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Considera esto…

...paracuando te jubiles de tu trabajo, habrás pasado


aproximadamente 90,000 horas en el centro de trabajo. Además, al
mismo tiempo que te jubiles, si asistes a la iglesia regularmente
durante esos años, habrás pasado aproximadamente 5,000 horas
en la iglesia. Esto significa que por cada hora que pasas en la iglesia
pasarás 18 horas en tu centro de trabajo. Sin embargo, para
muchos cristianos, el centro de trabajo es un desierto espiritual,
útil para obtener ingresos únicamente... pero no donde
experimentan la presencia de Dios actuando a través de ellos
mientras trabajan. Cuando Dios Llega a tu Trabajo lleva al lector
desde una definición de trabajo a través de los ojos y las palabras
de Dios, hasta formas prácticas e historias reales de cómo Dios
trabaja a través de su pueblo en el centro de trabajo.
“¡Recibí este libro como regalo y me encanta! Soy un cristiano que trabaja
en el negocio del aluminio y quiero que mi centro de trabajo no sea solo un
lugar donde gano dinero, sino donde la luz de Cristo pueda brillar. Así que
quedé encantado de recibir un libro que trata de temas relacionados con el
trabajo y cómo llevar el Reino de Dios a este, cuando de veras Dios llega a tu
trabajo. Este libro también me desafía a usar el tiempo sabia e
intencionalmente. Paul Curtas no solo ha escrito bien, sino que también se
relaciona con el lector... ¡Muy valioso!”
Evi Rodemann, Director de Mission-Net Europe

“Este libro es una obra maestra de la reflexión bíblica sobre la demostración


práctica de la vida real de cómo el creyente cristiano debe practicar su fe en
Jesucristo en el centro de trabajo. Paul usa ejemplos de la vida real de su
experiencia y enseñanzas de la Biblia para dar vida a la verdad de las
Escrituras. Leí todo el libro de principio a fin y disfruté cada capítulo. Oro
para que cada creyente lea y aplique las verdades eternas contenidas en este
libro. También oro para que los empleadores que deseen mejorar las
relaciones con los empleados en su empresa, lean y apliquen estas
enseñanzas en su centro de trabajo”.
Chester R. Cook, Gerente de Relaciones con los Huéspedes,
Aeropuerto Internacional de Atlanta

“Maravilloso... Como administradora y maestra, realmente he disfrutado


este libro. Me gustó tanto... que ahora lo estamos enseñando a nuestras
clases de último y penúltimo año de secundaria en nuestra escuela cristiana”.
Rebecca McKeen, Administradora / Maestra, Escuela Cristiana Grace

“Paul Curtas hace un trabajo increíble al ayudar a nuestros estudiantes


a ver cómo su relación con Jesús y el trabajo se cruzan. No son solo los
estudiantes los que quedan impactados. Yo, como alguien que enseña
negocios desde una cosmovisión bíblica, he sido desafiado por el Sr. Curtas a
profundizar mi comprensión de lo que significa ser un cristiano en los
negocios. Él derriba la división entre lo sagrado y lo secular y demuestra
cómo Dios puede usar a los creyentes en la fuerza de trabajo para que sean luz.
Echa por tierra la idea de que existe una jerarquía en las vocaciones, y
explica que podemos honrar al Señor en cualquier cosa que hacemos”.
Amy DuBois, Profesora, Columbia International University
© Derechos de autor originales 2013 por Paul M. Curtas
Originalmente impreso en inglés “When God Shows Up At Work”
©Edición en español (Enero 2019)

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede


reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperación o transmitirse de
ninguna forma ni por ningún otro medio (electrónico, mecánico,
fotocopia, grabación, digitalización u otro), excepto citas breves en
reseñas o artículos, sin el permiso previo por escrito del autor. La
solicitud de permiso se puede hacer a través del sitio web Godinwork.com
o enviándonos un correo electrónico a office@godinwork.com.

Citas bíblicas tomadas de La Biblia de las Américas, Copyright


© 1986, 1995, 1997 por The Lockman Foundation; Usadas con permiso.
“(Www.Lockman.org) www.LBLA.com

Todos los derechos reservados.


ISBN: 978-0-9910729-3-4
CONTENIDO
PREFACIO

SECCIÓN 1
Desarrollando La Perspectiva De Dios Sobre El Trabajo
1. Perspectiva de Dios Sobre el Trabajo
2. Origen del Trabajo: Pasado y Presente
3. Expectativas Trabajo de Influencia

SECCIÓN 2
Definiendo El Ministerio En El Centro De Trabajo
4. Ministerio en el Centro de Trabajo… ¿Qué es?
5. Ministerio en el Centro de Trabajo… Un Ambiente Desafiante
6. Ministerio en el Centro de Trabajo… ¿Yo?

SECCIÓN 3
Respondiendo A Las Condiciones En El Centro De Trabajo
7. Teniendo una Fe Proactiva
8. Reglas de Enfrentamiento
9. La Perspectiva Completa de Dios

SECCIÓN 4
Ser La Iglesia En El Centro De Trabajo
10. Creando nuestras Conexiones
11. La Iglesia en Marcha

Apéndice- ¿Cómo Puedo Conocer A Dios?


Notas Finales
Sobre El Autor
Preparando A Las Personas Para El Centro De Trabajo

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PREFACIO
Lo que deberías saber
Muchos cristianos entran a su centro de trabajo todos los días
sin pensar mucho en la presencia de Dios allí. La mayoría diría que
Dios está presente en todas partes, pero con los muchos desafíos y
dificultades dentro del entorno de trabajo, a menudo tienen
dificultad para relacionar la presencia de Dios con su centro de
trabajo. Durante mucho tiempo, asumí que esto se entendía entre la
mayoría de los cristianos por el ejemplo que mi madre y mi padre
me dieron. Mi padre, que fue un hombre de negocios toda su vida
adulta, comenzó un negocio de fabricación en la década de 1960. Su
comprensión de la presencia de Dios en su trabajo era evidente en
su vida empresarial. De adolescente tuve el privilegio de trabajar
entre sus empleados. Fue allí donde vi por primera vez, la
importancia de lo que significa ser cristiano en el entorno laboral.
Al principio, el recorrido de mi vida me llevó a la búsqueda de
los estudios para el ministerio vocacional, pero en el camino me
encontré a veces trabajando en diferentes lugares. En cada uno de
estos, disfruté buscando oportunidades para compartir mi fe con
los que me rodeaban. Llevaba trabajando más de 15 años en el
ministerio vocacional dentro del ambiente de la iglesia local cuando
me nombraron Director General de la Comunidad Cristiana del
Personal de las Aerolíneas (FCAP por sus siglas en inglés) en
octubre de 1992. Fue en este momento cuando la importancia de la
fe cristiana compartida en el centro de trabajo fue reforzada
nuevamente. El viaje ha sido revelador y enriquecedor, ya que he
tenido el privilegio de interactuar con el pueblo de Dios y

