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AMBIENTE.
UNIDAD I .-EL MEDIO AMBIENTE Y EL DERECHO
1.1 LA PREOCUPACIÓN SOCIAL POR EL MEDIO AMBIENTE.- Los recursos naturales que hoy día sufren de
contaminación son, en general, el aire, el suelo, el agua y la diversidad biológica -flora y fauna silvestres-.
Analicemos en qué consisten tales problemas.
Contaminación del aire.- Este es un problema importante y creciente en las grandes urbes, debido a que en
ellas se concentran actividades industriales, comerciales y de servicios que generan gran cantidad de gases
contaminantes, los cuales no pueden ser fácilmente asimilados y/o eliminados por los elementos naturales
que existen en las ciudades. En ese sentido, lo que en realidad contamina al medio ambiente no es la
emisión de gases, sino la gran cantidad de éstos y de partículas concentradas en un solo lugar que rebasan
sus concentraciones normales en la atmósfera, lo cual daña tanto la salud del hombre como su entorno. Los
gases con mayor concentración en las ciudades son el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, el
dióxido de azufre y el óxido nitroso.
Contaminación del agua- Ningún problema ambiental preocupa tanto como la contaminación del agua,
particularmente porque se asocia con la escasez o agotamiento de los recursos acuíferos, desde el momento
en que el líquido se contamina y no puede ser usado y/o consumido de manera segura por el hombre, hasta
que desaparece de los depósitos naturales por el abuso desmedido. De acuerdo con la Organización Mundial
de la Salud (OMS) " ... el agua está contaminada o polucionada, cuando su composición o estado se
encuentran alterados de tal modo que no reúne las condiciones para la utilización a la que se hubiera
destinado en su estado natural"
El agua es considerada un recurso reciclable y renovable; sin embargo, ante la presión ejercida por su
utilización como medio de transporte, de recreo y esparcimiento, como generadora de energía y como
medio de vida para la flora y fauna aprovechables para la alimentación humana, así como por su uso
indispensable en procesos industriales o como depósito de desechos, su capacidad de regeneración ha sido
rebasada por los niveles de alteración a los que la ha sometido la actividad del hombre.
Degradación del suelo.- El suelo es la parte sólida de la corteza terrestre, conformado por una superficie y el
subsuelo. Su importancia es elemental para el desarrollo de la vida y los seres humanos, pues se aprovecha
fundamentalmente para asentamientos de personas -desarrollo urbano- y para producir alimentos; sin
embargo, sus componentes naturales se ven afectados por la explotación a la que está sujeto,
principalmente por la disposición inadecuada de basura, la cual consiste en residuos persistentes y no
biodegradables, vertimiento de sustancias tóxicas y líquidos residuales altamente contaminados,
deforestación, edificación permanente de infraestructura urbana e industrial, destrucción o modificación de
la vegetación y conversión de suelos para usos no agrícolas, lo cual ha provocado la desertificación en
grandes extensiones de terreno.
Cambio climático y calentamiento de la Tierra.- Este problema ambiental se conoce popularmente como
efecto invernadero, es un fenómeno caracterizado por la retención en la atmósfera de una cantidad de calor
-proveniente de la luz solar- superior a la que se propaga debido a la presencia de gases en abundancia
como el bióxido de carbono, los fluorocarbonos, los clorofluorocarbonos y el metano, que tienen
precisamente la capacidad de retención de energía calorifica. Al no esparcirse el calor en el espacio, las
capas superiores de aire se estratifican alterando la dinámica natural de los vientos, los climas y las
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corrientes oceánicas produciendo el sobrecalentamiento terrestre que, con el transcurso del tiempo, causa
el descongelamiento de los cascos polares y los glaciares, originando que el nivel medio de los mares
aumente e inunde las zonas costeras donde reside gran parte de la población humana.
Destrucción de la capa de ozono.- Este problema ambiental ha sido causado por la presencia en la
atmósfera de fluorocarbonos generados por la actividad industrial, los cuales destruyen la protección
natural contra los rayos ultravioleta; éstos, al llegar directamente a la biosfera, afectan toda forma de vida
produciendo mutaciones e incluso su desaparición.
El Derecho Ambiental ha seguido una evolución similar a la de la doctrina a nivel internacional. En los
primeros años de vida independiente, las leyes mexicanas sobre recursos naturales estuvieron supeditadas a
las leyes de propiedad. No existía aun el propósito ambiental, sino únicamente la lógica de usufructo. Ya en
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, a través de lo dispuesto por el artículo 27,
se establece el derecho de la nación de regular el aprovechamiento de los elementos naturales para, entre
otras cosas, conservarlos. No obstante, a lo largo del siglo XX se dio prioridad a las políticas de
industrialización, a pesar de existir legislación sobre salud pública (saneamiento ambiental), trabajo (medio
ambiente laboral), asentamientos humanos y regulación de las emisiones de plantas industriales. Las
normas que se ocuparon de estos temas forman parte de lo que se conoce como legislación sectorial de
relevancia ambiental, que es el principal componente del sistema jurídico mexicano vigente para la
protección del medio ambiente, a pesar de no partir, de origen, de la lógica de sustentabilidad.
A partir de la década de 1970, la legislación ambiental empezó a cambiar en México, siguiendo la tendencia
mundial. Se empezó a considerar al Medio Ambiente como un sistema, y se abandonó la visión aislada de los
recursos y el enfoque de usufructo puro. Desde entonces, y hasta nuestros días, la legislación ambiental
mexicana es predominantemente federal, pues las facultades para crear normas en la materia están
concentradas en la Federación. No obstante, la estructura se ha ido modificando paralelamente al proceso
de descentralización. México va siguiendo el rumbo de otros países, con una legislación ambiental nacional
que procura garantizar el equilibrio ecológico uniformemente en todo el país, pero reservando a las leyes
locales la regulación de acuerdo con las modalidades específicas de los ecosistemas regionales. Es necesario
mencionar que las leyes mexicanas en materia ambiental son diversas entre sí no sólo por su carácter
federal o local, sino también por la jerarquía de los ordenamientos jurídicos a los que corresponden.
El marco normativo o los instrumentos legales que aplican para regular la materia ambiental en México son:
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
Tratados y Convenios Internacionales en los que participa,
Leyes Generales y Federales, reglamentos, Normas Oficiales Mexicanas (NOM), Normas Mexicanas (NMX),
decretos y acuerdos, constituciones estatales, leyes estatales y bandos municipales.
Las leyes que conforman la legislación ambiental en México son:
Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente,
Ley de Aguas Nacionales,
Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable,
Ley General de Vida Silvestre,
Ley de Desarrollo Rural Sustentable,
Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos,
Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados,
Ley de Productos Orgánicos, Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables,
Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos,
Ley Federal de Responsabilidad Ambiental y
la Ley General de Cambio Climático.
Cada una con sus reglamentos.
La adopción de una ley orgánica o ley marco ambiental es un prerrequisito para garantizar la existencia de
un sistema jurídico coherente de política y gestión ambiental y en este sentido las diferencias se han
disipado en la última década, pues 17 de los 20 países de la región cuentan con una ley marco ambiental, y
aquellos que aún no la poseen están comprometidos en su formulación. Esto ha llevado a Raúl Brañes a
considerar que el balance del derecho ambiental en la región es alentador. En este orden de ideas el paso
más significativo ha sido la consolidación en la década de los noventa de la tendencia a elevar los principios
ambientales a rango Constitucional.
En las Constituciones de los países latinoamericanos se encuentran, en primer lugar, preceptos que
consagran el dominio público y la propiedad del Estado sobre el ambiente y los recursos naturales del país;
en segundo lugar, principios de política ambiental y, finalmente, aquellos que reconocen el derecho al
ambiente como derecho fundamental, colectivo o social, así como principios de equidad intergeneracional y
«derechos de la naturaleza». Otro avance significativo ha sido la consagración de instrumentos y remedios
legales de justicia constitucional para garantizar los derechos humanos que han estimulado la
democratización del acceso a la justicia como vías efectivas y eficientes para garantizar la protección de los
derechos fundamentales. Respecto a las tarifas legales de responsabilidad daños ambientales, la tendencia
es hacia el establecimiento de la responsabilidad objetiva y la presunción de responsabilidad asociada a
actividades peligrosas o de riesgo ambiental.
I.- Ambiente: El conjunto de elementos naturales y artificiales o inducidos por el hombre que hacen posible
la existencia y desarrollo de los seres humanos y demás organismos vivos que interactúan en un espacio y
tiempo determinados;
II.- Áreas naturales protegidas: Las zonas del territorio nacional y aquéllas sobre las que la nación ejerce su
soberanía y jurisdicción, en donde los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la
actividad del ser humano o que requieren ser preservadas y restauradas y están sujetas al régimen previsto
en la presente Ley.
III.- Aprovechamiento sustentable: La utilización de los recursos naturales en forma que se respete la
integridad funcional y las capacidades de carga de los ecosistemas de los que forman parte dichos recursos,
por periodos indefinidos;
IV.- Biodiversidad: La variabilidad de organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otros, los
ecosistemas terrestres, marinos y otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman
parte; comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas;
V.- Biotecnología: Toda aplicación tecnológica que utilice recursos biológicos, organismos vivos o sus
derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos;
V Bis.- Cambio climático: Cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que
altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada
durante periodos de tiempos comparables. Fracción adicionada DOF 28-01-2011
VII.- Contaminante: Toda materia o energía en cualesquiera de sus estados físicos y formas, que al
incorporarse o actuar en la atmósfera, agua, suelo, flora, fauna o cualquier elemento natural, altere o
modifique su composición y condición natural;
VIII.- Contingencia ambiental: Situación de riesgo, derivada de actividades humanas o fenómenos naturales,
que puede poner en peligro la integridad de uno o varios ecosistemas;
IX.- Control: Inspección, vigilancia y aplicación de las medidas necesarias para el cumplimiento de las
disposiciones establecidas en este ordenamiento;
X.- Criterios ecológicos: Los lineamientos obligatorios contenidos en la presente Ley, para orientar las
acciones de preservación y restauración del equilibrio ecológico, el aprovechamiento sustentable de los
recursos naturales y la protección al ambiente, que tendrán el carácter de instrumentos de la política
ambiental;
XI.- Desarrollo Sustentable: El proceso evaluable mediante criterios e indicadores de carácter ambiental,
económico y social que tiende a mejorar la calidad de vida y la productividad de las personas, que se funda
en medidas apropiadas de preservación del equilibrio ecológico, protección del ambiente y
aprovechamiento de recursos naturales, de manera que no se comprometa la satisfacción de las
necesidades de las generaciones futuras;
XII.- Desequilibrio ecológico: La alteración de las relaciones de interdependencia entre los elementos
naturales que conforman el ambiente, que afecta negativamente la existencia, transformación y desarrollo
del hombre y demás seres vivos;
XIII.- Ecosistema: La unidad funcional básica de interacción de los organismos vivos entre sí y de éstos con el
ambiente, en un espacio y tiempo determinados;
XIII Bis.- Ecosistemas costeros: Las playas, las dunas costeras, los acantilados, franjas intermareales; los
humedales costeros tales como las lagunas interdunarias, las lagunas costeras, los esteros, las marismas, los
pantanos, las ciénegas, los manglares, los petenes, los oasis, los cenotes, los pastizales, los palmares y las
selvas inundables; los arrecifes de coral; los ecosistemas formados por comunidades de macroalgas y de
pastos marinos, fondos marinos o bentos y las costas rocosas. Estos se caracterizan porque se localizan en la
zona costera pudiendo comprender porciones marinas, acuáticas y/o terrestres; que abarcan en el mar a
partir de una profundidad de menos de 200 metros, hasta 100 km tierra adentro o 50 m de elevación. La
Secretaría, en colaboración con las entidades federativas y los municipios, determinará la zona costera
nacional tomando en consideración las interacciones fisiográficas y biológicas particulares de la zona que se
trate y la publicará en el Diario Oficial de la Federación mediante Acuerdo.
XIV.- Equilibrio ecológico: La relación de interdependencia entre los elementos que conforman el ambiente
que hace posible la existencia, transformación y desarrollo del hombre y demás seres vivos;
XV.- Elemento natural: Los elementos físicos, químicos y biológicos que se presentan en un tiempo y
espacio determinado sin la inducción del hombre;
XVI.- Emergencia ecológica: Situación derivada de actividades humanas o fenómenos naturales que al
afectar severamente a sus elementos, pone en peligro a uno o varios ecosistemas;
XVII.- Emisión: Liberación al ambiente de toda sustancia, en cualquiera de sus estados físicos, o cualquier
tipo de energía, proveniente de una fuente;
XVIII.- Fauna silvestre: Las especies animales que subsisten sujetas a los procesos de selección natural y que
se desarrollan libremente, incluyendo sus poblaciones menores que se encuentran bajo control del hombre,
así como los animales domésticos que por abandono se tornen salvajes y por ello sean susceptibles de
captura y apropiación;
XIX.- Flora silvestre: Las especies vegetales así como los hongos, que subsisten sujetas a los procesos de
selección natural y que se desarrollan libremente, incluyendo las poblaciones o especímenes de estas
especies que se encuentran bajo control del hombre;
XX.- Impacto ambiental: Modificación del ambiente ocasionada por la acción del hombre o de la naturaleza;
XXI.- Manifestación del impacto ambiental: El documento mediante el cual se da a conocer, con base en
estudios, el impacto ambiental, significativo y potencial que generaría una obra o actividad, así como la
forma de evitarlo o atenuarlo en caso de que sea negativo;
XXII.- Material genético: Todo material de origen vegetal, animal, microbiano o de otro tipo, que contenga
unidades funcionales de herencia;
XXIII.- Material peligroso: Elementos, substancias, compuestos, residuos o mezclas de ellos que,
independientemente de su estado físico, represente un riesgo para el ambiente, la salud o los recursos
naturales, por sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables o biológicoinfecciosas;
XXIV.- Ordenamiento ecológico: El instrumento de política ambiental cuyo objeto es regular o inducir el uso
del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente y la
preservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a partir del análisis de las
tendencias de deterioro y las potencialidades de aprovechamiento de los mismos;
XXV.- Preservación: El conjunto de políticas y medidas para mantener las condiciones que propicien la
evolución y continuidad de los ecosistemas y hábitat naturales, así como conservar las poblaciones viables
de especies en sus entornos naturales y los componentes de la biodiversidad fuera de sus hábitat naturales;
XXVI.- Prevención: El conjunto de disposiciones y medidas anticipadas para evitar el deterioro del ambiente;
XXVII.- Protección: El conjunto de políticas y medidas para mejorar el ambiente y controlar su deterioro;
XXVIII.- Recursos biológicos: Los recursos genéticos, los organismos o partes de ellos, las poblaciones, o
cualquier otro componente biótico de los ecosistemas con valor o utilidad real o potencial para el ser
humano;
XXIX.- Recursos Genéticos: Todo material genético, con valor real o potencial que provenga de origen
vegetal, animal, microbiano, o de cualquier otro tipo y que contenga unidades funcionales de la herencia,
existentes en el territorio nacional y en las zonas donde la nación ejerce soberanía y jurisdicción;
XXX.- Recurso natural: El elemento natural susceptible de ser aprovechado en beneficio del hombre;
XXXI.- Región ecológica: La unidad del territorio nacional que comparte características ecológicas comunes;
XXXII.- Residuo: Cualquier material generado en los procesos de extracción, beneficio, transformación,
producción, consumo, utilización, control o tratamiento cuya calidad no permita usarlo nuevamente en el
proceso que lo generó.
