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SUBSECRETARÍA DE MINERÍA

SEGEMAR
INSTITUTO DE GEOLOGÍA Y
RECURSOS MINERALES

ESTUDIO GEOLÓGICO INTEGRADO DE


LA QUEBRADA DE HUMAHUACA

GEOLOGÍA REGIONAL Y
GEOMORFOLOGÍA

Junio de 1998
SUBSECRETARIO DE MINERÍA
Daniel Meilán

PRESIDENTE DEL SEGEMAR


Hugo Nielson

SECRETARIO EJECUTIVO DEL SEGEMAR


Roberto Page

DIRECTOR DEL IGRM


José Mendía

Este texto, y los mapas y anexos que lo acompañan, es el resultado de un Proyecto de


Cooperación entre el Instituto de Geología y Recursos Minerales (IGRM) de Argentina, y el
Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE), cofinanciado por ambas instituciones y
por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), a través del Instituto de
Cooperación Iberoamericana (ICI).

En su realización ha participado un equipo pluridisciplinar integrado por los siguientes


geólogos argentinos y españoles:

- Dirección de Proyecto: O. Lapido (IGRM) y V. Gabaldón (ITGE)


- Geología Regional y Cartografía Geológica: L.R. Rodríguez (ITGE), M. A. González
(IGRM), N. Heredia (ITGE) y R. Seggiaro (IGRM).
- Estratigrafía y Sedimentología: M.A. González (IGRM), A. Lizuain (IGRM) y V. Gabaldón
(ITGE).
- Geología Estructural: L.R. Rodríguez (ITGE) N. Heredia (ITGE), R, Seggiaro (IGRM), y
M.A. González (IGRM).
- Geomorfología : A. Martín-Serrano (ITGE) y P. Tchilingüirian (IGRM).
- Metalogenia : J. Locutura (ITGE), L. Ramallo (IGRM) y F. Tornos (ITGE).
- Minerales Industriales y Rocas de Aplicación: M. Lombardero (ITGE) y M. Viruel
(IGRM).
- Caracterización Geomecánica de los Materiales: M. Ferrer (ITGE) y M.A. González
(IGRM).
- Peligrosidad Geológica y Riesgos Naturales: M. Ferrer (ITGE) y M.A. González (IGRM).
- Estudio Hidroquímico de la Cuenca Hidrográfica del rio Yacoraite: C.J. Ferrés, con la
colaboración de J. Siri, M. Poblete y H. Valenzuela (CRAS).
- Cartografía Digital y SIG: S. Martín (ITGE), F. Pérez-Cerdán (ITGE), A. Bel-lan (ITGE),
V. Molina (IGRM) y R. Chávez (IGRM).

Nuestro agradecimiento por la colaboración recibida en:


- La Direccion de Mineria de la Provincia de Jujuy.
- La Delegación en Jujuy del IGRM.
- Autoridades comunales y pobladores de Volcan, Tumbaya, Purmamarca, Maimara,
Tilcara, Huacalera, Uquia, Humahuaca y Coctaca.
LA QUEBRADA DE HUMAHUACA, PROVINCIA DE JUJUY
ESTUDIO GEOLÓGICO INTEGRADO

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................ 1

2. EL MAPA GEOLÓGICO. ....................................................................................................2


2.1. UNIDADES CARTOGRÁFICAS.................................................................................5
2.1.1. Formación Puncoviscana........................................................................................5
2.1.2. Formación Volcán ..................................................................................................6
2.1.3. Grupo Mesón.........................................................................................................7
2.1.4. Grupo Santa Victoria ..............................................................................................8
2.1.5. Formación Chañí....................................................................................................9
2.1.6. Silúrico-Devónico indiferenciado.............................................................................9
2.1.7. Carbonífero..........................................................................................................10
2.1.8. Formación Fundición ............................................................................................ 11
2.1.9. Formación Aguilar ................................................................................................ 12
2.1.10. Grupo Salta ........................................................................................................12
2.1.10.1. Subgrupo Pirgua .........................................................................................12
2.1.10.2. Subgrupo Balbuena ..................................................................................... 13
2.1.10.3. Subgrupo Santa Bárbara ............................................................................. 14
2.1.11. Formación Casagrande ....................................................................................... 15
2.1.12. Formación Río Grande ....................................................................................... 15
2.1.13. Formación Maimará............................................................................................15
2.1.14. Formación Uquía ................................................................................................ 16
2.1.15. Abanicos antiguos ............................................................................................... 16
2.1.16. Formación Purmamarca ...................................................................................... 16
2.1.17. Campos de dunas. .............................................................................................. 17
2.1.18. Cuaternario indiferenciado................................................................................... 17
2.2. ESTRUCTURA GEOLÓGICA DE LA QUEBRADA DE HUMAHUACA. ................ 17
2.2.1. Estructuras Neoproterozoicas (Fase Tilcárica). ...................................................... 18
2.2.2. Estructuras Paleozoicas (Fases Oclóyica y Cháñica) .............................................. 19
2.2.3. La Extension Cretácica. ........................................................................................ 24
2.2.4. La Tectónica Compresional Andina ....................................................................... 25
2.2.4.1. La Deformación Andina en la Cordillera Oriental ........................................... 28
2.2.4.2. Deformación Andina en las Sierras Subandinas. ............................................. 31

3. EL MAPA GEOMORFOLÓGICO ..................................................................................... 31


3.1. RASGOS FISIOGRÁFICOS GENERALES ............................................................... 31
3.2. PRINCIPALES UNIDADES MORFOESTRUCTURALES ........................................ 33
3.3. ELEMENTOS MORFOLÓGICOS PRINCIPALES ................................................... 40
3.3.1. Modelado Fluvial.................................................................................................. 40
3.3.2. Cuenca endorreica de la Puna ............................................................................... 51
3.3.3. Modelado de Laderas........................................................................................... 52
3.3.4. Modelado Glaciar ................................................................................................. 53
3.3.5. Modelado Lagunar ............................................................................................... 55
3.3.6. Modelado Eólico .................................................................................................. 56
3.4. NEOTEC TÓNICA...................................................................................................... 56
3.5. RASGOS MAS DESTACADOS DE LA HISTORIA GEOMORFOLÓGICA ........... 57

4. FOTOGRAFÍAS ................................................................................................................. 63

5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................. 76


LA QUEBRADA DE HUMAHUACA, PROVINCIA DE JUJUY.
ESTUDIO GEOLÓGICO INTEGRADO

1. INTRODUCCION

El estudio geológico integrado de la Quebrada de Humahuaca (Provincia de Jujuy), es el resultado


de un proyecto de cooperación entre el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), y el
Instituto Tecnológico Geominero de España (ITGE). El proyecto ha contado con financiación de la
Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), a través del Instituto de Cooperación
Iberoamericana (ICI).

El proyecto, realizado por un equipo pluridisciplinar de geólogos argentinos y españoles, tiene como
objetivo primordial brindar el conocimiento de la evolución geológica de la región estudiada,
integrándolo con el análisis de otros procesos y características del territorio, tales como: i) Los
procesos geomorfológicos y morfodinámicos recientes y actuales, que han contribuido a configurar
su fisiografía y paisaje; ii) Los recursos minerales y las rocas de aplicación que pudieran ser objeto
de aprovechamiento económico; iii) Las características geomecánicas de las rocas aflorantes; y iv)
Los procesos actuales que, por su peligrosidad, se constituyen en riesgos geológicos.

Como soporte cartográfico, el estudio incluye los mapas geológico y geomorfológico de la región
estudiada, ambos a escala de 1:100.000, elaborados a partir de trabajos de campo y del análisis
de imágenes satelitales y de fotografía aerea.

La región objeto de este estudio corresponde a la parte septentrional de la provincia de Jujuy y más
concretamente a la Quebrada de Humahuaca y áreas adyacentes, abarcando a los departamentos
de Humahuaca, Tilcara y Tumbaya (fig. 1).

Geográfica y morfológicamente se trata de una región cordillerana, denominada Cordillera Oriental,


con numerosas cumbres por encima de los 5.000 m.s.n.m., alcanzando su punto culminante en el
Nevado del Chañi (6.240 m.s.n.m., foto 1), situado en el extremo meridional del sector investigado.

Esta unidad montañosa esta bien delimitada en su borde occidental por la Puna, llanura que forma
parte del antiplano argentino-boliviano, con 3800 m.s.n.m. de altitud media y que tiene como rasgo
más característico, además de constituir un de altiplano, su carácter endorreico.

El límite oriental del área de estudio es en muchos casos más difuso, observandose un paso
transicional al conjunto de alineaciones montañosas menos elevadas, conocidas como Sierras
Subandinas (alrededor de 1.000 m.s.n.m.), que marcan la transición al piedemonte andino, definido
por la llanura chaqueña.

Los límites septentrional y meridional del área estudiada se han establecido convencionalmente, sin
un límite morfológico o geológico específico, comprendiendo todo el sector de la quebrada incluido

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 1


en la hoja del mapa topográfico de la República Argentina a escala de 1:250.000 de Libertador
General San Martín, así como una pequeña parte de la de Salta, hasta el paralelo de la localidad de
Volcán.

En esta región del NOA el relieve es muy abrupto, con fuertes pendientes, profundos valles y
desniveles casi siempre superiores a los 2000 m. El valle principal, la Quebrada de Humahuaca,
discurre en dirección norte-sur aprovechando la estructuración geológica regional. El río Grande y
sus afluentes dibujan una trama esencialmente estructural, hasta desembocar en la depresión
terciaria en la que se encuentra ubicada la ciudad de San Salvador de Jujuy.

Esta disposición morfológica, que permite establecer una fácil conexión entre la elevada antiplnicie
de la Puna y los valles y llanuras situados al este de las alineaciones montañosas de la Cordillera
Oriental y Sierras Subandinas, explica el uso de la Quebrada de Humahuaca como paso natural y
eje de comunicaciones de importancia continental ya desde la época precolombina.

2. EL MAPA GEOLÓGICO.

Como soporte cartográfico se ha elaborado un mapa geológico a escala 1:100.000 de la región


estudiada cuyo objetivo fundamental ha sido, más que la diferenciación de detalle de cada una de
las unidades litoestratigráficas aflorantes en la zona, la cartografía de la estructura geológica con el
fin de mejorar el conocimiento de la evolución geológica de este sector del noroeste argentino. El
mapa se ha elaborado a partir de la información previa existente, del análisis de imágenes satelitales
y de fotografía aérea, y con el apoyo de trabajos de campo en los que han participado geólogos
argentinos y españoles.

Una de las características que más resaltan al observar el mapa geológico del sector estudiado, es
la presencia de extensos afloramientos de materiales del paleozoico y precámbrico, aspecto este
diferenciador de los sectores de las Sierras Subandinas, situadas inmediatamente al este, donde los
sedimentos mesozoicos y cenozoicos son predominantes. Otras características diferenciales
importantes de la Cordillera Oriental son, la práctica ausencia de materiales paleozoicos superiores
al Ordovícico, en contraste con las potentes series silúrico-devónicas y carboníferas aflorantes en el
sector atribuido a las Sierras Subandinas, así como la relativa escasa presencia, en comparación
con áreas próximas, de los abundantes sedimentos terciarios sinorogénicos con la compresión
andina, características de las Sierras Subandinas o de amplios sectores de la Puna.

Los materiales mesozoicos, contemporáneos con una importante etapa de rift desarrollada durante
el Cretácico, se alinean a lo largo de estrechos corredores de dirección submeridiana, enmarcados
por fallas de esa misma dirección (ver fig.2 y mapa geológico).

Por último es de destacar la presencia de abundantes sedimentos modernos (pliocenos y


cuaternarios), deformados en algunos casos de forma espectacular por corrimientos y fallas de
actividad reciente, especialmente abundantes en el sector central del área estudiada por el que
discurre el cauce del río Grande.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 2


Figura 1. Mapa de situación del área de trabajo

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 3


Figura 2. Esquema tectónico de la Cordillera Oriental en el sector estudiado

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 4


2.1. UNIDADES CARTOGRÁFICAS

Una de las características que más resaltan al observar el mapa geológico es la presencia en la
Cordillera Oriental de extensos afloramientos de materiales del paleozoico y precámbrico, a
diferencia de las Sierras Subandinas, situadas inmediatamente al este, donde los sedimentos
mesozoicos y cenozoicos son predominantes. Otras características diferenciales importantes de la
Cordillera Oriental son: por una parte la práctica ausencia de materiales paleozoicos superiores al
Ordovícico, en contraste con las potentes series silúrico-devónicas y carboníferas aflorantes en el
sector atribuido a las Sierras Subandinas; y por otra parte la relativa escasa presencia, en
comparación con áreas próximas, de los abundantes sedimentos terciarios sinorogénicos con la
compresión andina, características de las Sierras Subandinas o de amplios sectores de la Puna.

Los materiales mesozoicos, contemporáneos con una importante etapa de rift desarrollada durante
el Cretácico, se alinean a lo largo de estrechos corredores de dirección submeridiana, enmarcados
por fallas de esa misma dirección.

Por último es de destacar la presencia de abundantes sedimentos modernos (pliocenos y


cuaternarios), deformados en algunos casos de forma espectacular por corrimientos y fallas de
actividad reciente, especialmente abundantes en el sector central del área estudiada por el que
discurre el cauce del río Grande.

2.1.1. Formación Puncoviscana (Turner, 1960)

Esta unidad cartográfica, considerada por Salfity et al (1975) como la formación más joven del
Grupo Lerma, desde el punto de vista litoestratigráfico quizás debería redefinirse como subgrupo
puesto que incluye varios tramos litológicos, cartografiables y relativamente homogéneos entre sí: La
Fm. Puncoviscana en sentido estricto; la Fm Volcán; y la informalmente denominada Fm. Huayra
Puca (ver anexo: Informe sobre los minerales industriales y las rocas de aplicación en la
Quebrada de Humahuaca, Jujuy). En el mapa geológico a escala 1:100.000 que acompaña a este
texto se han diferenciado únicamente la Fm. Puncoviscana (1) y la Fm. Volcán (1a).

Litológicamente la Fm Puncoviscana está integrada por una serie de más de 1500 m de espesor en
la que alternan lutitas, pizarras, filitas, grauvacas y esquistos cuarcíticos. Todo el conjunto presenta
una coloración gris verdosa oscura y se encuentra afectado por un metamorfismo regional débil, de
carácter dinámico, que no alcanzó a obliterar las características sedimentarias originales; los
sedimentos no pasan las facies de esquistos verdes. Localmente incluye vulcanitas que afloran en las
nacientes de la quebrada de Queta Cara, Dpto. Tilcara. Es común en esta formación
litoestratigráfica la presencia de vetas de cuarzo lechoso, de espesores variables entre 5 cm y 1 m,
siendo las más comunes las comprendidas entre 10 y 25 centímetros.

La Fm Huayra Puca (denominación informal), que no se ha individualizado en el mapa geológico


por razones de escala de trabajo, aflora en la ladera oriental de la quebrada de Humahuaca, entre
las localidades de Angosto del Perchel e Higuerita. Se ha reconocido con más detalle en el Angosto

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 5


de Perchel y en la localidad de Alfarcito (al E de Tilcara).

Está constituida por metapelitas de colores verdes y rojizos, de espesor no determinado con
exactitud, pero en cualquier caso superior los 50 m, diferenciandose bien de la Fm. Puncoviscana,
en la que se intercala, mucho más arenosa y grauwáquica,.

Estructuralmente, como es común en toda la Fm. Puncoviscana, se dispone subvertical, con algunos
pliegues menores, de flancos subparalelos y plano axial vertical. Presenta foliación pizarrosa en los
tramos de granulometría más fina que permite exfoliar la roca en planchas y lajas delgadas (de 1 cm
de espesor o menos).

En conjunto la Fm. Puncoviscana, incluyendo a la Fm. Huayra Puca, representa un medio


sedimentario de offshore en el que el mecanismo de transporte y sedimentación corresponde de
manera dominante a flujos turbidíticos en sentido amplio, probablemente vinculados lateralmente
con un sistema deltaico, no aflorante en la zona de estudio. Este mecanismo de sedimentación
confiere a las capas una geometría netamente planoparalela. La relación de proximalidad/distalidad
de este sistema sedimentario, en relación con cambios relativos del nivel del mar, justifican la
intercalación de potentes tramos con facies litológicas de granulometría fina a muy fina, de gran
extensión lateral (Fm. Huayra Puca), aptas para su explotación como piedra laja (ver anexo citado).

En la literatura geológica se asigna a la Fm Puncoviscana, y por extensión a las Fms. Volcán y


Huayra Puca, una edad Precámbrico sup. – Cámbrico, ya que aparece intruida por plutonitas que
datadas por el método Rb-Sr sobre roca total arrojaron 601 + 65 m.a. y 586 + 70 m.a. (Halpern y
Latorre, 1973), y por otra parte contiene restos de Oldhamia sp. y otras trazas fósiles (Aceñolaza,
1973 y Aceñolaza y Durand, 1973).

2.1.2. Formación Volcán (Loss y Girodana, 1952)

Esta unidad litoestratigráfica, intercalada en la parte superior de la Fm. Puncoviscana, está


constituida fundamentalmente por dos litotipos, uno dominante calcareo y otro dolomítico,
denominado miembro Tumbaya. Con unos 500 m de espesor aparente, aflora en el sector
suroriental de la zona de estudio, en la ladera oriental de la quebrada de Humahuaca entre las
localidades de Bárcena y Volcán.

El litotipo principal, que puede observarse en la cantera de Bárcena o Calera Volcán, corresponde
a calizas masivas de color negro o negro azulado, compactas, muy fracturadas y con abundantes
vetas blancas de calcita de espesor milimétrico. En este litotipo se intercalan algunos niveles
delgados (< 1 m) de calizas de color claro y areniscas calcáreas.

El miembro dolomítico está constituido mayoritariamente por dolomías de color gris, intensamente
fracturadas, con intercalaciones de calizas, lutitas y rocas volcánicas

La intensa recristalización impide reconocer estructuras sedimentarias primarias, salvo en algunos

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 6


tramos en los que se aprecian relictos de laminación que recuerda estructuras algales. Por otra
parte, las calizas de color claro del litotipo principal presentan textura brechoide formada por
intraclástos en una matriz micrítica. El ambiente sedimentario probablemente corresponda a una
plataforma somera con bioconstrucciones algales, en donde las facies de brechas sinsedimentarias
representan capas de tormenta

2.1.3. Grupo Mesón (Turner, 1960)

La unidad cartográfica correspondiente al Grupo Mesón constituye una gran secuencia deposicional
de edad Cámbrico que yace en discordancia angular sobre la Fm. Puncoviscana, y esta cubierta
por los sedimentos ordovícicos del Grupo Santa Victoria. El grupo, con un espesor medio que
varía de 250 a 320 m, está integrado por las formaciones Lizoite, Campanario y chalhualmayoc.

La Formación Lizoite (Turner, 1960) está constituida por un conjunto de conglomerados,


areniscas y, en menor proporción pelitas. Los conglomerados, más abundantes hacia la base, están
compuestos por clastos de cuarzo, esquistos, pizarras y grauvacas; procedentes de la Fm.
Puncoviscana; matriz areniscosa de color violado oscuro, y con cemento silíceo.

Las areniscas, tambien con cemento siliceo, son de color blanquecino a blanco grisaceo, rosadas y
moradas, presentan estratificación cruzada planar y en artesa, e intercalan algunos bancos
conglomerádicos con bases erosivas, y niveles pelíticos morados.

En general la serie, con un espesor total que varía entre 70 y 120 m, se ordena en una
megasecuencia estrato y granodecrecientes, constituida a su vez por secuencias de facies igualmente
estrato y granodecrecientes. Este tipo de secuencias, la geometría de las capas y su estructura
interna permiten asimilar esta formación a una serie fluvial de rios tipo braided, que evoluciona hacia
el techo a un medio marino de plataforma somera.

La Formación Campanario (Turner, 1960), con un espesor de entre 50 y 100 m, yace en


contacto transicional sobre la Fm. Lizoite. Está compuesta por una alternacia de areniscas y pelitas
de colores rojizos, morados y verdosos. La capas en general son de espesor centimétrico a
decimétrico, con geometría ondulada y estructura interna de ripples. Los niveles pelíticos están muy
bioturbados y en los arenosos son relativamente frecuentes las trazas de skolithus. En conjunto
representa un medio sedimentario de plataforma somera, próximo al nivel de base del oleaje
(transición de shoreface a offshore).

La Formación Chalhualmayoc (Turner, 1963) está constituida por areniscas silicificadas, de


color blanco amarillento claro, grano mediano, estratificadas en capas medias a gruesas con
estructura interna de laminación cruzada, con intercalaciones de pelitas muy bioturbadas. El espesor
total oscila entre 70 y m. En las capas arenosas es frecuente la presencia de geometrías internas de
tipo sigmoidal con ondulitas en la superficie de estratificación, compatibles con un mecanismo de
sedimentación por corrientes mareales.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 7


Desde el punto de vista paleogeográfico el grupo Mesón representa la transición entre un medio
fluvial de tipo braided (Fm. Lizoite), a marino somero con facies de shoreface-offshore proximal
(Fm. Campanario), y de nearshore-intermareal (Fm. Chaualmayoc).

Respecto de la edad del grupo Mesón, los restos fósiles hallados no permiten datar estos
sedimentos. Aparte de los skolithus se han encontrado restos mal conservados de braquiópodos
(Herrero Ducloux, 1940; Keidel, 1943; y Ramos, in: Ramos, Turic y Zuzek, 1967). Por la posición
estratigráfica, discordante sobre la Fm, Puncoviscana y bajo las pelitas ricas en faunas fósiles del
Ordovícico inferior, esta unidad cartográfica se asigna al Cámbrico.

La aplicación industrial del grupo Mesón se restringe a los tramos cuarcíticos de la Fm. Lizoite que
tienen estratificación más delgada (centimétrica a algunos decímetros). Con estratificación
centimétrica se puede obtener planchón de piedra de laja, tal como se hizo en las capas superiores
de la cantera de Perchel, hoy inactiva .

Los tramos de estratificación comprendida entre 10 y 30 cm han sido utilizados en la zona para
obtener piedra de mampostería. En la cantera de Moye Punco (Bella Vista), también inactiva, se
explotó la arenisca rosada y roja de la formación Lizoite y también unos bancos de areniscas
verdosas, que deben pertenecer a la formación Campanario. La escuela-hogar de Tumbaya está
construida con mampostería de cuarcita rosada y arenisca verde, posiblemente extraídas de la
cantera citada (ver anexo: Informe sobre los minerales industriales y las rocas de aplicación en
la Quebrada de Humahuaca, Jujuy).

2.1.4. Grupo Santa Victoria (Turner, 1960)

Con carácter regional, el Grupo Santa Victoria, de edad Ordovícico, se apoya en discordancia
mediante contacto en downlap sobre el Grupo Mesón infrayacente. Está integrado por las
formaciones Santa Rosita, Acoite y Sepulturas, en las que dominan los sedimentos siliciclásticos.
Únicamente la Fm. Sepulturas incluye capas de calizas.

La Fm. Santa Rosita (Turner, 1960), de 500 m de espesor (Zanettini, 1973), comienza
localmente con un conglomerado basal de clastos redondeados de cuarzo lechoso y cuarcitas
blanquecinas y moradas, en una matriz areniscosa. Siguen lutitas verdes a verdes grisáceas,
finamente estratificadas, con algunas intercalaciones de bancos de areniscas de grano mediano. En
general las capas son planoparelas a escala de afloramiento, aunque en detalle tienen geometría
ondulada.

La Fm. Acoite (Harrington, 1957) está formada por una alternancia de capas centimétricas de
lutítas de colores pardo amarillentos y verdosos, y de areniscas de grano fino a medio con un
espesor total de 700 m (Zanettini, 1973). Al igual que la formación Santa Rosita, a escala de
afloramiento las capas son planoparalelas, aunque en detalle presentan geometría ondulada debida a
ripples. Hacia el techo las capas arenosas se hacen dominantes y son progresivamente de mayor
espesor y con estructuras sedimentarias de mayor rango, siendo relativamente frecuente la

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estratificación cruzada de tipo hummocky.

La Fm. Sepulturas (Harrington, 1957) tiene regionalmente una distribución irregular. Se ha citado
su presencia en las quebradas de Purmamarca y Vizcachas, y en el Espinazo del Diablo. Está
constituida por unos 50 m (Harrington y Leanza, 1957) de alternancia de capas delgadas de
areniscas calcáreas de grano medio a grueso y lutitas verdosas.

El Grupo Santa Victoria, considerado en su conjunto, está constituido por facies de plataforma
(offshore) dominada por la acción de las tormentas, más proximales cuanto más al techo de la serie,
conformando una gran secuencia estrato y granocreciente representativa de una progresiva
somerización de la cuenca.

En la literatura geológica, diversos autores asignan el Grupo Santa Victoria, en virtud de la fauna
fósil encontrada, especialmente de graptolitos, al Ordovícico (Tremadociano a Llanvirniano).

Esta unidad cartográfica, por las características litológicas y estructurales de las rocas que la
integran, carece de interés industrial.

2.1.5. Formación Chañí (Méndez, 1975)

Aflora esta unidad cartográfica en el extremo sur de la región estudiada, en las altas cumbres y en el
faldeo oriental del Nevado del Chañí, ocupando una superficie aproximada de 16 km en sentido
norte sur, por 10 km en sentido este oeste. La litología dominante es un granito calcoalcalino
biotítico de color rosado con diferenciaciones porfídicas.

Respecto de la edad de esta formación, dataciones radimétricas por el método K-Ar en biotita
situan la intrusión en 477+20 m.a. (datación INGEIS), y en 463+6 m.a. (Rundle, in: Méndez,
1975), correspondiente al Ordovícico superior-Silúrico inferior, aunque por el contexto geológico
regional, parece más probable que el emplazamiento de esta formación sea de edad Silúrico
inferior.

2.1.6. Silúrico-Devónico indiferenciado

Los materiales del Silúrico-Devónico que afloran al este del área de estudio, en las Sierras
Subandinas, forman parte de una gran cuenca sedimentaria que tiene su mejor representación en
territorio boliviano.

Se inicia la serie con un nivel de muy poco espesor (alrededor de 10-15 metros), asimilable a la
formación Zapla. Está constituido por areniscas gris verdosas con mucha matriz arcillosa que
engloban grandes clastos y bloques de areniscas y granitos, con aspecto general desorganizado.
Este tramo basal representa un mecanismo de sedimentación por flujos gravitativos densos (debris
flow y slumping) que evolucionan distalmente a capas turbidíticas arenosas.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 9


La serie continúa con un potente tramo de más de 500 m de espesor (Fm. Lipeón, Turner 1960)
dominantemente pelítico, de color gris y gris verdoso, que intercala delgados niveles arenosos
siliceos, haciendose estos progresivamente más abundante y de mayor espesor, constituyendo en
conjunto una secuencia estrato y granocreciente. Representa un medio sedimentario de plataforma
externa (off-shore), en el que domina la sedimentación arcilloso-lutítica y donde las capas arenosas
son el resultado de fjujos turbidíticos en sentido ámplio, seguramente inducidos por corrientes de
retorno de tormenta. En este sentido, la Fm. Lipeón constituiría una serie somerizante depositada en
una extensa plataforma dominada por la acción de las tormentas, evolucionando en vertical de más
profunda a más somera, culminando con facies de nearshore.

La serie silúrico-devónica culmina con areniscas líticas y areniscas cuarcíticas que intercalan capas
lutíticas y localmente conglomerádicas. En vertical la serie es más arenosa y conglomerádica hacia el
techo, confiriendo en general un aspecto estrato y granocreciente probablemente vinculado con la
progradación de un sistema deltaico.

El contenido faunístico de la serie permite a diversos autores asignar una edad Wenlockiana-
Ludlowiana para el potente tramo intermedio que representa a la Fm. Lipeón, y Gediniana-
Siegeniana para la serie areniscosa y conglomerádica con que culmina esta unidad cartográfica.

En relación con las aplicaciones económicas de la serie silúrico-devónica es de destacar la


presencia de horizontes ferríferos en la Fm. Lipeón. Estos horinontes, cuya mineralización principal
es chamosita, hematita y siderita, con leyes de alrededor del 35%, tienen geometría de barras
depositadas en ambiente de nearshore (Bosso, 1994).

2.1.7. Carbonífero

Los materiales de edad carbonífero afloran en el sector oriental de la región estudiada, formando
parte de las Sierras Subandinas. De naturaleza siliciclástica, se incluyen en esta unidad el Grupo
Macharetí y el Grupo Mandiyutí.

El Grupo Macharetí (Mather, 1922), de edad Missisipiano-Pensilvaniano, constituye la serie


sedimentaria con que se inicia el relleno de la cuenca de Tarija. Se apoya en discordancia angular
sobre las sedimentitas del Devónico infrayacente, fosilizando un paleorrelieve muy acusado. El
espesor, muy variable en razón del paleorrelieve que fosiliza, alcanza los 700 m (Amengual y
Zanettini)

La parte inferior del Grupo (formación Tupambi) es esencialmente arenosa con intercalaciones
pelíticas y escasos niveles conglomerádicos. En general se ordena en secuencias estrato y
granocrecientes que culminan con arenas, a veces conglomerádicas, con estratificación cruzada en
artesa. Se han interpretado estas secuencias como barras de desembocadura de un sistema
deltaico.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 10


La parte superior (Formación Tarija) esta constituida principalmente por diamictitas de tonalidades
oscuras, con intercalaciones de conglomerados, areniscas y pelitas oscuras. Estas intercalaciones
aparecen con frecuencia con pliegues sinsedimentarios consecuencia de deslizamientos
gravitacionales. Algunos autores consideran que un tramo de pelitas de la base, con frecuentes
drop-stones, corresponderían a la formación Itacuami.

El medio sedimentario probablemente corresponda con un frente deltaico con alta tasa de
sedimentación, en el que eran frecuentes los deslizamientos a favor de la pendiente dando potentes
capas de “debris flow” y slumpings. La abundancia de clastos estriados, englobados en las
diamictitas, sugiere que este sistema sedimentario debía tener su area fuente en frentes glaciarios.

2.1.8. Formación Fundición (Amengual et al, 1974).

Aflora esta formación intrusiva inmediatamente al oeste de la cabecera de la Quebrada de


Yacoraite (cerro Barbaquiojo y Abra de Fundición). Se trata de un cuerpo de planta elongada en
dirección NNE-SSW, de 9 km x 4 km, limitado al E y al W por sendas fallas inversas inclinadas al
W. La litología predominante es sienítica, variando entre sienita y monzosienita.

Este granitoide está intruyendo al Grupo Mesón, de edad Cámbrico, produciendo un metamorfismo
de contacto con facies de corneanas en las sedimentitas del grupo citado. Dado que el contacto es
subhorizontal, los afloramientos de la Fm. Fundición corresponden en gran medida a la parte apical
del cuerpo plutónico, que está comenzando a ser desmontado por la erosión

La sienita que mayoritariamente constituye la Fm. Fundición es muy pobre en cuarzo, de color
rosado, grano grueso a medio y porfídico, con muchos enclaves de litología diversa. En ocasiones
tiene cavidades miarolíticas de pequeño tamaño (centimétrico)

Los megacristales feldespáticos, de color gris rosado a gris verdoso y zonados, de 1 a 3 cm de


largo, no están orientados por lo general. La matriz granuda está formada por feldespato, máficos
subidiomórficos a xenomórficos y muy escaso cuarzo xenomórfico.
Los enclaves, extraordinariamente abundantes (más de 20 por m2) son de dos tipos:

- Enclaves básicos microgranudos redondeados, de origen magmático


- Xenolitos metamórficos, probablemente del grupo Puncoviscana, angulosos, de hasta 15 cm de
longitud.

La estructura interna del granito consiste en una débil orientación magmática subvertical, en
dirección N-S, marcada en algunos lugares por la orientación preferente de los enclaves y los
megacristales. No hay síntomas de deformación posterior, salvo la fracturación que es muy intensa.

El color rosado intenso de la sienita de Fundición le confiere a este cuerpo intrusivo un cierto interés
comercial. Interés que se ve disminuido por la abundancia de enclaves y por la alta densidad de
fracturas que afectan a este cuerpo, lo que impediría obtener bloques comerciales, y por

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 11


encontrarse en una situación geográfica de difícil acceso.

2.1.9. Formación Aguilar

La formación Aguilar constituye el mineralotecto de Pb-Zn más importante de la Argentina (Mina


Aguilar), cuya explotación es actualmente la mayor industria minera de la zona de estudio. Es un
cuerpo plutónico granítico de dimensiones medias, de edad Cretácico Inferior según
determinaciones radimétricas por los métodos K-Ar y Rb-Sr que han dado un promedio de
118+15 m.a. Tiene forma elongada en dirección N-S, e intruye a las sedimentitas cambro-
ordovícicas.

El granito está constituido por al menos tres litofacies, siendo el contacto entre ellas subhorizontal,
ya que el pozo principal de la mina las atraviesa y cada galería está siempre en la misma litofacies.
Esta disposición estructural es típica de la zona alta o apical de un plutón.

Los términos de cota más baja (hasta los 4 000 m) son de granito calcoalcalino gris, de grano
medio-fino, con abundantes enclaves básicos microgranudos. Entre las cotas 4 000 y 4 200
aproximadamente es un granito gris verdoso de grano medio, con epidota. Sobre la cota 4 200, el
granito es una facies rosada, de tono claro, con tendencia porfídica (megacristales de feldespato
esporádicos de 1 a 3 cm dispersos, zonados, no orientados). Tiene cristales (4 a 6 mm)
subidiomórficos de feldespato. Cristales globulares de cuarzo (3 a 5 mm) subidiomórfico a
xenomórfico y máficos (1 a 5 mm) de subidiomórficos a idiomórficos.

2.1.10. Grupo Salta (Brackebush, 1891, nom. subst Turner, 1959)

El Grupo Salta se corresponde con un ciclo sedimentario que abarca el Cretácico y Paleogeno.
Está integrado por los subgrupos Pirgua, Balbuena y Santa Bárbara. Las sedimentitas, casi
totalmente continentales de este Grupo, constituyen los depósitos sinorogénicos relacionados con
una etapa de rift intracratónico, con el que se vincula el emplazamiento de los granitoides de las
formaciones Fundición y Aguilar, así como la extrusión de cuerpos subvolc· nicos alcalinos y
volcánicos de naturaleza basáltica, citados en distintas partes de la cuenca cretácica, fuera ya de la
zona investigada.

