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TRATADO LATINOAMERICANO

DE SOCIOLOGÍA

ENRIQUE DE LA GARZA TOLEDO


(Coord.)

J.S. Barbosa Cavalcanti Brígida García Antonio Murga Frassinetti


Mario Bassols Ricárdez Marcela A. Hemández Romo Florencia Peña Saint-Martin
Mónica Isabel Bendini Carlos lllades Abel Pérez Ruiz
Daniel B. Comfield Sara Maria Lara Flores María de los Ángeles Pozas
Femando Cortés Marco Antonio Leyva Javier Rodríguez
Angélica Cuéllar Vázquez Oliva López Arellano Vania Salles
Orlandina de Otiveira Luis Montaño Hirose Sergio Sánchez Díaz
Joseph Ferraro Hugo Zemetman

• ANTt-l~OPOS
~ UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA
~ tJCW>et\l'JlltAM Oriimi•On:1111S...r,..,,.......
TRATADO latinoamericano de Sociología I Enrique de la Garza Toledo,
PRESENTACIÓN
coordinador. - Rub! (Barcelona) : Anthropos Editorial ; México : Universidad
Autónoma Metropolitana - lztapalapa, 2006
318 p.; 24 cm. - (Obras generales)

Bibliogralfas
ISBN 84-7658-778-3

1. Sociología - América Latina J. La Garza Toledo. Enrique de 11. Uni\'ersidad


Autónoma Metropolitana . lztapalapa. Div. Ckncias Sociales y Humanidades
(Mtxico) m. Colección
316 (718)

En los países desarrollados hay una gran cantidad de manuales de sociología que tratan de
dar cuenta de Jos avances recientes en Ja disciplina (Ritzer, 2001; Seidman y Alexander, 2001;
Bergery Zelditch, 2002; Gane, 2004), otros más antiguos que contemplaron las grandes trans-
formaciones de los ochenta (Giddens yTurner, 1990; Alexander, 1989). Lo común es que estos
recuentos sean por grandes comentes teóricas -funcionalismo, marxismo, etc.-, o bien
temáticas nuevas que involucran teorias diversas -g)obalización, nueva dependencia,
etnicidad, masculinidad, etc. Nosotros hemos escogido un camino más convencional pero
que implica retos importantes, el de la división por grandes espacios de las relaciones sociales
- rural, urbana, política, etc. El reto estriba en que estos espacios de relaciones sociales son
abordados hoy de manera multidisciplinaria y, en esta medida, cabe Ja pregunta de cuál es el
aporte del enfoque sociológico al económico, aJ politico, aJ antropológico, etc. Esta forma de
cortar a Ja Sociología como disciplina obedece también a la formación en Ja práctica de
subespecialidades, comúnmente con relaciones multidisciplinarias, pero igualmente espe-
ciaJizadas en Ja realidad del desarrollo de Ja Sociología. Es decir, el presente texto no obedece
a una división por grandes comentes teóricas, corte que es posible encontrar en muchos
Handbooks de Sociología en los pafses desarrollados, sino por subdisciplinas especializadas
Primera edición: 2006
de la Sociología.
© Enrique de la Garza Toledo et alii, 2006 Por otra parte, la Sociología sobre todo se ha constituido en los países desarrollados, a
© UAM - lztapalapa. División de Ciencias Sociales y Humanidades, 2006 pesar de que regiones como América Latina han tenido épocas brillantes de creación teórica
© Anthropos Editorial, 2006 como el llamado período de la Dependencia ya pasado, no obstante el período más brillante
Edita: Anthropos Editorial. Rubí (Barcelona)
www.anthropos-editorial.com
del pensamiento sociológico latinoamericano. Desde Jos años ochenta en América Latina no
En coedición con la División de Ciencias Sociales y Humanidades. hay en general Ja creación de paradigmas de la extensión de las teorías de la Dependencia, no
Universidad Autónoma Metropolitana - lztapalapa. México obstante que la investigación social se ha profesionaJizado más y Ja interacción con Teorias,
ISBN: 84-7658-778-3 métodos, técnicas y problemas de los países desarrollados es más intensa que nunca, de tal
Depósito legal: B. 25.930-2006 forma que en los últimos 20 años Jos resultados empíricos y las polémicas teóricas retomadas
Diseño, realización y coordinación: Anthropos Editorial desde Ja mirada de América Latina han prosperado en generaJ en cada una de las sociologías
(Nariño, S.L.), Rubí. Tel.: 93 6972296 /Fax: 93 5872661 especiaJizadas que tratamos en este libro. Es decir, la organización generaJ de Jos capítulos,
Impresión: Novagrafik. Vivaldi , 5. Monteada i Reixac
con excepción del primero y el segundo, que se refieren a problemas de Ja Teoria Social y la
Impreso en España - Printed in Spain Metodología en el sentido internacional, tiene una estructura en Ja que se tratan en una
primera parte las comentes actuales, polémicas y problemas de la subdisciplina a rúvel in-
Todos los derechos rcscn·ado$. Esta publicación no puede ser rcprodudda, ni en todo ni en parte. ni regjs(rada en, o m1n~midda po1: un ternacional, en la segunda se sintetiza el estado del arte de la producción y debates latinoa-
sistema de recuperación de infonnación. en ninguna forma ni ¡x>r ningún medio, sea mecánico, fotoqubni<:o, eLcctrónico, magn~1ico.
e1ectroópttc:o. p)T f04ocopia, o cualquier otro. sin el pcnniso previo por escrito de la cdirofiaJ. mericanos en esa temática. Esta primera caracteóstica apunta a un primer nivel de origina-
La familia y el trabajo: principales enfoques teóricos...

critica la importancia otorgada al concepto de roles masculinos y femeninos dentro de las


CAPÍTULO X familias, haciendo hincapié en la centralidad del rol ocupacional en el caso de los varones
dado nu:stro objeto de estudi?. Acontinuación examinamos algunas líneas de investigació~
de los anos setenta que tambJén partían de una diferenciación nitida de ámbitos de acción
LA FAMILIA Y EL TRABAJO: entre hombres y mujeres, tanto dentro de las unidades domésticas como en el mercado de
PRINCIPALES ENFOQUES TEÓRICOS trabajo. Dado que Jos condicionamientos familiares estaban - y siguen estando- presentes
en mayor medida en la explicación de la participación económica femenina, nos detenemos
E INVESTIGACIONES SOCIODEMOGRÁFICAS al final de i:ste a~do en ejemplos especlficos de este tipo de abordaje, el cual ha dejado
una huella mcuestionable en momentos posteriores.
Enseguida nos detenemos en el enfoque sobre estrategias familiares de sobrevivencia o
Brígida García reproducción: el cual tie~e ant~edentes conceptuales y disciplinarios muy variados, y ganó
auge en México y Aménca Latina en los años setenta y ochenta cuando se hicieron más
Orlandina de O/iveira evidentes los límites de 1~. modelos de desarroUo basados en la sustitución de importaci~
nes, y cuando estalló la cns1s de la deuda y la subsecuente búsqueda de modelos alternativos.
Al desarrollo de este enfoque han contribuido los estudios sobre pobreza urbana los referi-
dos a la reproducción del campesinado, asr como la reflexión más amplia sobre ~roducción
y_reprodu~i.ón social ~ue hace énfasis en la relación entre el sistema económico y las rela-
ciones fam~~res en difere~te_s clases sociales. Exploramos en este contexto las posiciones
sobre la fa~1a como med1ac1ón, como unidad de análisis, as! como la importancia otorga-
Introducción da al ~on1u.nto de, los compo_r1amientos econ_ómicos familiares en la búsqueda de la
~breVJvenoa comun. A~ompanam~ esta ~fl~ón con una síntesis de algunos de los prin-
La familia y el trabajo consli1uyen ejes fundameniales de reflexión) análisis en una amplia cipales ~tad~ obtenidos por las mvest:1gac1ones sobre esirategias o sobre participación
gama de enfoques teóricos e investigaciones sobre las sociedades contemporáneas. El pro- econ?nuca familiar, asf como por una recapitulación sobre debates metodológicos y la perti·
pósito de este capítulo es examinar la trayectoria de los principales desarrollos teóricos en nenc1a de diversas unidades de análisis.
estos temas, pero al mismo tiempo bosquejar el camino recorrido por los estudios llevados a . . En un tercer apartado nos detenemos en la perspectiva de género y sus aportes al enten·
cabo en México y América Latina en las últimas décadas del siglo XX. Este diálogo entre d1m1ento d~ las relaciones entre la familia y el trabajo. La perspectiva de género ha permiti·
teoria e investigación concreta es importante, porque en ocasiones esta última sigue trayec· do profund1~ en la _naturaleza asimétrica de las relaciones familiares y redefinir el concep-
tos independientes, o es posible que responda a preocupaciones y planteamientos de enfo· to de traba10 para mclu1r no solamente las actividades productivas, sino también las
ques desarrollados en dis1intos contextos o periodos históricos. reproductivas referidas a las tareas domésticas y al cuidado de los hijos e hijas. Señalamos
Lejos de pretender i.cr exhaustivas, estamos más bien interesadas en delinear las pers- los aportes _d~ ~gunas investi_gaci?nes clave orientadas bajo esta perspectiva, y nos detene-
pectivas teóricas e inves1igaciones que a nuestro parecer han tenido mayor impacto en el mos _e~ un ~c10 en las conmbuc1ones referentes al trabajo doméstico, su conceptuación y
quehacer socioeconómico y demográfico, y enmarcarlas en el contexto económico y social en medición, as1 como en los nuevos estudios sobre paternidad, los cuales cobran sentido en un
el cual surgen, permanecen o desaparecen. Nos importan las relaciones entre el ámbito del contexto de escasez de empleos y precarización de los existentes.
mercado de trabajo y el ámbito familiar. y de manera particular la relevancia de la dimensión En una parte final señalamos la confluencia de diferentes enfoques teóricos y la manera
del trabajo en la teoiización sobre Ja familia, el significado atribuido a los diferentes tipos de en ~ue _esto pe~ite_ retomar criticamente conceptos como riesgo, vulnerabilidad social y
actividades que llevan a cabo sus integrantes, así como la relevancia de la composición y desmstJtuc1onalizac16n, para entender los cambios laborales y familiares que acompañan al
tamaño de las unidades domésticas para entender la conformación de la oferta de fuerza de nuevo modelo de desarrollo vigente en nuestra región. Dedicamos atención a la diversifica-
trabajo. Desde el punto de vista metodológico, destacaremos las distintas posiciones sobre las ción de los arreglos familiares, en particular a los hogares con jefatura femenina. Retomamos
unidades de análisis más pertinentes. El énfasis en los individuos (hombres y mujeres de la discusión sobre la posible vulnerabilidad que los afecta en un contexto de vulnerabilidad
distintas generaciones) o en las familias en su conjunto, nos remite a diferentes perspectivas generalizada~ tanto en las unidades domésticas como en el mercado de trabajo. También
analíticas sobre la relación entre los individuos y las instituciones sociales, asf como a distin· buscamos senalar los avances en el conocimiento sobre otras dimensiones de Ja vida fami-
tas visiones sobre la desigualdad presente en las· relaciones familiares. Además, haremos hin· liar,_ tales ~mo la t~ma d~ deci~iones importantes, el control de la libertad de movimientos y
ca pié en el carácter cuantitativo o cualitativo de las diferentes investigaciones y destacaremos la V1olenc1a doméstica, dunens1ones que pueden verse afectadas por los cambios en las acti·
el uso de varias fuentes, así como el diseño de levantamientos de datos específicos.' vidades económicas y en el trabajo doméstico de hombres y mujeres. Hacemos mención
En una primera sección revisamos las miradas funcionalistas sobre la familia, las cua- especial ~e _los estudios que profundizan en las repercusiones del trabajo femenino
les tuvieron gran influencia en la segunda mitad del siglo XX. Analizamos en forma somera y ~domestico sobre las fonnas de convivencia familiar y en aquellos que buscan las vincu-
laciones entre trayectorias familiares y laborales.
1. Salvo indicación en S<'nlidocontrario, en este 1e>10 ucilizamos de manera incercambiablr ~ cénninos de famj.
lia, hogar y unidad dom~sllca, pues nuestro objeco de e>tud10 son las familias rcsidenciaks que usualme:nte comparlen
un presupuesto común.