6
observarlos en su centro de trabajo. Gran parte del material
recopilado para este libro proviene de sus vidas.
Mi trabajo en FCAP me ha brindado la maravillosa oportunidad
de trabajar estrechamente con personas de América del Norte y del
Sur, Europa, Asia, África y el Pacífico Sur. Mis viajes me han
llevado a conocer gente en una variedad de lugares de trabajo
alrededor del mundo. Desde el principio noté algunas
características en las vidas de aquellos que marcaban una influencia
espiritual en su trabajo. No tenían menos problemas que los demás,
a menudo igual y a veces incluso más. Sin embargo, entendían
claramente cómo Dios veía su trabajo y cómo su fe en Él se
relacionaba con los detalles del mismo.
Aunque muchas, pero no todas las historias de este libro, están
relacionadas al contexto de las aerolíneas, los principios y
características que se transmiten no son exclusivos a las aerolíneas
sino que son universales y se aplican a los cristianos en la mayoría
de los centros de trabajo.
El material ante ti es el resultado de mi interacción con personas
en el centro de trabajo por más de dos décadas, y mis estudios de
las Escrituras a lo largo de los años. El libro está dividido en cuatro
secciones, que representan cuatro características vitales que vi entre
los cristianos cuyas vidas e influencia espiritual eran obvias en el
centro de trabajo. La primera sección enfatiza la importancia de
entender la visión de Dios sobre el trabajo y cómo esta debe
influenciar nuestro trabajo todos los días. La segunda sección
define y describe el ministerio con respecto al centro de trabajo; lo
qué es, lo que no es, y mi participación en él. La tercera sección se
concentra en algunas de las presiones del centro de trabajo y en
cómo debemos responder a estas condiciones a la manera de Dios.
La cuarta sección resume la importancia de que los cristianos se
conecten entre sí en el centro de trabajo. Esto hace que la iglesia sea
real y viva allí y además le da a Dios una mayor manifestación.

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He elegido titular el libro, CUANDO DIOS LLEGA A TU
TRABAJO porque representa lo que he visto a través de las vidas
del pueblo de Dios en su centro de trabajo y lo que he aprendido de
las Escrituras. Cuando Dios llega al centro de trabajo, lo hace
principalmente a través de Su gente. Confío en que Dios usará este
libro en tu vida para darte una mayor conciencia y apreciación de
cómo Él puede llegar a tu centro de trabajo.

RECONOCIMIENTO
Este libro no hubiera sido posible si no fuera porque Dios
proporcionara Su gente y Sus recursos. Aunque todos nuestros
agradecimientos comienzan y terminan con Dios, me gustaría
reconocer y agradecer a aquellos a quienes Dios proveyó en el
camino.
Estoy eternamente agradecido a Dios por brindarme a mi
querida esposa, Claudette, quien es mi compañera de vida y
ministerio y una bendición para mí de incontables maneras. Su
persistente trabajo de amor al ayudarme con las revisiones, así
como sus ideas y ánimo fueron de gran valor. Dios también me
bendijo con Pat Lee, maestra / profesora de inglés jubilada, cuya
creatividad y experiencia en inglés fue una gran ayuda y una gran
inspiración. Ella me animó a mantener el rumbo mientras me retaba
en el camino. A continuación, agradezco a Cristian Rusch, Tim
Files, Landra Chasteen, Scott Bowman, Joe Ivey, Jim Rose, quienes
leyeron y evaluaron el manuscrito. Sus sugerencias y conocimientos me
guiaron a lo largo del trayecto.
Además, me gustaría agradecer a Daniel Sierra y su equipo de
traducción, Rosa Maria Ysambert y Lourdes Miranda por su
excelente trabajo al proporcionarnos esta versión del libro en
español. Y estoy muy agradecido por Ana Duarte y Diego Morales,
por su visión de ver el libro llevado al mundo de habla hispana y

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por animarnos a seguir adelante con este proyecto. También fueron
de gran ayuda con sus revisiones del manuscrito del libro en
español.
Por último, quiero agradecer a Dios por el personal de FCAP y
la Junta de Directores, por su paciencia y apoyo a medida que
observaban esto desarrollarse durante la última década.
Este libro está dedicado al Señor del centro de trabajo y a los
hombres y mujeres allí, cuya confianza puesta en Él brilla
intensamente todos los días. Mi humilde oración es que Dios use el
contenido de este libro para despertar a su pueblo y traer su gloria
e influencia a los centros de trabajo en el mundo entero.

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1

PERSPECTIVA DE DIOS
SOBRE EL TRABAJO

Por más de dos décadas he tenido el privilegio de ser parte de


la Fraternidad del Personal Cristiano de Aerolínea (FCAP, por sus
siglas en inglés). Regularmente ofrecemos un seminario de
capacitación básica de dos días que enfatiza la comprensión
cristiana de la perspectiva que Dios tiene sobre el trabajo. El
objetivo es ayudar a los empleados a comprender cómo pueden
prepararse para las oportunidades existentes de ministrar, que son
únicas e inherentes a su centro de trabajo. En uno de estos
seminarios ocurrió un incidente que fue particularmente notable.
Al final de una sesión titulada “Desarrollandolaperspectivade
Diossobreeltrabajo”, unaseñoracon más de 25 años trabajando
como auxiliar de vuelo comenzó a llorar en silencio. Debido a que
trabajamos en pequeños grupos en estos seminarios, todos
estábamos notablemente preocupados. Buscando no avergonzarla,
le pregunté si apreciaría un tiempo de oración. Ella respondió, “Sí”,
y comenzó a explicar su dolor. Relató que a pesar de ser cristiana
durante años, no había tenido conocimiento previo de la visión ni
de la perspectiva que Dios tiene sobre el trabajo. Sintió que había
trabajado todos estos años con una visión del trabajo en nada
diferente a la de los incrédulos. Ese sentimiento le produjo una
tristeza abrumadora.

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Por experiencia, he notado que muchos cristianos van a su
centro de trabajo todos los días con el propósito exclusivo de
cumplir con lo definido por la compañía. Ven poca o ninguna
relación entre Dios y su trabajo, o las circunstancias en su centro de
trabajo. Algunos pueden pensar que esta relación significa que su
deber como cristiano es ser honesto, y hacer un buen trabajo a
cambio de un salario, y luego marcharse para disfrutar del Señor en
otro lugar. Raramente piensan que el Señor está, siempre presente,
participando activamente en su centro de trabajo y que es Su jefe
supremo. La auxiliar de vuelo que llevaba 25 años trajando lloró,
no porque fuera una mala empleada que hubiera robado tiempo de
la compañía o hubiera hecho algo en contra de la política de ésta;
sino porque reconoció que su centro de trabajo era prácticamente
un desierto espiritual. Parecía hacer su trabajo sin más razón que la
de cualquier otra persona a su alrededor.
¡Considera esto! Al jubilarte... ¿cómo describirías los años que
pasaste en tu centro de trabajo? ¿Los verías como un desierto
espiritual o como un campo de cosecha abundante? Se estima que
para el momento de tu jubilación habrás pasado más de 90,000
horas en tu centro de trabajo. Además, para el momento en que te
jubiles, si asistías a la iglesia regularmente, solo habrás pasado
aproximadamente 5,000 horas en ésta. Muchos cristianos no
pueden experimentar la alegría, y el placer que da el entender el
propósito de Dios y sentir Su presencia en el trabajo, simplemente
porque no saben que Él está allí. De alguna manera, hemos sido
engañados para que creamos que el propósito y la presencia de
Dios se encuentran en cualquier otra parte menos en el centro de
trabajo. ¿Por qué? Porque muchos cristianos creen que hay
demasiado caos y demasiados problemas para experimentar la
presencia de Dios en ese lugar.
Toma un momento y piensa en un personaje de la Biblia que te
haya impresionado. Probablemente el escenario donde se

