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etapa
Las mujeres embarazadas necesitan incrementar las proteínas que toman, ciertas
vitaminas como el ácido fólico y minerales como el hierro, y comer algunas calorías
extra para tener más energía. Si crees que no estás comiendo bien, ahora es el
momento de asegurarte de que tu alimentación sea más nutritiva y equilibrada.
limita la comida chatarra, porque tiene muchas calorías y pocas de las vitaminas y
minerales que necesita tu bebé. comer mejor no significa comer más . La creencia de
que durante el embarazo hay que comer por dos, se descartó hace tiempo.
También hay que tener precaución con los embutidos, así como con chorizos, perros
calientes (hot dogs), jamón serrano y con las carnes crudas o poco hechas.
Cuando prepares vegetales, laves bien porque pueden tener bacterias que
producen listeriosis, salmonella y otras infecciones.
Ojo
Algunos casos en los que el bebé nace con bajo peso o incluso nace sin vida, se han
vinculado a las grandes cantidades de cafeína que tomaba la mamá.
La cafeína no está sólo en el café. También está en el té, las sodas, el chocolate, el
guaraná. Muchas de estas bebidas las puedes reemplazar por otros productos
saludables como leche descremada, jugo de fruta natural o agua con unas gotas de
limón.
que puede prevenir los defectos del tubo neural. Éste es la colina, un nutriente poco
conocido pero que se considera esencial para el organismo humano. Necesitarás
tomar 450 mcg de colina diarios. La gran mayoría de vitaminas prenatales no
contienen este nutriente así que lo tendrás que obtener por medio de alimentos.
Más adelante, puede que el médico te recomiende tomar hierro o calcio para
asegurarse de que tienes una cantidad suficiente de estos minerales claves. Otros
especialistas también recomiendan que tomes vitamina D durante el embarazo.
Ten presente que más cantidad de vitaminas no quiere decir mejor: evita las mega
dosis de todo tipo de vitaminas o minerales ya que podrían hacerle daño al bebé.
Tampoco tomes suplementos a base de hiervas sin antes consultarlo con tu médico.
Y si tenías sobrepeso al comienzo del embarazo, debes intentar poner unas poquitas
libras menos, entre 15 y 25 libras (7 y 11 kg). Si padecías obesidad antes de quedar
embarazada, se recomienda no subir más de 15 libras (7 kg).
La forma en la que subes de peso es tan importante, o incluso más, como la cantidad
total que aumentes. Es muy probable que lo que aumentes de peso durante el primer
trimestre sea lo menos que subas durante todo tu embarazo, aproximadamente entre
1 y 5 libras en total (entre 0,9 y 2 kg). Después, en el segundo y tercer trimestre,
aumentarás más o menos una libra por semana (o medio kilo).
Si mides menos de 5' 2", (1,60 m), eres una adolescente, o esperas más de un bebé,
debes hablar con tu doctor sobre el peso que debes aumentar, porque será diferente a
las cantidades indicadas arriba. También si tienes sobrepeso o estás por debajo de tu
peso normal al inicio de tu embarazo. Por ejemplo, si tienes sobrepeso, tu meta podría
ser aumentar sólo media libra (0,45 kg) por semana durante el segundo y tercer
trimestre en lugar de una libra. Y si esperas mellizos, el peso que debes aumentar es
más que el de las mamás que esperan a un bebé.
Lee más sobre el embarazo y el sobrepeso: cómo lidiar con el aumento de peso en
estos meses.
Está bien si comes botanas saludables o bajas en calorías, las cuales proporcionan no
más de 150 calorías por porción. Las más adecuadas son los alimentos naturales,
como las frutas, los vegetales y los productos lácteos como el yogur
Come algo dulce de vez en cuando
los postres con mucho azúcar no deberían formar parte de tu dieta. Sin embargo, los
puedes comer en ocasiones especiales.
Pescado
Lo que no puedes comer:
Pescados o mariscos crudos o mal cocinados (como ostras y almejas).