TRATAOO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA 149


Brígida García, Orlandina de Olive1ra La família y el trabajo: principales enfoques teóricos ...

la visión funcionalista sobre los roles masculinos y femeninos y las principales rias, pero existe un irn,1X>rtan1e núcleo de familias extensas que no ha desaparecido a lo
líneas en la década de los setenta largo del tiempo.3
En lo concerniente a las relaciones entre la familia y el trabajo, muchas de las investiga-
Las perspectivas funcionalistas sobre la sociedad y la familia se consideran a menudo inade- ciones latinoamericanas llevadas a cabo en los años setenta también descansaban en una vi-
cuadas o limitadas para dar cuenta de la realidad de México v América Latina. No obstante, sión donde las mujeres estarían básicamente dedicadas a la crianza de los hijos y a las tareas
conviene destacar como punto de partida algunas de sus pre;rusas centrales, que implícita o hogareñas, y los hombres ocupados en el mercado de trabajo. En estas décadas las familias
explícitamente fueron retomadas o rechazadas JX>r muchos estudios de los años setenta que eran generalmente de tamaño grande, puesto que nuestros países experimentaban apenas la
buscaban establecer las conc~iones entre la familia, el trabajo y las transformaciones socia- primera etapa de la transición demográfica, donde Ja mortalidad habla descendido, pero no
les más amplias. así las pautas de fecundidad. En términos económicos, en los años cincuenta y sesenta se
Uno de los postulados centrales de las teoóas funcionalistas sobre Ja familia era una habla acelerado la industrialiración por su.~titución de importaciones, así como el proceso de
división nítida de roles, de esferas de actividad, entre hombres y mujeres dentro de Ja familia urbanii.ación y la ampliación de Jos sectores de trabajadores asalariados, principalmente mas-
Yen la sociedad más amplia. Estos JX>Stulados tuvieron una influencia significativa en la culinos. Los temas laborales que preferentemente acaparaban Ja atención de los especialistas
investigación llevada a cabo en diversas partes del mundo en la segunda mitad del siglo x:x. eran el grado de dinamismo y las características del empleo industrial, los cambios en las
Parsons planteaba que a medida que la sociedad evolucionaba tenía lugar un proceso de fonnas de organización de la producción, Ja heterogeneidad del sector terciario y Ja expansión
diferenciación estn1ctural que llevaba a instituciones como Ja familia a especializarse en de sus ramas más o menos vinculadas al proceso de industrialiración, asf como Ja migración a
funciones particulares. Las funciones familiares básicas en la sociedad industrial moderna las grandes ciudades y las diferencias regionales en la participación económica, en las cuales
serian las de socialización de los hijos y las de estabilización y a,IX)yo emocional para las figuraban Jos varones como actores centrales (véase García y Oliveira, 1994).
personalidades adultas. Cada sexo y generación desempeñaóan roles diferenciados en la Aunque Ja presencia económica de las mujeres en esos años era reducida, Jos estudios
familia, los hombres se ubicruian en el eje instrumental y las mujeres en el expresivo, los que buscaban explicar dicha presencia la vinculaban estrechamente con el desempeño fami-
adultos seóan los lfderes y los menores los seguidores. El proceso de industrialización traería liar. Es importante aclarar que esta es una perspectiva siempre presente en la investigación
también aparejada la nuclearización de las familias, y esto llevaría a que estas se mantuvie- sobre Ja fuerza de trabajo femenina, y que alrededor de estos años se sentaron bases teóricas
sen aisladas de las familias de origen. Se descansaría en valores como el universalismo y el y metodológicas que se han constituido en referencias necesarias para estudios sobre mo-
logro individual, y las principales obligaciones se estableceóan entre los esposos y entre mentos históricos distintos donde la participación económica de las mujeres es mucho más
éstos y los hijos. 2 pronunciada (véase Rendón y Pedrero, 1976; Wainerman y Recchni de Lattes, 1981).4
Para los fines de este capitulo interesa destacar que para Parsons eran sólo Jos varo- Había por Jo menos dos formas en las cuales los condicionamientos familiares estaban y
nes los que predominantemente desempeñaban los roles ocupacionales, y que denomina- siguen estando presentes en Ja explicación de Ja actividad económica femenina. Por un lado, se
ba a estos roles como instrumentales JX>rque permitían vincular a Ja familia con el mundo indicaba que Ja concentración de mujeres trabajadoras en ciertas ocupaciones se explicaba
exterior: A las mujeres, por su parte, las visualizaba centradas en sus roles expresivos, pero porque estas son prolongaciones de las actividades hogareñas, es decir, se SUJX>nía impllcita-
también dedicadas a tareas culturales y arreglos personales que les permitían reforzar este mente que las calificaciones obtenidas en el ámbito doméstico facilitaóan el desempeño de
tipo de roles. El trabajo desarrollado en Ja casa lo percibía como cada vez más ciertas actividades económicas. Éste serla el caso, por ejemplo, de la presencia femenina en el
profesionalizado, objeto de cursos fonnales, libros y revistas, Jos cuales no sólo tocaban sector terciario de Ja economía, sobre todo en actividades de preparación y venta de alimentos,
tareas como la cocina y la limpieza, sino el aspecto crucial de las relaciones humanas. En enseñanza primaria y jardines de niños, asistencia médico-social, servicios de aseo y limpieza
lo que respecta a la actividad económica, Parsons también indicaba que las mujeres llega- y servicios domésticos. También podría ser considerada como extensión de Ja actividad do-
ban a tener empleos cuando la crianza terminaba, pero concebía a estos trabajos como méstica Ja participación femenina en las industrias intensivas en mano de obra dedicadas a la
fuente de ingresos suplementarios para el hogar y no carreras ocupacionales como en el fabricación de prendas de vestir; productos alimenticios, calzado, o en ramas económicas eléc-
caso masculino. oicas o electrónicas donde las mujeres aplicarian la destreza manual y la minuciosidad que
Los planteamientos anteriores básicamente resJX>ndían a Ja realidad de las familias supuestamente las caracterizarla en el desempeño de las tareas femeninas o del hogar.
norteamericanas de clase media de la primera mitad del siglo pasado, y Parsons ha sido Por otro lado, desde los estudios pioneros sobre la participación económica femenina,
fuertemente criticado por esta teoóa sobre la familia que podía ser entendida como univer- es usual incorporar aspectos como Ja edad, el estado civil y el número de hijos como
sal y que le restaba importancia a los distintos desarrollos históricos y a Ja heterogeneidad condicionamientos familiares de dicha participación. En los años setenta, se hacia especial
social. Fuera de la familia no contemplaba Ja existencia de clases, estratos, etnias, comuni- hincapié en la importancia de algunos de estos factores como inhibidores de Ja participación
dades; el énfasis estaba puesto en Ja armonía y en el equilibrio, y no en las disfunciones y
las contradicciones (Morgan, 1975). La idea de la familia nuclear aislada es particularmen-
te ajena a sociedades como las latinoamericanas, donde las unidades domésticas nucleares 3. Véase García y Rojas (2002). Los historiadores y dcmógrafos de la familia también han cuestionado el plantea-
frecuentemente entablan un sinnúmero de redes de interconexión y apoyo con parientes y miento de que fue el proceso de industrialización el que dio lugar a la nuclearización de la familia (en sus diferentes
vecinos. Además, en nuestro contexto, las familias nucleares son ciertamente mayorita- vertientes). Las condiciones demogrificas de alta monalidad habñan hecho poco fllctible la convivencia de varias
generaciones bajo un mismo techo para una gran parte de la población (~ la$1eu, l 977).
4. Como es conocido, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo dista mucho de ser un proceso lineal
en el transcurso del desarrollo económico. En etapas iniciales de los procesos de industrialización, o en muchas socie-
2. Vbse Parsons, l9ó4 y 19644; Parsons y Bales, 1956, y el importante análisis de las teorias f'uncionalistas sobtt dades agrarias, las mujeres también tienen una importante actuacióa económica (para un recuento del panorama
la familia que ~aliza O.HJ. Morpn, 1975. internacional, vbse 0aJt. Yo.* y Anko; 2003; i:-ta el caso de MW<lo, Oli""inl, Atiza y Etemod, 2001).