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desarrolla la historia, es en medio de un mundo de caos y
adversidad. La mayoría de las historias en la Biblia se centran en
Dios trabajando a favor de Su pueblo en una sociedad de personas
que se oponen a Él, aunque lo necesitan.
En 2 Corintios 2: 12-14, Pablo habla de una puerta abierta para
compartir el Evangelio en la ciudad de Troas. Se suponía que iba a
encontrarse allí con Tito, un amigo y compañero, que no apareció.
Con profunda preocupación, Pablo eventualmente decidió pasar al
siguiente punto de encuentro. Aprovechó esta oportunidad para
compartir una verdad increíble sobre cómo entendía la presencia y
el propósito de Dios en todo lugar. En el versículo 14 dice: “Pero
gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio
de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento”. ¿Te
diste cuenta? Él no dijo que necesites estar en el lugar correcto, en
el momento correcto para experimentar la presencia de Dios; ni que
necesites buscar una actividad espiritual específica y apegarte a
ella. La verdad es que…Dios quiere mostrarnos que Él triunfa
personalmente a través de nosotros en todas las circunstancias de
la vida y difunde el aroma del conocimiento de Cristo a través de
nosotros en “TODO LUGAR”. ¡Incluyendo nuestro centro de
trabajo! Esto es crucial, ya que pasaremos una gran parte de
nuestras vidas allí.
Pero desafortunadamente, nos hemos vuelto selectivos en
cuanto a dónde creemos que Dios debe ser disfrutado. Muchas
iglesias en estos días están gastando millones proporcionando
lugares cómodos para que nuestra fe brille por unas pocas horas.
Al mismo tiempo, nos hemos vuelto fríos hacia Dios en lugares
como el trabajo porque no lo vemos activo allí. En su libro, “A Taste
of New Wine” (“El Sabor del Vino Nuevo”), Keith Miller expone
este tipo de pensamiento:

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Nunca ha dejado de sorprenderme que los cristianos
hemos desarrollado una especie de visión selectiva que
nos permite participar profunda y sinceramente en la
adoración con la Iglesia y en otras actividades de la
misma, sin embargo, en el día a día de nuestra vida
empresarial no lo experimentamos de la misma
manera y ni siquiera nos damos cuenta.1

A través de los años, casi sin excepción, he notado que los


cristianos, que activan su fe en el centro de trabajo, lo hacen porque
tienen un entendimiento claro de la presencia y el propósito de Dios
con respecto al lugar donde trabajan. Ellos consideran que su
empleo es más que una descripción de trabajo para cumplir con los
objetivos de la empresa. Lo ven como un llamado donde Dios está
presente en toda la labor que realizan. Entender ésto no
necesariamente disminuye nuestros problemas, pero proporciona
un profundo sentido de propósito y satisfacción, sabiendo que Dios
puede ser disfrutado allí.

La Perspectiva de Dios Sobre el Trabajo…


En Sus Propias Palabras
Para que podamos aprender a disfrutar a Dios en nuestro
empleo y además ser una influencia determinante allí, primero
debemos despojarnos de la perspectiva limitada con que como
humanos visualizamos el trabajo. Para el cristiano, el trabajo debe
ser más que una descripción de las funciones que realiza y un
cheque de salario con beneficios. Solo mirando a través del lente de
la Palabra de Dios podremos entender apropiadamente la
definición de trabajo según Dios; así que comencemos
desempacando la verdad en la Palabra de Dios, la cual define la
perspectiva de Dios sobre el trabajo.

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Una asociación Diseñada por Dios
Primero, debemos entender el origen del trabajo. La idea del
trabajo no evolucionó con el tiempo, ni fue creada por algún genio
industrial de la antigüedad. La idea del trabajo vino directamente
de Dios. El trabajo es un reflejo del carácter de Dios y una
responsabilidad que Él nos ha dado. Para ponerlo en términos más
claros, el trabajo es ordenado por Dios y debe ser visto como una
vocación o un llamado de Él.
En mis viajes a diferentes partes del mundo con FCAP, me
encontré con muchos grupos diferentes de cristianos y con
frecuencia les pedía que definieran el trabajo. No fue inusual
escuchar a alguien decir que el trabajo es como una maldición
impuesta al hombre por Dios. El trabajo no es ni una maldición ni
nada parecido, aunque hay religiones y filosofías que lo han
convertido en eso. La cosmovisión cristiana es completamente
diferente. La Biblia dice que Dios diseñó y le asignó trabajo a Adán
antes de que él y Eva cayeran en pecado.2 En otras palabras, el
trabajo no fue impuesto a los hombres como un castigo por el
pecado. La intención de Dios de que el humano trabajara se
estableció antes de su rebelión contra Él. Aunque el pecado afecta
el trabajo, no lo hace inútil para los propósitos de Dios y Sus planes.
La gente me ha dicho que su trabajo parece una maldición o un
juicio contra ellos porque sienten la fatiga del trabajo ya que allí
tienen muchos problemas y personas difíciles. Algunos podrían
preguntar... ¿No dirías que es una maldición? No, eso no es una
maldición, sino el efecto de la maldición sobre el trabajo.
Leemos en Génesis 3: 9-19 que cuando Adán y Eva decidieron
que no querían seguir el camino de Dios, los resultados fueron
catastróficos. Dios pronunció una maldición o juicio sobre cada
aspecto de la creación debido a la rebelión de Adán y Eva. El

15
veredicto de Dios, como se afirma en los versículos 17-19, afecta
directamente nuestro trabajo.

Maldita será la tierra por tu causa; con trabajo


comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y
abrojos te producirá, y comerás de las plantas del
campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás (Génesis
3:17-19).

Al rechazar a Dios, El emitió un juicio sobre los hombres que


ocasionó que experimentaran dolor y fatiga en su labor, así como
una resistencia en su ambiente de trabajo en forma de espinas y
abrojos. Hoy sentimos esta resistencia de muchas maneras. Por
ejemplo, si tu trabajo es servir a las personas, sabes muy bien que
las personas a las que sirves a veces podrían irritarte y lastimarte.
El trabajo fue diseñado por Dios para ser una sociedad con Él
en Su creación. Dios planeó que los humanos tuvieran dominio
sobre Su creación.

Y los bendijo Dios, y les dijo: Sed fecundos y


multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y ejerced
dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo,
y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra
(Génesis 1:28).