Pescados con alto contenido de mercurio, incluyendo el tiburón, pez espada,
caballa (king mackerel) y el blanquillo (tilefish).
Pescados en conserva, ahumados, o que no han sido pasteurizados ni
refrigerados, a no ser que se calienten hasta que les salga vapor.
Más de 6 onzas (1 porción) de atún claro enlatado o atún albacora.
Consejos:
Cocina el pescado hasta que alcance una temperatura de 145 grados
Farenheit (F) o 63 grados Centígrados (C) o hasta que se vea opaco por dentro.
Consume semanalmente hasta 12 onzas (dos porciones) de pescados con bajo
contenido de mercurio, como el salmón, los camarones, el abadejo y la trucha.
Carnes y aves
Lo que no puedes comer:
Carnes o aves crudas o mal cocinadas.
Consejos:
Usa un termómetro para cocinar. Cocina la carne de res, ternera o cordero
hasta que alcancen 145 grados F (63 grados C). Cocina la carne de cerdo y todas las
carnes molidas hasta que alcancen 160 grados F (71 grados C), y cocina las aves
hasta que lleguen a 165 grados F (74 grados c
Consejos:
Consejos:
Al comprar quesos blandos verifica en la etiqueta que estén hechos con leche
pasteurizada.
Consejos:
Limita tu consumo de cafeína a no más de 200 miligramos al día.
No olvides que muchos tés, sodas, chocolates, bebidas energéticas y helados
también contienen cafeína.
Antes de exprimir frutas para preparar jugos, lávalas bien.
Huevos
Contienen 12 vitaminas y minerales, tienen proteína, la cual es esencial para
tu embarazo. Las células del cuerpo de tu bebé, que ahora crecen y se
multiplican a una velocidad asombrosa, están hechas de proteínas. Además, tu
propio organismo necesita proteínas para el crecimiento y la reparación de los
órganos que también se desarrollan en tu cuerpo, como la placenta, el útero y
los senos.
Los frijoles tienen un alto nivel de fibra, son ricos en hierro y folato (el folato es
la vitamina B9, y el ácido fólico es la forma artificial del folato que se toma en
vitaminas, píldoras etc), calcio y zinc.
sírvelos con alimentos ricos en vitamina C (un vaso de jugo de naranja ,para
que tu cuerpo absorba mejor el hierro que contienen.
Los camotes también son una buena fuente de vitamina C, folato y fibras. Y, al
igual que los frijoles, son muy económicos y versátiles (y también muy ricos
como botanas o meriendas). Cocínalos al vapor o al horno, y dales un toque de
sabor con un poco de mojo, ajo, aceite de oliva o hierbas frescas. Úsalos en
sopas y guisos junto con papas comunes o en lugar de éstas.
Avena
Es rica en energía, en vitamina B1, magnesio, proteína y fósforo, entre otros
nutrientes.
Nueces
Contienen omega-3, importantes para el desarrollo cerebral. Son una de las
mejores fuentes vegetales de omega-3
Yogur natural
te ofrece los beneficios de la leche de una forma más fácil de digerir y con la
ventaja adicional de las culturas activas que contiene (o probióticos) que
ayudan con la digestión y pueden fortalecer tus defensas naturales.
El yogur natural es más sano que los que tienen sabor a frutas, los cuales
además de azúcar contienen más conservantes, sabores y colorantes
artificiales. Pero si lo prefieres dulce, prueba agregarle fruta fresca picada o
endulzarlo con un poco de miel.
Carnes magras
Las carnes proveen grandes cantidades de proteína y hierro, nutrientes
fundamentales.
Además, ventaja: durante la fase final del embarazo, el bebé está "probando" a
través del líquido amniótico todos los alimentos que tú consumes, dicen los
expertos. Si tu pequeño empieza a saborear una variedad de frutas y verduras
sanas desde antes de nacer, aumentará la probabilidad de que reconozca esos
sabores y los acepte más adelante.