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Brígida García, Orlandina de Oliveira La tamifta y el trabajo: pnncipales enfoques teóócos...

femenina en el mercado de trabajo. La edad, como indicador del ciclo vital, se relaciona Bajo dichas perspectivas, se rompfa con la idea de una familia universal y se daba más
esLrechamente con las responsabilidades familiares, y se encontraba que en países como los importancia al sistema de producción -y las clases sociales respectivas en momentos históri-
latinoamericanos la mayor panicipación económica de las mujeres 1enfa lugar antes de ca- cos determinados- así como a su vinculación con las relaciones familiares. De este modo se
sarse o tener los hijos, o bien cuando estos hubiesen crecido. En el mismo orden de conside- buscaba abandonar la separación y el aislamiento entre el sistema ocupacional y el sistema de
raciones, se señalaba que las mujeres casadas o unidas tenían menor presencia económica parentesco que postulaba el funcionalismo, y Ja familia y las relaciones que se establecían en
que las solteras, divorciadas o separadas, y finalmente, que las mujeres con hijos pequefios su interior se entendían a panir de la reproducción de las condiciones mateliales de vida en las
enfrentaban mayores restricciones para incorporarse al mercado de trabajo, aunque esto diversas formaciones sociales (Marx, 1973; Godelier, 1967 y Lewin y Rfüeiro, 1982).
también dependía del tipo de actividades que llevasen a cabo, pues unas podrian ser más Algunos autores llegaron a postular que las leyes de reproducción de cada modo de
compatibles que otras con las responsabilidades matemas. 5 producción imponían una estruclura familiar y determinaban de esa manera el comporta-
En términos metodológicos, las investigaciones descansaban en el análisis individual o miento reproductivo, el de panicipación en el mercado de trabajo, el migratorio, el educa-
en los agregados poblacionales. Para estos fines se comenzó a contar en los aiios sesenta y cional (Singer, 1974). Oiros consideraban que la relación entre clases y prácticas sociales
setenta en México y América Latina con datos censales y con encuestas pioneras sobre migra- tendría que ser aprehendida, pues el componamiento familiar o individual no estaría mecá-
ción y mercado de trabajo. En estas fuentes de información el énfasis estaba inicialmente nicamente determinado por las estructuras. Para estos últimos estudiosos la clase se consi-
puesto, una vez más, en el desempeño masculino en estos procesos de cambio que se conside- deraba más bien como una instancia que establecía los límites de posibilidades dentro de los
raban centrales en la modernización de nuestras sociedades. En los análisis llevados a cabo, cuales actuaban las familias y los individuos, y muchos buscaron recuperar en este contexto
fundamentalmente sobre los varones, se prestaba atención a la familia cuando se buscaba ex- conceptos como el de habitus de Pierre Bourdieu que permite proíundizar en la manera en
plicar la adaptación de los migrantes a las grandes ciudades (por ejemplo, el énfasis en las que lo social es capturado por los individuos. 6 Esta visión sobre el desempefio familiar e
redes familiares de apoyo), o cuando se profundizaba en las variables educacionales o de individual en la reproducción de las clases sociales dio pie a la ampliación de las investiga-
origen social que daban cuenta de comportamientos particulares en el mercado de trabajo. ciones sobre las estrategias familiares de sobrevivencia o reproducción (Oliveira, M.C., 1985).
Algunas de estas encuestas llevadas a cabo en México examinaron también los valores mascu- La noción de estrategias de sobrevivencia familiar surgió inicialmente en América Lati-
linos sobre la vida familiar (véase Balán, Browningy Jelín, 1973, para el caso de Monterrey, y na en el contexto de los estudios de pobreza urbana llevados a cabo en la primera mitad de
Muñoz, Oliveira y Stem, 1981, para la Ciudad de México). En lo que toca a Monterrey, había los aiios setenta (véase Duque y Pastrana, 1973; Jelín, 1974 y Lomnitz, 1975). No obstante,
mucho acuerdo entre los entrevistados acerca del papel central del esposo o padre de familia las investigaciones sobre este tema se extendieron rápidamente en el contexto de las reflexio-
como autoridad máxima en la estructura familiar; y pocas dudas acerca de las actividades de nes crfticas mencionadas con anterioridad, y a ello contribuyó también el legado de Jos
las mujeres, principalmente como arnas de casa y peiwnas dedicadas al cuidado de los hijos. estudios sobre la reproducción del campesinado en México y en nuestra región.'
Solamente en los sectores pobres algunos hombres opinaban que la necesidad económica Las estrategias de sobrevivencia o de reproducción remiten de manera similar al conjun-
podía requerir que las mujeres encrasen al mercado de trabajo. to de actividades que desarrollan las unidades domésticas de diferentes sectores socialES para
garantizar su manutención cotidiana y generacional (véase Torrado, 1981; Oliveira y Salles,
1989). La participación económica familiar constituye un componente esencial de las estrate-
Las familias y las estrategias de sobrevlvencia o reproducción. Desde los años gias, y de manera más específica la diversificación de las actividades laborales y Ja intensifica-
setenta hasta los balances actuales ción del tiempo de trabajo. Básicamente la mayoría de autores estaría de acuerdo en que no se
trataría de actividades planeadas de manera consciente, sino de una lógica consLruida por el
Ya hacia mediados de los años setenta se sintieron Jos primeros síntomas de agotamiento del investigador con diferentes tipos de información empírica (en unos casos con más éxito que en
estilo de desarrollo por sustitución de importaciones puesto en práctica por México y los otros), y las que las estrategias encontrarían sus límites en la evolución y caracteristicas del
pafses latinoamericanos. En este contexto se comenzaron a cuestionar los esquemas teóri- mercado de trabajo, así como en las estructuras demográficas de las unidades familiares. Asi-
cos y metodológicos que habían orientado muchas investigaciones sobre el desarrollo CC(}- mismo, en un inicio los aspectos solidarios del grupo doméstico al poner en práctica las estra-
nómico, los niveles de vida, los problemas poblacionales, el mercado de trabajo y la familia. tegias eran los más enfatizados, sobre todo por los estudiosos del campesinado. En un segundo
El paso de la sociedad tradicional a la sociedad moderna postulado por la teoría de la moder- momento se introdujo de manera más explícita el conflicto y la violencia, sobre tocio entre
nización seguía enfrentando numerosos escollos. Según algunos autores, grandes sectores aquellos que buscaban destacar el papel de las mujeres en la reproducción cotidiana, especial-
de la sociedad eran marginales a ese proceso y no conseguían ser incorporados. Según otros, mente en los aiios ochenta. Actualmente muchosestarian de acuerdo en que también las estra-
seguían siendo fuertemente explotados y había que recurrir a teorlas y esquemas
interpretativos que hiciesen hincapié en las leyes fundamentales de las sociedades capitalis-
tas, como los denominados histórico-estructurales, de inspiración marxista. Aquí se partía
6. Por /uJbitus. Bourdieu entiende un si5tcma de disposiciones con componemcs inconscientes que mienta las prác-
de una concepción de lo social como un todo estructurado en clases y no como una ticas ele lo. sujetos y confiere a las mismas una oohen:ncía no intencional (Bourdieu. 1979; OUVl:lra y Salles, 2000} Véanse
interrelación funcional entre diferentes esferas de actividad. también las aponaciones de Anthony Giddens sobre la relación entre individuo y estructura social (Gíddens, 1976, 1979).
En torno a las diferentes perspectivas de la familia como mediación. habría que ~rse en Jos trabajos de Montali y
l..opcsPawra.1982;ManinsRodrigues, 1982; Pn.eworski, 1982; García, Muño2yOlivcira, 1982yZemelman. l982.
7. Vbse Pepin l..ehalleur Y Rendón. 1989 y Cortés y Cuél.lai; 1990. Antca.dentes mú ¡cncralcs de la noción de
S. En allos mAs recialtes ha sido~ que es10S ooodiciooantes pufden variar en eupas de crisis o de expan- tslnlttgias familiares pueden ser también encontrados entre los historiadores económicos {por e~mplo en d tnbajo de
sión económica. y se ha sofisticado bestanie desde la perspediva metodológ;ca d di.sello de indicadon:s, as1 como d 1illyy Scoo, 1978). yen la misma obra de Bou~ (múespecíficameniemsusestudios sobre lasestr.uqjas matri·
O"atamiento esladl.stico de los rondicionamientos famlhara (.tase d recuento de Ollveira. ElmlOd y L6pe2. 1999). moruales, ~ BourdiaJ. 1976).

