevó” no hacen sino enfatizar Siríaca (siglo II d.C.) y la Vulgata (383 – 406
y resaltar el rebajamiento y la incompletud de las d.C.) lo colocan inmediatamente después del
acciones de aprehensión de la realidad y de trans- libro de Jeremías, de modo que se constituye en
misión de mensajes ejecutadas por el destinador. una especie de apéndice (Encyclopedia Judaica
El adjetivo “sucias” comparte el mismo campo Jersusalem, 1972: 1360; Maeso, 1960: 152). La
semántico de “mugrienta”, en tanto que “que el Vulgata, además, conecta ambos textos mediante
viento se llevó” se une a “truncos” para constituir una nota introductoria a las Lamentaciones:
un circuito comunicativo fallido. “Después que Israel fue llevado cautivo y quedó
No se mencionó antes la función de dos Jerusalén desierta, se estaba sentado el profeta
de los adyacentes circunstanciales (“en ‘Las Jeremías llorando, y endechó sobre Jerusalén con
Lamentaciones de Jeremías’” y “en voz alta y la siguiente lamentación, y suspirando con amar-
tono quejumbroso”), por cuanto su acción dentro gura de ánimo y dando alaridos, dijo:...” (Trenos o
Lamentaciones de Jeremías profeta, 1).
de la estructura sintáctica es diversa de la que
efectúan los restantes complementos. El adya- Hasta el siglo XVIII, las tradiciones
cente “en ‘Las Lamentaciones de Jeremías’” es cristiana y judaica concordaron en aceptar
el núcleo de la referencia intertextual (explicita la autoría de Jeremías, tanto por las fuentes
el vínculo de copresencia), en tanto que “en voz textuales citadas como por cierto pasaje bíblico
alta y tono quejumbroso” delimita las circunstan- (II Paralipómenos o Crónicas 35, 25) que
cias formales y emotivas que son esencialmente refiere a unas lamentaciones compuestas por
típicas, constitutivas, de la enunciación de dicho Jeremías con motivo de la muerte del rey Josías
intertexto. Sin embargo, existe una contradic- (Spadafora, 1957: 355; Montague, 1970: 85).
ción entre este estilo, respetuoso del ritual de la Desde entonces, sin embargo, se han multiplicado
lamentación, y el circuito comunicativo degrada- los cuestionamientos a tal suposición: algunos
do que construyen los objetos directos, los res- manuscritos griegos presentan únicamente
tantes complementos circunstanciales y las ora- el título Lamentaciones, lo que hace suponer
ciones subordinadas adjetivas. Esta circunstancia que se trata de una transmisión exacta del
permite suponer que no se está ante una simple original hebreo (Montague, 1970: 86); Jeremías
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anuncia la ruina del templo, en tanto que las Durante el reinado de Josías (640 – 609
Lamentaciones cuestionan cómo Dios ha podido a.C.) y gracias a la debilidad asiria, se extendió
abandonar su propia morada (Poupard, 1997: en Judá un proyecto de reivindicación naciona-
977); la existencia de metáforas y expresiones lista que, incluso, permitió la anexión de algunos
similares en el libro de Jeremías y en las territorios del norte (Samaria y Galaad) y en
Lamentaciones no es más que la muestra de cuyo centro se encontraba una amplia reforma
“literary influence or a common contemporary religiosa: “La unificación política y cúltica iban
idiom” (VV. AA.,1972: 1374); además de ciertas de la mano” (Thompson, 1992: 19). Esta refor-
contradicciones entre ambos libros. En general, ma, denominada de Josías o Deuteronómica,
la crítica bíblica actual reputa por falsa la autoría se fundó sobre el supuesto descubrimiento de
de Jeremías y supone que fueron escritas por uno un antiguo “Libro de la Ley” en las bases del
o varios poetas anónimos de Palestina en algún Templo de Jerusalén10 y propició la centraliza-
momento alrededor del 587 a.C. (VV. AA., 1972: ción del culto, la concentración de los sacerdotes
1474; Montague, 87). en dicho Templo, el rechazo de la idolatría y el
Si bien Jeremías no es el autor de las establecimiento de la pena de muerte como cas-
Lamentaciones, es necesario dedicarle la debi- tigo para ella (Thompson, 1992: 18). Aunque las
da atención en tanto que figura histórica por leyes deuteronómicas abarcan aspectos variados
dos razones fundamentales: en primer lugar, como la tenencia de la tierra, administración de
porque, independientemente de que no haya justicia, relaciones laborales, el trato a los deudo-
escrito este poema, en torno a la acción pública res y el cuidado de los pobres (Patterson, 1953:
de Jeremías se puede reconstruir lo fundamental 233), aquí interesa destacar la relevancia de la
del panorama político y religioso de su época y instauración del Templo como santuario único.