2.1.10.1. Subgrupo Pirgua (Vilela, 1951, nom. trasl Reyes y Salfity, 1973)

Corresponde a las "Areniscas inferiores" de Bonarelli (1913), denominadas luego por Vilela
(1951 como Formación Pirgua. Reyes y Salfity (1973) proponen el cambio de categoría a la de
Subgrupo, basándose en el reconocimiento en la Subcuenca de Alemania de tres unidades
formacionales: La Yesera, Las Curtiembres y Los Blanquitos. Estas formaciones anteriormente
habían sido tratadas con la categoría de miembros (Reyes, 1970).

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 12


El Subgrupo Pirgua se apoya en discordancia angular sobre materiales más antiguos,
proterozoicos y/o paleozoicos. Está constituido por una secuencia siliciclástica estrato y
granodecreciente, de conglomerados, areniscas y arcillas de colores rojizos. Los conglomerados
son polimícticos con abundante matriz arenoso-arcillosa. En los niveles arenosos y arcillosos son
frecuentes los paleosuelos con concreciones calcareas. La serie corresponde a sedimentos de
abanicos aluviales, localmente con tramos de sedimentación fluvial, que rellenan hemigrabenes
generados en los primeros estadios del rift intracratónico cretácico.

El carácter sintectónico en una etapa distensiva de esta unidad hace que se encuentren filones capa,
diques y coladas de composición basáltica y que el espesor de la serie sedimentaria sea muy
variable pasando en poco espacio desde algunos centenares de metros en las zonas de mayor
subsidencia, a la ausencia de sedimentos de este subgrupo. No obstante, puede considerarse un
espesor medio de unos 400 m.

En edad el sugrupo Pirgua se situa entre el Cretácico inferior y el límite Santoniano-Campaniano. Se


han citado restos de anuros, saltenia ibañenzi (Ibañez, 1960) y de dinosaurios (Danieli, 1968).

2.1.10.2. Subgrupo Balbuena (Moreno, 1970)

Constituye, junto con el Subgrupo Santa Bárbara, una unidad extensiva correspondiente al periodo
de postrift, en una etapa gobernada por la subsidencia térmica, cuyo registro sedimentario es
expansivo respecto a los depósitos del Subgrupo Pirgua, apoyándose en contacto concordante
sobre el mismo, o directamente en discordancia angular sobre el substrato paleozoico y/o
proterozoico.

El Subgrupo Balbuena está integrado por areniscas calcáreas amarillentas de la Formación Lecho
(Turner, 1959), y por calizas oolíticas y margas arenosas de color amarillento a verdoso de la
Formación Yacoraite.

La Fm Lecho litológicamente está integrada por areniscas medianamente seleccionadas, de grano


medio a grueso, color amarillo pálido a blanquecino rosado. La mayoría de los clastos son de
cuarzo y el cemento es calcáreo. Localmente la serie intercala niveles conglomerádicos con
geometría de paleocanales. La serie, de unos 80 a 100 m de espesor medio, se ordena en general
en secuencias estrato y granodecrecientes representativas de un sistema fluvial de tipo braided.
Algunos autores citan la presencia de niveles con sedimentación eólica.

En la evolución de la cuenca la Fm. Lecho, asignada por algunos autores al Campaniano, representa
la estabilización de la etapa distensiva sinrift que dió lugar a los hemigrabenes del subgrupo Pirgua, y
el inicio de la subsidencia térmica generalizada durante el Cretácico terminal

La Formación Yacoraite (Turner, 1959) constituye una sucesión calcarea de tonos amarillentos en
donde las litologías dominantes son calizas oolíticas, calizas estromatolíticas, y calizas tableadas
finamente laminares. Localmente incluye calizas intraclásticas y algunos niveles de margas. El

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 13


espesor total varía desde pocos metros hasta más de un centenar, siendo los más frecuente que
varíe entre 50 y 70 m. Las capas en general no superan los 0,50 m.

La serie se ordena en secuencias métricas a submétricas granocrecientes que suelen culminar con
niveles estromatolíticos y/o micríticos con prosidad fenestral y láminas rotas, diagnósticas de un
ambiente de sedimentación marino muy somero, probablemente micromareal. Se han citado restos
fósiles de peces, pectínidos, ostreas y gastrópodos entre los que se destaca Gasteroclupea brnisai
(Aceñolaza, 1968), además existen Pucalithus, que indican una edad campaniana - maestrichtiana.

Desde el punto de vista de las aplicaciones industriales, las capas de caliza estromatolítica amarillo-
rosada que con frecuencia aparecen en la formación Yacoraite son un material susceptible de
extraerse para tallar objetos de decoración, dada la vistosidad y la aptitud al pulido de esta roca. La
ausencia de capas de espesor métrico impiden su explotación para su uso como roca ornamental

2.1.10.3. Subgrupo Santa Bárbara (Moreno, 1970)

Está integrado por un conjunto sedimentario, de origen continental, compuesto por margas, margas
arenosas y arcilitas calcáreas de colores rojizos y verdosos con frecuentes restos de Pucalithus y
abundantes venillas de yeso, y por areniscas y niveles de conglomerados. Está integrado por las
formaciones Mealla, Maíz Gordo y Lumbrera.

La Formación Mealla (Moreno, 1970), de unos 200 m de espesor, se dispone en forma


concordante sobre la formación Yacoraite. Está integrada por un conjunto, de colores rojizos y
verdosos, de aspecto masivo aunque en detalle presenta estratificación bien marcada en bancos de
2 a 10 cm, de margas arenosas, arcilitas calcáreas y areniscas arcillosas, con abundantes niveles
decimétricos de yesos que contienen nódulos de alabastro de tamaño decimétrico. Dicho alabastro,
transparente, de buena calidad, está comenzando a explotarse de forma artesanal en las cercanías
de Tilcara.

La Formación Maíz Gordo (Moreno, 1970) sobreyace en contacto transicional a la Formación


Mealla. Esta constituida por unos 150 m de arcilitas calcáreas, margas, margas arenosas de color
verde oscuro a amarillento con intercalaciones pelíticas grises azuladas. Es común la presencia de
Pucalithus en todo el perfil. Todo este conjunto presenta estratificación bien marcada en bancos de
2 a 5 cm de espesor. Hacia los bordes de la cuenca esta secuencia está reemplazada por areniscas
de grano medio a fino y de color verde claro.

De edad Paleoceno tardío a Eoceno temprano, las formaciones Mealla y Maíz Gordo representan
la transición desde las facies marinas muy someras de la Fm. Yacoraite a las facies más netamente
fluviales de la formación Lumbrera.

La Formación Lumbrera (Moreno, 1970) es una sucesión de unos 140 m de espesor de arcilitas,
limolitas y fangolitas calcáreas de color rojo intenso con intercalaciones de areniscas finas a
medianas y esporádicamente niveles de conglomerados o brechas intraclásticas calcáreas gris

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 14


verdosas. Se ordena en ciclos de facies estrato y granodecrecientes representativos de un medio
fluvial de tipo braided, si bien a gran escala la serie es granocreciente, como resultado de la
progradación de todo el sistema sedimentario.

Desde el punto de vista de las aplicaciones industriales, las arcillas margosas del subgrupo Santa
Bárbara presentan, a priori, buenas características para la fabricación de alfarería, ladrillería,
bovedillas y cerámica de pasta roja en general

2.1.11. Formación Casagrande (Fernandez Bondesio y Pascual, 1973)

Esta formación, a la que Coira (1979) asigna un espesor de entre 250 y 550 m en el sector de Tres
Cruces, está constituida por unos 550 m de conglomerados, areniscas y arcillas, de color castaño
rojizo a rosado, formando secuencias estrato y granodecrecientes características de sistemas
fluviales de tipo braided. Localmente intercala niveles de rocas epiclásticas tobaceas, de colores
blanquecinos, retrabajadas por los sistemas fluviales citados. En conjunto la serie es progradante,
con paleocanales más conglomerádicos y de mayor espesor cuanto más al techo de la serie.

La edad de esta formación, en base a restos de mamíferos estudiados por Bond y López (1995),
es Eoceno medio (Mustersense).

2.1.12. Formación Río Grande (Pascual et al, 1978)

Esta formación es litológicamente análoga a la Fm Casagrande, sobre la que yace en discordancia.


Está constituida por unos 1000 m (Pascual et al. 1978) de conglomerados, areniscas
conglomerádicas, areniscas y raros niveles pelíticos de color rojo grisáceo claro, estratificada en
bancos lenticulares y tabulares gruesos a finos, formando secuencias estrato y granodecrecientes
representativas de un sistema fluvial de tipo braided..

2.1.13. Formación Maimará (Salfity et al, 1984)

Esta formación está prácticamente restringida al sector central de la Quebrada de Humahuaca, no


aflorando su base. Esta constituida por una serie de entre 35 y 120 m de areniscas y
conglomerados con algo de matriz arcillosa y con intercalaciones de tobas de color blanco. Los
niveles más arenosos de la base suelen tener paleosuelos mal desarrollados. Las capas tienen
geometría planoparalela a gran escala, ordenándose la serie en una gran secuencia estrato y
granocreciente. Lateralmente, hacia el noreste, se interdigita con la formación Uquía.

Corresponde a facies de abanicos aluviales sintectónicos sedimentados en discordancia progresiva


durante la etapa de compresión andina constituyendo una pequeña cuenca de foreland, en un frente
de cabalgamiento fuera de secuencia, con vergencia al este, que se situa en la margen derecha del
rio Grande

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 15


2.1.14. Formación Uquía (Castellanos, 1950)

Está formación, al igual que la Fm. Maimará, con la que se interdigita, tiene carácter local quedando
restringida al sector centro-norte de la Quebrada de Humahuaca, entre las localidades de Coctaca
y Huacalera. Está constituida por unos 70 a 100 m de arenas de grano fino de tonos blando
amarillentos, con intercalaciones de conglomerados y en menor proporción de rocas epiclásticas
tobaceas.

Representa sedimentos fluviales de tipo braided procedentes del noreste, depositados durante la
etapa de compresión andina, probablemente como una pequeña cuenca de piggi back, asociada a
los frentes de cabalgamiento de la Cordillera Oriental sobre las Sierras Subandínas.

2.1.15. Abanicos antiguos

Constituyen los testigos iniciales de la evolución morfológica de la Quebrada aunque bajo la misma
denominación se han incluido también los relictos más viejos del relleno cuaternario (?) de la Puna.
Ocupan una gran extensión superficial en la depresión de Humahuaca, pero en el resto de la
Quebrada quedan reducidos a pequeños afloramientos colgados junto al borde montañoso.

Se trata de depósitos multisecuenciales de abanicos aluviales constituidos por gravas y bloques


clastosoportados con buena estratificación e intercalaciones decimétricas de tobas volcánicas. A
techo desarrollan suelos rojos con horizontes petrocálcicos de gran espesor.

2.1.16. Formación Purmamarca

Se ha denominado así a toda una generación intermedia de abanicos aluviales y sedimentos fluviales
que rellenan gran parte de la Quebrada de Humahuaca y valles adyacentes. Dicho relleno que es
especialmente importante en la quebrada de Purmamarca, pues es donde mayor espesor de
sedimento se conserva, constituye un nivel de referencia morfológico de importancia local.

Son acumulaciones de sedimentos de más de 100 m de espesor constituidas por gravas y bloques
de pizarras y tillitas procedentes en su mayor parte de la F. Puncoviscana que aflora en la zona. Las
gravas son clastosoportadas, polimícticas y heterométricas con centiles variables. Están bien
estratificadas pero presentan escaso ordenamiento interno, reconociéndose imbricación de cantos
y ocasionalmente estratificación cruzada, planar y en surco. Hacia Tumbaya aparecen cuñas
arenosas y limosas con estratificación planar.

Son depósitos acumulados por flujos densos (debris-flow) y por dinámica fluvial que han sido
relacionados con la actividad periglaciar pleistocena (Chayle y Wayne, 1995)

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 16


2.1.17. Campos de dunas.

Se refiere a una gran acumulación eólica regional ubicada en la Puna entre Sierra alta y Sierra
Aguilar. Es un gran manto de arena procedente de la playa de las Salinas Grandes, con destacadas
alineaciones de barjanes y dunas longitudinales.

2.1.18. Cuaternario indiferenciado

Incluye toda la sedimentación holocena y pleistocena más moderna, cuyo detalle genético se
especifica en el mapa geomorfológico adjunto.

Son depósitos de litoestratigrafía variada: gravas y arenas sin consolidar de las dos últimas
generaciones de conos aluviales de dimensión moderada, y otros tantos niveles de terrazas fluviales
de las quebradas, depósitos bréchicos vinculados a una pasada actividad glaciar y la sedimentación
varvada (fangos y costras de sal) de los balares puneños.

2.2. ESTRUCTURA GEOLÓGICA DE LA QUEBRADA DE HUMAHUACA.

El área estudiada presenta registros estructurales atribuibles a eventos tectónicos sobreimpuestos


correspondientes a ciclos orogénicos diferentes. Se pueden identificar estructuras asignadas a la
denominada fase Tilcárica (Turner y Mendez, 1975), desarrollada al final del ciclo Panamericano en
el Cámbrico inferior, así como algunas relacionables con la fase Oclóyica, desarrollada durante el
ciclo Famatiniano (Aceñolaza y Toselli, 1973), a fines del Ordovícico.

En el Paleozoico superior (Carbonífero inferior) se ha citado, en áreas próximas, la presencia de


una discordancia regional erosiva y de escasa angularidad (Aramayo Flores, 1989, Díaz et al.
1996, Stark et al. 1992) asignada a la fase Cháñica (Azcuy y Caminos, 1986) que, si bien indica
basculamientos suaves, no refleja una tectónica de magnitud importante entre las distintas unidades
aflorantes en la región.

Las estructuras más evidentes en el mapa y perfiles geológicos (figs. 3, 4 y 5), son las relacionadas
con el desarrollo del rift cretácico y, especialmente, las vinculadas a la tectónica andina cuya
evolución se inicia a principios del Terciario.

La descripción estructural se va a realizar teniendo en cuenta estos condicionantes, se describiran en


primer lugar las estructuras observadas atribuibles a eventos tectónicos paleozoicos e incluso
neoproterozoicos, seguidamente las estructuras extensionales vinculadas con el desarrollo del rift
cretácico, posteriormente los corrimientos y fallas desarrollados durante la compresión andina y por
último, las estructuras más recientes que afectan a los materiales pliocenos y cuaternarios

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 17


2.2.1. Estructuras Neoproterozoicas (Fase Tilcárica)

La presencia de estructuras tectónicas probablemente neoproterozoicas está registrada en las


rocas de la Fm. Puncoviscana de edad Precámbrico-Cámbrico inferior. Estructuras claramente
truncadas por la discordancia basal del Grupo Mesón se pueden observar a lo largo de todas las
quebradas transversales al río Grande (quebradas de Jueya, Huichaira., Purnamarca, etc.) o en los
cordales montañosos situados tanto al este como al oeste.

Una excelente localidad donde se puede observar la fuerte discordancia angular del Grupo Mesón
sobre los materiales del Grupo Puncoviscana, previamente estructurados por pliegues asimétricos
vergentes al este (foto 2) es en la ruta 40, en una zona situada un poco al oeste de la cuesta de
Lipán, una vez superada el Abra de Potrerillos (foto 3).

En las proximidades de la localidad de Purmamarca y en las quebradas perpendiculares al rïo


Grande situadas más al norte, es posible observar excelentes ejemplos de pliegues isoclinales de
plano axial subvertical, con los ejes buzando fuertemente hacia el norte (foto 4), por efecto
probablemente de las deformaciones posteriores. Una disposición estructural parecida se puede
observar en los cordales de Alfarcito y Ovejería, al este de Tilcara, si bien en este caso los ejes de
los pliegues buzan fuertemente hacia el sur.

En el área situada al oeste de Tilcara (quebradas de Huichaira y Jueya), se observan flancos


inversos y normales (deducibles por la presencia de un clivaje penetrativo de escala hectométrica
del tipo “slaty cleavage” o clivaje pizarroso), deformados por pliegues posteriores de plano axial
subvertical y ángulo entre flancos elevado que desarrollan un incipiente clivaje de crenulación
asociado.

En el zona situada al este de la localidad de Volcán, en el extremo meridional del área estudiada, las
calizas de la Fm. Volcán, intercaladas en las lutitas de la Fm. Puncoviscana, dibujan un pliegue
anticlinal asimétrico de escala cartográfica con marcada vergencia hacia el oeste (ver mapa
geológico), en aparente contradicción con lo observado en otras localidades. No obstante el no
poder evidenciar en este caso el que esta estructura afecte exclusivamente a materiales anteriores al
Grupo Mesón, permite considerar la posibilidad de que sea más moderna, como se verá más
adelante.

Los afloramientos de la Fm. Puncoviscana en el área estudiada, han sido incluidos en la denominada
Unidad Oriental de Mon y Hongn (1988), caracterizada para estos autores por la presencia de
pliegues apretados de rumbo N-S y buzamiento leve hacia el norte, con planos axiales verticales o
de alta inclinación al oeste (Hongn, 1992), lo que parece estar en consonancia con las
observaciones realizadas en el presente trabajo.

Las estructuras mayores están acompañadas de un clivaje pizarroso de plano axial continuo o
penetrativo en las pelitas y espaciado en los bancos de grauvacas, con rumbo dominante N-S y
altas inclinaciones hacia el oeste .Superpuesto a la estructura principal se registra una segunda
deformación caracterizada por pliegues abiertos acompañados de clivaje espaciado con rumbo
NO-SE e inclinado hacia el SO, aspectos estos igualmente coincidentes con lo descrito por Hongn

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 18


(op. cit.).

