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UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PANAMÁ

LOGÍSTICA INTERNACIONAL

ASIGNACIÓN N°7

TRABAJO FINAL

LIC. COMERCIO INTERNACIONAL

ESTUDIANTE: SALIM PATEL

PROFESOR: JAHEEL ARAÚZ


1. Impacto en los principales sectores del comercio mundial y regional:
exportaciones, importaciones, turismo, inversión, etc.

El volumen del comercio acumula una caída acumulada de prácticamente menos del 17%
hasta mayo, estamos hablando del comercio mundial y realmente estamos hablando de
enero a mayo y es una acumulación en realidad es de menos 17.7%. Aquí estamos diciendo
que es -17 el valor del comercio de américa latina y caribe se reduce en casi un cuarto en
2020, solo vamos a ver las proyecciones y las exportaciones más afectadas son las que se
dirigen a E.E.U.U. y a la región, los sectores con el peor desempeño son las manufacturas,
la minería y los combustibles por supuesto que hay un gran desplome del turismo, arrastra
las exportaciones de servicios sobre todo en el caribe y las importaciones caen fuertemente
y esto hace que haya una contracción muy importante relacionada con el tema de la
inversión, hay una fuerte contracción del comercio interregional especialmente en
manufacturas, sabemos que el comercio interregional es muy intenso en manufacturas y
hay una pérdida de capacidades productivas y reprimarización de la canasta exportadora, es
lo que más nos preocupa, es una alerta que queremos hacer y por último tenemos algunas
propuestas como por ejemplo:

● Mejorar la logística que sea mas eficiente, mas fluida, mas segura, mas resiliente,
más sustentable.
● Una integración regional que siempre abogaremos por ello.
● Políticas industriales con más innovación tecnológica y sostenibilidad ambiental.

2. Impacto en el Comercio intrarregional especialmente en el Mercado


Común Centroamericano.

El comercio en realidad ya venía con tasas muy bajas, en el 2019 cerró con 2,3% pero la
caída acumulada entre enero y mayo es realmente preocupante de -17.7% y en américa
latina la caída acumulada es de -27% es decir casi 10 puntos más que la caída del comercio
global. Las exportaciones de la región se desploman, es decir sobre todo aquellas que están
dirigidas se contrae el valor de las exportaciones al menos 16.6% las exportaciones y su
valor, y sobre todo aquellas dirigidas a Estados Unidos y América Latina y el Caribe.
El valor de las exportaciones del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) sufrió una
reducción del 12,4% entre enero y mayo de 2020. Las mayores caídas se registraron en la
República Bolivariana de Venezuela (65%) y el Uruguay (21,4%). En el primer caso, esto
se explica en gran medida por la marcada disminución del precio del petróleo. En Uruguay,
la mayor parte del impacto negativo obedece a la merma de las ventas de manufacturas
industriales y agropecuarias, con reducciones superiores al 80% en productos como
muebles, hierro y acero y vehículos, que se comercializan sobre todo en el MERCOSUR
(CIU, 2020). En Argentina y Brasil, las mayores bajas se produjeron en los envíos de
manufacturas (vehículos, autopartes, productos químicos), afectados por la menor demanda
intrarregional, y en los de combustibles. Por el contrario, en ambos países aumentaron los
volúmenes exportados de productos agropecuarios (carnes, lácteos, soja, frutas, azúcar),
principalmente a China y otros países de Asia (INDEC, 2020; Ministerio de Economía del
Brasil, 2020).

Dado que las importaciones caerían más que las exportaciones, la región llegaría a un saldo
comercial superavitario de poco más de 45.000 millones de dólares en 2020. Este se
concentrará en los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), Chile y México.
Para la Comunidad Andina, cuyos miembros han sido fuertemente golpeados por la caída
de los precios del petróleo y los minerales, se proyecta un déficit comercial de poco más de
4.500 millones de dólares. Por su parte, en los países centroamericanos y del Caribe se
produciría una reducción importante del déficit respecto de 2019.

3. Impacto en el comercio marítimo y en el transporte terrestre mundial y


regional.