así comprender la especificidad del género de las El gobierno de Josías se embarcó en una amplia
lamentaciones; y, en segundo término, porque el campaña de purificación yahvista, es decir, de
intertexto de La Reconquista de Talamanca le destrucción de todas las formas de culto dife-
atribuye la autoría del poema, de modo tal que rentes de la oficial, algunas de las cuales habían
para el lector _inmerso, además, en la tradición penetrado durante la dominación asiria, de modo
que refuerza tal atribución_ se vincula en forma que su erradicación reafirmaba con claridad las
indisoluble a Jeremías con las Lamentaciones.9 aspiraciones de autonomía del reino de Judá.
Esto será importante en el tanto para el lector En este contexto, marcado por alianzas
se establece una asociación _falsa, pero eficaz_ cambiantes y constantes rebeliones, no es de
entre el poema y la actividad profética. extrañar que, en un periodo muy breve, Judá
Jeremías es la figura profética más haya pasado de la sumisión a Asiria a una rela-
importante e influyente del siglo VII a.C., por tiva independencia durante el reinado de Josías,
cuanto representa la culminación de la profecía de allí a un breve periodo de dominación egipcia
anterior al exilio del pueblo de Judá (Torreblanca, (609 – 605 a.C.) y, finalmente, a la hegemonía
2000: 82; Patterson, 1953: 220). El inicio de la babilónica. Tras el derrumbe de Asiria, Judá se
vida pública de Jeremías (626 a.C.) coincide con convirtió en zona fronteriza de los dos bloques
la muerte del monarca asirio Asurbanipal y la rivales, Egipto al sur y Babilonia al norte, que
decadencia de esta potencia que durante ciento pretendían expandir sus áreas de influencia.
veinte años había ejercido su supremacía sobre Así, “Jerusalén se inclina unas veces ante uno
los pequeños reinos del Mediterráneo oriental. El y otras ante el otro. Pero siempre se coloca del
panorama político internacional se completa con lado peor” (Neher, 1975: 202). Judá se negó a
la pugna entre Egipto y Babilonia por ocupar el pagar tributos a Babilonia (601 a.C.), ante lo
espacio dejado por Asiria y con el resurgimiento cual los ejércitos babilónicos sitiaron y tomaron
del nacionalismo judío que pretendía la liberación Jerusalén, el rey y mil personas de los grupos
del reino de Judá respecto de toda forma de gobernantes fueron deportados a Caldea, pero
tutelaje de las grandes potencias. la ciudad y el Templo se conservaron intactos
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 29
desgracia (Charpentier, 2001: 80 – 81). Así, lejos imploración de misericordia. El ayuno y otras
de distanciarse de la tradición profética, Jeremías penitencias cumplen la función de intensificar la
enfatiza una de las primordiales características de imagen de arrepentimiento y la petición de per-
ésta: la alternancia entre la memoria del pasado dón (Gunkel, 1983: 137 – 138). El hablante lírico
negativo y la esperanza de una salvación futura es un “nosotros” que representa a todo el pueblo
(Croatto, 2000: 88). Una isotopía de la esperanza, (esto no es así en la lamentación individual) y
que promete una renovación total, prevalece, que, mediante una queja desesperada y una súpli-
finalmente, sobre el mensaje atravesado por el ca atormentada, acepta su responsabilidad por
juicio y la destrucción (Torreblanca, 2000: 82; todas sus miserias y pretende “mover el corazón
Faria, 2000: 28 y 32). de Yahveh” (Gunkel, 1983: 146).