Todas estas estructuras han sido atribuidas por los autores antes citados a la fase Tilcárica (Turner y
Mendez, 1975), desarrollada entre los 600 y 540 ma. al final del ciclo Panamericano entre el
Precámbrico superior y el Cámbrico inferior, y relacionada con la formación de un orógeno que, a
nivel regional, presenta en su franja este plegamientos y sobrecorrimientos propios de un cinturón
plegado de lámina fina o epidérmico (Omarini et al. 1993).

2.2.2. Estructuras Paleozoicas (Fases Oclóyica y Cháñica)

La existencia de una importante fase diastrófica a finales del Ordovícico ha sido descrita por la
mayor parte de los autores que han trabajado en el noroeste argentino. En general se considera que
durante el denominado ciclo orogénico Famatiniano (Aceñolaza y Toselli, 1973), desarrollado entre
la fase Tilcárica y la Cháñica (Devónico inferior), se produjo, en el Asghill, un evento tectónico
mayor conocido como fase Oclóyica (Turner y Méndez, 1975), relacionado con un proceso de
colisión ( Ramos 1986).

La presencia de estructuras atribuidas a la denominada fase Oclóyica ha sido puesta en evidencia en


el área objeto de este estudio y en áreas próximas por los trabajos de Mon y Hongn (1987), Hongn
(1992) y especialmente por Mon (1996). Para estos autores los movimientos oclóyicos produjeron
pliegues y clivaje de plano axial sobre las sedimentitas y el desarrollo de cabalgamientos en la Puna
y en la “proto cordillera Oriental”, con vergencia hacia el oeste (Hongn,1992; Mon 1986). En el
área concreta de este estudio, Mon (op. cit.) considera que todos los corrimientos y fallas inversas
vergentes al oeste deben ser atribuidos a este evento tectónico.

Las observaciones realizadas durante la realización de este estudio, sin embargo, han puesto en
evidencia que la mayor parte de las estructuras compresionales observables en el mapa geológico, o
en los perfiles estructurales (figs 3, 4 y 5), con vergencia hacia el oeste o extensionales, con
buzamiento de la superficie de fractura hacia el este, son claramente posteriores, puesto que
involucran a sedimentos más modernos.

En la Quebrada de la Ciénaga, sobre el trazado antiguo y abandonado de la ruta de Purmamarca a


la Puna (ruta 40), se han podido observar un conjunto de corrimientos, con dirección de transporte
tectónico hacia el oeste, que involucran exclusivamente a los grupos Mesón y Santa Victoria y que
son claramente truncados por las superficies de corrimiento andinas por lo que podrían ser
atribuibles, con un cierto grado de certidumbre, a este evento deformativo.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 19


Figura 3. Perfil estructural I-I´ (Humahuaca)

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 20


Figura 4. Perfil estructural II-II´ (Tilcara)

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 21


Figura 5. Perfil estructural III-III´ (Purmamarca)

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 22


Las características geométricas más importantes de los corrimientos oclóyicos en esta localidad
son las siguientes:

- Las superficies de corrimiento mantienen una cierta oblicuidad con las superficies de
estratificación si bien en largos trechos son paralelas a ella, lo que parece indicar que los
corrimientos se desarrollan en una serie estratigráfica no deformada previamente.
- La potencia o espesor de las láminas alóctonas oclóyicas es de decenas o alguna centena de
metros, en contraste con la considerable potencia de la mayor parte de las láminas andinas.
- La potencia o espesor de las láminas alóctonas oclóyicas es de decenas o alguna centena de
metros, en contraste con la considerable potencia de la mayor parte de las láminas andinas.

En las proximidades del Cerro Yacoraite, Quebrada de Yacoraite se pueden observar estructuras
de corrimiento oclóyicas con vergencia oeste (fig. 6). La sección SE-NO es muy aparente y se ha
reinterpretado; esto es debido a que aflora en el campo muy oblicuamente a la dirección de
transporte tectónico. Dichas estructuras aparecen fosilizads por el Subgrupo Pirgua, aunque se han
interpretado como si la discordancia no estuviese. Los corrimientos oclóyicos involucran al
cámbrico y ordovícico y muestran una geometría de apilamiento antiformal con clara vergencia al
O.

Otra estructura de escala cartográfica que podría ser atribuída a este evento tectónico es el pliegue
anticlinal asimétrico, con marcada vergencia hacia el oeste que se observa al este de la localidad de
Volcán y que ya ha sido anteriormente citado. La mayor plasticidad de las lutitas y calizas de las
Fms. Puncoviscana y Volcán, y quizás una mayor presión de confinamiento, parecen justificar que
en este caso la deformación tangencial desarrolle este tipo de estructuras en vez de los corrimientos
desarrollados en las series paleozoicas.

Las anisotropías desarrolladas en las rocas paleozoicas debido a la deformación oclóyica, puede
haber influido en el posterior desarrollo de la tectónica andina. Así, mientras en la Cordillera
Oriental el basamento previamente estructurado, se comportó como un bloque rígido, hacia el este,
en las Sierras Subandinas donde la deformación oclóyica fue menos intensa, las sedimentitas
paleozoicas, especialmente las ordovícicas, se comportaron mecánicamente como unidades de
cobertera, con superficies de despegue en su interior. Observaciones similares fueron realizadas por
Hongn (1992) en áreas próximas y por Kleyn et al. (1994) en el sur de Bolivia.

Los sedimentos siluro-devónicos de la parte oriental del área investigada se encuentran separados
de los carbónico-pérmicos por medio de una suave discordancia angular de carácter regional
registrada en todas las Sierras Subandinas (Aramayo Flores, 1989; Stark et al. 1992; DÌaz et
al.1996), atribuida a la fase Cháñica (Azcuy y Caminos, 1986) que, si bien indica basculamientos
suaves, no refleja una tectónica de magnitud importante con estructuras que involucren a las
distintas unidades aflorantes en el área estudiada.

Conviene destacar el hecho de que las unidades silúrico-carboníferas no se encuentran nunca al


noroeste de la importante falla que, con una dirección ENE-OSO, trunca el sinclinal de Cianzo en

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 23


el sector NE del área estudiada, y que fue denominada falla de Hornocal por Amengual y Zanettini
(1973), ni de la falla que con dirección N-S delimita por el este el afloramiento más oriental del
Grupo Puncoviscana (ver Mapa Geológico). Estas fallas deben representar estructuras antiguas
que han actuado durante estos periodos de tiempo como borde local de cuenca, y que
posteriormente han rejugado durante los eventos deformativos posteriores.

En trabajos recientes realizados en el sur de Bolivia (Díaz et al. 1996), se ha propuesto un modelo
evolutivo para el Paleozoico de toda la región de las Sierras Subandinas y Cordillera Oriental en el
que se considera la existencia de dos ciclos tectonosedimentarios mayores, el primero, denominado
ciclo Tacsariano, abarcaría desde Cámbrico medio hasta el Ordovícico superior y el denominado
ciclo Cordillerano, desde el Silúrico hasta el Carbonífero inferior.

El ciclo Tacsariano representa el relleno de una cuenca de trasera de arco que se continua durante
el Silúrico al Carbonífero inferior como una cuenca de antepaís (Sempere, 1989, 1995; Isaacson y
Díaz,1995). El ciclo Cordillerano corresponde al relleno de esta cuenca de antepaís, adyacente a
un un cinturón orogénico (faja corrida y plegada de antepaís) situado al oeste y sur de la cuenca, y
relacionado con una subducción oblicua de corteza oceánica hacia el este (Sempere, 1995;
Isaacson y Díaz,1995). El desarrollo de este ciclo se inicia y termina con dos periodos de
inestabilidad tectónica y resedimentación. El primero (Ordovícico terminal-Silúrico inferior), podría
ser equivalente a la fase Oclóyica de los autores argentinos, el segundo (Devónico terminal-
Carbonífero inferior), a la fase Chañica.

Durante el desarrollo del ciclo Cordillerano se evidencia un ambiente de gran inestabilidad tectónica,
caracterizado por la presencia de depósitos de flujos de gravedad de diferente tamaño. El
apilamiento tectónico en el frente de deformación y la migración de los depocentros hacie el este y
norte, a medida que el frente de deformación avanza, es la causa más probable del basculamiento
de los sedimentos precarboníferos y de la profundización y resedimentación de la cuenca
carbonífera debido al aumento de subsidencia y de la tasa de sedimentación, asi como de la
formación de relieves que originaron la existencia de glaciaciones locales durante periodos de clima
frío (Asgill-Llandovery y Devónico superior-Carbonífero inferior).

2.2.3. La Extension Cretácica.

Durante el Cretácico se produce la implantación de un importante periodo extensional, evidenciado


por el desarrollo de un rift intracratónico (Grier, 1990). Las sedimentitas continentales del Grupo
Salta constituyen los depósitos sinorogénicos relacionados con este evento, con el que también se
pueden vincular la intrusión de varios cuerpos graníticos como los de Aguilar y Fundición, ubicados
en la parte noroccidental del área estudiada, así como la extrusión de cuerpos subvolcánicos
alcalinos y volcánicos de naturaleza basáltica, citados en distintas partes de la cuenca cretácica,
fuera ya de la zona investigada.

La tectónica distensiva cretácica se manifiesta por la presencia de un sistema de fallas directas o


normales, de trazado normalmente rectilíneo y dirección predominante N-S o NNE-SSO, (fig. 2 y

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 24


mapa geológico). Estas fallas se encuentran en muchos casos parcialmente invertidas por la
compresión andina, si bien esto no impide reconocer su geometría y sentido de movimiento original.
En general se observa que las fallas más occidentales hunden su bloque oriental y las más orientales
el occidental (ver perfiles estructurales: figs. 3, 4 y 5), mostrándose en general, bastante verticales
en superficie. Esta disposición estructural parece indicar que la geometría más probable es la de una
estructura de tipo graben, de dimensiones modestas.

Una falla extensional singular es la falla de Hornocal, anteriormente citada, que con una dirección
ENE-OSO trunca el sinclinal de Cianzo en el sector NE del área estudiada (ver mapa geológico).
Esta importante estructura representa probablemente el rejuego de una antigua fractura paleozoica y
ha condicionado claramente la sedimentación de las unidades cretácicas, actuando durante este
periodo de tiempo como borde local de cuenca. Este hecho queda evidenciado por la presencia en
su bloque hundido, situado en su labio suroriental, de una serie cretácica completa, caracterizada
además por la presencia de un potente Subgrupo Pirgua. En su bloque elevado, por el contrario,
una gran parte de las unidades cretácicas están ausentes, apoyándose la Formación Maiz Gordo
directamente sobre el substrato Ordovícico.

En cuanto a la geometría de estas fracturas en profundidad, aunque no se tienen datos suficientes


para proponer un modelo extensional totalmente fiable, si se pueden hacer algunas precisiones
basándose fundamentalmente en lo ya publicado sobre este episodio en áreas próximas y en los
modelos extensionales propuestos tanto experimentalmente como para ejemplos naturales de otros
orógenos. En base a ello se puede asumir que el conjunto de fallas normales debe de unirse a un
horizonte de despegue común tal como se ha representado en los perfiles estructurales (figs. 3, 4 y
5).

Durante la etapa de desarrollo del rift mecánico la cinemática estuvo controlada por esfuerzos
tensionales. El subgrupo Pirgua integrado fundamentalmente por depósitos de abanicos aluviales
constituye la unidad sedimentaria sinorogénica relacionada con esta fase.

Durante el periodo de postrift, desde el Cretácico superior hasta el Peleoceno, se desarrolló una
etapa gobernada por la subsidencia térmica cuyo registro sedimentario está representado por las
unidades integrantes de los Subgrupos Balbuena y Santa B· rbara que son expansivos respecto a
los depósitos del Subgrupo Pirgua, apoyándose directamente sobre el substrato paleozoico.

La configuración estructural de la tectónica andina va a estar condicionada por la geometría y la


distribución de las estructuras del rift cretácico, tal como se verá más adelante.

2.2.4. La Tectónica Compresional Andina

El conjunto de estructuras más evidentes en el mapa y perfiles geológicos son las relacionadas con
la tectónica compresional andina y estan representadas por un conjunto de fallas de rumbo regional
N-S a NNE-SSE, que siguen la misma dirección de los cordones montañosos. El hecho de que
tanto en la Puna como en la Cordillera Oriental, las alineaciones motañosas esten en su mayoría
flanqueadas por fallas inversas, hizo que tradicionalmente estos relieves fueran interpretados como

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 25


producto de una tectónica esencialmente vertical o "tectónica de bloques" caracterizado por
fallamiento inverso de alto ángulo.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 26


.

Figura 6. Estructuras de corrimiento oclóyicas con vergencia oeste

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 27


La ampliación de la información del subsuelo y la aplicación de modelos de deformación orogénica
actualizados, ha conducido a reinterpretar las estructura de la Cordillera Oriental y de las Sierras
Subandinas como características de una faja plegada y corrida de antepaís. Las superficies de
despegue se situan en el basamento precámbrico en la Cordillera Oriental y en la cobertura
paleozoica o mesozoica en las Sierras Subandinas, lo que permite considerar a ambas unidades
como prototipos de faja plegada de lámina gruesa y faja plegada de lámina fina, respectivamente.
En este sentido, los trabajos de Boll y Hern· ndez (1986) en el área de Tres Cruces muestran ya
fallas con geometría lístrica, con rampas y replanos, dispuestas en láminas apiladas y en abanicos
imbricados. Estos autores describieron, en el área de Tres Cruces, una asociación de estructuras
integrada por: fallas inversas de bajo ángulo con vergencia oriental, fallas inversas de bajo ángulo
con vergencia occidental, pliegues concéntricos asociados a despegues y fallas inversas
subtransversales vinculadas a lineamientos regionales.

En numerosos trabajos sobre la tectónica compresional andina en el noroeste argentino (Boll y


Hern· ndez,1986; Bianucci 1987; Aramayo Florez, 1989; Hernandez et al.1991;Stark et al. 1992,
Stark et al 1996), se establecen ya las correlaciones entre los eventos tectónicos y los sedimentos
sinorogénicos con ellos relacionados.

En general se considera que el fin del proceso distensivo habría tenido lugar en el Eoceno medio,
desarrollándose los primeros eventos compresivos durante la denominada fase Incaica I
(Steinmann, 1930), y siendo la Formación Casagrande el depósito sinoreogénico contemporáneo
con este evento. El primer evento compresivo importante habría tenido lugar en el límite Eoceno-
Oligoceno, durante la fase Incaica II ( Frutos, 1981), siendo la Formación Río Grande, levemente
discordante sobre la Formación Casagrande y con clastos del Grupo Salta en su base, la unidad
sedimentaria relacionada con este proceso tectónico. La fase Pehuenche (Yrigoyen, 1979),
provocaría un nuevo acortamiento en el límite Oligoceno-Mioceno, siendo en este caso la
Formación Pisungo el conjunto sedimentario genéticamente relacionado con este nuevo evento.
Durante el Mioceno medio, habría tenido lugar el principal movimiento compresivo de la tectónica
terciaria, denominado fase Quechúa inicial (Steinmann, op. cit.), responsable de la marcada
discordancia angular que bisela al Formación Pisungo.

Los últimos movimientos descritos normalmente en el noroeste argentino, son las fases Quechúa
principal y Diaguita (Yrigoyen, op. cit.), situados en el límite Mioceno-Plioceno y Plioceno-
Pleistoceno, respectivamente.

Seguidamente se van a describir las estructuras diferenciadas durantre el relevamiento, tanto en el


sector de la Cordillera Oriental estudiado como en el de las Sierras Subandinas, seguidamente se
realizará un intento de reconstrucción del proceso cinemático que ha conducido a la estructura
observable en los perfiles estructurales de las figuras 3, 4 y 5.

2.2.4.1. La Deformación Andina en la Cordillera Oriental

El estilo tectónico y el tipo de estructuras que caracterizan a la Cordillera Oriental han sido en parte

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 28


controlados por la estructuración tectónica previa y por las características mecánicas de la sucesión
estratigráfica dominante en el área. La columna estratigráfica está integrada por epimetamorfitas de
la Fm. Puncoviscana, cuarcitas areniscas y pelitas del Grupo Mesón, pelitas, grauvacas y volcanitas
ordovícicas del Grupo Santa Victoria, sedimentitas continentales del Grupo Salta y sedimentitas
terciarias.

Las estructuras más comunes relacionadas con esta etapa compresiva, son las fallas inversas y
corrimientos, así como los pliegues relacionados con ellos. Las fallas inversas y corrimientos
rejuegan la mayor parte de las estructuras extensionales cretácicas, sin embargo se crean también
estructuras nuevas que aparecen cortando a las fallas normales anteriores (ver perfiles estructurales:
figs. 3, 4 y 5). A veces se observa que las trazas cartográficas de los corrimientos nuevos y de las
fallas extensionales se separan y unen lateralmente (ver mapa geológico y fig 2). Este tipo de
estructuras, en las que la trayectoria de un corrimiento nuevo se sitúa por delante de una falla
extensional pero se imbrica en ella en profundidad (y lateralmente), se desarrollan ante la
imposibilidad que tiene el tramo superior de una falla lístrica extensional para rejugar como falla
inversa, debido a su elevado buzamiento. El corrimiento nuevo trunca el bloque elevado de la falla
extensional anterior, dando lugar a una estructura cartográfica, y en profundidad, de forma
triangular, rodeada por fallas. Ejemplos de este tipo de estructuras, que recibe el nombre de
“shortcuts” o atajos (Gillcrist et al. 1987), pueden observarse al norte y oeste de Purnamarca y al
oeste de Tilcara (ver mapa geológico y perfiles estructurales de Tilcara y Purnamarca, figs. 4 y 5).

Una gran parte de los corrimientos presentan un alto angulo en superficie aunque lo más probable es
que tengan una geometría lístrica en profundidad, uniendose a una superficie de despegue común.
La geometría profunda de estas fallas inversas, viene condicionada a su vez por la del sistema
extensional mesozoico, que se encuentra solo parcialmente invertido. Los pliegues corresponden
casi siempre a estructuras de gran radio y escala cartográfica, con elevado ángulo entre flancos.
Unicamente en las proximidades de alguna de las grandes fallas inversas se nuclean pliegues a escala
decamétrica a hectométrica, algo más evolucionados. Todos ellos coinciden con pliegues de flexión
de falla (fault bend folds de Suppe, 1983). Los sinclinorios se nuclean sobre los semigrábenes,
dibujandose mejor en los materiales sinorogénicos con la compresión o en los sinextensionales, en
estos se aprecia perfectamente como se sitúan normalmente entre dos fallas inversas contiguas o
entre una falla directa preservada y una falla inversa nueva.

Además de las estructuras descritas se han observado algunas estructuras de compensación lateral
del tipo de rampas oblicuas. La más espectacular está representada por la ya citada falla de
Hornocal que con un trazado cartográfico oblicuo a las direcciones dominantes, rejuega como falla
inversa, levantando ahora su bloque suroriental.

En las secciones estructurales balanceadas (figs. 3, 4 y 5), se ha representado la superficie de


despegue principal, situada en el basamento precámbrico, a una profundidad de aproximadamente
20 km. Esta profundidad del despegue es coincidente con el obtenido en perfiles realizados por
Aramayo Flores (1989), Bianucci et al. (1987), Kley (1993), Cladouhos (1993), Mingramm
(1982) y Allmendinger y Zapata (1996) en secciones vecinas, situadas al norte del área estudiada.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 29


Las líneas de bifurcación de los corrimientos (líneas que unen puntos homólogos de separación o
unión de dos o más corrimientos), permiten obtener una dirección de movimiento de estos
prácticamente oeste-este. La vergencia dominante deducida por este criterio o por otros
marcadores cinemáticos como pliegues menores es hacia el este, aunque son frecuentes las
estructuras con vergencia hacia el oeste, especialmente en su sector occidental (ver perfiles
geológicos, figs. 3, 4 y 5). Las fallas inversas con vergencia oriental son las que implican los
mayores acortamientos. Las fallas inversas con vergencia occidentalental pueden ser interpretadas
como retrocorrimientos, facilitados en muchos casos por la existencia de una estructura extensional
previa que rejuega con la misma orientación. El mecanismo general de propagación de los
corrimientos parece ser hacia adelante (forward), tal y como lo atestigua el hecho de que las
formaciones sinorogénicas sean más jóvenes en el este (Sierras Subandinas), que en el oeste
(Cordillera Oriental). Sin embargo existen buenos ejemplos de estructuras fuera de secuencia,
como lo atestigua el hecho de que las formaciones sinorogénicas con la compresión, depositadas en
la Quebrada de Humahuaca en sentido estricto (formaciones Maimará y Uquía), sean aún más
jóvenes.

Teniendo en cuenta estas premisas y las relaciones geométricas entre las diferentes estructuras
relevadas, se han podido diferenciar tres etapas principales de emplazamiento para los corrimientos
en la Cordillera Oriental, si bien el proceso de deformación ha de entenderse como continuo, sin
solución de continuidad entre cada etapa.

En una la primera etapa se emplaza tectónicamente la lámina más occidental, cuyo frente se sitúa
aproximadamente en la actual valle del río Grande, y que esta compuesta por un graben extensional
parcialmente invertido; su nivel de despegue se sitúa aproximadamente a 10 km de profundidad,
coincidiendo con la profundidad del despegue basal de la etapa extensional (ver perfiles
estructurales). El rejuego inverso de algunas fallas extensionales del sector más occidental, con
buzamiento hacia el este, propicia la existencia de retrocorrimientos durante el emplazamiento de
esta lámina cabalgante, con una dirección de transporte tectónico hacia el este.

Por delante de esta unidad se emplazan, en una típica secuencia “forward¨, las unidades más
orientales, con un nivel de despegue situado ya a casi 20 km de profundidad. El tránsito hacia las
Sierras Subandinas se produce cuando este corrimiento basal asciende hacia niveles más
superficiales y más altos en la secuencia estratigráfica, dejando de aflorar por lo tanto los materiales
cámbrico-precámbricos, lo que propicia el espectacular salto topográfico de más de 1.000 m entre
ambas unidades morfoestructurales.

Por último se produce el emplazamiento de estucturas “fuera de secuencia” o de segunda


generación (ver perfiles estructurales), que aprovechan en parte estructuras anteriores, propiciando
su rejuego, o la génesis de estructuras nuevas afectando a los sedimentos sinorogénicos más
recientes (formaciones Maimará y Uquía). Un excelente ejemplo de una de estas estructuras puede
observarse en las proximidades de Tilcara (foto 5). El rejuego de alguno de los retrocorrimientos
de primera generación, como el que limita por el oeste la Cordillera Oriental explica el actual resalte
morfológico de esta unidad sobre la Puna, estimable en unos 500 a 1000 m, según las zonas.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 30


La estimación del acortamiento realizada sobre los perfiles estructurales permite cifrar este, sólo
para la Cordillera Oriental, en unos 60 km, lo que es coherente con lo estimado por Stark et al
(1996), algo más al norte.

La tectónica andina comenzó su actividad en el norte argentino a partir del Mioceno medio a tardío.
Entre los 20 y 22 m.a. se iniciaron los cabalgamientos de primera generación transmitiendo su
acortamiento de oeste a este dentro de la Cordillera Oriental. A partir del Mioceno Superior se
produce la transferencia hacia el este de la deformación, hacia las Sierras Subandinas, donde se
desarrolla una tectónica de cobertura con despegues que desvinculan el basamento de la
deformación.

2.2.4.2. Deformación Andina en las Sierras Subandinas.

Las Sierras Subandinas en el área estudiada se destacan por la presencia de corrimientos


desplazados hacia el este con despegues ubicados dentro de las secuencias paleozoicas y el
desarrollo de relativamente abundantes pliegues de propagación o de flexión de falla.

El límite entre Cordillera Oriental y Sierras Subandinas marca el cambio de estilo de faja plegada de
lámina gruesa a lámina fina, lo que implica, tal como se ha explicado anteriormente la transferencia
de niveles de despegues del basamento estratigráfico a la cobertera. El límite entre ambas zonas se
puede ubicar en el cabalgamiento o corrimiento más oriental cuyo nivel de despegue está en la Fm.
Puncoviscana (ver mapa geológico y perfiles estructurales). Este cabalgamiento, en áreas más
septentrionales no llega a emerger en superficie, por lo que el límite entre ambas unidades se sitúa
en el pliegue por flexión de falla vinculado con la rampa que hace ascender el cabalgamiento basal
desde el basamento precámbrico hasta el Ordovícico.

A la altura de la cuenca del río Iruya, un poco al norte del área estudiada, el ascenso de la
Cordillera Oriental se produjo a partir de los 11,4 m.a (Vergani 1988 ; Hern· ndez et al. 1996). A
los 8,5 m.a se registran evidencias del inicio de la sedimentación del Grupo Orán como respuesta
sinsedimentaria de la elevación del anticlinal de Cinco Picachos y se interrumpe el aporte
sedimentario proveniente de la Cordillera Oriental . El frente Subandino continuó su desarrollo hacia
el este con el levantamiento de la Sierra del Pescado entre los 6,9 y 1,8 m.a (Hernández et al., en
prensa) y con la formación de anticlinales orientados en posición norte sur, fallados en su flanco
oriental.

3. EL MAPA GEOMORFOLÓGICO

3.1. RASGOS FISIOGRAFICOS GENERALES

La Cordillera Oriental andina constituye una cadena montañosa de orientación submeridiana, con
alturas superiores a los 4500 m. El relieve es muy abrupto, con fuertes pendientes, profundos valles
y desniveles casi siempre superiores a los 2.000 m. El valle principal, la Quebrada de Humahuaca,

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 31


discurre norte-sur aprovechando la estructuración geológica regional. El río Grande, que lo drena
como colector fluvial principal de este sector de la Cordillera, presenta una red de tributarios
(obsecuentes y consecuentes) que dibujan una trama esencialmente estructural.

La Puna tiene como rasgo más característico, además de constituir un altiplano, su carácter
endorreico. Excepto en algunos sectores sometidos a la progresión de la red fluvial chaqueña, que
ha penetrado a través de la Cordillera Oriental, todo el avenamiento es interno. Por este motivo las
áreas más bajas de esta llanura aluvial se encuentran ocupadas por salares y lagunas someras. Tan
solo algunos cordones montañosos de orientación meridional y baja altitud relativa (unos 1.000 m
de elevación sobre el altiplano), rompen la inmensa monotonía de esta llanura intramontañosa.

Los contrastes orográficos tan acusados definen unas condiciones climáticas regionales
enormemente variables. A grandes rasgos existe una diferenciación que progresa de este a oeste.
En detalle esas variaciones son más complejas pues en realidad son función de la altimetría y de la
exposición de las masas montañosas a los frentes húmedos procedentes del este que pueden
penetrar a través de las quebradas.

La fachada este de la Cordillera Oriental presenta un clima cálido y húmedo como consecuencia del
choque de las borrascas contra el frente montañoso. Durante el verano se forman grandes bancos
de nubes que dan lugar a intensas precipitaciones. Por encima de los 2.000 m el clima sufre una
fuerte variación, pues se torna seco, templado a frío, aunque existen microclimas más benignos en
las quebradas más abrigadas. En las partes más altas de la cadena montañosa, las condiciones
climáticas se extreman y las temperaturas medias disminuyen aumentando la amplitud diaria. Las
precipitaciones que pueden ser de nieve en invierno son muy raras y siempre en verano.

En la Puna o en las partes más altas de la Cordillera predomina un clima continental riguroso. La
amplitud térmica diaria es del orden de 25-30º C con temperaturas máximas en verano próximas a
los 27ºC y mínimas en invierno de -30ºC. Las lluvias son escasísimas y también en verano. El
resultado es un ambiente desértico o semidesértico con una sequedad absoluta la mayor parte del
año.

La diversidad morfoclimática da lugar a condiciones muy distintas para el desarrollo de suelos y


vegetación. En la fachada oriental de la cadena expuesta a condiciones lluviosas que superan los
1000 mm anuales proliferan potentes suelos forestales donde prospera una selva subtropical de
montaña (900 a 1.400 m).

En el interior de la Cordillera Oriental propiamente dicha, a cotas superiores a los 2.000 m donde
las pendientes son muy acusadas, los suelos son esqueléticos y desprovistos de materia orgánica.
Tan solo en el fondo de los valles el suelo puede alcanzar un cierto grado de evolución. En esas
condiciones predomina la estepa arbustiva aunque una de las características más destacables del
paisaje vegetal de estas zonas entre los 2.000 y 3.000 m, son los cardonales. En las vegas de los
ríos prospera el matorral y algunas especies arbóreas.

En la Puna los suelos son aún más pobres, casí sin fracción pelítica, porosos, blancos y sin

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 32


compacidad. Cerca o en las depresiones aparecen suelos salinos. La vegetación, también esteparia,
se compone de matas bajas y dispersas

3.2. PRINCIPALES UNIDADES MORFOESTRUCTURALES

A gran escala el área objeto del estudio pertenece a dos grandes unidades morfoestructurales:
Cordillera Oriental y Puna. En detalle, y en ambas, pueden establecerse a su vez otras subdivisiones
(fig. 7).

La Puna está representada en su borde oriental, entre Tres Cruces y el Nevado del Chañi, según
dos sectores bien diferenciados: la cuenca de Aguilar y el borde oriental de las Salinas Grandes.

La cuenca de Aguilar constituye el piedemonte oriental de Sierra Aguilar (Tipara, 5.127 m) que
fisiográfica o hidrográficamente no es sino la cuenca alta del río Yacoraite. Esta cuenca no tiene por
tanto carácter endorreico en la actualidad, sino avenamiento atlántico a través de la quebrada
homónima y corta transversalmente la Cordillera Oriental hasta el río Grande. Entre Sierra Aguilar y
Sierra Alta, el primer contrafuerte de la cadena, la cuenca tiene más de 20 km de anchura,
extendiéndose longitudinalmente más de 50 km entre Tres Cruces, su límite septentrional y el gran
cordón de dunas de Portillo Chico. Los sedimentos que la rellenan son materiales terciarios
(Formación Santa Bárbara) y cuaternarios que presentan la interrupción longitudinal de una
elevación montañosa emergente constituida por una gran estructura anticlinal y una cuesta sobre
materiales cretácicos (formaciones Pirgüa y Yacoraite). El sediplano que sella el relleno de la
cuenca está constituido por un sistema de abanicos aluviales coalescentes, de perfil asimétrico
claramente dirigido al este y con cotas próximas a los 4.000-3.600 m. Los procesos de disección
actual han dado lugar a profundas incisiones especialmente en la mitad oriental (Casa Grande).

El borde oriental de la Puna entre Sierra Alta (Hermoso, 5.205 m) y Sierra de Chañi es el
piedemonte del contrafuerte oeste de la Cordillera Oriental. Está formado por varias generaciones
superpuestas de abanicos aluviales coalescentes que tienen avenamiento endorreico a dos grandes
depresiones: Laguna de Guayatayoc (110 km2) y Salinas Grandes (210 km2) ambas ligeramente
por debajo de los 3400 m. El borde montañoso, moderadamente sinuoso en detalle, sigue, como
casi todos los grandes accidentes geográficos, una directriz estructural submeridiana (NNE)
ligeramente oblícua a Sierra Aguilar lo que determina la conexión de la cuenca homónima con la
Puna propiamente dicha. En ese sector que señala en la actualidad la divisoria de aguas entre el
avenamiento atlántico y el endorreismo puneño, se encuentra tapizada por un extenso manto eólico
que tiene un cordón de dunas en su zona axial.

El piedemonte se extiende en una franja de unos 20 km de anchura media entre los 4000 y los
3.400 m según una pendiente muy suave (3%) dirigida hacia el oeste. Está frecuentemente
interrumpido por pequeñas elevaciones longitudinales (morros) constituidos por capas monoclinales
de sedimentos terciarios emergentes algunas decenas de metros sobre el relleno aluvial.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 33


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 34
La Cordillera Oriental es la prolongación meridional de la Cordillera Oriental y Central de Bolivia.
En este sector presenta unos 80 km de achura y un rumbo general NNO. Su estructura geológica
se caracteriza por la existencia de bloques longitudinales elevados por fallas de alto ángulo que
involucran al basamento. Responde a una tectónica de láminas cabalgantes con profundas superficie
de despegue que dan lugar a un acortamiento de dirección E-O. Son fallas de alto ángulo en
superficie pero horizontalizadas en profundidad y con vergencia general al E según la dirección
regional de empuje.

Predominan las rocas clásticas. Las más antiguas que se atribuyen al Precámbrico son grauvacas,
pizarras, cuarcitas y esquistos. Los materiales cámbricos son areniscas y arcillas, y el resto del
Paleozoico está constituido por capas de areniscas silicificadas, arcillas, grauwacas, conglomerados
y alguna caliza. Las rocas mesozoicas son areniscas cementadas y calizas y el Cenozoico que se
presente poco consolidado, son fundamentalmente areniscas y arcillas.

Todas las formaciones se presentan en bandas elevadas y alargadas norte-sur excepto el Cenozoico
que se restringe a las topografías más bajas coincidiendo con las líneas de drenaje más importantes.
Las filitas y pizarras precámbricas y el resto de los materiales paleozoicos y mesozoicos están
además mejor consolidados que las rocas terrígenas cenozoicas. Sin embargo, su consolidación
actual es función de las perturbaciones tectónicas (plegamento, fallamiento y diaclasado) y
metamórficas. Por eso el Precámbrico (Formación Cuncoviscana) formado por rocas de bajo
grado de metamorfismo suele formar las crestas y cadenas de la Cordillera Oriental.

La Quebrada de Humahuaca que la incide longitudinalmente separa dos mitades con rasgos algo
diferenciados. Esas dos porciones y la propia quebrada sirven como unidades de referencia en la
descripción morfoestructural.

La mitad occidental que actua de contrafuerte oriental de la Puna (Sierra Alta-Sierra de Chañi), es
una cadena montañosa con cumbres superiores a los 4.000 m. Presenta un relieve muy fuerte con
desniveles espectaculares superiores a los 2.000 m, y valles y cordones montañosos alargados en el
sentido que marcan las estructuras de plegamiento. Tal es así que muchas de las cuerdas
montañosas están definidas por cuestas de capas duras. Muchos valles, especialmente en cabecera,
se alargan en sentido longitudinal paralelo a la quebrada principal y consecuentes con la estructura
geológica submeridiana. Sin embargo los cursos principales se presentan paralelos entre sí según
una dirección transversal NO-SE (Yacoraite, Jueya, Huichaira, Puermamarca) y fluyen
oblícuamente al río Grande.

