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CONVENTO MÁXIMO DE LA PURIFICACIÓN

TEMPLO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS DE BOGOTÁ

NOVENA EN HONOR A SAN FRANCISCO DE ASÍS


25 de septiembre al 03 de octubre

INTRODUCCIÓN

La experiencia de seguimiento de Francisco de Asís, su caminar en pos de


la santidad y la configuración perfecta con Cristo, se constituyen para
todos nosotros los religiosos y los fieles laicos aquí reunidos en un motivo
para animarnos en nuestro caminar como Cristianos.

No deja de llamarnos la atención cómo muchos hombres y mujeres fueron


capaces de dejarlo todo por seguir al Señor, aceptando el mensaje de la
Palabra proclamado día tras día; cercanos al coloquio cotidiano con Dios
por medio de la oración; convencidos de la gratuidad que los movía para
sacrificar y renunciar a muchas de sus pretensiones en pro de ideal
mayor…anhelar por sobre todas las cosas poseer el Espíritu del Señor,
para dirigirse como un verdadero hijo de Dios en el devenir cotidiano de
nuestra historia.

Esta novena que iniciamos en este día, en honor de


la memoria de San Francisco de Asís y como
preparación para la celebración de su solemnidad,
se encontrará enmarcada dentro de dos grandes
valores propios del cristianismo y de la experiencia
franciscana: la cercanía y la comprensión. Temas
que nos resultarán muy necesarios al momento de
ejercer nuestro compromiso bautismal de ir por el
mundo anunciando la Buena Noticia a todos los
hombres. Anuncio que, por el contexto actual de
nuestro país, deberá conducir nuestros actos en pro
de la construcción de lazos más humanos, pacíficos,
justos y reconciliadores, siempre iluminados por el Mensaje del
Evangelio, la vida de la Iglesia y el testimonio de los Santos.

1
DÍA PRIMERO

La esperanza del Evangelio es la alegría de los cristianos

1. MONICIÓN INICIAL:

Apreciados hermanos, como comunidad colombiana,


reunidos en este Templo de San Francisco, pidámosle
al buen Dios que, por intercesión de san Francisco de
Asís, nos conserve siempre firmes en la esperanza de
los hijos de Dios; pues, estamos convencidos de que
el Reino de Dios ya ha sido instaurado y sólo si somos
disponibles y tenemos la esperanza puesta sólo en
Dios, podremos hacer que nuestras sociedades
logren experimentarse como partícipes de la familia
de Dios.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (15, 5-13)

El Dios de la paciencia y el consuelo les conceda tener los unos para


con los otros los sentimientos de Cristo Jesús, de modo que, con un solo
corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo. Por tanto, acójanse unos a otros, como Cristo los acogió para
gloria de Dios. Quiero decir que Cristo se hizo servidor de los circuncisos
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para confirmar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas de los
patriarcas; mientras que los paganos glorifican a Dios por su misericordia,
como está escrito: Te confesaré ante los paganos y cantaré en tu honor. Y
en otro lugar: pueblos extranjeros, alégrense junto con su pueblo. Y de
nuevo: alaben al Señor todas las gentes, que todos los pueblos lo
glorifiquen. Isaías, por su parte, dice: aparecerá el brote de Jesé, se
levantará a gobernar las naciones: y todos los pueblos pondrán en él su
esperanza. El Dios de la paz los llene de gozo y paz en la fe, para que, por
la fuerza del Espíritu Santo, desborden de esperanza. Palabra de Dios

6. LECTURA FRANCISCANA

De los avisos espirituales de San Francisco de Asís (Verdadera


alegría 1-15)

El bienaventurado Francisco, en Santa María, llamó a fray León y le dijo:


«Hermano León, escribe». El cual respondió: «Heme aquí preparado».
«Escribe –dijo– cuál es la verdadera alegría. Viene un mensajero y dice
que todos los maestros de París han ingresado en la Orden. Escribe: No es
la verdadera alegría. Y que también, todos los prelados ultramontanos,
arzobispos y obispos; y que también, el rey de Francia y el rey de
Inglaterra. Escribe: No es la verdadera alegría. También, que mis frailes se
fueron a los infieles y los convirtieron a todos a la fe; también, que tengo
tanta gracia de Dios que sano a los enfermos y hago muchos milagros: Te
digo que en todas estas cosas no está la verdadera alegría. Pero ¿cuál es la
verdadera alegría? Vuelvo de Perusa y en una noche profunda llegó acá, y
es el tiempo de un invierno de lodos y tan frío, que se forman canelones
del agua fría congelada en las extremidades de la túnica, y hieren
continuamente las piernas, y mana sangre de tales heridas. Y todo
envuelto en lodo y frío y hielo, llego a la puerta, y, después de haber
golpeado y llamado por largo tiempo, viene el hermano y pregunta:
¿Quién es? Yo respondo: El hermano
Francisco. Y él dice: Vete; no es hora decente
de andar de camino; no entrarás. E
insistiendo yo de nuevo, me responde: Vete,
tú eres un simple y un ignorante; ya no vienes
con nosotros; nosotros somos tantos y tales,
que no te necesitamos. Y yo de nuevo estoy de
pie en la puerta y digo: Por amor de Dios

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recogedme esta noche. Y él responde: No lo haré. Vete al lugar de los
Crucíferos y pide allí. Te digo que si hubiere tenido paciencia y no me
hubiere alterado, que en esto está la verdadera alegría y la verdadera
virtud y la salvación del alma.» En alabanza de Cristo y de su siervo
Francisco. Amén.

7. REFLEXIÓN

Las realidades de nuestro mundo actual, nos han ido sumergiendo en una
comprensión pesimista del ser humano. De hecho, el papa Francisco, en
su encíclica Evangelii Gaudium afirma que:

“El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de
consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro,
de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales y de la conciencia aislada.

Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio


para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no
se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el
bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos
caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la
opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa
no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado.

Ante lo cual tendremos que recurrir a la invitación que nos hace Pablo en
la Carta a los Romanos que hemos escuchado…hermanos, si participamos
del Reino de Dios, si hemos sido destinatarios de la resurrección de
Cristo, si hacemos parte de la Iglesia…desbordemos de esperanza, no nos
dejemos llevar por la tristeza o por el sinsentido que en muchas ocasiones
nos agobia.

Que buen ejemplo el que nos da San Francisco al hablarnos acerca de la


verdadera alegría, nos motive para vivir más alegres en nuestra vida
cotidiana. No busquemos una alegría basada en lo pasajero, en lo
superficial, en lo que nos aleja del hermano. Si contemplamos la actitud de
San Francisco, tan confiado en el Amor del Padre, tan dispuesto a
permanecer siempre en el servicio de sus hermanos, tan confortado por la
pasión de nuestro Señor Jesucristo, tan convencido de la bienaventuranza
a la que lo invitaba el evangelio, seguramente comprenderemos que sí es
posible llevar a nuestro mundo, a nuestras familias, a nuestros contextos

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una voz de esperanza que consuele a los decaídos, que anime a los tristes
y que dé mucha alegría a aquellos que han puesto su esperanza en Dios.

Preguntémonos hermanos si ¿Tenemos puesta nuestra esperanza en el


Señor? o somos de los que no hemos podido experimentar la alegría de
ser hermanos, y vamos pesimistas o resentidos por el mundo.

8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señalado.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I IV

Entre la tierra y el cielo Madre, Virgen de Jesús


una escalerilla blanca Virgen, Madre de las almas
para sostenerla firme pues somos hermanos suyos
ángeles suben y bajan llévanos a su morada

II V

Y fijando nuestro ascenso Y serás bendecida


arriba, tú, estrella y ancla, y la Trinidad muy Santa
nuestro Padre Francisco el Padre, el Hijo, el Espíritu
anima nuestra escalada por siempre glorificada

III

Madre de los pecadores


alienta con tu mirada
los pasos vacilantes
de los Hermanos Menores

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9. PETICIONES

Presidente: Hermanos y hermanas, proclamemos las grandezas de Dios


Padre, Todopoderoso, que quiso que el ser humano comprendiera la
alegría de vivir en la esperanza diciendo:

Escúchanos Señor

1. Oh Dios, admirable en tus obras, que has querido hacernos


partícipes de la comunión con todas las creaturas, permite que
todos tus hijos caminemos hacia la felicidad que eres tú.

