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S A C U D E A DI S N E Y
ESTRATEGA
Allá por la mitad de la década de 1990,
Steve Jobs fue despedido por ser un
estrafalario controlador y una prima donna
que había convertido a Apple
en irrelevante. Pero Jobs se mantuvo firme
en su pasión por crear excelentes
productos y convertirse en líder en la
nueva era digital. Ahora Jobs entra al
Reino mágico.
DILO COMO ES
A principio de un día de trabajo en julio de 1977, Jim McCluney,
entonces jefe de operaciones de Apple en el mundo, recibió una
llamada. Se reunió con otras altas autoridades de la asediada
compañía Apple Computer Inc., en su sala de consejo, en Cupertino,
California.
Listo para la batalla, el CEO Gil Amelio no perdió tiempo. Con un
aire de alivio oculto, dijo: “Bien, es tiempo de decirles que me voy.
Tengan cuidado”, recuerda McCluney. Y se fue.
Unos minutos después entró Steve Jobs. El cofundador de la una
vez orgullosa compañía, había sido despedido de Apple 12 años
antes. Había regresado siete meses antes como consultor cuando
Amelio adquirió su compañía de NeXT Software Inc., y ahora Jobs
estaba de regreso en el cargo.
Con shorts, zapatos informales y la barba sin rasurar, Jobs se sentó
en una silla giratoria y giró lentamente, dice McCluney, actual
presidente de almacenaje del proveedor Emulex Corp. “OK, díganme
que está mal en este lugar”, dijo Jobs. Después de escuchar algunas
respuestas, comentó: “¿Son los productos, qué pasa con los
productos?” .
De nuevo recibió algunas respuestas. Jobs los paró: “Los productos
son una porquería”, afirmó. “Ya no hay sexo en ellos”.
CONSTRUCCIÓN DE ALIANZAS
La alianza tiene muchos riesgos. Jobs navegará en un campo
minado de conflictos mientras dirige Apple y se sienta en el consejo
de Disney. Tiene que demostrar que puede tomar el rol poco familiar
de apoyar a un jugador. El mismo perfeccionismo que le permite
crear grandes productos le dificulta aceptar que alguien vaya en lo
que él considera la dirección incorrecta. Cuando regresó a Apple
como parte de la adquisición de NeXT, insistió en que no quería el
trabajo de Amelio, pero rápidamente se hizo cargo del mismo.
Ya hay especulaciones en Silicon Valley de que el jefe de Disney no
podrá con el puesto. Iger no está en el lugar más seguro. Ha
rediseñado el estilo de manejo de Disney y ha mejorado algunas
operaciones. De todas formas, las acciones de la compañía están al
mismo nivel que en la década anterior. Al día de hoy, Iger sólo ha
sido CEO unos meses, por lo que aún está conociendo a los
directores de Disney.
Un experto en administración considera que el movimiento de Jobs
es “valioso”, pero dice: “Iger se puso una pistola en la cabeza” cuando
predijo que la influencia de Jobs va a ser muy perjudicial, al grado de
que Iger tendría que irse en un año.
HABILIDADES TRANSFERIBLES
Iger arregló las cosas con disidentes del anterior consejo, como
Roy E. Disney y Stanley P. Gold, que incitaron a los accionistas a
hacer una revuelta que alejó a los inversionistas. Y mientras Jobs
peleaba con Eisner, Iger trabajaba arduamente para mejorar sus
relaciones con Disney. Una parte de la razón del acuerdo Disney-
Pixar, dice Jobs, fue que “teníamos que conocer a Bob”.