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LA FE

La Fé es una virtud. La fé teologal por la cual, nosotros creemos en Díos y en todo lo que Él ha revelado,
por la sola autoridad de Díos, que no puede engañarse ni engañarnos. Ésa fé hay que pedirla, también
hay que protegerla y defenderla, pero también, hay que procurarla. Y para ello, nosotros nos podemos
servir, dentro de muchas otras cosas, de motivos de credibilidad como por ejemplo La Ciencia.

Sin embargo, la fé es la que nos permite ver, más allá de lo físico, de lo material. Es por eso que,
nosotros no caminamos por visión, sino por fé (2 Corintios 5,7); porque por la fé es, que podemos ver las
cosas, que todavía no son, pero que llegarán a ser. Podemos prefigurar ésas cosas.

LA PREDICACION

El anuncio de la Buena Nueva. Transmisión del Evangelio. A la predicación no la puede sustituir nada. La
predicación tiene tanta importancia que, en la Santa Misa, se dedica en su primera parte, la exposición
explicación y aplicación de La Palabra de Díos, de las Sagradas Escrituras, es decir, La Predicación.

En 1era de Corintios 1:2, dice: “Quiso Díos salvar a los creyentes por medio de la necedad, algunas
traducciones dicen de la locura, de la Predicación”, ése es el medio. Ahora porqué, Romanos 10:17 dice
“porque la fe viene de la predicación” Y la predicación a través de la Palabra de Cristo. La predicación
correcta, exponiendo lo que corresponde, iluminado y dentro del contexto de la Fe de la iglesia, con el
criterio apostólico establecido por el Señor. Sin salirse de ese contexto.

CONVERSION VERDADERA

Si vemos el primer discurso o predicación de Pedro, el mismo día de Pentecostés, en Hechos 2:36-38,
observamos que dice “sepa todo el pueblo de Israel, con toda seguridad, que a este mismo Jesús a quien
ustedes crucificaron, Díos lo ha hecho Señor y Mesías. Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron
profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles: -Hermanos, ¿Qué debemos hacer?
Pedro les contestó: -Vuélvanse a Díos y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Díos
les perdone sus pecados, y así ÉL les dará el Espíritu Santo.”

Aquí encontramos dos puntos importantes que, analizaremos a continuación:

1) El reconocimiento de nuestras faltas y la Predicación

Miren aquí dice que, con la predicación de Pedro, los presentes reconocieron el error que cometieron, al
entregar a Jesús para crucificarlo.

Aquí traduce una palabra griega que dice punzar, atravesar, traspasar, cuando se lee “se afligieron”.
Esto nos muestra una contrición profunda, un arrepentimiento sincero, o sea, que los allí presentes se
compungieron en gran manera, que quedaron muy afectados. Que la impresión que tuvieron fue tan, y
tan profunda que les repercutió en el espíritu, les llego al alma. Estamos hablando de toda una
experiencia profunda y decisiva a nivel espiritual.

Esto lo logro el Señor por medio de la predicación.

2) La Conversión Verdadera

Continuando con la lectura, capitulo 38 dice “Pedro les contestó: Vuélvanse a Díos” otras versiones
dicen Arrepiéntanse o Conviértanse. Podríamos decir vuélvanse a Díos es convertirse básicamente.
Continuamos “Pedro les contestó: Vuélvanse a Díos y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo,
para que Díos les perdone sus pecados, y así ÉL les dará el Espíritu Santo.” Cuál es la palabra clave aquí
Vuélvanse o Arrepiéntanse o Conviértanse. Esto significa un cambio de mente. Conversión, metanoia,
cambiar el rumbo, cambio drástico en sentido contrario. Conversión completa, lo que conocemos como
El Nuevo Nacimiento que incluye una regeneración del Ser.

Esto no es tan sencillo como se cree. No se limita a una respuesta verbal afirmativa.

