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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

GOBIERNO DE
EL SALVADOR

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Créditos

Presidenta del ISDEMU


Marisol Briones

Directora Ejecutiva del ISDEMU.


Gilda Parducci

Gerencia Técnica y de Planificación


Ana María Minero

Equipo Técnico del ISDEMU


Ruth Miriam Gaspar Tellez
Joel Córdova Cardoza
Oscar Armando Mátal Sánchez
Leonardo Obdulio Ayala Nolasco
Henry Mauricio Barrera Durán

Portada
Carmen Saenz

Diseño y Diagramación
Celdas Estudio

Impresión
Editorial e Impresora Panamericana

Forma recomendada de citar:


ISDEMU. ABC de las Masculinidades.
Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer, ISDEMU.
San Salvador, El Salvador, ISDEMU, Segunda Edición, diciembre 2019.
Sin fines comerciales o de lucro, se puede reproducir de manera total o
parcial el texto publicado, siempre que se indique la autoría y la fuente.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Contenido

Presentación……………………………………………………………………………...4
Introducción……………………………………………………………………………...6
Serie I.....................................................................................................................10
Aproximación a los Estudios de las Masculinidades………………………………....10
Módulo I.................................................................................................................13
Construcción Social e Identidad en la Masculinidad…………………………………14
1.1. Teoría Sexo-Género desde la Masculinidad…………………….……………14
Módulo II................................................................................................................14
Medios Socializadores de la Masculinidad……………………………………………15
2.1. La Familia, Escuela y Funciones de los Juegos y los Juguetes…….…………17
2.2. Los Medios de Comunicación y la Publicidad….……………………………22
2.3. Estereotipos, Triple Negación y Arquetipos en la Masculinidad……………27
2.4. Masculinidad o Masculinidades...……………………………………………35
Bibliografía……………………………………………………………..…………………37

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Presentación

Sirva este material didáctico del ABC de las Masculinidades, con contenido actualizado, para
iniciar procesos formativos y de sensibilización en materia de género. El curso es idóneo para iniciar
un proceso de sensibilización en materia de género y masculinidades para poder hacer reflexiones
desde lo personal hasta lo político, desde lo privado hasta lo público, y con ello visibilizar una forma
diferente de pensar, de ser y actuar del género masculino.

Para el ISDEMU, resulta importante que hombres servidores públicos que quieren formarse en
temas de igualdad sustantiva, vida libre de violencia, Derechos Humanos de las mujeres, primero
aprueben el curso ABC de las Masculinidades que les sirve de base para una mejor comprensión de
los otros cursos.

Con la seguridad de que el contenido abonará al cumplimiento de derechos humanos tanto


de hombres como de mujeres para lo cual se vuelve necesario plantearlo desde el enfoque de la
perspectiva de género, avanzando hacia el gran propósito de la democracia incluyente en el que las
oportunidades de hombres y mujeres, tienen a la base el derecho de la igualdad.

El ABC de las Masculinidades está conformado por tres series:

La serie 1, Aproximación a los Estudios de Masculinidades: Hace referencia a los inicios de los
estudios del tema de masculinidad en la década de los setenta; donde las reflexiones del feminismo
pusieron en tela de juicio el papel de las mujeres versus el papel de los hombres en la sociedad,
buscando así dejar de lado al hombre como representante general de la humanidad.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

La serie 2, Masculinidad Hegemónica: Describe los conceptos de hegemonía y machismo y


como esto está vinculado al patriarcado y la identifica en el contexto sociocultural donde profundiza
el poder de dominio de los hombres hacia las mujeres.

La serie 3, Masculinidades en Plural: Plantea que no todo modelo instaurado es perfecto ni


perpetuo por lo tanto el modelo patriarcal tiene sus fisuras. Finaliza haciendo una propuesta:
“Masculinidad con igualdad y equidad libres de violencia”.

Esperamos que este contenido les dé respuestas a dudas e incertidumbres del ser hombre y los
lleve a tener una nueva visión del orden de la sociedad en que vivimos.

Gilda Parducci
Directora Ejecutiva
ISDEMU

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Introducción

Existen, desde el punto de vista de estudios de masculinidades, varias perspectivas desde dónde
abordar este tema, por ejemplo: “a) las conservadoras (la dominación de los varones es natural, como
también lo es su papel protector y de proveedor económico[…]; b) las profeministas1 (la masculinidad
es una creación social y es posible cambiar la actual situación de dominación); c) el movimiento de
derechos de los varones (los hombres están sujetos a injusticias legales, sociales, etc., y deben luchar
para recuperar aquello que consideran sus derechos); d) las del desarrollo espiritual o mitopoéticas;
e) las planteadas por los enfoques socialistas (la masculinidad tiene sus raíces en la estructura de
clases de la sociedad; el costo de la masculinidad es la alienación); f) las de grupos específicos (…
destaca a los varones homosexuales y los de color)”2. grupos específicos (… destaca a los varones
homosexuales y los de color)” . Por hacer mención de algunas.

En el marco normativo nacional en la Constitución de la República de El Salvador, Art. 3.- “Todas


las personas son iguales ante la ley. Para el goce de los derechos civiles no podrán establecerse
restricciones que se basen en diferencias de nacionalidad, raza, sexo o religión”.

El Instituto Salvadoreño para el desarrollo de la mujer, ISDEMU es la institución rectora de


políticas públicas para la Igualdad Sustantiva y en su visión busca la que las Mujeres ejerzan sus
derechos humanos con la garantía y protección del Estado para el logro de la Igualdad Sustantiva.

En función de alcanzar ese cometido, ISDEMU, a través de la Escuela de Formación para la


Igualdad Sustantiva (EFIS) cuenta con procesos formativos dirigidos a personal de instituciones
públicas, del cual el presente curso “ABC de las Masculinidades” forma parte.

1 Se refiere a hombres profeministas, es decir, aquellos que se sienten identificados con las apuestas de la teoría feminista.
2 Véase: Minello Martini, Masculinidad-es un concepto en construcción, Nueva Antropología, México, 2002.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

En varios artículos tanto de la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación


contra las Mujeres (LIE) como de la Ley Especial Integral Para una Vida Libre de Violencia para las
Mujeres (LEIV) se hace mención que se debe formar y sensibilizar a las personas servidoras públicas,
tanto mujeres como hombres, por ejemplo, en la LIE:

Art. 15. “Brindar apoyo de información y formación al personal al servicio de las instituciones
del Estado para dar cumplimiento a la erradicación del sexismo en el lenguaje”. Entre otros más.
En la LEIV:

• Art. 2: “Comprende el ser libres de toda forma de discriminación, ser valoradas y educadas
libres de patrones estereotipados de comportamiento, prácticas sociales y culturales basados
en conceptos de inferioridad o subordinación”.

• Art. 8, “c” y “h”: Procesos de desaprendizaje y reaprendizaje.

• Art. 17-“h”: “Desarrollo de estudios e investigaciones sobre violencia contra las mujeres a
nivel nacional (Feminicidios)”. Entre otros más.

Por lo tanto, los procesos formativos y de sensibilización acerca de masculinidades desde el


marco legal nacional forman parte en el quehacer de la Escuela de Formación para la Igualdad
Sustantiva.

El gran sistema de dominación, el sistema patriarcal en la historia, en distintos lugares geográficos,


en lo sociocultural… nos han enseñado que las condiciones y posiciones de género (feminidad y
masculinidad) en la historia han privilegiado a los unos, en detrimento de las otras.