Debían cuidarlo como un jardinero cuidaría de su jardín. En su


libro “Not Just a Job” (No solo un Trabajo), Judith Shelly capta con
palabras la manera de Dios para ejercer nuestro dominio sobre la
creación:

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Eldominioimplicacontrol, autoridadypoder. Conlleva
una gran responsabilidad y rendir cuentas ante Dios.
La tarea es cuidar de la tierra y sus habitantes con
ternura y amor, gobernar el mundo con justicia y
hacer un uso sabio de los recursos que Él (Dios) ha
provisto. Es un mandato para compartir el trabajo
continuo de Su creación.3

También se nos dice “Sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra”.


Nuestro trabajo tiene la capacidad de multiplicarse y satisfacer las
necesidades de las personas.4 Una vez más, Shelly capta el
significado de ésto en su libro:

El trabajo continuo de Dios en la creación es más que


solo ocuparse de lo que ya existe. Al ordenarles a Adán
y Eva Sed fecundos y multiplicaos (Génesis 1:28), los
invitó a unirse a Él para crear una nueva vida. Ese
mandamiento a menudo se ha aplicado
exclusivamente a la procreación humana... aunque
tener hijos es ciertamente parte de la alegría de la
creación que Dios quiere que las personas compartan,
el contexto del pasaje indica que es más que eso. En el
versículo 29, Dios dice: “Yo os he dado toda planta
que da semilla, que hay en la superficie de toda la
tierra”. En otras palabras, nos ha dado el poder de
reproducir todo lo que Él ha creado. También nos ha
dado la satisfacción de ver el fruto de nuestras labores5

El diseño del trabajo por parte de Dios tiene una condición


incorporada. Él nos permite encontrar satisfacción en nuestro

17
trabajo cuando se hace por razones que van más allá de nosotros
mismos. La idea de que éste es una responsabilidad dada por Dios
solo para mi beneficio y el de mi familia, impedirá que nuestra
perspectiva sobre el trabajo sea la de Dios. Debemos ver nuestro
trabajo desde un punto de vista más amplio, como beneficiando e
impactando a otros mucho más allá de nosotros mismos y, en
última instancia, dando gloria a Dios.

El Placer De Trabajar
Hace vario saños trabajé con un amigo llamado Tom, durante
unos meses, mientras me preparaba para terminar mis estudios en
el seminario. El padre de Tom era vicepresidente ejecutivo retirado
de una corporación internacional, líder en su sector. Se retiró con
un ingreso considerable y poseía varias casas, una en Atlanta, una
en la costa de California y una en Hawái. A veces, cuando venía a
ayudar a Tom en su trabajo, lo hacía buscando algo que hacer. Tom
me informó que su padre no conocía al Señor y que estaba
descontento e insatisfecho en la vida. Tuve algunas oportunidades
de hablar con su padre y algo me impactó profundamente. Este era
un hombre que había logrado algo por lo que la mayoría lucha
vigorosamente. Irónicamente, el padre de Tom había ganado y
logrado todo lo que cualquiera pudiera desear, pero las posesiones
y la fama no le dieron satisfacción o plenitud. Él no era en nada
diferente a aquellos que aún luchan, tratando de alcanzar tales
objetivos.
Hay otro principio profundo que debemos entender cuando
descubrimos la perspectiva de Dios sobre el trabajo. Disfrutar del
trabajo y ver sus beneficios, no está basado en el monto de nuestro
salario o compensaciones, no se encuentra en una posición en la
compañía, ni en la cantidad de tiempo de vacaciones. El disfrutar
nuestro trabajo y ver el beneficio de éste, proviene de la mano de
Dios. Uno de los empresarios más ricos de todos los tiempos lo

18
entendió demasiado bien. Su nombre era Salomón. Fue un rey en el
antiguo Israel que buscó y logró la riqueza, el placer y la sabiduría
al máximo. Los arqueólogos todavía están desenterrando sus
tesoros. Habiendo logrado todo esto, escucha sus conclusiones...
son profundas:

Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y


decirse que su trabajo es bueno. Esto también yo he visto
que es de la mano de Dios (Eclesiastés 2:24). Se que no
hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien
en su vida; además, que todo hombre que coma y beba, y vea
lo bueno en todo su trabajo, eso es don de Dios (Eclesiastés
3:12-13). He aquí, lo que yo he visto: que es bueno y
conveniente: comer, beber, y gozarse uno de todo el trabajo
en que se afana bajo el sol en los contados días de la vida que
Dios le ha dado; porque ésta es su recompensa.
Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas
y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para
recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo, esto es
don de Dios (Eclesiastés 5:18-19).

Si alguien me dice algo una vez, quiere que lo escuche, si me


dice lo mismo dos veces, quiere enfatizarlo; ahora, si lo dice tres
veces, realmente no quiere que me lo pierda. Salomón menciona
ésto no una vez, ni dos veces, sino tres veces en su libro de
Eclesiastés. Él quiere que lo hagamos bien... que en última instancia,
el placer del trabajo no se encuentra en las cosas que ofrece la
compañía para la que trabajas, sino que es “¡un regalo de la mano
de Dios!” Ver el beneficio en tu trabajo no se encuentra únicamente
en tus logros, sino también viene de la mano de Dios. Si el trabajo
es una “cosa de Dios”, lo cual es, y nuestro trabajo es una sociedad

19
con Él, entonces el disfrutar del trabajo no puede separarse de Dios,
el creador y diseñador de éste.

¿Para Quién Trabajas Realmente?


Aquí, nuevamente, tenemos otro de los principios definidos por
Dios para ampliar nuestra perspectiva del trabajo, más allá de lo
usual. Las personas que trabajan con la misma perspectiva del
trabajo que Dios tiene, hacen su trabajo comprendiendo para quién
lo hacen. Los cristianos somos instruidos a hacer nuestro trabajo de
corazón como para el Señor y no para el hombre porque al hacerlo,
le prestamos un servicio a Cristo.6 Como cristiano, saber esto es
absolutamente esencial para tener una sana actitud en el trabajo y
ser de influencia positiva allí.
Hace unos años me pidieron que asistiera y hablara en uno de
los almuerzos anuales de Navidad de mi ministerio local, al cual
asistieron 750 personas del sector de aerolíneas.7 Se llevó a cabo en
una ciudad donde se encontraba la sede principal de una aerolínea
estadounidense. Cuando llegué, me informaron que yo estaría
sentado en la mesa principal con el CEO de dicha aerolínea y con
algunos otros ejecutivos de la alta gerencia. Durante el banquete
disfruté de la oportunidad de hablar con el CEO y uno de los
vicepresidentes. Aunque no conocía el punto de vista espiritual del
director ejecutivo, se hizo evidente para mí que se interesó
realmente en asistir a esta reunión cristiana. Terminé mi discurso
con estas palabras: “No me disculpo al decirles a los cristianos que hagan
su trabajo primero y principalmente para Jesucristo y no para la aerolínea
que le da empleo, porque cuando lo hagan, serán el mejor activo de su
aerolínea”. Cuando regresé a mi silla, el CEO no dudó en responder
a mis comentarios finales con palabras que espero nunca olvidar.
Inclinándose hacia mí, me agradeció y me dijo que estaba de
acuerdo con mis comentarios; que de hecho, había visto esta actitud

20
en muchos de los empleados presentes en este banquete, y esa fue
la razón por la que asistió al evento.
Enfáticamente, la Biblia nos dice que nuestro trabajo debe
hacerse primero y ante todo, como para Dios y no para los hombres.
Y da algunas instrucciones sobre cómo debería ser esto.

Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con


temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como
a Cristo; no para ser vistos, como los que quieren agradar a
los hombres, sino como siervos de Cristo, haciendo de
corazón la voluntad de Dios. Servid de buena voluntad,
como al Señor y no a los hombres, sabiendo que cualquier
cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea
siervo o sea libre. (Efesios 6:5-8) Siervos, obedeced en
todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos,
como los que quieren agradar a los hombres, sino con
sinceridad de corazón, temiendo al Señor. Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para
los hombres, sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a
quien servís. (Colosenses 3:22-24).

He aquí algunas observaciones de estos dos pasajes. En primer


lugar, hay quienes dirían que estos principios se aplican a los
esclavos, no a los empleados, y por lo tanto no se aplican a los
tiempos modernos. Sin embargo, estos versículos no expresan un
código de conducta para esclavos, sino más bien, verdades eternas
de nuestro Maestro celestial a quien servimos. Tristemente, no
debemos olvidar que la principal ocupación del primer siglo era la
esclavitud, en la cual se encontraban muchos cristianos.

21
Mientras enseñaba a un grupo de cristianos de aerolínea en
Suiza sobre el tema del trabajo, les pregunté: “¿Por qué creen que Dios
eligió usar en las Escrituras el término siervo/esclavo en lugar de empleado
o profesional?” Mientras dialogábamos sobre esto por un rato, un
piloto de SWISSAIR llamado Marc dijo algo que me llamó la
atención. Desde su perspectiva, pensó que Dios usaba este término
porque el uso de cualquier otro término o posición que no fuera
“esclavo” habría descartado a la gran mayoría de las personas en
ese tiempo, quienes eran esclavos. También dijo que,
independientemente de nuestra posición en la compañía,
deberíamos considerarnos como siervos de Dios, lo cual hace de
nuestro trabajo un servicio a Dios.
Estos dos pasajes ponen de manifiesto otros puntos profundos.
Uno es que nuestro trabajo debe hacerse “con sinceridad de
corazón”. Esto significa que se hace con un entusiasmo que
proviene de nuestro interior y no depende de las circunstancias
externas. Nuestra motivación debe ser completamente diferente a
la de las personas que no tienen una relación con Dios. No
deberíamos esperar a que la empresa nos dé algún tipo de
bonificación o incentivo para que trabajemos mejor o para mejorar
nuestra actitud hacia el trabajo. Los cristianos tienen la gran
oportunidad de mostrar a las personas que los rodean en el trabajo,
para quién trabajan realmente y por qué.
También se nos dice en estos pasajes que no deberíamos estar
haciendo nuestro trabajo con más entusiasmo cuando el jefe o
supervisor nos está mirando. Este tipo de trabajo se realiza para
“servir al ojo” o para “complacer al jefe”. Estamos siendo
advertidos sobre esto porque esta motivación es incorrecta. Cuando
Dios es nuestro motivador para hacer nuestro trabajo, nuestro
empleador nunca tiene que preocuparse de vigilarnos.
No experimentarás la verdadera libertad en tu trabajo hasta que
comprendas que hacerlo con entusiasmo, como para el Señor, es de

22
hecho servirle a Él primero. Y sí, será un servicio para la empresa
como le dije ese día al director general de la aerolínea. Como
cristiano, tienes una motivación diferente con ramificaciones más
grandes. Cuando buscas alcanzar la excelencia en el trabajo, como
un servicio a Cristo, le demuestras a la gente que estás sirviendo a
Uno mucho más grande que la empresa...Uno, que es el Señor del
centro de trabajo. En los primeros siglos del cristianismo, esta
actitud entre los cristianos transformó el concepto de trabajo y
desafió a la cultura romana de esa época. ¡También puede
transformar tu centro de trabajo hoy!

La Verdadera Recompensa del Trabajo


Hay una recompensa final por hacer nuestro trabajo para Dios
mientras estamos aquí en la tierra. Debo decirte que después de
estudiar la Biblia por años, fue hasta hace poco que comprendí que
la recompensa mencionada en Colosenses 3:24 estaba directamente
relacionada con el empleoy el centro de trabajo.
Alestarfamiliarizados con las recompensas y las coronas que los
cristianos recibirán en la eternidad con base a su servicio fiel a Dios,
me pregunté por qué esta recompensa casi nunca o rara vez es
enseñada. Aunque me imagino que es probablemente porque no
tenemos la perspectiva que Dios tiene sobre el trabajo.
Esta recompensa particular es mucho más duradera que
nuestros salarios. Excede nuestros beneficios y supera cualquier
plan de jubilación. El pasaje de Colosenses 3: 22-24 nos dice que
recibir esta recompensa no se basa en las promociones de la
compañía o en mis logros excepcionales. Por el contrario, recibir
esta recompensa eterna se basa en si hice o no mi trabajo con
entusiasmo como para el Señor y no solo para los hombres.
La mayoría de las personas en la empresa trabajarán duro por
el incentivo del dinero y por buenas condiciones de trabajo.
Algunas personas incluso trabajarán y se esforzarán más por

23
alcanzar sus objetivos profesionales y ascender en la escala
corporativa. Sin embargo, estas motivaciones no se destacan en el
centro de trabajo como algo único o extraordinario. Pero trabajar
con la actitud de hacerlo de todo corazón como para el Señor no
solo es excepcional, sino que captará la atención de la gente.
Durante tiempos difíciles cuando tienes poco ánimo o las actitudes
no son las mejores, hacer tu trabajo como para el Señor será en
verdad notable.
Hay otra recompensa que podemos obtener de nuestro trabajo
mientras todavía estamos aquí en la tierra, que es aprender a usar
nuestros salarios y beneficios como un medio para proveer y
bendecir a otros. Se nos dice que la mayor bendición es dar, no
recibir.

Vosotros sabéis que estas manos me sirvieron para


mis propias necesidades y las de los que estaban
conmigo. En todo os mostré que así, trabajando,
debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del
Señor Jesús, que dijo: “Más bienaventurado es dar
que recibir. (Hechos 20:34-35)

Ciertamente, aprendemos esto al proveer a nuestras familias,


pero no deberíamos detenernos ahí. Cuando tengamos los recursos,
deberíamos aprender la bendición de dar para ayudar a los necesitados y
apoyar el ministerio en general.8 Si hasta ahora no lo has hecho, comienza
dando parte de lo que ganas para que puedas empezar a disfrutar esta
recompensa que viene del trabajo.

Haciendo A Dios Atractivo


En Nuestro Centro De Trabajo

24
En Tito 2: 9-10, hasta menciona que nuestra actitud en el trabajo
y nuestra integridad en este, serán factores determinantes en
cuanto a si nuestra creencia y fe en Dios serán atractivas o no para
los demás.

Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos en


todo, que sean complacientes, no contradiciendo, no
defraudando, sino mostrando toda buena fe, para que
adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador en todo
respecto (Tito 2:9-10).

Permíteme enfocarme por un momento en la palabra


“adornen”. La palabra en su idioma original (griego) lleva la idea
de algo que todos hacemos casi todos los días. Cuando nos
levantamos por la mañana y entramos al baño nos “adornamos”;
los hombres pueden afeitarse y peinarse, mientras que las mujeres
pueden arreglar su cabello y maquillarse. Todo esto lo hacemos
para vernos presentables ante aquellos con quienes interactuamos.
De la misma manera, los cristianos hacen que su fe en Dios sea
atractiva, cuando en los detalles de su trabajo muestran integridad,
respeto y confiabilidad. ¿Cómo estás adornando tu fe en Dios con
los pequeños detalles en tu trabajo? Muy a menudo, quienes nos
rodean verán el atractivo de nuestra relación con Dios, en los
pequeños detalles. Ciertamente, el CEO de la aerolínea que decidió
asistir al almuerzo de FCAP vio algo atractivo acerca de los
cristianos que trabajaban en esa aerolínea.
Ser cristiano en mi centro de trabajo significa mucho más que
solo trabajar para obtener un cheque de pago para mantener a la
familia, y luego buscar experimentar a Dios en otra parte. Ir a
trabajar, como cristiano, significa hacer mi trabajo con la
perspectiva que Dios tiene sobre éste, donde mi relación con Él se

25
hace evidente en los detalles de cómo realizo mi labor y cómo trato
a las personas. Solo entonces mi trabajo se convertirá en un servicio
a Cristo y se mostrará como “excepcionalmente cristiano”.

Preguntas de Discusión

1. Un compañero de trabajo acude a ti, sabiendo que eres cristiano.


Él pregunta cómo tu definición o comprensión del trabajo
difiere de la definición / comprensión del trabajo de la
compañía. ¿Qué le dirías?
2. La compañía te da una descripción del puesto con sus
responsabilidades. ¿Cómo debe afectar el diseño y el propósito
de Dios del trabajo, la forma en qué lo llevas a cabo?
3. ¿Cómo sabrías si estás haciendo tu trabajo como si fuera para
Dios o solo para la compañía o para ti?
4. ¿Cuáles son las cosas en el trabajo que me impiden operar con
la perspectiva de Dios sobre el trabajo?
5. ¿Cómo la fatiga física y mental del trabajo me afecta y afecta mi
percepción de la presencia de Dios? ¿Cómo opero con la
perspectiva que Dios tiene del trabajo cuando estoy cansado,
enojado, ansioso o temeroso?
6. En una escala del 1 al 10 (donde 1 significa que estás trabajando
con una perspectiva humana sobre el trabajo y 10 que estás
trabajando con la perspectiva de Dios sobre el trabajo), ¿dónde
crees que estás?

26
2
Origen del Trabajo:
Pasado y Presente
Cuando era adolescente, experimenté una gran pérdida en mi
vida. Mi mamá murió de cáncer. El dolor que mi papá, mis cuatro
hermanos y yo sentimos fue muy profundo. Para mí su muerte dejó
un vacío que solo una madre podía llenar. Después de unos años,
me encontré deseando una relación más profunda con mi abuela.
Se había distanciado de nuestra familia luego de la muerte de su
hija. Después de un tiempo, nuestra relación se volvió más una
relación de madre e hijo, a pesar de que la distancia entre nosotros
solo nos permitía vernos un par de veces al año. Disfruté de esta
relación especial durante 27 años hasta su muerte. Cuando miro
hacia atrás, me doy cuenta de que conocí más mis raíces por el
tiempo que pasé con mi abuela. Ella compartió abiertamente su
vida, incluyendo las buenas y malas decisiones que había tomado.
Mirando hacia atrás ahora me doy cuenta de los efectos que estas
decisiones tuvieron en ella, en sus dos hijos (mi madre y mi tío), así
como en nosotros, sus nietos.
Todos venimos de una crianza en la que las decisiones de
nuestros antepasados (cercanos y lejanos) nos han afectado de
diferentes maneras. De igual forma, la historia del trabajo es como
un ancestro. Así como la historia familiar nos ha afectado a todos,
el trabajo ha cambiado y ha sido moldeado por personas a lo largo
de la historia. Para entender mejor cómo se desarrolló el trabajo

27
hasta el día de hoy, veremos sus raíces y algunas de sus etapas
importantes a través de la historia. Esto puede ser bastante
revelador para ti.
En nuestro entrenamiento, a menudo pregunto: “¿De dónde se
originó la idea del trabajo?” Su fundamento se encuentra en las
primeras páginas de la Biblia. Vemos que en el principio Dios
mismo está trabajando. ¿Cómo está trabajando? Él está creando el
mundo y todo lo que hay en él, dotándolo de orden y propósito. El
trabajo no fue algo que Dios simplemente nos dijo que hiciéramos;
Él mismo lo estaba haciendo. Entonces Dios creó, a Su imagen, una
creación especial y la colocó en un jardín especial. Su nombre era
Adán u hombre. ¿Por qué hizo esto... con qué propósito? En
Génesis 2: 8,15 se nos dice que Dios puso a Adán en este jardín para
cultivarlo. La palabra hebrea “ābad” usada aquí literalmente
significa “servir”. Dios quería que Adán supiera que su trabajo en
el cultivo del jardín era un servicio para Él mismo. A partir de esto,
el pueblo judío entendió que el trabajo era ordenado por Dios y una
manera de servirlo. Otro aspecto importante sobre el trabajo es que
Dios instruyó a los humanos a descansar del trabajo como Él lo
hizo.1 Descansar de nuestro trabajo no debe verse como algo que no
está relacionado con éste, sino como algo entretejido con el
concepto que Dios tiene del trabajo.
El trabajo no fue creado por el hombre ni creado por tu
compañía. No evolucionó, de alguna manera, por la necesidad
básica del hombre de sobrevivir. El trabajo fue autorizado por Dios
y es una expresión de Su carácter y de Su creación. ¿Por qué Dios le
dio, tanto a nuestros primeros padres (Adán y Eva) como a
nosotros, el mandamiento de trabajar? Es porque, como personas,
fuimos creados a la imagen de Dios, y una de las formas en que
expresamos esta imagen es en nuestro trabajo. En su libro Total
Truth, Nancy Pearcey explica cómo la imagen de Dios se conecta al
trabajo: “La forma en que expresamos la imagen de Dios es, siendo