XXXIII.- Residuos peligrosos: son aquellos que posean alguna de las características de corrosividad,
reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o que contengan agentes infecciosos que le confieran
peligrosidad, así como envases, recipientes, embalajes y suelos que hayan sido contaminados cuando se
transfieran a otro sitio y por tanto, representan un peligro al equilibrio ecológico o el ambiente;
XXXVII. Vocación natural: Condiciones que presenta un ecosistema para sostener una o varias actividades
sin que se produzcan desequilibrios ecológicos.
XXXVIII. Educación Ambiental: Proceso de formación dirigido a toda la sociedad, tanto en el ámbito escolar
como en el ámbito extraescolar, para facilitar la percepción integrada del ambiente a fin de lograr conductas
más racionales a favor del desarrollo social y del ambiente. La educación ambiental comprende la
asimilación de conocimientos, la formación de valores, el desarrollo de competencias y conductas con el
propósito de garantizar la preservación de la vida.
XXXIX. Zonificación: El instrumento técnico de planeación que puede ser utilizado en el establecimiento de
las áreas naturales protegidas, que permite ordenar su territorio en función del grado de conservación y
representatividad de sus ecosistemas, la vocación natural del terreno, de su uso actual y potencial, de
conformidad con los objetivos dispuestos en la misma declaratoria. Asimismo, existirá una subzonificación,
la cual consiste en el instrumento técnico y dinámico de planeación, que se establecerá en el programa de
manejo respectivo, y que es utilizado en el manejo de las áreas naturales protegidas, con el fin de ordenar
detalladamente las zonas núcleo y de amortiguamiento, previamente establecidas mediante la declaratoria
correspondiente.
De carácter multidisciplinar, el Derecho Ambiental destaca por los principios de precaución y prevención, la
transversalidad en relación al resto de ordenamiento jurídico, compromiso de responsabilidad ambiental y
acceso a la información y por su inclinación internacional de participación y cooperación. Tanto el individuo
como la sociedad y el Estado han de cumplimentar las políticas adaptadas dentro del Derecho Ambiental
para conseguir alcanzar una conciencia conservacionista y un entorno humano saludable.
Las Leyes Federales, locales y municipales, representan la fuente formal por excelencia del Derecho
Ambiental, toda vez que la actuación de los poderes públicos se debe realizar bajo el principio de legalidad,
que consiste en el hecho, de que sólo pueden hacer lo que la ley permite, y nada fuera de la misma,
concretamente las atribuciones o facultades de la Administración Pública de tales esferas de gobierno para
emitir actos, resoluciones, convenios o acuerdos administrativos relacionados con el medio ambiente
rigurosamente tienen que fundarlos y motivarlos conforme al cuerpo legal que regula su actuación, además
esa norma jurídica, debe de ajustar su conducta o actuación a los lineamientos jurídicos que tienden a
proteger restaurar y acrecentar el medio ambiente y el equilibrio ecológico, y en caso de infringir esas
disposiciones serán responsables para soportar las sanciones administrativas o judiciales que procedan, no
perdiendo de vista que la facultad represora para mantener la vigencia del derecho, es esencia de la propia
soberanía del Estado, para mantener la armonía social.
La jurisprudencia, es la interpretación de la Ley, de otras disposiciones legales de valores sociales que hacen
los tribunales judiciales y administrativos, como consecuencia de las controversias suscitadas entre
particulares o entre éstos y el estado y que se hacen obligatorias para conducir las relaciones de
gobernantes y gobernados preservando el estado de derecho.
Los convenios administrativos, se trata de acuerdo de voluntades entre entidades públicas (Federación,
Estados, Distritos Federales(actual Ciudad de México) y Municipios), por medio de los cuales se atienden
servicios obras publicas u otras demandas de interés colectivo, creándose, modificándose, conformándose o
revocándose situaciones jurídicas generales
Los Tratados Internacionales, se refieren a los acuerdos de voluntades celebrados entre Estados soberanos,
regidos por el Derecho Internacional Público, ya que conste en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos, cualquiera que sea denominado nación particular.
El Derecho Internacional es considerado como otra fuente del Derecho Ambiental, prueba de ello son los
tratados que se han comentado, diversas resoluciones o declaraciones de organismos internacionales. Sus
principios fundamentales se encuentran tanto en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente, que se llevó a cabo en Estocolmo, Suecia, del 5 al 16 de junio de 1972, como en la declaración de
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la misma materia , que tuvo lugar en rió de Janeiro, Brasil, del 3
al 14 junio de 1992, cuyas reglas se refieren al deber de los estados de velar por que las actividades que se
realicen dentro de su jurisdicción o bajo su control no perjudiquen al ambiente de otros estados o de zonas
internacionales. La cumbre de Johannesburgo, África, efectuada el septiembre de 2002, que verso sobre
“Desarrollo Sustentable”, trato cinco temas : agua, energía, salud, agricultura y biodiversidad, recomendó
atender: pobreza, contaminación y calentamiento de la tierra.
La doctrina está constituida por un conjunto de ideas, opiniones, principios, teorías y criterios personales de
los distintos estudiosos del medio ambiente y de las normas jurídicas sobre tal cuestión, y que con sus
aportaciones vienen a engrandecer al Derecho Ambiental
1948: Publicación de Nuestro planeta saqueado. El impacto de la tecnología y las actividades industriales
sobre los recursos naturales preocupó a ecólogos ambientales y originó la ecología política. Fairfield Osborn
publicó ese año una obra pionera en la materia, en la cual plasmó sus estudios sobre las consecuencias
catastróficas que ocasionará la malversación de los recursos naturales.
1953: La enfermedad de Minamata. Esta enfermedad se detectó entre los pescadores de la aldea ele
Minamata, en la isla de Kyushu, Japón, y fue declarada una epidemia. El equipo médico del hospital de
Kunamoto diagnosticó la causa de tal enfermedad: envenenamiento del sistema nervioso central provocado
por mercurio orgánico, metal que posteriormente fue encontrado en las cloacas de una fábrica química de la
empresa Chísso, instalada cerca de la aldea de Minamata. Fue a finales de 1965 (12 años después que
aparecieron los primeros brotes) cuando se llevaron a cabo medidas concretas; tuvieron que pasar otros
tres años para que dicha empresa reconociera, en secreto, la utilización de mercurio orgánico con el fin de
no revelar el proceso de fabricación de sus productos.
1956: Publicación de El papel del hombre en el cambio de la faz de la Tierra. Esta obra fue el resultado de un
interesante trabajo de W,L, Thornas, referente al impacto cada vez mayor de la actividad humana sobre la
naturaleza y sus elementos.
1962: Se publicó Primavera silenciosa. Obra elaborada por la bióloga y escritora estadounidense Rachel
Carson, en la cual utilizó un estilo cercano a ia ciencia ficción para analizar las consecuencias de los
pesticidas según las recomendaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USOA). SU
conclusión fue la desaparición total de aves (pájaros) y un profundo desequilibrio en la naturaleza, la cual
fue criticada por unos y apoyada por otros; sin embargo, debido al éxito editorial obtenido logró que el
USOA revisara su politica de pesticidas y que el DDT fuera prohibido en la legislación estadounidense.
1963: El gran apagón. Los inicios del movimiento ecologista en Estados Unidos, tienen lugar con el gran
apagón, en noviembre de 1963, el cual dejó sin electricidad a gran parte de la costa este y sur de Canadá.
1967: El naufragio del superpetrolero Torrey Canyon. Una de las catástrofes ecológicas que acapararon la
atención mundial sucedió el 18 de marzo de 1967, cuando se hundió el buque petrolero Torrey Canyon, el
cual chocó contra los arrecifes de Seven Stones en el archipiélago de las Scilly, al sudoeste de Cornualles
frente a las costas de Bretaña, provocando en pocos dias una inmensa marea negra al derramar al mar 120
000 toneladas de petróleo.