A nivel mundial, el comercio marítimo por contenedores ha seguido una tendencia


descendente desde la irrupción de la pandemia. Aunque hasta febrero aumentó en algunas
regiones, desde marzo cayó en la gran mayoría de ellas (véase el cuadro 11). En América
Latina, la variación interanual en el período enero-mayo de 2020 fue del -6,1%, con
marcadas disminuciones en abril y mayo.
Interrupciones en la industria logística. La pandemia plantea una amenaza tan grave para
las comunidades portuarias y las autoridades portuarias que consideran incluso cerrar
parcial o totalmente sus operaciones. Para mitigar el impacto negativo, es crucial mantener
los barcos en movimiento, los puertos abiertos y el comercio transfronterizo fluyendo, al
tiempo que se garantiza que las agencias fronterizas puedan realizar todos los controles
necesarios y que todas las partes interesadas puedan mantenerse seguras en el proceso. Se
requiere una acción política, pero claramente la acción más efectiva sería una acción
coordinada internacionalmente, de ahí el papel de las Naciones Unidas Interrupciones en la
industria logística. La pandemia plantea una amenaza tan grave para las comunidades
portuarias y las autoridades portuarias que consideran incluso cerrar parcial o totalmente
sus operaciones. Para mitigar el impacto negativo, es crucial mantener los barcos en
movimiento, los puertos abiertos y el comercio transfronterizo fluyendo, al tiempo que se
garantiza que las agencias fronterizas puedan realizar todos los controles necesarios y que
todas las partes interesadas puedan mantenerse seguras en el proceso. Se requiere una
acción política, pero claramente la acción más efectiva sería una acción coordinada
internacionalmente, de ahí el papel de las Naciones Unidas.

4. Impacto de la demanda de Estados Unidos y sus elecciones en la región.

Los sectores beneficiados por una victoria de Trump (y perjudicados si gana Biden) serían
el energético, el financiero, el inmobiliario y el de la salud.

Joe Biden como presidente obligaría a modificar las estrategias de inversión porque algunos
sectores pueden notar en sus carnes los cambios de política económica de la Casa Blanca.

De acuerdo con un estudio de Andbank, en caso de victoria demócrata las empresas de


energía fósiles pueden sufrir, ya que el fracking, sin estar prohibido, podría limitarse. Al
haber un aumento de los tipos impositivos, el sector inmobiliario perdería cierto interés. La
banca tiene puntos para ser víctima de las nuevas regulaciones anunciadas por Biden.
Vivir un impulso, así como las empresas de ingeniería (construcción, materiales, etcétera),
que se benefician del plan de infraestructuras. Las empresas del sector de la salud (aunque
no se vuelva al Obamacare) aguardan expectantes los planes de ayuda de los demócratas.

Si las tensiones con China se reconducen, también podrían salir ganando las
multinacionales y las firmas exportadoras y que tienen plantas en el país asiático, como las
firmas del​ retail .​

En el caso de una victoria de Trump, la política energética actual se mantendría, es decir,


con menos estándares medioambientales y mayor uso de los hidrocarburos, así como una
protección de la industria metalúrgica nacional.

Las empresas relacionadas con la defensa también estarían bien posicionadas en caso de un
segundo mandato republicano. El sector bancario sufriría menos con Trump, al esquivar
cualquier recarga tributaria.

5. Desarrolle sobre la Post pandemia.

La atención sobre la “Pandemia Económica” ocasionada por la Covid-19 se ha centrado en


el aumento del desempleo, que según las autoridades, rondará 25% este año.

Es decir, 1 de cada 4 panameños (as) que busca empleo no lo encontrará, y teniendo en


cuenta una Población Económicamente Activa de unos 2.2 millones, al final del año habrá
550 mil desempleados , 404 mil más que los 146 mil que había hace un año.

¿Qué pasará después?


En el 2021 la generación de empleo comenzará a recuperarse, pero la Covid-19
profundizará tendencias, en particular la acelerada contracción del empleo asalariado
privado y el cada vez mayor protagonismo del emprendimiento, que es y seguirá siendo el
motor del empleo.

Panamá genera principalmente empleo informal. En los últimos 8 años (2011-2019), 70%
de los empleos creados fueron informales. Entre el 2014 y 2019, el porcentaje subió a 85%
(el otro 15% fue el resultado aumento de la planilla estatal, con la incorporación de 35,350
funcionarios), mientras que el último año (2018-2019) 100% de la expansión del empleo
fue informal más que los 146 mil que había hace un año.
Hay otros patrones que la pandemia acentuará, asociados con la escolaridad requerida en
los nuevos empleos. Entre el 2004 y 2014, década marcada por la construcción de
infraestructuras, en particular la expansión del Canal, la construcción, la agricultura, el
comercio, la industria y logística, con un promedio ponderado de instrucción formal de 9.6
años, estos sectores aportaron 56% de los 560,631 empleos generados.

