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Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

44189, Entrenamiento en Habilidades del Psicólogo General Sanitario

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
INTERPERSONAL
2. LA COMUNICACIÓN ORAL
Dra. Rosario Zurriaga y Dra. Sacramento Pinazo
Departamento de Psicología Social. Universidad de Valencia

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Nota: Este material forma parte del libro Pinazo y Berjano (2001), Interacción social y Comunicación. Prácticas y
Ejercicios. Valencia: Tirant lo Blanch.
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

Interacción Social y
Comunicación.
Prácticas y Ejercicios.

Sacramento Pinazo Hernandis


Enrique Berjano Peirats

Tirant lo Blanch, 2001


Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

Técnicas para hablar en público


Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

1. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL
Hablar en público es una habilidad social. Siempre existe la posibilidad de
mejorar nuestro desempeño a la hora de dirigirnos a un determinado grupo de
personas gracias a la incorporación de diferentes técnicas que deben centrarse
tanto en las características del orador como en las características del propio
discurso.
1.1. CARACTERÍSTICAS DEL ORADOR
En relación a las características del orador son muchos los autores que
defienden que en ellas reside el éxito o fracaso del discurso, por ello es necesario
controlar una serie de aspectos a lo largo de todo el discurso, de forma tal que el
orador pueda cautivar de algún modo al auditorio.
Los aspectos que deben ser tenidos en cuenta hacen referencia a la
relajación, la respiración, la dicción, los gesto, la mirada y el control adecuado de
los silencios. Todos estos aspectos tienen como objetivo conseguir serenidad y las
actitudes que permitan que el discurso se escuche con claridad, sea comprensible
y mantenga al auditorio atento e interesado.
La relajación y la respiración ayudan a encontrar el ‘estado de ánimo
adecuado’, posibilitando el ‘atreverse a decirlo’ y el controlar los síntomas de la
ansiedad que tanto dificultan el desempeño adecuado del habla pública.
La principal dificultad con que se tropieza al hablar a otros es el miedo.
Otros términos como el de miedo escénico y ansiedad ante una audiencia suelen
emplearse también para referirse a la ansiedad ante el hecho de hablar en
público. Mantener una cierta tensión inicial no es malo, al igual que es necesario
aceptar y combatir esa ansiedad que nos puede invadir al inicio de una
conferencia. Hablar en público es considerado por adultos y adolescentes como
una de las situaciones sociales más difíciles. Entre la población universitaria, el
miedo a hablar en público es uno de los problemas más extendidos, con una
prevalencia de entre un 20-30% (Bados, 1986, 1992; Montorio et al., 1991).
El miedo a hablar en público es un patrón de conducta variable y
complejo que implica tres componentes o sistemas de respuesta: cognitivo,
conductual y fisiológico.
-El componente cognitivo: Se trataría del proceso a través del cual el sujeto
percibe una señal de peligro. En este caso, el peligro viene señalado porque el
sujeto expone su imagen a los demás y ‘siente’ que va a ser juzgado por lo que
haga o diga.
-El componente conductual o motor: Se trata de determinadas reacciones
características musculares (movimientos automáticos de huida o defensa, y
también, determinadas manifestaciones lingüísticas).
- El componente fisiológico: Determinados cambios en el funcionamiento
fisiológico (como el humedecimiento de las manos, la aceleración de los latidos
del corazón, los cambios sanguíneos en los vasos periféricos que motivan palidez
o rubor, etc.

Componente
COGNOSCITIVO

MIEDO

Componente Componente
FISIOLOGICO MOTOR

COMPONENTES QUE ENTRAN EN JUEGO EN EL MIEDO


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Para solucionar las dificultades para hablar en público se han utilizado


