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EN TIEMPOS DE SOLEDAD

Es el motivo para dejar todo atrás, nos quejamos por no tener tiempo para la familia,
aprender, hacer ejercicio o ser disciplinados. Dirigimos nuestra energía en cosas que
simplemente se están quedando en el aire, imaginamos lo que pudo pasar cuando todo esto
se desato, criticamos los medios por el caos que está creando y no hacemos nada para
desmentirlos. Hablo de las redes sociales siendo la fuente inmediata para informarnos ya
que al no tener una red confiable aclarando la situación, los llamados influencers asumieron
roles intentando calmar un poco el ambiente, no considero que fuera una mala decisión,
pero no fueron las palabras adecuadas y comenzaron a ganar vistas y popularidad con algo
de pánico entre líneas o desinformación.
Siempre consideramos que todo sucede por una razón, lo repetimos cada tanto, buscando
creer en algo omnipotente que viene a salvarnos de lo que nosotros no logramos escapar,
solo tenemos miedo de sentirnos útiles. Somos seres autónomos e independientes, pero
preferimos que alguien más tenga una solución. No utilizamos los recursos que nos rodean
preferimos buscar soluciones rápidas, comprar la cura o dejar que la vida nos lleve porque
Dios lo quiso así.
Siempre creí que no lográbamos ver belleza real sobre el ecosistema y que solo algunas
fotografías me permitirían ver todo, antes de conocer la palabra extinción, así que nuestro
planeta necesita un descanso. Viendo como en pocos días algunos lugares aclararon sus
aguas y los animales están un poco más cerca, entendería que nosotros somos el virus
principal. Por mucho tiempo nos apropiamos de sus recursos, nunca es suficiente y lo
explotamos de manera que se ve afectado. Podemos evidenciar que no tenemos los medios
suficientes para soportar una pandemia y mucho menos una guerra, debo aclarar que
Colombia es uno de los países más ricos y si quisiera no necesitaría importar, pero prefiere
vivir de los recursos de otro lugar.
La violencia llega nuevamente dando diferentes caras para que no lo puedas notar, los
gobiernos prefieren dejar morir no sin antes salvar sus propias economías, algunas personas
de escasos recursos salen a tomar lo que creen suyo, y las fuerzas no interfieren, no se si
por miedo o puede que sea lo mejor. Debemos preguntarnos que tanto valor tiene un título,
el dinero plástico y hasta el físico, ¿puede el dinero comprar una vida?, si no somos
responsables aun con el dinero que tengamos no lograremos cambiar nada.
Preferimos colonizar tierras ajenas e invadir nuestros iguales en lugar de trabajar
justamente por lo que merecemos, pero lo que menos logro entender son las personas que
quieren generar lastima para buscar ayudas, debemos ser compasivos, analizar quien en
realidad necesita tu ayuda, la persona que esta con un techo con un celular último modelo,
rodeado de lujo y sin impedimentos físicos pero sin comida, o un anciano con los recursos
básicos que no tienen un ingreso fijo, con la poca comida racionada que además tiene
dificultad para hacer las cosas que para ti son básicas, pero que aun así no se queja en lo
absoluto, piensa un momento en esto ¿es una necesidad mental o es real?.
Tenemos conciencia de los recursos principales e inmediatos y esto llego de la nada a
mostrarnos que lo demás son lujos, no lo notamos hasta este momento, la importancia del
agricultor, del señor que te hace el mandado, los médicos, los enfermeros, la policía, la
gente que siempre está detrás de todas las comodidades que tenemos pero que jamás
notamos. Te fuiste sin siquiera ver su rostro, no agradeciste de corazón.
Tenemos nuestra experiencia y es única, innegablemente nadie puede vivir por una imagen
de ella, no podemos hacernos dueños de la experiencia ajena, nos encontramos en un
momento donde la lección esta en el aire, pero es nuestra decisión asumirla, este virus está
afectando nuestro cuerpo y digo nuestro por que todos somos uno y es nuestro propio
orgullo el que dice yo no me enfermo. Entonces voy a salir y no me va a importar el daño
que hago a quienes me rodean, porque no puedo ser egoísta y pensar solo en mi familia, no
te diste cuanta el chico que paso por tu lado que llevaba la misma camisa llena de confianza
que tu llevabas. El entro a su casa a saludar a su pequeña que luego de unos días se
encontraba enferma, seria culpable de esta situación, a fin de cuentas, ambos están bien y
ella no.
El entorno nos permite sacar lo mejor o peor de nuestra versión, no es precisamente que la
enfermedad toque tu puerta y mire tu estatus social o si eres una persona popular, que
momento tan vacío, que ironía, cuando uno critica al otro sin sentimiento alguno por qué no
está bien arreglado o porque no está a tu “altura” y esto arrasa contigo sin importar tu
género, tu creencia, tu raza ni tu edad.
Quería poner como ejemplo otros países donde el movimiento de su economía no se esta
viendo afectada ya que siempre intentan que sus mercaderes sean de la misma tierra,
estamos en plan de contingencia o eso nos hacen creer, en una cuarentena que nos está
preparando para lo que viene, no tenemos un plan para una crisis mayor y nos están
demostrando que en la salud pública no se tienen los espacios y la instrumentación
necesaria, la clase media seria la que se ve afectada, no se tienen medidas preventivas que
nos aseguren buenos medios y la población vulnerable, no quiero decirlo pero ¿tendrían que
morir? Si evitáramos las clases y el gobierno se enfocará más en mantener a su población
sana, sin encasillarnos, por lo menos tendríamos una parte del camino recorrido y es la
unión como país.
Llevo muchos días analizando el comportamiento de mi entorno, las personas desesperadas
por salir, ansiosas cuando se encuentran uno junto al otro, ven a sus hijos ahí sentados
frente a ellos y ni siquiera tienen un tema de conversación, las parejas comienzan riñas por
temas absurdos, nos atacamos en las redes sociales pero sobre todo no le damos la
importancia que merece a nuestra comunidad, desde nuestra realidad creemos saber todo
pero a pesar de que intentamos que nuestro mundo se comporte como nosotros lo
esperamos, no funciona, nada mejora y nos quedamos aquí minutos, horas, días, semanas o
hasta meses por nuestro ego junto a nuestra soledad.

By VALERIA TORO VILLA

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