La edad promedio en los nuevos empleos creció 8.2 años, pero la escolaridad requerida sólo
aumentó 9.6 meses. A pesar de que 280,695 profesionales universitarios ingresaron al
mercado laboral, 3 de cada 5 trabajadores que lo hicieron tenían 12 o menos años de
educación formal. El trabajador panameño promedio tiene 11.5 años de estudios aprobados,
mientras que la edad promedio en los nuevos empleos (2014-2019) es 53.3 años. Por una
década, 70% de la fuerza laboral del país ha estado compuesta por trabajadores del
comercio, artesanos, agricultores, operadores de maquinaria y mano de obra no calificada,
con un importante componente presencial, lo cual ha limitado la potencialidad de la
automatización a áreas administrativas.

En el 2009, un 12% de la Población Ocupaba llevaba a cabo actividades administrativas


(Oficinistas), y en el 2019 fue 6%. La economía generó 576,366 empleos, pero 45,407
oficinistas perdieron sus trabajos. Los empleos post Covid-19 requerirán mayor
escolaridad, así como competencias actitudinales y digitales. Esto ya viene ocurriendo. Un
ejemplo claro es el teletrabajo, cuyo potencial apenas comienza. El porcentaje de empleos
que pueden hoy adaptarse al teletrabajo varían por categoría laboral, de 80% de actividades
administrativas (oficinistas), 75% de los gerenciales, 70% de los profesionales y 55% de los
técnicos, pero disminuye considerablemente en el caso de ventas (25%), artesanos y mano
de obra no calificada (menos del 5%), y operadores de maquinaria (menos del 2%).

El teletrabajo en Panamá se ha venido dando en actividades de servicio, actividades


profesionales, y administrativas y servicios de apoyo. Excluyendo los funcionarios
públicos, se estima que existen unos 78 mil teletrabajadores en Panamá, 9 de cada 10 de
ellos (as) en el sector financiero/seguros, información/comunicaciones,industria, logística y
otros servicios.

En 2018, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) analizó


el riesgo para el empleo que suponía la automatización, destacando a los trabajadores con
cualificación baja y los jóvenes como los colectivos con mayor riesgo.
También apuntó que, además de los empleos que dejarán de ser necesarios, las nuevas
tecnologías crearán otros y comparte la idea de “que los puestos de trabajo se van a
transformar”.

En este sentido, en julio 2020, la presidenta de Microsoft en España, Pilar López, en la


presentación del proyecto #DigitalSkills, que tiene como objetivo ayudar a disminuir la
deficiencia existente en formación, explicó que “la economía post Covid-19 va a generar
muchos trabajos de calidad técnica, pero, a la vez, va a incrementar la brecha de las
habilidades digitales. Cerrar esta brecha ayudará mucho a la recuperación”.

Con una deserción escolar en educación premedia y media del 63% entre el 2013 y 2019 (a
incrementarse como consecuencia de la Covid-19), y 95% de los graduandos humildes
probando suerte en un mercado laboral para el cual no están preparados. El reto para
Panamá es grande.

El Covid-19 “adelantó el calendario” y acelerará exponencialmente las tendencias


laborales, lo cual tendrá múltiples consecuencias y afectará innumerables aspectos de la
forma de vivir y trabajar. El “futuro del trabajo” ya llegó.

6. Desarrolle sobre las Proyecciones del 2020.


La economía de Panamá se contraerá al menos un 4 % del producto interno bruto (PIB) este
2020 a causa de la crisis de la COVID-19, que llegó cuando el país enfrentaba ya un freno
en su crecimiento y una erosión de su fortaleza fiscal que ahora se ven agudizadas,
coincidieron analistas locales y de Moody's.
El economista panameño y socio director de Indesa, Felipe Chapman, dijo que una primera
proyección hecha en marzo pasado situaba la caída del PIB de Panamá en 2 % este año,
pero fue revisada un mes después para quedar en -4 %.