diversos tipos de intervenciones (Bados y Saldaña, 1987): el entrenamiento en
hablar en público, la desensibilización sistemática, la relajación muscular, la
reestructuración cognitiva, el biofeedback, el modelado, la exposición imaginal y
la práctica en vivo.
Un buen programa de enseñanza de las habilidades para hablar en público
podría entrenar en las siguientes técnicas:
1.- Respiración abdominal para conseguir el control voluntario de la
respiración y así reducir las respuestas fisiológicas alteradas.
2.- Relajación muscular. Como hemos visto, el miedo viene siempre
acompañado de actividad muscular y sentimientos de miedo muy fuertes
provocan por lo general una convulsión en la musculatura voluntaria. El grado
de tensión muscular indica nuestra tensión interior. Cuando un estado de miedo
se distiende en nosotros, nos sentimos no sólo psíquica sino también
corporalmente relajados. Para reducir nuestro miedo podemos, pues, proceder de
modo inverso: como las emociones son influenciables por la actividad muscular,
podemos reducir nuestros sentimientos de miedo mediante la relajación de los
músculos. Tan pronto como nos encontremos en estado de relajación, se reduce
progresivamente nuestro nivel de excitación. Por tanto, lo primero que debe
hacer alguien que intenta hablar en público es encontrarse lo más relajado y
tranquilo posible. Existen diferentes técnicas de relajación, aunque todas ellas
exigen, lógicamente, un determinado periodo de aprendizaje. Con el modelo de
relajación muscular de Jacobson se pueden obtener excelentes resultados.
3.- Autoinstrucciones. Mediante esta técnica se puede reducir la frecuencia
de pensamientos negativos y aumentar la frecuencia de pensamientos positivos,
sustituyendo las verbalizaciones o mensajes internos negativos por otros más
facilitadores para afrontar satisfactoriamente la situación de hablar en público
(Montorio et al., 1996).
4.- Entrenamiento en habilidades para hablar en público. Control de
los aspectos verbales y no verbales. Gracias a una adecuada dicción, puede
escucharse y entenderse con claridad el contenido del discurso. La comunicación
no verbal y el control de los silencios son los responsables principales del
establecimiento de una buena comunicación entre el orador y su audiencia.
Conocimiento de las características del discurso, conocimiento de las fases del
discurso, conocimiento de los distintos tipos de intervenciones en público,
conocimiento de técnicas para superar las objeciones.
Veamos a continuación pormenorizadamente algunos de estos aspectos
que es posible entrenar.

1.2. CARACTERÍSTICAS DEL DISCURSO


Cuando hablamos de las características del discurso lo primero que hay
que tener en cuenta es el papel imprescindible que juega en él la preparación. Es
esencial e imprescindible a la hora de preparar un discurso conocer el tema del
que se pretende hablar y tener una opinión formada acerca del mismo, de otra
forma el discurso resultará vacío y anodino.
Diversos autores han establecido toda una serie de normas en lo que se
refiere a la preparación de un discurso. Valenti (1983) aconseja responder por
adelantado a una serie de preguntas: ¿Dónde se va a pronunciar el discurso? ¿Es
una sala grande o pequeña? ¿Cuántas personas van a asistir? ¿Se puede disponer
de megafonía? Pedir siempre alguna especie de atril a menos que uno sea tan
atrevido que se proponga hablar sin notas. ¿De qué clase de público se trata?
¿Forman un grupo homogéneo -es decir, vienen esas personas a oír al orador
debido a un interés común- o pertenecen a distintos grupos y ambientes? Tiene
que saber quiénes forman su público y por qué se han reunido. ¿Cuál va a ser el
programa? ¿Quién presentará? ¿Habrá un único orador? ¿Cuál va a ser el tema
de la participación y de cuánto tiempo se dispondrá? ¿Se hablará desde un
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estrado o habrá otro tipo de instalación? ¿Estará el público sentado frente al


orador o lo rodeará como en un teatro circular? ¿Habrá una mesa presidencial o
se levantará el orador para hablar desde la propia mesa, o bien permanecerá
sentado entre el público hasta que le inviten a hablar? ¿Habrá un periodo de
coloquio y, en caso afirmativo, cuánto durará? ¿Cómo se responderá a las
preguntas de los asistentes, una por una o a todas al final?
La Retórica, arte de la persuasión, nació en el siglo V a.C. en Sicilia. En toda
argumentación retórica se consideraban cinco partes (Barthes, 1990):
-Inventio: encontrar qué decir
-Dispositio: poner en orden lo que se ha encontrado
-Elocutio: agregar el ornamento de las palabras
-Actio: recitar el discurso como un actor cuidando los gestos y la dicción
-Memoria: aprender el recitado argumental para poderlo reproducir
Por su parte, Ander-Egg y Aguilar (1988) aluden a las tareas que comporta
la preparación de un discurso y conferencia. Para estos autores, una vez
determinado aquello de lo que se quiere hablar, se puede hablar de cuatro
momentos: acopio de materiales (datos, información, hechos, ideas, etc.);
selección y ordenamiento de los materiales recogidos; maduración y reflexión del
tema; organización del discurso o conferencia. Las cuestiones básicas que
debemos plantearnos para preparar un discurso son:

– ¿Qué voy a decir?


Planificar la charla
– ¿A quién se lo digo?
Conocer al auditorio
– ¿Cómo lo diré?
Decir lo que se va a decir
Decirlo
Decir lo que se ha dicho
– ¿Para que lo digo?
Qué objetivos pretendo

En primer lugar, hay que planificar la charla (QUÉ VOY A DECIR). Se


trata de recoger todos los materiales adecuados que posibiliten un conocimiento
adecuado del tema, y especialmente, qué cosas se van a decir desde el punto de
vista personal.
A continuación, conviene tener en cuenta el tipo de público al que se va a
dedicar la charla (A QUIÉN SE LO DIGO).
En tercer lugar, se trata de planificar la estructura del discurso (CÓMO
LO DIRÉ) siguiendo el guión que veremos después: a) Decir lo que se va a decir;
b) Decirlo; c) Decir lo que se ha dicho.
Carnegie (1977) señala oportunamente: "Ninguna persona cuerda pensaría
en edificar una casa sin hacer previamente un plano. ¿Por qué, entonces, se le puede
ocurrir pronunciar un discurso sin haber redactado siquiera un bosquejo, un programa?
Un discurso es un viaje que tiene su meta y antes de partir se debe fijar el itinerario en el
mapa. El hombre que no parte de ningún lugar, generalmente no llega a ningún lugar".
Finalmente, es necesario plantearse los objetivos que se pretenden con el
discurso (PARA QUÉ LO DIGO). Dependiendo de cuáles sean los objetivos que
uno persigue, se enfatizarán unos u otros puntos del discurso y se utilizarán unas
u otras estrategias para lograrlos.
La respuesta reflexiva a estas cuatro preguntas vertebrará la confección del
discurso con sus diferentes fases.
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1.3. FASES DEL DISCURSO


Tres son las fases que componen un discurso: introducción, núcleo o
cuerpo y el final, o como dice Vallejo-Nágera (1990), una presentación, un nudo y
un desenlace. Cada una de ellas tiene unos objetivos concretos que cumplir y
unas características que lo identifican.
En la introducción se debe despertar el interés del público hacia el tema así
como orientar sobre el contenido de la charla y la metodología que va a
emplearse y es conveniente realizar una síntesis de lo que se va a exponer a
continuación.
En el núcleo o cuerpo del discurso debe contarse aquello que se pretendía
contar atendiendo a ciertas exigencias como son la unidad del discurso, el orden,
la progresión y la transición clara y diferenciada de un tema a otro (Furet y
Peltant, 1977). Es asimismo imprescindible controlar y planificar con anterioridad
la duración de esta parte del discurso.
En el final del discurso deben contenerse dos aspectos importantes. En
primer lugar, hay que intentar resumir en breves frases el contenido de todo lo
que hemos estado diciendo con anterioridad o lo que es lo mismo, decir lo que
hemos dicho. En segundo lugar, el final del discurso debe posibilitar la
participación del público en un coloquio.
Desarrollando un poco más ampliamente esto, podemos seguir un guión
preparatorio de una charla, compuesto por una serie de fases:
En primer lugar, INTRODUCCIÓN (I): el inicio del discurso debe
despertar el interés y la atención del público. Carnegie (1977) expone una serie de
normas para iniciar el discurso:
1. Un buen comienzo es difícil. Y es de suma importancia porque la
mente de nuestros oyentes está fresca entonces y es relativamente fácil de
impresionar. Es menester prepararlo cuidadosamente de antemano.
2. La introducción debe ser breve; constará, a lo sumo, de una o dos
frases; a menudo, se prescindirá de ella. Entremos en el corazón de nuestro tema
con el menor número posible de palabras. Es preciso, utilizar una llamada de
atención inicial para despertar al público.
3. El orador puede atraer inmediatamente la atención del público de los
siguientes modos: despertando la curiosidad: ‘¿Saben ustedes que...?’; relatando
una narración de interés; comenzando con un ejemplo determinante; atrayendo
la atención con algún objeto; haciendo una pregunta: ‘¿Alguno de ustedes me
podría decir...?’; comenzando con una cita certera; mostrando cómo el tema
afecta los intereses supremos del auditorio; comenzando con asertos
sorprendentes.
4. No hagamos muy formal el comienzo. Hagámoslo parecer
desembarazado, inevitable, fruto de la casualidad.
Por su parte, Ander-Egg y Aguilar (1988) apuntan que la introducción
plantea un triple objetivo: el primero, captar y despertar el interés del auditorio,
conseguir su atención. Para el logro de este propósito, las primeras palabras
tienen una influencia decisiva, ya que la introducción es el primer puente que se
tiende entre el orador y el público. El segundo, situar intelectualmente al
auditorio en el tema. Esto se logra enunciando el tema que se quiere exponer de
modo que el público, desde el primer momento, sepa de qué se trata y cuáles son
los temas o cuestiones generales de la conferencia. El tercero, si fuese posible hay
que situar psicológica y emocionalmente al auditorio en el tema. De lo que se
trata es de que el público entre en el clima del tema que se va a desarrollar.
Estos mismos autores (Ander-Egg y Aguilar, 1988) exponen algunas
sugerencias concretas para lograr una buena introducción:
- Enunciar claramente el objetivo de la charla, esto es, decir
explícitamente el tema que se va a desarrollar y las grandes cuestiones en que se
va a dividir el discurso.
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- Evitar excusas, diciendo, por ejemplo, que no se ha tenido tiempo para


preparar la conferencia, o expresar humildades ficticias invocando su
incompetencia o sus débiles recursos oratorios.
- Las palabras iniciales deben ser expresivas y dichas con tono pausado,
con seguridad pero sin pedantería; el titubeo inicial puede ser un elemento que
desmerece de entrada la calidad del conferenciante.
- Evitar crear un alto nivel emocional si luego no es posible de sustentar.
- Eliminar las expresiones convencionales y el palabrerío altisonante; esta
recomendación -que es válida para todo el contenido del discurso-, lo es mucho
más para el comienzo.
- Relacionar el tema a desarrollar con cuestiones o intereses que sean
vitales para el auditorio. Hay que excluir todo lo que no se refiera al tema; en el
cuerpo del discurso se permiten disgresiones pero en la introducción nunca.
- Crear una atmósfera de cierto ‘suspense’ que facilite la atención inicial.
- Se puede contar una historia vivida o despertar la curiosidad
planteando una pregunta y guardando un breve tiempo de silencio.
- La extensión de la introducción debe ser acorde a la extensión del
discurso.
- Cuando las circunstancias lo exijan no hay que olvidar las palabras de
protocolo y saludo, una alusión a los organizadores y, en algunos casos, a los
oradores que nos han precedido o a quien nos ha presentado.
En segundo lugar, hay que proceder a realizar una SÍNTESIS DE LA
EXPOSICIÓN, o lo que es lo mismo, decir lo que se va a decir (DD).
A continuación viene el cuerpo central del discurso o DESARROLLO
DEL TEMA; en definitiva, se trataría de exponer nuestros más finos y
convincentes argumentos par cautivar al auditorio (D).
Carnegie (1977) ha expresado una serie de puntos que parece necesario
tener en cuenta en esta parte del discurso para conseguir nuestros objetivos. Son
estos: destaquemos las palabras importantes y subordinemos las no importantes;
variemos el tono de la voz; variemos la velocidad del discurso; hagamos pausa
antes y después de las ideas importantes. Ander-Egg y Aguilar (1988) han
realizado también algunas anotaciones referidas a esta fase del discurso. Según
estos autores, el esquema inicial se va reelaborando y reajustando; en torno a las
cuestiones principales se van desarrollando las ideas secundarias, asegurándose
que tienen relación y coherencia con la idea central. Esto se hace dividiendo y
subdividiendo el cuerpo del discurso, con lo que se logra que las partes queden
claramente definidas y bien coordinadas.
Un aspecto que es importante resaltar en esta fase del discurso, se refiere
a la duración del mismo. No existe ninguna norma fija sobre la extensión que
debería darse a cualquier intervención para hablar en público; depende,
lógicamente, del contexto en que se realiza dicho discurso, del público al que va
dirigido, del momento en que se realiza el mismo, etc. En este sentido, Valenti
(1983) apunta que veinte minutos son siempre suficientes para decir lo que se
pretende. Una buena manera de calcular el tiempo de un discurso, es escribirlo
en su totalidad, aunque nunca pensamos que éste deba ser leído de esta forma.
Un cálculo aproximado determina que cada página de DIN-A4 mecanografiada a
doble espacio y leída a un ritmo normal contiene unos dos minutos de alocución.
Por consiguiente, se puede calcular que unas 8-10 páginas equivalen a unos
veinte minutos. Si al leer el texto se advierte que el ritmo de lenguaje ocupa más
de dos minutos por página, habría que reducir el texto.
Por su parte, Furet y Peltant (1977) señalan que el cuerpo del discurso
debe cumplir ciertas exigencias. Son éstas:
UNIDAD
ORDEN
PROGRESIÓN
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TRANSICIÓN
- Unidad: todo lo que se diga debe estar relacionado con el tema del
discurso.
- Orden: en todo discurso hay que asegurar una secuencia lógica del
pensamiento; las ideas deben ser desarrolladas con un orden lógico y los
razonamientos han de derivarse unos de otros.
- Progresión: el conjunto del tema debe desarrollarse poco a poco; marchar
en forma creciente, avanzando por aproximaciones sucesivas y yendo de lo
simple a lo complejo.
- Transición clara y diferenciada de un tema a otro, o de un asunto a otro.
El discurso no puede ser un simple amontonamiento de ideas, argumentos,
datos, hechos, anécdotas, etc.
Al finalizar el núcleo o cuerpo del discurso hay que proceder a realizar
un RESUMEN DE LO EXPUESTO, o lo que es lo mismo, decir lo que se ha dicho
(DD).
Por último, hay que proceder al CIERRE DE LA EXPOSICIÓN,
enfatizando al menos tres ideas básicas expresadas con convicción (ningún buen
discurso aporta finalmente más de dos o tres ideas principales), y posibilitando
que quede abierta la participación del público, en caso de que así esté
programado de antemano (C).
El final del discurso debe ser tan brillante como el inicio del mismo.
Contiene dos aspectos que hay que tener muy en cuenta a la hora de elaborar un
discurso. En primer lugar, hay que intentar resumir en unas breves frases, el
contenido de todo lo que hemos estado diciendo con anterioridad o lo que es lo
mismo DECIR LO QUE HEMOS DICHO.
Es muy difícil que un discurso se estructure alrededor de más de dos o
tres ideas principales, y son precisamente estas ideas las que, de nuevo, habría
que remarcar al final del discurso.
Carnegie (1977) ha elaborado un sumario de aspectos a tener en cuenta
en la finalización de un discurso.
1. El final de un discurso es realmente el elemento más estratégico. Lo
que se dice último tiene mayor probabilidad de quedar en la memoria.
2. No terminemos. Terminemos sin decir que vamos a terminar.
3. Planeemos cuidadosamente el final de antemano, ensayemos, sepamos
casi al pie de la letra cómo vamos a terminar. Redondeemos el final. No lo
dejemos duro y quebrado como una roca mellada.
4. He aquí siete maneras posibles de terminar un discurso: resumir,
repetir y bosquejar brevemente los puntos principales que hemos tratado;
exhortar a la acción; brindar una galantería sincera al auditorio; provocar risas;
citar algunos versos apropiados; producir un clímax.
De forma parecida, se expresan Ander-Egg y Aguilar (1988) aportando
una serie de sugerencias para un buen final de discurso. Son éstas:
- Hay que resumir las grandes líneas del discurso o las cuestiones
centrales del mismo, poniendo de relieve lo que se cree más importante.
- Utilizar un estilo breve, enérgico, conciso, dirigido a la inteligencia, pero
sobre todo hay que apelar a los sentimientos (dirigirse al corazón de los oyentes).
- Si la índole del discurso lo exige, la perorata final puede ser una
llamada en favor de una causa o una exhortación a actuar; esto se hace bajo la
forma de una petición directa realizada al auditorio al que, presumiblemente, se
ha motivado, convencido y persuadido a lo largo de la disertación.
- Se puede terminar con una cita, o unos versos que resuman lo
expresado o que sean una invitación a la reflexión y a la acción.
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-Cuando en el final se alcanza un clímax, hay que terminar