El propósito del curso es buscar respuestas o alternativas a los contextos de violencia basada en
género para acercar la Igualdad Sustantiva en el ámbito laboral institucional primordialmente. Para
ello, con “los hombres” servidores públicos se busca:

• Que desde el “re-conocimiento” (des-aprendizaje y re-aprendizaje) de la identidad de género


masculina en lo histórico y sociocultural conozca las brechas de desigualdad y la violencia
basada en género para dar paso a la deconstrucción de la masculinidad cargada de violencia.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Una vez reconocido, se debe “de-construir” para asumir la “corresponsabilidad” tanto en


los ámbitos privado (intrafamiliar) como el público y poder alcanzar la igualdad sustantiva.

• Que puedan reflexionar, valorar sobre la condición de género para poder reconocer cómo
ha sido el proceso de socialización de género y de construcción de la identidad masculina
junto a los mandatos de género, de un modelo (o modelos) de masculinidad, un modelo de
virilidad traducido en base a los estereotipos de género y patrones socioculturales cargados
de discriminaciones y violencias.

El Estado juega un papel fundamental en institucionalizar procesos de promoción de la educación


por medio de la implementación de políticas estatales que causen un impacto determinante y en
el quehacer institucional-estatal. Es el reconocimiento y el respeto por la pluralidad de formas
(conocimientos, actitudes y prácticas) de poner en ejercicio el ser hombres, las masculinidades que
se comprometen con el cumplimiento y la garantía de los derechos humanos y sobre todo, de
quienes por el sistema patriarcal, continúan siendo puestas en desventaja.

En la facilitación (parte de la metodología) se da de hombres para hombres. Se trata de superar


el discurso o la información yendo más allá de los conocimientos, del discurso sino que se apuesta
por deconstruir estereotipos de género y patrones socioculturales manifestados en: los esquemas de
pensamiento y de comportamientos machistas (ideas, creencias); en las formas de relaciones de los
hombres con las mujeres, con otros hombres, con la niñez, con la naturaleza; en la manera en que
los hombres expresan o no sus emociones y sentimientos, entre otras más.

Masculinidades no es un tema de moda o un asunto de teoría, pasa necesariamente por la revisión


de lo personal. Acá el tema de la expresión o negación de las emociones y de los sentimientos es de
gran importancia, aunado a las relaciones desiguales de poder. Los hombres necesitan un espacio
propio para la reflexión y revisión constante, para reconocer privilegios por su posición y condición
de género, para posibilitar transformaciones y comprometerse a estos cambios encaminados a una
vida libre de violencia y a generar bases hacia la igualdad sustantiva.

Tres referentes de este enfoque son el estadounidense Michael Kimmel, el británico Jeff Hearn
y el australiano Robert Connell. La respuesta a “desde dónde”, “por qué” y “para qué” se da por la
siguiente cita:

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

“Se trata de una perspectiva interdisciplinar aunque de solidez sociológica que cuenta con un
alto grado de reconocimiento en el mundo anglosajón y que se ha constituido en la última década
como la principal vía de estudio de la realidad genérica de los varones al asumir el legado de la
segunda ola del feminismo y sumarse a la labor de denuncia y deconstrucción intelectual de los
privilegios y desequilibrios de poder que se dan en las sociedades occidentales por razón de género.

La Masculinidad se convierte así en un elemento que se atiende, en su realidad material y


discursiva, de forma específica y como realidad explícitamente genérica, utilizando las teorías
críticas recientes (con especial atención al legado feminista y de los movimientos gay y lésbicos),
partiendo de la certeza de que estamos ante identidades construidas, de naturaleza cambiante,
histórica, cultural y biográficamente, siempre atravesadas por experiencias y prácticas de poder…”3

Los facilitadores son hombres y la población destinataria de este curso, son, al mismo tiempo
hombres servidores, empleados, funcionarios públicos primordialmente, sobre todo aquellos que
administran temas de justicia.

El documento consta de tres series: en la primera, se hace una Aproximación a los Estudios
de las Masculinidades y la Construcción Social e Identidad en la Masculinidad. En la segunda,
se aborda la Masculinidad Hegemónica y sus manifestaciones. Por último, en la tercera serie, se
tiene en consideración las Masculinidades en Plural o Propuestas de Masculinidades con Igualdad y
Equidad Libres de Violencia. Estos contenidos son la base del curso ABC de las Masculinidades en
sus modalidades presencial y virtual de la Escuela de Formación para la Igualdad Sustantiva.

3 Acerca de la II ola del feminismo: En Estados Unidos las mujeres lucharon por la independencia de su país y por los derechos
humanos de quienes eran esclavos. Poco a poco las mujeres empezaron a ocuparse de cuestiones políticas y sociales. Tenían
por objetivo el derecho al voto y los derechos educativos

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Serie I
Aproximación a los Estudios de las Masculinidades

Para estudiar sobre la masculinidad o masculinidades, el significado de ser hombre y de cómo se


construye la masculinidad, además de analizar si existe un modelo (o modelos) hegemónicos de ser
hombre, es importante situarnos en el tiempo para saber desde cuándo se empezó a estudiar el tema.

Un punto de partida se dio desde la década de los setenta, en donde las reflexiones del feminismo
pusieron en tela de juicio el papel de la mujer versus el papel de los hombres en la sociedad. Es así
como se inician, en esta década, los estudios de masculinidad (mens studies) que buscan dejar de
lado al hombre como representante general de la humanidad, dicho en otras palabras como modelo
de humanidad y adoptar el estudio de la masculinidad y las experiencias de los hombres como
específicas para los hombres en cada formación socio-histórico-cultural. Por ejemplo, a finales del
siglo XX se crea en Noruega la fundación de la Asociación Internacional de Estudios de Hombres
(IASOM, por sus siglas en inglés). Y años después, aparecieron los estudios de masculinidad en
Latinoamérica4. Pero, no solo la academia, sino movimientos en muchos países se interesan por los
estudios de la masculinidad y por procesos comunitarios en género y masculinidades.

Minello Martini comentando reflexiones de Connell, referente importante de estudios de


masculinidad dice: “Al situar la masculinidad dentro del género, Connell plantea que es una
construcción social, histórica; por ende, cambiante de una cultura a otra, dentro de cada cultura en
distintos momentos históricos, a lo largo del curso de vida de cada individuo y entre diferentes grupos
de hombres de acuerdo con su clase social, raza o etnia. Al mismo tiempo, en tanto género, toda vez
que estudiamos masculinidad debemos tener en cuenta las relaciones de poder”5.

La definición del término básico en discusión (masculinidad-es) se ha ido clarificando a medida


que los estudios han ido dando pautas. Para poder definir la masculinidad, se debe considerar que en
todas las sociedades se cuenta con registros culturales de género, pero no todas tienen el concepto
estándar de masculinidad.

4 Confrontar: Minello Martini, Masculinidades un concepto en construcción, Nueva Antropología, México, 2002
5 Ibid.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

En resumen, masculinidad está referida al conjunto de características socioculturales asignadas


a los hombres por el simple hecho de ser hombre, así como las actitudes, pensamientos y prácticas
en su relación con las mujeres.

Desde esta noción de masculinidad, pareciera que se procura asignar un modelo exclusivo
y excluyente (identidad masculina) para todos los hombres. Pero, también se puede hablar de la
existencia de una diversidad de identidades masculinas dependiendo de la zona geográfica de
procedencia, la raza, la religión, la clase social, etc., pero que todas estas identidades masculinas
están sujetas a presiones socioculturales de cómo tienen que comportarse, de cómo tienen que
pensar, ser y actuar. Es decir, encaminadas a un modelo específico que predomina sobre todas las
identidades de ser hombre.