El dato debe ser nuevamente revisado y "no me sorprendería que un poco más a la baja",
declaró Chapman, que recalcó que el escenario económico mundial en el marco de la
pandemia "es altamente cambiante y con un altísimo nivel de incertidumbre".

El socio director de Indesa, quien participó este miércoles en el foro virtual "La Nueva
realidad panameña", organizado por Moody's, dijo que el potencial de crecimiento de
Panamá en un mundo con la pandemia bajo control podría ubicarse "por encima del 3 %".

"El tema es en cuánto tiempo se va a recuperar el mundo", planteó Chapman, que se mostró
optimista de que en Panamá el PIB per cápita logre situarse nuevamente en los niveles
pre-pandemia "un poco antes" de 2024-2025, período en el que muchos analistas sitúan la
recuperación mundial.

Panamá fue en la década pasada una de las economías más pujantes de la región debido a la
inversión pública en grandes obras como la ampliación del Canal, las líneas del Metro de la
capital y carreteras, pero desde hace más de un lustro comenzó a frenar la expansión del
PIB.

Moody's prevé que la economía de Panamá, basada en los servicios y la logística, "se
contraiga este año y el próximo tendrá un crecimiento por encima de la tendencia" del 4 %,
pero "la pregunta es si después del 2021 volverá a crecer por alrededor del 4 %", dijo el
especialista en riesgo soberano de la calificadora, Renzo Merino.

SE DETERIORA LA FORTALEZA FISCAL

Merino señaló que los puntos a favor de Panamá habían sido sus altos niveles de
crecimiento económico y su fortaleza fiscal pero que ambos factores se han visto
erosionados en los últimos años, una situación que se agudiza por la crisis derivada de la
pandemia.
Para el 2019 Moody's había calculado que la economía panameña crecería alrededor del 5
% pero solo llegó al 3 %, mientras que hubo un aumento de los niveles de deuda y un
incremento del déficit fiscal por la merma en los ingresos, explicó.

"Este año va a haber un deterioro fiscal importante" y vale "preguntar si cabría en Panamá
una reforma tributaria porque mejorar la recaudación ya no es suficiente", expresó el
experto de Moody's, calificadora que en abril pasado mantuvo la calificación "estable
Baa1" a este país.

Antes del shock por la pandemia, Moody's calculaba que la deuda de Panamá se
estabilizará en torno al 45 % hacia 2021, pero una renovada perspectiva de la calificadora
eleva ese umbral hasta el 55 %.

La deuda pública de Panamá cerró el 2019 en 31.018,6 millones de dólares, un 20,7 % más
que el saldo de 2018, un alza alimentada por emisiones de bonos globales que sumaron
3.300 millones de dólares, mientras que el déficit fiscal se situó en el 3,5 %.

Panamá "destacaba por la flexibilidad del gasto público" pero deberá bajarlo precisamente
cuando podría enfrentar presiones para el gasto social debido al consecuente aumento de la
pobreza por la pandemia, añadió.

Se prevé que los efectos de la pandemia sobre la economía panameña sean significativos
con afectación en los principales indicadores macroeconómicos. La posición fiscal del país
se verá deteriorada como consecuencia de la caída de la demanda agregada y de los
ingresos a raíz de la ralentización de la economía y el aplazamiento del pago de algunos
impuestos, frente al fuerte aumento del gasto público derivado de los programas de sanidad
y protección social.

Se espera que el crecimiento para el 2020 se contraiga de forma significativa y afecte las
principales áreas laborales, como servicios y construcción. Aunque casi todos los sectores
han sido golpeados, se esperan contribuciones positivas al crecimiento por parte del gasto
público, pero con el consecuente aumento del déficit fiscal y la deuda pública. Se prevé una
leve recuperación para 2021 impulsada por una mejora de los flujos comerciales, la
recuperación de los sectores del transporte, la logística y otros sectores asociados al Canal,
así como repuntes en los sectores de la minería y la construcción, junto a mejoras del
consumo interno y las inversiones.

Sostener un crecimiento alto e inclusivo a mediano y largo plazo requerirá responder a


limitaciones históricas. Éstas incluyen: mejorar la prestación de servicios sociales básicos,
como educación, salud, agua y saneamiento, sobre todo en las poblaciones vulnerables;
fortalecer las destrezas y la eficiencia de las instituciones públicas; así como la provisión de
infraestructura clave. El desarrollo del capital humano debe desempeñar un papel más
importante.

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