..,., TQ6T6no 1 ATINl'IAUl'Rlf:ANO nF ~IOLOOIA TRATADO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA 153


Brfgida Garr:ía, Orlandina de O/tve1ra La familia y el trabajo: principales enfoques teóricos-.

tegias individuales deben ser tenidas en cuenta, a la vez que se plantea que no todos los com- Balances recientes sobre la eficacia de la participación económica familiar para ob-
portamientos responden a estrategias, o que estas pueden no contrarrestar efectos económicos tener recursos monetarios a nivel de la región latinoamericana, han puesto de manifiesto
y sociales adversos o agotarse ante distintos tipos de circunstancias.• para un conjunto más amplio de países la manera en que esta depende de las oportunida-
Las investigaciones sobre estmtegias familiares (o aquellas que sólo se circunscriben a des disponibles en el mercado laboral -tal y como se ha hecho evidente con las recurren·
la participación económica familiar) están principalmente encaminadas a demostrar las tes crisis económicas- así como de la estructura demográfica de las familias. A pesar de
contribuciones de los diferentes miembros (hombres, mujeres, hijos) a Ja meta de los cambios demográficos que han contribuido a reducir en el momento presente la tasa
sobrevivencia o reproducción común. lmplfcitamente se parte de que los distintos integran- de dependencia de los hogares y han facilitado la participación económica femenina, y de
tes de las familias se desempeñan preferentemente en diferentes ámbitos de acción (los hom- las políticas sociales focalizadas de combate a la pobreza, las familias pobres, en particu·
bres en el mercado de trabajo, las mujeres en las tareas domésticas, los jóvenes en la escue- lar las extensas, no han podido contrarrestar los efectos perversos de las políticas econó-
la); sin embargo, se plantea que dichos ámbitos pueden variar dentro de ciertos márgenes micas sobre su calidad de vida (véase González de la Rocha, 2001; Atiza y Oliveira. 2004a;
cuando se cuenta con medios de producción o de prestación de servicios, o depender de la Arriagada, 2004).
estructura del mercado de trabajo o de la composición demográfica familiar. En lo que se refiere a los aspectos metodológicos y técnicos, muchos estudios sobre
Por ejemplo, en las investigaciones llevadas a cabo en México y Brasil en los años setenta estrategias o sobre participación económica familiar han insistido en la necesidad de caro·
y principios de los ochenta se demostró que los productores agricolas y los trabajadores por biar la unidad de análisis de los individuos a las familias o los hogares. Bajo esta perspectiva,
cuenta propia presentaban un grado de participación económica familiar superior a los asala- la oferta de mano de obra deja de ser un agregado de personas aisladas y pasa a analizarse
riados, en gran parte debido al trabajo extradoméstico de mujeres adultas y de varones adoles- como la situación experimentada por un conjunto de individuos que, al compartir un hogar,
centes que desempeñaban en gran medida ocupaciones por cuenta propia. Además, eran los organiza su reproducción cotidiana y generacional de forma conjunta. De esta manera se da
hogares no nucleares (extensos y compuestos) y aquellos en etapas más avanzadas del ciclo de pie al diseño de indicadores económicos y demográficos a nivel familiar con el fin de obser·
vida los que también presentaban niveles más elevados de participación económica, al igual var las transformaciones objeto de atención durante periodos críticos de las economías na·
que las unidades con jefatura femenina, en comparación con las encabezadas por varones. cionales. A veces no sólo se trata de documentar los cambios que tienen Jugaren Ja presencia
Finalmente, también se presentaban variaciones en la influencia de los aspectos económicos y en el mercado de trabajo de los integrantes de los bogares, sino de explorar las implicaciones
demográficos mencionados cuando se comparaban ciudades caracterizadas por mercados de esta participación económica para la heterogeneidad u homogeneidad social de las uni-
laborales dinámicos o estancados (Garcfa, Mufioz y Oliveira, 1982 y 1989; Zúñiga eJ alii, 1986). dades domésticas, y por ende para la reproducción de los diferentes sectores sociales (véase
Ya adentrados en los años ochenta, cuando las manifestaciones de la cris.is de la deuda la argumentación en este sentido en García, Muñoz y Oliveira, 1982).
latinoamericana se tomaron más visibles y se comenzaron a dar los primeros pasos para Más aUá de los diversos aspectos relacionados con el mercado de trabajo, varias inves-
reorientar los modelos de desarrollo, los estudios sobre estrategias de sobrevivencia urbanas tigaciones sobre estrategias de corte cualitativo y cuantitativo han profundizado en las mo-
y rurales coincidieron en sefialar que las familias contrarrestaron el descenso en los niveles dificaciones de los patrones de consumo (costos de los alimentos consumidos en diferentes
de vida aumentando el número de sus integrantes en el mercado de trabajo (véase García, B., momentos, frecuencia de Ja alimentación, tipo de proteínas vegetales o animales que están
1998). Existe evidencia empírica de que en países como México, Chile y Uruguay las familias más presentes en las dietas diarias, importancia de Ja producción de subsistencia), en las
más desposeídas intentaron utilizar en mayor medida su fuerza de trabajo femenina, joven redes sociales de apoyo (pennanencia, importancia, etapa del ciclo doméstico en que están
de ambos sexos, y aun de edades avanzadas, y en muchos casos lo lograron, retroal.imentando más presentes, tipo de personas que interactúan), en fenómenos como la autoconstrucción
las ocupaciones más precarias, informales, eventuales. sin establecimientos fijos. de la vivienda, la migración interna e internacional y finalmente en los cambios en las es·
En el caso de Chile, se argumenta que estas estrategias no fueron muy exitosas, debido tructuras demográficas y en el ciclo de vida (fonnación de familias extensas, incorporación
a los altos niveles de desempleo abierto en los años de mayor crisis (Pollack, 1990). Por el o salida de nuevos miembros, principalmente). Las fuentes de información en estos casos,
contrario, en el caso de México, donde los niveles de desempleo abieno no han sido hasta asf como en aquellos que hacen hincapié en el mercado de trabajo, son encuestas de diversos
ahora muy elevados, varios estudios han demostrado que el aumento de los perceptores de tipos (ingreso-gasto, consumo, empleo, fecundidad), aunque también están presentes las
ingreso por hogar en algunos de los estratos poblacionales más pobres contrarrestó en cierta investigaciones basadas en el análisis cualitativo de pocas familias. Lo más frecuente son Jos
medida la caída en su nivel de vida, y en términos más generales la tendencia hacia una estudios de tipo transversal, pero ya en los años ochenta se contaba también con algunos
mayor desigualdad en el ingreso nacional (Tuirán, 1993; Cortés y Rubalcava, 1990; Cortés, análisis cuantitativos basados en paneles o con investigaciones cualitativas que les dieron
1995 y 2000). En Jo que toca a Uruguay, se ha indicado que si no fuera por la participación seguimiento a pequeños grupos de unidades domésticas (para el caso de México, véase
económica de las esposas, el porcentaje de hogares pobres en los afios ochenta hubiera au· González de Ja Rocha, 1991; Tu irán, 1993).
mentado entre dos y tres veces más (Kaztman, 1993).9

La perspectiva de género en el estudio de la familia y el trabajo


8. WascTonado, J98J;GoruálezdelaRocha, J986;PagcMochetalii, 1987;0liveiraySalles, 1989; PepinLehalleur
y Rendón, 1989; Cortés y Cuéllar, 1990; Gonúlez de la Rocha, Escobar y Maní11CZ. 1990; S.lbytl alii, 1990; Chant,
1991; Tuirán, 1993; Garda y OliYeira, J994; Ariza y Olivclra 2004a. enin otros. En los últimos lustros del siglo XX, los análisis sobre el mundo familiar en sus múltiples
9. Hay que tener en cuenta que no todo el incremento en la participación económica femenina en estos allos fue relaciones con el ámbito del trabajo presentaron un matiz distinto. El desarrollo de Ja pers-
estimulado por las necesidadesC<lOnórnlcasde las familias mú pobres. También ha tenido Jugaren nuestros paJsesun pectiva de género contribuyó a minar aún más los supuestos funcionalistas al ahondar en los
aumento de más largo alcanoc en la escolaridad fcmcruna, fcnómmo que aunado al descenso de la fecundidad y a las
cuestionamientos sobre la visión dualista de lo público y lo privado, la cultura y la naturale-
transformaciones en los mercados de trabajo, ha impulsado el trabajo ~~tico de las mujeres n"5 calificadas
(~ Pacheco y Blanco, 2004). za, la sociedad y la familia. Este esfuerzo analítico permitió profundizar en las relaciones

TRATADO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA 155


Brígida García, Orlandina de Olive1ra la familia y el trabajo: principales enfoques teóricos ...

