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¿QUÉ ESTÁ BAJO NUESTRO CONTROL?

Según Epicteto, bajo nuestro control está «el pensamiento, el impulso, la voluntad


de conseguir y la voluntad de evitar, en una palabra, todo lo que es nuestra propia
acción». Hay que tener cuidado con estas palabras, puesto que es posible que no
signifiquen lo mismo en la actualidad.

Para los estoicos modernos como nosotros, existen muchos avances en la ciencia


que puede que nos haga llegar a una lista de cosas un tanto modificada de lo que
verdaderamente está realmente bajo nuestro control, incluso otros filósofos hablan
de tricotomía de control, añadiendo cosas que están parcialmente bajo nuestro
dominio. Analicemos estos tres conceptos que nos marca Epicteto.

1. PENSAMIENTO

Los griegos lo llamaban hypolepsis. Lo entendían en sentido metafórico, como


sinónimo de juicio u opinión. Epicteto podría haber enumerado en primer lugar el
pensamiento, ya que es la primera forma en la que nos molestamos a nosotros
mismos, juzgamos que las cosas que nos rodean son buenas o malas, pero no tienen
por qué serlo, es solo nuestra opinión y nuestra perspectiva sobre ello.
2. IMPULSO

Horme. Epicteto habla de impulso para actuar, para ejecutar, diferente del


comportamiento impulsivo o automático. Por ejemplo, alejar la mano del fuego y
gritar no es un impulso en la forma en que el filósofo emplea el término.

Los impulsos según Epicteto surgen del primer paso, del pensamiento o juicio. Si
piensas que algo es bueno, lo querrás. Si juzgas que algo es malo, querrás evitarlo.
Los impulsos son por tanto impulsos para actuar fundamentados en juicios de valor.

3. VOLUNTAD DE OBTENER Y EVITAR

De los dos anteriores, del pensamiento (juicio) y del impulso (el deseo de actuar)
proviene el tercero, la voluntad de obtener y evitar. Valorando los primeros
decidimos en tercer lugar si vale la pena gastar nuestra energía, tiempo y dinero en
realizar o no ese acto. Por ejemplo, consideramos el adquirir una vivienda, lo que
refleja el juicio de valor previo es que poseerla es algo bueno; por tanto los próximos
pasos son ejecutar acciones encaminadas a comprarla. Determinamos entonces
que nuestras acciones completas y conscientes surgen de juicios de valor que
previamente realizamos.

Epicteto manifiesta que estos tres conceptos (pensamiento, impulso y la voluntad


de evitar y obtener) están completamente bajo nuestro control. No es casualidad,
por tanto, que estas tres áreas de control correspondan a las tres disciplinas de
Epicteto: la disciplina del juicio, la disciplina de las emociones y la disciplina de la
acción.

Hay tres disciplinas en las que un hombre debe ejercer a

control sobre sí mismo. La primera se refiere a los deseos y

las aversiones, que un hombre no puede dejar de obtener lo

que desea, y que no puede caer en lo que él no desea. El


segundo se refiere a los movimientos (hacia) y los

movimientos de un objeto, y en general en hacer lo que un

hombre debe hacer, que puede actuar de acuerdo al orden, a

la razón, y no por descuido. La tercera cosa que la libertad

preocupaciones del engaño y la precipitación en el juicio, y

por lo general se refiere a los dictámenes conformes.

Discursos, III.2 – Epicteto

¿QUÉ COSAS NO ESTÁN BAJO NUESTRO


CONTROL?
Habla Epicteto de «el cuerpo, los bienes, la reputación, la honra; en una palabra,
todo lo que no es nuestra propia acción». Este conjunto es más grande que el
anterior, comprende todas las cosas externas a nuestra mente
consciente. Podemos caer enfermos a pesar de hacer los esfuerzos para cuidar
nuestro cuerpo, podemos tener un accidente siendo muy diligentes, o incluso
podemos perder nuestro trabajo sin que sea nuestra culpa.

Todos estos conceptos que acabamos de mencionar están, sin embargo, en cierta
parte bajo nuestro control. No son semejante al clima, que por ejemplo no
podemos controlar. De hecho, Epicteto ya lo sabía. Lo que prima en este caso para el
filósofo es lo que podemos denominar «apuesta segura». Si apuestas toda tu
tranquilidad en cosas que no están completamente bajo tu control, estás
perdiendo voluntariamente parte de tu felicidad en un juego de azar.
EJERCICIO: TU DÍA A REVISIÓN
Pensemos en un ejercicio que puede ser interesante para analizar la dicotomía del
control. Elige un momento del día en el que puedas realizar deporte todos los días
de la semana, por ejemplo, a las 19:00 horas que es cuando nuestro personaje
ficticio acaba de trabajar.