1967: Se publicó el libro Ciencia y supervivencia. El uso de la energía nuclear por los países industrializados
como nueva fuente de energía, dio vida a movimientos y organizaciones antinucleares. Uno de los pioneros
de tales movimientos fue el prestigioso profesor de bioquímica de la Universidad Washington de San Luis,
Barry Commoner, quien escribió esta obra clásica del ecologismo.
1968: La Universidad de Berkeley. Esta universidad de Estados Unidos fue la cuna del primer grupo
ecologista, el cual estuvo relacionado con los movimientos de protesta estudiantil, la lucha por los derechos
civiles y la contestación a la guerra de Vietnam.
1968: Se publicó La bomba de la población. El biólogo Paul R. Ehrlich escribió esta obra, con lo cual obtuvo
gran popularidad por su análisis de los graves problemas originados por la explosión demográfica. También
irnpulsó, junto con su esposa Ann, el movimiento "Crecimiento demográfico cero", el cual promovió técnicas
de control natal y de esterilización.
1969: Friends of the Earth. David Browner fundó Friends of the Earth (Amigos de la Tierra), una de las
primeras organizaciones ecologistas a nivel mundial que dio pie, un año más tarde, para que funcionaran en
Estados Unidos más de 3 000 organizaciones ecologistas y ambientalistas.
1969: Los recursos y el hombre. La National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias) de
Estados Unidos publicó el informe titulado "Resources and Man" (Los recursos y el hombre), el primero que
surgió de la comunidad científica para alertar sobre la limitación de los recursos y la explosión demográfica.
1970: Bohlen y Stowe. Los matrimonios Bohlen y Stowe, en febrero de 1970, trataron de impedir la
explosión nuclear estadounidense en Arnchitka, Alaska, prevista para 1971, Y para lograr ese cometido
fundaron la organización "No hagan olas". El 15 de septiembre de 1971, para llevar a cabo su protesta
utilizaron un barco llamado "Greenpeace", del cual surgió el nombre y el enfoque de esa conocida
organización ecologista.
1970: El dÍa de la Tierra. Se llevó a cabo en Estados Unidos el 22 de abril de 1970, en el cual millones de
personas participaron en el "Earth Day", La conciencia ambientalista de la sociedad norteamericana
comprometió a su gobierno para que fundara la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección
Ambiental), mejor conocida como EPA. 1971: Central nuclear de Fessenheim. El 12 de abril de 1971
centenares de personas manifestaron su desacuerdo por la construcción de la central nuclear de
Fessenheim, Alsacia, originando un gran movimiento antinuclear francés.
1971: El Mensaje Menton. El 11 de mayo de 1971, poco más de 2000 científicos de todo el mundo enviaron
a la ONU un mensaje llamado el Mensaje Mentan, en el cual alertaron sobre la degradación del medio
ambiente y proclamaron" ... vivimos en un sistema cerrado, totalmente dependientes de la tierra y unos de
otros, y eso durante toda nuestra vida y durante la de las generaciones que vendrán".
1972: El informe del Club de Roma: Apareció el primer informe del Club de Roma acerca de los limites del
crecimiento.
1972: "United Tasmania Group" y "Values Party": Se funda en abril de ese año en Tasmania, Australia, el
primer partido ecologista: "United lasmania Group", al cual le siguió un mes más tarde "Values Party", en
Nueva Zelanda.
1972: Declaración de Estocolmo. En junio de 1972 se celebró en Estocolmo, Suecia, la primera Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, la cual generó una serie de principios
independientes, manifestados en la Declaración de Estocolmo y la creación del Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
1972: La base militar Larzac. El 14 de julio de 1972, numerosas personas se opusieron a la ampliación de la
base militar de Larzac, en Francia; esa manifestación fue el punto de referencia que reunió al movimiento
ecologista y pacifista francés.
1975: La central nuclear de Whyl. En febrero de 1975, cientos de activistas antinucleares invadieron los
terrenos donde se pretendía construir la central nuclear de Whyl, cercana a la ciudad de Friburgo. en la
entonces República Federal Alemana. La policia intentó desalojarlos, pero la ocupación de dichos terrenos se
prolongó por un periodo de ocho meses. Un tribunal paralizó las obras el 21 de marzo del mismo año y el 14
de mayo se descartó la construcción de dicha central, iniciando con ello el movimiento alemán antinuclear.
1975: La central nuclear Browns Ferry. El 22 de marzo de 1975 se produjo el primer accidente grave
conocido en una central nuclear, ocurrió en Browns Ferry, Alabama, en Estados Unidos. A partir de ese año
el movimiento ecologista antinuclear se fortaleció al lograr paralizar los programas nucleares en varios
países industrializados.
1976: Seveso. El l0 de julio de 1976 una espesa nube de dioxinas contaminó la zona de Seveso, en Italia, la
cual intoxicó a muchas personas y obligó a desalojar una amplia zona del norte de Milán. 1978: Feminismo y
medio ambiente. En junio de 1978 se celebró en Albany, Estados Unidos, el Congreso de Mujeres sobre el
Medio Ambiente, en el cual el feminismo se acercó a los problemas ecológicos.
1981: El agujero de la capa de ozono. Científicos británicos anunciaron que desde 1970 se observa cada
primavera, sobre la Antártida, un agujero en la capa de ozono el cual es causado por los gases
clorofluorocarbonados (CFCs). En 1990 se confirmó la presencia de otro agujero sobre el Polo Norte.
1984: La desertización. En mayo de 1984, el PNUMA alertó acerca de los procesos de desertización
ocasionados por la acción humana. 1984: Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. En
octubre de 1984 se reunió por primera vez la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, la
cual fue creada por la Asamblea General de la ONU durante la presidencia de la Primera Ministra noruega
Gro Harlem Brundtland.
1984: Bhopal. El 3 de diciembre de 1984 se efectuó una fuga de gas tóxico en la empresa Union Carbide, en
Bhopal, India, la cual provocó la muerte inmediata de 2 000 personas y lesionó de consideración a otras 200
000; tal suceso puso en evidencia las crecientes dificultades que originan las actividades industriales de alto
riesgo en los países industrializados y la estrategia de las compañias transnacionales de trasladarse a países
del tercer mundo. los cuales son menos estrictos en sus leyes y controles respecto a dichas actividades.
1986: Chernobyl. El :!6 de abril de 1986 el cuarto reactor nuclear de la central de Chernobyl, en Ucrania.
estalló debido a que se fundió el núcleo del reactor, lo cual obligó a evacuar a 140 000 personas. En 1990 se
atendió y controló a poco más de 600 000 personas afectadas por las emisiones radiactivas a las que
estuvieron sometidas. 1987: Informe Brundtland, Los trabajos efectuados por la Comisión Mundial sobre el
Medio Ambiente y el Desarrollo arrojaron el informe titulado "Nuestro futuro común", más conocido como
Informe Brundtland, el cual propone adoptar un programa a nivel mundial para lograr un desarrollo
sostenible.
1988: La NASA y el efecto invernadero. En junio de 1988 la NASA presentó pruebas sobre las primeras
consecuencias del efecto invernadero.
1992: La Cumbre de la Tierra. En junio de 1992 se efectuó en Río de Janeíro, Brasil. la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. a la cual asistieron jefes de Estado de varios
paises, simbolizando la preocupación de la opinión pública sobre el deterioro del medio ambiente.
Acuerdos que crean sistemas regionales para preservar fauna y flora en su estado natural. Promueven la
creación de áreas naturales.