entre la familia, el estado v el mercado, así como conceptuar las relaciones intrafamiliares exponiendo ideas progresistas para defender la igualdad entre hombres y mujeres, en la prác-
como relaciones de poder.'º tica toman decisiones teniendo en cuenta solamente sus intereses personales, o las opiniones
En México y América Laúna, la perspecúva de género ha contribuido a hacer más de mujeres de sectores populares que, aunque participen activamente en la manutención de
visible la diversidad de arreglos familiares (arreglos monoparenia.les, unidades unipersonales, sus familias, siguen afumando que sus cónyuges son los proveedores exclusivos de sus hogares
familias con varios provecdo!'C!>), y a centrar el interés en la dinámica interna de las unidades (García y Oliveira, 1994; Vivas Mendoza, 1996; Oliveira, Etemod y López, 1999 y Blanco y
domésticas caracterizada por las asimetrías y conflictos entre géneros y generaciones. De Pacheco, 2002).12
esta manera ha contribuido a erosionar el modelo ideal de familia nuclear con roles diferen- En el ámbito del trabajo, los estudios sobre las acth~dadcs reproductivas (trabajo do-
ciados y sin contradicciones - tan central en los enfoques funcionalistas-, as! como el mo- méstico y cuidado de los hijos) merecen un destaque parúcular. Según nos indica de Barbieri
delo de familia caracterizado por relaciones solidarias cuyos miembros comparten derechos ( 1984, 1989) en sus textos pioneros en Chile y México, en las im·estigaciones iniciales sobre
y responsabilidades en búsqueda de un interés común. trabajo doméstico se reconocía como punto de partida que el debate sobre este tema había
Los avances conceplualcs en la perspectiva de género han llevado a delimitar ámbitos sido llevado a cabo en gran medida en los países desarrollados, e impulsado por el movi-
de la dinámica familiar que debclian ser objeto de atención particular. Algunos de los más miento de mujeres. Dicho debate tuvo sus mejores momentos en los años setenta y luego
importantes son la división del irabajo en el interior de las unidades domésticas (parúcipa- hubo resurgimientos de menor intensidad. Las diferencias de opinión eran muy marcadas;
ción económica, percepción de ingresos, aportaciones, trabajo doméstico, cuidado de los se utilizaban las categorías marxistas para debatir si el trabajo domésúco creaba o no valor.
hijos), y las formas de convivencia familiar que básicamente se refieren a las relaciones de si creaba plusvalía o sólo trabajo excedente, si se trataba de un trabajo productivo o impro-
poder (toma de decisiones, control de la libertad de movimiento, violencia doméstica) (García ductivo, si se trataba de trabajo gratuito o si se incluía en él una parte pagada por medio del
y Oliveira, 1994; Oliveira, Etemod y López, 1999). s.alario, si el trabajo excedente que se generaba era apropiado por el capital, los varones,
En un primer momenio habría que llamar la atención para los aportes específicos en ambos o ninguno de los anteriores.ll
tomo a la división del U"abajo familiar. En este ámbito la perspectiva de género ha llevado a Las reflexiones anteriores inspiraron algunos de los primeros trabajos empíricos sobre
redefinir el mismo concepio de trabajo, pues considera como tal, tanto al conjunto de tareas o este tema en México y Améiica Latina, en los cuales se abordaban problemas de conceptuación,
actividades reproductivas que son necesarias para la reposición y manutención de la fuerza de naturaleza y formas de medición del trabajo doméstico. Se trataba de invesúgaciones de pocos
trabajo (trabajo doméstico y cuidado de los hijos), como a las actividades productivas orienta- casos, que buscaron cuantificar las horas de trabajo doméstico llevadas a cabo por mujeres de
das hacia el mercado. Al desarrollar esta conceptuación cobraron más nitidez las asimetrías en diferentes sectores sociales y las características asociadas a esos distintos tipos de desempeño.
la distribución de las cargas existentes en el interior de las familias, y en particular la noción de En algunos de estos estudios se llegó a la conclusión de que faltaba entonces mucho por cono-
la doble jornada permitió analizar la sobrecarga de trabajo de las mujeres." cer en el nivel de la investigación concreta para poder solucionar los problemas teóricos plan-
En lo que concierne a las interrelaciones entre la familia y el mercado de trabajo, la teados con anterioridad (de Barbieri, 1984; Blanco, 1989 y Sánchez Gómez, 1989).
perspectiva de género ha llevado a subrayar que la distribución de las tareas reproductivas En años más recientes, las invesúgaciones sobre trabajo doméstico en México y Améri-
en el interior del ámbito doméstico condiciona y restringe las oportunidades laborales de las ca Latina se han ampliado de manera notoria. A veces continúan basándose en pocos casos,
mujeres. Mucho se había dicho, como ya señalamos. acerca de las ocupaciones femeninas pero también existe una importante coniente que ha centrado su esfuerzo en los problemas
como prolongaciones de las actividades domésticas de producción y prestación de servicios. de estimación de este tipo de trabajo en grandes muestras poblacionales. Se utiliza para este
Pero desde un punto de vista critico la perspecúva de género ha llamado la atención sobre la propósito información sobre mujeres y varones proporcionada por las encuestas de fecundi-
manera en que las destrezas femeninas aprendidas en el desempeño de las tareas de la casa dad, las encuestas nacionales de empleo o de ingreso-gasto, así como los levantamientos
son aprovechadas en la esfera de la producción industrial y de seTVicios, a la vez que son específicos orientados por el enfoque de uso del tiempo. Además, $e han reali1.ado diversos
descalificadas y asumidas como atributos naturales. Al no ser valoradas socialmente, la serie tipos de esfuerzos en el ámbito macroeconómico por precisar la contribución del rrabajo
de calificaciones aprendidas por las mujeres en el hogar no son adecuadamente remunera- doméstico al producto bruto nacional. Este conjunto de estudios ha permitido determinar el
das. Además, la noción de que las mujeres constituyen una mano de obra secundaria (los papel central de las mujeres en la realización del trabajo doméstico y la importancia de esta
varones son los principales proveedores) ayuda a perpetuar la segregación y discriminación actividad para la reproducción de la fuerza de trabajo. Algunos de ellos han cuantificado
salarial (véase Abreu y Sorj, 1993; Ari1..a y Oliveira, 2002). además la sobrecarga de trabajo femenino y estimado el peso de factores tales como la edad,
Varios lustros de investigación orientados por esta perspectiva han respaldado la idea de el estado civil y la escolaridad en el desempeño del trabajo doméstico.,.
que los vfnculos de cooperación, solidruidad y afectividad en las relaciones familiares, también
están signados por asimetrías de poder e inequidades en el acceso a recursos, en la distribu-
ción de las obligaciones y responsabilidades y en el ejercicio de los derechos individuales. El 12. En términos metodológicos. las invest~aciones con perspecliva de género descansaron en un inicio en estrate-
estudio de las vivencias da muestras de las tensiones, conflictos y ambivalencias que coexisten gias cualitativas (o en Ja combinación cualilativa/cuantita1iva). En el momcn10 ooual han proliferado los esfuerzos por
dentro de las fumilias. No obstante, también han sido documentados desfases entre discursos diseñar grandes encuestas sobre la dinámica fomWarcon <1na pe1.,,pectiva de género (por ejemplo, la DJNAF, 19981199<)
y la ENDIREH. 2003. para el caso de México). Gener.1Jmcn1e se pa11e de los individuos mujeres ylu hombres como
y prácticas. Son ejemplos de ellos las opiniones de varones con mayor escolaridad quienes aun unidades de recolección de da1os y análisis. pero se ob1icne y C.\ludia lambién infonnación sobre sus relaciones fami-
liares, asl como una gama muy amplia de aspecto. individuales y con1ex1uales.
13. Había acuerdo en estas co1Tienles de pensamiento, en que el salario del obrero estaba más bien referido al
1O. Vbse Harris. 1981; Thome, 1982; Scon. 1986; Collier y Yanagizako, 1987 y la extensa rcOexión conceptual Y valor de las mercancías que se adquirían en el mercado. pero que era necesalio el 1rabajo doméstico para que éstas
metodológica sobre familia y @énero que~ lleva a cabo en Oliveira. Etemod y ~2. 1999. . pudieran consumirse. Asimismo, se deduela de aqul que la memincla •Íuerl3 de 1rabajo• incluía una cantidad no
11. EstJln disponibles varias mósiones acerca de los es1udios sobre 1rabajo femenino desde una perspectiva de determinada de trabajo oo pagado.
género: Sarti, J985; Bru.chin1, 1994; Kn<cher y Panaia, 1994; Carda Blanco y Pach<=. 1999; Ariza y Oh..,ira. 2002. 14. Véase Pedrero. 1996y 2004;0liveira,Aruay Eimwxl. 1996; Wainmnan, 2000.Casiqu<. 2001yRendónCan,2003.

TRAT4fl01 ATINOAMFRICANO DE SOCIOLOGfA TRATAOO LATINOAMERICANO DE SOCIOlOGIA 157


Brigida García, Orlandina de Ol1veíra La famífia y er trabajo: principales enfoques teóricos...

En el contexto anterior ha quedado claro que la participación de los varones en las labores rasgos distintivos. Según este autor; el proceso de individualización hace a las personas más
reproductivas no es equivalente a la presencia femenina en los mercados de trabajo, pero tam· dependientes de las instituciones (del mercado de trabajo, de la escuela, de las regulaciones,
bién se ha indicado que el involucramiento masculino es mayor en el cuidado de los hijos que de la protección estatal).•• Cuando este proceso ocurre en un contexto de desinstitucion.alii.ación,
en las labores de la casa y esto ha reforzado los estudios sobre las posibles nuevas formas de desregulación o flexibilización del mundo del trabajo, la inestabilidad laboral, la ausencia de
ejercer la paternidad. Una de las cuestiones centrales que se analiza en las investigaciones sobre prestaciones sociales y las probabilidades de desempleo aumentan y. con ello, las situaciones
paternidad es el proceso de cambio de una paternidad fundada principalmente en el ejercicio y Jos sentimientos de riesgo y falta de protección social se incrementan.
de la autoridad y en proveer económicamente, hacia OO"a basada en relaciones de género más En América Latina se retoma el concepto de vulnerabilidad social para caracterizar a
equitativas y orientada hacia una participación más activa, compartida y responsable de los los grupos, familias o individuos que enfrentan situaciones de incertidumbre y de riesgo, y
padres en el cuidado físico y emocional de sus hijos e hijas (Fuller; 2000; Rojas, 2000). sentimientos de indefensión social. La vulnerabilidad social es vista como un rasgo específi-
Las investigaciones recientes sobre paternidad son de corte cualitativo y también cuan- co del nuevo modelo económico que se basa en la economía de libre mercado y en el replie-
titativo y descansan en información proporcionada por los varones. Las cualitativas buscan gue de la función protectora del Estado (Pizarro, 2001 ). Este concepto engloba tanto la inse-
profundizar en los nuevos y viejos significados de la paternidad y la masculinidad en distin- guridad e indefensión que experimentan los individuos, las familias y las comunidades fren-
tos sectores sociales. En las cuantitativas se recurre a métodos estadísticos multivariados te a Jos procesos macroestructurales como la capacidad de ellos de manejar los recursos y las
para precisar los aspectos económicos y demográficos que pueden facilitar u obstaculizar la estrategias necesarias para enfrentarlos o neutralizarlos. Algunos autores enfatizan la caren-
participación de los varones, tanto en el cuidado de Jos hijos como en las tareas domésticas. cia de activos por parte de los individuos, las familias o las comunidades o Ja incapacidad
Entre dichos aspectos, sobresale el interés por analizar la influencia de Ja actividad económi- para movilizarlos (Moser, J998), otros Jos desajustes entre activos y las estructuras de opor-
ca de las cónyuges y Ja medida en la que esto altera las labores reproductivas. 15 tunidad (Kaztman, 1999). 17
Este énfasis en las vivencias familiares de los varones y en el impacto de la actividad En el ámbito de la familia, la incertidumbre, el riesgo y Ja vulnerabilidad devienen
económica femenina sobre las relaciones de género se enmarca en un contexto económico y tanto de las limitaciones que imponen la precariedad laboral para la movilidad social y de las
social de finales de siglo XX caracterizado por una creciente participación de las mujeres en desigualdades en la distribución de los recursos inter e intrafamiliares, como de la diversifi-
los mercados de trabajo. La posible redefinición de las identidades masculinas y de las rela- cación de los arreglos familiares, los cambios en las pautas de formación y disolución fami-
ciones de género despierta un interés creciente en una época marcada además por la inesta- liar; y la pérdida de importancia de los modelos ideales de Familia (Cichelli-Pugeault y Cicchelli,
bilidad y la inseguridad laboral, el debilitamiento de la figura de los varones como proveedo- 1999 y Ariza y Oliveira, 2001a).
res económicos exclusivos, así como por la difusión de nuevas construcciones culturales El concepto de desinstitucionalización de la familia es utilizado para destacar su menor
acerca de Jo que es ser hombre o mujer en las sociedades contemporáneas. eficacia como institución reguladora y. a la vez, protectora de los individuos. La perspectiva de
la segunda transición demográfica -desarrollada a partir de las experiencias de Europa y
Estados Unidos-interpreta los cambios en la formación y disolución de la familia como parte
la confluencia de diferentes enfoques en el estudio de la familia y el trabajo de este proceso de desinstitucionalización familiar y de creciente individualización caracteri-
zada por la preferencia por el desarrollo personal y la autorrealli.ación frente al logro familiar.
los procesos de apertura comercial, reestructuración y las recurrentes crisis económicas Para explicar las transformaciones en la vida familiar se otorga un papel central a la escolari-
que han afectado la región desde hace varias décadas han dejado huellas claras en el mundo dad y la participación económica y política de las mujeres, así como a las nuevas imágenes de
laboral y familiar. El deterioro de los mercados de trabajo que se manifiesta en la expansión lo masculino y lo femenino, y a la búsqueda de relaciones de pareja más igualitarias.'ª
de las actividades no asalariadas, contracción de los salarios y de las prestaciones sociales, A partir de estas perspectivas analíticas, se han llevado a cabo en México y América
ha significado también una mayor rotación en el empleo, desempleo y una mayor inestabili- Latina investigaciones que retoman cuestiones clásicas en Ja sociodemografía bajo una nue-
dad de las trayectorias laborales. Aspectos todos que inciden sobre las condiciones de vida de va mirada. Se busca entender las transformaciones que los procesos macroestructurales de
los diferentes arreglos familiares. carácter sociodemográfico, socioeconómico y sociocultural mencionados arriba han traído
En este contexto de marcadas transformaciones, los enfoques teóricos utilizados en el
estudio de las familias y el trabajo en América Latina recuperan críticamente o replantean
diferentes conceptos desarrollados en el ámbito europeo y norteamericano. Las nociones de 16. Al hablar de individualización, Beck (l 998) se rclicre a un individualismo insti1ucionalizado. esto es, las insti·
tuciones en la sociedad moderna esurian programadas para Uevar a la individualir.ación, obligarían a los ciudadanos
riesgo, individualización, desinstitucionalización y vulnerabilidad social son utilizadas para a desarrollar su propia biografía. Beck además afirmó posterionnente que en el modelo clásico de familia solatnente el
captar las consecuencias del nuevo patrón de desarrollo imperante en nuestros países y de varón hacia este proceso de individualización, pero hoy en ella, con los cambios en cl papel de las mujeres en la
los cambios sociodemográficos sobre los individuos y las familias. Al reflexionar sobre los sociedad, ambos cónyuges desarrollarían biograflas individualizadas, aspectos que incidirfan sobre los procesos de
países desarrollados, Beck (2000) plantea que el mundo del trabajo en la nueva modernidad fonnación de la familia y la organización de la vida dom~stica.
17. Para una revisión de las diferentes acepciones dcl concepto de vulnerabilidad social. véase Pizarro, 2001 y
se distingue por el fin de la época fordista caracterizada por su carácter previsible y regla- Rodriguez Vignoli, 200 J.
mentado, y el surgimiento de Ja etapa posfordista en la cual el riesgo y la incertidumbre, que 18. Los cambios a que hacen referencia los teól'icos de la segunda transición demográfica eng)obwian la reducción
se manifiestan en la imposibilidad de trazar itinerarios sociales seguros y previsibles, son sus de la fecundidad por debajo de los niveles de reemplazo. el aumento del celibato y de las parejas que no desean tener
hijos, la entrada más tardla a la vida conyugal, el incremento de la cohabitación y de Jos nacimientos fuera dei matri·
monio, asl como la fragilidad del vinculo conyugal. los divorcios y las nuevas uniones (Van der Kaa. 1987 y Lesthaeghe,
1995). En América Latina se ha criticado la aplicación indiscriminada del concepto de segunda transición demográfica
15. La pregunta no es sólo si el 1r.1bajo extradoméstico femeníno en si puede traer transformaciones en la vida
familiar, sino tambifo el tipo de actividad económica que la mujer realiza, el control que ella tiene sobre los l'CCW'$OS o para ioleTpretar las pautas vigentes de fonnación y disolución familiar en la rq:ión (Ariza y Oliveira, 2001a; Arriagada,
sus aportaciones monetarias (Fuller 2000; Rojas, 2000; Garcia y Otiveira, 2005). 2004; García y Rojas, 2004).

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Brigida García, Orlandina de Olive1ra La familia y el trabajo: principales enfoques teóricos...