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Contenido del Módulo I

Módulo I

Construcción Social e Identidad en la Masculinidad

1.1. Teoría Sexo-Género desde la Masculinidad

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Módulo I
Construcción Social e Identidad en la Masculinidad

Desde la perspectiva de género, la forma de ser hombre (masculinidad) ha sido aprendida y


por ende construida en la sociedad, en la historia y en la cultura. Es por ello que el modelo de la
masculinidad va referida a una serie de características adquiridas y dicho modelo es la medida que
la sociedad adopta para vigilar si los hombres están o no inmersos en el modelo.

Respecto a la socialización de género, desde que se nace, los hombres van adquiriendo formas
de comportamiento, de pensar, de ser y de actuar; es decir, van siendo receptores de mensajes
ya desde la familia, la escuela, los medios de comunicación, la religión, la sociedad en general,
sobre cómo deben comportarse y cómo deben relacionarse con los otros y las otras. Por lo general,
desde esta concepción tradicional, normalmente se espera que el hombre sea fuerte y dominante al
relacionarse con otras personas, y principalmente, en su relación con las mujeres.

Desde lo sociocultural se construye el modelo masculino, en efecto, el significado de ser hombre


es asignado por la sociedad, la cual moldea, ejerce presión para ajustarse y premia o privilegia a
todo aquel hombre que asume este patrón, pero al mismo tiempo, ejerce violencia, discriminando y
desprestigiando a todo aquél hombre que se aleja de dicho modelo de masculinidad.

Algunos ejemplos de manifestaciones de este modelo de ser hombre se da cuando éste rehúsa
tomar precauciones, es decir, por querer demostrar su masculinidad (hombría, virilidad...) expone su
vida a riesgos, enfrentándose constantemente a peligros, si no lo hiciera así, se expone al señalamiento
de ser “afeminado” (débil, delicado, hipersensible…) es decir, parecido a femenina, lo que implica
una desvalorización, de tal manera que el significado de ser hombre plantea una superioridad en
relación a la mujer.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

1.1. Teoría Sexo-Género desde la Masculinidad

Es necesario partir de la comprensión de sexo y género, cómo se relacionan y su diferenciación


y qué tienen que ver con las masculinidades.

Cuando se hace referencia al sexo, se está hablando del conjunto de diferencias biológicas,
anatómicas y fisiológicas de hombres y mujeres. También, el sexo se remite a la diferenciación
existente en cuanto a los órganos genitales de mujeres y de hombres, tanto internos como externos,
las particularidades endocrinas y sus diferencias en cuanto a la procreación.

En cambio, el género como categoría de análisis es en el que se definen, representan y


simbolizan las diferenciaciones sexuales entre mujeres y hombres en una determinada sociedad.
Es una construcción de significados, donde se agrupan todos los aspectos psicológicos, sociales y
culturales de la feminidad y la masculinidad. Mujeres y hombres construyen su identidad femenina
o masculina, interactúan y organizan su participación en la sociedad pero esto varía de una cultura
a otra y se va modificando con el transcurso del tiempo. A esta asignación se le conoce como roles
asignados por ser hombres y por ser mujeres, por lo que el comportamiento y el imaginario de cómo
se es hombre y como se es mujer se construye.

Por lo tanto, lo que determina la identidad y el comportamiento masculino o femenino no es el


sexo biológico, sino el género como una construcción sociocultural.

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Contenido del Módulo II

Módulo II

Medios Socializadores de la Masculinidad

2.1 Familia, Escuela y Funciones de los Juegos y Juguetes


2.1 Los Medios de Comunicación y la Publicidad
2.3 Estereotipos Triple Negación y Arquetipos en la Masculinidad
2.4 Masculinidad o Masculinidades

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Módulo II
Medios Socializadores de la Masculinidad

Ya se ha puesto en evidencia que el sexo, lo biológico y la adjudicación que éste tiene, es el punto
de partida del género, en efecto, desde el nacimiento, cuando la persona que recibe al recién nacido
determina por los órganos genitales que es niño (o niña) la sociedad y la cultura (lo sociocultural)
establece lo masculino (y femenino). Tal condición le repercutirá en el resto de su vida recibiendo un
trato diferencial (por el modelo o estereotipos), por el simple hecho de ser hombre o mujer.

Algunos medios socioculturales que afectarán en la identidad de la masculinidad y feminidad


son: la familia, la escuela, la cultura, los medios de comunicación, la clase, “los cheros”6 entre otros.
Serán los que asignan la forma de ser, pensar y actuar (generalmente llamados roles) de los hombres.

Así, los medios socializadores harán énfasis en los roles o el papel social asignado. Los roles
o el papel social, es el conjunto de tareas y funciones derivadas de una situación o status de una
persona en un grupo social. De ahí que los roles tradicionales masculinos estén orientados a “lo
público”: el rol proveedor, estar vinculado al trabajo, una profesión, el éxito, la eficacia. Y los roles
tradicionalmente femeninos están vinculados con “lo privado”: la maternidad: cuidado y protección
de la prole, de lo doméstico, del elemento afectivo en el hogar, etc.

A continuación se enuncian algunos medios que intervienen en el aprendizaje de roles en la


masculinidad: 1. La Familia, 2. La Escuela, 3. La función de los juegos y juguetes, 4. Los medios de
comunicación y la publicidad entre otros más.

6 Cheros en El Salvador “amigotes”.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

2.1. Familia, Escuela y Funciones de los Juegos y Juguetes

La Familia

La familia es el primer ente socializador de roles, puesto que se da mucho antes del nacimiento del
niño. Así pues, junto con las expectativas creadas cuando se espera al bebé (o a la bebé) expresadas
de cómo llamarle ya por el nombre, hablarle, cantarle, actividades que hará cuando crezca, etc.

En investigaciones se ha demostrado el trato diferenciado que se hace si se es niño o si se es


niña. Por ejemplo, a muchos niños se les adjudican las actividades físicas por ende se le enseña a
desenvolverse en espacios más amplios. Por consiguiente, los juegos, los deportes, la televisión y
el patio van incidiendo en la configuración de una masculinidad con un patrón agresivo a veces
permitido y promovido por la familia.

Pero, al mismo tiempo, muchos niños son castigados en forma física severa acompañado de
agresiones verbales, desarrollando en ellos conductas pasivas, retraídas o sumisas, características
de una autoestima no saludable, pero son con mucha frecuencia las conductas agresivas que
desarrollan a consecuencia de los castigos. Lo que los hace susceptibles a ejercer violencia contra
otras personas considerados agresores en potencia. El comportamiento, en la mayoría de casos, se da
por la observación y por la vivencia, se hace lo que se ve y lo que se experimenta.

El niño, poco a poco va configurando por la observación su identidad de género y su identidad


sexual pero en él también se va disponiendo la idea que las niñas son inferiores, en pocas palabras
los estereotipos de género se irán articulando, fruto del modelaje sociocultural. Un ejemplo de ello
es que el niño va observando a quien se le asigna la representación y referencia del núcleo familiar
(el padre). Si la mamá dedica mayor tiempo a la familia y a la casa y el papá es la figura proveedora
y él mismo se adjudica la autoridad, irá tejiendo la idea de superioridad del hombre.