SEGUNDA ETAPA: DESDE 1945 HASTA LA CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO
HUMANO (Estocolmo 1972).Esta etapa se inicia con la constitución de las grandes organizaciones
internacionales de carácter universal y la creación de sistemas regionales y sub-regionales de rango
internacional y concluye dos hechos que constituyen hitos muy importantes para la evolución de esta
materia: a) la firma de la primera Convención global moderna para la conservación integral de la naturaleza
(la Convención Ramsar), y b) la reunión de Estocolmo.
Los instrumentos internacionales que se gestan en esta época, en un comienzo, están destinados a proteger
determinados recursos naturales o ciertas regiones del planeta afectadas por situaciones ambientales
críticas. Posteriormente, al afianzarse la doctrina y el pensamiento ambiental, se observa que las acciones
internacionales tratan de armonizar economía con protección de especies o ecosistemas.
Los acuerdos se orientan a las soluciones globalizadoras. Ellos son el principal instrumento de las políticas
ambientales internacionales orientadas a los grandes acuerdos universales donde se plasman principios
vinculados con el ecodesarrollo, la economía sustentable y la solidaridad ambiental entre los países.
En este período los documentos internacionales pueden ordenarse de la siguiente manera:
Convenios internacionales constitutivos de organismos internacionales universales, regionales y
subregionales.
La Conferencia fue convocada para Río de Janeiro del 3 al 14 de junio, exactamente veinte años después de
la Conferencia de Estocolmo. 172 Estados se hicieron presentes (todos miembros de la ONU, salvo seis),
representados por cerca de 10,000 participantes, incluyendo 116 jefes de estado o de gobierno. Solamente
Japón envió 300 delegados. 1400 organizaciones no gubernamentales fueron acreditadas así como 9,000
periodistas.
La Cumbre de Johannesburgo concluyó con un solemne compromiso, que sólo será verificado por las
generaciones futuras: “desde el continente africano, cuna de la humanidad, solemnemente prometemos a
los pueblos del mundo y a las generaciones que heredarán esta tierra, que tenemos la determinación de
asegurar que nuestra colectiva de un desarrollo sostenible, sea alcanzada”.
En dicha conferencia se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre el medio ambiente y el
desarrollo, un plan de acción con 109 recomendaciones y una resolución.
Fue el evento que, por primera vez, concentró la atención internacional en temas medio ambientales. Las
preocupaciones sobre la degradación ambiental y la contaminación transfronteriza fueron las grandes
revoluciones, pues implicaban que la contaminación no reconocía límites políticos o geográficos y afectaba a
los países, regiones y pueblos más allá de su punto de origen. Se hizo un llamado a los gobiernos para que
orientaran sus esfuerzos a la preservación del Medio Ambiente, subrayando la importancia de establecer un
sistema jurídico que contribuyera a revertir las tendencias que amenazaban el medio ambiente y garantizara
a las generaciones futuras su derecho a un medio apropiado. El Protocolo de Montreal de 1987, relativo a
Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono, fue quizá el primer instrumento internacional avocado a un
tema específico.
Hay que destacar, dentro de esta evolución, que a diez años de la reunión de Estocolmo, por resolución del
28 de octubre de 1982, la Asamblea General de las Naciones Unidas ratificó los principios de la Declaración
de Estocolmo por intermedio de la Carta Mundial de la Naturaleza. Se trata de un documento de tinte
romántico y poco práctico que tiene el mérito de reflejar las preocupaciones ambientales de ese momento.
LA CARTA MUNDIAL DE LA NATURALEZA: declara que es necesario mantener los sistemas de soporte a la
vida y los procesos ecológicos esenciales, necesarios para la subsistencia así como la diversidad de los
organismos vivos. Como una consecuencia, el principio de la Carta declara que la naturaleza deberá ser
respetada y sus procesos esenciales no serán dañados, la viabilidad genética de la tierra no será puesta en
riesgo y los niveles de población de todas las formas de vida, domesticadas o silvestres, serán suficientes
para su sobrevivencia.
En cambio, la Cumbre de la Tierra (Conferencia de Río) de 1992, se distinguió más por su faceta política. En
ella se reconoció la importancia de integrar la protección del medio ambiente y la administración de los
recursos naturales en las políticas de desarrollo. Esta idea, a su vez, fue tomada de la definición de
“desarrollo sostenible” (o sustentable) hecha por la Comisión Brundtland en 1987, que lo describió como “el
desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades”.
Esta tendencia ha sido incorporada en la doctrina ambiental de la mayoría de los países, a pesar de que la
Conferencia de Río no generó normas como tales. La firma del Protocolo de Kyoto en 1997 fue la siguiente
reunión internacional enfocada a la creación de normas y vínculos jurídicos para proteger el Medio
Ambiente. En esta ocasión, el objetivo fue lograr un consenso en cuanto a la necesidad de los países
industrializados de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, a efectos de mitigar el cambio
climático. Como es bien sabido, la vigencia del protocolo está por expirar, exigiendo la negociación de un
instrumento más amplio y con mayor capacidad de obligar al cumplimiento de los objetivos.
La lista de las fuentes del derecho internacional, que corresponde al derecho internacional tal y como se
practicaba, hablando aproximadamente, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial está inserta en el
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, redactado en los años veinte y reproducido en 1945 en un
anexo a la Carta de la ONU. Tal aceptación, y el cumplimiento de forma regular con normas no obligatorias,
pueden llevar a la creación del derecho consuetudinario, el cual entonces se vuelve obligatorio.
TRATADOS INTERNACIONALES:
Los Tratados son acuerdos regulados por el Derecho Internacional y concluidos entre Estados y entre
Estados y organizaciones internacionales. Pueden ser llamados por alguno de numerosos títulos:
Convenciones, pactos, acuerdos, protocolos, memorandos de entendimiento, intercambio de cartas. El
nombre no es significante en cuanto a los efectos de los tratados. El elemento crucial es que los estados
involucrados tienen la intención que el documento sea vinculante. Los tratados generalmente consisten en
un preámbulo que explica las motivaciones de las Partes Contratantes pero que no contiene en sí mismo
normas obligatorias. Sin embargo, el preámbulo puede ser particularmente útil para interpretar el
tratado. La parte principal de un tratado incluye normas sustantivas que definen las obligaciones de las
Partes, medidas de ejecución, por ejemplo estipulaciones que prevén la celebración de conferencias de las
Partes o la creación de un Secretariado Internacional y medidas de cierre relacionadas con la existencia del
tratado en sí, tales como la entrada en vigencia, adhesión al tratado o enmiendas. Las estipulaciones
específicas relacionadas con detalles técnicos son frecuentemente anexadas a los tratados ambientales,
cuyas principales normas se refieren a ellos.
Ellos generalmente contienen:
Listas de substancias o actividades a las cuales aplica el tratado,
estándares de contaminación,
listado de especies protegidas,
pero también pueden proveer descripciones técnicas
e incluso medio para la solución de disputas relacionadas con la aplicación del tratado.
La negociación se cierra con la adopción de un texto acordado. Este puede ser un Acta Final que declara la
adopción del tratado y agrega reconocimientos, explicaciones, comentarios, y aún declaraciones o planes de
acción, la cual no es obligatoria en sí misma, a menos que las partes decidan que ésta debería de imponer
obligaciones a sus signatarios. El texto del tratado en sí es firmado de forma separada por los delegados de
los Estados quienes han sido delegados para ese efecto por sus gobiernos. Ciertos tratados pueden ser
suscritos no solamente en la sesión de cierre de las negociaciones, sino que después, durante determinado
período. Después de este período, las partes no contratantes solamente pueden adherirse o acceder al
tratado, siguiendo un procedimiento que generalmente es definido por el tratado mismo y el cual puede
incluir condiciones específicas, tales como la aprobación al acceso por los estados que ya son partes del
tratado.
