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Lizeth Dayanna Cardozo Barragán 100200382019 2019 A Salud Colectiva I

Ensayo del Chamanismo en Colombia


A lo largo de la historia del hombre, éste ha empleado diferentes técnicas para mantener su salud
mental y física, en un país como Colombia siempre ha sido destacada su gran diversidad cultural
al contar con múltiples comunidades indígenas. Los chamanes han mantenido un papel
importante en estas comunidades ya que hacen parte de un sistema complejo, asociado a diversos
aspectos fundamentales de su cultura como la resolución de conflictos familiares y comunitarios,
la toma de decisiones políticas, las percepciones de la naturaleza, la transmisión de la lengua
propia, la educación, la curación de afecciones físicas y emocionales, la historia cultural y
territorial, la reivindicación de derechos, los ciclos agrícolas, los rituales y fiestas, las
concepciones religiosas, cosmológicas y espirituales, entre otros hechos sociales. Bien es sabido
que estas comunidades han heredado tradiciones para la curación de las enfermedades que les
aquejan, procesos que son distintos a los usados comúnmente en la “urbe”. Para los chamanes
indígenas, existen agentes y métodos externos o internos que permiten modificar su estado de
conciencia las técnicas pasivas, entre las que se cuentan la meditación, el aislamiento sensorial,
la privación del sueño, el ayuno prolongado y la manipulación voluntaria de la respiración; las
técnicas activas, como las danzas, la autoflagelación o el sonido rítmico consecutivo de tambores
e instrumentos de percusión, entre otros; y el consumo de enteógenos o psicodélicos, que son
sustancias de origen vegetal, fúngico o animal con la propiedad de modificar profundamente la
conciencia de los individuos, entre estas sustancias se encuentra el biají o yajé (conocido también
como ayahuasca en lengua quechua), combinado vegetal en forma de brebaje que es consumido,
dentro de marcos rituales y chamánicos, en gran parte de la Amazonía occidental por
comunidades de la selva tropical y del piedemonte andino-amazónico. Esta singular preparación
y combinación farmacológica produce profundos estados modificados de conciencia, que en la
mayoría de las ocasiones suelen ir acompañados de vívidas visiones, sensaciones de sinestesia,
etc., así como algunos efectos fisiológicos como náuseas, mareos, vómito y diarrea. Por ello,
para los pueblos indígenas que consumen el yajé como parte central de sus prácticas chamánicas,
es considerado como una medicina integral que limpia y purifica el cuerpo y el alma. Además
de esto, los chamanes reconocen al menos 75 condiciones de enfermedad-que van desde males
comunes como la fiebre [këike] hasta condiciones médicas raras y muy específicas como la
parálisis de Bell [ehpijanejan] y distinguir entre las enfermedades antiguas (endémicas) y las
enfermedades nuevas (introducidas desde su contacto con el mundo exterior).
Es importante reconocer la importancia de los chamanes para nuestra práctica médica, el trato
de éstos con los enfermos dentro de su comunidad es un trato empático, detrás de la terapéutica,
un aspecto importante para el chamán es comunicarse con los pacientes e involucrarlos como
participantes, en vez de como objetos, en el proceso de curación. Además de esto, varias de sus
prácticas tienen importancia fisiológica y no deberían considerarse extrañas, al contrario, ser
aplicadas en nuestro campo, empezar a tener en cuenta las propiedades curativas de las plantas,
incluir una medicina más natural. Hay que investigar sus procesos, en este momento existen
áreas de investigación para el Yajé, donde reconocen sus propiedades al estimular diversas áreas
cerebrales como sistema límbico, la ínsula y el neocórtex, estructuras encargadas, entre otras
funciones, de la memoria emocional, la toma de decisiones, la percepción sensorial, el
procesamiento de información y el pensamiento lógico-analítico; esto podría tener gran
influencia no únicamente en la salud física, sino que principalmente en la de la psique.

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