2. Tú, que nos diste a María por Madre, concede por su intercesión
la salud a los enfermos, la libertad a los cautivos y el perdón a los
pecadores.

3. Bendícenos Señor, para que, con una fe sincera y una esperanza


cierta permanezcamos siempre en la caridad de tu gracia.

4. Permite, Buen Dios, que tu Santa Iglesia viva siempre unida en


un solo corazón, una sola fe y una misma oración.

5. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


luchemos por permanecer firmes en el seguimiento de tu
santísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

6. Te pedimos por los frailes franciscanos nos contagien de aquella


esperanza con la que viven su vida cotidiana, como Hermanos
Menores, servidores sencillos de tu Reino.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

6
12. ORACIÓN CONCLUSIVA

¡Salve, Señora, Santa Reina, Santa Madre de Dios, María Virgen hecha
Iglesia, y elegida por el Santísimo Padre del Cielo, consagrada por Él con
su Santísimo Hijo Amado, y el Espíritu Santo Consolador, que tuvo y tiene
toda la plenitud de la gracia y todo bien! Por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.

7
DÍA SEGUNDO

De la violencia cotidiana a la paz de los hijos de Dios


1. MONICIÓN INICIAL:

El contexto social en el que nos ha tocado vivir, en


nuestra sociedad colombiana, nos propone como
gran reto la búsqueda de la Paz. Ante la violencia
que constatamos cada día en los medios de
comunicación, en el actuar de algunos grupos
sociales y en las injusticias de algunas estructuras
propias de nuestras comunidades, resulta necesario
acercarnos al Evangelio, buscando que nuestras
acciones sean solícitas en la construcción de la Paz.
Que San Francisco de Asís, hombre pacífico y
promotor de la comunión entre sus hermanos,
interceda por nosotros y su vida nos sirva de
ejemplo en la construcción de la paz.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

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5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura de la Carta a los Hebreos (12, 1-12)

Busquen la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie puede


ver a Dios. Estén atentos para que nadie sea privado de la gracia de Dios;
para que ninguna raíz amarga crezca y dañe y contagie a los demás. No
haya impúdicos ni profanadores como Esaú, que por una comida vendió
sus derechos de primogénito. Saben que más tarde, cuando intentó
recobrar la bendición testamentaria, fue descalificado y, aunque la pidió
con lágrimas, no consiguió cambiar la decisión. Ustedes se han acercado a
a Sión, monte y ciudad de Dios vivo, a la Jerusalén celeste con sus millares
de ángeles, a la congregación y asamblea de los primogénitos inscritos en
el cielo, a Dios, juez de todos, a los espíritus de los justos consumados, a
Jesús, mediador de la nueva alianza, a una sangre rociada que grita más
fuerte que la de Abel.

Palabra de Dios

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura de la Primera Vida de San Francisco, escrita por Tomás


de Celano (23)

Desde entonces comenzó a predicar a todos la penitencia con gran fervor


de espíritu y gozo de su alma, edificando a los oyentes con palabra
sencilla y corazón generoso. Su palabra era como fuego devorador,
penetrante hasta lo más hondo del alma, y
suscitaba la admiración en todos. Parecía
totalmente otro de lo que había sido, y,
contemplando el cielo, no se dignaba mirar a la
tierra. Y cosa admirable en verdad: comenzó a
predicar allí donde, siendo niño, aprendió a leer y
donde primeramente fue enterrado con todo
honor. De este modo, los venturosos comienzos
quedaron avalados por un final, sin comparación,
más venturoso. Donde aprendió, allí enseñó, y
donde comenzó, allí felizmente terminó.

9
En toda predicación que hacía, antes de proponer la palabra de Dios a los
presentes, les deseaba la paz, diciéndoles: «El Señor os dé la paz».
Anunciaba devotísimamente y siempre esta paz a hombres y mujeres, a
los que encontraba y a quienes le buscaban. Debido a ello, muchos que
rechazaban la paz y la salvación, con la ayuda de Dios abrazaron la paz de
todo corazón y se convirtieron en hijos de la paz y en émulos de la
salvación eterna. En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco.
Amén.

7. REFLEXIÓN

Apreciados hermanos, como partícipes de la espiritualidad franciscana,


promulgadora del ideal Paz, con el cual nos encontramos soñando como
seres humanos desde los inicios de nuestra existencia y más cuando
hacemos parte de un país que se encuentra pensándose en el proyecto de
la Paz como condición para progresar en el camino hacia la unidad,
acerquemos al testimonio de San Francisco para ver de qué modo
podemos convertiros en colaboradores del Reino pacífico de Dios.

El hermano Francisco habiéndose reconocido como hijo de Dios, dispuso


todas las fuerzas de su espíritu en pro de la experimentación de una
fraternidad universal. Por lo cual, descubrió que la única manera de llevar
a los demás el mensaje de Jesucristo, sería proponiendo caminos de paz.

Si analizamos nuestra vida cotidiana y tratamos de encontrar el sentido a


muchas de las divisiones y violencias que existen entre los seres
humanos, podremos afirmar acertadamente que vivimos muy
distanciados, enemistados y heridos porque nuestras actitudes a veces se
encuentran basadas en los prejuicios, en la intolerancia, en la
incomprensión y en el desamor.

Comprometámonos en este día con la paz, llevemos a los demás el


consuelo de Dios. Construyamos, desde nuestros hogares y pequeñas
comunidades, aquellos inicios de la paz que tanto anhelamos…si
buscamos la paz, y corremos tras ella, nos hallaremos presenciando en
nuestras existencias la verdadera experiencia del Reino de Dios, en donde
todo es paz, alegría y gozo.

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8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.


R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I
IV
Ven Francisco a tus Hermanos,
visita a los pobrecillos; Ven con los brazos sin armas
ven, traspasado de amor, hermano suave y pacífico,
por las heridas de Cristo. ven, Menor de los Menores
de corazón compasivo.
II
V
Ven que los hombres te vean
por el mundo peregrino Ven ángel de buenas nuevas,
liberado, sin alforja háblanos de Jesucristo,
y sin dinero en el cinto ven boca del Evangelio
Francisco también querido
III

Ven penitente gozoso


que lloras de regocijo
heraldo loco de amor
juglar del perdón divino.

9. PETICIONES

Presidente: Adoremos a nuestro Altísimo y Sumo Dios, que ha querido


hacernos discípulos de su Paz, para que todos nuestros hermanos
experimenten el Reino de Dios. A cada petición decimos

Haznos tu Señor instrumentos de tu paz

1. Señor Jesús, probado en todo menos en el pecado, compadécete


de los violentos de este mundo y suscita en ellos la búsqueda de
la Paz.

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2. Señor Jesús, que nos llamas constantemente para que vivamos
en la plenitud del amor, concédenos progresar de día en día en la
construcción de un mundo más lleno de paz.

3. Señor Jesús, tú que nos has pedido que seamos sal de la Tierra y
luz del mundo, ilumínanos para que podamos cumplir de día en
día con nuestros compromisos bautismales.

4. Señor Jesús, que viniste al mundo para servir y no para que te


sirvieran, concédenos la gracia de construir la paz estando
siempre dispuestos para servir a nuestros hermanos.

5. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


luchemos por permanecer firmes en tu seguimiento como
mensajeros de paz, en un mundo aquejado por tanta violencia.

6. Te pedimos por los frailes franciscanos, para que humildes y


pacíficos nos ayuden en la construcción de un mundo más
humano, en donde la Paz, que es Cristo, pueda reinar.