28
creativos y edificando culturas.”2 Dios nos ha dado recursos en
nuestro mundo para que podamos producir energía que trae
eficacia; al ir descubriendo los materiales que Dios ha puesto en el
mundo, hemos producido cosas para construir casas, transportar
personas y curarlas. También aprendimos cómo construir
instituciones educativas y médicas para ayudar a las personas a
desarrollarse y a quienes están en necesidad. Para decirlo
claramente, nuestro trabajo no es algo sin importancia para Dios.
Pearcey continúa y explica por qué, “... Nuestra vocación no es algo
que hagamos por Dios, lo que nos impondría la carga del rendimiento. En
cambio, es una forma de participar en el trabajo de Dios. Porque Dios está
comprometido no solo en el trabajo de la salvación, sino también en la obra
de preservar y mantener su creación”.3 Nuestra labor en este mundo
refleja al Dios que lo creó y nos da la oportunidad de reconocer Su
provisión en nuestro trabajo.
Tan importante como es para nosotros entender el origen del
trabajo en conexión con el Creador y Su creación, también lo es el
comprender el impacto que tuvo en el trabajo la caída de la
humanidad ante Dios. Esto es esencial para entender cómo la visión
del trabajo se ha desarrollado hasta este punto en la historia.
El relato bíblico de “La Caída” (humanos que rechazan a Dios)
nos dice lo que sucedió en el mundo y el impacto que esto tuvo en
el trabajo. El rechazo a Dios trajo como consecuencia el caos y la
adversidad, tanto internamente en los humanos como
externamente en su entorno. El relato en Génesis 3 establece la
premisa de que la gente pasó de un estado normal con Dios y Su
mundo a uno anormal. Debido a la decisión de Adán y Eva de
independizarse de Dios y rechazar Su camino, el mundo se volvió
anormal, contaminado por el egoísmo, la lujuria, el deseo
equivocado, el orgullo, el odio, el miedo y una multitud de otros
males que residen en el corazón de los humanos hasta el día de hoy.
El término “La Caída” fue adoptado para identificar un evento

29
histórico pasado que tiene consecuencias continuas en la
humanidad y en nuestro trabajo.
La gente trata de explicar esta anormalidad en relación con
nuestros problemas ambientales o educativos, sin ninguna
conexión con Dios, pensando que si pudiéramos proporcionar un
mejor medio ambiente, más conocimiento y mayores recursos,
podríamos superar estos problemas. Aplicar esta teoría al trabajo
significaría que, si las personas tuvieran mejores condiciones de
trabajo y equipos más nuevos, se volverían más agradecidos y
comenzarían a mostrar más integridad y respeto. Ciertamente,
mejores condiciones de trabajo y equipos más nuevos pueden hacer
más fácil el trabajo, pero no resuelven la raíz del problema.
La explicación bíblica describe esta anormalidad en términos
más personales. Toda la creación, incluyendo a cada individuo, está
afectada por el mal y el pecado. Este distorsiona y corrompe
nuestras vidas. Vemos su mancha en toda la creación. Vemos y
experimentamos sus efectos diariamente,4 ya que en cada uno de
nosotros existe el pecado.5 Se dice que el pecado distorsiona nuestra
visión e incluso nos engaña y no nos permite percibir lo que es sano
y correcto.
Tú puedes estar pensando... esto es algo exagerado o
descabellado y no se relaciona con el trabajo o el centro de trabajo.
Sin embargo, solo considera por un momento las medidas costosas
que los empleadores deben tomar para asegurar que los empleados
estén haciendo su trabajo de manera correcta y eficiente. Las
empresas han creado sofisticados sistemas informáticos,
programas e incluso departamentos para asegurarse que los
empleados estén trabajando el tiempo requerido y haciendo su
trabajo cabalmente sin engañar a la empresa de alguna manera.
Simplemente considera por qué las empresas hacen un inventario
de los equipos y materiales utilizados en el trabajo. Por supuesto,
necesitan registrar y almacenar cosas, pero van en aumento los

30
hechos que demuestran que los empleados están robando a sus
empresas. Luego, considera cómo las empresas han creado
departamentos de Recursos Humanos para lidiar con las relaciones
de los empleados en el centro de trabajo.
Hay un diagnóstico bastante revelador de la condición humana,
descrito en el libro de Santiago.

¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre


vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que
combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no
tenéis, por eso cometéis homicidio. Sois envidiosos y
no podéis obtener, por eso combatís y hacéis guerra.
No tenéis, porque no pedís. (Santiago 4: 1-2)

Tristemente, esto personifica el estado caído de la humanidad.


Podemos ver que esto se vive entre dos niños que pelean en un
patio de recreo, o un conflicto entre dos empleados en el trabajo,
incluso entre dos naciones en guerra. Todo esto proviene del
corazón humano como resultado de rechazar a Dios. Bajo esta
condición caída hay falta de equidad de todo tipo. Como
consecuencia, aprendemos tácticas poco saludables para controlar,
manipular y obligar a otras personas y circunstancias. Si no se
controla, el pecado eventualmente puede destruir a otros y a
nosotros también. Uno no necesita ir muy lejos para ver cómo estas
condiciones son evidentes y afectan el trabajo y el centro de trabajo.
Debemos comenzar examinándonos detenidamente a nosotros
mismos, porque el pecado nos afecta a todos.
La historia muestra que cada vez que los humanos ignoran a
Dios y Su diseño de las cosas, se contaminan con decenas de
problemas. Con respecto al trabajo, por malo que sea, el mandato a
la creación de trabajar no se ha perdido ni destruido por completo.

31
Pearcey explica: “La Caída no destruyó nuestro llamado original, solo
que lo hizo más difícil, marcado por el dolor y el trabajo arduo.”6 Después
de considerar cómo el estado caído de la humanidad nos ha
afectado a todos y a nuestro trabajo, ahora consideremos cómo la
idea del trabajo fue moldeada y remodelada por los humanos a
través de la historia.
La cultura judía, en los tiempos del Antiguo Testamento, veía
el trabajo como una parte esencial de la vida. “Los judíos tenían un
dicho que decía que aquel que no enseña a su hijo un oficio le enseña a
robar”.7 Se pensaba que el trabajo era una responsabilidad de su
cultura y se aprendía a través de la unidad familiar. Se creía que
una persona que tomara la decisión de no trabajar, cuando era
capaz de hacerlo, sería tentado a robar a fin de obtener lo necesario
para vivir. Estas personas vieron la importancia de fomentar el
trabajo, siendo ellos un buen ejemplo de esto.
Luego vino el reinado de la antigua Grecia y la cultura griega,
bajo el cual el trabajo sufrió cambios significativos. El propósito y
la importancia del trabajo comenzaron a ser reformados por
prominentes pensadores griegos como Aristóteles, Platón y
Homero. Aristóteles dijo que “en Tebas ningún hombre podía
convertirse en ciudadano hasta diez años después de haber dejado de
trabajar en un oficio”.8 Obviamente, trabajar en un oficio no era lo
suficientemente bueno como para ser un ciudadano de esa cultura.
Homero incluso argumentó que los dioses odiaban a la humanidad
y por rencor condenaban a los hombres a afanarse o a trabajar.
Básicamente, al mundo conocido de esa época se le decía que la
mayoría de los trabajos era una maldición impuesta a la humanidad
por los dioses. Colson y Eckert explican en su libro cómo Platón y
Aristóteles intentaron modificar esta idea de alguna manera al
ofrecer un concepto de dos tipos de trabajo. “La mayoría de los
hombres debía hacer un trabajo pesado para que la minoría, como ellos,
pudieran dedicarse a actividades más elevadas, como el arte, la filosofía

