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A. El Fundamento de Dios
1. Jesucristo, la revelación de Dios - Jesucristo, el Hijo de Dios, es la
revelación de Dios, la Palabra (el Verbo) de Dio para todos los hombres.
(Juan 1:9; 3:16; Hebreos 1:1-2)
4. Obra del Espíritu Santo - Confió en la obra posterior del Espíritu Santo
para recordar, enseñar, revelar y guiar a toda verdad. (Juan 14:26; 16:12-
15)
B. Kerigma y Didache1
Hay dos elementos concretos para la edificación de la iglesia: el kerigma
apostólico y la doctrina de los apóstoles. Ambos son palabra de Dios.
KERIGMA DICACHE
Es proclama Es enseñanza
Su contenido es la verdad Su contenido son mandamientos claros
Revela Cristo, el hecho de Cristo Revela la voluntad de Cristo
Apela a la fe Apela a la obediencia
1. Kerigma
1
Pronunciada "didaqué"
2
El kerigma es la proclamación con autoridad y unción del gran hecho
de Cristo presente y activo entre los hombres para conducir a los que
creen a su salvación y transformación. El kerigma es una "dinamis", una
irrupción del espíritu; por lo tanto no puede realizarse en la frialdad de un
aula académica, sino en la cálida atmósfera de la iglesia, ya sea en la
gran asamblea congregacional o en los dos o tres que reúnen en su
nombre, o bien en la predicación a los pecadores, como un fenómeno de
operación sobrenatural. El proclamador no debe ser un repetidor
mecánico de los rudimentos del mensaje cristiano, sino un hombre que
arda por el Espíritu. En resumen:
2. Didache (Doctrina)
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b. Es un cuerpo concreto de enseñanza; no es interminable (Mateo
28:20): "...todas las cosas que os he mandado."
Ejemplo: Pablo en tres años dio todo el consejo de Dios
(Hechos 20:26-27; 2 Timoteo 2:2; Filemón 4:9)
conocerla
acatarla
encarnarla, ponerla por obra
comunicarla (saber enseñarla)
C. Definición de un Discípulo
Un discípulo es alguien que CREE todo lo que Cristo dice y HACE todo lo
que Cristo manda. Hay que creer el kerigma y obedecer la doctrina.
¿Por qué los mandamientos fríos rebotan tan frecuentemente? ¿Por qué
pesan tan poco en las vidas de muchos creyentes la voluntad y los
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mandamientos de Dios? Pocos pueden decir con el apóstol Juan: "Sus
mandamientos no son gravosos." (1 Juan. 5:3)
El orden práctico es así: (1) Proclama de la verdad, la que es oída con fe;
y (2) Obediencia a los mandamientos específicos, la que permite la
transformación y edificación de nuestras vidas en la voluntad de Dios.
Ejemplo: Le amamos a Dios (2), porque Él nos amó primero (1).
E. La Verdad
Es imprescindible proclamar en primer lugar la verdad de Dios: lo que Él
es, lo que ha hecho, lo que hace, sus atributos, etc. Al creer esas verdades,
resulta factible obedecer los mandamientos correlativos. La fuerza para
obedecer procede del Cristo que vive y obra en nosotros por la fe (ver Gál.
2:20; Fil. 2:13; 4:13)
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F. El Mandamiento
La verdad siempre deriva en mandamientos claros. El mandamiento
brota de la verdad. La obediencia conforma nuestras vidas a la voluntad de
Dios. Su verdad penetra. Es necesario anunciar, proclamar la verdad de
modo que penetre. Pero para que edifique, tiene que haber ajustes,
requerimientos, disciplina, porque nuestras vidas no se hallan en perfectas
condiciones en su estado natural.
Sin la gracia que es suministrada por oír con fe la verdad de Dios, los
mandamientos de Dios son pesados, penosos. La fe no espera, requiriendo
que los resultados se manifiesten antes de actuar o de dar gracias a Dios.
La fe hace sensata la doctrina y los mandamientos porque mira a Dios.
¿De dónde proviene la fe? ¿Qué relación tiene con la verdad? Ver Rom.
10:17. Fe es creerle a Dios; creer todo lo que Dios dice. Fe no es creer
cualquier cosa; no es ser presuntuosos ni iluso. (Ilust. Abraham creyó a
Dios, en contra de todos los datos sensibles.)
¿Cuántos saben que, del mismo modo que se puede edificar la fe,
también se puede destruir la fe? Algunas cosas que atentan contra la fe: (1)
nuestro razonamiento (debemos renunciarlo frente a una palabra de Dios; (2)
los sentimientos (son muy variables y traicioneros).
La voluntad de Dios es fácil obedecer donde hay fe. Pero donde se ven
más grandes las dificultades y los problemas, no se puede llevar a cabo la
voluntad de Dios, por clara que parezca.
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FUNDAMENTOS PARA FE Y OBEDIENCIA
LA PUERTA
Una palabra preliminar sobre el contenido del curso:
A. La Puerta
Con este término nos referimos a todo lo que tiene que ver con la entrada al
reino de Dios; es decir, convicción de pecado, conversión, arrepentimiento, fe,
bautismo, incluyendo la plenitud del Espíritu Santo. Significa, en una palabra,
todo lo que uno debe saber y experimentar DE ENTRADA para andar en el
CAMINO con buena esperanza de llegar a la META.
Su muerte por nuestros pecados: Isa. 53; Rom. 5:8-11; Efe. 2:13-14; 1 Ped.
2:24
Su resurrección: Mat. 28:5-6; Luc. 24:5-6; Rom. 1:4; Hechos 2:24; 4:33; 1
Cor. 15:3-4
Su exaltación: Fil 2:9-11; Luc. 24:51; Hech. 1:9-11; Heb. 1
D. Un Ejemplo
Hechos 2:22-36 es una síntesis excelente del kerigma apostólico.