Ahora, analiza tu semana y recuerda que hiciste a esa hora cada día, intenta escribir
en una libreta si todo lo que paso ese día cerca de esa hora estaba bajo tu completo
control o no.
Un diario nos puede ayudar para repasar y anotar nuestras acciones diarias.
Si existe alguna dificultad para realizar el ejercicio trata de separar como
marcaba Epicteto los juicios de valor, los impulsos y lo que deseamos evitar u
obtener de las cosas que están bajo nuestro control.

Separa por otro lado todos los aspectos internos y externos que están fuera de
nuestro control. Al hacer este ejercicio a diario, observando eventos específicos de tu
propia vida, empezarás a interiorizar lo que está realmente bajo tu control y lo que
no. Este ejercicio también nos ayudará a tener una idea más clara de en qué
debemos centrar nuestra acción y poner nuestro foco para lograr la tranquilidad
que deseamos.
DISCIPLINA DE ACCIÓN: CORTAR EL
TRABAJO
Vivimos por lo general en una cultura donde estar ocupado es un orgullo. Tener los
días completos significa que haces cosas, esto indica que eres una persona
productiva y valoras el trabajo duro. Sin embargo, y nada más lejos de la
realidad, estar ocupado no significa ser productivo. Es posible que estés
malgastando el tiempo.

No se me permite vivir. ¿Cómo que no se te permite? Todos

esos que te llaman como asesor legal te despojan de tu

propia persona. Aquel encausado ¿cuántos días se llevó?

¿Cuántos aquel candidato? ¿Cuántos aquella vieja cansada

de enterrar herederos? Revisa y calcula, repito, los días de

tu vida: verás que entre las manos te quedan bastante pocos

y desechables… Aquel otro que no hay momento que no

aproveche para sus propias cosas, que organiza cada

jornada como si fuera la última, ni anhela el mañana ni de él

recela.

De la brevedad de la vida, 7 – Séneca


Estar ocupado no significa ser productivo.
El tiempo es lo único que una vez entregado nunca se puede recuperar, es por tanto
el único recurso propio con el que debemos tener cuidado y usar con
prudencia. Séneca escribió De la brevedad de la vida hace dos milenios, pero bien
podría haberlo hecho en la actualidad, nuestras vidas son cada vez más ocupadas,
pero no necesariamente más significativas.

1. PRIORIDADES Y TIEMPO
La primera pregunta que un estoico haría a alguien que está demasiado ocupado
es ¿Cuáles son tus prioridades? ¿Estás prestando suficiente atención a lo que es
verdaderamente importante en tu vida, o estás distrayéndote con actividades
intrascendentes?

2. TIEMPO: ¿CANTIDAD O CALIDAD?


La segunda pregunta sería: ¿usas tu tiempo en cantidad o en calidad?. Nos
amontonamos cientos de tareas día a día, lo cual, no es eficiente. Existe además
evidencia científica de que más allá de cierto umbral de trabajo, más horas de
trabajo no serán más productivas, sino que por el contrario bajará el rendimiento. La
razón es simple: los seres humanos necesitamos descanso y una variedad de
estímulos para mantener la mente enfocada.

3. SÉNECA Y LA GESTIÓN DEL TIEMPO


Hay otros dos aspectos que Séneca menciona y que merece la pena comentar. El
primero es que quedan pocos días, y esos son los «desechos», es decir, los de menor
calidad. Séneca se refiere en este caso a las personas que han vivido ya lo suficiente y
comienzan su tramo final. La mayoría de ellos, cuando miran hacia atrás en sus
vidas, se dan cuenta de que no han utilizado bien su tiempo.

En segundo lugar, debemos planificar cada uno de nuestros días como si fuera el


último, recuerda, Memento Mori, otro de los pilares del estoicismo, la conciencia
del valor de la muerte.

Apuesto a que tu día sería muy diferente si fueras consciente de ello y te centraras
en las cosas que verdaderamente son importantes y no en trivialidades; puedes para
ello llevar siempre encima la moneda de Diario Estoico, eso te hará recordarlo
fácilmente. Por supuesto, nadie sabe cuando llegará ese momento y cuanto tiempo
queda por delante, por lo que debemos sentir la urgencia de vivir todos los días que
nos levantamos de la cama.