Las lamentación o treno (del latín threnus El libro de las Lamentaciones consiste de
y éste del griego ______) constituye un género cinco poemas, de los cuales los primeros cuatro
dentro de la poesía lírica que algunos, como son acrósticos, es decir, la primera letra de cada
Maeso (1960), identifican con la elegía. Esta asi- verso conserva el orden del alfabeto hebreo.
milación puede resultar problemática. La elegía El quinto no es acróstico, pero tiene veintidós
es un “subgénero de fundamentación temática versos, el número de letras de dicho alfabeto.
pero sin patrón formal fijo... que ha tenido un Esta estructura, muy frecuente en el salterio,
gran desarrollo en la literatura occidental en se utilizó como recurso mnemotécnico (Maeso,
relación con la expresión de dolor por la muer- 1960: 153)12 y, también, como un medio para
te de un ser querido” (García Berrio y Huerta expresar el carácter de plenitud del lamento, es
Calvo, 1999: 54). El carácter original de la elegía decir, que en él se agotaba por completo el tema
es profano e individual, lo que la contrapone (Montague, 1970: 88 – 89).
a la lamentación que, por definición, expresa Las Lamentaciones fueron compuestas
sentimientos de orden religioso y político y, por como resultado de la destrucción de Jerusalén y
ello mismo, reviste un sentido comunitario. Sin su templo en el 587 a.C. por parte de las tropas
embargo, ambas composiciones se asemejan por de Nabucodonosor, es decir, en el marco de la
el “predominio del tono lastimero” y también mayor crisis política y de fe que habían enfren-
existen lamentaciones individuales.11 tado. Expresan el dolor y el arrepentimiento de
La lamentación, en hebreo qinah, es un la colectividad ante lo que consideran como un
canto fúnebre o lúgubre de carácter religioso. castigo justo. En un tono lastimero
Se entonaba como parte de un ritual de
ayuno celebrado con ocasión de calamidades “se describe con tétricos colores y se deplora
amargamente la ruina y devastación de Jersusalén
públicas como guerras, exilios, pestes, sequías expugnada por los Caldeos, la miseria material y
o hambrunas. Su origen, en consecuencia, es sobre todo espiritual de sus habitantes, el castigo
litúrgico y muestra de ello es que el libro de ejemplar infligido por Dios a causa de la idolatría y
las Lamentaciones fue incluido en la liturgia los desmanes perpetrados” (Maeso, 1960: 153).
sinanogal desde el 70 d.C. para conmemorar, el
día 9 del mes de ab (julio – agosto), la destrucción De forma constante presentan el tema de la
del templo de Jerusalén y en los oficios de trágica inversión, esto es, el contraste dramático
tinieblas de la Semana Santa dentro del rito entre la gloria pasada y la miseria actual. La
latino de la Iglesia Católica (Montague, 1970: ciudad de Jerusalén, personificada como una
85; Poupard, 1997: 977 -978; Gunkel, 1983: 135; mujer, ya sea bajo la figura de la “hija de Sión”
Maeso, 1960: 156; Spadafora, 1957: 355). o de una viuda afligida, confiesa sus pecados y
Los puntos axiales que atraviesan la acepta su responsabilidad moral en lo referente a
lamentación son la recordación de Dios en el su destino. El castigo es aceptado como el más
momento de una gran catástrofe, la desgracia adecuado por haber quebrantado la alianza con
como castigo divino por los pecados del pueblo, Yahvé. Las naciones rivales muestran su gozo y
la confesión que éste hace de sus faltas y la se burlan de la vergüenza del pueblo de Judá, que
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 31
no fatalidad). Ellas son una expresión colectiva siguiendo a Bajtín, no presenta las mismas
de dolor, aceptación del castigo, arrepentimiento características de la medieval, por cuanto solo
y confianza en la misericordia divina (entendida degrada y ostenta “un carácter exclusivamente
como perdón y restauración). Sin embargo, según negativo, carente de ambivalencia regeneradora”
Gunkel (1983: 154), en un punto la lamentación (1999: 26).13
comunitaria se asemeja al oráculo: durante el La parodia parte de una estrategia que
día de ayuno en el que se entona la lamentación, consiste en conservar el estilo del hipotexto y
se solicita la ayuda de Dios y éste responde con transformar el tema. Así, por ejemplo, si se opera
la promesa de retornar su predilección por su la inclusión de un verso trágico en un contexto
pueblo. En este sentido, estos cantos predicen cómico, el estilo del verso es el mismo, pero el
un futuro mejor que se resume en el retorno cambio de contexto se traduce en un cambio de
de la especial relación entre el pueblo elegido materia que produce una desviación del senti-
y su Dios. El valor oracular de la lamentación do (Piégay-Gros, 1996: 58). En el caso de La
reside, entonces, en su poder de convocar el Reconquista de Talamanca, el estilo no cambia:
renacimiento de la esperanza. las Lamentaciones son enunciadas “en voz alta
y tono quejumbroso”, es decir, respetando las
3.3. La inversión paródica de la referencia claves formales del género lamentación. El com-
intertextual plemento circunstancial “en voz alta” señala el
carácter público del circuito comunicativo dentro
La parodia es el uso, con una función del cual opera la lamentación, su condición de
inversa, de elementos verbales marcados por sus experiencia socialmente compartida. El adjetivo
contextos de uso anteriores (Ducrot y Schaeffer, “quejumbroso” remite al tono de voz empleado
1995: 544). El mecanismo paródico se basa sobre para expresar pena o dolor y sirve para enfatizar
un juego irónico en el que actúa una discrimi- el patetismo de la enunciación, es decir, la define
nación de los componentes del texto: algunos se como una expresión de dolor, tristeza o melan-
mantienen –para permitir, por parte del receptor, colía. En la tipología de poemas según criterio
la identificación del texto parodiado- y otros se temático, elaborada por San Isidoro de Sevilla,
invierten para producir el efecto burlesco. En la las lamentaciones se ubicarían dentro de los ele-
cultura popular de la Edad Media la parodia era gíacos, puesto que estos son aquellos en los que
una de las más ricas manifestaciones de desacra- “la modulación de este verso se adapta muy bien
lización de los valores jerárquicos y su influen- a las tristezas” (García Berrio y Huerta Calvo,
cia se extendió, también, a los monasterios y 1999: 106). Esto permite apreciar que, hasta este
universidades. Un ejemplo claro lo constituye punto, el texto novelesco reproduce las claves
la Coena Cypriani, un inversión carnavalesca formales _publicidad y patetismo_ del género
de la Biblia, y que fue, junto con el Vergilius lamentación.
Maro grammaticus, el origen de la parodia sacra, Sin embargo, en cuanto al contexto se
un género literario de extraordinaria difusión refiere, este sí se modifica sustancialmente. Las
durante el medioevo y que produjo “liturgias Lamentaciones son una plegaria que se entona en
paródicas (Liturgia de los bebedores, Liturgia el mundo judío como parte de un ritual de ayuno
de los jugadores, etc.), parodias de las lecturas y que, en la tradición católica, pasó a ocupar,
evangélicas, de las plegarias, incluso de las más desde el siglo VIII d.C., un espacio en la liturgia
sagradas (como el Padre Nuestro, el Ave María, de la Semana Santa en el denominado Oficio
etc.), de las letanías, de los himnos religiosos, de de Tinieblas. En este, la celebración litúrgica
los salmos, así como imitaciones de las senten- adquiere la forma de un paralelismo: en tanto
cias evangélicas, etc.” (Bajtín, 1999: 19). el propio Jesús definió su propia muerte como
La presencia intertextual de las la destrucción de un templo, entonces la Iglesia
Lamentaciones en La Reconquista de Talamanca expresa su dolor mediante las Lamentaciones
guarda la forma de una inversión paródica que, que se cantaron con motivo de la destrucción
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 33
del templo. Desde la década de 1560, el Concilio colectiva al menos, tiene como origen al pueblo
de Trento prescribió el tiempo, el contenido y la sufriente que se arrepiente e implora la mise-
forma de este ritual: se debe celebrar al caer la ricordia divina; se trata, pues, de una plegaria
noche del Miércoles, Jueves y Viernes (triduum comunitaria que reúne en torno a la idea de un
sacrum) de la semana comprendida entre el destino compartido: un presente de miseria y un
Domingo de Palmas y el Domingo de Pascua. futuro de esperanza. Dentro de la tradición cató-
Se trata de un servicio religioso muy largo y en lica del Oficio de Tinieblas, le corresponde al
el que predomina el número tres, como un recor- sacerdote, en tanto que líder espiritual del pueblo
datorio de la gloria de la Santísima Trinidad que por delegación divina, conducir la manifestación
se reveló en la pasión de Cristo. Está formado del dolor de la Iglesia _entendida como cuerpo
por tres servicios, cada uno compuesto por tres místico de Cristo que fusiona al pueblo y a Dios_
nocturnos, que, a su vez, contienen tres salmos mediante la enunciación de las Lamentaciones.
y sus antífonas, un versículo y su respuesta, y De modo que en el perfecit de La
finalmente tres lecturas, cada una seguida de Reconquista de Talamanca cabría esperar que
su respuesta. Las lecturas del primer nocturno el sujeto de la enunciación fuera un miembro
se extraen de las Lamentaciones, algunas de las de la nación costarricense, en cuyo caso le
cuales se cantan; las del segundo provienen del correspondería a Ana Teresa dicha función. Pero
comentario de San Agustín a los Salmos y las del esto no es así: el destinador de la lamentación
tercero de las cartas de San Pablo a los Hebreos en la novela es “uno de los jamaicanos”. Se le
y a los Corintios. denomina, en primera instancia, mediante un
Se trata, como se aprecia, de un acto gentilicio extranjero para evidenciar su otredad,
discursivo reglamentado con gran precisión y su condición de ajeno a la comunidad de valores
revestido de solemnidad (no en balde se ejecuta que es la nación.14 La figura del “jamaicano”
durante la semana más importante del calendario actúa como la “némesis”15 de la comunidad
litúrgico). Justamente, las reglas de espacio son el nacional costarricense; el negro es el enemigo
primer componente que se pervierte en la paro- de la imaginaria Costa Rica blanca y homogénea
dia novelesca: el espacio de la enunciación no es del discurso liberal. El perfecit le presenta como
el templo, sino un vagón del ferrocarril en el que sucio (“las sucias rodillas”) e inculto (“deletreó
viaja, en realidad escapa, la derrotada Ana Teresa con dificultad”), es decir, ofrece de él una
y frente a ella “unas familias de negros, entre líos caracterización denigrante; sin embargo, le
de ropas, trebejos y utensilios de labranza, par- confiere el poder de elevar la lamentación que
loteaban sin cesar” (LRT, 2006: 53). La liturgia, puede determinar la subsistencia de la ecúmene
entendida como las disposiciones de orden y costarricense que se encuentra amenazada,
forma a las que se someten las ceremonias del entre otras causas, justamente, por la presencia
culto religioso, pierde su sentido de formalidad y _concebida como extraña_ de la población
deviene una acción pedestre. La enumeración de negra en la región del Caribe. Es una flagrante
personas y artefactos, ambos mezclados y con- contradicción que sea un negro, un “enemigo”,
fundidos gracias al uso de la preposición “entre”, quien se duele por la destrucción que él mismo
contribuye a crear una atmósfera de desorden. El está llevando a cabo. Por ello, esta suplantación
sustantivo “líos” refuerza la confusión, por cuan- del destinador puede ser leída como una parodia
to aunque se le emplea con el sentido de ‘porción que recuerda la actitud burlesca, referida por
de ropas atadas’, también significa ‘embrollo, las Lamentaciones, de las naciones enemigas
enredo’. Y el verbo “parloteaban” carga con una que hacen mofa del “nosotros” sufriente: “sus
marca de minusvaloración dado que remite a opresores la miraban y se reían de su desastre”
una charla considerada abundante en demasía y (Lam., 1, 7).
superflua. El sintagma de cierre, “unos versos
La fuente de la enunciación es otro de truncos que el viento se llevó”, es la indicación
los aspectos parodiados. La lamentación, la final de que el lector asiste a un circuito de
34 Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXXI (1): 23-38, 2007 / ISSN: 0378-0473
4. Conclusión
Notas
Un hecho incontrovertible es que La
Reconquista de Talamanca. Novela costarricense
1 “Mañana comenzará ‘La Hora a Publicar’ una
no ha sido relevante dentro de la historia Interesante Novela Nacional”, La Hora, n.° 760, 26
literaria del país. Su aparición en La Hora de marzo de 1935: 5.
pasó prácticamente inadvertida para la crítica
periodística y tampoco fue tomada en cuenta por 2 Esta novela se ha visto inmersa en un proceso defi-
la historiografía literaria. Considerar que este citario de circulación y recepción, el cual se gesta en
círculo de silencio, que determinó su exclusión el limitado impacto temporal de su publicación como
folletín y en la retórica del silencio o escamoteo crí-
del canon de la literatura nacional, tiene su
tico que la relegó del canon literario costarricense.
origen exclusivo en una supuesta escasez de Esta anulación de que ha sido objeto, hace oportuno
méritos estéticos del texto, no es una explicación reseñar los puntos fundamentales de su diégesis
suficiente ni satisfactoria. para una mejor inteligencia de los lectores. El texto
Las líneas de investigación seguidas a se inicia con la presentación de una joven pareja
de esposos costarricenses, Óscar González y Ana
lo largo de este trabajo llevan a concluir que
Teresa López, quienes viajan al Caribe, en donde
la recepción truncada de La Reconquista de Óscar trabajará para la compañía bananera. Allí, se
Talamanca guarda una estrecha relación con la desempeñará como asistente de Porfirio Rojas, un
intertextualidad y la interdiscursividad16 que la colombiano que administra la finca bananera “La
SÁNCHEZ: Las Lamentaciones de Jeremías y La Reconquista de Talamanca... 35
Isabel”. Este es un hombre rudo, pero educado, quien los escritores de la primera mitad del siglo XX, pues
llegó a la región más de veinte años atrás y que con ofrece las biografías de sesenta y seis poetas e indica
gran esfuerzo se abrió camino dentro de la estruc- sus obras, incluso las inéditas.
tura organizativa de la compañía transnacional. En
una analepsis, que abarca los capítulos III a V y que 5 Foucault define la erudición inútil como la pasión
temporalmente se ubica hacia 1910, se relatan los que une a “los amantes de las bibliotecas, de los
primeros años de Porfirio Rojas en Costa Rica y su documentos, de las referencias, de las escrituras pol-
encuentro con una pareja de maestros costarricenses, vorientas, de los textos que no fueron nunca leídos,
Alcides e Isabel Vega, quienes tenían a su cargo la de los libros que apenas impresos son recluidos y
escuela de Sipurio. En tanto que con la mujer esta- duermen en los estantes de las bibliotecas, de los que
blece una relación de adulterio, con el hombre se sólo son retomados algún siglo después” (1996: 15).
da una de carácter intelectual que tiene como eje la
historia de los fallidos intentos por “reconquistar” 6 El intertexto, eje horizontal de la genética textual,
Talamanca, es decir, por incorporarla dentro de representa el preaserto, la precoerción, el material
la dinámica política, económica y cultural de los lingüístico que materializará el significado (Cros,
grupos de poder de la región central costarricense. 1986: 116). Tomando las ideas de Kristeva, Cros
Pronto, Alcides muere, lo que facilita la convivencia estima que el texto es una combinatoria, el lugar
de los amantes. Isabel queda embarazada, pero debe de un intercambio continuo entre unos fragmentos
partir sola a Limón pues el parto amenaza con ser de textos anteriores que la escritura destruye, niega
de riesgo. Da a luz una niña y al sentir que está a y reproduce para construir un nuevo texto (Piégay
punto de fallecer la entrega a un matrimonio cita- – Gros, 1996: 10 – 11; Ramírez Caro, 2000: 145). La
dino, pues considera que Porfirio, “un hombre de la noción de intertextualidad, no obstante su gran difu-
montaña”, no es el indicado para educarla. Porfirio sión, no ha estado exenta de críticas. La definición
que de ella da Barthes (citado en Piégay-Gros, 1996:
se entera de la muerte de Isabel y del destino de su
12) ha sido cuestionada por su carácter totalitario y
hija por medio de Walton, un empleado negro que la
porque con su “polisémica prosa literaria” propone
había acompañado hasta Limón. Desde ese instante,
“una erótica de la lectura panintertextual aleatoria
el carácter de Porfirio Rojas cambia, se convierte
que le quita toda utilidad analítica al concepto”
en una persona dura, casi insensible. La narración (Navarro, citado por Martínez Fernández, 2001: 59).
regresa a la década de 1930, en donde se asiste a un Los posestructuralistas también han acusado en la
doble proceso: la seducción de Ana Teresa por parte noción de intertextualidad de Kristeva algunas limi-
de Porfirio y los malos tratos que este da a los traba- taciones: “...para ella todos los textos son intertex-
jadores. El desenlace de la novela se precipita cuan- tuales, noción poco útil cuando se trata de interpretar
do Walton revela a Porfirio que Ana Teresa no es textos individuales... a Kristeva le interesa más el
otra que su propia hija. Walton, acusado por Rojas de texto como cruce o mosaico que el texto como arena
haberle ocultado la información que habría evitado conflictiva donde resuenan todas las voces sociales”
el incesto, se convierte en el instigador de un grupo (Ramírez Caro, 2000: 145). Véanse, también, Reyes
de trabajadores descontentos, quienes acaban por (1984) y Amoretti (1996).
asesinar al colombiano justo cuando intentaba contar
a Ana Teresa toda la verdad. El perfecit de la novela 7 El intertexto histórico, compuesto por Historia de
muestra a una llorosa Ana Teresa que se marcha del Costa Rica: el descubrimiento y la conquista (1905)
valle de Talamanca en un vagón de ferrocarril que y Reseña Histórica de Talamanca (1918), ambos de
transporta los materiales que la compañía bananera, Ricardo Fernández Guardia, son analizados en el
en franco retroceso, retira de las fincas que abandona capítulo III, apartado 3.2., de Sánchez Mora (2006).
ante el avance del mal de Panamá. Junto a ella, unas
bulliciosas familias negras, uno de cuyos miembros 8 El destacado es mío.
lee las Lamentaciones de Jeremías.
12 Maeso añade que: “El orden alfabético, aparte de las Babcock Gove, P. (ed.). 1993. Webster’s Third
otras razones indicadas, moderaría en cierto modo New International Dictionary of the
la eventual falta de ilación y rigor lógico propia del English Language. Colonia: Könemann.
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