Presidente: Todas estas intenciones, Señor, te las hemos presentado por


medio de tu Hijo Jesucristo, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina
por los siglos de los Siglos. Amén.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Dulce Jesús, que has dispuesto con admirable providencia el nacimiento y


el testimonio de la Santidad en Francisco de Asís, te suplicamos que por
su intercesión podamos hacernos de día en día más amantes de la
humildad y la pobreza, de manera que nuestros espíritu sólo camine en
pro de las obras de la Paz, la Verdad y la Justicia. Te lo pedimos a ti que
vives y reinas por los siglos de los siglos Amén.

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DÍA TERCERO

El mundo como morada que Dios da a los hombres


1. MONICIÓN INICIAL:

En este tercer día de la novena en honor a la memoria del Pobre de Asís,


se nos invita para que, siguiendo el legado franciscano nos sintamos
miembros responsables de la creación que Dios ha regalado a los
hombres para que, en comunión con todas las criaturas, podamos llegar
algún día a la plena felicidad.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.

Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA

Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos (8, 18-23)

En efecto, todos los que son guiados por el


Espíritu de Dios son hijos de Dios. Pues no
recibisteis un espíritu de esclavos para recaer
en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu
de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a
nuestro espíritu para dar testimonio de que

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somos hijos de Dios. Y, si hijos, también herederos: herederos de Dios y
coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él
glorificados. Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no
son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Pues
la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos
de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no
espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser
liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa
libertad de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera gime
hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también
nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos
gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura del Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís

Altísimo, omnipotente, buen Señor,


tuyas son las alabanzas,
la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, te corresponden
y ningún hombre es digno de pronunciar tu nombre.

Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,


especialmente el señor hermano sol,
él es el día y por él nos alumbras;
y es bello y radiante con gran esplendor:
de ti. Altísimo, lleva significación.

Loado seas, mi Señor,


por la hermana luna y las estrellas:
en el cielo las has formado
claras y preciosas y bellas.

Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,


y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.

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Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
que es muy útil y humilde y preciosa y casta.

Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,


por el cual alumbras la noche:
y es bello y alegre y robusto y fuerte.

Loado seas, mi Señor,


por nuestra hermana la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna
y produce distintos frutos
con flores de colores y hierbas.

Loado seas, mi Señor,


por los que perdonan por tu amor
y sufren enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las sufren en paz,
pues por ti, Altísimo, coronados serán.

Loado seas, mi Señor,


por nuestra hermana la muerte corporal
de la cual ningún hombre vivo puede escapar.
¡Ay de aquellos que morirán en pecado mortal!
Bienaventurados
los que encontrará en tu santísima voluntad,
pues la muerte segunda no les hará mal.

Load y bendecid a mi Señor,


y dadle gracias y servidle con gran humildad.

En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.

7. REFLEXIÓN

Dios ha dispuesto que su creación entera, en tanto salida de sus manos,


esté destinada a la plenitud de la glorificación. De aquí que se pueda
comprender la gran estima y respeto con el cual debemos tratar a
nuestras hermanas las criaturas.

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Si tenemos en cuenta el ejemplo de San Francisco de Asís, sobretodo en el
cántico de las criaturas que acabamos de escuchar, sabremos en dónde
reside la dignidad de todo aquello que, además del ser humano, hace
parte de nosotros. Para Francisco de Asís, hombre totalmente desposeído
y reconocedor de la misericordia de Dios en él, es clarísimo que todo lo
que existe ha salido de las manos del Señor. Esta convicción hace que
Francisco comprenda y asuma a las demás criaturas como sus hermanas,
pues tienen nuestro mismo origen y nuestro mismo fin: el amor de Dios y
la plenitud de la gloria, como hemos escuchado en la lectura del Apóstol
Pablo.

Queridos hermanos, toda la creación, la naturaleza entera – como lo


pudiéramos recordar a partir del primer capítulo del génesis o leyendo el
Salmo 8 – ha sido puesta bajo el cuidado del hombre. ¿Será que hemos
cuidado con justicia de nuestras hermanas las criaturas?, ¿las usamos con
el mismo amor con que soñamos compartir nuestra cotidianidad con los
seres humanos? Ser conscientes de la dignidad de la creación hará que en
este día iniciemos, con gozo, un nuevo compromiso: ser como Francisco
de Asís, amante de la ecología, protector de nuestro entorno, respetuoso
de todo aquello que ha sido puesto no sólo para nuestra comodidad y
subsistencia, sino para que formemos comunidad.

8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I II

En el más pisado suelo Como estrella, luna y sol


desnudo quieres morir, al meridiano subsiste
como Cristo por seguir de la gloria porque te fuiste
hasta la muerte su vuelo en lo humilde admiración

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III IV

Amoroso serafín Dios te salve serafín


con tus ardores prolijos Padre abrazado Francisco
alcanzad, que vuestros hijos De la pobreza más rica
consigamos nuestro fin Imagen propia de Cristo

Eres el sol que entre sayales


comunicas luces bellas
a muchos cielos y estrellas
con llamas celestiales.

9. PETICIONES

Presidente: Adoremos Cristo, el Dios santo, y pidámosle que nos enseñe


a servirle en santidad y justicia, digamos todos:

Alabado seas Señor, por tus criaturas

1. Santísimo Señor que nos has hecho hijos de tu Padre celestial,


permítenos vivir en comunión con toda la creación.

2. Suscita Señor hombres y mujeres, que siguiendo a san Francisco,


trabajen en pro de la ecología y la biodiversidad.

3. Gracias Señor por todas tus creaturas, especialmente por


aquellas que usamos a diario para subsistir, permítenos hacer un
uso adecuado y responsable de ellas.

4. Haz Señor que tu Iglesia sea ejemplo de administración de tu


creación, de manera que viendo su santo actuar toda humana
criatura se sienta motivada a cuidar de aquello que nos rodea.

5. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


luchemos por conservar la creación, pensando en que todas las
creaturas formamos la única familia de Dios.

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6. Te pedimos por los frailes franciscanos, para que no se cansen de
luchar por el cuidado de la flora y la fauna, cumpliendo así el
legado que Francisco, hermano de la creación, les ha dejado.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Dios Padre, Todopoderoso, que has enviado al mundo la Palaba de verdad


y el Espíritu de la Santificación para revelar, a los hombres tu admirable
misterio, concédenos que como San Francisco nos sintamos hermanos y
protectores de la creación. Por tu Hijo Jesucristo quien contigo vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.

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DÍA CUARTO
Del consumismo y la superficialidad a una vida sencilla junto a Dios

1. MONICIÓN INICIAL:

Muchas de las situaciones y ofertas de la vida nos seducen, haciéndonos


pensar que en ellas, y en la lucha que en pro de conseguirlas
emprendemos, está la felicidad. El joven Francisco, en los días de su
juventud, también se vio fascinado por el deseo de acaparar para él
riquezas, fama y poder; sin embargo, disponible a la Palabra de Dios
proclamada supo seguir a Jesucristo llevando una vida sencilla junto a Él.
Con el firme propósito de superar la tentación de vivir en la
superficialidad, el consumismo y la vanidad para emprender con
confianza el camino hacia Dios. Iniciemos este cuarto día de la novena de
San Francisco.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura del Evangelio según San Lucas (9, 1-6)

Convocó a los Doce y les dio poder y autoridad sobre todos los demonios
y para sanar enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a
sanar enfermos, y le dijo: No lleven nada para el camino: ni bastón ni
alforja, ni pan ni dinero, ni dos túnicas. En la casa que entren permanezcan
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hasta que se vayan. Si no los reciben, al salir de la ciudad sacudan el polvo
de los pies como prueba contra ellos. Cuando salieron, recorrieron los
pueblos anunciando la Buena noticia y sanando enfermos por todas
partes. Palabra del Señor

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura de la Vida primera de San Francisco según Tomás de


Celano (22)

Pero cierto día se leía en esta iglesia el


evangelio que narra cómo el Señor había
enviado a sus discípulos a predicar;
presente allí el santo de Dios, no
comprendió perfectamente las palabras
evangélicas; terminada la misa, pidió
humildemente al sacerdote que le explicase
el evangelio. Como el sacerdote le fuese
explicando todo ordenadamente, al oír Francisco que los discípulos de
Cristo no debían poseer ni oro, ni plata, ni dinero; ni llevar para el camino
alforja, ni bolsa, ni pan, ni bastón; ni tener calzado, ni dos túnicas, sino
predicar el reino de Dios y la penitencia, al instante, saltando de gozo,
lleno del Espíritu del Señor, exclamó: «Esto es lo que yo quiero, esto es lo
que yo busco, esto es lo que en lo más íntimo del corazón anhelo poner en
práctica».

