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Resignificación del ideal clásico amoroso en “Angustioso caso de soltería” de Rodrigo Lira

Alec Misael Sánchez Montero


La ironía, la intertextualidad, la sátira y –en pocas palabras– la experimentación con la
poesía son rasgos representativos de la obra de Rodrigo Lira (1949-1981), autor chileno
atípico que se consideraba a sí mismo, más que un poeta, un “manipulador del lenguaje”.
Su único libro, Proyecto de obras completas, fue publicado de manera póstuma en 1984 y
prologado por Enrique Lihn, una de sus mayores influencias. El poema situado al comienzo
de esta compilación es “Angustioso caso de soltería”, un texto vanguardista en el que Lira
traslada el lenguaje poético y los ideales clásicos –en este caso el ideal amoroso– a una
realidad cotidiana e, incluso, prosaica.1
“Angustioso caso de soltería” es –en palabras de su yo lírico– un “ POEMAANUNCIO”
(v. 20)2 que parodia las costumbres de una sociedad en la que el cortejo es mediado por la
prensa periódica. En otras palabras, Lira emula los anuncios que ciertos individuos publican
en la sección de clasificados con el fin de encontrar una pareja romántica ideal. En la
forma, el poemaanuncio de Lira es un pastiche3 de estos textos, de ahí que su discurso sea
un híbrido entre el lenguaje poético y las convenciones lingüísticas que se esperarían en un
anuncio de clasificados, a lo que se suman referencias intertextuales, frases en varias
lenguas extranjeras y términos o ‘jergas’ de diversos ámbitos. A pesar de la abundancia de
elementos textuales, el eje de articulación es la búsqueda parodiada de una compañera
femenina.
En el poemaanuncio, la voz poética se presenta a sí misma con el nombre de “Juan
Esteban Pons Ferrer” (v. 1) y expone su anhelo de encontrar “un buen bello verdadero
bípedo implume/ −e imberbe: de sexo femenino−” (vv. 37-38). Como sugiere el título, esta
búsqueda es “angustiosa”, en especial si se considera que el personaje se corresponde con
la figura popular del ‘solterón’; las convenciones sociales indican que la edad casadera
ronda entre los 20 y 30 años, por lo que es de suponer que la edad de Pons Ferrer excede o
está por exceder estas cifras al momento de publicación de su texto. Rasgos como la “calva
en vías de desarrollo” (v.102) y el énfasis en las mayúsculas de “ CON SUMA URGENCIA” (v.

1
Esta singularidad escritural de Lira remite a la “antipoesía” de Nicanor Parra, otra de sus influencias
principales. No en vano, Rodrigo Lira caracterizaba a su producción poética como una “contrapoesía”.
2
La referencia a los versos que utilizo en este texto obedece a la distribución tipográfica de las líneas en la
edición de Proyecto de obras completas (2003), disponible en el sitio web de Memoria Chilena.
3
Es decir, una “obra original construida […] a partir de la codificación de elementos estructurales tomados de
otras obras [que] pueden ser lugares comunes formales o de contenido o de ambos a la vez, o bien fórmulas
estilísticas características de un autor, de una corriente, de una época, etc.” (Beristain, Diccionario de retórica
y poética, p. 387).

1
26) parecen confirmar la imperiosa necesidad de Pons Ferrer por unirse a una mujer –la que
sea, aunque con ciertas restricciones–, acaso sólo para cumplir las expectativas sociales.
La obligatoriedad de una relación de pareja –heterosexual en el poema y en la visión
tradicional del “amor”– es un juicio que, a partir de la visión platónica de un alma bipartita,
se ha reinterpretado como el vínculo necesario entre hombre y mujer, a fin de que sus vidas
cobren sentido; expresiones coloquiales como “media naranja” reafirman tal preceptiva en
las relaciones interpersonales. Esto explica la aparente imagen menoscabada de Pons Ferrer
sobre su persona: “hastiado y harto −y harto− de experimentarse a sí mismo como/ huna
hentidad hincompleta” (vv. 9-10), nótese el énfasis en la ‘incompletitud’.
Contrario a la figura de un caballero que, guiado por su sentimiento sincero,
buscaría una dama a quien amar, la voz poética decide rechazar el amor en su empresa: “De
"amor" me temo que no/ (a esa palabrita le han corrido demasiada mano)” (vv. 92-93). Al
rehuir del ideal amoroso clásico y reconocer que el vocablo “amor” ha sido blanqueado
semánticamente,4 el yo lírico termina por resignificarlo desde su aspecto material y
corporal, puesto que las características que exige de su mujer ideal son vagas y
contradictorias, pero fundamentalmente corporales: “−de uñas limpias, de ser posible−,/ de
labios de senos de nalgas de muslos de pantorrillas” (vv. 31-32). De esta manera, más que
desear a la figura femenina5 por el amor que pudiera sentir hacia ella, Pons Ferrer busca
poseerla y ser poseído por ella, darle la calidad de objeto o cosificarla y, del mismo modo,
hacer lo mismo con él: se busca cuerpo y a cambio se ofrece cuerpo, como lo manifiesta en
los incisos (vv. 78-111).
La resignificación del ideal amoroso se logra mediante la parodia y la ironía en el
discurso de la voz poética. Por ejemplo, hacia el final del poemaanuncio, cuando declara
que se conforma ya no con el encuentro o el retrato de la interesada, sino con “ánimo,
consejos, datos o buenos deseos, regalos, donativos,/ becas o subsidios, fruta” (vv. 124-
125).
Lira elige parodiar la realidad cotidiana en su poema para desautomatizar –de
manera burlesca y exagerada– la función social del amor en una época en la que los
vínculos afectivos entre las personas son menospreciados y el ideal clásico del amor está en

4
El blanqueamiento semántico o semantic bleaching hace referencia a la pérdida o reducción en el significado
de las palabras, a menudo por su uso extendido en el habla cotidiana.
5
A la que además nombra en varias lenguas como queriendo ampliar el ‘catálogo’ de mujeres aceptables.

2
crisis; da lo mismo si L’amour es el nombre de una “agencia matrimonial” (v. 12) que sólo
consigue uniones artificiales. A pesar del tono burlesco, el yo lírico permanece tan solitario
como aquellos individuos que esperan encontrar el amor en el diario o –como sucede en la
actualidad– en sitios web, aplicaciones y programas de televisión. Tal parece que, como el
mismo Lira cita de su contemporáneo Erick Pohlhammer a modo de epígrafe en otro de sus
poemas: “las llamas del amor ya no llaman”.

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