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La tumba del Señor de Sipán fue uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos

realizados durante el siglo XX, considerado al mismo nivel que el hallazgo de Machu Picchu o
la tumba de Tutankamón. En esta oportunidad, el blog de redBus te presenta una guía de
todo lo que debes saber sobre este colosal descubrimiento.

Joya del Señor de Sipán.

Aunque parezca difícil de creer, la mayoría de peruanos y turistas conocen muy poco sobre
las distintas culturas precolombinas del Perú, exceptuando el Imperio Incaico y su ciudadela
icónica: Machu Picchu. Muchos ni siquiera estaban al tanto de que había docenas de culturas
en el Perú anteriores a los incas, y que tuvieron una influencia significativa sobre ellos.
La Cultura Moche, que dominó el Perú costero del norte desde el año 100 hasta el 700 d. C.,
es una de estas impresionantes civilizaciones antiguas. El hallazgo del Señor de
Sipán consiste en una tumba completamente intacta de un gobernante moche,
considerado uno de los descubrimientos arqueológicos más transcendentales del Perú
y América.

 Historia del descubrimiento del Señor de Sipán

Tumba del Señor de Sipán


Las huacas, monumentos naturales o hechos por el hombre de especial significado religioso,
fueron utilizadas por muchas culturas en todo el Perú, incluida la Moche. Huaca Rajada, la
huaca donde se descubrió la tumba del Señor de Sipán, consta de dos pequeñas pirámides
de adobe y una plataforma baja. Las autoridades obtuvieron la primera noticia de la tumba en
1987, cuando un desacuerdo entre dos ladrones de tumbas llevó a su descubrimiento por la
Policía, que allanó el sitio y recuperó la mayoría de los objetos preciosos de la tumba.

Esto fue lo que generó tanto impacto a nivel nacional e internacional. El robo de tumbas es un
gran problema en el Perú, por lo que fue bastante excepcional que los arqueólogos tuvieran
acceso a una tumba que estaba casi completa como la que se encontró en Huaca Rajada. Lo
que encontraron los arqueólogos cuando llegaron fue el esqueleto momificado de un
hombre de 1,63 metros de alto, junto con los restos de otras seis personas y un
verdadero tesoro de joyas y otras riquezas.

 El Señor de Sipán, como se le llamó, estaba adornado con tocados, collares, una máscara
facial, un pectoral, pendientes y anillos en la nariz; todo hecho de oro u otros metales
preciosos. La tumba también contenía un total de 451 ofrendas y artículos ceremoniales,
incluyendo cerámica ornamentada, textiles, cuchillos, conchas marinas, y animales
sacrificados. La mayoría de estos objetos se pueden admirar en una réplica de la tumba
original ubicada en el primer piso del Museo Tumbas Reales de Sipán.

 El Viejo Señor de Sipán

Los investigadores del Museo Arqueológico Nacional Brüning descubrieron en 1989 la


tumba del llamado “Viejo Señor de Sipán”, muy cerca de la tumba del Señor de Sipán y del
sacerdote. La tumba del Viejo Señor de Sipán es cronológicamente más antigua que las
demás, y a diferencia de ellas, su cámara funeraria poseía emblemas de la jerarquía real, con
elementos de oro, plata y pectorales de concha. No obstante, no tenía ningún acompañante
envuelto en componentes vegetales. Todas las piezas originales han sido restauradas en el
Museo de Mainz en Alemania desde el año 1988 hasta 1993, y actualmente se exhiben en
el Museo Tumbas Reales de Sipán de Lambayeque.

 
SEÑORA DE CAO

En el año 2004 se realizó el hallazgo de un contexto funerario peculiar: un conjunto de


cinco tumbas de las cuales resaltaba la más grande y profunda, que contenía el fardo
de un personaje muy importante de la élite moche, la Señora de Cao.