Rebosando de alegría, se apresura inmediatamente el santo Padre a


cumplir la doctrina saludable que acaba de escuchar; no admite dilación
alguna en comenzar a cumplir con devoción lo que ha oído. Al punto
desata el calzado de sus pies, echa por tierra el bastón y, gozoso con una
túnica, se pone una cuerda en lugar de la correa. Desde este momento se
prepara una túnica en forma de cruz para expulsar todas las ilusiones
diabólicas; se la prepara muy áspera, para crucificar la carne con sus
vicios y pecados; se la prepara, en fin, pobrísima y burda, tal que el
mundo nunca pueda ambicionarla. Todo lo demás que había escuchado se
esfuerza en realizarlo con la mayor diligencia y con suma reverencia. Pues
nunca fue oyente sordo del Evangelio sino que, confiando a su feliz
memoria cuanto oía, procuraba cumplirlo a la letra sin tardanza.
En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.

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7. REFLEXIÓN

El hermano Francisco, totalmente dispuesto


por el Espíritu del Señor que venía actuando
en él desde el día de su bautismo, pero más
fuertemente ahora que caminaba ya en el
seguimiento de Cristo, se encontraba
anhelante de comprender cómo era que
debería seguir a aquel que lo invitaba a
querer la pobreza (la sencillez de vida) por
encima de todas las cosas.

Así oyendo el Evangelio que acabamos de escuchar, Francisco


comprendía que, una vez que el discípulo había recibido el don del Señor
para seguirlo, debería hacerlo con total entrega. De aquí mis hermanos
que, si nosotros queremos experimentar la misma alegría de Francisco
gritando cada vez que escuchemos la Palabra de Dios: ¡Esto es lo que
quiero vivir!, tenemos que abrir nuestro corazón a la necesidad de llevar
una vida sencilla.

Nuestras sociedades, cada vez más, se encuentran determinadas por


parámetros consumistas, superficiales e impregnados de vanidad, que
parecen distraernos no sólo en la comprensión de la Palabra de Dios, sino
en el compromiso que tenemos para con los más necesitados.

Comprometámonos en este día con la sencillez del Evangelio, esa misma


humildad y disponibilidad que cautivó a Francisco, nos servirá de
herramienta para construir un mundo en donde los hombres podamos
andar menos preocupados y vigilantes de lo material, y más
comprometidos con la solidaridad, la cercanía y la igualdad. En un
momento de silencio pidamos al Buen Dios que nos regale la Paz del
corazón, para que sencillos y humildes podamos cumplir con nuestra
misión bautismal, ir por el mundo entero dando testimonio del amor, la
justicia, la humildad y la fraternidad.

21
8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.


R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I III

Con la primera luz de la alborada Serafín él también, aunque en la carne


sale Francisco, fervoroso, al monte, contempla al Serafín unificado
amando el sol ilumina el horizonte, todo su ser dichoso y angustiado
se afirma en la oración. se concentra en el Amor.

II
IV
Y es tan hondo su amor a Jesucristo
que anhela transformarse en el que Francisco, fiel amor, padre nuestro,
ama, alcánzanos saber morir al mundo,
y se convierte en ardorosa llama, y vivir para Aquel que en lo profundo
de intensa compasión. te selló con su luz.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu


Gloria a la Santa Trinidad Divina
que nos sella, nos transforma,
e ilumina con su Sagrada luz. Amén

9. PETICIONES

Presidente: Hermanos, unamos nuestras oraciones y las de la Iglesia a las


de todos los hombres de buena voluntad, para pedirle al Padre del cielo
que llame a todos a vivir en la humildad:

Danos Señor un corazón humilde y sencillo


22
1. Te pedimos Señor por la Iglesia, para que permanezca fiel a su
tarea Misionera y aparezca ante el mundo como signo de
humildad, cercanía y paz.

2. Mira con bondad a nuestros pueblos para que obtengan, por la


honestidad de sus gobernantes, la justicia, igualdad y desarrollo
social.

3. Ilumina Señor a todos aquellos que se encuentran inmersos en


contextos de consumismo, materialismo y superficialidad, para
que encuentren en la vida sencilla del Evangelio, el verdadero
sentido a su existencia como cristianos.

4. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


perseveremos en la invitación que nos haces de ir por el mundo
dando testimonio de ti, sin apegarnos a lo que es pasajero.

5. Te pedimos por los frailes franciscanos, para logren testimoniar


la minoridad franciscana, mediante actitudes sencillas, humildes
y bondadosas.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Señor, Dios nuestro, que pusiste como fermento en el mundo la fuerza del
Evangelio, concédenos que, a pesar de vivir, en medio de los afanes
temporales, seamos encendidos por el fuego de tu Espíritu, para que
como san Francisco, nos entremos humildemente y sin reservas a
testimoniar, con nuestras vidas, el Evangelio en el que creemos. Por
Jesucristo nuestro Señor, Amén.

23
DÍA QUINTO
Fraternidad, don para la experiencia de un mundo
reconciliado
1. MONICIÓN INICIAL:
Muchas personas van por el mundo experimentando la
soledad, el desprecio, la marginación y el peso de no tener
alguien con quien compartir la existencia de todos los
días. El carisma franciscano, entre sus notas esenciales
desea proponer al mundo el don de la FRATERNIDAD. Así,
viviendo como hermanos, bajo la convicción profunda de
que en Cristo todos somos hijos de Dios, se podrá
proponer la reconciliación y la cercanía entre los hombres
de este mundo. Con el deseo de vivir como hermanos, y pidiendo la
intercesión de San Francisco sobre nuestra sociedad colombiana tan
necesitada de reconciliación para vivir como hermanos, iniciemos este día
quinto de la novena.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:
Lectura del Evangelio según San Juan (13, 31-36)
Cuando salió, dice Jesús: «Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y
Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, Dios

24
también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto.» «Hijos míos, ya
poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis, y, lo mismo
que les dije a los judíos, que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os
digo también ahora a vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os
améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis
también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois
discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.» Simón Pedro le
dice: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy no
puedes seguirme ahora; me seguirás más tarde.» Palabra del Señor

6. LECTURA FRANCISCANA
Lectura de la leyenda de los tres compañeros (41)

Cuando se vio que los hermanos se alegraban en


sus tribulaciones; que se dedicaban diligente y
devotamente a la oración; que no recibían dinero
ni lo llevaban; que se querían mutuamente con
inmenso amor -señal por la que se daban a
conocer como verdaderos discípulos del Señor-,
muchos venían a ellos cordialmente compungidos
por las ofensas que les habían inferido y les pedían perdón. Ellos los
perdonaban de corazón, diciéndoles: «El Señor os perdone»; y les daban
oportunos consejos en orden a la salvación. Algunos pedían que los
admitieran en su compañía; como, por la escasez de hermanos, tenían
facultad del bienaventurado Francisco para recibir en la Orden, recibieron
a algunos, y en el término establecido regresaron con ellos a Santa María
de la Porciúncula. Cuando volvían a verse juntos, disfrutaban de tanta
alegría y regocijo cual si no recordaran nada de cuanto habían sufrido de
los malvados.

Todos eran solícitos en hacer oración todos los días y en ocuparse en


trabajos manuales para evitar en absoluto la ociosidad, que es enemiga
del alma. Se levantaban con toda diligencia a media noche y oraban
devotísimamente, con lágrimas copiosas y suspiros; se amaban con
íntimo y mutuo amor, se servían unos a otros y se atendían en todo, como
una madre lo hace con su único hijo queridísimo. Era su caridad tan
ardorosa, que les parecía cosa fácil entregar su cuerpo a la muerte, no
sólo por amor de Cristo, sino también por el bien del alma o del cuerpo de

25
sus cohermanos. En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco.
Amén.

7. REFLEXIÓN

Luego de haber transcurrido un tiempo de discernimiento en torno al


seguimiento de Cristo, San Francisco comprendió que el don divino – la
experiencia con Jesús - se comprende, verdaderamente, cuando se vive
unido y reconciliado con los demás hermanos.

Para la espiritualidad franciscana, el otro es visto como un don, que hay


que acoger, amar y respetar. Es en esta dinámica como hoy queremos
proponernos como parámetro para la reconciliación que deseamos
establecer en nuestro país, la vida de fraternidad, de comunión, de
compasión, de gozo en el compartir diario con el otro quien, a pesar de
ser diferente y de equivocarse, es mi hermano.

Si para Francisco de Asís cada uno de los hombres era signo del amor
gratuito de Dios, al punto de tratarlos como una madre trata a sus hijos,
tendremos nosotros hoy la oportunidad para experimentar el Reino de
Dios, en compañía de nuestros hermanos.

Comprendamos pues, que la fraternidad tiene como modelo el amor


divino, que por nosotros se ha encarnado. Es decir, amamos a nuestros
hermanos porque nos hemos sentido primero amados por Dios. Ahora
bien, es importante reconocer que Dios nos ama y por eso respeta nuestra
libertad. Una libertad que en ocasiones se dirige hacia la enemistad, el
rencor, el odio y el rechazo para con nuestros hermanos. Lo cual, desdice
de nuestra condición de seguidores de Jesucristo. Recordemos sus
palabras: “en esto conocerán que son mis discípulos en os améis los unos a
los otros como yo os he amado”. No es comprensible que nos llamemos
cristianos católicos y vivamos enemistados. Caminemos, pues, tras las
sendas de la reconciliación. Que este día, junto con San Francisco, nos
comprometamos con el amor, respeto y reverencia hacia nuestros
hermanos. Y, si estamos enemistados con alguien, vayamos tras la
búsqueda del perdón…Si Dios nos perdona nuestros muchos pecados,
¿por qué no asumimos el discipulado perdonando los pocos pecados de
nuestros hermanos?

26
8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I III

Hermano de los hombres Francisco el de las calles


y aún de animales bravos por él tantas veces andadas
hermano de Jesús Francisco a quien el mundo
que en sí todo lo hermana. hoy alza su esperanza.

II IV

La norma del Evangelio Loado mi Señor


su vida las pisadas por tan cercana gracia
de Aquel Jesús que quiso por el humilde hermano
fijar en ti su mirada. marcado con tus llagas.

9. PETICIONES

Presidente: Hermanos y hermanas, pidamos a Dios Padre fuente de la


caridad que con la intercesión de San Francisco nos ayude sobre todo en
el amor al prójimo y digámosle con fe:

Tú, que nos has hecho hermanos, escucha nuestra oración

1. Padre Santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos
tuyos, haz que tu Iglesia Santa, extendida por los confines de la
Tierra anuncie con amor el testimonio de la reconciliación.

2. Tú que deseas que vivamos de una manera digna, buscando


siempre el bien de nuestros hermanos, ayúdanos a perseverar en
tu Palabra, dando testimonio de buenas obras.

27
3. Bendícenos Señor con la alegría, la paz y la comprensión, de
manera que podamos, de día en día, construir un mundo en el
que reine la unidad.

4. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos nos


dejemos abrazar por tu misericordia, sintiéndonos siempre
invitados a vivir reconciliados con nuestros hermanos.

5. Te pedimos por los frailes franciscanos, para que en la vida que


experimentan a diario, sean para tu pueblo santo testimonio de
perdón, justicia, misericordia y fraternidad.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Oh Dios fuente de toda Santidad por intercesión de San Francisco de Asís,


que tuvo en la tierra la oportunidad de enseñarnos el carisma de la
Fraternidad y recibió tu recompensa en el cielo, haz que caminemos
diariamente en la vocación particular a la que nos has llamado y podamos,
así, ser testigos de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

28
DÍA SEXTO
Llamados a una vida de penitencia
1. MONICIÓN INICIAL:

En la vida cotidiana vamos experimentando la necesidad de estar más y


más unidos al Señor. Por esto, nos dedicamos a ejercitarnos en actos de
piedad, oración, espiritualidad y penitencia. Qué bonita oportunidad la
que el Señor nos ofrece hoy para que, junto con San Francisco, no
deseemos más que poseerlo en lo más íntimo de nuestro corazón,
renunciando definitivamente a lo pasajero, a lo que no nos deja ser felices.
Sintámonos invitados a la conversión, a hacer penitencia, a testimoniar
con un corazón contrito y humilde el gran amor que tenemos para con
Dios.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable


misterio de la cruz de tu Hijo, por medio de tu
devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a
imitación de aquél que mereció llevar en su cuerpo
las marcas del Señor, y ser enriquecidos con los
dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura del Libro del Profeta Isaías (58, 6-12)

Este es el ayuno que yo amo —oráculo del Señor—: soltar las cadenas
injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y

29
romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a
los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de
tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no
tardarán en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá
la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás
auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!" Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto
amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias
al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad
será como el mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en
los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un
jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se
agotan. Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos
seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de
moradas en ruinas".

Palabra de Dios

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura de la Primera Carta a los Fieles de San Francisco de


Asís (1-19)

Todos los que aman al Señor con todo el corazón, con toda el alma y con
toda la mente, con todas las fuerzas, y aman a sus prójimos como a sí
mismos, y odian a sus cuerpos con sus vicios y pecados, y reciben el
cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo, y hacen frutos dignos de
penitencia: ¡Oh cuán bienaventurados y benditos son ellos y ellas,
mientras hacen tales cosas y en tales cosas
perseveran!, porque descansará sobre ellos el
espíritu del Señor y hará en ellos habitación y
morada , y son hijos del Padre celestial, cuyas
obras hacen, y son esposos, hermanos y madres
de nuestro Señor Jesucristo. Somos esposos
cuando, por el Espíritu Santo, el alma fiel se une
a nuestro Señor Jesucristo. Somos para él
hermanos cuando hacemos la voluntad del
Padre que está en los cielos ; madres, cuando lo
llevamos en nuestro corazón y en nuestro
cuerpo, por el amor divino y por una conciencia
30
pura y sincera; y lo damos a luz por medio de obras santas, que deben
iluminar a los otros como ejemplo. ¡Oh cuán glorioso, santo y grande es
tener un Padre en los cielos! ¡Oh cuán santo, consolador, bello y
admirable, tener un tal esposo! ¡Oh cuán santo y cuán amado, placentero,
humilde, pacífico, dulce, amable y sobre todas las cosas deseable, tener un
tal hermano y un tal hijo: Nuestro Señor Jesucristo!, quien dio la vida por
sus ovejas y oró al Padre diciendo: Padre santo, guarda en tu nombre a los
que me has dado en el mundo; tuyos eran y tú me los has dado. Y las
palabras que tú me diste, se las he dado a ellos, y ellos las han recibido y han
creído de verdad que salí de ti, y han conocido que tú me has
enviado. Ruego por ellos y no por el mundo. Bendícelos y santifícalos, y por
ellos me santificó a mí mismo. No ruego sólo por ellos, sino también por
aquellos que, por medio de su palabra, han de creer en mí, para que
sean santificados en la unidad, como nosotros. Y quiero, Padre, que, donde
yo esté, estén también ellos conmigo, para que vean mi gloria en tu reino.
Amén. En alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.

7. REFLEXIÓN

En la vida cotidiana los cristianos, por aquella bella intención que


tenemos a diario de configurarnos con Cristo, vamos proponiéndonos
ejercicios de penitencia. Por lo cual, nos dejamos orientar por la Iglesia
orando con el Santo Viacrucis, ayunando, orando incesantemente,
dedicando nuestro tiempo para asistir a la celebración de la Eucaristía,
absteniéndonos de ciertos alimentos o comportamientos, y reconociendo
nuestro pecado ante Dios y ante la Iglesia.

El siervo Francisco, en el texto que acabamos de escuchar, nos ilumina


acerca de cómo debe ser el comportamiento de aquellos que, como
nosotros, hemos decidido vivir – en tanto configurados con la cruz de
Cristo – una vida de penitencia. Nos señala, el santo, que todos los
ejercicios y prácticas por medio de las cuales tributamos amor al Señor,
tienen una única finalidad: que nuestra alma permanezca fiel.

Y, es que un ser humano que deja que el Espíritu Santo actúe


constantemente en él, permanecerá fiel a la fe que profesa. Ejercitarse en
la templanza, en la fortaleza, en la humildad, en la sencillez y en la
necesidad de Dios, es ya una primera señal de querer vivir junto a él.

31
Sin embargo, en muchas ocasiones nos encontramos con hermanos que
queriendo ser fieles al Señor, dedican muchos de sus esfuerzos a su
propia satisfacción, llenándose de soberbia e incluso convirtiéndose en
jueces de aquellos hermanos que, por su debilidad, van haciendo
lentamente su camino de configuración con Cristo. Por lo cual, la
invitación hoy es a tener en cuenta las palabras del profeta Isaías. El
verdadero ayuno que agrada al Señor consiste en proponerse obras
buenas y en pro del hermano que tienda hacia la solidaridad, la
compasión, la reconciliación y la caridad. Si no tenemos amor, si no somos
humildes, si no estamos constantemente abiertos a la gracia de Dios,
quizás no estamos siendo penitentes, en el seguimiento de Cristo, sino
orgullosos en la imposición de nuestros criterios.

Que este sexto día de la novena nos deje como compromiso: vivir unidos a
Cristo, mediante la práctica constante de las virtudes y la penitencia, pero
como lo hizo Cristo…siempre en bien del hermano, siempre para la gloria
y alabanza de Dios.

8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.


R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I III
Luce el cielo su manto de estrellas ¡Quién eres, Señor mío y Dios mío!
en la noche callada y serena; Quién soy yo, vil gusano de tierra,
cuando todos descansan y duermen, y así pasan las horas volando
Fray Francisco absorto está en vela. y Francisco, estático sueña.
II IV
Y sus ojos, al cielo elevados,
Es el heraldo del Rey de la gloria,
son plegaria de amor y de entrega,
y su voz susurro de rezos, y la dama pobreza es su dueña.
Ya no cuentan dolores ni gozos,
convertidos en dulces poemas.
sufrimientos y dichas no cuentan.

32
V

Demos gloria al Dios increado


Trino y Uno en personas y esencia,
alabanzas y glorias eternas,
al que a Francisco le dio su existencia.

9. PETICIONES

Presidente: Como piedras vivas, restauradas por la penitencia que a


diario nos une a Cristo, oremos al Padre todo poderoso diciendo:

Que tu sabiduría nos asista Señor

1. Para que tu Santa Iglesia, promueva en sus fieles el constante


deseo de permanecer siempre unidos a ti.

2. Para que los gobernantes de las naciones, promuevan la libertad


entre los hombres, de modo que puedan compartir sin temor el
amor y la unión con tu Hijo.

3. Para que los enfermos y desposeídos sepan contemplarte en la


cruz, convencidos de que les ofreces tu amor y resurrección.

4. Para que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


luchemos por permanecer firmes en el seguimiento de tu
santísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como cristianos
humildes, alejando de nosotros toda pretensión, orgullo o
soberbia.

5. Para que los Hermanos Franciscanos disfruten la vida de


penitencia que han acogido, de manera que sean en el mundo
testigos de la luz que es Cristo.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

33
11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Oh Dios, que has dispuesto con admirable providencia que el Reino de


Cristo se extienda por toda la Tierra, y que todos los hombres participen
de la Redención salvadora, te rogamos por todos tus hijos que día a día se
ejercitan en tu seguimiento, para que por intercesión de San Francisco,
den frutos humildes de buenas obras. Por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.

34
DÍA SÉPTIMO
Identificándose con los pobres
1. MONICIÓN INICIAL:

Una de las notas esenciales con las cuales se identifica a Francisco de Asís
es su constante deseo de acompañar a los más necesitados.
Constantemente refería que deseaba seguir a Cristo pobre y crucificado.
Por lo cual, hermanos y hermanas, en este séptimo día de la novena se nos
invita trabajar por aquellos que pareciera que no tienen lugar en nuestra
sociedad, pero que en el Reino de los cielos se hacen destinatarios de la
promesas de Dios.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura del Evangelio según San Mateo (25, 31-46)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el


Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su
gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. El separará a unos de
otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas
a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su
derecha:

35
“Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para
vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis
de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis,
estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y
vinisteis a verme.” Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te
vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?;
¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?;
¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?”

Y el rey les dirá: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de
éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis.”

Y entonces dirá a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, id al


fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre
y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y
no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la
cárcel y no me visitasteis.” Entonces también éstos contestarán: “Señor,
¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo
o en la cárcel, y no te asistimos?”

Y él replicará: “Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de
éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo.” Y éstos irán al castigo
eterno, y los justos a la vida eterna.»

Palabra del Señor

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura de la leyenda de los Tres Compañeros (11)

Como cierto día rogara al Señor con mucho fervor, oyó esta
respuesta: «Francisco, es necesario que todo lo que, como
hombre carnal, has amado y has deseado tener, lo desprecies
y aborrezcas, si quieres conocer mi voluntad. Y después que
empieces a probarlo, aquello que hasta el presente te parecía
suave y deleitable, se convertirá para ti en insoportable y
amargo, y en aquello que antes te causaba horror,
experimentarás gran dulzura y suavidad inmensa».

36
Alegre y confortado con estas palabras del Señor, yendo un día a caballo
por las afueras de Asís, se cruzó en el camino con un leproso. Como el
profundo horror por los leprosos era habitual en él, haciéndose una gran
violencia, bajó del caballo, le dio una moneda y le besó la mano. Y,
habiendo recibido del leproso el ósculo de paz, montó de nuevo a caballo
y prosiguió su camino. Desde entonces empezó a despreciarse más y más,
hasta conseguir, con la gracia de Dios, la victoria total sobre sí mismo.

A los pocos días, tomando una gran cantidad de dinero, fue al hospital de
los leprosos, y, una vez que hubo reunido a todos, les fue dando a cada
uno su limosna, al tiempo que les besaba la mano. Al salir del hospital, lo
que antes era para él repugnante, es decir, ver y palpar a los leprosos, se
le convirtió en dulzura. De tal manera le echaba atrás el ver los leprosos,
que, como él dijo, no sólo no quería verlos, sino que evitaba hasta el
acercarse al lazareto. Y si alguna vez le tocaba pasar cerca de sus casas o
verlos, aunque la compasión le indujese a darles limosna por medio de
otra persona, siempre lo hacía volviendo el rostro y tapándose las narices
con las manos. Mas por la gracia de Dios llegó a ser tan familiar y amigo
de los leprosos, que, como dice en su testamento, entre ellos moraba y a
ellos humildemente servía. En alabanza de Cristo y de su siervo
Francisco. Amén.

7. REFLEXIÓN

El encuentro con Dios no lleva al cristiano a replegarse sobre sí mismo ni


a refugiarse en un mundo espiritualista e individualista. De hecho, si
contemplamos el proceso de conversión de Francisco y su configuración
con Cristo, podemos observar que se caracterizó por tener una actitud de
compasión para con aquellos más necesitados. Francisco de Asís,
perteneciente a una clase social cómoda y aburguesada afirma sobre sí
mismo que, antes de su encuentro con Cristo, le parecía amargo acercarse
a los pobres, a los que sufren, a aquellos que no tienen más que la
misericordia de sus hermanos para sobrevivir.