para la vida familiar y laboral. Re1omaremos en este contexto algunas líneas de reflexión y doméstica). Por ejemplo, se ha encontrado que en el México urbano las jefas de hogar enfren-
análisis particulares que a nuestro parecer revisten importancia. En primer lugar nos referi- tan una mayor sobrecarga de trabajo que las demás mujeres, tienen un mayor poder de deci-
remos a la diversidad de arreglos familiares y a la conexión de este fenómeno con los niveles sión en el interior de sus hogares y han estado expuestas a un mayor grado de violencia cuando
de pobreza y con la situación de vulnerabilidad social y laboral que enfrentan las familias en vivfan en situación de pareja; estamos frente a una situación en que Ja violencia doméstica
las áreas urbanas. Enseguida examinaremos los avances en el conocimiento de las distintas seguramente ha llevado a la niptura de la relación marital y ha contribuido, en parte, a que
dinámicas familiares y la influencia ejercida por la participación económica femenina. En estas mujeres asuman la jefatura de sus hogares (García y Olivcira, 2005).
un tercer momento indicaremos las aportaciones teóricas y metodológicas que nos han per- Los arreglos nucleares biparentales con hijos --<¡ue han sido los más estudiados en la
mitido profundizar en las trayectorias laborales y familiares en la vida de las mujeres. región- presentan carac1erísticas de vulnerabilidad y dinámica in1ema que vale la pena
En cuanto a la diversidad de los arreglos familiares, los estudios muestran el incremen- traer a consideración. Se ha encontrado que el grado de pobreza de estos hogares también es
10 de lo& hogares unipersonales y de aquellos con jefatura femenina. Las familias nucleares elevado sobre todo en las etapas iniciales de formación y expansión familiar, cuando Jos hijos
siguen siendo mayoritarias pero han experimentado modificaciones relevan1es en su natu- menores tienen 12 años o menos. En etapas posteriores del ciclo vital la mayor participación
raleza. Las nucleares biparentalcs con hijos han perdido importancia relativa frente a las sin económica de las esposas y de los hijos e hijas contribuye parcialmen1e a aminorar la escasez
hijos. 19 A su vez, las extensas han mantenido su presencia relativa en varias países de la de recursos (Arriagada, 2002; Ariza y Oliveira, 2004a).
región. Para explicar estas 1ransformaciones se tienen en cuenta, además de los cambios En un contexto de creciente participación económica de las mujeres casadas con hijos,
económicos, sociales y culturales, los procesos migratorios y la primera transición demográ- las investigaciones buscan conocer. a partir de diferentes acercamientos metodológicos, las
fica que han experimentado, aunque con distinlos ritmos, los países latinoamericanos (García repercusiones de esta tendencia sobre la dinámica interna de las familias biparentales, no solo
y Rojas, 2002; Arriagada. 2004; Ariz.a y Oliveira, 2004a). en lo que se refiere a los procesos de división sexual del trabajo (aspecto examinado en el
Los hogares de jefatura femenina asumen un interés particular en el análisis de las apartado anterior), sino también en cuanto a las formas de convivencia familiar entre los
interrelaciones entre familia y trabajo. Esto se debe, por un lado, a la mayor participación cónyuges, padres e hijos. Primero se exploraron estas relaciones en investigaciones de corte
económica de las mujeres jefas y de los miembros de sus familias y, por el otro, al desempleo y cualitativo, y luego dichos estudios dieron pie al diseño de encuestas probabilfsticas sobre
la inestabilidad laboral de los varones que lleva a aumentar la propensión a formar familias diferentes aspectos de la vida familiar (véase nota 12). Esta disponibilidad de información para
dirigidas por mujeres.20 Una cuestión que ha sido punto de debate se refiere a la asociación amplios sectores de la población ha permitido ahondaren el estudio de la compleja interrelación
entre jefatura femenina, trabajo y pobreza (Uoyd, J998; Arriagada, 2002). Los resultados va- entre trabajo femenino extradoméstico y las formas de convi,iencia. Sobresale el esfuerzo rea-
rlan entre países y dependen de la fuente de datos y de los indicadores utilizados, y no siempre lizado para construir indicadores que permiten captar las relaciones de género en Ja pareja. La
se comprueba que los hogares con jefas sean los más pobres. Además, se ha destacado la participación de hombres y mujeres en el proceso de toma de decisiones familiares, el papel de
importancia de considerar la he1erogeneidad de este tipo de familias para ubicar aquellas que los •permisos• como mecanismo de control masculino sobre las mujeres y la violencia domés-
se presentan en situaciones de mayor vulnerabilidad social. Por ejemplo, un análisis reciente tica están entre los aspectos más anali7.ados (García y Oliveira, 1994 y 2005; Casique, 2001).
sobre México y América Central muestra que son los hogares extensos con jefatura femenina Los resultados de estos estudios dejan ver la diversidad de formas de convivencia fami-
los que se encuentran entre los más pobres (Ariza y Oliveira, 2004a). EstaS autoras discuten liar todavía vigentes en México. Los modelos más au1oritarios de familia basados en relacio-
cuán efectiva es la formación de hogares extensos de distintos tipos como una forma para salir nes asimétricas de poder entre el jefe varón, la esposa y los hijos coexisten - hasta cierto
de la condición de pobreza.2' En un contexto de estabilidad o ampliación de los hogares más punto- con otras modalidades de convivencia en las cuales el diálogo sustituye a la violen-
proclives a enviar mano de obra al mercado (aquellos con jefatura femenina, los extensos y los cia, las decisiones compartidas por fa pareja ocupan el lugar de la •última palabra del varón•
que se encuentran en etapas más avanzadas del ciclo vital), la presión sobre los empleos dis¡» y la práctica de tener que pedir permisos pierde terreno frente a los procesos de negociación
nibles se incrementa y la eficacia de las estrategias familiares para reducir el grado de vulnera- entre los cónyuges. La mayor o menor democratización de las relaciones intrafamiliares
bilidad social de amplios sectores de la población se debilita, como ya hemos señalado. dependen de múltiples aspectos entre los cuales el trabajo extradoméstico de las esposas
En lo concerniente a la diversidad de las dinámicas familiares, el levantamiento de en- juega un papel central. La experiencia laboral de las mujeres casadas, sus aportaciones a la
cuestas especfficas sobre este tema ha permitido acercarse mejor a la evaluación de la calidad manutención familiar y el significado que ellas atribuyen al trabajo extradoméstico como
de vida de las familias al complementar los estudios sobre sus condiciones económicas con una forma de independencia y realización personal propician una mayor igualdad entre Jos
aquellos referidos a la dinámica familiar (división del trabajo, patrones de au1oridad, violencia cónyuges en diferentes dimensiones de fa vida familiar en el México urbano. Adiferencia de
los otros rasgos del trabajo ex1radoméstico, la experiencia laboral tiene una inHuencia signi-
ficativa sobre todas las dimensiones consideradas (la participación de las esposas en la toma
19. Los coilicos a las posturas posmodernas argumentan que el modelo ideal de familia nuclear ha perdido impor- de decisiones, su autonomía frente al cónyuge y Ja ausencia de violencia doméstica). Pero,
tancia numérica. pero sigue s1.1 vigencia iclcoló@ica como modelo nom1a1ivo, como eje ordenador de In sociedad a pesar una experiencia de trabajo prolongada (5 años o más) aumenta la propensión a la violencia
del su'l!imienlo de fonnas al1erna1ivasde familias que aún oo han ganado legitimidad social (Noble, 1998). doméstica; aspecto que denota el carácler conflictivo para las mujeres casadas de las
20. La expansión de la jefotur• femenina ha suscitado una serie de discusiones conceptuales y metodológicas. Se
han cuestionado el concepto de jefatura y las form:is de medición, se ha destacado la gran IM'1crogcnddad de este úpo
interrelaciones entre vida laboral y vida familiar (García y Oliveira, 1994 y 2005).22
de familias, y en años recientes las preocupaciones se han volcado hacia el análisis de la viabilidad de estos arreglos
como alternativa legitima de organización de la vida familiar(\iase Rosenhouse, 1989; Buvinic, 1990; Folbrc, 1991;
Garcla y Ro,as, 2002 y Atiza y OU.-eira, 2004a).
21 Hay que rccorclar que la confonnaoón de ho,ares e> tensos en ~"Unturas de crisis econónuca ha sido inter- 22. Estos hallaztoS se enmarcan en un debate mis amplio acerca del pap<'I del tnbaJO ex~ico como un
pretada como una estrategia para ampliar la mano de obra familiar necesaria para la oblendón de recursos en d factor de cmpoderamiento de las mujeres, esto es, como un eláno:nto ~ les pcmmc una mayor autonomla y control
mercado y realuaractividadesdoméstícas (Gonú.lu de la Rocha, 1986; Cham, 1991;Selbytta/u, 1991 ). sobft sus \idas (Arlu y Olivcira. 2002)

1cn TDATAl"V) 1 ATltJf\AU~Rlr.ANO rn: c;nr.W')I OGÍA TRATAOO LATINOAMERICANO OE SOCIOLOGIA 161
Brfgida García, Orlandina de Olivelra La familia y el trabajo: pñncipales enfoques leóricos...