A medida que el niño va creciendo, la norma de la construcción hace que su identidad masculina
se dé en contraposición o rechazo al modelo femenino (que en este caso es la madre). Todo esto, se
va formando a temprana edad. Además, los familiares van teniendo mayores expectativas de éxito
por parte de los niños.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Con el paso del tiempo, cuando se llegue a la pubertad o a la adolescencia, todo esto se irá
consolidando de manera más profunda, puesto que en esta etapa crucial de la vida, los cambios
fisiológicos, psicológicos y sociales son evidentes. En la parte de socialización se enfrentarán a la
presión ya no solo de la familia sino a las presiones sociales y sobre todo del grupo de pares. Presión
que apunta a un estilo exclusivo y excluyente de cómo tiene que comportarse por ser hombre.

Según los Estudios de Masculinidad (Mens Studies), la construcción social de la masculinidad


se realiza siempre en relación negativa respecto al referente femenino, es decir, la masculinidad se
edifica desde la idea que el hombre es superior iniciando por la negación de lo femenino hasta llegar
a extremos como el repudio de la feminidad (misoginia).

Un ejemplo para comprobar esta teoría se da cuando el niño necesita separarse psíquicamente de
la madre para adquirir la identidad culturalmente definida como masculina. Según Michael Kimmel
“la identidad masculina nace de la renuncia al referente femenino, no de la afirmación directa de
que es masculino, lo cual deja la identidad de género masculino tenue y frágil”7. La identidad de
género masculino desde el niño es frágil porque, desde esta “huida de lo femenino”, se construye
al niño desde la negación y no la afirmación, es decir no desde lo propositivo sino lo contrario, lo
que conduce, a dicha masculinidad, a tener la sensación de estar siempre en tela de juicio ante
la sociedad quien le señalará si se parece o no a lo femenino, por lo que, desde esta perspectiva,
tiene que estar “demostrando” en todo momento que se es hombre, situación que no ocurre con la
feminidad, no se tiene que demostrar que se es mujer.

7 Véase: Luis Bonino Méndez, Comunicación Personal, Madrid, 1.997, http://chicosymasculinidades.blogspot.com/2008/09/8-


teoras-sobre-la-masculinidad-menss.html

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Caso contrario se da con la niña puesto que su identidad femenina se forja en unidad con la
madre. En ese sentido, el niño rompe el lazo de identificación con la mamá y el referente para la
configuración de su identidad masculina será su papá. Puesto que parecerse a su mamá le llevaría
a mostrar características como la compasión, la ternura y la empatía (por mencionar algunas) y
estaría en tela de juicio su “hombría”, por ello, negaría esta parte y su horizonte estaría fijado en
características como el carácter fuerte, amenazador, destructor, posesivo y a veces castigador con el
que asocia a su papá.

Este proceso tiene grandes repercusiones puesto que es cuando se forja la diferenciación entre
los géneros, viendo a lo femenino como algo inferior a lo masculino, se predispone a “devaluar a
todas las mujeres en su sociedad, como encarnaciones vivientes de aquellos rasgos de sí mismo
que ha aprendido a menospreciar”8, y que constituye el sustrato en el cual se asientan las actitudes
sexistas, es decir, actitudes de discriminación hacia niñas y mujeres vistas como inferiores debido a
sus diferencias biológicas y socioculturales con el niño o el hombre.

La Escuela

La escuela será otro agente socializador importante en el auto reconocimiento que cada sujeto
realiza de su propia categoría de género. Ambas instituciones, familia y escuela, contribuyen a la
adquisición, entre otros, de los patrones de valentía y protección en los niños, y de gracia y bondad
en las niñas.

En la escuela se van sentando las bases del aprendizaje formal que por lo general va dirigido tanto
a niñas como niños, pero que sutilmente se van asignando cursos de manera separada, por ejemplo:
cocina, manualidades, creatividad, bordado, para niñas; investigación, elección y coordinación de
comités de aula: deportes, directiva, etc., para niños, es decir, roles asignados a mujeres y a hombres.

También en el espacio físico de desenvolvimiento tanto de niños como de niñas, hay asignaciones
diferentes, por ejemplo: las canchas de fútbol, de basquetbol, son ocupadas por los niños y se
refuerza para que los hombres ocupen mayor espacio que las niñas o mujeres a quienes se les asigna
espacios reducidos o sin espacios.

8 Ibid.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Estos dos ámbitos: uno el público, el cual es valorado socialmente y atribuido a lo masculino;
y, dos, el privado, asociado al cuido del hogar, a lo doméstico, ligado a lo femenino, el mismo que
es desvalorizado socialmente. A pesar de los avances en materia de equidad de género (más a nivel
teórico que a nivel vivencial o práctico), el espacio público y el espacio privado están implícitos en los
sistemas educativos, puesto que los mismos docentes están inmersos en los procesos socioculturales,
sumando la formación/educación androcentrista, que ve lo masculino como la medida, la regla, la
representación de la humanidad.

En los inicios de la lecto-escritura, las lecciones que se enseñan van encaminadas a que “mi mamá
me mima” y “mi papá trabaja”, es decir, lo femenino está orientado a lo sentimental y lo masculino
a lo práctico. Puede evidenciarse mayor aprecio o priorización en aquellas “aptitudes-capacidades”
otorgadas a los hombres como la inteligencia, la competitividad y la fuerza, y poniendo en un plano
inferior la sensibilidad, la empatía, la compasión y el cuidado de las demás personas, entre otras, las
cuales son otorgadas a las mujeres.

La Función de los Juegos y los Juguetes

En la etapa de la infancia también intervienen el juego y el juguete que inciden en el desarrollo


psicológico y de socialización de los niños y las niñas. Aunque se debería reflexionar si todo juego
y/o juguete es de beneficio para su sano desarrollo o no.

Obviamente, los avances tecnológicos van presentando una serie de juguetes electrónicos o
técnicos y estos también inciden en el desarrollo y en el conocimiento. Ciertamente el papel de
muchos juguetes y/o juegos crea la brecha o diferenciación en la relación entre niñas y niños.

Se tiene el reto de saber decidir, que el niño sea crítico-reflexivo para poder escoger un tipo de
juguete que incida positivamente en su desarrollo.

El juego es una actividad agradable y estimulante, que fomenta el aprendizaje y el desenvolvimiento


de una forma independiente, acercándole a la autonomía; puesto que, mientras juega aprende,
experimenta, explora y descubre el mundo.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Por lo general, las niñas y niños escogen sus juegos y juguetes inducidos por los roles que la
familia, la escuela y en general la sociedad les asigna:

Juegos-juguetes orientados a niños Juegos-juguetes orientados a niñas


Juguete/Juego Tipo Juguete/Juego Tipo
Videojuegos Más brusco. Los de profesiones. Más centrado en reglas
Carros Con mayor contacto físico. Imitación al hogar. y sugerencias.
Cuchillos Menos verbalización. Muñecas y accesorios. De mayor contacto
Pistolas Con escasas reglas, y Disfraces. verbal.
Arco y flecha en caso de haberlas las Juegos de té, de Utilizan espacios
Trompo, capirucho, infringen con más frecuencia cocina, maquinitas de más reducidos en sus
piscucha, chibolas o que las niñas. cocer. juegos que los niños.
canicas. Grupos más grandes. Juguetes de belleza y Grupos que no
Construcciones y Desde aproximadamente los adornos personales. sobrepasan los cuatro
juegos de montaje. tres años los niños suelen miembros.
Soldados y los liderar los juegos en los Se comprometen con
muñecos-héroes. espacios exteriores y los mayor intensidad
defienden del intrusismo de emocional que los
las niñas. niños.
Intentan solucionar sus Brindan mayor apoyo y
afrentas por sí solos. calor en el grupo.
Mayor tendencia a recurrir a No suelen defenderse y
la violencia. piden más ayuda.