Consideremos su predicación, dividiéndola en tres partes:
E. NUESTRA PROCLAMA
1. Introducción (puede ser de esta forma o de muchas otras distintas):
2
2. Proclama:
3. Mandatos Claros:
Tema 1: ARREPENTIMIENTO
Actitud nueva
Arrepentimiento
*Sumisión (estoy sujeto a Cristo
en todo)
*Dependencia
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2. Trasladarse del poder de las tinieblas al reino de Jesucristo (Colosenses
1:13)
LUZ
TINIEBLAS
Dinero Dinero YO
Trabajo Familia
Trabajo Familia
Trabajo Familia
Placer
Dinero
Cristo
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Tema 2: BAUTISMO EN AGUA
Ejemplos:
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¿Renuncias a Satanás y a las tinieblas y te entregas a
Jesucristo para vivir en todo como Él quiere?
¿Te has negado a ti mismo?
¿Has puesto a Cristo antes que tu padre, madre, esposa,
esposo, hijos, hermanos y antes de ti mismo?
¿Has renunciado a todo lo que posees?
¿Quieres ser un verdadero discípulo de Cristo hasta la muerte?
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Y ahora:
Cristo nos quiere bautizar en el Espíritu Santo. Pedro dijo en Hechos 2:38:
1. Arrepentíos
1. Fue predicho por Juan el Bautista en Mateo 3:11 que Cristo bautizaría
en el Espíritu Santo.
4. Los apóstoles anunciaron que esa promesa era para todos los
llamados de Dios (Hechos 2:38-39)
Hay distintos términos que Cristo y los apóstoles usaron al referirse a esta
experiencia:
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1. Es una promesa y un mandato (Hech. 1:4-5)
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es hablar a Dios en un lenguaje incomprensible para los hombres
(versículo 2)
es orar con el espíritu a Dios (versículos 14-15)
el entendimiento queda sin fruto, mientras que el espíritu se edifica
(versículos 4, 14)
Pablo recomienda que todos hablen en lenguas (versículo 5)
ordena callar en la iglesia cuando no hay interpretación y hablar
para sí mismo y para Dios (versículo 28)
se goza en que él habla en lenguas más que todos los corintios
(versículo 18)
1. Oír con fe: oír la palabra y creerle a Dios (Gál. 3:2, 14)
2. Pedir con fe (Luc. 11:9-13; Marcos 11:24; 1 Juan 5:14-15, Stgo. 1:6-7)
4. Dejar fluir los ríos con fe (Juan 7:38), dando gracias a Dios, alabando
y hablando en lenguas.
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FUNDAMENTOS PARA FE Y OBEDIENCIA
LA META
I. Hay una meta para el discípulo de Cristo: Dios tiene un propósito para
nuestras vidas. En Filipenses 3:12-14 San Pablo dice:
Versículo 12: "Prosigo por ver si logro asir aquello para lo cual fui
también asido por Cristo".
Dios me llamó (me salvó) con un propósito. ¿Para qué me salvó Dios?
Debo conocer su propósito y hacer de él la meta de mi vida. El que
responde al supremo llamamiento hace del propósito de Dios la meta de
su vida. (Ej.: Cuando iniciamos un viaje debemos saber adónde vamos.
Lo primero que debemos saber como discípulos es: ¿para qué nos llamó
el Señor?
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DIOS: será Padre de muchos hijos;
Caída y Propósito
Eterno
Redención
Creación
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c. en el ejercicio de autoridad: Dios es el Soberano sobre toda su
creación y ejerce plena autoridad. Al crear al hombre, le dio
autoridad (delegada, no propia) sobre ciertas áreas específicas de
la creación terrenal. El hombre tiene que ubicarse correctamente
bajo la autoridad de Dios para ejercer eficazmente su autoridad
sobre su esfera de responsabilidad. (ver Gén. 1:26; Salmo 8:5-6;
Luc. 7:8; 9:1-2).
2. Para que esto fuera posible, Dios nos proveyó todos los medios
necesarios para que se logre su propósito en nosotros. Como Dios,
Él no se burla de nosotros y se ha propuesto transformarnos a la
imagen de su Hijo, podemos estar seguros que nos ha otorgado toda
la gracia, el poder y los recursos que se hallan en la persona de
Jesucristo (Efe. 1:3; Romanos 8:32; 2 Ped. 1:3-4).
Todas estas gracias nos son dadas en virtud de nuestra unión con
Cristo (1 Cor. 6:17). Al unirnos al Señor hemos sido hechos un
espíritu con Él, participantes de Cristo en su plenitud. Veamos
algunos aspectos de esta tremenda verdad:
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Somos participantes de Cristo en su muerte (Rom. 6.6; Gál.
2:20).
Somos participantes de su resurrección (Efe. 2:5-6; Col. 3:1).
Somos participantes de su exaltación (Efe. 2:6; Col. 3:3).
Él puso en nosotros su Santo Espíritu (Rom. 8:9-11).
Somos participantes de su naturaleza divina (2 Ped. 1:3).
Nos hizo hijos de Dios (Juan 1:12; Rom. 8:15-16).
Nos dio vida eterna (Juan. 10:27-28; 1 Juan 5:11-12).
Nos hizo sacerdotes con acceso al Padre (Apoc. 1:6; 1 Ped.
2:5-9).
Nos hizo herederos de Dios y coherederos con Cristo (Rom.
8:17).
Nos hizo participantes de su ministerio (Juan 20:21).
etc., etc...
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VI. Dios quiere tener muchos hijos: