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INSTITUTO TECNOLÓGICO SUPERIOR

DE LA REGIÓN DE LOS LLANOS

INGENIERÍA MECATRÓNICA

ROBÓTICA
M.C. Jesús Manuel Blanco Berumen
Unidad: 1

ENSAYO:
HISTORIA DE LA ROBÓTICA

Responsable:
16B100264 Leonardo Campos Vázquez
9° U

Guadalupe Victoria, Dgo., 11 – 09 – 2020


Introducción

La idea e interés por crear un mecanismo que se asemeje a nosotros, los seres
humanos, no solo físicamente, sino también en la forma en que pensamos, sentimos
y percibimos el mundo de nuestro alrededor, contrario a lo que podría pensarse, es
una inquietud que ha surgido en cada civilización que ha visto el sol sobre la Tierra
desde hace miles de años. Por ejemplo, el registro más antiguo del cual se consta
del uso de este tipo de mecanismos data de hace 5000 años en el antiguo Egipto.
En aquella civilización, era común que los sacerdotes, líderes religiosos, o más
propiamente a cómo eran nombrados en aquella civilización, los ‘oráculos’, usarán
figuras de sus respectivos dioses, tales figuras contaban con bocas articuladas, de
tal forma que estos ‘oráculos’ pudieran controlar la gesticulación de la misma, al
tiempo que hablaban a través de ellas, con el fin de hacer creer a los gobernantes
que dicha deidad se había hecho presente. Es claro que estamos ante un ejemplo
muy primitivo de lo que hoy consideramos un robot industrial ya mucho menos
digamos un robot humanoide, pero demuestra que el interés por este tipo de
artefactos no es nuevo, aunque claro eso no quiere decir que siempre hayan sido
construidos para fines prácticos y/o productivos como hoy en día. Por aquél
entonces, estos mecanismos tenían un propósito más recreacional y de
entretenimiento que el de realizar un trabajo útil, tal vez este pensamiento lúdico
hizo que varios ‘autómatas’, como fueron nombradas más tarde estas máquinas por
Herón de Alejandría en el siglo I dc, tuvieran formas similares a animales e incluso
a personas, pues lo que se buscaba era impresionar, yendo más allá, incluso buscar
crear una máquina a nuestra imagen y semejanza. Aunque pareciera que esta
última idea se ha abandonado en contraste con el enorme desarrollo, avance e
investigación en el campo de los robots industriales, multipropósito, de operaciones
especiales, entre otros, veremos en este escrito como eso no es del todo cierto, y
si bien es verdad que durante un tiempo las investigaciones relacionadas con el
desarrollo de un androide lo más parecido a una persona quedaron un poco
estancadas, esto se debió más a una limitación del hardware computacional de la
época que a la falta de interés por crear una máquina pensante lo suficientemente
parecida a nosotros.
Desarrollo

Como se ha dicho, los primeros atisbos de la robótica provienen de cientos e incluso


miles de años atrás, aún cuando estos artefactos no eran designados con el término
‘robots’. Como ejemplo tenemos los autómatas de Al Jazarí un científico árabe que
desarrollo mecanismos hidráulicos autómatas musicales, como uno que consistía
en un barco con cuatro músicos autómatas que interpretaban melodías sobre un
lago, este entre otros mecanismos los dejó plasmados en su ‘Tratado de los
autómatas’. De forma similar Leonardo DaVinci en el siglo XVI creaba autómatas
para entretener a los huéspedes del rey y al rey mismo como el león mecánico que
le regaló a este último.

No fue sino hasta el siglo XVIII que tras la revolución industrial y la mejora en los
procesos de fabricación de piezas mecánicas, se empezaron a hacer mas comunes
los mecanismos de relojería y cajas musicales, con ello devinieron muñecos
autómatas con figuras antropomórficas, como ‘El escritor’ que podía escribir poemas
y realizar trazos precisos, además con una serie de alabes que podían ser movidos
arriba o abajo, se cambiaba la secuencia de acción del mecanismo pudiendo
cambiar el trazo a realizar o el texto a escribir, siendo uno de los primeros robots
programables de la historia. También hubo (así como en la época renacentista)
autómatas que emulaban el comportamiento de un animal, el más famoso de estos
fue el pato de Jacques de Vaucansono, que podía caminar como un pato y hasta
comer gracias a su sistema digestivo artificial, posteriormente excretaba la comida
suministrada. Como se puede observar, el sueño de hacer máquinas similares a los
humanos o criaturas vivas estaba más fuerte que nunca, además de los ejemplos
recién mencionados existieron otros mas igual de exitosos y que causaban un gran
impacto entre las masas, y un gran interés por los ingenieros.

Todos estos mecanismos aun eran designados con el nombre de ‘autómatas’, no


fue sino hasta 1921 que salió la obra ‘Rossum's Universal Robots’ donde fue
acuñado el término ‘robot’ proveniente de la palabra checa ‘robota’ que significa
esclavo. A partir de este momento, cualquier mecanismo que fuera autónomo y
pudiera hacer movimientos precisos y complejos se le era conocido como ‘robot’,
aun así, aún no se les encontraba algún uso práctico más allá de entretener a las
masas.

Aunque en los años venideros hubo presentaciones de robots humanoides (que no


eran más que un mero espectáculo como los autómatas que les precedieron, pues
no contaban con algún cerebro computador, ni sensores que les proveyeran
información del entorno), el verdadero interés, para bien o para mal, en máquinas
parecidas al hombre estaba en el cine y las novelas. Por los años 30’s y 40’s muchas
novelas de ciencia ficción trataban el tema de la rebelión de máquinas de forma
humanoide contra sus creadores, o el deseo de los robots por dominar a la raza
humana. Mucho material artístico de la época dejo plasmada la inquietud de la gente
por la posibilidad de que las máquinas tomaran control de la humanidad o en el peor
de los casos la erradicaran por completo. Obras como la película Metrópolis, y
comics de ciencia ficción de serie B, tomaban esto como su eje central de las
historias. Sin embargo, esta percepción negativa que la cultura pop tenía hacia con
los robots, cambio con la llegada del famoso novelista de ciencia ficción Isaac
Asimov, a través de sus famosos cuentos de robots, el visionaba robots útiles al
servicio del hombre realizando labores peligrosas o difíciles para un ser humano, en
estas historias, dejó plasmadas las conocidas tres leyes de la robótica:

1. Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser
humano sufra daño.
2. Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción
de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta
protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

-Isaac Asimov

La importancia de estas leyes llega hasta nuestros días pues se consideran,


sobretodo en el desarrollo de la inteligencia artificial, como puntos importantes a
tener en cuenta en la creación de máquinas autónomas inteligentes.
Gracias a las obras y novelas de Asimov, surgieron películas de ciencia ficción que
involucraban la presencia de robots conviviendo armoniosamente con los humanos,
ayudándolos a desempeñar diversas labores y servicios, sin duda fue un cambio de
percepción de la cultura pop hacia los robots, tal cambio inspiró a George Devol y
Joseph F. Engelberger a fundar su propia compañía de robótica, Unimation y crear
el primer robot industrial en 1961 al que llamaron Unimate, tal robot funcionaba por
accionamiento hidráulico y contaba con una memoria de tambor donde se
almacenaban sus programas. La empresa Unimation produjo varias unidades y
como primer cliente tuvieron a General Motors, sin embargo en un primer momento,
Unimate no tuvo la confianza de empresarios ni empresas manufactureras, por lo
que Unimate dio varias presentaciones a través de la televisión donde demostraba
que era un robot capaz, seguro, y productivo, con ello logró cambiar la opinión de
estos empresarios y convenció no solo a ellos si no a la gente de que los robots
podrían convertirse por primera vez en una herramienta de trabajo útil y eficiente.

Gracias a la aceptación y éxito de Unimate, en Japón comenzó una gran industria


de robótica orientada a la producción y desarrollo de robots industriales, una de las
empresas con mayor reconocimiento aun hoy en día es Fanuc Robotics, que
mejoraron en gran medida la precisión de movimiento y eficiencia de los robots de
uso industrial.

