Está en la página 1de 6

Ensayo Personal Narrativo “Mi Trabajo, Un Regalo De Dios”

Presentado al docente César Ortiz

Módulo Manejo del Dinero

Presentado por Carolina Rincón Jurado

Segundo Semestre Académico

INSTITUTO BÍBLICO CASA ROCA


2020
“Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito”
Proverbios 16:3 (NTV)

Papito Dios:

Hace unos días, el 1 de junio para ser más exacta, estaba recordando y
celebrando 15 años de servicio en el trabajo que actualmente tengo.

Rememorando mi vida y todo lo que tú has hecho en ella, debo ir años atrás y
dejar plasmado cómo llegué a ser lo hoy soy, gracias a ti. Recuerdo ser una
adolescente juiciosa, estudiosa, que anhelaba llegar a ser una excelente
bacterióloga. Nunca pedí tu consentimiento. Yo hacía mi vida a mi manera y según
mis expectativas.

Para mí fue muy triste no haber pasado en la universidad, una vez me presenté
para esta carrera. Recuerdo cuánto lloré y hasta me culpé de no ser
suficientemente “inteligente” como para pasar el examen, lo cual daba por
descontado, porque tenía un excelente ICFES y creía estar muy preparada para
pasar dicha prueba.

La bendición del Señor enriquece a una persona y él no añade ninguna


tristeza”

Proverbios 10:22 (NTV)

Seis meses después, me presenté para la carrera de Licenciatura en Educación,


como una opción para no quedarme “haciendo nada en la casa”. ¡Pasé! Estudié
por cinco años y culminé con las mejores notas. Sin embargo, seguía pensando
que esta carrera no era lo mío, pero que en algo me permitiría ocuparme y ganar
algún dinero.

Como no recordar mi primer empleo… No había terminado la universidad, cuando


empecé a trabajar en un pequeño jardín infantil. Allí no me iba mal. Siempre me
gustó hacer bien el trabajo, pero me pagaban súper mal. Lo consideré una
experiencia más en mi vida, pero no veía la hora de salir corriendo de allí.

“Amos, sean justos e imparciales con sus esclavos. Recuerden que ustedes
también tienen un Amo en el cielo”

Colosenses 4:1 (NTV)

Recuerdo haberme casado ese fin de año y que, para el siguiente año, me dijeron
donde laboraba, no me iban a recibir, porque “una mujer casada en cualquier
momento se embaraza y así no sirve para trabajar”.

Recuerdo también haber seguido laborando interrumpidamente (no fue continuo),


debido a mis dos embarazos, pues cada vez que ocurrió, tomé un tiempo para
estar con mis bebés.

Seguí pensando por mucho tiempo, que ser docente no era lo que yo quería y a
veces me sentía molesta con algo que “no era lo que yo quería hacer”.

Se presentaron crisis en mi vida, mi hogar se perdió en el año 1997. Papito Dios,


yo sé que allá en el Cielo tú veías cuanto sufría y cuánto necesité de tu
misericordia sin merecerlo.

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor
—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una
esperanza”

Jeremías 29:11 (NVI)

En 1998 retorno a Bucaramanga luego de haber vivido por 7 años en


Barrancabermeja. Tú seguiste abrazándome con infinita bondad… Llegué a la
ciudad y dos meses después, ya estaba trabajando en un colegio de nuevo.
Fueron tiempos difíciles y de mucho estrés. Pasé de ser maestra a ser
coordinadora, pues tú ya estabas preparando el camino para darme una gran
bendición.

En el año 2004 presenté un concurso de méritos, casi sin mucha expectativa


porque todos decían “eso suele ser una mentira. Nadie pasa, solo los que tienen
palancas”. ¡Pero tú me lo diste! Cuando tú abres una puerta, nadie la puede
cerrar.

“Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y
nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir”

Apocalipsis 3:7 (NVI)

En el año 2005 empecé a trabajar como coordinadora en un colegio público. Han


sido 15 años en los cuales he aprendido a amar lo que hago, me he llenado de
experiencias, he tenido la provisión y he podido hacer cosas que antes no pude
hacer. Me has dado la oportunidad de viajar a diferentes países, darles estudio a
mis hijos, prepararme más a través del estudio cuando retorné a la universidad.

Esto es lo que he comprobado: que en esta vida lo mejor es comer y beber,


y disfrutar del fruto de nuestros afanes. Es lo que Dios nos ha concedido; es
lo que nos ha tocado.

Eclesiastés 5:18

Pero todo eso adquirió un sentido diferente para mí, cuando recibo a tu Hijo
Amado Jesucristo, como mi Señor y Salvador (2 de marzo de 2019). Cuando
encontré a esta hermosa iglesia, empecé a estudiar tu Palabra y todo fue diferente
para mí. Entendí el sentido de la HONESTIDAD total en todos los ámbitos de la
vida, incluido el laboral.
“La riqueza lograda de la noche a la mañana pronto desaparece; pero la que
es fruto del arduo trabajo aumenta con el tiempo”

Proverbios 13:11

He tenido pruebas, momentos en los cuales he tenido que poner en primer lugar el
ser cristiana, antes que ganarme algún dinero diciendo mentiras o firmando cosas
que no son verdad e incluso que pueden meter en problemas a otras personas.
Decir “soy cristiana” y levantar mi cabeza en alto, porque no cedo ante algo
indebido, o decirlo plenamente y saber que mi testimonio debe ser íntegro por
amor a ti y para ser luz a otros, me hace muy feliz. Me siento inmensamente
agradecida por la mujer y profesional que has hecho de mí, Papito hermoso.

“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de


qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad”

2 Timoteo 2:15 (NVI)

Siempre tendré en mi corazón lo que dice tu Palabra en Colosenses 3:23-24:

“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no


como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los
recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor”

Ahora veo en cada padre de familia, en cada niño, en cada docente, en mi jefe y
en mis compañeros de trabajo, a alguien a quien debo servir con amor, como lo
manda tu Palabra.

Gracias Papito, por tantas bendiciones que recibo a través de mi trabajo.

Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación,
porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.

1 Tesalonicenses 5:16-18
Por siempre tu hija amada,

Carolina

También podría gustarte