La Mitad oriental de la Cordillera se simplifica en una única gran cuerda montañosa de gran altitud y
orientación NNE constituida por los Altos de Tilcara (Punta Corral, 4.845 m) y la Serranía del
Alcornocal (Colorado de Caspala, 5.116 m) y la Sierra de Zenta (Alto de Chorro, 4.929 m). Entre
los 10 km que separan la línea de cumbres de ese cordón montañosos y el río Grande, existe otra
alineación montañosa próxima a los 4.000 m, el Cordón de Alfarcito, junto a la Quebrada, que da
lugar a una estrecha y colgada depresión rellena de sedimentos recientes.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 35


El Cordón de Alfarcito desde el fondo de la Quebrada es un enorme paredón rocoso elevado casi
2.000 m sobre ella en poco más de cinco km de desplazamiento hacia el este. Se trata de una
alineación rocosa constituida por materiales resistentes de la Formación Puncoviscana y del Grupo
Mesón. Estos sedimentos cámbricos y precámbricos constituyen un bloque elevado por el
cabalgamiento de Alfarcito. La verticalización de dicha falla hacia la superficie puesta de manifiesto
por el fuerte buzamiento de los estratos y su elevada resistencia a la erosión da lugar a esa pared
montañosa tan espectacular en la ladera oriental de la Quebrada de Humahuaca (Aguilera et al,
inédito). Esa ladera está jalonada de chevrons originados por la acción combinada de las especiales
características litoestratigráficas de la Formación Yacoraite que aflora adosada a los materiales
cámbricos y precámbricos y de los numerosos barrancos de avenamiento perpendiculares al río
Grande (foto 6).

La cuenca de Alfarcito es una franja alargada de unos 50 km entre Tumbaya y Huacalera que se
ubica sobre la línea de debilidad determinada por el cabalgamiento homónimo. Se encuentra
colgada a unos 3200-3400 m de altitud, lo que supone unos 1000 m de desnivel en relación a la
Quebrada. Está cubierta por sedimentos de abanicos aluviales que presentan una distribución
asimétrica, lo que implica una inclinación hacia occidente ya que proceden del frente montañoso
principal. El tercio meridional está muy degradado, y en la actualidad se trata de un valle angosto
ocupado por el río de la Quebrada Punta Corral. El resto del valle conserva su paisaje original pero
presenta emisarios hacia la Quebrada de Humahuaca por Huacalera y fundamentalmente por
Tilcara (río Huasamayo) donde se ha originado un impresionante cono aluvial de historia compleja.

La elevación topográfica principal que es divisoria de aguas entre los ríos Grande y San Francisco,
es consecuencia del cabalgamiento de Ovejería que eleva unos 300 m el basamento precámbrico
sobre el Paleozoico (Aguilera et al, inédito). Presenta crestas suavizadas pero un relieve abrupto en
su fachada oriental fuertemente incidida por la red fluvial. En esa misma fachada se localizan
numerosos focos de actividad glaciaria pasada. Está constituido por un solo cordón principal en la
mitad meridional (Altos de Tilcara).

Hacia el norte la orografía se complica algo más con la aparición de dos o más cordones paralelos
y algunos altos valles intramontañosos que contienen sedimentos aluviales (Quebrada de Punta
Corral). Sobre el paralelo de Humahuaca otros elementos estructurales como el sinclinal de Cianzo
(Sierra de Hornocal) o la aparición de la dirección estructural NNO, determinan un relieve más
complejo y diverso con las sierras de Aparzo y Zenta y el valle de Cianzo como unidades
principales.

La disposición de los ríos de la fachada oriental de la Quebrada de Humahuaca, oblícua y


obsecuente y a su vez paralela a la dirección general de las principales quebradas de la margen
occidental, presupone un condicionamiento estructural: el fallamiento transversal NO-SE citado en
los estudios estructurales (Mendez et al, 1979; Martínez et al, 1996).

La Quebrada de Humahuaca es un estrecho y profundo valle fluvial con un anómalo


ensanchamiento en su cabecera que probablemente es consecuencia de la convergencia en ese
sector de dos direcciones estructurales, NNE y N o NNO. En ese ensanchamiento septentrional de

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 36


hasta 20 km de anchura, se acumula sedimentación terciaria y cuaternaria. Se trata del relleno de
una cuenca desarrollada en el marco de un proceso compresivo. El acortamiento producido por la
deformación se resuelve mediante cabalgamientos muy verticalizados en superficie que levantan las
unidades cabalgantes. Ese levantamiento conlleva su erosión consecuente. En la actualidad este
sector de la Quebrada es una cuenca intramontañosa de pasado endorreico capturada por la red
fluvial atlántica. En planta constituye un óvalo submeridiano de unos 450 km2 con la sola irrupción
de una masa montañosa de rocas precámbricas (Pico Negro, 3.615 m) en su mitad septentrional.
Las secuencias de abanicos aluviales que modelan la cuenca, presentan un perfil transversal
asimétrico y dirigido hacia el eje mayor de la misma constituido por el río Grande. En la fachada
oriental formada por el dorso de una unidad cabalgante, el perfil general desciende en 10 km, desde
los 3.400 a los 3.000 m., lo que supone una pendiente media del 0.04. Desde el punto de vista
estructural, la otra fachada es un frente cabalgante. En ella se desciende desde los 3.600 m a los
3.000 en unos 6 km de recorrido, lo que supone un 0.01 de pendiente. Son cifras que dan una idea
de la importancia geotectónica en la definición morfológica de la depresión. La incisión fluvial es
importante, tanto en el colector principal como en cada una de sus ramificaciones laterales. Se
originan fuertes escarpes decamétricos que permiten buenas observaciones de las formaciones
terciarias.

Al sur de Uquía la Quebrada se estrecha según una alargada franja de menos de 10 km de ancho
que se prolonga 45 km hasta las inmediaciones de Purmamarca. Este segmento del valle presenta
una marcada asimetría tanto geológica como morfológica. El río Grande que desciende desde los
2.800 m (Uquía) a los 2.193 m (Estación de Purmamarca) en este sector se orilla al margen oriental
en todo su recorrido, fluye adosado al dorso del Cordón de Alfarcito, donde han quedado algunos
restos de sedimentación terciaria y cuaternaria. El gran cono aluvial de Tilcara que tiene su área
fuente en la cuenca de Alfarcito, es el único elemento geográfico relevante de esta orilla. Sin
embargo la mayor parte del depósito terciario permanece al oeste del río medio sepultado por
varias generaciones de abanicos aluviales procedentes de la fachada occidental. La fuerte disección
de los tributarios occidentales degradan fuertemente esas secuencias aluviales cuaternarias y
también los materiales terciarios subyacentes, dando lugar a profundos barrancos y a espectaculares
paisajes acarcavados.

En este sector de La Quebrada son muy importantes las manifestaciones neotectónicas. Se han
detectado cabalgamientos afectando a las formaciones neógenas de Uquía y Maimará y también a
los abanicos aluviales más modernos que tienen en Tilcara su ejemplo más notorio. Todos estos
accidentes se acomodan a la dirección estructural regional NNE de igual forma que la propia
Quebrada en este tramo.

Entre Purmamarca (Estación) y Volcán el trazado del río Grande presenta una orientación casi
submeridiana. El valle se estrecha desapareciendo cualquier resto de sedimentación terciaria;
geomorfológicamente el valle sigue teniendo una configuración transversal asimétrica, pues los
principales aportes proceden de la margen occidental donde se siguen emplazando generaciones de
abanicos aluviales algunos de dimensiones espectaculares (Tumbaya y Volcán).

En la figura 8 se han representado tres perfiles geomorfológicos tranversales, realizados a partir del

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 37


mapa a escala 1:100.000, en los que se evidencia la diferente morfología en los diferentes sectores
de la Quebrada.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 38


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 39
3.3. ELEMENTOS MORFOLOGICOS PRINCIPALES

Tanto la construcción (agradación) como la degradación actual en que se encuentra la región objeto
del estudio es consecuencia de la ocurrencia y/o concurrencia de varios procesos geodinámicos
pasados y recientes. El resultado es la fisiografía actual. Al edificio geotectónico de naturaleza
endógena y sus correspondientes agradaciones sedimentarias (sintectónicas) se han superpuesto
varios y sistemas morfogenéticos exógenos (fluviales, eólicos, etc.).

3.3.1. Modelado Fluvial

La red hidrográfica del área estudiada presenta en su mayoría avenamiento atlántico y pertenece a
la cuenca del río Grande. El resto forma parte del sistema endorreico de La Puna (fig. 8).

El río Grande drena una cuenca de planta rectangular orientada norte-sur que es la que posee la
distribución geológica regional, y la que en definitiva controla la red. En total hasta el río San
Francisco, tiene una superficie de unos 7250 km2. La disposición de los ríos tributarios presenta
una asimetría, la determinada por el área drenada que es el doble en su margen occidental. Esos
cursos son siempre más largos (20-90 km) que los orientales (menos de 20 km).

El río Grande tiene su cabecera en la Puna (Tres Cruces). Desde allí (3.690 m) salva un desnivel de
3.243 m durante 2.263 m hasta alcanzar el río Lavayen (447 m). El gradiente resultante es del
1,38%. (cita). Este perfil longitudinal del río presenta una fuerte ruptura de pendiente en su tramo
medio (Arroyo del Medio, en Volcán, 2.078 m) que da lugar a dos tramos de comportamiento
dinámico diferente. El sector abarcado en este estudio solo a uno de ellos, el que se refiere casi
totalmente a la mitad superior del perfil (figs. 9 y 10).

Aguas arriba de Volcán el colector principal, el río Grande, fluye norte-sur ajustado a las directrices
estructurales de la región. La red presenta un grosero dibujo rectangular en bayoneta con fuertes
acodamientos aprovechando fracturas transversas. Existe una gran abundancia de afluentes de corto
desarrollo y pendiente muy pronunciada. Esta circunstancia es la causa de que se produzcan fuertes
acumulaciones sedimentarias en forma de conos aluviales a la salida de estos barrancos que
provocan el estrechamiento del cauce principal, lo que origina pequeñas rupturas en el perfil
longitudinal del río Grande. Estas rupturas se producen también cuando se cortan estratos de roca
dura. Los angostos más conocidos son el de Yacoraite, una vez pasada la Quebrada Humahuaca
sobre grauwacas, y el de Perchel, cerca de Huacalera, sobre cuarcita. Con el tiempo estos
obstáculos tienden a exagerar esa ruptura como consecuencia de la sedimentación producida aguas
arriba del mismo al ralentizarse la corriente. Actuan reposando el agua por lo que disminuye la
velocidad del flujo. La corriente transporta mucha carga antes del angosto y poca una vez que lo ha
atravesado.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 40


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 41
Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 42
Chayle y Aguero (1987) han cuantificado estos gradientes. Previo a Perchel, el río presenta una
pendiente de 0,0105, y a su salida del angosto, 0,163. En el paso de Volcán sorteando el abanico
aluvial del Arroyo del Medio las cifras son aún más espectaculares, 0,008 previo al angosto y
0,047 una vez sobrepasado el mismo.

Toda la cuenca hidrográfica del río Grande está sometida a intensos procesos de erosión (Aguero,
1986; Chayle y Aguero, 1987; Aguero y Chayle, 1988; Brandan y Viera, 1996; Chayle y Orosco,
1996). La litología, la estructura y las condiciones climáticas son favorables a que esto ocurra. El
relieve es muy fuerte, con elevaciones de hasta 4.000 m en pocas decenas de kilómetros de
recorrido. En dicha circunstancia los ríos que drenan estas montañas presentan gradientes muy
altos. La mitad septentrional de la cuenca del río Grande presenta además una vegetación mínima
como corresponde a las condiciones climáticas propias de la zona, pues estas son áridas o
semiáridas con precipitaciones concentradas en los meses veraniegos. Gran parte de las rocas que
constituyen estas sierras están poco consolidadas, especialmente las de edad más moderna, lo que
supone una buena fuente de material susceptible de ser arrancado y acarreado facilmente durante
los fuertes aguaceros que caen cada verano.

El resultado de todas estas circunstancias combinadas es que el río Grande en el momento actual,
moviliza un volumen de sedimento importante. Los empinados cursos secundarios proveen material
al colector principal en forma de conos aluviales de actividad anual. Esta es la forma de acumulación
sedimentaria más común. Constituyen bancos tabulares de planta cónica y dimensiones variadas
pudiendo alcanzar magnitudes kilométricas. Su composición es variada dependiendo de su área de
alimentación, pero es esencialmente material suelto constituido por grava y arenas. Su funcionalidad
estacional está determinada por las precipitaciones veraniegas. Todos estos conos son
permanentemente removilizados por los cursos principales a los que fluyen (foto 7).

No solo el río Grande sino toda la red de tributarios de orden inferior presentan fondos de valle
relativamente bien desarrollados. Constituyen formas planas de planta alargada y estrecha que son
la expresión morfológica de depósitos casi siempre importantes. Estos están constituidos por gravas
y arenas que forman barras activas de crecimiento constante y alta movilidad que coincide con las
épocas de avenida. Son todos cursos entrelazados de régimen intermitente, lo que da lugar a cauces
muy cambiantes con numerosos canales. En el mapa, ocasionalmente suponen anchuras
considerables en los tramos finales de sus recorridos, antes de su confluencia con el valle principal
(Quebradas de Yacoraite, Jueya, Huachira, etc.).

La franja de sedimentación fluvial actual mas importante ocupa el eje central de la Cordillera. Al río
Grande se asocian importantes acumulaciones de aluviones de anchura kilométrica de varios metros
de espesor. Se trata de barras de gravas con gruesos centiles de orden métrico con una estructura
interna dominada por imbricaciones y estratificación cruzada. La aparición de sedimentos finos
arenosos o limosos está ligada a procesos de decantación del sedimento por ralentización del flujo
relacionados con la aparición de angostos en el recorrido. Aguas arriba de dichos estrechamientos
los caudales pierden velocidad y derraman su carga. Esta situación especialmente notoria en
Volcán, donde la irrupción del abanico del Arroyo del Medio (Aguilera et al, inédito) en la

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 43


Quebrada ha dado lugar a un endicamiento generalizado aguas arriba. En este sector del río, la
sedimentación asociada predominante son limos con estratificación horizontal e intercalación de
cuñas arenosas con estratificación cruzada. Dicha influencia se hace notoria aguas arriba hasta
Purmamarca (Estación) pues hasta esa posición no comenzaron a aparecer las gravas en los
aluviones (fig. 11).

El modelado de la Cordillera Oriental está determinado por la incisión del río Grande. Este río
aprovecha las líneas de estructuración geológica, en especial la localización de las cuencas
intramontañosas terciarias. El resultado que es el ahondamiento general, lleva asociado unas
importantes secuencias de abanicos aluviales y algunas terrazas fluviales: aquellos, ubicados en las
zonas más espaciosas del valle sobre las cuencas terciarias, éstos, junto al curso principal.

Los distintos abanicos aluviales se han agrupado en seis secuencias fundamentales. Este empeño es
tan solo una aproximación a la realidad con el único objetivo de ordenar su evolución.

Los testigos más antiguos se encuentran muy degradados. En la cuenca de Humahuaca constituyen
pequeñas elevaciones sin expresión morfológica definida y adosadas al borde montañoso junto a
los ápices de los sistemas de abanicos más modernos. Sin embargo, desde un punto de vista
cartográfico, presentan una buena definición tanto al este como al oeste. Los relictos más antiguos
del piedemonte oriental permanecen a unos 3.400-3.500 m de altitud en las bocas de las quebradas
de Pucará y del río Cianzo. Son materiales conglomeráticos de gravas y bloques clastosoportados
en espesores considerables (de orden decimétrico), que presentan caliches muy desarrollados.
Sobre estos caliches y asociado a un fuerte diaclasado o fallamiento, se ha originado una superficie
karstificada posteriormente rellena por acumulaciones de sedimentos de abanicos más modernos
(fotos 8 y 9).

En el piedemonte occidental frente a Humahuaca, en la fachada este de Sierra Alta, está mejor
definida la secuencia del abanico aluvial más viejo. Aunque muy disectado por la red fluvial, se
presenta según una franja de unos 2 km de anchura que presenta continuidad entre las Quebradas
de la Soledad y la de Yacoraite. Su delimitación con el frente montañoso que es neta aunque no
rectilínea, se hace sobre los 3600 m de altitud. Se encuentra degradado y modelado en colinas
separadas por barrancos que pueden presentar buenas observaciones. Se trata de gravas bien
estratificadas con intercalaciones de capas métricas de tobas volcánicas. Se encuentran afectadas
por fallas (foto 10).

Sobre la Quebrada de Yacoraite el abanico superior aparece también muy disectado, modelado
según un relieve maduro que deja valles colgados a unos 600 m. En ese lugar no se puede
establecer con precisión si todo el depósito reciente que aflora sobre el Cámbrico pertenece a
dicho abanico o si gran parte de él es de edad terciaria. Se trata de sedimentos terrígenos en
secuencias granodecrecientes constituidas por cuñas de gravas y arenas y limos rojizos
compactadas con caliches.