El siguiente paso del procedimiento se lleva a cabo en el Derecho Nacional que se encuentra regulado por
las Constituciones que pueden prescribir ya sea que algunos tratados pueden ser ratificados por el Jefe de
Estado una vez aprobados por el Parlamento nacional o que ciertas categorías de Tratados solamente son
aprobados por el Jefe de Estado sin ser sometidos al Parlamento o simplemente “aceptados” por el
ejecutivo. En ciertos países esos tratados son llamados “Acuerdos Ejecutivos”.
La fecha de la entrada en vigencia del Tratado es generalmente determinada por el tratado mismo. Este
necesita generalmente un período determinado después del depósito de los instrumentos de ratificación, o
cuando las partes contratantes son numerosas, por un número determinado de ellas.
El artículo 102 de la Carta de la ONU introdujo una etapa suplementaria en el procedimiento de conclusión
de los tratados. Cada tratado suscrito por cualquier Miembro de la ONU deberá ser registrado tan pronto
como sea posible ante el Secretariado de la ONU y publicado por éste. Dirigido originalmente a la
prevención de la conclusión de tratados secretos, esta estipulación permite que se conozcan los tratados
existentes.
Una de las normas básicas del Derecho Internacional, es que los tratados son obligatorios para las partes
contratantes, quienes deben cumplirlos de buena fe. No son obligatorios para otros Estados u
organizaciones, sin embargo, los tratados pueden producir efectos para Estados que no son parte de los
mismos.
Algunos sistemas legales permiten que ciertos tratados puedan ser aplicados dentro de las Partes
Contratantes sin ningún otro procedimiento. Estos son los llamados “Tratados Auto-ejecutables”. Otros
deben de ser complementados por una norma especial, ya sea por una ley o un decreto ejecutivo, pero
también por instrucciones en otra forma, que dan las órdenes necesarias a las autoridades nacionales
permitiéndoles aplicar sus disposiciones. Estos son los llamados “Tratados no Auto-ejecutables”. Los
tratados mismos pueden indicar la necesidad de acciones posteriores. Un buen ejemplo de ello es la
Convención para la Prevención de la Contaminación por Naves (MARPOL) de 1973, cuyo artículo 4 estipula
que cualquier violación de los requerimientos de la convención deberá ser prohibida y sancionada por
legislación emitida por la autoridad de la nave, que es el Estado cuya bandera porta la Nave en cuestión.
Entre las importantes Convenciones Internacionales con alcance mundial podemos mencionar, como
ejemplo, la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar que contiene toda una parte sobre la
contaminación marina y una serie de artículos sobre otros asuntos ambientales. En el Tratado sobre
Principios que Rigen las Actividades de los Estados en la Exploración y Uso del Espacio Exterior, incluyendo la
Luna y Otros cuerpos Celestes de 1967, solamente su Artículo IX está relacionado con el medio ambiente,
por cuanto trata de proteger la tierra de contaminación proveniente del espacio exterior, y a su vez nuestro
espacio de la contaminación. El Acuerdo de Marrakesh del 15 de abril de 1994, establece la Organización
Mundial de Comercio solamente habla de asuntos ambientales en su preámbulo, explicando la motivación
de las partes contratantes. De acuerdo a ello, las partes reconocen “el uso óptimo de los recursos
mundiales de acuerdo con los objetivos del desarrollo sostenible, procurando proteger y preservar el medio
ambiente y mejorando los medios para lograrlo”. El Acuerdo de Marrakesh también incluía una decisión
sobre el comercio de servicios y el medio ambiente que debería llevar a la elaboración de una política
específica en este campo.
Este desarrollo también ilustra una nueva tendencia en las técnicas del derecho internacional, que es
particularmente importante para el Derecho Ambiental Internacional, esta es la técnica de las
“Convenciones Marco” que significa que una Convención se adopta con un alcance general, proclamando
principios básicos sobre los cuales se pueden llegar al consenso. Al mismo tiempo, las partes prevén la
elaboración de otros acuerdos, llamados protocolos adicionales los cuales contienen obligaciones más
detalladas. Este método fue originalmente usado en Tratados regionales para la protección de diferentes
mares, comenzando en 1976 con la Convención para la Protección del Mar Mediterráneo de la
Contaminación. La Convención establece los principios básicos que deben ser aplicados por las Partes
Contratantes. Las regulaciones detalladas se incluyen posteriormente en protocolos adicionales, algunos de
los cuales son suscritos al mismo tiempo que el instrumento principal. Otros son elaborados
posteriormente. A pesar de que todas las partes del instrumento principal, no necesariamente son partes
en todos los protocolos, se puede hablar de un sistema de tratados.
Los procedimientos para los Tratados marco se generalizó comenzando con la Convención de Ginebra sobre
la Contaminación Aérea Transfronteriza de Largo Alcance. Esta Convención demostró que generalmente era
más fácil alcanzar consenso, sobre la necesidad de principios, para la acción que debería seguirse, que
alcanzar consenso en los detalles de la acción misma, la cual tenía un fuerte carácter técnico e involucraba
algunas veces, pesadas consecuencias económicas para las partes contratantes. La Convención creó una
estructura legal para posteriores negociaciones en las cuales los científicos, los representantes de los
intereses económicos y de la opinión pública pudieran ser involucrados. La negociación continua que es una
parte inherente de los Tratados marco, esta particularmente bien adaptada para tomar en cuenta el
desarrollo progresivo en nuestro conocimiento del medio ambiente y en nuestro enfoque, de los problemas
que presenten los requerimientos de la protección ambiental.
La experiencia adquirida durante treinta años en el campo de los Tratados Ambientales Internacionales,
muestra que tales Tratados necesitan de estructuras e instituciones internacionales específicas para
asegurar su buen funcionamiento y para facilitar su adaptación a nuevas situaciones, así como su desarrollo,
principalmente en el caso de los Tratados marco. La solución más comúnmente aceptada es la creación, por
el Tratado involucrado, de una Conferencia de las Partes que se reúna con determinados intervalos y que es
apoyada por un Secretariado permanente. Estas soluciones que son características de los Tratados
Ambientales Internacionales, son relativamente nuevas en el derecho internacional.
Atmósfera
Capa de ozono
Convención de Viena para la protección de la capa de ozono1. Viena, 1985. Adhesión de México en 1987.
Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono1. Montreal, 1987. Adhesión de
México en 1988.
Cambio climático
Convención marco de las Naciones Unidas sobre cambio climático 1. Nueva York, 1992.
Acuerdo para la creación del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global. Montevideo,
1992. Adhesión de México en 1993.
Biodiversidad (flora y fauna)
Convenio sobre la protección de la naturaleza y conservación de la vida silvestre en el hemisferio
occidental. Washington, 1940.
Convención internacional sobre la reglamentación de la caza de la ballena. Washington, 1946. Adhesión de
México en 1949.
Protocolo a la convención internacional para la reglamentación de la caza de ballena. Washington, 1956.
Adhesión de México en 1959.
Acuerdo sobre la conservación de las focas del Antártico. Londres, 1972.Acuerdo sobre la conservación de
los osos polares. Oslo, 1973.
Protocolo que modifica la convención sobre los humedales de importancia internacional, especialmente
como hábitat de aves acuáticas. París, 1982.
Convención sobre los humedales de importancia internacional, especialmente como hábitat de aves
acuáticas. Ramsar, 1971. Adhesión de México en 1986.
Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES).
Washington, 1973. Adhesión de México en 1991.
Convención sobre la diversidad biológica. Río de Janeiro, Brasil, 1992. Adhesión de México en
1992.Protocolo de Cartagena sobre la seguridad de la biotecnología. Montreal, Canadá, 2000.Acuerdo
sobre el programa internacional para la conservación de los delfines. Washington, 1998. Ratificación de
México en 1999.
Comercio e industria
Protocolo de adhesión de México al acuerdo general sobre aranceles aduaneros y comercio (GATT).
Ginebra, Suiza, 1947. Adhesión de México, 1986.
Acta final de la ronda Uruguay de negociaciones económicas multilaterales y acuerdo por el que se
establece la organización mundial del comercio. Marrakech, Marruecos, 1994. Ratificación de México en
1994.
Decisión ministerial de Marrakech sobre comercio y medio ambiente. Asunto: Coordinación de políticas
comerciales y ambientales, 1994.
Informe del Comité de comercio y medio ambiente, 1996.Informe del Comité de comercio y medio
ambiente, 1997.
Desarrollo urbano y vivienda
Declaración de Estambul sobre los asentamientos humanos y programa de hábitat. Asunto: Garantía de la
vivienda adecuada para todos y el desarrollo de asentamientos humanos sostenibles. Estambul, 1996.
Economía
Decreto de promulgación de la Convención de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OCDE). París, Francia, 1960. Adhesión de México en 1994.
La primera base descansa en el artículo 27 Constitucional, el cual se refiere a la conservación de los recursos
naturales. La segunda en el 76 fracción XV que se refiere a la prevención y control de la contaminación
ambiental. La tercera en el artículo 25 Constitucional en protección al ambiente.
A partir del 28 de junio de 1999, fecha en que fue publicada la adición al artículo 4º de nuestra Constitución,
en el país “toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.
Los artículos reformados imponen la obligación de conocer, aplicar y observar el marco jurídico
internacional de protección de los derechos humanos. Asimismo, los deberes de los servidores públicos se
han robustecido Constitucionalmente, por lo que todas las autoridades tienen la obligación de promover,
respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad. Así, la reforma constitucional puso en el centro de toda la
actividad pública a la persona.
También se elevan a rango Constitucional los derechos humanos consagrados en los Tratados
Internacionales ratificados por el Estado mexicano y se recoge uno de los principios más importantes para la
protección de los derechos humanos, que es el principio pro persona, por el que todas las autoridades que
aplican la ley, quedan obligadas a preferir aquella norma, o aquella interpretación, que mejor proteja a la
persona.
La ubicación del derecho al medio ambiente sano en el artículo 4º Constitucional puede entenderse como
una directriz en torno a su progresividad frente a la idea de que los derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales son progresivos valdría la pena recordar la Declaración y Programa de Acción de
Viena de 1993 en donde se dispone: “Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e
interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos
humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo
peso”.
Acciones colectivas
Previamente a la reforma al artículo 4º constitucional, el 29 de julio de 2010 se modificó el artículo 17
constitucional en materia de acciones colectivas. El 30 de agosto de 2011 se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el Decreto en torno a acciones colectivas por el que se reforman y adicionan el Código Federal
de Procedimientos Civiles, el Código Civil Federal, la Ley Federal de Competencia Económica, la Ley Federal
de Protección al Consumidor, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación , la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y la Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios
Financieros.
En el artículo 578 del CFPC se determina que “la defensa y protección de los derechos e intereses colectivos
será ejercida ante los Tribunales de la Federación… y sólo podrán promoverse en materia de relaciones de
consumo de bienes o servicios, públicos o privados y medio ambiente”. Conforme al artículo 53 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, los competentes para conocer de las acciones colectivas son los
jueces de distrito civiles federales.
Tiene legitimación activa para ejercita las acciones colectivas, la Procuraduría Federal de Protección al
Ambiente “PROFEPA”
En materia ambiental, se adicionaron los párrafos segundo y tercero del artículo 202 de la Ley General del
Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para quedar como sigue:
Artículo 202. La procuraduría Federal de Protección al Ambiente, en el ámbito de sus atribuciones, está facultada para
iniciar las acciones que procedan, ante las autoridades competentes, cuando conozca de actos, hechos u omisiones que
constituyan violaciones a la legislación administrativa o penal.
Es así que con la reforma al artículo 17 Constitucional y su reglamentación en el Libro V del Código Federal
de Procedimientos Civiles, se abre en México la oportunidad para que grupos de ciudadanos, asociaciones y
diversos entes legitimados, puedan demandar ante los tribunales, la defensa de los derechos colectivos en
materias como la protección al consumidor, el medio ambiente, a la competencia económica.
Como se puede observar, se trata de un espacio de mucha potencialidad, para ejercer acciones de
reclamación con gran impacto, por la violación a los derechos humanos, particularmente el derecho al
ambiente sano.
El derecho a un ambiente sano es un derecho humano. Claramente el desarrollo de las personas está
íntimamente vinculado con el medio ambiente que los rodea.
Asimismo, los instrumentos internacionales ratificados por México integran un conjunto de nuevas
obligaciones para nuestro país vinculadas a los derechos ambientales. Bajo la decisión de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en la contradicción de tesis 923/2011, los derechos o especificaciones contenidas en
los tratados se integran al bloque de constitucionalidad cuya aplicación se produce a través del principio pro
persona.
Se abrió así una importante etapa en el desarrollo de la política ambiental mexicana al definir los
diferentes ámbitos de responsabilidad pública en la resolución de los problemas relativos al medio
ambiente. Esta reforma constitucional permitió crear una nueva ley y en 1988 se publicó la Ley
General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la cual, a pesar de posteriores
modificaciones (1996), ha sido el instrumento rector de la operación de la política ambiental hasta
nuestros días.
En 1992 se crearon dos organismos clave para la política ambiental: el Instituto Nacional de
Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). El primero,
encargado de generar normas y definir políticas, y el segundo, responsable de vigilar y fiscalizar el
cumplimiento de las normas y leyes.
Todos estos cambios significaron una etapa de reformas institucionales mediante las cuales el
Estado mexicano construyó sus capacidades de gestión para operar una política ambiental. De
hecho, en el periodo de reestructuración neoliberal que vivió el sistema económico y político
mexicano en los años ochenta, esta reforma institucional en el campo del medio ambiente
representa el único ámbito en el cual el Estado ha mantenido una iniciativa para ganar
capacidades de gestión pública.
En 1988 entró en vigor una nueva ley, la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente. El sentido de la misma fue crear la obligatoriedad de la acción ecológica del gobierno,
generar los espacios de responsabilidad y de concertación de éste con los particulares y definir el
campo de gestión gubernamental en sus tres niveles tradicionales: federal, estatal y municipal.
Con la creación de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca, SEMARNAP, por
primera vez existió en la administración pública un organismo que reunía la gestión de los recursos
naturales renovables con la del medio ambiente. La SEMARNAP identifica su misión a partir de tres
estrategias: contener las tendencias del deterioro al medio ambiente, fomentar la producción
limpia y sustentable y contribuir al desarrollo social.9 Los fundamentos de la nueva estrategia
están contenidos en el Programa de Medio Ambiente 1995-2000, el cual incorpora conceptos
novedosos.
En 1998, se llevó a cabo una reforma constitucional mediante la cual se reconoce que "toda
persona tiene derecho a un medio adecuado para su desarrollo y bienestar" (Constitución General
de la República, artículo cuarto, párrafo cinco adicionado) y que "corresponde al Estado la rectoría
del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y sustentable" (Constitución General
de la República, párrafo primero reformado).
La Declaración de Estocolmo, emanada de la Conferencia sobre el Medio Humano realizada en esa ciudad
(1972) y el Informe MEADOWS o del Club de Roma, que señala, entre otras cosas, que de sostener el ritmo
de crecimiento se podría producir una catástrofe mundial e irreversible para mediados del siglo XXI, son sin
duda relevantes en el advenimiento de normas ambientales en el nivel Constitucional.
En un primer grupo, tenemos a aquellas Constituciones que no tienen referencias claras de protección
ambiental, ni mucho menos hacen reconocimiento expreso del derecho a disfrutar o a vivir en un medio
ambiente adecuado, saludable o ecológicamente equilibrado, pero que la interpretación por vía
jurisprudencial de varios de sus artículos les ha asimilado ese derecho.