Es claro que hubo un despegue de los robots orientados a la industria


manufacturera, sin embargo, estos robots aun podían ser mas eficaces en sus
labores, y mas inteligentes. Fue entonces que, (basándose en el antiguo sueño de
crear robots parecidos a nosotros y que también pudieran pensar) en 1963 la
universidad de Stanford creó el laboratorio de Inteligencia Artificial, sentando las
bases de las máquinas pensantes computarizadas. A partir de diversas técnicas
desarrolladas, en especial la de visión computarizada, crearon al robot Shakey, el
primer robot inteligente de la historia. Shakey en una sala cerrada, podía planear su
ruta navegando autónomamente y evitando los obstáculos que encontraba por el
camino, y aunque esta resolución le llevaba horas, sentó las bases de los coches
sin conductor, robots móviles de exploración, búsqueda y trabajo autónomos. Por
primera vez un robot verdaderamente se manejaba de manera autónoma y resolvía
problemas por si solo, aunque aun se estaba lejos de la verdadera inteligencia
artificial imaginada por los novelistas y cineastas de ciencia ficción, así como los
creadores de los primeros autómatas cientos de años atrás. Aún así se tuvo que
empezar por algo y a partir de aquí el área de investigación para dotar a las
máquinas de una mayor precisión al tener un mejor reconocimiento del entorno y en
base a ello realizar tareas de manera mas eficaces siguió desarrollándose. Este
mismo laboratorio de Stanford (responsable de Shakey) y otros centros de
desarrollo elaboraron en años subsiguientes, robots con reconocimiento de voz que
podían acatar órdenes con solo indicárselas de forma oral, también podían
desplazarse por sí solos en cualquier espacio, sea interior o exterior gracias a que
hacían un mapeo físico del lugar en tiempo real. A pesar de estos importantes
adelantos en la robótica, la parte mecánica estaba en un ligero rezago, hasta que
llegó Victor Scheinman que creó el primer brazo robótico accionado eléctricamente
y de 6 grados de libertad, al que bautizó como ‘Stanford Arm’, este estaba bajo el
control de una computadora aprovechando los nuevos avances del laboratorio de
inteligencia artificial de la misma universidad. Scheinman fundó su propia compañía,
‘Vicarm Inc’, para fabricar sus innovadores brazos robots, mas tarde tal compañía
sería comprada por Unimation, que, si recordamos es la empresa que desarrolló al
robot Unimate. Esta alianza hizo posible el lanzamiento del robot PUMA
(Programmable Universal Machine for Assembly), el cual sentó las bases de los
robots industriales eléctricos y con cerebro computarizado y visión artificial. Poco
mas tarde la compañía Adept desarrolló los primeros brazos robóticos de
conducción directa los cuales incorporaban todavía un mejor sistema de visión
artificial, una mejora en la velocidad, precisión y calidad en los movimientos.

A pesar del desarrollo de sistemas mecánicos y mejoras en el software


computacional para hacer a los robots industriales más eficaces e inteligentes
respectivamente, los robots móviles diseñados para realizar tareas en el exterior y
entornos no controlados, aun no eran mas que una idea, aunque su desarrollo
estaba dando sus primeros pasos. No fue hasta un accidente nuclear en la Isla de
las 3 Millas en 1984, que, debido a la radiación peligrosa en el lugar para cualquier
ser humano, se tuvo que diseñar un robot con todos los conocimientos y avances
previos en el campo de la inteligencia artificial y en la mecánica, tal robot fue
bautizado como BRR. Este robot era un vehículo autónomo con ruedas, capaz de
despejar su camino de los escombros, soportar la radiación y reconocer el terreno.
A este robot le siguieron varios similares ya sea con llantas o ruedas de oruga como
el ‘Workhorse’ también diseñado para recurrir a la zona de desastre radioactivo. El
diseño de estos robots abrió un nuevo campo en la industria robótica conocida como
‘robots de campo’, que engloba a todos aquellos robots diseñados para tareas
peligrosas o difíciles en las que un ser humano no puede participar. Entre las
empresas mas reconocidas que incursionaron en este campo está ‘Red Zone’ que
elaboró varios robots con formas inusuales, pero que considerando el trabajo a
desempeñar eran muy prácticos y eficientes y si bien no tenían formas a los que la
ciencia ficción nos había acostumbrado que debía lucir un robot de servicio, eran
muy eficaces y eficientes en sus tareas. Sin embargo, había ingenieros y empresas
que les interesaba hacer robots con formas de locomoción más familiares a un
animal, o en última instancia a una persona, como precursores se tiene el robot
Elephant, que es el primero construido con un mecanismo de piernas, también el
Odexl, que puede caminar por superficies planas y hasta levantar objetos, pero
estos robots eran mas experimentales y no tenían una función práctica, esto cambió
hasta que llegó Dante I y Dante II, un robot de 6 piernas, el primero diseñado para
un volcán en la Antártida y el segundo para un volcán en Alaska, fue este último que
resultó un éxito pues logró escalar la montaña, soportar el calor, el frio, el terreno
escabroso, y logro sacar fotos y monitorear la composición del suelo.

Tras estos robots completamente autónomos y funcionales que no solo contaban


con un software muy avanzado de machine learning y percepción del entorno, sino
que incorporaban piernas, una novedad mecánica sin duda, (pues es la forma mas
eficiente y natural para desplazarse por superficies irregulares) se comenzaron a
diseñar robots con formas humanoides, finalmente la ilusión de siglos atrás estaba
tomando forma. Robots como el Honda que era bípedo y hasta podía subir
escaleras, su versión mas reciente llamado ‘Asimo’ podía incluso jugar futbol soccer,
dirigir una orquesta, correr, bailar, etc. Aunque claro a pesar que en términos
básicos Asimo se asemeja a un humano, no tiene algo que luzca como la piel, ni
ojos ¿, nariz o boca, pero en la industria del entretenimiento como los parques
temáticos o películas es muy común la construcción de animatrónicos que asemejen
animales, monstruos, bestias o humanos. La diferencia entre un robot y un
animatrónico radica en que los segundos no son autónomos pues funcionan más
como una marioneta ya sea a control o por manipulación directa, aunque claro los
animatrónicos guardan una mecánica compleja para poder parecerse a criaturas
vivas reales. En años recientes se ha combinado el arte de diseñar animatrónicos
con las mentes y el trabajo de ingenieros y científicos expertos en inteligencia
artificial, tal así que ‘Sophia’ es un robot humanoide inventado en 2015 por David
Hanson, experto en animatrónicos, y por Ben Goertzel experto en Inteligencia
Artificial. ‘Sophia’ puede reconocer rostros, hacer una gesticulación sincronizada
con su parlante. Mostrar expresiones faciales incluso reconocer las expresiones
faciales ajenas. Y si bien tiene una forma de inteligencia artificial, es un gran avance
en el camino a crear por primera vez en la historia robots mas humanos, tanto en
comportamiento como en aspecto físico.

Conclusión

El nuevo siglo vio venir varios desarrollos e innovaciones a la robótica, ya no solo


en el campo industrial como venía siendo costumbre en las décadas anteriores sino
también en el área médica, educativa, espacial, militar, e incluso en la electrónica
de consumo y en el campo recreacional. Ahora mas que nunca se ha prestado un
especial interés por la creación de robots mas humanos que incluso pueden
sostener una verdadera conversación con otro ser humano de manera auténtica, y
no como los divertidos trucos de “robots humanoides” de los años 30’s y 40’s como
el caso de ‘Electro’, es decir hablamos de verdadera inteligencia artificial, o al menos
los primeros atisbos de ésta, como el caso de ‘Sophia’ comentado con anterioridad.

Hoy más que nunca es normal encontrar robots hasta en los hogares, estos ya no
están limitados al uso científico o industrial. Así como sucedió con las
computadoras, los robots han encontrado un cause para el uso del consumidor
común, máquinas como las impresoras 3D, robots que aspiran y trapean la casa,
limpian las ventanas, robots que simulan ser una mascota, entre otros más los que
vendrán.

Sin duda aún falta un gran camino por recorrer hasta llegar a la consolidación de los
robots imaginados por los cuentos de Isaac Asimov o las películas de serie B
populares de los años 30’, 40’s y 50’s. Pero el trayecto está señalado, y cada uno
de los avances e innovaciones que se han hecho a la robótica sin importar su
campo, ha contribuido al viaje que nos llevará al inevitable destino de no solo crear
una inteligencia artificial sino de hasta darle cuerpo, lo cual solo es cuestión de
tiempo.

Bibliografía
Ett, A. (Productor), Kirk, R. (Escritor), & Kirk, R. (Dirección). (1998). Historia de los
Robots [Película]. Estados Unidos: A&E Television Networks a través de
History Channel. Recuperado el 10 de Septiembre de 2020, de
https://www.youtube.com/watch?v=7w7P9j5CuRY

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