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Ideas Sociales de Bolívar

El pensamiento liberal del Libertador, formado en las ideas de la Revolución


Francesa, lo inclinaba a favorecer los derechos y la igualdad social. Desde los
primeros años de la independencia, el Libertador comprendió claramente que el
problema de las desigualdades e injusticias sociales heredadas del período
colonial debían ser resueltas para atraer a las grandes masas populares a la causa
de la independencia.

La experiencia de la primera y segunda República había demostrado que la


mayoría de los esclavos, pardos e indígenas se habían sumado a las tropas
realistas de Monteverde y Boves, gracias al mensaje demagógico que estos
caudillos transmitían a un pueblo sencillo. Además, las clases populares no se
sentían identificadas con el proyecto independentista de lo mantuanos, pues para
el pueblo, los mantuanos, dueños de tierras y de esclavos, eran sus opresores.
Ante esa situación, Bolívar tomó una serie de medidas para favorecer a los
esclavos, a los indígenas y en general a todas las clases populares.

Como Gobernante y estadista Bolívar demostró una gran preocupación sobre las
clases populares y tomo medidas destinadas a eliminar privilegios e injusticias
mediante la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. El pensamiento y la
obra social del libertador sirvieron de fundamento al modelo democrático
Venezolano que vivimos actualmente.

1- Libertad de los esclavos

Simón Bolívar, Jefe Supremo de la República y Capitán General de los Ejércitos de


Venezuela y de Nueva Granada, etc.

“Un ejército provisto de artillería y cantidad suficiente de fusiles y municiones


está hoy a mi disposición para libertaros. Vuestros tiranos serán destruidos, o
expelidos del país, y vosotros restituidos a vuestros derechos, a vuestra patria y a
la paz. La guerra a muerte que nos han hecho nuestros enemigos cesará por
nuestra parte: perdonaremos a los que se rindan, aunque sean españoles. Los
que sirvan la causa de Venezuela serán considerados como amigos, y empleados
según su mérito y capacidad”.

“Las tropas pertenecientes al enemigo que se pasen a nosotros, gozarán de todos


los beneficios que la patria concede a sus bienhechores. Ningún español sufrirá la
muerte fuera del campo de batalla. Ningún americano sufrirá el menor perjuicio
por haber seguido el partido del rey, o cometido actos de hostilidad contra sus
conciudadanos. Esa porción desgraciada de nuestros hermanos que ha gemido
bajo las miserias de la esclavitud ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política
piden la emancipación de los esclavos; de aquí en adelante sólo habrá en
Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”.

“Luego que tomemos la capital convocaremos el Congreso General de los


representantes del pueblo, y restableceremos el gobierno de la República.
Mientras nosotros marchamos hacia Caracas, el general Mariño a la cabeza de un
cuerpo numeroso de tropas, debe a Cumaná. El general Piar sostenido por los
generales Rojas y Monagas ocupará los Llanos, y avanzará sobre Barcelona,
mientras el general Arismendi con su ejército victorioso ocupará la Margarita”.

Desde los albores mismos de la Independencia, en 1810, los hombres más


liberales de Venezuela pensaron en abolir la esclavitud, esa ignominia que pesa
sobre ciertas conciencias humanas.

No sólo la nueva Junta de Gobierno había prohibido la trata de negros, sino que el
Generalísimo Francisco de Miranda llamó a los esclavos a formar filas en el
ejército patriota ofreciéndoles la libertad. Por su parte, Simón Bolívar, aunque
mantuano y propietario de haciendas y de esclavos, fue el primero en liberarlos,
dando ejemplo de magnanimidad. Tal como se lo prometió a su amigo y protector
en Haití, el Presidente Petión, apenas llega a Carúpano, el 2 de junio de 1816
decretó “la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español
en los tres siglos pasados”.

El 6 de julio de ese mismo año de 1816, al desembarcar en Ocumare de la Costa


dicta una Proclama en que dice, al referirse a los esclavos: “Esta porción
desgraciada de nuestros hermanos que han gemido bajo las miserias de la
esclavitud, ya es libre. La naturaleza, la justicia y la política piden la
emancipación de los esclavos: de aquí en adelante sólo habrá en Venezuela una
clase de hombres, todos serán ciudadanos”. Pese a estos decretos e intenciones
nobles, pasarán todavía muchos años, hasta que en 1854 el Presidente José
Gregorio Monagas venció la tenaz oposición de los terratenientes y esclavistas y
decretó la definitiva abolición de la esclavitud. Después de varias discusiones en
el Congreso, en base a un Proyecto de Ley presentado por 31 diputados el 3 de
marzo de 1854, superadas las objeciones de que la agricultura se quedaría sin
mano de obra, se terminó por acallar la voz de Vicente Amengual, uno de los más
empecinados opositores, quien sostenía que el proyecto era anticonstitucional y
que “conduciría a la República a un abismo espantoso”.

Así se pudo llegar a una mayoría y el Congreso sancionó la Ley el 23 de marzo. El


Presidente José Gregorio Monagas se apresuró a ponerle el “ejecútese” al día
siguiente, 24 de marzo de 1854. Y con eso pasó a la historia, porque el resto de su
gobierno fue bastante incoloro. Monagas dejaba libres, con su firma, a unos
cuarenta mil ciudadanos, que habían cargado por generaciones las cadenas del
oprobio. Un artículo de la Ley, tajante, basta para definirla: “Queda abolida para
siempre la esclavitud en Venezuela”.

2- Protecciónal indio y al Campesino

La posición de Bolívar fue tajante en lo que respecta a la esclavitud, y así lo pone


de manifiesto cuando escribe: “Me parece una locura que en una revolución de
libertad se pretenda mantener la esclavitud”.

Bolívar, desde su viaje a Haití, llega a un acuerdo con el Presidente Alexandre


Sabés Petión, de liberar a los negros esclavos de Tierra Firme, y a partir de ese
momento no dejó pasar una sola ocasión para expresar su ideal abolicionista.

En el caso de los indígenas, por la pureza y sencillez de sus costumbres. Los


consideraba la parte más vejada, oprimida y degradada de la población, se
interesó en su suerte y tomó medidas como las siguientes:

• Prohibición de la explotación de los indios.

• Distribución de tierras entre los indios.

• Eliminación del tributo indígena.

Bolívar, gracias a las grandes influencias del continente viejo, las nuevas ideas
independentistas, de libertad, y de igualdad social, fueron las grandes causas
para que Bolívar se preocupara muy intensamente de los indígenas y los esclavos,
debido a que se consideraban como la clase más baja de la colonia. Para ello tuvo
que firmar muchos decretos y manifiestos, con el fin de defender los derechos de
todas esas personas, que simplemente lo que servían eran para ser peones y
trabajadores de las grandes plantaciones y a favor de los grandes ganaderos.

Bolívar tenía la razón, de defender a ese sector de la población, ya que en


realidad (en los indígenas, específicamente) son los primeros pobladores que tuvo
América, y para ello deben tratarse como seres humanos americanos, pero los
españoles en momentos de conquista no hicieron nada de eso. Uno de sus
grandes logros fue la proclama de la libertad de todos los esclavos, lo cual lo hizo
el 6 de julio.

3- Creación de hospicios y Escuelas

Bolívar Expidió un decreto para que se recogiesen los niños pobres de ambos
sexos... “no en casas de misericordia a hilar por cuenta del estado; no en
conventos a rogar a Dios por sus bienhechores; no en cárceles a purgar las
miserias o los vicios de sus padres; no en hospicios, a pasar sus primeros años
aprendiendo a servir, para merecer la preferencia de ser vendidos, a los que
buscan criados o esposas inocentes”.

Los niños se habrían de recoger en casas cómodas y aseadas, con piezas


destinadas a talleres, y éstos surtidos de instrumentos y dirigidos por buenos
maestros. Los varones debían aprender tres oficios principales, Albañilería,
Carpintería y Herrería, porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas
más necesarias y porque las operaciones de las artes mecánicas secundarias,
dependen del conocimiento de las primeras. Las hembras aprendían los oficios de
su sexo, considerando sus fuerzas; se quitaban por consiguiente, a los hombres,
muchos ejercicios que usurpan a las mujeres. Todos debían estar decentemente
alojados, vestidos, alimentados, curados y recibir instrucción moral, social y
religiosa. Tenían, fuera de los maestros de cada oficio, agentes que cuidaban de
su persona y velaban sobre su conducta, y un Director que trazaba el plan de
operaciones y lo hacía ejecutar. Se daba ocupación a los padres de los niños
recogidos, si tenían fuerzas para trabajar; y si eran inválidos se les socorría por
cuenta de sus hijos: con esto se ahorraba la creación de una casa para pobres
ociosos, y se les daba a los niños una lección práctica sobre uno de sus
principales deberes.

Tantos alumnos, como sus padres gozaban de libertad -ni los niños eran frailes ni
los viejos presidiarios- el día lo pasaban ocupados y por la noche se retiraban a
sus casas, excepto los que querían quedarse. La intención no era (como se pensó)
llenar el país de artesanos rivales o miserables, sino instruir, y acostumbrar al
trabajo, para hacer hombres útiles, asignarles tierras y auxiliarlos en su
establecimiento... era colonizar el país con sus propios habitantes. Se daba
instrucción y oficio a las mujeres para que no se prostituyesen por necesidad, ni
hiciesen del matrimonio una especulación para asegurar su subsistencia.

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