Estos primeros abanicos tienen su continuidad a ambos lados de Humahuaca en dos secuencias
escalonadas y cartográficamente bien dibujadas. A pesar de las fuertes disecciones que los afectan,

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 44


conservan muy bien su expresión morfológica original con suaves pendientes dirigidas al eje central
de la Cuenca ocupado actualmente por el río Grande. Estos abanicos son los que definen los rasgos
morfológicos principales de la Cuenca de Humahuaca puesto que en la actualidad ocupan el 75%
de su superficie. En la mitad oriental se extienden en un frente de 25 km ocupando una franja que
llega a alcanzar 8 km en su parte más ancha, mientras que en la occidental para la misma longitud, la
franja ocupada es más estrecha, del orden de 4 km.

Al este de Humahuaca estos abanicos presentan una distribución simétrica. Se trata de un gran
aparato central con el ápice en la quebrada del río Cianzo, afectado por la profunda disección de
dicho río, en su bisectriz. A ambos lados de ese cono central, se desarrolla una tercera secuencia
con pendiente mayor, puesto que mantiene los ápices a la cota de abanico precedente mientras que
ahonda su frente distal (fig. 12).

En el borde oeste, estas mismas secuencias no adquieren tanto desarrollo pues están erosionadas en
sus zonas distales. Conservan su morfología original pero están disectadas por una red longitudinal
de barrancos relativamente profundos. Su límite apical es sinuoso y encajado en la secuencia más
vieja, mientras que el frontal es definido, continuo y paralelo al trazado del río Grande.

La segunda y tercera generación de abanicos aluviales de la cuenca de Humahuaca nunca alcanzan


el espesor que caracteriza a la primera generación. Es dificil que estos depósitos se presenten
multisecuenciales como en los de la primera generación pero como aquellos anteriores también se
caracterizan desarrollar importantes suelos rojos con horizontes petrocálcicos que alcanzan hasta
1,50 m de potencia (foto 11).

Estas tres generaciones de abanicos antiguos tienen prolongación hacia el sur. Donde mejor están
definidos es en una franja oriental bastante continua, colgada y paralela al río Grande, que alcanza
su desarrollo máximo en la depresión de Alfarcito. Su relativa continuidad hasta la cuenca de
Humahuaca ha permitido su correlación con los abanicos aluviales de su borde oriental. Todas las
hombreras altas que aparecen en la Quebrada de Humahuaca, en especial en su margen occidental
donde se observan varios escalonamientos, deben pertenecer a algunas de las tres generaciones de
abanicos antiguos descritos aunque su correlación concreta es muy dificil. Estos rellenos también
son observables en el interior de otras quebradas importantes como la de Purmamarca o la de
Yacoraite. En esta última son depósitos de notable espesor que continen gruesos bloques de
granito.

Si se exceptuan las formaciones terciarias de Uquía y Marimará, los depósitos más comunes en la
Quebrada corresponden a una generación intermedia de abanicos aluviales y sedimentos fluviales
que han sido atribuidos al Pleistoceno (Chayle y Wayne, 1995). Tiene especial relevancia en el
sector meridional y en concreto en la Quebrada de Purmamarca donde aún se conservan grandes
acumulaciones (foto 12). Constituye un nivel de referencia morfológico importante en toda la región,
cuya continuidad hacia el norte puede establecerse con una cierta dificultad, debido a la erosión por
el río Grande. Al sur de Uquía todas las quebradas occidentales más importantes presentan
abanicos aluviales relativos a este episodio que está generalizado y magnificamente representado en
las quebradas más internas, donde los efectos de la erosión son menos intensos. Tales depósitos

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 45


que se relacionan con una regularización regional del paisaje muy manifiesta, son sin duda testigos
de un episodio de significación importante en la evolución de la zona (fotos 13 y 14).

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 46


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 47
Con seguridad, la mayor espectacularidad de esta formación se alcanzan en la Quebrada de
Purmamarca, en el paraje de Puerta Lipán, donde permanecen grandes acumulaciones de
sedimentos de más de 100 m de espesor rellenando la totalidad de lo que es la quebrada actual. Se
trata de gravas y bloques procedentes fundamentalmente de las pizarras y filitas de la Formación
Puncoviscana acumuladas por abanicos aluviales procedentes de los barrancos laterales. Son
sedimentos propios de flujos densos (debris-flow) y aluvionamientos por flujos fluviales. Esta
combinación de aportes provenientes directamente de la montaña con los que proceden de los
flujos de agua que corre por las quebradas, se observa magníficamente a techo de la formación (fig.
13). El sedimento, estratificado en capas de gravas heterométricas, presenta un aspecto homogéneo
que se rompe con una capa superior de aspecto diferente, con material brechoide desordenado.
Dicha capa se articula morfológicamente con la ladera montañosa pues se trata de sedimentos
(glacis, abanicos coalescentes....) relacionados con la regularización de las vertientes. Esos
mecanismos regularizadores han seguido siendo operativos con posterioridad a la funcionalidad del
sedimento infrayacente pues hay casos en que se decapitan perfiles edáficos (foto15).

Junto al río Grande, todos estos abanicos presentan también morfologías superficiales muy netas,
pero están afectados por profundas disecciones que vuelven a poner de manifiesto la magnitud de
un depósito que suele ocupar la totalidad del afloramiento que aparece en los barrancos.
Sedimentológicamente se trata de gravas clastosoportadas, polimicticas, heterométricas poco
rodadas y con centiles del orden de 35 cm. Presenta escaso ordenamiento interno con
imbricaciones de cantos y estratificación cruzada planar y en surco. Pueden aparecer cuñas de
orden métrico de arena y limos masivos. Lo más frecuente es que a techo soporten un suelo rojo
con horizonte petrocálcico medianamente desarrollado.

La Formación Purmamarca, como se ha denominado en este proyecto, presenta en las


inmediaciones de Tumbaya numerosas cuñas de material arenoso y limoso que se prolongan hasta
el gran abanico que se ubica en la Quebrada de Coituro. Este abanico constituye un gran cono
aluvial antiguo cuyo frente distal se encuentra en la actualidad profundamente disectado por el río
Grande que ha dado lugar a un escarpe de unos 100 m de altura donde afloran los sedimentos que
lo forman. Se trata de capas inclinadas (10º-15º de buzamiento) y continuas de gravas y bloques de
gruesos centiles distribuidas en secuencias granodecrecientes. Constituyen cuerpos lenticulares de
gravas y bloques, clastosoportados, con estratificación cruzada y cuñas de arenas y limos laminados
(fotos 16 y 17).

La presencia de cuñas arenosas o limosas es relativamente frecuente en la mitad septentrional del


frente distal de ese abanico antiguo, pero son especialmente notorias junto a la Planta de
Tratamiento Químico. La aparición de estas cuñas de sedimentos más finos se extiende aguas arriba
en el seno de la Formación Purmamarca hasta que desaparecen antes de alcanzar la estación
homónima. Se incluyen a techo de secuencias granodecrecientes de gravas fluviales tal como se
expresa en la figura 14.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 48


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 49
Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 50
Las etapas de sedimentación más modernas previas a los aluvionamientos con funcionalidad actual
en la Quebrada, se encajan fuertemente en la Formación Purmamarca. Son dos o tres generaciones
de abanicos aluviales de dimensión moderada y otros tantos niveles de terrazas fluviales que están
muy bien conservadas junto a Humahuaca. En uno y otro caso constituyen acumulaciones de gravas
y arenas sin consolidar de escaso espesor que presentan escarpes de hasta 25 m sobre el nivel
actual de los cursos.

3.3.2. Cuenca Endorreica de la Puna

Toda la fachada oeste de la Cordillera Oriental hasta Sierra Aguilar tiene avenamiento endorreico
hacia la Puna. Los ríos son de régimen esporádico con caudales efímeros que suelen perderlo por
evaporación o infiltración antes de alcanzar las las lagunas o salares. Los ríos o arroyos Grande,
Piscuno o de Cortaderas, Colorados, de la Soledad y de Moreno que es el principal pues drena el
borde noreste del Nevado del Chañi, son los principales cursos de una red arborescente y
consecuente con la pendiente general del piedemonte que se dirige hacia el oeste. Todos ellos
corresponden a los cauces principales de desague de los abanicos aluviales con funcionalidad actual
en la Puna. El trazado arborescente de su cabecera se debe a la incisión de la red en la secuencia
de abanicos más antiguos una vez que los ápices de los abanicos más modernos se han desplazado
hacia el oeste.

El piedemonte que articula el frente montañoso occidental de la Cordillera Oriental con la cuenca de
la Puna parten de un frente montañoso de falla, pues se trata de un límite bastante neto y rectilíneo.
Dicho piedemonte actual es el estado actual de los últimos episodios de una potente secuencia de
relleno de origen terciario. La actual transición entre la montaña y el depocentro donde se emplazan
los salares, se realiza mediante tres o cuatro secuencias ligeramente encajadas unas en otras.

La secuencia más antigua, con toda seguridad terciaria, constituye hoy día un conjunto de barrancos
y colinas de aristas niveladas. En la secuencia que sigue la incisión no es tan fuerte ni tan densa ya
que conserva la planitud original de su techo y sus frentes distales pueden presentar una suave
transición morfológica a las secuencias más modernas. Estas apenas tienen más disección que la
propia de su actividad funcional.

Todos los abanicos constituyen potentes acumulaciones sedimentarias de distribución cónica. En los
aparatos actuales esa transición de litofacies se completa hasta los limos y evaporitas de los propios
salares. En los más antiguos han desaparecido sus frentes distales por erosión y solo se conservan el
material proximal más grueso constituido por capas estratificadas de gravas afectadas de fuertes
encostramientos carbonatados. Esta circunstancia permite la conservación de su superficie
morfológica.

Por encima de los más altos niveles de abanicos o terrazas fluviales aún aparecen hombreras o
cuerdas montañosas secundarias con restos de viejas superficies. Aunque en ningún caso se ha
podido comprobar su relación con depósitos de carácter fluvial, no cabe la menor duda de que

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 51


corresponden a los primeros estadios de la evolución fluvial que sigue a continuación y que son
testigos del nacimiento de la Cordillera, son los primeros pasos de la historia policíclica de un
relieve inicialmente maduro que concluye en la situación juvenil actual.

3.3.3. Modelado de Laderas

La fuerte orografía regional con profundos desniveles cercanos a los 2.000 m, su climatología con
un régimen de precipitaciones intensas y estacionales y la escasa vegetación, determinan que el
papel morfogenético de las vertientes sea muy importante. Suministran grandes volúmenes de
material sedimentario dispuesto a ser movilizado por los flujos fluviales que discurren por las
quebradas.

A escala regional todas las vertientes presentan dos zonas contrastadas. Una parte superior
articulada con las formas pesadas y seniles de las cumbres más altas y otra inferior conectada con la
intensa actividad morfogenética de las quebradas.

La mitad superior de cualquier ladera suele presentar formas ligeramente convexas, regularizadas y
apenas están afectadas por la incisión de los barrancos pues estos no alcanzan cotas tan altas.
Presentan enormes acumulaciones de derrubios que fosilizan antiguos barrancos testigos de
situaciones anteriores (foto 18).

Los coluviones presentan un gran espesor, ocasionalmente de orden decamétrico, que rellenan
paleobarrancos sin relación aparente con la topografía actual. Frecuentemente se observan
secuencias centimétricas de capas onduladas de arenas y gravas angulosas con ocasionales y
débiles cementaciones ferruginosas. Es un depósito variado que puede tener relación con las
condiciones de crioalteración a que se supone estuvo sometida la zona durante el Pleistoceno
(Chayle et al, 1990; Chayle y Wayne, 1995). El pequeño desarrollo edáfico que suelen presentar a
techo (horizonte cámbico bien señalado) y su regularización, implica una antigüedad y estabilidad
notables.

Otro rasgo común a la mitad superior de las vertientes son los fenómenos de solufluxión (gelifluxión
en su momento), pues están afectadas de ondulaciones generalizadas en sectores y se reconocen
lóbulos y cicatrices de viejos deslizamientos.

La parte inferior de todas las vertientes presentan un aspecto muy distinto, pues la regularización
general que afecta a las zonas superiores está rota por importantes fenómenos de incisión lineal. Se
trata de vertientes descarnadas, marcadas por profundos barrancos cuya profusión da lugar a
espectaculares paisajes de cárcavas. En toda este área los procesos de erosión son muy intensos
generándose en su parte basal importantes taludes de derrubios.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 52


3.3.4. Modelado Glaciar

En altura se observan restos morrénicos vinculados con una actividad glaciar que no parece haber
sido muy generalizada. En la actualidad esta actividad no existe si exceptuamos las nieves
semiperpétuas de alguna de las montañas más altas (Nevado del Chañi, 6.200 m.).

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 53


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 54
Las formas y acumulaciones heredadas del pasado (¿Pleistoceno?) se reconocen irregularmente
repartidas sobre las fachadas orientales de las cuerdas montañosas principales, tales como la ladera
oriental del Nevado del Chañi, en algunos lugares de Sierra Alta, y especialmente al este de los
Altos de Tilcara.

Son las características paleoclimáticas y también topográficas las que parecen determinar la
aparición de estos restos morrénicos, siempre en el seno de circos bien definidos y no siempre
sobre las máximas elevaciones. Estas últimas suelen presentar características poco propicias a la
ubicación de glaciares pues se trata de relieves maduros y relativamente planos donde no existen
cuencas donde puedan acumularse las precipitaciones de nieve.

Por tanto la accidentación del relieve no siempre coincidente con las cumbres más altas, favorece la
yuxtaposición de circos separados por crestas dentadas y agudas. Por los restos morrénicos
observados se deduce que el avance del hielo fue moderado y por tanto que la convergencia de
esos glaciares es muy probable que no existiese. Quedan bien reducidos a glaciares de circo y poco
más. Probablemente la excepción a esta situación es la ladera oriental del Nevado del Chañi, donde
las lenguas morrénicas parecen converger a una única y bien desarrollada que desciende a cotas
muy bajas.

Los únicos criterios (fotogeológicos) utilizados en la identificación de las áreas sometidas a


glaciación en el pasado es la aparición de cordones morrénicos. A juzgar por su escasa presencia la
actividad glaciar fue relativamente escasa. En caso contrario los procesos fluviales posteriores no
habrían sido suficientes para borrar todos las huellas de este tipo de modelado.

3.3.5. Modelado Lagunar

El endorreismo caracteriza particularmente el sector puneño pues todo el régimen hidrográfico se


distribuye hacia salares y lagunas someras, Guayatayoc y Salinas Grandes. Ambas zonas son
sectores deprimidos adyacentes que se sitúan en el surco central del antiplano jujeño a unos 3.388
m de altitud con 110 km2 y 210 km2 respectivamente. En ningún caso se consideran salares
propiamente dichos pues coexisten evaporitas y cuerpos de agua.

El fondo de estas depresiones presentan una sedimentación varvada consistente en pequeñas capas
alternantes de fangos y costras de sal. Dicha superficie se encuentra agrietada formando un dibujo
poligonal característico con sus bordes levantados por crecimiento de la sal como consecuencia del
ascenso y cristalización de soluciones de la misma.

Fuera del ambiente de la Puna, las depresiones con carácter endorreico suelen aparecer ligados a
las altas cumbres de la Cordillera Oriental. Presenta escasa extensión superficial en relación con los
anteriores y se asocian a los sistemas de abanicos o conos aluviales que rellenan algunos valles
colgados. Generalmente corresponden a pequeñas lagunas temporales interabanico pero también
con acumulaciones de evaporitas.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 55


3.3.6. Modelado Eólico

Las acumulaciones de origen eólico son comunes en la Puna pero algunas zonas de la Quebrada
también suelen presentar sus aluviones eolizados. La actividad del viento es muy importante en el
altiplano reconociéndose en él gran cantidad de rasgos morfológicos orientados según los vientos
dominantes.

La gran acumulación eólica regional se ubica en el piedemonte de Sierra Alta, tras Sierra Aguilar.
Tiene una gran extensión superficial, del orden de 60 km2, que arranca en las Salinas Grandes y
concluye en la garganta de Yacoraite. Todo el material sedimentario procede del componente fino y
suelto de las playas de los salares. A grandes rasgos esta acumulación presenta dos áreas
diferenciadas correspondientes a dos etapas distintas. La más antigua se encuentra semifijada por la
escasa vegetación puneña. Constituye un gran manto eólico que desde el salar se extiende por todo
el piedemonte. Sobre él destacan alineaciones de dunas longitudinales dirigidas al NE. Son
paralelas entre sí y con la gran franja arenosa actual. Esta última es una acumulación arenosa muy
potente y móvil que alcanza las cumbres de Sierra Alta. Tiene una expresión cartográfica de forma
sigmoidal en cuyo interior destacan crestas sinuosas de cordones transversales constituidos por
barjanes encadenados.

Los aluviones arenosos del tramo de la Quebrada de Humahuaca entre Purmamarca y Volcán se
suelen presentar movilizados por el viento. Son importantes estas áreas eolizadas junto a Tumbaya,
a la salida de la Quebrada homónima. En ningún caso estos mantos eólicos dan lugar a formas
dunares.

3.4. NEOTECTÓNICA

La geotectónica define, ha definido y sigue definiendo el contexto morfoestructural de la región. Los


grandes volúmenes montañosos son una consecuencia directa de esa actividad durante el
Cenozoico. Incluso se cree que sierras importantes se han levantado recientemente y por tanto son
fruto de neotectónica (Cortés et al, 1987; Chayle y Chalabe, 1990; Salfity et al, 1984). En el área
estudiada donde es indudable que la neotectónica tiene un gran importancia concreta, llegan a
definirse de forma clara algunos elementos morfotectónicos, todos ellos según la directriz estructural
regional submeridiana.

