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Golpe de Estado del 11 de octubre de 1968

El 11 de octubre de 1968 se registró un golpe de


Estado militar en contra del recién instalado
presidente Arnulfo Arias Madrid, dando inicio al
periodo conocido como la dictadura panameña,
la cual duró 21 años. Días antes de la toma de
posesión, Arnulfo Arias se reunió con el
Comandante Primer Jefe de la Guardia Nacional,
Bolívar Vallarino, con el objetivo de pedirle que
hiciera unos cambios en los niveles más altos del
escalafón militar. Vallarino, sabiendo que Arias no se llevaba bien con algunos
miembros del Estado Mayor, le sugiere que lo mejor es que respete la jerarquía
militar existente.

El 1 de octubre de 1968, Arias asume la presidencia de Panamá, y en su honor la


Guardia Nacional le organiza un pomposo desfile militar por toda la Avenida
Central. El 10 de octubre, el presidente determina actuar al ver que Vallarino no
atendía a sus demandas. El gobierno de Arias aprobó un decreto por el cual
pasaba a retiro al coronel José María Pinilla. El decreto también trasladaba al
extranjero como agregados militares al teniente coronel Omar Torrijos y al mayor
Boris Martínez, oficiales en los que Arnulfo desconfiaba, mientras que el coronel
Bolívar Urrutia quedaría al mando de la institución militar.

Esta serie de traslados molestó de sobra a los


militares, ya que esto alteraba el escalafón de
la Guardia Nacional y afectaban los intereses
personales de los altos mandos. Por
consiguiente, deciden tras bastidores ejecutar
un golpe de Estado para el día siguiente. La
mañana de aquel 11 de octubre transcurrió con
aparente normalidad. Empezó con una
ceremonia de jubilación del comandante
Vallarino por sus años de servicio en la Guardia Nacional. Paralelo a este evento,
el presidente Arnulfo se encontraba en la Presidencia participando de una reunión
privada con el ecuatoriano Galo Plaza, secretario general de la OEA.

Ya bien entrada la tarde se materializa el golpe militar. Las calles repentinamente


se llenaron de militares y la noticia del golpe corrió rápidamente por el país,
provocando reacciones y manifestaciones espontáneas de rechazo, las cuales
fueron reprimidas. Esa misma noche se efectuaron persecuciones y búsquedas de
dirigentes gremiales, sindicalistas y estudiantiles que se oponían a los
lineamientos de la Guardia Nacional. En las
principales intersecciones de la Ciudad de
Panamá y Colón, los soldados detenían y
revisaban cada vehículo que transitaba. Se
arrestó a cientos de partidarios de Arnulfo Arias
Madrid, en su mayoría pertenecientes al Partido
Panameñista. Los militares allanaron las
emisoras de radio y los periódicos nacionales,
clausurando sólo a los de oposición.

El mayor Boris Martínez, cabecilla del


movimiento, el teniente coronel José Humberto
Ramos, el mayor Humberto Jiménez y el
coronel Federico Boyd son los que comandan
el golpe, mientras que la Junta Provisional de
Gobierno era conformada por los coroneles
José María Pinilla y Bolívar Urrutia. Contrario a
la creencia popular, el teniente coronel Omar
Torrijos se mantuvo movilizándose entre la
Zona del Canal y Casco Antiguo al momento
del golpe militar.

El presidente Arnulfo se hallaba viendo una película en el Teatro Lux, cuando fue
informado de lo que ocurría, intentó en vano devolverse a la Presidencia para
tratar de retomar el poder, por lo que buscó refugio en la Zona del Canal para
luego volar con rumbo a Miami.

El nuevo gobierno militar se juramentó en la Presidencia el 13 de octubre, siendo


reconocido por Estados Unidos y las demás naciones latinoamericanas en las
semanas siguientes. En los días posteriores al golpe de Estado, los militares
continuaron con las detenciones, las torturas, los asesinatos y desapariciones con
más saña y fuerza. De igual forma, una gran cantidad de opositores tuvieron que
exiliarse. Las garantías constitucionales son suspendidas en todo el país.

Como medida de control y evitar el surgimiento de cualquier tipo de manifestación


estudiantil, la Universidad de Panamá y el Instituto Nacional son intervenidos y
cerrados. El 13 de octubre, siendo reconocido por Estados Unidos y las demás
naciones latinoamericanas en las semanas siguientes.

En los días posteriores al golpe de Estado, los militares continuaron con las
detenciones, las torturas, los asesinatos y desapariciones con más saña y fuerza.
De igual forma, una gran cantidad de opositores tuvieron que exiliarse. Las
garantías constitucionales son suspendidas en todo el país.

Como medida de control y evitar el surgimiento de cualquier tipo de manifestación


estudiantil, la Universidad de Panamá y el Instituto Nacional son intervenidos y
cerrados.

Aun cuando Boris Martínez fue quien encabezó el golpe militar de 1968, terminó
siendo desplazado por Omar Torrijos cuando lo exilió a Estados Unidos el 24 de
febrero de 1969, con lo que este último tomó el timón del llamado “Proceso
Revolucionario”. La acción contra Martínez sucedió días después de que diera un
discurso por televisión y radio promoviendo una reforma y la disolución de todos
los partidos políticos.

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