La función de este tipo de juegos y de juguetes es hacerles más estrecho el horizonte de referencia,
llevándoles a imitar patrones socioculturales vistos como “normales” ya sea desde la familia, la
televisión, la escuela, la calle, y los reproducen fielmente. Pero... ¿es realmente esto algo biológico?
¿Los niños ya traen en sus genes los juegos de competencia, de control, de ganar-ganar, de dominio
sobre los demás sin importar cómo?

El punto de partida es la teoría de género, es decir, esto no tiene nada que ver con el sexo,
con las características fisiológicas y biológicas del niño, sino con características asignadas por lo
sociocultural.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Obviamente, el comportamiento del niño (la competencia, dominio, control, ganar-ganar sobre
otros y otras) es algo sociocultural aprendido y por consecuencia, construido, como ya se dijo,
en la mayoría de casos, las actitudes, comportamientos y prácticas se dan por la observación,
por la vivencia, y por la presión social (medios socializadores: familia, escuela, Iglesia, medios de
comunicación, grupos de amigos, etc.) es decir, se hace lo que se ve y lo que se experimenta para
la aceptación del niño en la sociedad.

Por lo general, cuando se dan juegos en conjunto, es decir niños con niñas, los niños son los
que imponen las reglas en el control del juego.

2.2. Los Medios de Comunicación y la Publicidad

Al mismo tiempo que se da la socialización por la Familia y la Escuela, está la de los Medios
de Comunicación, teniendo gran incidencia el de la televisión, el Internet, la música (radio), entre
otros.

Los Medios de Comunicación9

De acuerdo con su etimología latina comunicar quiere decir poner en común, compartir.
Este poner en común constituye lo propio de la vida social y la condición humana. La
comunicación, por lo tanto, será entendida como una dimensión de lo humano que se reconoce
en la constitución del universo de significados y valoraciones adjudicados a experiencias.

La comunicación humana es un proceso mediante el cual las personas transmitimos información


así como nuestros sentimientos y pensamientos. Esta comunicación supone el aprendizaje y la
utilización de códigos específicos para la transmisión de mensajes y experiencias con el objeto de
permitir a las personas relacionarse entre sí. La comunicación verbal, es decir el lenguaje hablado y
el escrito, es la principal forma de comunicación humana pero también existe la comunicación no
verbal, que es otra manera de emitir mensajes a través principalmente de imágenes, muy utilizada
en los medios de comunicación, la publicidad y las expresiones artísticas.

9 Véase: ABC de la Igualdad Sustantiva, ISDEMU, 2012.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

El lenguaje es el medio de comunicación verbal por excelencia y se puede definir como el


instrumento principal mediante el cual se transmite conocimiento y se representa el mundo en que
vivimos. Es una herramienta que nos enseña a pensar de un determinado modo y que nos sirve como
vehículo para relacionarnos.

Con respecto a hombres y mujeres, el lenguaje identifica lo que es femenino y lo que es


masculino; lo que se nombra y lo que no se nombra; lo que está permitido y lo que está prohibido.
El lenguaje no es por tanto neutral sino que está lleno de matices y de intenciones. A través del
lenguaje, cada sociedad determina un modelo de hombre y otro de mujer que viene establecido
por la historia y la cultura, dando lugar a los estereotipos sexistas que hombres y mujeres vamos
asimilando inconsciente y sutilmente.

El lenguaje es una adquisición cultural, y como tal puede considerarse como un “espejo” de la
cultura misma. Por otro lado, la comunicación se relaciona con los significados y los sentidos, por
tanto también es un medio conductor o constructor de la cultura. En este sentido, la comunicación
también puede convertirse en un instrumento reproductor del discurso tradicional de género.

La comunicación tiene un poder y alcance extraordinario, y quienes tienen acceso a los canales
o mecanismos de comunicación tiene una gran responsabilidad en el manejo de ésta, sobre todo
porque, como ya se ha explicado antes, la comunicación puede convertirse en un instrumento que
perpetúa un discurso discriminatorio hacia las mujeres, a través de un discurso político, religioso,
institucional, académico, etc.

El análisis de la categoría de género en la comunicación nos permite profundizar en el estudio


de la presencia de las mujeres en los medios, y en cómo estos construyen o deconstruyen la imagen
con la que las representan. Los medios, en general emiten relatos, discursos y descripciones que
sirven para “educar” a las personas o para establecer relaciones de poder y desigualdad. Pero, ¿En
qué medida las personas se sienten identificadas con esos modelos?, ¿En qué medida la población
espectadora se apropia de las representaciones femeninas y masculinas? ¿Cómo el género o la
perspectiva de género, en su modalidad de discurso tradicional, impacta o produce un efecto en la
vida de las personas?

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

La comunicación también puede funcionar como una herramienta transformadora o


deconstructora de los patrones culturales tradicionales del género. Es fundamental en cualquier
actividad humana y especialmente a la hora de generar consciencia sobre determinados
problemas y en la búsqueda de alternativas para la solución de los problemas.

La Publicidad

La publicidad es un complemento del marketing que practican las organizaciones, ya que


los mensajes y los discursos que se desean difundir se materializan en un medio de difusión y
comunicación, por ejemplo, un comercial de televisión, una cuña radial, un anuncio en el periódico,
un sitio en Internet, etc. No obstante, desde la perspectiva de la comunicación, todas las acciones
que realizan las instituciones están comunicando sobre sus asuntos institucionales, por lo tanto,
todas estas acciones pueden considerarse como un tipo de publicidad. Así cuando un funcionario
o funcionaria del gobierno emite un discurso o brinda declaraciones en un medio de comunicación
está realizando actividades de promoción para la institución a la que pertenece.

Es decir que la persona se sirve del medio publicitario como rampa para solventar necesidades
que puede llegar a generar un tipo de afectación psíquica que afecte la salud mental. Un ejemplo es:
“cuanto más consumo, más feliz soy”. Una manera distinta de interpretar la palabra “consumismo”
es considerarla: como una crítica a la organización de la economía de una sociedad, que se puede
decir que se “despilfarra” ciertos recursos. Este puede ser incentivado por:

La publicidad, que en algunas ocasiones consigue convencer al público de que un gasto es


necesario cuando antes se consideraba un lujo. La predisposición de usar y tirar productos resultan
ser dañinos para el medio ambiente.

También la publicidad es “es una vía de infiltración, social divulga y perpetúa los efectos
negativos de la relación entre las mujeres y la naturaleza. Debido a esta asociación, la cosificación
de su cuerpo, su tratamiento como objeto de placer al servicio del deseo masculino, puede ser visto
como una consecuencia nefasta más del trato destructivo y cosificación que la cultura del dominio y
la aprobación ha ejercido sobre el entorno cultural. Si la cultura patriarcal ha utilizado este binomio
a favor del inmovilismo y de la perpetuación del poder establecido, el discurso publicitario, con su

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

constante y creciente ejercicio de colonización visual, apropiación indebida e instrumentalización


del cuerpo y de la imagen de las mujeres, sirve de remache”10.

Según la normativa salvadoreña, y específicamente la Ley Especial Integral para una Vida
Libre de Violencia para las Mujeres, existe la tipificación de la violencia simbólica, manifestada
por mensajes, valores, iconos o signos que transmiten y reproducen relaciones de dominación,
desigualdad y discriminación en las relaciones sociales que se establecen entre las personas y
naturalizan la subordinación de la mujer en la sociedad.

El sexismo, según el glosario del Instituto Nacional de las Mujeres de México (INMUJERES),
es la discriminación basada en el sexo de las personas. Esta beneficia a un sexo sobre el otro,
basada únicamente en ese criterio. Muestra a la mujer como un ser inferior debido a sus diferencias
biológicas con el hombre. Afecta las relaciones humanas en las dimensiones cotidianas de la vida
privada o pública.

Así la publicidad se vuelve sexista cuando transmite roles, estereotipos, actitudes, conductas
femeninas y masculinas con lenguaje verbal y no verbal, que fomentan discriminación, subordinación,
violencia y misoginia.

La imagen masculina en la publicidad está implícita en la de las femeninas mayormente


utilizadas. Por lo general, mujeres son presentadas como objetos de uso y los hombres son los sujetos
destinatarios de dichos objetos.

El modelo masculino que pregonan está representado en todas las generaciones (desde niños
hasta de la tercera edad) los muestran desempeñando varias funciones como padres, directivos,
repartidores, vendedores, arquitectos, hombres de negocios, amantes, cocineros profesionales,
peluqueros, músicos o maridos. Y las mujeres como madre, abuela, novia, amante, suegra o esposa.
Todo ello influye radicalmente en la población infantil que recibe estos mensajes de una manera
simple, descarada y agresiva al mismo tiempo dando la impresión de que el mundo de relaciones
entre los géneros es diferencial, opuesto en jerarquización. Así, lo femenino es considerado pasivo

10 Documento: Módulo I: La Construcción Social de la Identidad de Género, material elaborado por ÁGORA, Ciudad Autónoma
de Ceuta. Consejería de Educación, Cultura y Mujer. Centro Asesor de la Mujer.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

y subalterno, y lo masculino es considerado que tiene la acción, el poder, con violencia incluida.
Por lo tanto, esta capacidad contaminadora del discurso publicitario, incide grandemente en la
construcción social de la identidad de género pero en dirección hacia los modelos tradicionales de
ser hombre y de ser mujer.

En el caso de los hombres, la publicidad crea estereotipos masculinos encaminados a ser modelos
considerados “perfectos y conquistadores”. Desde este enfoque se puede afirmar que el modelo
tradicional, hegemónico o machista de ser hombre muta, es decir, va utilizando la publicidad y
los medios de comunicación en el sentido que los mensajes publicitarios propician un estereotipo
masculino que se adapta a las creencias del público y que busca llegar a todos aquellos hombres
comunes, que más que querer ser bellos y parecerse a un modelo de revista, quieren ser o se creen
irresistibles para las mujeres para conquistarlas, para tener el dominio, el control y poder sobre ellas.
A manera del camaleón, “cambiar para seguir igual”, es decir, adaptarse a la moda (del género), sin
renunciar a lo fundamental, el poder en las relaciones socioculturales.

Construyendo el discurso11. Para tener un discurso que promueva la igualdad de género deberá
contener mensajes y narrativa que no reproduzcan los roles tradicionales que desempeñan hombres
y mujeres en la sociedad.

El primer paso es conocer sobre este discurso tradicional y sus formas de representación en los
medios de comunicación. Para eso, el equipo encargado de producir los mensajes deberá investigar e
indagar sobre la teoría de género y los estereotipos o representación que la publicidad y el marketing
suelen utilizar sobre la imagen de las personas.

La construcción de mensajes implica la utilización de un lenguaje textual y visual, y su respectiva


concordancia. Así, cuando se dimensiona la responsabilidad que implica representar a hombres y
mujeres de determinada forma, también se comprenden las consecuencias que pueden generarse al
respecto.

Todos los temas deben contar con un enfoque de género, debido a su característica de
transversalidad, y por eso es importante identificar las necesidades específicas de cada persona
durante la etapa de elaboración de contenido.

11 Véase: ABC de la Igualdad Sustantiva, Curso Presencial, pág. 81. ISDEMU 2012.

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Una vez determinados los públicos y sus características sociales, psicológicas o demográficas, se
plantea primero el contenido textual. Para este paso se utiliza como herramienta una guía del uso no
sexista del lenguaje. Un texto lineal sirve para construir un discurso, el cual representa básicamente
la esencia del mensaje que se quiere comunicar. Su creación no es una actividad que debe tomarse
a la ligera, por el contrario, hay que solicitar varias opiniones de especialistas que puedan identificar
lenguaje sexista o discriminativo en el texto central de mensaje.

2.3. Estereotipos, Triple Negación y Arquetipos en la Masculinidad

Estereotipos

Desde los estudios de género, se va a entender por “estereotipo” aquel juicio que se fundamenta
en una idea preconcebida impuesta en la comunidad o sociedad. Se entiende como un molde, una
caricatura sobre algo o alguien. Su origen es emocional, subjetivo, por lo que las consideraciones
intelectuales tendrán poca influencia para cambiarlos.

Los estereotipos de género buscan exagerar las diferencias reales de los grupos, permitiendo
justificar, la distribución de los sexos en roles sociales específicos que en general distinguen a los
sexos o que particularmente desarrolla cada sujeto. Están compuestos por características psicológicas
consideradas “apropiadas” para cada uno de los sexos al margen de su situación personal.

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Algunos ejemplos de estereotipos aplicados tanto a hombres como a mujeres12:

Estereotipo Femenino y Masculino/Identidad de género


Hombre / Atributos Mujer / Atributos
Fuerza (atribución) Debilidad (carencia)
Valor (valentía) Timidez (actitud)
Agresividad (natural) Sutileza (actitud)
Autoridad (norma) Sumisión (actitud)
Iniciativa (norma) Pasividad (norma)
Placer (es un fin) Resignación (actitud)
Autonomía (norma) Dependencia (norma)
Ser para sí (es su fin) Ser para otras personas (es su fin)

En el manual: Pautas para Facilitadores de Talleres de Masculinidad en América Central “Así


Aprendimos a ser Hombres” del señor Campos Guadamuz, se encuentran ejemplos concretos de
cómo se manifiestan estereotipos de género desde el punto de vista del machismo:

El machismo se expresa fundamentalmente en los llamados “estereotipos de género”, los cuales


consisten en ideas simplificadas y distorsionadas sobre las características de los hombres y las
mujeres. Estas características son también transmitidas por el sistema social. Por ejemplo, la idea de
que solamente los hombres se dedican a la agricultura es un estereotipo de género.

El machismo maneja los siguientes estereotipos de género:

• Los hombres son más fuertes que las mujeres.


• Los hombres deben dominar a las mujeres.
• Lo masculino es más importante que lo femenino.
• Las mujeres deben ser protegidas por los hombres.
• Un hombre debe tener varias mujeres porque está más interesado en el sexo que las mujeres,
ya que “el hombre es polígamo por naturaleza”.

12 Véase: ABC de la Igualdad Sustantiva, Curso Presencial, Escuela de Formación para la Igualdad Sustantiva, Serie I, Conceptos
Básicos de Género. ISDEMU, 2012.

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• Un hombre no debe tolerar la infidelidad de la mujer.


• La mujer es más tierna, suave y afectiva que el hombre.
• Los trabajos que hacen los hombres son más importantes y más valorados que los trabajos que
hacen las mujeres.

Algunos de estos estereotipos de género han sido superados por muchos hombres, sin embargo,
eso no significa que hayan dejado de ser machistas13.

Todas las personas, mujer u hombre, desarrollan diversidad de valores que abonan su horizonte
de vida para crecer como persona, para acercarse a sus utopías. Sin embargo, “modelos sociales”
impuestos (en este caso estereotipos), asignan a la personalidad masculina (no así a las femeninas)
todos los valores que representan dinamismo, valentía, razonamiento, en fin, capacidad de realización
plena en el diseño y conquista de un futuro y también antivalores como la competencia desleal, el
dominio, la imposición, que afectan a una parte de la población.

Triple Negación en la Masculinidad

Ya se ha mencionado, desde los estudios de masculinidad, que la identidad masculina se


construye en negación a la feminidad. Por ejemplo, hablando en primera persona se diría: “Soy
hombre (masculinidad) porque no soy mujer”.

La triple negación a partir de la cual los hombres construyen su identidad (que es socialmente
construida) a saber, negarse como mujer, negarse como homosexual y negarse como niño, hace
que esa masculinidad, “viciada” desde los inicios de su construcción, sea misógina, homofóbica y
adultocéntrica.

La triple negación se convierte en una especie de “control” sociocultural para personas que adoptan
una actitud “vigilante” de los patrones socioculturales y de los estereotipos de género asignados a la
masculinidad y socialmente aceptados. Es frecuente encontrar en lo sociocultural consideraciones
populares de lo que es ser un hombre. Alrededor de ello se hace mención de comentarios, chistes
y decires con tonos discriminatorios, en medio del sistema patriarcal heterosexista y androcéntrico.

13 Véase: Campos Guadamuz, Álvaro, “Así aprendimos a ser hombres”, Pautas para Facilitadores de talleres de Masculinidad en
América Central, v.1, 1a ed. -- San José, Costa Rica: Oficina de Seguimiento y Asesoría de Proyectos OSA, S.C., 2007.

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No ser niño, no ser mujer, y no ser homosexual, son los cánones a partir de los cuales se construye
el modelo de la masculinidad hegemónica; así esta masculinidad tiene como consecuencia lógica
el ser violenta (hacia lo diverso, hacia masculinidades que no cumplen con lo establecido) lo que
ha llegado a significar ser hombre en la cultura occidental, es una definición totalmente violenta,
intolerante (de la diferencia) y excluyente; donde la misoginia está presente y es parte fundante de la
identidad construida (socialmente) del varón, (homosexual o no).

Arquetipos

Según el Diccionario de la Real Academia Española, “arquetipo” proviene del griego αρχη, arjé,
“fuente”, “principio” u “origen”, y τυπος, typos, “impresión” o “modelo” y tiene varios significados,
entre ellos: 1. m. Modelo original y primario en un arte u otra cosa. 2. m. Ecd. Punto de partida de una
tradición textual. 3. m. Psicol. Representación que se considera modelo de cualquier manifestación
de la realidad. 4. m. Psicol. Imágenes o esquemas congénitos con valor simbólico que forma parte
del inconsciente colectivo. 5. m. Rel. Tipo soberano y eterno que sirve de ejemplar y modelo al
entendimiento y a la voluntad humana. De estas ideas podemos sintetizar que el arquetipo es el
patrón ejemplar del cual otros objetos, ideas o conceptos se derivan.

El investigador Campos Guadamuz, escribe que “la masculinidad arquetípica se refiere a la


imagen de masculinidad que está presente en mitos, cuentos, leyendas y en la cultura popular. Opera
con una gran fuerza, como una serie de mandatos que obliga al hombre a actuar según los arquetipos
dominantes en su cultura. El hombre socializado en la cultura patriarcal construye su identidad a
partir de los arquetipos de la masculinidad”.

Otros dos investigadores, llamados Gillette y Moore (1993), encontraron que las características
de la masculinidad pueden ser resumidas alrededor de cuatro arquetipos fundamentales.

Arquetipo del Rey

El arquetipo del rey está estimulado por las sociedades patriarcales. Para ejemplo el dicho:
“nace un hombre, nace un rey”. De ser así, el niño tendrá que adquirir comportamientos de un rey,
esperando ser reconocido como tal por la sociedad o por las personas allegadas.

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La estructura de un reinado monarquía es vertical y en la cúspide más alta se encuentra el Rey


Hombre. Al arquetipo del rey se le adjudica, desde su nacimiento hasta su muerte, el poder y el
control, porque necesita que se le obedezca de forma pasiva o inclusive imponiéndose. El Rey puede
ser un arquetipo que lleva a los hombres a ejercer un poder de dominación o al contrario, ejercerlo
para establecer relaciones solidarias con las demás personas. Sin embargo, las características que la
sociedad fomenta son las que tienen que ver con el Rey que domina.

Las frases siguientes son comunes para hombres que se identifican con el arquetipo del Rey:

• Le tienen que obedecer.


• Quien manda es él.
• Se hace lo que él diga.
• No escucha, hace preguntas y da órdenes.
• Le gusta tener el poder, sea para mandar o para ayudar.
• Le gusta sobresalir.
• Es muy exigente.
• Todo le pertenece, hasta la vida de las personas.
• Todas las personas son sus súbditas.
• También le gusta coordinar, dirigir a las personas para que logren sus objetivos.

Para profundizar en este arquetipo, se recomienda ver las películas “La Oveja Negra” (1949) y
“Jinete de Ballenas” (2002). En la primera se muestra la relación entre un padre (de características
marcadamente machistas y patriarcales que vive el arquetipo del Rey), y su hijo el cual desea
imitarlo, pero a la vez está consciente de las limitaciones del padre. En el caso de la película “Jinete
de Ballenas” se cuenta la historia de un cacique que debe transmitir su autoridad a la descendencia
masculina, pero lo que tiene es una nieta en vez de un nieto. El análisis de estas películas ofrece una
excelente oportunidad para reconocer el papel que juega este arquetipo en la vida familiar y social.

Arquetipo del Guerrero

El Guerrero es un arquetipo que se caracteriza por la necesidad permanente de defender y


proteger el territorio, para lo cual el hombre guerrero debe ser valiente y muy frío en la expresión de
sus sentimientos, ya que siempre tiene que ser “el fuerte” y “el duro”.

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Son comunes para hombres que se identifican con el arquetipo del Guerrero, las frases siguientes:

• Controla el territorio (a la mujer también).


• Le encanta proteger a las demás personas.
• Es muy posesivo y hasta puede ser celoso.
• Es frío en sus emociones, no las expresa.
• Lucha por sus ideales y principios, es muy leal y luchador incansable ante el
cumplimiento del deber.
• No le tiene miedo a nada ni a nadie.
• Es muy callado, pero cuidado... Puede ser agresivo.
• Si está en los contornos de la comunidad, actúa en el espacio público nunca en el privado.
• No le teme a la muerte y es insensible a la muerte de su contrincante.
• Defiende lo que le pertenece.

Efectivamente, el guerrero puede comportarse en forma violenta para poder cumplir con sus
mandatos.

El arquetipo del guerrero le trae consecuencias negativas a los hombres, pues por dedicarse al
cumplimiento de su mandato, descuida otras áreas de la vida.

Para profundizar en el conocimiento y análisis de este arquetipo se recomienda leer y analizar


el cuento de Robert Fisher “El caballero de la armadura oxidada”. Este libro cuenta la historia de un
hombre muy valiente y responsable. El autor nos dice, en relación con el caballero:

“Se veía a sí mismo como bueno, amoroso y generoso. Tenía la costumbre de rescatar damiselas,
incluso cuando ellas no deseaban ser rescatadas. Era famoso por su armadura, la cual reflejaba rayos
de luz brillantes como el sol.

Partía a la batalla con bastante frecuencia, se esforzaba por ser el número uno, el más valiente,
el que cazaba más dragones.

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ABC de las Masculinidades Textos de apoyo

Dedicaba poco tiempo a su esposa e hijo, hasta que estos se cansaron y un día su esposa le
dijo que si no se quitaba la armadura, se irían y lo dejarían solo. Al intentar el caballero quitarse su
armadura, no pudo hacerlo, estaba atascada”.

Esta lectura puede ser un buen ejercicio de lectura a la luz de los planteamientos del ABC de las
Masculinidades.

Arquetipo del Mago

El arquetipo del Mago hace referencia a la sabiduría, a los conocimientos. En el contexto de


la masculinidad hegemónica el “hombre mago” es aquel que “lo sabe todo” y siempre tiene la
razón. Aunque le gusta ayudar y compartir sus conocimientos con los demás, la necesidad de que
reconozcan que él es el que sabe, es lo que lo distingue.

Son comunes para hombres que se identifican con el arquetipo del Guerrero, las frases siguientes:

• Sabe de todo.
• Sabe de electricidad, de mecánica, de agricultura, de deporte, de política, de electrodomésticos,
de leyes, de fontanería.
• Sabe de construir casas.
• Sabe de enfermedades.
• Sabe arreglar cualquier cosa.
• Sabe hasta de lo que no han inventado... y si no puede con algo... inventa y engaña para
demostrar que sabe.
• Y no lo contradigan con sus ideas, ni se les ocurra decir que ustedes saben hacer lo que él
sabe de manera diferente, porque se puede resentir o enojar.

El hombre identificado con el arquetipo del mago tiene mucho poder de convencimiento sobre
las demás personas y siempre se las ingenia para encontrar una solución a los problemas.

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Arquetipo del Amante

Este arquetipo es el que sobrevalora las relaciones sexuales. El hombre que vive este arquetipo
es el que organiza su vida alrededor de las aventuras sexuales. El hombre amante se involucra en
problemas debido a su comportamiento sexual, ya que puede mantener relaciones de pareja con
varias mujeres al mismo tiempo. Como piensa que lo que hace lo convierte en un seductor, y amante,
se deja llevar por el impulso, por el deseo sexual, sin medir muchas veces sus consecuencias. Dedica
parte de su tiempo a la seducción y conquista.

Son comunes para hombres que se identifican con el arquetipo del Amante, las frases siguientes:

• Piensa siempre en sexo.


• Le gustan todas las mujeres.
• Qué bien es tener varias al mismo tiempo.
• Aprovecha cualquier oportunidad y les habla a todas.
• Es como el sembrador: tira la semilla en todos los terrenos para ver cuál da fruto.
• También puede ser romántico.
• Hasta es capaz de recitar poesías con el fin de conquistar a una mujer.
• Y le encanta que ellas queden bien satisfechas en el sexo, para que no le olviden.

Los cuatro arquetipos planteados son los que hasta el momento han dominado la vida de
los hombres de las sociedades patriarcales. Es importante que los hombres puedan reconocer e
identificar cuáles son los arquetipos dominantes en su vida, que reconozcan cómo les ha afectado
negativamente tanto a ellos mismos como a las mujeres y puedan empezar a introducir cambios que
conduzcan a la construcción de la equidad de género.14

14 Se ha parafraseado (y citado en muchos casos) el manual “Así aprendimos a ser hombres”, Pautas para Facilitadores de talleres
de Masculinidad en América Central, San José, Costa Rica. 2007. Págs. 57-65.

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2.4. Masculinidad o Masculinidades

La definición de masculinidad varía según cada sociedad, cada cultura, es decir, está afectada por
el lugar, el tiempo, lo sociocultural, lo socioeconómico, lo político. En ese sentido, es un concepto
en discusión, sin embargo se dice que el concepto de masculinidad lleva implícitas las relaciones
entre los géneros, es decir el aspecto relacional. Desde la teoría de género, la masculinidad es una
construcción social y relacional, y esa relación lo ubica en una determinada posición de supremacía
frente a la otra. Además muchos referentes de los estudios de la masculinidad afirman su existencia
(lo masculino propiamente dicho) sólo en contraste con la feminidad.

Según los estudios de masculinidad (Mens’s Studies) es preciso hablar de masculinidades en


plural, porque la construcción de la masculinidad o la feminidad varía enormemente según los
tiempos y los lugares.

Masculinidades

En la teoría de las masculinidades un referente de este pensamiento es Michael Kimmel, para


quien la masculinidad es:

“Una colección de significados en constante cambio que vamos construyendo a través de nuestra
relación con nosotros mismos, entre cada uno de nosotros y con nuestro mundo. La masculinidad no
es ni atemporal ni estática, es histórica. La masculinidad no emerge a la conciencia desde nuestra
estructura biológica, ésta es creada desde nuestra cultura. La masculinidad significa diferentes cosas,
en diferentes cosas, en diferentes momentos, para diferentes personas. Llegamos a saber lo que
significa ser hombre en nuestra cultura colocando nuestras definiciones en oposición a un conjunto
de “otras” definiciones de minorías raciales, de minorías sexuales y, sobre todo, de las mujeres”.15

15 Véase: Huerta Rojas, Fernando, El Juego del Hombre, Deporte y Masculinidad entre Obreros de Wolkswagen. 1999, México
D.F.

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En otras palabras, masculinidades es una construcción social. Existen otras definiciones de


masculinidades, una de ellas, por ejemplo, es aquel conjunto de actitudes, valores y comportamientos
considerados socialmente aptos para los hombres y en el cual los hombres encuentran su sentido
individual y colectivo frente a la sociedad y frente a sí mismos. Por lo que, cuando se habla de
“masculinidad”, en singular, se intenta procurar la asignación de un solo modelo genérico (identidad
masculina) para todos los hombres. Sin embargo, el desarrollo de los procesos individuales y
colectivos en la vida cotidiana muchos hombres transgreden el modelo o patrón establecido (en
ciertas actitudes y comportamientos que llamaremos fisuras de la masculinidad tradicional) y este
acto de desobediencia abre la brecha entre este modelo y la existencia de una gama de distintas
identidades masculinas, algunas fuertemente ligadas al modelo predominante, otras cuestionadoras
y desafiantes del mismo.

¿Por qué y para qué hablar de Masculinidades?

Por lo anteriormente mencionado, se prefiere hablar de masculinidades en plural (sobre todo para
aquellas personas, instituciones que tienen introyectado, o como horizonte de trabajo el enfoque de
género y el enfoque de derechos humanos) para poner los acentos en la existencia de una diversidad
de maneras de manifestar las formas de ser hombre.

A pesar de considerar las diversas condiciones y contextos ya sea por clase social, etnia, nivel
educativo, orientación o preferencia sexual, estado civil, grupo de edad, procedencia, credo
religioso, ocupación, profesión entre muchas más, se debe tener en claro que independientemente
de estas condiciones y contextos, la condición de género (masculinidad) le da ciertos privilegios
sobre el género femenino, por lo general, en todas las sociedades lo femenino está subordinado a lo
masculino.
¿Se debe proponer un modelo alternativo en el que se eduque la masculinidad? Muchos
responden que no debe empujarse u orientarse la vivencia hacia un tipo específico de modelo
de masculinidad (aunque sea “alternativo”), porque si con el paso del tiempo se tiene éxito, este
modelo pasaría a ser un modelo dominante y aquella masculinidad que no quepa ahí, pasaría a ser
de las minorías excluidas. Por eso, desde una perspectiva metodológica y pedagógica se sugiere
referirse “masculinidades” en plural y el horizonte alternativo al que hay que orientarlo debe ser
hacia “modelos de masculinidades”, igualmente en plural.

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