La cuenca de Humahuaca propiamente dicha tiene un marcado condicionamiento geotectónico que


queda expresado, fundamentalmente en su perfil transversal este-oeste, con un fuerte carácter
asimétrico. La mitad oriental, emplazada en el dorso de una unidad cabalgante, presenta una
pendiente media general del 0,01%. En la mitad occidental, que geotectónicamente se trata de un
frente cabalgante, la pendiente es más abrupta, del orden del 0,04%. Además, esa diferente
ubicación geotectónicadetermina tambien una diferente posición morfológica de las sucesivas

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 56


generaciones de abanicos aluviales, aunque ambas siempre tengan el mismo nivel de referencia, es
decir, el rio Grande. La secuencia de abanicos aluviales del borde occidental presenta un
escalonamiento importante con límites muy definidos, paralelos al rio Grande y probablemente
coincidentes con el dibujo de los cabalgamientos. Por el contrario, las secuencias del borde oriental
presentan un escalonamiento peor definido y ajeno a estas líneas estructurales de orientación
meridiana; los aterramientos entre secuencias correlativas son muy suaves, transversos al rio Grande
y consecuentes con el drenaje natural hacia el centro de la cuenca. En este mismo borde los ápices
de las distintas secuencias de abanicos tienden a permanecer sobre una línea o posición topográfica
invariable en el frente montañoso, mientras que en el encajamiento se hace progresivamente más
acusado hacia las zonas distales, donde fluye el colector principal. Esta situación no se produce en
el borde oriental donde el encajamiento de los ápices de las distintas secuencias es manifiesto y
parejo al escalonamiento general de las secuencias.

Lo más destacable en la Quebrada de Humahuaca es todo el frente montañoso de la margen oeste,


ya comentado en el párrafo anterior, pues constituye un complejo sistema de unidades cabalgantes
hacia el este, donde quedan tambien englobadas formaciones sedimentarias muy modernas, tales
com la Fm. Uquía y la Fm. Maimará, por lo que debe suponerse actividad tectónica muy reciente.
El resultado morfológico más obvio de esa actividad tectónica tan joven es el propio frente
montañoso, un paredón de unos 2.000 m de desnivel

Otros ejemplos claros de la actividad neotectónica se observan sobre los sistemas de abanicos
cuaternarios de la Quebrada. Aparecen sedimentos plegados y conos aluviales truncados por fallas
con escarpes muy nítidos. Especial interés presentan en el gran abanico de Tilcara, y en algunos
conos de edad intermedia en Tumbaya. El primero está afectado por un cabalgamiento vergente al
este que escalona su superficie somital dando lugar a un escarpe morfológico y a una zona de
encharcamiento por obturación. Ambos elementos, que permanecen colgados unos metros sobre el
actual drenaje de la quebrada, son testigos de una actividad pasada relativamente reciente. En el
segundo caso, se trata de un escalonamiento de menos de 5 m sobre un abanico pleistoceno (?),
producido por una falla submeridiana de plano axial subvertical.

El carácter rectilíneo del piedemonte puneño, en algunos sectores, debe implicar actividad
neotectónica. La disposición escalonada de varias generaciones de abanicos con un manifiesto
atenuamiento de dicho escalonamiento hacia sus frentes distales, debe ser indicativo de un
levantamiento diferencial reciente del frente montañosos en relación con la Puna.

3.5. RASGOS MAS DESTACADOS DE LA HISTORIA GEOMORFOLÓGICA

La construcción del relieve regional se enmarca en la génesis de la propia Cordillera. La elevación y


el tipo de estructuración de la misma en esta región, determina la creacion de sedimentación
sintectónica en cuencas transportadas (piggy-back basins) entre muchas de las unidades
cabalgantes que se rellenan de sedimentos cenozoicos recientes. Con este punto de partida la
evolución geomorfológica resumida a grandes rasgos se concreta en la continuidad de la elevación
de la Cordillera, los posibles cambios climáticos y la pérdida progresiva del carácter endorreico

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 57


inicial de muchas de esas cuencas.

El paisaje actual de la Quebrada de Humahuaca es juvenil. Pero existen lugares donde esta
circunstancia no se puede apreciar ya que los rasgos dominantes son más maduros. Eso ocurre
porque en el pasado, durante el Terciario superior, quizás también durante parte del Cuaternario,
existió un drenaje interno, con el consiguiente depósito de abanicos aluviales y depósitos lacustres.
E incluso antes, la situación fue aún más diferente según atestigua el registro sedimentario del
Terciario inferior y también su probable correlación morfológica en las cumbres de la Cordillera.

Las cumbres de la Cordillera Oriental son el punto de partida de la evolución geomorfológica. El


aspecto senil de casi todas las cuerdas montañosas hoy día elevadas por encima de los 4000 m,
debe implicar la existencia inicial de una etapa de madurez con elevaciones moderadas y sometidas
a unas condiciones geotectónicas de cierta estabilidad, sin duda muy diferentes a las actuales y con
toda probabilidad preorogénicas (foto 19). Por otra parte su modelado, con laderas suaves y
convexas y vertientes repletas de sedimentos, es propio de condiciones climáticas muchísimo más
húmedas que las actuales.

La continuidad, desde las cumbres hasta las quebradas de esas laderas llenas de sedimentos, es
general en toda la región. Los perfiles convexos se ondulan en detalle fruto de procesos de
solifluxión fósiles muy abundantes pero solo observables en la mitad superior de los valles. De este
hecho se deduce que las condiciones morfoclimáticas de la etapa más antigua de ahondamiento de
los valles, tuvieron también que ser bastante más húmedas que las actuales.

Se cree que fueron las condiciones periglaciares con el incremento de precipitaciones durante el
Pleistoceno glaciar, las que dieron lugar a esas tan importantes acumulaciones de sedimentos.
Sometidas a severas condiciones de crioalteración, se originaron gran cantidad de fragmentos
angulosos englobados en limos y arenas. Dichos depósitos estarán en la cabecera de los cauces
pero también en la mitad superior de las quebradas más profundas. Según dicha interpretación esas
condiciones periglaciares son las que consecuentemente dieron lugar por erosión y arrastre, a las
grandes acumulaciones aluviales atribuidas al Pleistoceno y que son las que rellenan las quebradas
más importantes (Formación Purmamarca).

El planteamiento anterior que atribuye a la particularidad de unas condiciones periglaciares las


acumulaciones que rellenan profundos valles abiertos con anterioridad, tienen una interpretación
alternativa más sólida y argumentada. Es la que se expresa a continuación.

El río Grande actual ha erosionado las iniciales barreras que separaban las pequeñas cuencas
internas, probablemente ya bien entrado el Cuaternario. Esas posibles barreras son actualmente
angostas como las de Perchel o Yacoraite. Lo que hoy día también se observa es que los intesos
procesos de erosión y arrastre que operan a ambas márgenes de la Quebrada en los poco
consolidados sedimentos del valle, tiene como resultado una topografía acarcavada en sus costados
y un profundo estrechamiento del mismo. El ejemplo más notorio es el de Volcán, donde un gran
cono aluvial (Arroyo del Medio) provoca un extraordinario estrechamiento del río Grande que ha
dado lugar a endicamientos totales en fechas recientes (1945). En consecuencia la pérdida total o

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 58


parcial de velocidad del flujo fluvial aguas arriba, origina la sedimentación de la carga transportada
(fotos 20 y 21). Los aluviones actuales a subactuales más próximos a este estrechamiento son de
granulometría fina, propios de áreas de decantación (existe una pequeña laguna lateral al cono).
Progresivamente tales depósitos aumentan su granulometría cauce arriba hasta que el predomonio
de las gravas es general.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 59


Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 60
Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 61
Se interpreta que el cono aluvial del Arroyo del Medio procede de la degradación de un área
periglaciar favorecida por factores estructurales y topográficos, como grandes desniveles y fuertes
pendientes (Aguilera et al, inédito; González y Fauqué, 1987). Litológicamente está constituido casi
exclusivamente por cenoconglomerados con intercalaciones arenosas. La granulometría es muy
variable, pudiéndose observar bloques de hasta más de 25 m3. Para los autores anteriores la falta
de rasgos o formas glaciares en la cuenca de recepción y de estrías en los bloques, indican origen
aluvial y no fluvio-glaciar como apuntan otras interpretaciones.

En nuestra opinión es preciso añadir un factor fundamental: la coincidencia de su cuenca de


recepción con la línea de máxima altitud de las borrascas en la Quebrada, con la posición del frente
de nubes en el valle que es el límite de la zona húmeda subtropical, un área donde convergen
intensas y frecuentes precipitaciones y una orografía importante y descarnada.

Existen indicios suficientes para precisar que lo ocurrido actualmente en Volcán ocurrió también en
el pasado. Es una hipótesis sustentada en la imposibilidad conceptual de que se produzca un relleno
sedimentario de tal magnitud en la Quebrada de Humahuaca y valles adyacentes, sin la existencia de
una obstrucción en algún punto de la misma y ratificada en las observaciones estratigráficas en los
propios depósitos. La Formación Purmamarca constituida por conos y abanicos aluviales y
aluviones, presenta una granulometría gruesa generalizada a todos los afloramientos. La aparición
de cuñas arenosas o limosas entre los cuerpos de gravas dominantes, solo se hace notoria junto a
Tumbaya, aumentando progresivamente hacia el sur hasta que se interdigitan con el gran abanico
antiguo con denominación homónima (fotos 22 y 23 y figs. 15 y 16). La ausencia de soluciones
tectónicas puesto que las direcciones estructurales se detectan paralelas al drenaje principal, es un
argumento añadido a la solución propuesta a continuación. Esta no es otra que suponer para el gran
abanico pleistoceno de Tumbaya un papel semejante al de Volcán en la actualidad. Aguas arriba de
tal obstrucción es donde se produce la sedimentación de la Formación Purmamarca.

La nueva apertura del valle como consecuencia de la erosión remontante aguas abajo del
endicamiento da lugar a la incisión de la Quebrada hasta los términos actuales.

La posición del abanico pleistoceno de Tumbaya anteriormente inmediato al actual de Volcán,


supone que la posición del frente nuboso, en el caso de que éste tenga relación con el desarrollo de
esos abanicos, no varió mucho desde esa etapa. Sobre la importancia de estos frentes de humedad
hay que añadir que también deben relacionarse con la posición, altimetría y orientación del
glaciacismo detectado en la Cordillera Oriental.

La evolución más reciente de la Quebrada está marcada por la intensidad de los procesos de
erosión y transporte. El volumen de detritus que se movilizan cada año es muy importante. El
material erosionado procedente de las laderas por erosión hídrica, reptación y deslizamiento en las
partes superiores de las vertientes, de los taludes de acumulación por gravedad y de la erosión y
arrastre de depósitos pleistocenos, va a parar a los valles donde es movilizado por las corrientes
fluviales.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 62


4. FOTOGRAFÍAS

En las últimas páginas de este texto se muestran las fotografías citadas en los capítulos precedentes,
de acuerdo a lo siguiente:

- Foto 1. Panorámica del Nevado del Chañi, desde el Norte


- Foto 2. Pliegues de la Fm. Puncoviscana en el Abra de Potrerillos
- Foto 3. Aspecto de la discordancia angular entre el Grupo Mesón y la Fm. Puncoviscana en las
proximidades de Lipán
- Foto 4. Pliegue cilíndrico desarrollado en la Fm. Puncoviscana, con el eje buzando fuertemente
por efecto de las deformaciones posteriores.
- Foto 5. Panorámica del corrimiento que hace cabalgar ala Fm. Maimará sobre sedimentos
cuaternarios, en la localidad de Tilcara.
- Foto 6. La Quebrada de Humahuaca en Maimará. Cuestas y Chevrons en la vertiente oriental y
restos del relleno pleistoceno del valle (Fm. Purmamarca)
- Foto 7. Cono aluvial actual de la Quebrada de Huichaira, frente a Tilcara
- Foto 8. Conglomerados encostrados del abanico superior de Cianzo (borde oriental de la
Cuenca de Humahuaca)
- Foto 9. Kasrtificaciones en el encostramiento mostrado en la foto anterior, rellenas de
sedimentos más modernos
- Foto 10. Sedimentos del abanico más antiguo de la Cuenca de Humahuaca. Se observa un
nivel de toba volcánica deformado por falla
- Foto 11. Suelo rojo y horizonte petrocálcicoAfectando al techo de un abanico antiguo, al este
de Humahuaca
- Foto 12. Aspecto de los afloramientos de la Fm. Purmamarca (¿Pleistoceno?), en el paraje
Puerta de Lipán
- Fotos 13 y 14. La Quebrada de Purmamarca en Lipán. El encajamiento del valle ha disectado
los depósitos pleistocenos que rellenaron la Quebrada en un pasado reciente. A techo de los
mismos se conserva la regularizada de dicho relleno.
- Foto 15. Depósitos de la Fm. Purmamarca sobre los que se ha desarrollado un suelo rojo
sellado por un aluvionamiento moderno
- Foto 16. Vista general de la Fm. Purmamarca en Agua Bendita (2 km al norte de Tumbaya)
- Foto 17. Fm. Purmamarca en el paraje Agua Bendita. Observese el carácter granodecreciente
del sedimento, con la presencia de limos a techo.
- Foto 18. Vertiente coluvionada y regularizada en la Quebrada de Pucará (Serranía de Aparzo)
- Foto 19. Modelado senil en las cumbres de la Serranía de Aparzo (al este de Humahuaca)
- Foto 20. Deslizamientos rotacionales en los depósitosdelimos del valle del rio Grande, junto a
Volcán.
- Foto 21 Avenidas recientes del abanico del Arroyo del Medio, sepultando la trocha del
ferrocarril.
- Foto 22. Restos de la Fm. Purmamarca adosados al sustrato de la Quebrada, sellados por una
delgada cobertera coluvionar de regularización de vertiente.
- Foto 23 Panorámica de la Quebrada de Humahuaca entre Tumbaya y Volcán. Se aprecian las
digitaciones de facies finas y gruesas en los restos de la Fm. Purmamarca.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 63


Foto 1. Panorámica del Nevado del Chañi, desde el Norte

Foto 2. Pliegues de la Fm. Puncoviscana en el Abra de Potrerillos

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Foto 3. Aspecto de la discordancia angular entre el Grupo Mesón y la Fm. Puncoviscana en
las proximidades de Lipán

Foto 4. Pliegue cilíndrico desarrollado en la Fm. Puncoviscana, con el eje buzando


fuertemente por efecto de las deformaciones posteriores.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 65


Foto 5. Panorámica del corrimiento que hace cabalgar ala Fm. Maimará sobre sedimentos
cuaternarios, en la localidad de Tilcara.

Foto 6. La Quebrada de Humahuaca en Maimará. Cuestas y Chevrons en la vertiente oriental


y restos del relleno pleistoceno del valle (Fm. Purmamarca)

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Foto 7. Cono aluvial actual de la Quebrada de Huichaira, frente a Tilcara

Foto 8. Conglomerados encostrados del abanico superior de Cianzo (borde oriental de la


Cuenca de Humahuaca)

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Foto 9. Kasrtificaciones en el encostramiento mostrado en la foto anterior, rellenas de
sedimentos más modernos

Foto 10. Sedimentos del abanico más antiguo de la Cuenca de Humahuaca. Se observa un
nivel de toba volcánica deformado por falla

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 68


Foto 11. Suelo rojo y horizonte petrocálcicoAfectando al
techo de un abanico antiguo, al este de Humahuaca

Foto 12. Aspecto de los afloramientos de la Fm. Purmamarca (¿Pleistoceno?), en el paraje


Puerta de Lipán

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 69


Fotos 13 y 14. La Quebrada de Purmamarca en Lipán. El encajamiento del valle ha disectado
los depósitos pleistocenos que rellenaron la Quebrada en un pasado reciente. A techo de los
mismos se conserva la regularizada de dicho relleno.

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Foto 15. Depósitos de la Fm. Purmamarca sobre los que se ha desarrollado un suelo rojo
sellado por un aluvionamiento moderno

Foto 16. Vista general de la Fm. Purmamarca en Agua Bendita (2 km al norte de Tumbaya)

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 71


Foto 17. Fm. Purmamarca en el paraje Agua Bendita. Observese el carácter
granodecreciente del sedimento, con la presencia de limos a techo.

Foto 18. Vertiente coluvionada y regularizada


en la Quebrada de Pucará (Serranía de Aparzo)

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Foto 19. Modelado senil en las cumbres de la Serranía de Aparzo (al este de Humahuaca)

Foto 20. Deslizamientos rotacionales en los depósitosde


limos del valle del rio Grande, junto a Volcán.

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Foto 21 Avenidas recientes del abanico del Arroyo del Medio, sepultando la trocha del
ferrocarril.

Foto 22. Restos de la Fm. Purmamarca adosados al sustrato de la Quebrada, sellados por una
delgada cobertera coluvionar de regularización de vertiente.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 74


Foto 23 Panorámica de la Quebrada de Humahuaca entre Tumbaya y Volcán. Se aprecian las
digitaciones de facies finas y gruesas en los restos de la Fm. Purmamarca.

Estudio Geológico Integrado de la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) 75


5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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