DISCIPLINA DE LAS EMOCIONES: LA


IRA
¿Cuántas veces te han dicho, cuenta hasta diez antes de hacerlo? Las pausas pueden
ser un primer paso útil para lidiar con la ira. Pero, ¿qué debemos hacer después de la
pausa?

De las cosas que nos ofenden, unas nos las refieren, otras las

oímos o vemos nosotros mismos. En cuanto a las que nos

refieren, no debemos apresurarnos a creerlas. Muchos

mienten para engañar, otros porque están engañados. Este

acrimina para captarse benevolencia. Y supone la injuria

para mostrarnos interés; aquel, por desconfianza, intenta

romper íntimas amistades, y no falta quien, por malicia,

goza en contemplar desde lejos y sin peligro la lucha de los

que llevó a la discordia.

De la Ira 2.29 – Séneca

UNA PAUSA FRENTE AL ENFADO


Séneca también recomienda hacer una pausa cuando se está
enfadado, argumentando que es la espera nuestra principal defensa contra la ira.
No intentes dominar la ira, ya que esta se intensifica rápidamente y vence a la razón
en el calor del momento. La evitación y la no confrontación es la estrategia
ganadora. Habla Séneca de separar y examinar las causas que producen ira (una vez
ha pasado) como si de una autopsia se tratara, considerando quién o cuál es la causa
del enfado, y por qué hemos llegado a ese punto.

¿Qué pasa cuando el objeto del enfado es un objeto, un fenómeno natural o una
enfermedad? ¿Qué sentido tiene enfadarse por eso? ¿Hará que no llueva, o que tu
ordenador vaya más rápido?

Es probable que enfadarse por ese tipo de cosas empeore la situación, sin
mencionar que es posible que te haga parecer más tonto. Las enfermedades y otros
problemas no controlables por nosotros son parte de la vida, atacarlas no te servirá
de nada, además posiblemente te sentirás peor que te sentías al principio por haber
perdido el tiempo. Eso no quiere decir que no trates de curar tu enfermedad o
arreglar tu ordenador, al contrario de lo que piensas, es mucho más probable que
encuentres la solución desde la calma y la paciencia siendo razonable con lo que
está ocurriendo que desde la ira.

SÉNECA Y LA IRA
Séneca nos marca dos conceptos importantes en este punto para tomar en
consideración la ira. No debemos sorprendernos si algunas personas realizan actos
poco éticos, probablemente obtendrán lo que se les debe en un momento futuro;
actuando de esa forma ya se están haciendo daño.

Los seres humanos estamos inclinados hacia la virtud por naturaleza, un


comportamiento pro social. Esto significa que la mayoría de personas se opondrán y
reaccionaran ante irregularidades, por lo tanto es probable que la persona que hoy
te está dañando reciba lo que le corresponde en algún momento futuro. Implica
esto, que la virtud es sin duda el único comportamiento adecuado para prosperar.
EJERCICIO PRÁCTICO PARA MANEJAR LA
IRA
Séneca da algunos consejos para manejar conscientemente la ira. Identifica los
objetos o las situaciones que te producen enfado y las posibles soluciones. Escribe
en un papel qué es concretamente lo que te produce ese enfado y como lo
solucionarías, repítelo cada vez que caigas en el impulso de la ira, así, día a día con
práctica conseguirás hacerlo en tu cabeza y dominar la situación.

1.Haz una pausa

2.Nombra el objeto o la situación que te produce enfado

3.Medita una posible solución para la causa del enfado

Siéntate a revisar lo anotado en ese libro durante toda una semana. Puede ser útil
incluso pensar en posibles enfados futuros y como reaccionarías ante ellos,
planteando una solución en caso de que pudieran ocurrir. Este ejercicio aborda la ira
desde su raíz: nuestros pensamientos. Con suficiente práctica, los impulsos que nos
llevan a estar cargados de ira se convertirán en actos sobre los que tenemos toda
nuestra absoluta disposición.
Entrena todos y cada uno de los días, piensa en las Disciplinas de Epicteto, examina
una por una en tu día a día. Solo con constancia y tesón serás capaz de dominar tus
emociones.

¡Te animo desde aquí a que compartas con nosotros los ejercicios que realizas y que
me des feedback de los resultados que obtengas!

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