Sin embargo, una vez que comprende que la dinámica del Reino de los
cielos exige que todos seamos destinatarios de la dignidad de Hijos de
Dios, aquello que le sabía amargo se le transformó en gozo y simpatía. Y
¡cómo no sentir alegría de ver a un hermano sonreír cuando compartimos

37
lo que tenemos con él!, ¡Cómo no sentir la presencia de Jesucristo en
aquellos que se encuentran atados a la cruz de la injusticia, pero con la fe
firme en la misericordia de Dios!

Pues bien, todos aquellos que en este séptimo día de la novena nos hemos
congregado para reconocer la acción de Dios en Francisco, hemos de
sentirnos invitados a ir al encuentro del más necesitado…pero no como
salvadores o protectores asistencialistas, sino como aquellos que se
identifican con el que sufre, como aquellos que experimentando el dolor
de su hermano, quieren hacerle experimentar la alegría y el gozo de
permanecer junto a Jesucristo.

Si nos convencemos de que yendo hacia el más necesitado nos


encontramos con Cristo, nuestra experiencia de fe dará frutos de buenas
obras.

8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I III

Hermano de los hombres Francisco el de las calles


y aún de animales bravos por él tantas veces andadas
hermano de Jesús Francisco a quien el mundo
que en sí todo lo hermana hoy alza su esperanza

II IV

La norma del Evangelio Loado mi Señor


su vida las pisadas por tan cercana gracia
de Aquel Jesús que quiso por el humilde hermano
fijar en ti su mirada marcado con tus llagas.

38
9. PETICIONES

Presidente: Hermanos invoquemos a Dios, nuestro Padre, para que nos


haga cercanos de los más necesitados y amantes de la Cruz de Cristo.
Digamos con fe:

Señor danos un corazón de carne

1. Para que la Iglesia Católica, el Papa y los Obispos dirijan la


atención sobre aquellos hermanos más necesitados de nuestra
cercanía y comprensión.

2. Para que nos esforcemos continuamente en llevar una vida de


santidad, que se vea transparentada en las obras de caridad para
con nuestros hermanos, los más necesitados.

3. Para que todas las sociedades del mundo, especialmente la


nuestra, tomen conciencia de la necesidad que urge de implantar
un reino en el que triunfe la solidaridad.

4. Para que los que sufren los horrores de la guerra y de las


injusticias, encuentren en nosotros, aquí reunidos, manos
dispuestas a colaborarles en el progreso y la recuperación de su
dignidad de Hijos de Dios.

5. Para que, por intercesión de San Francisco, los frailes


franciscanos, sigan orientándonos con su testimonio, acerca de
cómo debemos disfrutar la cercanía y compasión para con
aquellos que reclaman nuestro amor y generosidad.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

39
12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Señor tú que dijiste en tu Evangelio que los pobres de espíritu alcanzarían


el Reino de los Cielos, concédenos la plena humildad de nuestras
intenciones para que siempre nos dirijamos con generosidad hacia los
hermanos que necesitan de una mano atenta en la superación de sus
necesidades. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

40
DÍA OCTAVO

Perseveren en el espíritu de oración y devoción


1. MONICIÓN INICIAL:

Apreciados hermanos, como comunidad colombiana, reunidos en este


Templo de San Francisco, pidámosle al buen Dios que, por intercesión de
san Francisco de Asís, nos conserve siempre firmes en la esperanza de los
hijos de Dios; pues estamos convencidos de que el Reino de Dios ya ha
sido instaurado y sólo si somos disponibles, podemos hacer que nuestras
sociedades logren experimentarlo.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura del Evangelio según San Juan (17, 1-11)

Después de hablar así, Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo: "Padre, ha
llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que
le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna
a todos los que tú le has dado. Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti,
el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en
la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste. Ahora, Padre,

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glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el
mundo existiera.

Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos.


Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra. Ahora saben
que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las
palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo
salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego
por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es
tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más
en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti. Padre santo, cuídalos
en tu Nombre —el Nombre que tú me diste— para que sean uno, como
nosotros.

Palabra del Señor

6. LECTURA FRANCISCANA

De la Regla bulada de San Francisco de Asís (5)

Aquellos hermanos a quienes ha dado el Señor la gracia del


trabajo, trabajen fiel y devotamente de forma tal, que,
evitando el ocio, que es enemigo del alma, no apaguen el
espíritu de la santa oración y devoción, a cuyo servicio deben
estar las demás cosas temporales. Y como remuneración del
trabajo acepten, para sí y para sus hermanos, las cosas
necesarias para la vida corporal, pero no dinero o pecunia; y
esto háganlo humildemente, como corresponde a quienes son
siervos de Dios y seguidores de la santísima pobreza. En
alabanza de Cristo y de su siervo Francisco. Amén.

7. REFLEXIÓN

La vida de oración es una historia de relación amorosa y, en


cuanto tal, está sujeta a la fidelidad, pero a una fidelidad que
no consiste tanto en la observancia de un precepto o de unas
normas, por importante que todo esto sea, cuanto en una
fidelidad creativa. Una fidelidad, la del amor, que "no tiene
forma" y, por lo mismo, toma formas tan diversas en cada

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hermano, en cada familia y en cada momento de esta historia de relación.
Por otra parte, cuando el amor está vivo y seductor, es también creativo, y
entonces nacerán nuevas formas de orar.

Si la oración ha de iluminar nuestra vida, también la vida ha de impulsar a


los hermanos y a las fraternidades a una búsqueda constante de formas
nuevas de oración. Sólo así la oración tocará la vida y la transformará,
sólo así podremos identificamos con el Señor y conformarnos con Él.

Es importante que busquemos nuevas formas para enriquecer nuestra


oración que respondan a las situaciones sociales del mundo en el que
vivimos. Sólo si estamos plenamente unidos al Señor, como san Francisco
quiso estarlo, podremos salir en pos del anuncio de la buena nueva.

La oración que hacemos, ¿ilumina realmente


nuestra vida? ¿Es nuestra oración una mera
búsqueda de soluciones? O ¿es un encuentro
personal con Dios en el que nos sentimos realmente
confortados con sus palabras?

8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I II

Francisco, fiel amor, padre nuestro, Es una flor que sabe adornar
alcánzanos saber morir al mundo, ser un adorno de Dios,
y vivir para Aquel ver a las aves que saben volar,
que en lo profundo te selló con su luz. ser instrumento de Paz

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III V

Con la primera luz de la alborada Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu,


sale Francisco, fervoroso al monte, gloria a la Santísima Trinidad
amando el sol ilumina el horizontes, que nos invita a participar
se afirma en la oración. De su preciosa santidad.

IV

Y es tan hondo su amor a Jesucristo


que anhela transformarse
en el que ama, y se convierte en
ardorosa llama, de intensa compasión

9. PETICIONES

Presidente: Hermanos, conscientes de nuestra misión como Discípulos y


Misioneros del Señor, pidámosle que nos concesa ser testimonios de
santidad. Dicamos todos:

Tú solo eres santo Señor

1. Padre nuestro que hiciste que tu Hijo se manifestara


gloriosamente resucitado, haz que nosotros seamos testigos de
su resurrección ante el mundo.

2. Padre santo, tu que enviarte a tu Hijo único al mundo para dar la


Buena Noticia a los humildes y sencillos, permítenos dar
testimonio de servicio en medio de nuestros hermanos.

3. Padre Santo, tú que nos has puesto como modelo de santidad a


María Santísima, danos la gracia de permanecer siempre firmes
en la fe y en la pureza de costumbres.

4. Permite, Buen Dios, quienes estamos aquí reunidos retomemos


hoy nuestro camino de conversión, abrazando como Francisco, la
cruz de Cristo.

44
5. Que por intercesión de San Francisco, los frailes franciscanos, se
constituyan, en medio de nuestras sociedades, en maestros de
vida, oración y santidad.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Oh Dios que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo como luz verdadera, y


suscitaste en tu Iglesia a Francisco de Asís para que diera testimonio del
Evangelio, derrama tu Espíritu sobre nosotros par que sembremos, en
este mundo, la semilla de la paz y la verdad. Por Jesucristo nuestro
Señor, Amén.

45
DÍA NOVENO
Hemos sido llamados a la libertad
1. MONICIÓN INICIAL:

Son muchas las esclavitudes ante las cuales el ser


humano actual debe plantearse una real disposición
por la libertad. Ser libre desde la espiritualidad
franciscana, consiste en concebirse absolutamente
Hijo de Dios y, en tanto hijo, corresponsable de la
construcción de la historia de salvación en la cual
participamos todos los que hemos sido hechos
hermanos en Jesucristo. Como Francisco que se sintió
libre al abrazar la cruz de Cristo, iniciemos este
noveno día de la novena.

2. HIMNO: Canto franciscano

3. INVOCACIÓN INICIAL: En el nombre del Padre y del Hijo y del


Espíritu Santo. Amén.

4. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:

Oh Dios, que mostraste a los hombres el admirable misterio de la cruz de


tu Hijo, por medio de tu devotísimo siervo Francisco, concede a tus hijos
seguir siempre las huellas de tu Unigénito, a imitación de aquél que
mereció llevar en su cuerpo las marcas del Señor, y ser enriquecidos con
los dones de la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.

5. LECTURA BÍBLICA:

Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas (5, 1-6)

Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis
oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. Soy yo, Pablo, quien os
lo dice: Si os dejáis circuncidar, Cristo no os aprovechará nada. De nuevo

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declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar
toda la ley. Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la
ley. Os habéis apartado de la gracia. Pues a nosotros nos mueve el Espíritu
a aguardar por la fe los bienes esperados por la justicia. Porque en Cristo
Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen valor, sino solamente la
fe que actúa por la caridad.

Palabra de Dios

6. LECTURA FRANCISCANA

Lectura de los Avisos espirituales de San Francisco de Asís (5)

Considera, oh hombre, en cuán grande excelencia te ha puesto el Señor


Dios, porque te creó y formó a imagen de su amado Hijo según el
cuerpo, y a su semejanza según el espíritu. Y todas las criaturas que hay
bajo el cielo, de por sí, sirven, conocen y obedecen a su Creador mejor que
tú. Y aun los demonios no lo crucificaron, sino que tú, con ellos, lo
crucificaste y todavía lo crucificas deleitándote en vicios y pecados. ¿De
qué, por consiguiente, puedes gloriarte? Pues, aunque fueras tan sutil y
sabio que tuvieras toda la ciencia y supieras interpretar todo género de
lenguas e investigar sutilmente las cosas celestiales, de ninguna de estas
cosas puedes gloriarte; porque un solo demonio supo de las cosas
celestiales y ahora sabe de las terrenas más que todos los hombres,
aunque hubiera alguno que hubiese recibido del Señor un conocimiento
especial de la suma sabiduría. De igual manera, aunque fueras más
hermoso y más rico que todos, y aunque también hicieras maravillas, de
modo que ahuyentaras a los demonios, todas estas cosas te son
contrarias, y nada te pertenece, y no puedes en absoluto gloriarte en
ellas; por el contrario, en esto podemos
gloriarnos: en nuestras enfermedades y en llevar a cuestas a diario la
santa cruz de nuestro Señor Jesucristo. En alabanza de Cristo y de su
siervo Francisco. Amén.

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7. REFLEXIÓN

Concluir esta preparación para la celebración de la Solemnidad de San


Francisco de Asís, nos ha implicado recorrer un camino en el cual nos
hemos dedicado a reflexionar en torno a temas como: la paz, la
fraternidad, la alegría, la sencillez, la pobreza, la santidad, la penitencia y
la ecología. Pues, hoy mis hermanos, se nos propone como gran tema,
pensarnos en la libertad a la cual hemos sido llamados.

Francisco de Asís, una vez que se dejó cautivar por el amor del Señor,
quiso renunciar libremente a su propia voluntad para acoger como norma
de vida la voluntad de Dios Padre. Para cumplir con tal deseo, no habría
otra forma más excelsa que caminar en pos de la configuración con
Jesucristo.

Quizás nos preguntamos muchas veces ¿cómo es posible ser libres? Pues
Cristo nos dirá en su evangelio que por medio de la Verdad alcanzamos la
libertad. De modo que, vivir en la verdad trae como consecuencia
experimentarse en la libertad.

Tal vivencia en la verdad implica, hermanos y hermanas, que nos demos a


la tarea de abrir nuestro corazón al Señor para comprendernos junto con
él, en necesitados del amor del Padre, corresponsables de la vida de
nuestros hermanos, determinadores en el devenir de nuestra naturaleza y
realmente comprometidos con la historia de nuestras sociedades.

Muchas personas definen la libertad como darle a cada cual lo que le


corresponde o lo que se merece, démonos la oportunidad de vivir la
libertad, dándole a cada cual lo que consideramos que Cristo le daría. Es
decir, misericordia, amor, bondad y perdón.

Continuemos nuestras vidas pidiendo el auxilio del Espíritu


del Señor, para que por medio de la celebración de esta
novena en honor a San Francisco, aumentemos de día en día
en muestras de sencillez, verdad, libertad, amor y respeto
para con nuestros hermanos. Vayamos pues hermanos a
construir Reino de los cielos, porque hasta hoy poco o nada
hemos hecho.

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8. GOZOS

V. Imagen del Redentor con sus llagas señaladas.

R. De Cristo crucificado, Alcánzanos el amor.

I III

Libres como Francisco


ir por el mundo cantando amor, De tus milagros subidos
pobres como Francisco sois de gracias abismos
ser los menores de corazón y sois el prodigio mayor
de cuantos habéis obrado
II
IV

Serafín él también, aunque en la carne A tu boca, pie pisó


contempla al Serafín crucificado a impulsos de tu humildad;
todo su ser dichoso y angustiado más la misma santidad
se concentra en el amor. vuestras plantas coronó

A la silla de Luzbel
por su soberbia perdió
tu humildad te sublimó
para afrenta eterna de él

9. PETICIONES

Presidente: Hermanos y hermanas, proclamemos las grandezas de Dios


Padre, Todopoderoso, que quiso que todos aquellos que siguieran a su
Hijo Jesucristo, pudieran vivir en plena libertad, digamos confiados:

Oh Señor, escucha y ten piedad

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1. Oh Buen Dios, te encomendamos los destinos de tu Iglesia
Católica para que en su servicio sea testigo de la libertad que nos
da Cristo.

2. Tú que nos diste la posibilidad de ser tus hijos, danos la gracia de


que nuestros gobernantes propongan estrategias, de modo que
todos los hombres vivamos en libertad, justicia e igualdad.

3. Bendícenos Señor, para que como María permanezcamos


siempre en tu gracia.

4. Que por intercesión de San Francisco, los aquí reunidos


luchemos por permanecer firmes en el seguimiento de tu
santísimo Hijo, sintiéndonos verdaderamente libres para amar a
nuestros hermanos.

5. Te pedimos por los frailes franciscanos, para que puedan ejercer


con alegría y libertad el ministerio al que los has llamado.

10. PADRE NUESTRO

Hermanos y hermanas, digamos con fe y esperanza la oración que


Jesucristo, hijo de María Santísima, nos enseñó: PADRE NUESTRO…

11. SALVE: Canto franciscano

12. ORACIÓN CONCLUSIVA

Señor mío y Dios mío que, para inflamar nuestros fríos corazones con tu
infinito amor, y en la compasión de tu sagrada pasión, imprimiste al
glorioso Padre Francisco las Llagas y señales de nuestra redención,
concédenos, por su intercesión, que llevado continuamente tu cruz en
nuestro corazón alcancemos la libertad de tu Redención. Por Jesucristo
nuestro Señor, Amén.

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