La Constitución italiana no contiene alguna referencia sobre el derecho a un medio ambiente o para la
protección ambiental, en cambio, por ejemplo, contiene referencias como la tutela del paisaje, la defensa de
la salud como interés de la colectividad y que la iniciativa económica privada no puede desarrollarse en
contra de la utilidad social. En efecto, la Constitución italiana en sus principios fundamentales establece que
la República reconoce y garantiza los derechos inviolables del hombre, ya como individuo, o en el seno de las
organizaciones sociales [formazioni sociali], en donde desarrolla su personalidad.
En una segunda línea, encontramos Constituciones que no establecen referencias o frases indirectas o
aisladas, sino que establecen el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un medio ambiente, señalan que
éstos y el Estado tienen el deber de su conservación. Hemos elegido los casos de Portugal y España, que se
consideraron paradigmáticos en su tiempo.
La Constitución lusitana señala que incumbe al Estado, con sus órganos o con participación de los
ciudadanos, prevenir y controlar la contaminación, el ordenamiento del territorio, mantener y desarrollar
reservas y parques naturales, promover el aprovechamiento racional de los recursos, promover la educación
ambiental, compatibilizar el desarrollo con la protección del ambiente y la calidad de vida.
Asimismo la Constitución española prevé:
[1. Todos tienen derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así
como el deber de conservarlo.
2. Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de
proteger y mejorar la calidad de la vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la
indispensable solidaridad colectiva.
3. Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos que la ley fije se establecerán
sanciones penales o, en su caso, administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado.] (art.
45.) (10).
No obstante el adelanto que en el contexto internacional introducen estas constituciones, el lugar en que
fue reconocido el derecho a un medio ambiente, resultó muy cuestionado.
Por su parte, en la Constitución española, tal derecho aparece en el artículo 45, dentro del Capítulo que se
refiere a los principios de la política social y económica y no en el que contempla los derechos
fundamentales. La doctrina de este país ha debatido intensamente en pro y en contra de considerar a esta
referencia como derecho subjetivo.
Otro grupo a destacar en este recuento, está conformado por aquellas Constituciones que consagran de
manera diáfana el derecho a un medio ambiente como un derecho subjetivo.
[El derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado que ese derecho no
sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza. La ley establecerá las restricciones al ejercicio de
determinados derechos o libertades para proteger el medio ambiente] .
Otro sector de esta clasificación, comprende a aquellos textos constitucionales que por una parte,
consagran el derecho a un medio ambiente como derecho subjetivo, pero señalando que su titularidad no
sólo corresponde a los ciudadanos individualmente considerados, sino también a la colectividad, lo que
sienta las bases para cierta legitimidad procesal a propósito de su protección; y, por otra parte, establecen
un programa de protección ambiental por temas específicos.
La Constitución brasileña tiene un Capítulo VI sobre el medio ambiente, en donde asienta que todos tienen
derecho a un medio ambiente ecológicamente equilibrado, que es de uso común del pueblo y esencial para
una sana calidad de vida, y que se impone a los poderes públicos y a la colectividad el deber de defenderlo y
preservarlo para las presentes y futuras generaciones.
Así mismo se estatuye, los que explotasen recursos minerales quedan obligados a recuperar el medio
ambiente degradado, de acuerdo con la solución técnica exigida por el órgano público competente y en la
forma que establezca la ley; las conductas y actividades consideradas lesivas al medio ambiente sujetan a los
infractores, personas físicas o jurídicas, a sanciones penales y administrativas, independientemente de la
obligación de reparar el daño causado; la Floresta Amazónica brasileña, la Mata Atlántica, la Sierra del Mar,
el Pantanal Mato-Grossense y la zona Costera son patrimonio nacional, y su utilización se hará en la forma
que determine la ley, dentro de las condiciones que aseguren la preservación del medio ambiente,
incluyendo lo referente al uso de los recursos naturales; son indisponibles las tierras desocupadas o las
adquiridas por los Estados, a través de acciones discriminatorias, necesarias para la protección de los
ecosistemas naturales; y finalmente aquellas fábricas que operen con reactor nuclear deberán tener su
localización definida por ley federal, sin la cual no podrán instalarse.
Podría pensarse que la Constitución brasileña incurre en la misma deficiencia que las Constituciones de
Portugal y España, por establecer este artículo en el Título sobre el orden social y no en el de los derechos y
deberes individuales y colectivos. No obstante, se trata de un derecho subjetivo.
Con la reseña anterior, que no pretende ser exhaustiva, hemos querido representar la evolución de la
protección ambiental que se ha presentado en materia constitucional, de ésta podemos ver cómo el
derecho a un medio ambiente se ha venido constituyendo como un derecho subjetivo, y por otra, que el
ambiente asume la posición de un bien jurídicamente tutelado con cierta autonomía respecto a
determinados objetivos antropogénicos.
Atrás de la paulatina transformación Constitucional que se observa puede advertirse un cambio ético,
económico y jurídico del enfoque con que se aborda la cuestión ambiental, como dice MADDALENA.
En el plano ético, se apostaba por el principio antropocéntrico, éste afirma que el derecho está para servir al
hombre, sin embargo, por la amenaza para los equilibrios ecológicos que representan las libertades y
prerrogativas así concebidos, se ha venido construyendo un principio radicalmente diferente, el principio
biocéntrico, el cual considera al hombre, no como un ser apartado de la naturaleza, sino formando también
parte de ésta, por lo que ambos tienen valor. En el plano económico, el sistema productivo no es más un
sistema abierto pues no se pueden extraer recursos y expedir desechos ilimitadamente. Los primeros
avances están a la vista. Se ha reconocido constitucionalmente, por una parte, el derecho al medio ambiente
y el deber de los particulares y el Estado a conservarlo, y por la otra, su calidad de bien jurídico tutelado con
notoria autonomía de fines directamente antropogénicos.
Así, existen diversos instrumentos internacionales que regulan temas relativos al medio ambiente:
1. Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano (1972). Deriva de la primera gran
conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre cuestiones ambientales internacionales. En
dicha conferencia se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre el medio ambiente y el
desarrollo, un plan de acción con 109 recomendaciones y una resolución. La importancia de este
documento, aún y cuando es sólo una declaración, radica en que se considera fundamental en la cultura
internacional sobre el medio ambiente.
2. Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan el Ozono (1987). Formulado para proteger la
capa de ozono reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias que según múltiples
estudios, reaccionan con el ozono y se cree que son responsables del agotamiento de la capa de ozono. Si
todos los países cumplen con los objetivos propuestos dentro de este instrumento, la capa de ozono se
podría recuperar para el año 2050. Este Protocolo ha sido ratificado por 197 países.
3. Protocolo de Río de Janeiro (1992). Es resultado de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro,
Brasil. Se aprobaron 3 grandes acuerdos: El Programa 21, un plan de acción mundial que tiene como
finalidad metas ambientales y de desarrollo en el siglo XXI; la Declaración de Río, en el cual se definen los
derechos y obligaciones de los Estados y la Convención sobre el Cambio Climático.
La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, sostuvo que “los seres humanos constituyen
el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida
saludable y productiva en armonía con la naturaleza. Para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del
medio ambiente debe ser parte del proceso de desarrollo y no puede ser considerado por separado”.
Por su parte, la Convención sobre Cambio Climático afirmó la necesidad de reducir emisiones de gases
efecto invernadero que condujo a la firma en 1997 del Protocolo de Kyoto.
4. Protocolo de Kyoto (2005). Parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Este instrumento establece metas cuantitativas específicas para la reducción de emisiones de gases efecto
invernadero. El Protocolo establece, entre otras cosas una serie de mecanismos para promover el desarrollo
sustentable en los países en desarrollo, tales como el Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL).