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CONFERENCIA VIRTUAL

“IMPLICACIONES SOCIOECONÓMICAS DEL COVID-19”,


IMPARTIDA POR EL DECANO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS
ECONÓMICAS Y SOCIALES, MAESTRO ALEXI MARTÍNEZ.

Para la República Dominicana como para el resto del mundo, saber cuándo ni cómo
terminará la pandemia del Covid-19 no es posible. Esta imposibilidad viene dada por el
hecho de que existen múltiples factores, todos inciertos, que combinados serán los que
determinarán de qué manera superaremos esta crisis, y cuales secuelas dejaría la misma
en lo social, en lo económico y en lo político, al momento de que logremos controlarla.
Cantidad de empleados despedidos o cesados:
El pasado 17 de marzo el presidente Danilo Medina decretó el estado de excepción, que
provocó la suspensión de la mayoría de las actividades comerciales en el país por el
COVID-19, lo que ha provocado en la República Dominicana hasta el momento la
suspensión de más de 700,000 asalariados, según informaciones del Ministerio de
Trabajo.
El panorama es sumamente incierto. Estos acontecimientos rápidos y de gran alcance
nos sitúan en terreno desconocido al tener que evaluar tan amplias repercusiones en el
mercado laboral y la economía, y prever la duración y la gravedad de la crisis que
podría durar años en reponerse.
Economía antes y después del covid-19:
Antes de la aparición del coronavirus, distintos organismos internacionales, como el de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), pronosticó
que las actividades productivas y comerciales de la economía mundial, crecerían a una
tasa de un 2.9%, la de China en alrededor de un 6.1%, la de los Estados Unidos en un
2.3%, la zona del euro un 1.2% y, otros organismos señalaron que para América Latina
la expansión sería entre un 1.3% y un 1.8%.
En América Latina según el BID el PIB caerá entre 1,8 y 5,5 este año: El panorama es
terrible y esta vez los políticos no son culpables, ni habrá fondos para ajustes
estructurales, ni de cooperación bilateral: Ha sido una pandemia la que ha colocado en
estado de coma a las económicas.
Varias naciones del área son altamente dependientes de las ventas petroleras República
Dominicana quizás no veamos muy afectadas nuestras exportaciones – en particular a
Haití -, pero si los ingresos del sector turístico y la cuenta de remesas, ambas muy
dependientes de USA y la UE, por otra parte, las inversiones extranjeras, es obvio que
caerán drásticamente: El efecto en la industria de la construcción será desastroso, el
panorama no presenta mejorías en la economía mundial.
Medidas de alejamiento social:
La disciplina colectiva con la que se acatan las disposiciones oficiales, especialmente en
lo que respecta las medidas de distanciamiento social, influyen directamente en la
magnitud y ritmo de contagio que presenta cada país en específico, y resulta transversal
a todas las demás variables. El respeto a la autoridad es lo que, en principio y hasta
ahora, ha garantizado qué en países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán, la propia
República Popular de China, epicentro originario de la crisis, hayan podido contener
relativamente la propagación del virus. Lo mismo ha ocurrido en Japón, qué a pesar de
contar con más de 35 millones de adultos mayores, estos no se han visto en la
desesperada situación de Italia y España.
En la República Dominicana lamentablemente reina la indisciplina, se hace una tarea
imposible mantener a las personas en sus casas, sobre todo en los barrios, lo que a
llevado al aumento de los contagios, se hace necesario implementar medidas más
drásticas que obliguen a los ciudadanos a permanecer en sus hogares, para así poder
frenar el contagio.
Daños económicos el resto del año:
Como fruto de la suspensión de, al menos, dos meses de las actividades económicas, los
ingresos del Estado se caerán aunque trate de mantener los empleos y, con ellos, los
subsidios a los ayuntamientos que se estrenan el 24 de abril y, son grandes empleadores:
El Gobierno entrante tendrá que mantener el gasto en algunos renglones y aumentarlo
en otros, para evitar un colapso en la demanda.
A finales de marzo 36.015 empresas habían solicitado suspender 434,620 contratos de
trabajo dos semanas más de Emergencia han agravado esta cifra y, aunque los
empresarios en condiciones de ser solidarios hagan esfuerzos por mantener los puestos
de trabajo, con bajos niveles de producción, la mediana y pequeña empresa no tienen
capital para aguantar y, menos, los informales que cada día salen a buscar el pan.
El Gobierno estará obligado a buscar financiamientos para compensar la pérdida de
ingresos, no solo porque sus gastos son casi inelásticos, sino además porque debe
aplicar medidas fiscales tendentes a garantizar la demanda: Ahora el problema es
mantener la capacidad de consumo.
Aparecerán algunos fondos de emergencia en los organismos multilaterales, particular
en los regionales, empero siendo los países ricos, esta vez, los primeros afectados, por
ahí los donantes escasean y, los mercados financieros, que verán las primeras moras en
años, tampoco estarán en buenas condiciones.
Afección del sector turístico 40%:
Los dominicanos tendremos que ser creativos; controlada la expansión del coronavirus
causante del problema, lo primero es reactivar la economía reestableciendo la demanda
el sector hotelero, por ejemplo, que siempre vende caro a los dominicanos y barato a los
extranjeros, debe modificar sus ofertas para mejorar su ocupación con nacionales
mientras vuelven los extranjeros, que no será mañana, la operación hotelera permea a
todas las actividades económicas mejor que ninguna otra.
El turismo, uno de los principales sectores que genera más divisas en el país, dejá de
aportar entre US$886 y US$1,960 millones por dicho concepto de acuerdo con las
estimaciones realizadas por la Asociación de Hoteles y Turismo de República
Dominicana.
Canasta familiar:
La canasta básica estipulada para los más empobrecidos por el gobierno no llena las
expectativas de los más necesitados, el 47% de la población trabajadora obtenía
ingresos del trabajo (excluyendo remesas, segunda ocupación, ayudas estatales y por
propiedades) por debajo de la línea de pobreza. El 24% de los hombres y el 51% de las
mujeres sencillamente no participaban en el mercado de trabajo. Ante esta realidad se
puede afirmar que, de manera sistemática y desde antes de esta crisis, la mayoría de la
población dominicana simplemente no llega ni a la canasta básica ni al ingreso de
pobreza, viviendo por debajo de los niveles de consumo básicos. Las ayudas estatales en
esta coyuntura sólo profundizarán esta situación, pues son del todo insuficientes aún
bajo sus propios términos, sea para quienes trabajan de manera regular y registrada, para
quienes trabajan en la informalidad o quienes ni trabajo tienen. Millones de personas,
además, carecen de la actividad diaria con que completaban, ya que está prohibida con
las restricciones a los mercados, a las actividades no esenciales y el toque de queda de
5.00 pm a 6.00 am.
Redirigir gastos públicos:
Los acontecimientos históricos demuestran la preocupación mundial necesaria para
controlar la expansión del nuevo coronavirus y, al mismo tiempo, adoptar medidas para
recuperar los efectos socioeconómicos causados por la pandemia.
El gobierno debería prepararse para gastar como en la guerra, como sociedad y
actividades comerciales. los afectados necesitan asistencia y transferencia directa de
recursos, con el fin de evitar la bancarrota y, en consecuencia, el desempleo, en los
principales sectores afectados, como, por ejemplo, líneas aéreas, sectores turísticos,
pequeñas empresas y trabajadores independientes, junto con la ayuda dirigida a familias
de bajos ingresos.
Para levantar el país, hay que cambiar la mentalidad del Gobierno este debe pasar a ser
un propiciador del trabajo hasta que la economía se encarrile de nuevo y, eso no
sucederá antes de dos o tres años, si aplicamos políticas sociales de inclusión y nos
ponemos a trabajar desde hoy.

Stacy Abad Rijo

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