Otra forma de retomar las vinculaciones entre trabajo y familia ha sido el examen de las tenta y ochenta, pero aún en la actualidad muchos estudiosos debaten la peninencia de
relaciones entre las trayectorias laborales y familiares de la mano de obra femenina. Esta diferentes hallazgos obtenidos bajo esta perspectiva, así como sus ventajas y limitaciones. El
linea de investigación ha ganado impulso en México y América Latina en la última década l~gado teórico de autores como Bourdieu y Giddens, además de los resultados de investiga-
debido al interés por dar cuenta de Ja diversidad en las trayectorias, además de que la mayor ciones sobre la pobreza urbana y Ja reproducción del campesinado han alimentado las pre-
disponibilidad de infonnación ha permitido utilizar la perspectiva de los cursos de vida p~ ocupaciones y los planteamientos en tomo a las estrategias de sobrevivencia o reproducción.
analizar el momento de ocurTencia y el orden de Jos eventos vitales. n En este caso, los análi- Este concepto nos remite al conjunto de actividades que desarrollan las unidades domésticas
sis cualitativos también abrieron camino para las investigaciones basadas en información de diferentes sectores sociales para garantizar su manutención cotidiana y generacional; se
cuantitativa proporcionada por encuestas de fecundidad y de empleo urbano, así como por tratarla en gran parte de los casos de una lógica construida por el investigador más que de
encuestas demográficas retrospectivas. Al inicio, con base en entrevistas a profundidad se actividades planeadas de manera consciente.
analizaron la primacía relativa que las mujeres otorgan a las cransiciones familiares Ya las La participación económica familiar es un componente esencial de las estrategias fami-
trayectorias laborales, así como el grado de discontinuidad en estas últimas (Blanco, 1989; liares, y los intereses de este capítulo nos llevaron a sintetizar los principales resultados de
Ariza y Oliveira, 200 lb). Luego. el análisis de las encuestas disponibles ha permitido abarcar este tipo de investigaciones. En este caso importa dar realce al esfuerzo colectivo, el cual
una gama más amplia de aspectos: la construcción de itinerarios familiares-labo':"1es; el puede llevar a modificar-<lentro de ciertos márgenes--las actividades que tradicionalmen-
grado de volatilidad, inestabilidad o intermitencia de las carreras laborales y su relación con te llevan a cabo hombres y mujeres. La participación económica de los miembros de los
los rasgos familiares; los aspectos que conuibuyen a la intenupción de la trayectoria laboral hogares puede depender de la posesión de medios de producción o de las características
de las mujeres en los primeros afios de la unión conyugal; y finalmente las relaciones entre ( demográficas de las familias, pero es la estructura del mercado de trabajo la que finalmente
las entradas/salidas de la fuerza de trabajo, las uniones y los nacimientos de los hijos (Suárez, establecería los límites de actuación de las unidades domésticas y de sus integrantes. Mu-
1992; Cerrutti, 1997; Peinador, 2001; Ariza y Oliveira, 2004b). Algunos de estos trabajos chos autores indican que las familias latinoamericanas han podido parcialmente contrarres-
enfatizan aspectos estructurales como las crisis económicas o la segregación ocupacio~ tar en ciertos pe1íodos históricos los efectos de condiciones económicas adversas Oa estrate-
como factores que pueden propiciar la discontinuidad laboral; otros se centran en el análisis gia mejor conocida es el aumento de la actividad económica femenina). Sin embargo, tam-
de mercados de trabajos específicos o destacan la importancia de la pauta de división sexual bién ofrecimos ejemplos de las limitaciones de este tipo de acciones para contrapesar el
del trabajo vigente. Pero. todos ellos siguen mostrando la importancia del mundo familiar efecto de las políticas económicas actuales.
24
para entender la discontinuidad de las trayectorias laborales femeninas. Seguidamente examinamos los postulados de la perspectiva de género en el análisis de la
familia, el trabajo y la dinámica familiar más amplia Ala par de los planteamientos más cono-
cidos de esta perspectiva sobre la naturaleza asimétrica y las relaciones de poder que caracteri-
Consideraciones finales zan a la vida familiar, creímos pertinente indicar Jos aportes conceptuales sobre la redefinición
del trabajo y los avances en las investigaciones del trabajo doméstico. Puntualizamos los oríge-
En este recorrido hemos destacado en un inicio las visiones funcionalistas sobre la familia nes de los estu<lios en este campo, su evolución y la diversidad de fuentes de datos con que hoy
donde se establecía una división nítida de esferas de actividades entre hombres Y mujeres. contamos para este tipo de investigaciones. En la actualidad se tienen estimaciones más preci-
Muchos de los conceptos desarrollados dentro de esa perspectiva, como sería el de los roles sas de la carga de trabajo doméstico que realizan muchas mujeres, de la magnitud de la doble
masculinos y femeninos, han permeado las investigaciones sobre trabajo y familia de muy jornada femenina (doméstica y extradoméstica), así como de la contribución del trabajo do-
variadas orientaciones, y los estudiosos utilizan estos términos sin que necesariamente se méstico al producto bruto nacional. La participación de los varones en este ámbito del trabajo
adhieran a la idea de que estos roles son rígidos, preestablecidos y sin mayores posibilidades doméstico es ciertamente minoritaria, pero cuando participan lo hacen principalmente en el
de cambio. cuidado de sus hijos e hijas. La mayor visibilidad de los varones en el cuidado de sus hijos y en
Las investigaciones sobre mercados de trabajo realizados en los afios setenta también el ejercicio de la paternidad cobra especial interés en un contexto en el que su aporte económico
hacían más hincapié en la existencia mayoritaria de una división de labores entre hombres Y exclusivo a la manutención de los hogares está menguando, y en el que los mejores empleos
mujeres, y seftalaban que las escasas mujeres que participaban económicamente lo hacían escasean y se difunden nuevas pautas sobre la condición de hombre o mujer.
como una prolongación de sus actividades domésticas, y bajo circunstancias famili~ pro- Por último, seiialamos cómo desde diferentes perspectivas de análisis se han retornado
picias. Es decir, no se prestaba suficiente atención a Ja diversidad de contextos econórrucos Y críticamente conceptos como riesgo, desinstitucionalización y vulnerabilidad social para en-
sociales que podían llevar a modificar las situaciones más conocidas, y el énfasis estab~ tender los cambios en los mercados de trabajo y en las familias en los últimos años. Desde ese
puesto en el comportamiento individual más que en el conjunto familiar y sus posibles hon- punto de vista abordamos la diversificación de las estructuras y dinámicas en el interior de las
zontes comunes. unidades domésticas, y nos detuvimos en algunos tipos de hogares que son consideradoscorno
Un segundo enfoque que considerarnos pertinente analizar -en vista de su gran in- especialmente vulnerables. Existe, en particular; una amplia biblíograffa sobre los hogares con
fluencia en los estudios de familia y trabajo- fue el de las estrategias familiares de jefas mujeres, e indicamos en este contexto algunos resultados de investigación y la medida en
sobrevivencia o reproducción. Dicho enfoque cobró auge en nuestra región en los años se- la cual respaldan las distintas posiciones, no sólo desde el punto de vista de las condiciones
materiales de existencia, sino también en lo que respecta a la carga de trabajo doméstico, los
patrones de autoridad y la violencia intrafamiliar que caracteriza a este tipo de unidades.
23 Para W\8 revisión de la utilizaci6n de la perspectiva cid curso de ,;da en análisis cualitauvos Ycuantilatn'OS, Una vez que se plantea de manera más clara que la dinámica familiar es un proceso
vbse Giele y Eldcr(J998). . sujeto a cambios e incertidumbres, y que puede haber condiciones específicas bajo las cua-
24. Vb.\c ~. 1992; Cruz Piñrin>, 1994; Cerrutd, 1997; Pdnador, 2001; Ariza y Olivrira. 2004b Para WUI tm-
les se modifican las formas tra<licionales de actuar y relacionarse, el esfuerzo de investiga-
sión de estos y otros estudios sobre el tema •tase Ariza y Obveira. 2004b.

TRATADO LATINOAMERICANO DE SOCIOLOGÍA 163


Brfgida Garcla, Orlandina de Oliveira La familia y el trabajo: principales enf0ques leóricos...

ción se ha encaminado a profundiraren los distintos aspectos asociados a las transfonnacio- Trabajo, poder y sexualidad, México, Programa lnterdisciplinario de Estudios dt la Mu·
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libertad de movimientos, pero también existen otras dimensiones. como es la violencia do- BoURDIEU, Pierre (1979), LA distinclion. Critique socia/e du jugement, Paris, Minuit.
méstica, donde estas asociaciones no se presentan. Para terminar. indicamos algunos haJJaz- - (1976), cMarriage Su11tegies of Social Reproduction•, en R. Foster y O. Ranum {eds.).
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TRATAn<\ 1 ATINOAMFFllr.ANO OE SOCIOLOGfA 169


Blfgida Garcfa, Orlandina de Oliveira

está incluida en Marta Lamas (comp.)(1996), El género: la construcción cultural de la CAPÍTULO XI


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vol. 42, n.0 1, Nueva York, Population Reference Bureau. como wia unidad problemática a la t.ooña y a la acción.1 Inclusive las propuestaS teóricas que se
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Paz López (comp.), Hogares, familias: desigualdad, conflicto, redes solidarias y parentales, debe ser y hacer el sindicalismo. La constante en ellos es que se centran con fuerza en sus
México, Somede, pp. JI l-122. disposiciones positivas a la acción, ya sean vistos como agentes de transfonnación social o de
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desde ambos géneros y dos generaciones•, Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 15, n.º su origen están cargados de ideologías y utopías que se han ido descartando hasta el presente,
1, enero-abril, pp. 149-184. en donde aparecen propuestas limitadas a un severo realismo y oportunismo.
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l.A medición censal en América !.Atina, México, Terranova y Population Council. cambio de la sociedad capitalista. Las concepciones teóricas y prácticas vinculaban a las
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teórico-metodológicas sobre investigaciones en población, México, El Colegio de México económica centrada en la fábrica-industria y en la reconfiguración estatal. De una visión de
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Zú~GA. Maria Elena, Carlos Smros, Catherine MENKEs y Daniel HERNANDEZ ( 1986), •Or- Estado oen su forma institucionalizada de negociación y consenso social, se ha pasado a
ganización del trabajo familiar y fecundidad en el México rural•, Estudios Demográfi· otra visión de sindicatos débiles y en extinción.1 En este continuum esquemático, porrazo-
cos y Urbanos, vol. 1, n.º 2, México, El Colegio de México, mayo-agosto, pp. 205-226.
l. El manrismo en su ttOrla del capitalismo valoró la importancia del sindicalismo en el sentido de ser un instru·
mento de defensa y lucha de los intereseS de los obreros industriales que, en su~. vivieron un capitalismo rapaz.
Por su parte la versión social&mócraia del análisis sindical valoró la acción sindical en un coniexto de ínequidades y
de deshumanización del hombre en el ll'llbajo. Desde esa óptica establoció el sentido de la acción sindical como la de
buscar la democracia industrial y pugnar por eJ<lender el bienestar social a los trabajadores.
2. De ese modo en el siglo XX se preseniaron posiciones teóricas que reactualizan la lucha de los trabajadores y sus
sindicatos como instrumentos tal vez limilados pero capaces de colectivizar la lucha política que las """5iones manis-
tas<omunistas plantearon desde la leoria y praxis de louindicatos(v.gr. Panzicri, 1975). PeTOtambiálsepresentaron
teonas que sugirieron el sentido de institución económica de los sindicatos oomo si fueran empresas para colocar del
mejor modo al trabajo en el marco de relaóonesoferta-demanda(v.gr. Dunlop, 1992; Wri¡ht Milis, 1965: 256).
3. En huma medida el an!lisis sindical de posguerra ofreció una interpretad6o que se manl\nlo con fuena dunn-
le varias dtcadas Yque sugiere b centralidad de los sindicatos en el establecimiento macro y micro de las ooodiciones
de trabajo yde la repr"CSentación social. cienamenle vincubda con el clesarTollo del capitalismo en el periodo de los

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