indefectiblemente. Cualquier frase pronunciada después que se haya alcanzado
este punto, sólo sirve para debilitar lo ya dicho.

1.4. TIPOS DE INTERVENCIONES EN PÚBLICO


Es posible realizar la charla de distintos modos, pero cada uno de ellos
tiene ventajas e inconvenientes:
-Charla con esquema. El esquema se puede llevar en la mano o bien
apoyarse en un esquema que aparece en una transparencia. Es el tipo de charla
más aconsejable para todas las personas y en todas las ocasiones. Es una técnica
muy útil porque permite la adaptación a la retroalimentación del auditorio.
Transmite dinamismo, naturalidad, espontaneidad.
-Charla improvisada. Este tipo de charla no tiene preparación previa. El
orador, en todo caso, debe centrarse en lo que se le pide, no divagar. El orador
debe ser breve, sobre todo si no se domina el tema. Es conveniente aprovechar la
asistencia a reuniones para improvisar.
-Charla memorizada. Se trata de una intervención planificada y
memorizada palabra a palabra. Exige gran esfuerzo y tiempo para memorizar.
No permite que el orador introduzca modificaciones según el feedback del
auditorio.
-Charla o intervención leída. El orador lee la charla palabra a palabra. Es
necesario en intervenciones legales o políticas, o en todas aquellas en las que el
orador deba ajustarse mucho al contenido de la charla. A no ser que sea muy
habilidoso el orador, la charla carecerá de dinamismo al no tener comunicación
no verbal, y se pierde flexibilidad para hacer cambios según el feedback recibido.
Un consejo para darle dinamismo a una charla escrita es grabarla y escucharla
para ver dónde se debería poner más énfasis, elevar el tono, indicar las pausas
cortas y las largas, etc. y marcarlo en el margen del texto con alguna señal. Para
no bajar la vista, el texto escrito no deberá ocupar más de las 3/4 partes
superiores de la hoja. Y para que la lectura sea fluida, el texto deberá estar escrito
en un tipo de letra clara, marcando las palabras más importantes en negritas y al
menos a punto 12 ó punto 14.

1.5. EL DIÁLOGO CON EL PUBLICO: LAS OBJECIONES


Una parte fundamental del discurso es la dedicada al posterior diálogo con
el público y al tratamiento de las objeciones. Permite aclarar una serie de aspectos
que no han sido introducidos a lo largo del discurso, a fin de no prolongar éste
excesivamente, pero como apunta Carnegie, hay que tener guardado en la
reserva un importante acúmulo de conocimientos, de tal forma que nos sea
permitido introducir alguno de ellos en el posterior diálogo con el público.
Por objeción entendemos un razonamiento que se propone o una
dificultad que se presenta en contra de una opinión. Las objeciones pueden ser
tácitas o expresas. Las primeras, se oponen a nuestros argumentos sin un
razonamiento o explicación adecuada; a este tipo responden especialmente las
que se realizan con motivos religiosos, políticos o ideológicos. Las segundas, sí
plantean argumentos para expresar razonamientos contrarios a nuestros
posicionamientos durante la charla o conferencia.
Cuando alguno de los oyentes muestra una objeción a nuestros
argumentos habría que utilizar algunos recursos para responder adecuadamente
a las mismas:
1. Escuchar con respeto y atención los argumentos que cualquier
miembro del auditorio expone en contra de nuestras argumentaciones. No se
puede apabullar al público pensando que realmente no conoce el tema en
profundidad como nosotros y que, por tanto, sus argumentaciones carecen de
conocimientos adecuados. Las objeciones se plantean especialmente con el
corazón y con la reflexividad de la razón.
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2. En segundo lugar, hay que tener la habilidad de convertir las


objeciones tácitas en expresas. Si alguien del auditorio plantea una objeción
debido a que unas leyes religiosas o políticas no autorizan eso, hay que rogarle
que explique un poco más por qué eso es así. Si dejamos que el objetor vaya
presentando sus argumentos, en ocasiones podremos conseguir que él mismo
resuelva la propia objeción que pretende plantearnos.
3. No responder inmediatamente a la objeción. Es mejor utilizar lo que se
denominan palabras o frases neutras (‘Agradezco su intervención’, ‘Quizás en su
lugar yo pensaría lo mismo’, ‘Es posible que haya he sido confuso en mi
exposición’, ‘¿Podría ampliarme un poco su pregunta?’), debido a que este lapsus
de tiempo nos permite pensar adecuadamente en una respuesta acorde a la
objeción que se plantea.
4. A continuación, hay que responder adecuadamente a la objeción sin
desviarse excesivamente del tema. En ocasiones, hay que reconocer ante el
auditorio que la objeción resulta adecuada y que es posible que la argumentación
expuesta por parte de alguna persona del público aporte una buena aclaración a
nuestro discurso. En otras ocasiones, y si entendemos que nuestro argumento
resulta adecuado, debemos responder la objeción y encadenarla inmediatamente
con el contenido básico de nuestro discurso.
5. Si después de resuelta la objeción por nuestra parte, la persona que
presentó la primera objeción insiste de nuevo en sus argumentaciones, no
conviene mantener una pugna dialéctica con el mismo delante del auditorio. En
ese momento, hay que finalizar la discusión con alguna frase parecida a ésta:
‘Respeto su opinión pero no la comparto en los términos en que usted se expresa,
de cualquier modo, le agradezco su intervención’. En definitiva, hay que seguir
defendiendo nuestro punto de vista pero sin que la persona que planteó la
objeción se vea atacada o agredida en su argumentación.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
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Peel, M. (2000), Aprenda a hablar en público en una semana. Barcelona: Gestión 2000.
Pesquera, J. (1994), Las buenas palabras. Manual de lenguaje hablado y escrito.
Madrid: Pirámide.
Powell, T. y Powell, J.L. (1990), El método Silva de dominio de la mente: Las más
avanzadas técnicas para mejorar la comunicación. Madrid: EDAF.
Puchol, L. (1996), Hablar en público: nuevas técnicas y recursos para influir a una
audiencia en cualquier circunstancia. Madrid: Díaz de Santos.
Ruíz del Árbol, M. y Albarde, M.I. (1992), Educación de la voz para juristas: guía
práctica para hablar en público y en el foro. Barcelona: Bosch.
Tubau, I. (1993), Periodismo oral. Hablar y escribir para radio y televisión. Barcelona:
Paidós.
Valentí, J. (1983), Aprender a hablar en público. Barcelona: Grijalbo.
Vallejo-Nájera, J.A. (1996), Aprender a hablar en público hoy. Barcelona: Planeta.
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

Wohlmuth, E. (1990), Guía rápida para hablar en público. Bilbao: Deusto.


Algunas páginas web que pueden ser de interés:
http://www.ukans.edu/cwis/units/coms2/vpa/vpa.htm En esta web
se incluyen consejos en inglés de expertos conferenciantes y ofrece una
lista de enlaces relacionados con la comunicación oral.
http://www.speeches.com/auto.htm All you need for a speech. Es un
generador automático de discursos (en inglés), en donde el interesado
introduce las claves de su intervención (aspectos que se pretenden
destacar, público al que se dirige, etc.), y el sistema le ofrece un bosquejo
de discurso (previo pago, evidentemente).
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

ANEXOS:

Guía de evaluación del orador

1-Preparación de la charla: tema seleccionado, recogida de información, ideas


seleccionadas (central, principales, de apoyo).
2-Exposición de la charla:
-Organización de la charla:
-Introducción
-Desarrollo del tema
-Cierre de la exposición
-Objetivos de la charla: informar, convencer, persuadir.
-Otras cuestiones: manejo de notas, manejo de ayudas audiovisuales,
conocimiento del tema, dinamismo al dar la charla, énfasis de las ideas
importantes, contestación a las preguntas, duración de la charla.
-Comunicación verbal: claridad, concisión, corrección, precisión,
coloquialidad versus formalidad.
-Comunicación no verbal: postura, orientación, movimiento, gestos,
expresión facial, mirada, proximidad, apariencia, pronunciación, tono de
voz, entonación, volumen, velocidad, pausas, fluidez.
3-Principales aspectos que necesitan ser mejorados………………
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

Técnicas de expresión oral


Hoja de registro

1.EXPRESIÓN ORAL
1.1. VERBAL
- claridad…………………………………………( )
- corrección del lenguaje……………………….( )
- coherencia………………………………………( )
- fluidez…………………………………….……..( )
1.2. PARALINGÜÍSTICA
- pronunciación………………………….……...( )
- entonación……………………………….…….( )
- volumen………………………………….…….( )
- velocidad………………………………………( )
1.3. NO VERBAL
- postura corporal………………….……………..( )
- manos…………………………….……...………( )
- brazos……………………..……….……………..( )
- mirada…………………………………...………( )
- piernas…………………………………….……..( )
- gestos
2. ESTRUCTURA DEL MENSAJE
- ideas utilizadas…………………………………( )
- ordenación de ideas……………………………( )

3. ESTILO DE COMUNICACIÓN
- constructivo/cooperativo……………………( )
- agresivo………………...………………….……( )
- pasivo………………………...…………………( )
4. MANEJO DE PREGUNTAS
- preguntas emitidas…………………….………( )
- preguntas respondidas……………………..…( )
5. COMENTARIOS
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

GUIÓN PREPARATORIO DE UNA CHARLA


PARA HABLAR EN PUBLICO

I INTRODUCCIÓN

Interés. Despertar la atención

DD SÍNTESIS DE LA EXPOSICIÓN

Decir lo que se va a decir

D DESARROLLO DEL TEMA

Decirlo

DD RESUMEN DE LO EXPUESTO

Decir lo que se ha dicho

C CIERRE DE LA EXPOSICIÓN

Convicción. Tres ideas básicas

CONCEPTUALIZACIÓN DEL MIEDO A HABLAR EN


PÚBLICO
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

(tomado de Bados, 1991)

Situación de hablar Procesos cognitivos


en público

Reacciones Reacción de miedo


conductuales

1.- Situaciones: dar una charla, hacer una pregunta a un conferenciante, expresar una opinión en una
discusión de grupo.
2.- Procesos cognitivos:
-Anticipación de consecuencias desfavorables: ‘Pensarán que sólo digo tonterías’, ‘Voy a
hacer el ridículo’.
-Evaluación negativa de la situación: ‘Hablar en público es realmente horrible’, ‘Hablar a
tanta gente produce un miedo espantoso’.
-Evaluación negativa de uno mismo: ‘Nunca seré capaz de conseguirlo’, ‘Soy un desastre
para esto’.
-Evaluación negativa de la propia actuación: ‘Lo estoy haciendo todo mal’, ‘Peor imposible’.
-Preocupación por reacciones somáticas: ‘estoy sudando y los demás se están dando
cuenta’, ‘El corazón me va muy acelerado’.
-Pensamientos de escape o evitación: ‘Quiero evaporarme’, ‘Me da mucho miedo, prefiero
no hacerlo’.
3.- Reacción de miedo: Activación somática (sudoración, sonrojamiento, tensión muscular, manos frías,
ritmo cardíaco acelerado, molestias en el estómago, respiración rápida o difícil, sequedad de boca)
más la denominación cognitiva de esa activación como miedo, ansiedad, inquietud, desasosiego,
nerviosismo, tensión, preocupación.
4.- Reacciones conductuales: Evitación (buscar excusas para no hacerlo), escape (dar cualquier excusa y
no seguir hablando), posibles perturbaciones durante la actuación (bloqueos, tartamudeo, temblor de
voz, retorcerse las manos, repeticiones frecuentes de palabras, incoherencias).
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CÓMO AFRONTAR EL MIEDO A HABLAR EN PÚBLICO

Un cierto miedo es beneficioso y normal pues genera una sana tensión. Se


trata de no tomarse el asunto a la ligera por un respeto hacia el público. Pero el
miedo no es útil si no desaparece al poco de comenzar a hablar o si la activación
es excesiva (por ejemplo, si provoca una taquicardia extrema, respiración
dificultosa, rigidez muscular, voz trémula, o temblor de piernas).
¿CÓMO DISMINUIR EL MIEDO?
1.– Estar familiarizado con el tema (conocimientos previos).
2.– Estar interesado en comunicar el tema al auditorio.
3.– Preparar bien la charla, haciendo:
a.– análisis del auditorio.
b.– selección del tema.
c.– recogida de información.
d.– selección/organización de las ideas.
4.– Anticipar las posibles preguntas y preparar las respuestas.
5.– Ensayar la charla varias veces.
6.– Estar en el mejor estado físico y mental todo el día (dormir bien,
descansar, no proceder con precipitaciones o prisas, no beber alcohol ni ingerir
drogas, pues activan en exceso las funciones corporales y favorecen el
nerviosismo).
7.– Hacer una o más inspiraciones profundas antes de la charla y conseguir
una respiración: lenta, regular y abdominal.
8.– Practicar algunas técnicas de relajación (por ejemplo, la relajación
muscular).
9.– Si uno cree que por la excesiva ansiedad puede llegar a perder el
control, mejor dejar de hablar.
10.– Preparar muy bien el comienzo de la charla, para que nos sintamos
bien por haber tenido un correcto inicio.
11.– Utilizar ayudas visuales:
a.– diapositivas, programas informáticos de visualización de
diapositivas (por ejemplo, Power point), transparencias (sencillas
y en letras grandes y legibles).
b.– películas de vídeo (seleccionar antes cuál puede ser el trozo
más adecuado para comentar).
c.– pizarra (para nombres propios o gráficos).
d.– esquemas o guiones que se pueden repartir como fotocopias
al auditorio.
12.– No quedarse quieto, moverse por la sala (pero con calma).
13.– Centrar la atención en el contenido y desarrollo de la charla, no en
uno mismo.
14.– Actuar como si se estuviese conversando con el auditorio.
15.– Buscar en el auditorio una o más caras amistosas, que nos sirvan de
refuerzo, que serán las personas a las que miraremos buscando su asentimiento.
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A la vez, utilizar la Técnica del Faro (ir cruzando nuestra mirada con las miradas
de cada una de las personas del público, haciendo un barrido de 180º).
16.– Cinco segundos antes de empezar a hablar, detenerse ante el público y
dirigir una mirada de conjunto. Esperar a que estén todos sentados y callados.
Indicar con comunicación no verbal que uno ya está dispuesto a empezar.
17.– Disponerse cara al público. No dar la espalda nunca, ni siquiera
cuando se escribe en la pizarra.
18.– Aprovechar todas las oportunidades que surjan de hablar en público.
Y practicar, practicar, practicar.
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PREGUNTAS Y COMENTARIOS DEL AUDITORIO

1.– Anticipar las preguntas y comentarios, preparando posibles preguntas


y respuestas.
2.– Para lograr que el público formule preguntas:
a.– Comenzar diciendo:’¿Qué preguntas o comentarios desean
hacer?
b.– Dar la posibilidad de hacer preguntas por escrito.
c.– Cambio espacial del orador: levantarse de la silla si estaba
sentado detrás de una mesa, y pasearse entre el público.
d.– Plantear directamente una pregunta al auditorio para que la
responda, lanzándola para que sea contestada por cualquiera o
preguntando directamente a alguien.
e.– Abrir el fuego diciendo: ‘Una pregunta que suelen hacer
es…’; ‘Quizás les gustaría saber…’.
f.– Acordar de antemano una pregunta a formular
‘espontáneamente’ por un amigo estratégicamente colocado entre
el público.
3.– Escuchar con atención la pregunta formulada para captar su
significado, y si no es así, pedir que la repitan o formulen de nuevo. Al terminar
decir: ‘¿Le he contestado a la pregunta?
4.– Mirar a la persona que interviene. No dejarse llevar por prejuicios. No
comenzar a contestar antes de que la persona termine de formular su pregunta.
5.– Repetir la pregunta en voz alta por si el público no la ha escuchado. De
paso, mostramos a quien formuló la pregunta si la hemos entendido y, además,
tenemos tiempo de estructurar mentalmente una respuesta adecuada.
6.– Si la pregunta es muy compleja: justificar una pausa un poco más larga:
‘Esta pregunta es muy compleja, deje que piense un momento/deje que consulte
mis notas…’
7.– Pedir brevedad en las intervenciones.
8.– No cesar de observar el feedback del auditorio y captar cuando decae
la atención. En ese momento, cortar las preguntas e instar al público a seguir
conversando personalmente después.
9.– Dejar claro al inicio si se prefiere que las intervenciones sean al hilo de
la charla o después (mejor después).
10.– Si se desconoce la respuesta: decir que se carece de información para
responder; emplazar al público para otra ocasión; reconocer la ignorancia al
respecto y pedir si alguien del público conoce la respuesta o comprometerse a
buscarla en breve plazo.
11.– Si alguien divaga demasiado o formula muchas preguntas, pedirle
brevedad o cortarle dejando paso a otras intervenciones.
12.– Ante las críticas (sean al contenido de la charla, sean a la persona del
orador):
a.– Responder con tranquilidad. No tomarlo como un ataque
personal. Hacer patente lo enriquecedor que es plantear el tema
desde una divergencia de opiniones.
b.– Responder sin ironías. Evitar un enfrentamiento personal en
público.
Zurriaga y Pinazo, Entren. HH Psic Gral Sanitario. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

c.– Emplazar a la persona a tener una discusión posterior y


privada.
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