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Texto 1
Si bien en términos jurídicos, mujeres y hombres gozan de iguales derechos para participar en la vida
política del país, esta igualdad de jure no ha logrado traducirse en la presencia y participación
igualitaria de unas y otros en el ámbito público y la representación política. Por el contrario, estos
espacios todavía suelen leerse y comprenderse en códigos masculinos, lo que implica que los cargos
públicos, ejecutivos, de adopción de decisiones políticas y todos aquellos que implican el ejercicio del
poder público sean ocupados mayoritariamente por hombres y, por ende, se margina a las mujeres
de los procesos estratégicos y definitorios de la agenda pública, así como de las deliberaciones sobre
asuntos de vital importancia para el interés colectivo. Esta situación de franca discriminación hacia
las mujeres ha motivado el reconocimiento internacional y nacional acerca de la necesidad de poner
en marcha medidas afirmativas en beneficio de las mujeres.
Diversas autoras como Moller (1996), Phillips (1996), Young (1996) y Astelarra (2002) han
planteado que la participación política, definida como un derecho universal, se basa en la idea de “la
homogeneidad”, traducida en los principios de imparcialidad y objetividad de la ley, –los cuales
buscan trascender las situaciones e intereses particulares–, de tal manera que mujeres y hombres, en
tanto sujetos políticos, tendrían la misma capacidad de participar en el ámbito de la política. Esto, en
la práctica, constituye un mito. La experiencia evidencia que el “trato igual” en el que se sustenta la
igualdad de jure entre mujeres y hombre ha resultado ser omiso y ciego ante las desigualdades de
género, al no reconocer las múltiples dimensiones de desventajas, subordinación y discriminación
sistemáticas y estructurales hacia las mujeres, que impiden su participación de manera equilibrada
con los hombres en el ámbito de la política.
Las cuotas de género constituyen una medida concreta en el ámbito internacional que busca
dar respuesta al actual desequilibrio de género en los órganos de toma de decisiones (IDEA 2003:6).
Con su implementación se ha buscado hacer de ellas un mecanismo sólido que garantice la efectiva
integración de las mujeres a los organismos de decisión y a las instancias de poder público, a través
de la observancia de porcentajes mínimos de participación femenina –masa crítica– en los espacios
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del ámbito de la política. El fundamento de las cuotas de género se basa en el reconocimiento de las
desigualdades históricas de las mujeres y en la necesidad de cerrar las brechas de género. Con la
implementación de esta medida se busca refrendar, de acuerdo con el Consejo Interparlamentario
(1994), la consideración acerca de que la democracia solo asumirá un significado verdadero y
dinámico cuando las políticas públicas y la legislación nacional se decidan por mujeres y hombres con
equitativa consideración a los intereses y necesidades de toda la población. El propósito de las cuotas
de género va en el sentido de abonar a la construcción de un nuevo modelo de ciudadanía y, en un
sentido amplio, del espacio público en el que se atiendan de manera eficaz los desafíos actuales en
torno a la ciudadanía de las mujeres en temas como la representación, la gobernabilidad, la
delegación de poder y las formas de liderazgo (CEPAL 2007).
Adaptado de:
MEDINA, Adriana y Ruth MÁRQUEZ
2010 La participación política de las mujeres. De las cuotas de género a la paridad. México D. F.: Centro de Estudios
para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, Cámara de Diputados. LXI Legislatura.
http://www.diputados.gob.mx/documentos/Comite_CEAMEG/Libro_Part_Pol.pdf
Texto 2
Dada la lentitud con la que aumenta la participación femenina en las esferas políticas, las mujeres de
todo el mundo están demandando métodos más eficaces para incrementar su representación. Las
cuotas constituyen uno de los mecanismos para lograrlo. La introducción del sistema de cuotas para
la mujer representa un salto cualitativo hacia una política de metas y métodos definidos. La idea
central de los sistemas de cuotas es seleccionar mujeres para puestos en las instituciones de
gobierno y garantizar que estas no queden marginadas de la vida política o tengan una presencia
meramente decorativa. El sistema de cuotas implica que las mujeres deben constituir un número o
porcentaje determinado de miembros de un órgano, ya sea una lista de candidatos, una asamblea
parlamentaria, una comisión o un gobierno.
Hoy en día, los sistemas de cuotas buscan asegurar que las mujeres constituyan al menos una
“minoría decisiva” del 30 al 40 por ciento. Las cuotas se pueden aplicar como una medida temporal,
es decir, hasta que las barreras que impiden el acceso de las mujeres a la política sean eliminadas. La
mayor parte de los sistemas de cuotas buscan incrementar la representación de la mujer, ya que el
problema que necesitan abordar por lo general es la infrarrepresentación de esta. Lo dicho
anteriormente tiene especial relevancia por cuanto las mujeres constituyen el 50 por ciento de la
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población en la mayoría de los países. Una regulación de la representación mediante el uso de cuotas
puede, por ejemplo, exigir que al menos el 40 por ciento de los miembros de una comisión sean
mujeres. Así, las cuotas de género compensarían la actual existencia de barreras que impiden que las
mujeres cuenten con su justa proporción en los puestos políticos, ya que estas también.
Adaptado de:
DAHLERUP, Drude
s/a “El uso de cuotas para incrementar la representación política de la mujer”. Instituto IDEA. Consulta: 27 de agosto
de 2016.
http://www.idea.int/publications/wip/upload/chapter_04-2.pdf
Texto 3
El año pasado el Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU subrayó las ventajas
del sistema de cuotas: “En 22 de los 48 países en los que hubo elecciones en 2012, el uso del sistema
de cupos, ya sea por decisión de los partidos o por legislación (en general, combinado con un sistema
de representación proporcional), fue lo que generó que aumentara el promedio de la cantidad de
mujeres parlamentarias [...] Cuando el sistema de cupos se generó por vía legislativa, las mujeres
obtuvieron el 24% de los escaños parlamentarios; cuando los cupos fueron por decisión voluntaria de
los partidos, las mujeres ocuparon el 22% de los escaños, y cuando no se asignaron cupos,
obtuvieron apenas el 12%, muy por debajo del promedio mundial.” (Objetivos de Desarrollo del
Milenio-ONU 2013).
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a través de la pequeña y mediana empresa, los microcréditos para mujeres del medio rural o la
construcción de guarderías de tiempo completo para madres trabajadoras. Del mismo modo, esta
política de transversalización busca difundir nuevos códigos de lenguajes y relaciones de igualdad
dentro y fuera de las instituciones de los tres poderes de la Unión. Gracias a estas determinaciones
jurídicas, México ha recibido el reconocimiento internacional por crear los mecanismos que permitan
una mayor participación de las mujeres en la vida política del país a través de su postulación a cargos
de elección popular.
Adaptado de:
ZAVALETA, Ruth
2014 “Cuotas de género, una medida necesaria”. Letras libres. México D.F, número 181. Consulta: 28 de agosto de
2016.
http://www.letraslibres.com/mexico/cuotas-genero-una-medida-necesaria
Tema específico
Postura
Razón
(consecuencia general)
Respaldos
(consecuencias
particulares)
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Utilice su revisión bibliográfica para elaborar un esquema de argumento pragmático para el ensayo
final del curso.
Tema específico
Postura
Razón
(consecuencia
general)
Respaldos
(consecuencias
particulares)