Sin duda se trata de un hecho absolutamente inusual en la arqueología peruana,


debido al sexo biológico del personaje, la presencia de un fardo inalterado por cientos
de años, su extraordinario estado de conservación, y la cantidad de objetos asociados
a su muerte.

La tumba, que habría sido construida a partir de la muerte de la Señora hacia los
siglos IV y V, fue hallada dentro de este espacio ceremonial decorado con
representaciones estilizadas de elementos propios de la cosmovisión Moche.

El fardo funerario de la Señora de Cao estaba compuesto por tres fardos sucesivos.
Todo el conjunto medía 181 cm de largo, 75 cm de ancho y 42 cm de grosor; pesaba
casi 120 kilos. Dentro de la tumba, el fardo de la Señora de Cao era acompañado por
un individuo adolescente muerto por estrangulamiento, quien tuvo un tratamiento
funerario mínimo en comparación al que recibió el cuerpo del personaje principal.

Las otras cuatro tumbas contenían a otros personajes. En la Tumba 1 se encontró a un


personaje de élite denominado como “Sacerdote Principal”, debido a los ornamentos y
otros objetos que fueron encontrados dentro de su fardo. Este se encontraba
acompañado por un individuo adolescente muerto por estrangulamiento. Las tumbas 2
y 4 contenían a dos personajes varones sin mayores materiales y ofrendas. La tumba
5 presentaba material óseo de diversos individuos. Todas estas fosas se encuentran al
pie del muro sur, profusamente decorado por representaciones esquemáticas del Pez
Life.
Roles y funciones de la Señora de Cao

Los estudios bioantropológicos permitieron conocer que la Señora de Cao murió


cuando tenía aproximadamente 25 años y que su estatura era de 1,48 metros.
Asimismo, el estudio de su cabello permitió conocer que consumía granos de maíz y
productos marinos.

¿Pero quién fue esta mujer? Las insignias de poder que la acompañaban (coronas,
diademas, porras, narigueras, orejeras) de haber sido usadas por el personaje,
sugerirían su estatus de privilegiado en la composición jerárquica de la sociedad
Moche del bajo Chicama.

Es sorprendente la similitud de sus insignias con las del personaje D de la llamada


«Ceremonia del Sacrificio», tema central de la iconografía Moche, que también es
compartido con las evidencias provenientes de la tumba del Señor de Úcupe, del
vecino valle de Jequetepeque.

En la secuencia narrativa de esta ceremonia, la sangre de los prisioneros ejecutados


es ofrecida al más alto dignatario. La investigación arqueológica ha permitido
identificar a estos personajes en sus propias tumbas: el personaje A, a quien le
entregan la copa con sangre, corresponde a la posición ocupada por el Señor de
Sipán; el personaje B corresponde al Sacerdote Búho, también enterrado en Sipán; el
personaje C corresponde a una sacerdotisa cuya tumba fue descubierta en San José
de Moro; y el personaje D, es comparado con el Señor de Úcupe y con la Señora de
Cao. Se reconoce entonces su investidura semidivina y autoridad político-religiosa.

La presencia de tatuajes en el cuerpo, con figuras de serpientes y arañas (ambos


animales vinculados con la fertilidad de la tierra y el agua) y de otros elementos
vinculados con lo mágico-religioso, sugieren que la Señora se dedicaba a actividades
espirituales muy profundas asociadas al curanderismo.
El ambiente ceremonial

Se trata de un recinto ceremonial típicamente moche, temprano de acuerdo al arte


desplegado en él. Tiene paramentos finamente decorados con imágenes propias de la
época, destacando representaciones esquemáticas de peces de mar y de río,
análogos a las imágenes del patio por debajo del Patio de los Frisos Marinos. Como
todo espacio abierto Mochica, presenta un recinto esquinero en cuyas paredes se
plasmaron las imágenes más notables: seres antropomorfos con rasgos felinos
acompañados por cóndores y serpientes, el llamado «animal lunar», y olas
escalonadas.

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