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Tres muertes de Marisela Escobedo.

Es triste y alarmadora la poca, si no es que nula, seguridad con la que las


personas mexicanas contamos, tanto por parte del gobierno como de los propios
civiles, por supuesto que recae principalmente la responsabilidad en las
autoridades la falta de seguridad y justicia con la que vivimos todos los días, si
bien la ciudadanía empieza a normalizar o olvidar los casos como el de Marisela y
Rubí, no es algo que debería seguir así, la negligencia es algo que a existido
desde siempre, pero es uno de esos temas que todos sabemos que son reales
pero preferimos ignorar o evadir, no por gusto o por que la aprobemos, si no por
salud mental, vivir con miedo es algo que ya forma parte de nuestra vida, ya sea
miedo de que nos ocurra algo a nosotros mismos o a nuestro seres queridos, ya
que las personas preferimos evitarnos de hacer, usar o decir cosas que queremos
o nos gustan, que detener o cambiar la mentalidad y acciones de los agresores y
la gente problema, cosa que al pensarlo debería se inaceptable, pero que sin
embargo ya no es una opción arreglarlo, porque prácticamente es algo imposible a
estas alturas; las personas injustas, negativas, agresoras, violentas, asesinas,
violadores, etc., seguirán existiendo en todas partes, lo alarmante aquí es que ya
no se encuentran solamente en los lugares que sabes que son de temer y en los
desconocidos, sino que también se encuentran en las personas que deberían
protegerte, tu gobierno, tu entorno, tus compañeros de trabajo, tus vecinos, tus
amigos, tu familia, prácticamente en cualquier lado, por supuesto que las personas
coherentes y buenas somos más, pero ese dicho no nos ha servido de nada, más
que para hacernos tener fe en la humanidad justo después de que ocurre algo
malo proveniente de los mismos seres humanos.

El ejemplo que dio, y el respeto que merece Marisela Escobedo como madre, hija,
amiga, ciudadana, por sus acciones, es enorme, es casi obligado tenérselo,
porque pocas son las personas que quieren y se animan a hacer todo lo que ella
hizo sin pensar en lo que esto traerá como consecuencia, así como ocurrió
desafortunadamente con ella, aunque por supuesto, poco sorpresivo al ver como
las autoridades estaban llevando las cosas; es ahí cuando cuesta creer que el
gobierno, algo que es elección para unos y resignación para otro, este coludido en
caso como estos, no deja más que vueltas en la cabeza de muchos, sobre en que
nos espera como sociedad, cuando ya se ha hablado de miles de veces de casos
como estos, pero a fin de cuentas, como muchas cosas, no cambian, solo se
modernizan, buscando siempre la manera de que el poder no se vea afectado,
intentando “no enardecer a la multitud”, porque lo que para la gente afectada y
vulnerable es dolor, frustración, desesperación, temor, para ellos simplemente son
números y estadísticas, orillando a las personas con su negligencia y evasión, a
manifestarse y hacer valer la justicia por ellos y ellas mismas, sin saber si resultara
en la solución o no.

Como país tenemos muchas cosas de las cuales enorgullecernos, cultura,


gastronomía, biodiversidad, flora y fauna, artistas, etcétera, pero hablar de
gobierno y justicia es algo vergonzoso como país.

Erick Yair Pulido Garcia, 217206737.

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