Estamos hablando de asuntos espirituales. Estamos hablando de cosas relacionadas con la fe de


Jesucristo, con el Santo Evangelio. Esto es un asunto que hay que tratarlo seriamente, en su justa
perspectiva. No se puede ser superficial en estos asuntos.

Un buen consejo es tener lo siguiente como premisa: “La Fe Cristiana es Integrada, no Fragmentada”.

Es posible que estos temas, nos parezcan confusos o difíciles de entender, en un primer momento. Y es
normal, también, en aquellos tiempos, quienes escuchaban estas palabras, sentían lo mismo. Y el hecho
de que sean difícil de entender, es porque se trata de un misterio. Es por eso que es inabarcable. Pero,
¿qué debemos hacer ante el misterio? ¿no lo podemos entender? ¿Qué podemos hacer? La postura
correcta seria de adoración. Reconocer nuestras limitaciones, pero pese a eso, manifestar nuestra
intención de hacer la voluntad del Padre. Pedir ayuda al Santo Espíritu de Díos.

San Pedro retoma aquí las palabras iniciales del primer anuncio de Jesús, que a su vez anuncian y
preparan para el Reino. Lo vemos en Mateo 4,17 “Desde entonces Jesús comenzó a proclamar
Vuélvanse a Díos, porque el reino de los cielos está cerca” Aquí vemos que la Iglesia sigue los pasos de
Jesús, en la instauración de ese reino que se concretiza, ahora más ampliamente en la Iglesia. Esto
demuestra las conexiones que existen entre los elementos en la fe cristiana.

Regresando al punto de la conversión, la conversión se logra, primeramente, por un cambio de mente, y


del establecimiento de un propósito firme de rompimiento con el pecado. Vemos en 1era de
Tesalonicenses 1,9 “al contrario, ellos mismos hablan de nuestra llegada a ustedes y de cómo ustedes
abandonaron los ídolos y se volvieron al Díos vivo y verdadero para servirle” Es decir, ellos mismos
cuentan que acogida nos dispensaron y renunciaron a todo, para convertirse a Díos. Estamos hablando
de una CONVERSION Y UN PROPOSITO DE VIDA TOTAL. Cambio de la conducta, del pensamiento y de
todo lo que ello implica.

Ahora, ubicándonos en nuestro tiempo, en nuestro ahora, bien cabe en este punto preguntarse, ¿de qué
nos vamos a arrepentir? Sí ahora parece que, nada es pecado. O que no es pecado, lo que Díos dice que
lo es. O que es pecado o no, según nuestra perspectiva.

Insistimos con la premisa: “La Fe Cristiana es Integrada, no Fragmentada”


Pero esto no es todo lo que dice Pedro. Continúa diciendo “y bautícese cada uno en el nombre de
Jesucristo”. No solo se trata de una conversión, hay que bautizarse.

Y aquí es importante una aclaración. Aquí Pedro dice bautícese en el nombre de Jesucristo, con la
intención de, diferenciar ese bautismo, con el de Juan el Bautista. Porque ese bautismo era el que ellos
conocían, y era el mas famoso en aquel entonces. Era importante hacer la diferencia. Otra cosa es que,
decir “en el nombre de” significaba “con la autoridad de”. Además, en ese tiempo había otros tipos de
bautismos, por ejemplo, los baños rituales de purificación, para participar en ciertos actos litúrgicos, que
se realizaban con la autoridad de sacerdotes levitas, fariseos u otros maestros de la ley.

Entonces, Pedro esta aplicando lo instruido por Jesucristo. Y en este punto, es importante, que estemos
claro, sin dudas, de la formula bautismal, a la que Pedro esta haciendo referencia, y que fue diseñada
por Jesucristo. Para ello citamos Mateo 28, 18-20 “Jesús se acerco a ellos y les dijo: -Díos me ha dado
toda autoridad en el cielo y la tierra. Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis
discípulos; bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer
todo lo que les he mandado a ustedes.” Esa es la formula bautismal de Jesucristo. Y esta vigente hoy día.
Y es, a la que Pedro se refiere. Aquí se expone el bautismo como un Sacramento. Ahora, ¿por qué? Un
sacramento es un medio de Gracia establecido por Jesucristo, a través del cual, el Señor nos trasmite su
Gracia. El sacramento se sirve de signos visibles, es decir, lo que se dice, lo que se hace, lo que se usa;
pero hay más, hay una operación espiritual, al momento de aplicar los signos, que, aunque no se ve, o
no se siente, es real. Este es otro misterio. ¿Por qué creemos que es real? Porque viene de Jesucristo.
Así lo creyeron y aceptaron, los discípulos.

Entendemos entonces, que el bautismo es imprescindible. Es necesario. ¿Por qué? Veamos Romanos 6,
2-5 “¡Claro que no! Nosotros ya hemos muerto al pecado, ¿Cómo pues, podremos seguir viviendo en
pecado? ¿no saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su
muerte? Pues el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una
nueva vida, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo
en una muerte como la suya, también nos uniremos a Él en su resurrección.”

¿Acaso, queda alguna duda de lo que es el Bautismo?

En resumen, una verdadera conversión, requiere no solo, cumplir con el mandato y lo preceptuado por
Nuestro Señor, también requiere de nuestra real y absoluta adhesión a una nueva vida, una vida unida a
la de Cristo Jesús, unidos a su Cuerpo Sagrado, o sea La Iglesia.

ESENCIA DEL EVANGELIO CRISTIANO ¡KERIGMA!

En fecha 26 de abril del 2020, el misal nos presentó, en la Primera Lectura de los Hechos de los
Apóstoles 2, 14.22-33

Aquí está el primer anuncio que hace San Pedro, luego de la efusión del Espíritu Santo referido como el
Pentecostés. En este anuncio, San Pedro nos presenta La Esencia del Evangelio Cristiano (Kerigma), por
una parte, y, por otra parte, Cual es nuestra responsabilidad, como Cristianos, al respecto del kerigma,
que se resume en tres acciones: a) Tomar conciencia, b) Enterarnos, conocer el contenido y c)
Proclamar, participar o extender el contenido.

La palabra KERIGMA viene del griego y significa “Proclamar”. Esa proclamación es de un emisario, que
proclama en nombre de otro mayor que él. Es decir, el emisario es un sirviente del Kerigma.

En el sentido Bíblico, el Kerigma es el anuncio y testimonio de la buena noticia de salvación del hombre
por medio de Jesucristo. Es decir, las obras, pasión, muerte, resurrección y glorificación de la persona de
Jesucristo. En resumen, el Evangelio de Nuestro Díos y Salvador Jesucristo.

Les invito a conocer y aprender de este tema importantísimo para nosotros.

LA EVANGELIZACION PRODUCE UNA GRAN ALEGRIA

La Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el designio de Dios, están unidos y ligados,
de modo que ninguno puede subsistir sin los otros. Los tres, bajo la acción del Espíritu Santo contribuyen
eficazmente a la salvación de los creyentes.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice en el # 84 "El depósito (cf. 1Tm 6,20; 2Tm 1,12-14) de la fe
(depositum fidei), contenido en la sagrada Tradición y en la sagrada Escritura fue confiado por los
Apóstoles al conjunto de la Iglesia. "Fiel depósito, todo el pueblo santo, unido a sus pastores, persevera
constantemente en la doctrina de la Apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las
oraciones, de modo que se cree una particular concordia entre pastores y fieles en conservar, practicar y
profesar la fe recibida"

Recomiendo la enriquecedora lectura, la encíclica FIDEI DEPOSITUM del papa San Juan Pablo II. Mención
especial al Monseñor José Luis Kaufmann. y el Catecismo de la Iglesia.
Oh, Espíritu Santo, inspírame lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, lo que debo
escribir, lo que debo hacer, cómo debo obrar para procurar el bien de los hombres, el cumplimiento de
mi misión y el triunfo del reino de Cristo.

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