Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NTV Esto responde el SEÑOR: —Si regresas a mí te restauraré para que puedas continuar
sirviéndome. Si hablas palabras beneficiosas en vez de palabras despreciables, serás mi vocero. Tienes
que influir en ellos; ¡no dejes que ellos influyan en ti!
– Al ser llamado al oficio de Profeta, Jeremías tuvo que rechazar el oficio de sacerdote
que le tocaba por descendencia lo cual lo pondría en conflicto con su padre y con el
resto de sacerdotes.
Jeremías, además del conflicto de rechazar el ministerio sacerdotal que le tocaba por
parte de su padre, se enfrentó al conflicto de tener que denunciar a los sacerdotes de
los cuales su padre formaba parte y a los reyes. Todo esto sumado a la fuerte
reprensión de Dios hacia el pueblo y el mensaje de que se dejaran llevar cautivos
para salvar sus vidas, llevó a Jeremías a sufrir grandes persecuciones,
encarcelamientos, vituperio, ser lanzado a cisternas llenas de lodo, insultos, etc.
Cada vez que Dios hablaba a Jeremías, la Palabra tan dulce se volvía amarga en su
estómago hasta el punto de desear no volver a hablar en su nombre por un lado por el
sufrimiento personal que suponía el ser perseguido y amenazado y por otro lado por
el sufrimiento que Dios advertía hacia el pueblo que Jeremías tanto amaba.
El Cap 15 de Jeremías nos pone en contexto de una advertencia más que Dios hace
hacia su pueblo durante el reinado de Manasés, quien es considerado como el peor
rey de Judá y cuyos pecados hicieron traer el juicio de Dios sobre su pueblo: (2 R
21:1-11, 2 R 21:16; 2 R 21:12-15; 2 R 23:26-27; 2 R 24:3-4)
El verso 10 registra lo que sería hasta aquí el Tercer lamento de Jeremías. Jeremías
cae en un desaliento por causa de su ministerio, de la persecución, de la ofensa y
decide no hablar más, desistir de su ministerio profético, y es ahí cuando Dios le
entrega su Palabra de manera personal: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí
estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te
conviertas a ellos.
En la Palabra que Dios le da a Jeremías hay algo que Dios quiere hablarte hoy:
– Primero, Dios está pidiendo una verdadera Conversión, un Volverse a Él. Para
algunos esto significará abandonar sus pecados de una vez, nacer de nuevo, salvar
su vida de la condenación. A otros Dios les llama a convertirse con el mismo
significado que para Jeremías, un volver al primer amor, a renovar el pacto, el
compromiso que hicieron con Él, el llamado que recibieron de servirle, el ministerio.
– Segundo, Dios te dice, Yo Te Restauraré. Dios está queriendo restaurar vidas,
dones, ministerios, matrimonios, relaciones. Es tiempo de restauración, pero como
fruto de una verdadera conversión.
Vamos a analizar paso a paso las Palabras de Dios a Jeremías y discernir lo que
Dios nos quiere hablar hoy y en este tiempo.
1. SI TE CONVIRTIERES
Como ya hemos señalado, Dios le está diciendo a Jeremías que vuelva a la esencia
de su ministerio como cuando fue llamado. Que se comprometa a ser fiel, obediente,
que no rechace la Palabra, el llamado.
Pro 1:23 Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros, Y os haré saber
mis palabras.
Lam 5:21 Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como al principio.
Dios usa esta palabra en los 39 libros del A.T., pero donde más en Jeremías con 106
veces.
Es una palabra que Dios está usando hoy para decirnos de una manera amorosa,
tierna y directa: Conviértete a mí, Vuélvete a mí. Si te volvieres, si te convirtieres, si te arrepintieras,
si cambiaras de parecer, si decidieras enderezar tu camino, si dieras un giro, si recapacitaras; si
respondieras a mi llamado, si decides retroceder hasta el día en el que te llamé, si decides venir a mí,
Hay personas que necesitan tomar seriamente estas palabras, necesitan volver al
llamado que Dios les hizo y que abandonaron por circunstancias diversas. Vuelve a
tu llamado.
Hay personas aquí que necesitan tomar esta palabra como un llamado a abandonar
sus pecados y entregar sus vidas a Dios, a Cristo el Salvador.
Hay personas que con el paso del tiempo sustituyeron su relación con Dios, su vida
de oración y tiempo de disfrutar de la Palabra por una religión vacía, sin pasión ni
devoción. Dios te está diciendo: SI TE CONVIRTIERES, SI VOLVIERAS AL PRIMER
AMOR.
– Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados… (Hch 3:19) son las
palabras de Dios clamando una vez más por la gente a la que ama.
Heb 3:7 Por eso el Espíritu Santo dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el corazón como lo
hicieron los israelitas
2. YO TE RESTAURARÉ
Es interesante que Dios use la misma palabra “shub” que significa convertirse o
volverse, para hablar de Restauración. Esto implica que la Conversión a Dios, el
Volverse a Dios de todo corazón, a las sendas antiguas, al primer amor, el volver a
Cristo, a su Palabra, al llamado siempre trae como consecuencia o fruto una
Restauración.
Cuando Dios nos pide que nos convirtamos está pensando en restauración. Cuando
Dios pide que nos volvamos a Él, piensa en Restauración, de vidas, de llamados, de
dones abandonados, de matrimonios dañados, de relaciones entre hijos y padres.
fue con el propósito de Restaurar porque esta oración finaliza diciendo: Y renueva
nuestros días como al principio.(Lam 5.21) O como dicen otras versiones:
Conviértenos a ti y nos convertiremos… haz que nuestra vida sea lo que antes fue; devuélvenos días
como los antaños.
YO TE RESTAURARÉ. Fue el deseo de Dios cuando Pedro predicaba: Así que,
arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia
del Señor tiempos de refrigerio, (recuperar el aliento, revivir). Hch 3:19
Cuando nos volvemos a Dios de todo corazón, cuando determinamos cambiar cosas,
prioridades, abandonar pecados o malos hábitos, comenzar a dar pasos, cuando el
altar personal y familiar es restablecido, ¡¡Prepárate para la Restauración, para las
nuevas cosas!!
Es posible vivir con gozo, con una continua pasión por el Evangelio, cuando nos
volvemos a Dios.
Es posible ver como nuestros hijos se vuelven a Dios y son restaurados, cuando nos
Volvemos a Dios.
CONCLUSIÓN
Dentro de la promesa de Restauración, Dios incluye la promesa de que estarás
delante de Él o como dice la NTV: Podrás continuar sirviéndole.
Dios nos llama a cambiar, cambiar nuestra conducta, cambiar nuestras palabras,
comenzar a abandonar todo aquello que no nos edifica a nosotros ni a la Iglesia y que
por supuesto no le glorifica a Él.
Dios nos llama a dar un giro, a tomar decisiones que repercutirán en bendición,
restauración, avivamiento personal y del hogar. Es tiempo de dejar de jugar con Dios
y con nuestra salvación. Es tiempo de echar abajo la fachada religiosa, de quitarse la
máscara de cristianos y decirle humildemente a Dios: ¡¡Conviértenos a ti y nos
convertiremos!!
Y volviendo en sí, dijo…en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre. Lc
15:17
Continuó con una confesión: Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti.