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La Balada de Alfonsina Bairán de Andrés L. Mateo: Análisis y estructura de la


novela

Conference Paper · November 2009

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Doris Melo
Caribbean University of Bayamón
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“La balada de Alfonsina Bairán de Andrés L. Mateo.
Estudio crítico de su estructura”.
Por Doris Melo

La literatura dominicana que se escribe en las últimas dos décadas del siglo
XX, particularmente la narrative, manifiesta una constante preocupación
social, política e histórica. Muchos de los escritores dominicanos
contemporáneos elaboran su discurso tomando como punto de partida los
treinta y un años de la dictadura.

Las décadas de los años sesenta y setenta constituyen un periodo de ruptura


ideológico con el sistema de la dictadura trujillista. Es a partir de ese
momento que los intelectuales dominicanos, particularmente la generación
de 1965, conocida como la llamada generación de postguerra,
intenta construir en el país un nuevo orden mental y literario.

Entre los escritores que corresponden a esta generación se destaca: Andrés


L. Mateo, Carlos Esteban Deive, Pedro Peix, Marcio Veloz Maggiolo, Pedro
Vergés y otros. Del corpus de escritores que corresponden a esta generación,
intereso estudiar la novela de Andrés L. Mateo, La Balada de Alfonsina
Bairán.

Considero que La balada de Alfonsina Bairán, es una novela que permite


formular diferentes lecturas. Esta, es una de las razones por la cual retomé
el tema antes estudiado en mi tesis de maestría. Por otra parte admiro
y considero al escritor Andrés L. Mateo, como uno de los intelectuales que
más han aportado a la cultura dominicana en el siglo XX. En sus
obras, plantea la problemática social y política dominicana, denuncia la
realidad histórica de los años de la dictadura y en otras de sus novelas
denuncia los doce años de represión gubernamental del gobierno de Joaquín
Balaguer.

Nuestro estudio sobre La balada de Alfonsina Bairán será, tomando como


punto de partida para el análisis textual; el estudio del narrador, su función y
forma dentro del relato, con otros recursos textuales que le permitan al autor
implícito de la obra, dirigir la lectura. La elocución, focalización y algunos
elementos narrativos que consideremos pertinentes y se observen en la
novela.

Utilizaremos como referencia algunas obras que analizan el texto


narrativo, como los son: de Mieke Bal, (1987), Teoría de la narrativa (Una
introducción a la narratología), Antonio Garrido, (1993), El texto narrativo,
María del Carmen Bobes Naves(1993), La novela, Genette G.(1972) Figuras
III. Por otro lado emplearemos algunos de los conceptos estudiados por
Mijaíl Batín (1989), en Teoría y estética de la novela.

Andrés L. Mateo nació en Santo Domingo (1946). Es Licenciado en letras


por la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Estudió filología en la
Habana donde obtuvo el título de Doctor en Ciencias Filológicas. Es poeta,
crítico, novelista, ensayista y educador. Dirigió durante un tiempo el
suplemento literario Aquí del periódico La Noticia. También es catedrático
de literatura y lingüística en varias universidades en la ciudad de Santo
Domingo. En 1981 obtuvo el Premio Nacional de novela otorgado por la
Secretaria de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos con La otra
Penélope. En 1991, recibió el Premio Nacional de Ensayo con Mito y
Cultura en la era de Trujillo.

Mateo se inserta en la narrativa de los años sesenta, una generación de


jóvenes intelectuales dominicanos conocida con el nombre de “generación
de la joven poesía dominicana.” Luego de varios años fuera de Santo
Domingo en el exilio, regresó al país y se integró a los grupos culturales de
los escritores de los años ochenta. Iniciando así, una nueva trayectoria
literaria inclinada hacia una estética de carácter más universal. Es a partir de
entonces que comienza a escribir novela y ensayo.

Ha publicado novelas y ensayos entre las cuales se encuentran: Pisar los


dedos de Dios (1972, Manifiestos literarios de la República Dominicana,
Poetas de Postguerra (1979), La otra Penélope (1979), La balada de
Alfonsina Bairán (1985), Mito y Cultura en la Era de Trujillo (1994, Al filo
de la dominicanidad (1996, Poesía I (1996), Palabras perdidas (2000) entre
otros.

Andrés L. Mateo es un intelectual comprometido con la causa nacional


democrática. Es decir, se mantiene en una lucha por defender los derechos
constitucionales del pueblo, en un reto con las condiciones políticas adversas
que aún afectan al país. Su obra en general es una comprometida y
constituye un intento de crear conciencia, a las nuevas generaciones que
componen la sociedad dominicana.

Mateo pertenece a la generación conocida como los escritores de Post-


guerra. Estos fueron los escritores que se comprometieron con la juventud
de su época en lo que se llamó Poesía Sorprendida, su poesía está centrada
en la búsqueda de una estética universal. Esta se encuentra relacionada a la
estética de los llamados poetas culturalistas de los años cuarenta influidos
por la poesía de Cesar Vallejo. Los jóvenes poetas dominicanos de la
generación del sesenta, se identificaron con los ideales de Vallejo. Entre sus
inquietudes adoptaron las tendencias marxistas de su obra y los temas
centrados en la existencia del hombre, la injusticia social y la angustia. Al
igual que los poetas del cuarenta, Mateo en los sesenta, asume un
compromiso social en su trabajo literario. Su poesía, sus novelas y sus
ensayos reflejan, en términos literarios, un compromiso nacional.

Andrés L. Mateo ha sido considerado por la crítica dominicana como uno de


los escritores comprometidos de su generación. Miguel Ángel Fornerín en su
ensayo “Muestra dominicana,” (1997) ubica la obra de Mateo en la narrativa
de transito de lo rural a lo urbano. Señala que Mateo es uno de los escritores
que refleja la búsqueda de una estética universalista más cercana a los poetas
culturalistas de los años cuarenta. Entre ellos destacan José Mármol, Plinio
Chaín y Cesar Zapata, escritores de la poesía sorprendida.

Fornerín, en su trabajo “Otra visión del burdel en La balada de Alfonsina


Bairán,” incluido en su libro Santo Domingo y Puerto Rico también son,
refiriéndose a la narrativa de Andrés L. Mateo señala que el autor escribe la
misma en el espacio de la Era de Trujillo retomando a su vez un momento
de mucho significado y valor en la historia contemporánea. Por otro lado
señala que en La balada de Alfonsina Mateo nos introduce al mundo de los
inmigrantes españoles del 1936 y su consecuente deportación, un hecho
histórico de mucha repercusión dentro de la historia dominicana.
Fornerín señala además que La balada de Alfonsina Bairán, es una novela
en la que se mezcla una escritura que denomina neobarroca de estirpe
poética con ideas existencialistas propia de autores filósofos como Sartre y
Camus. Apunta en su ensayo que el burdel en esta obra es una metáfora del
país. A su vez refiere que el burdel es una tragicomedia absurda. (109)

Por otro lado Giovanni Di Pietro, en un ensayo sobre las novelas de Andrés
L. Mateo destaca el estilo lírico y simbólico de La balada de Alfonsina
Bairán. Considera que los personajes de sus tres novelas enfrentan una
misma realidad política de su tiempo, un mismo pasado anterior y posterior
al tirano.

El narrador en esta novela, es un narrador testigo de una época de valor en la


história dominicana contemporánea: el final de la era de Trujillo. En ella, el
narrador es un estudiante de derecho que es testigo de los hechos que
ocurren en la República Dominicana.

La balada de Alfonsina Bairán trata de una mujer misteriosa que pertenece


a un sector de la sociedad en la parte oriental de la ciudad, en la capital de
Santo Domingo. El narrador nos cuenta, algunos eventos pocos
significativos de la infancia de Alfonsina sin entrar en muchos detalles. El
hablante que funge como estudiante derecho y este, no inteviene en los
mundos de los personajes, apenas se limita a testimonial algo que parecen
ser parte de los escritos en el diario de Alfonsina. Detalles de su vida como
donde vivía, sus amigas las turquitas de la Mella, y como conoció al que
luego se convirtió en su esposo. Notamos que este segmento de la historia el
autor implícito parece no tener interés en darle voz a los personajes. Es una
etapa que el narrador usará como parámetro para contrastar con la Alfonsina
frustrada, sufrida y silenciosa del Bar La Turca.

….Entretanto, vemos en el transcurrir de la narración que el estudiante que


narra nos entera de su disgusto con lo que sucede en el país y su impotencia
ante todo lo que no puede cambiar. El pertenece a un grupo clandestino
subversivo que lucha en contra del régimen dictatorial. Se le encomienda
que reparta panfletos entre los ciudadanos y los introduzca por debajo de las
puertas. Además del discurso denunciatorio de la iglesia y su oposición al
tirano en boca del sacerdote Luís. Sucesos que en realidad ocurrieron en la
historia dominicana. El autor implícito se vale del padre Luís para denunciar
los conflictos que en 1961 tenía la Iglesia Católica con el Estado. Esta
situación de conflictos con la iglesia produjo un ataque silencioso del
dictador. Así vemos como en la novela se denuncian estos atropellos; muerte
de un seminarista desaparecido y torturado y luego el apresamiento del padre
Luis por los esbirros de la dictadura frente a su iglesia.

Estos sucesos que ocurren en el país y que son una constante a lo largo del
texto, son denunciados por un estudiante de derecho, que podría ser el
propio autor vinculado en esa rebeldía en su juventud, testimonios de su
época. Mateo plantea, denuncia y nos pone en contacto con un personaje,
que puede ser cualquier sujeto que estuviera vinculado directamente con la
dictadura decadente pero vigente de Rafael Leónidas Trujillo, y con lo que
sucede en el país en ese año del 1961 Conjuntamente se retrotrae a épocas
anteriores.

Denuncia estos hechos los envuelve políticamente como dejando ver a través
de las palabras, los vasos comunicantes que al tejerse en el desarrollo del
texto, nos llevarán a entender todo un cúmulo de eventos que suceden en la
trama.

De pronto vemos que Alfonsina se ha quedado viuda. El narrador se detiene


en un tiempo y deja pasar un año como si desconociera lo que ocurrió
durante ese tiempo en la vida del personaje. De manera que no sabemos que
ha ocurrido y tampoco él narrador nos demuestra asombro con la visión de
sorpresa ante la actitud de Alfonsina. Luego de un periodo de casi un año
nadie la ha visto salir de la casa en todo ese tiempo ni recibir visitas.

Alfonsina mantenía distancia entre sus vecinos luego de la muerte de su


esposo. Tal parece que no quería arrojar ningún comentario, que la
perjudicara luego y le echara a perder los planes que ella se había trazado
para vengarse luego, de la dictadura. El narrador destaca ese momento
cuando ella sale, y se enfrenta a ese mundo del cual estuvo apartada mucho
tiempo. Tras contarnos detalles de los arreglos que Alfonsina le hizo a la
casa: El narrador nos cuenta que Alfonsina, llevó hombres a la casa y tumbó
puertas y paredes y luego entraron muebles, mesas, sillas. En fin, todo lo
necesario para un bar.

Alfonsina, la mujer simple, sencilla, ingenua, seria. La Alfonsina que jugaba


con los perros en su infancia, inocente. La que todos respetaban por ser una
señora en el barrio de repente parecía haber dejado de serlo, para convertirse
en una vendedora de placeres, Convirtió la casa heredada de su padre en un
prostíbulo al que bautizó con el nombre de Bar La Turca

Alfonsina, vivía con dos prostitutas y sus tres perros, los cuales paseaba los
martes. Sus paseos tenían un mismo rumbo y conducían a un mismo lugar,
el centro de la ciudad colonial. Ella se vestía elegantemente, con sus collares
de perlas y sus trajes de lino, muy distinguida, con un moño en la nuca, y su
bastón terminado en un puño de plata en el que se perfilaban
paradójicamente las caras de unos ángeles. Toda el paseo consistía en unas
vueltas alrededor de la glorieta del parque, en compañía de los perros. Allí,
se sentaba en un banco a recordar a su esposo y alimentar su resentimiento
para tener el valor de seguir con los planes que había forjado.

La apertura de ese prostíbulo trajo como consecuencia protestas de la iglesia


y los vecinos del lugar quienes se negaban al escandalo y la clase de
negocio en un barrio humilde pero de gente decente. Un prostíbulo en una
vecindad de personas religiosas. No obstante Alfonsina se había convertido
en una mujer transgresora y se salió con la suya. Ella recibía en el Bar La
Turca, a personas importantes del gobierno, miembros del régimen que en
ese momento paradójicamente le dieron protección.

Por otro lado, en La balada de Alfonsina Bairán se dan cita diferentes


historias conectadas entre sí. Por un lado el estudiante de derecho quien
funge como narrador testigo que denuncia las atrocidades del régimen y el
miedo de la gente ante la represión gubernamental, los temibles calies. En
fin, todo lo que ocurre en el país para esa época decadente en que Trujillo
había caído en descredito frente al mundo y hasta la iglesia conspiraba
contra el tirano desde el púlpito.

El narrador describe los últimos meses de la dictadura como una crónica


histórica. En un lenguaje expresivo a veces poético detalla como vivía la
gente en el país durante esos meses previo a la muerte del tirano. El miedo y
el terror los representa con un realismo casi fotográfico. Se pueden apreciar
en la descripción de los rostros temerosos y en las palabras, en las voces de
los que componen el conglomerado social que se proyectan en la novela.

La desaparición de miembros de la iglesia por parte de la dictadura, la


llegada de los españoles en el 1940 y su expulsión cuatro años más tarde.
Son algunos de los hechos históricos que el autor implícito le interesa
destacar.

Por otro lado se describen los momentos en los que se desata la noticia que
mataron al dictador, con sus consecuencias. El pueblo se vuelve en rebeldía
y clamaba venganza contra aquellos que apoyaban la dictadura y
confraternizaban con ellos. Entre ellos figuraban el Bar La Turca con su
propietaria que en esa última etapa de su vida se había casado con un esbirro
de la dictadura. Finalmente las turbas como fieras, con antorchas en manos
bajaban furiosas desde la parte alta de la ciudad. Alfonsina esperaba que
todo esto ocurriera sentada en su casa, mientras se prepara para la
culminación de su venganza. Los perros habían desollado vivo al señor
Matías, le habían sacado las tripas, los ojos. Su venganza era esa, atraerlo
hacía ella, ganar su confianza y vengar la muerte de su esposo. Por otro lado
cumplida su misión, Alfonsina no le importa nada, no le interesaba rescatar
sus recuerdos, cuando las turbas destruyeran el burdel y le pegaran fuego.

El narrador nos cuenta como logró entrar en el Bar entre las llamas para
rescatar las personas dentro del burdel y no encontró a nadie allí, solo un
diario en el que Alfonsina cuenta parte de su historia. No se supo de la
desaparición de Alfonsina, si murió en el incendio o si se suicido una vez
completada su venganza contra el hombre que mato su esposo.
Señala Genette G. en su libro Figuras II, (1972) refiriéndose a la
focalización que, estos son los juegos en que se combinan diferentes
perspectivas y revelan la presencia muy activa de un narrador que en el caso
concreto, se somete a las descripciones propias de la focalización. (241-244).
Así vemos como el narrador en La balada de Alfonsina Bairán es quien
inicia la presentación de los personajes. En este, combina diferentes
perspectivas y logra presentarlas desde diferentes ángulos como veremos a
lo largo de este trabajo.

El relato da inicio con un hablante que se focaliza distanciado, un


narrador omnisciente. El narrador funge con una voz de cronista, una voz a
veces lírica poética, la cual nos introduce en el mundo de Santo Domingo a
la llegada de los inmigrantes 1936 y concluye con el final de la dictadura,
también representada alegóricamente con el fuego que consume el
prostíbulo de Alfonsina en mayo de 1961.

El narrador omnisciente parece conocer los pensamientos de Alberto


Cuadra, se sitúa en la conciencia del personaje, traspone su propio discurso
lo que pasa en y por su propio interior. Parece distanciado, pero sabemos que
todo lo que dice el españolito que llega a Santo Domingo en el 1938, es
conocido por el narrador.

Alberto Cuadra viene a probar fortuna, pensaría cualquiera que viera llegar a
un español a la República para ese tiempo, sin embargo por lo cuenta el
narrador vemos que la razón de su llegada a la isla no es probar fortuna.
Según podemos comprobar más tarde por el hilo conductor del relato.
Parece ser por los pensamientos políticos del personaje, que éste venía
derrotado de su país. Alberto Cuadra, se vio obligado a salir de su patria, por
no compartir con las ideas del régimen franquista. Esto lo veremos mas
tarde, pues aunque llegó dos años antes que los españoles deportados
cuando Francisco Franco ganó el poder y despatrió a los enemigos de su
régimen.

Es posteriormente en el 1940 cuando Trujillo en un “acto de solidaridad y


humanismo,“ le abre las puertas a esos ciudadanos españoles y los recibe.
Los ideales de Alberto Cuadra coinciden con las ideas marxistas de esa
generación de españoles que llega a la isla y con quien se afilia y se reúne a
conspirar desde la isla contra la dictadura de Franco.

Como podemos ver, Alberto Cuadra, es un elemento importante porque a


través de el se teje el hilo conductor de los sucesos que se cuentan en la
novela.

El narrador maneja el tiempo a su acomodo, así vemos como en el personaje


de Alberto Cuadra, se vaticinan los acontecimientos aun no ocurridos, como
si el personajes adivinara su futuro: ”el sol de mayo le nivelo su destino, la
mañana en el dársena del río Ozama. ”

El río Ozama se convierte en uno de los vasos comunicantes, que nos


llevarán a conectar con las denuncias que hace más tarde el narrador, sobre
los crímenes de la Era de Trujillo. El río, es un fiel testigo de las injusticias
de la dictadura y se convierte en un elemento recurrente, en una metáfora
cómplice de las injusticias que allí se cometieron y que el autor implícito
intertextualiza en La balada de Alfonsina Bairán.

De otra parte vemos que en esta novela, dialogan dos mundos; el mundo de
la dictadura y el de el Bar La Turca. Se trata de, el submundo construido
por el autor implícito dentro del mundo corrompido y decadente de la
dictadura de Trujillo. Ambos mundos corren paralelos y se comunican entre
si . El mundo de El Bar la Turca se nutre de el mundo de la dictadura. Es un
mundo grotesco y transgresor como el régimen de la dictadura. Los
dos mundos son parodiados y degradados por las voces que conforman un
discurso polifónico. Voces que se mezclan para denunciar como vemos
desde el principio .

María del Carmen Bobes, en su libro La novela (1993), señala que la novela
se caracteriza porque integra en un discurso textual un discurso de varios
personajes cada uno de los cuales expone su forma de ver las cosas y el
mundo en general (53). Así vemos como el narrador, al introducirnos en el
personaje de Don Paco Cuadra nos comenta y nos expresa la forma en que
este ve el mundo de la dictadura y el personaje mantiene una política con la
cual evita encontrarse en problemas con el gobierno. Un comentario que
solía expresar hacer sobre el país era el siguiente: “[…] a veces uno necesita
creer en señales para sobrevivir en esta maldita tierra de bandidos, como
repetía escurriéndose. “(11)

Luego vemos cuando Don Paco Cuadra, le advierte a su sobrino antes que
nada discreción:

“Aquí el día se va rápido cuando uno se quiere acordar ya es de noche y no


queda tiempo para pensar pendejadas. Y le advierto que cuanto ocurra a su
alrededor no le concierne.”(10)

El narrador omnisciente se convina con otro tipo de narrador, uno que es


también un personaje, que se convierte en testigo de los hechos que suceden
en el espacio narrado. Se trata como ya hemos dicho antes de un estudiante
de derecho, quien narra a manera de crónica el diario de Alfonsina. Este, fue
rescatado por él de las llamas del fuego. Todo sucedió, la noche en que las
turbas incendiaron el prostíbulo en actitud de represalia contra la matrona. El
estudiante, de quien nunca sabemos el nombre, pretende reconstruir la
historia de esta misteriosa mujer y nos cuenta su historia. Una historia,
dentro de la historia en que la que él le había conocido. Como vemos el
autor implícito está haciendo uso de las técnicas narrativas del boom, la
técnica de la caja china.

La focalización del narrador sobre la figura del dictador, quien es un actante


que no tiene voz en la novela. El narrador se focaliza en el escenario en el
que la figura de Trujillo es el punto central. En primer lugar detiene el
tiempo en esta escena para resaltar el poderío y la personalidad del déspota
tirano.

La voz discursiva satiriza y ridiculiza la figura de Trujillo. Emplea un tono


irónico para referirse a los momentos en que éste, participaba de una de las
fiestas de independencia, que celebrara en el malecón de la ciudad capital.

“Tenía un bicornio como ramas doradas, lentes oscuros y uniforme blanco.


En la pechera del uniforme revoloteaban los rayos del sol como un estallido
de luz, de las medallas y condecoraciones que despedían y mágicamente
volvían a la multitud. Una pequeña daga dorada simbolizaba, sin duda un
retoque de marcialidad. Lo mire y me pareció que había estado allí una
eternidad, su imagen rodada por los postes eléctricos, por las palmas y los
cocoteros, por el olor del salitre […] levantando las manos para saludar,
moviendo durante unas eternidades los flequillos dorados de sus hombreras
donde mariposeaban redondeles de luz; con su tez rosada porque le habían
maquillado para separarlo de los demás mortales. Trujillo nos retrotraía a
Roma.

El autor implícito de esta novela, crea un mundo paralelo al mundo de la


dictadura. Ese mundo es una parodia del gobierno de Trujillo. Allí domina la
matrona Alfonsina, con su estirpe de reina en su trono, su bastón de ángeles.
Subida siempre en lo alto de una tarima iluminada y su figura refractada en
el espejo para contemplar y dominar desde allí, desde su trono como lo
hacia Trujillo desde su parco. Todo se rebaja en el Bar La Turca, los valores
morales, el envilecimiento de las mujeres que se venden con una flor en la
cabeza, la degradación .

Ella, la matrona, se recrea en mirar y controlar cada detalle a la entrada y


salida de las putas. Se rodeo de muchachas bonitas dispuestas a vender su
carne. Así El narrador nos cuenta sobre Alfonsina: “demostró condiciones de
matrona puntual, rígida y complaciente.” (42)

Alfonsina es una mujer misteriosa que desafía a su manera, el poder central.


El narrador nos entera de que vive con sus dos perros en una habitación en
el fondo del pasillo del bar y los entrena con un maniquí. La describe desde
la distancia y se observa a través de los espejos sentada donde parece
controlar ese mundo, el mundo al revés que allí se vive en contraposición al
de la dictadura.

Alfonsina irónicamente de alguna manera es una aliada al régimen quien le


arrebató de sus brazos a su esposo. Sin embargo esto es solo una máscara
que ella utiliza para atraer las personas enemigas y luego vengarse. Esta teje
un plan secretamente para de esta manera redimir a su esposo. Se casa con
el asesino de Alberto Cuadra, el señor Matías, en quien luego vengará la
muerte de su esposo.

El burdel, en La balada de Alfonsina Bairan es, un mundo en el que permea


la soledad, el silencio, y la nostalgia, en donde solo tiene cabida el sexo, la
carne y los sujetos que tienen una vida sin sentido y sin lógica aparente. Es
un mundo en el que solo permea la soledad y la desesperanza.

El narrador esta vez se focaliza en un día cualquiera del Bar La Turca:

En un rincón sentado sobre una banqueta próxima a la caja registradora, un


militar lee algo que había escrito sobre el sudor del vaso. Hay una
mínima tentativa de rescatar un gesto olvidado, es como si una imagen lo
dominara […] El Viejo abogado se había quedado solo, se encogió de
hombros y bebió, penosamente un sorbo de cerveza que le aflojó la cara y lo
hizo mirar a la lejanía.(76)

Cabe señalar que La balada de Alfonsina Bairán es un texto hibrido en el


que dialogan diferentes géneros. En su interior conviven elementos líricos
cargados de erotismo y ludismo, simbólico, metáforas. Elementos
argumentativos, narrativos e históricos. Un ejemplo de lirismo lo podemos
ver en los monólogos del estudiante de derecho cuando acude en uno de esos
momentos al hotel de chinos en la calle Duarte:

Bartolina me presta su sexo, se derrama con su terneza de niña


experimentada. Ah, Bartolina me presta su sexo como un halago, ahora sin
paga ni florecita de plástico, contra la soledad y la miseria del mundo. (87)
Así vemos el lirismo poético, cuando el autor implícito, permite, a través del
narrador expresar en una ocasión cuando éste detiene su mirada en
Alfonsina:

Alfonsina Bairán se me hizo indócil: la decencia, el desinterés, la manía del


desamparo, las lágrimas que le venían como el dolor del aire, la replica que
le brotaba de la niñez, altanera, como si hubiera crecido entre rosas, todo lo
que soportaba y cumplía como un embrujo, como un desencuentro, como un
malentendido global de su destino. (75)

De otra parte, la función del tiempo y el espacio en esta novela es muy


importante para el narrador, ya que el es quien presenta unos eventos que
corren paralelos con los hechos que sucedieron en diferentes momentos
dentro de la novela. La presentación de estos tiempos es fragmentado, pues
los tiempos pasado, pasado reciente y presente de la novela van y vienen.
Como los recuerdos de Alfonsina y de su esposo, que ella revive cada
martes en la tarde al pasear con sus perros por el parque Independencia.

Por otro lado encontramos que la luz es un elemento importante tanto en el


mundo representado en el burdel como el mundo de la dictadura. En el
desfile de la dictadura. El estudiante narrador, nos describe como los rayos
del sol se abren como un charco de sangre, La luz se hace metáfora de lo que
será el final, el ocaso de la dictadura, Junto a esto el silencio para describir el
espacio en que se encuentra la figura magnificada del dictador que se
impone como un Cesar. su imagen rodaba entre las palmeras amenazante.
(68)
Así mismo, el narrador estudiante nos habla de como la luz ilumina la
ciudad a la muerte de Trujillo al entrar por la habitación, mientras él sentado
en el borde de una ventana describe el ambiente circundante que le rodea y
repasa el inventario de su vida, la vida de cualquier individuo de la sociedad
dominicana en ese momento que el autor implícito a través del narrador
testigo nos comunica. “Todas las argamasas de su vida.(1)” Como decía el
narrador que se introduce en la conciencia de Alberto Cuadra, son las
mismas que pasan por la mente del estudiante haciendo conciencia en este
monologo, denunciando los crímenes y abusos de poder:

Era la tarde. El sol estaba ahí, los surcos que dejaban los transeúntes
llevaban y venían de todas partes, y a todos los unía el silencio. La ciudad se
había convertido en una cripta de piedra y sus habitantes salían y entraban de
la puerta de la muerte con la cabeza metida entre los hombros, pero también
ahí estaban los árboles, los gritos dormidos, los ojos de los desaparecidos, el
Padre Luís, Valentín …(124)

Hemos observado, a lo largo de esta relectura de La balada de Alfonsina


Bairán, la novela de Andrés L. Mateo, como el autor implícito del texto
discutido se valió de distintas formas de manipular la voz narrativa para
construir su texto. Igualmente es notable que la ironía es un elemento que
permea en la superficie de la novela todo el tiempo. Así como también se
puede observar como se vale el autor implícito de sus conocimientos
intelectuales, políticos, de historia, su formación como poeta, al igual que se
percibe en el texto su formación marxista muy evidente en el discurso de
esta novela así como en toda su obra literaria. Sabemos que el autor se
siente comprometido con la época que narra en sus novelas.
En cuanto al espacio tematizado, vemos la importancia en la novela de
Mateo de la calle El Conde, Parque Independencia y sobre todo el rio
Ozama los cuales son temas recurrentes en toda su obra poética,
ensayística y sus tres novelas.

La balada de Alfonsina Bairán es una obra capaz de crear las condiciones


para mantener la lectura del receptor en la dirección deseada por el autor
implícito.

Bibliografía

Mateo, Andrés L. La balada de Alfonsina Bairán. Madrid: Alianza Editorial,


1999.

Estudios sobre el autor.

Di Pietro, Giovanni. “Andrés L. Mateo” en Las mejores


novelas dominicanas. San Juan: Editora Isla Negra. 1999.

… Algunos apuntes sobre las novelas de Andrés L. Mateo. “Novela solo


novela.” Listín Diario. Santo Domingo, 1992.

Fornerín, Miguel Ángel. “Muestra dominicana.” A propósito.

Revista de literatura y expresiones artísticas. Ponce, Puerto Rico. Número 6.


Mayo de 1997.

… La Otra visión del burdel. “La balada de Alfonsina Bairán.” En Santo


Domingo y Puerto Rico también son. San Juan: Isla negra. 1999.

Bibliografía general.
Bal, Mieke. Teoría de la narrativa. Madrid: Ediciones Cátedra. 1987.

Bobes Naves, María del Carmen. La novela. Madrid: Editorial Síntesis.


1993.

Garrido Domínguez, Antonio. El texto narrativo. Madrid: Editorial Síntesis.


1993.

Genette, G. Figuras III. París 1972. En La novela. Madrid, 1993

Doris Melo. 2011

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