32
y la política”.9 Lo que es concluyente sobre la cultura griega es que
“los artesanos y obreros eran considerados solo un poco mejor que
los esclavos, mientras que la esclavitud misma era una institución
basada en el aborrecimiento al trabajo”.10
No se detuvo allí; la visión del trabajo de la cultura griega pasó
a influir al Imperio Romano. En su libro sobre cómo el cristianismo
transformó la civilización, Alvin Schmidt explica cómo la cultura
romana percibía el trabajo. “Entre los romanos, Cicerón (primer siglo
A.C.) dijo que trabajar diariamente para ganarse la vida era inapropiado
para un caballero (hombre libre) y despreciable, el medio de subsistencia
de todo obrero contratado, a quien se le paga por mera labor manual...”11
Lamentablemente, esta visión, que menospreciaba el trabajo y los
trabajadores, también moldeó la cultura de esos días. Tanto es así,
que al final del reinado de César Augusto, el Imperio Romano
estaba formado por aproximadamente un tercio de hombres libres
y dos tercios de esclavos.
Luego surgió una gran luz en la historia, que desafió la
influencia dominante de la cultura en el trabajo y que
eventualmente la reconfiguraría. En un lugar pequeño y remoto,
apareció en la escena de la historia una persona que era carpintero
en Nazaret. Su nombre era Jesús. Él afirmó ser el Hijo de Dios y, sin
embargo, trabajó con sus manos como carpintero. Algunos de los
primeros en seguirlo fueron meros pescadores del Mar de Galilea.
Este perfil no encajaba en la idea dominante de la época. En la
mentalidad griega y romana, si Jesús fuera tan importante, no
estaría haciendo un trabajo de baja categoría o trabajando con sus
manos. De acuerdo con su percepción, Jesús debería haber estado
hablando de ser servido, en lugar de servir a otros.12 Para colmo, la
mayoría de sus seguidores eran obreros, comerciantes y pescadores
comunes.
Algo más, muy interesante, tuvo lugar el día en que Jesús
comenzó su ministerio público. Es una de las pocas veces que

33
leemos en la Biblia acerca de Dios hablando en una voz audible
para que otros lo escuchen. Sucedió cuando Jesús fue bautizado en
el Río Jordán. En el bautismo, se nos dice que Su Padre Celestial
expresó placer en Su hijo, con una voz del cielo, que decía: “Tú eres
mi Hijo amado, en ti me he complacido”(Marcos 1:11). Hasta este
momento, Jesús solo había trabajado como carpintero común y aún
no había comenzado su ministerio público en la tierra. En el texto
original, el tiempo del verbo da la idea de que Su Padre estaba muy
contento con todo lo que Jesús había hecho hasta ese momento,13 lo
cual era trabajar con sus manos como carpintero. Ciertamente, Dios
el Padre siempre estuvo complacido con Su hijo debido a Su eterna
relación de igualdad. Sin embargo, aquí Él expresa su deleite en que
Su Hijo trabajara como un “empleado” y se esforzó por vincular
esto como parte de Su misión mientras estaba en la tierra. Cuando
lo escuché por primera vez, me di cuenta de la importancia del
ejemplo de mi Señor en relación con el trabajo.14
Sin lugar a dudas, Cristo y sus seguidores tenían una
perspectiva radical del trabajo en comparación con la cultura de su
tiempo. Las creencias y prácticas del cristianismo a menudo
chocaban con los valores paganos de la cultura grecorromana. La
visión cristiana de labor o el trabajo como algo honorable y
agradable fue otro de los choques de valores.15 La dignidad
otorgada a los detalles del trabajo no solo chocaban con la cultura,
sino también socavaban la esclavitud, algo que ellos había creado
por su visión distorsionada del trabajo.16 Esta creencia y forma de
vida fue liberadora para la mayoría de los cristianos en el primer
siglo D.C., muchos de los cuales eran esclavos. Es importante
entender que la iglesia del primer siglo tuvo su nacimiento en una
cultura anti trabajo, donde las personas libres buscaban el placer
personal por encima de todo. Sin embargo, uno de los mayores
impactos de la iglesia en la cultura fue cómo los cristianos
percibieron y realizaron sus trabajos.

34
El modelo de Jesús, Sus apóstoles y Sus seguidores fue el patrón
a seguir para la iglesia del primer siglo. Los cristianos veían el
trabajo como una parte integral de su vida espiritual, tanto que
alentaban el trabajo duro y aborrecían la pereza. El apóstol Pablo
incluso dio una orden a algunos cristianos en Tesalónica sobre el
trabajo. “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma”17. Hay más
que podemos revelar, pero pasemos a la era en que la iglesia
comenzó a tener un efecto negativo en la idea bíblica del trabajo.
En el tercer siglo después de la resurrección de Cristo, el
cristianismo fue declarado religión oficial de Roma por el
emperador Constantino. Posteriormente, la iglesia ganó más poder
político e influencia dentro de la cultura y se convirtió en una
poderosa institución. A medida que esto sucedía, se desarrollaban
nuevas ideas sobre el trabajo en el mundo y el trabajo en la iglesia.
Pareciera que la iglesia comenzaba a categorizar el trabajo al mismo
tiempo que le asignaba su valor, algo así como el modelo de trabajo
griego con su escala de mayor o menor valor. Entonces la iglesia
creó su propio sistema de valores sobre los tipos de trabajo, dándole
un giro diferente. Le daban un mayor valor al trabajo en la iglesia y
menos valor a todo otro trabajo fuera de la iglesia. Esta percepción
del trabajo trajo más confusión y contradicción a lo que les habían
transmitido los cristianos del primer siglo. A medida que
reformaron su visión del trabajo, surgió la impresión de que las
personas en el trabajo religioso estaban haciendo el “trabajo
espiritual” que era más aceptable a Dios. Mientras que, por otro
lado, el trabajo hecho fuera de la iglesia era menos importante para
Dios y no se consideraba espiritual. Estos efectos continúan hasta el
día hoy.
Esta visión siguió creciendo, aparentemente sin control,
durante más de un milenio. Su distorsión creció en igual medida en
que fue abrazada por el liderazgo de la iglesia. Afortunadamente,
hombres como Martin Lutero y William Tyndale finalmente dieron

35
un paso al frente para desafiar la opinión de la iglesia con respecto
al trabajo. Lutero observó que no se debía hacer distinción entre el
trabajo de un sacerdote / pastor y el de un agricultor. Comentó: “El
trabajo de los monjes y sacerdotes, a los ojos de Dios de ninguna manera
es superior a las tareas del granjero que trabaja en el campo o una mujer
que cuida de su hogar”.18 Entonces fue el reformador inglés, William
Tyndale, quien dijo: “Si miramos externamente, hay una diferencia
entre lavar platos y predicar la palabra de Dios; pero en cuanto a lo que
agrada a Dios, en relación con Su llamado, no hay diferencia en
absoluto”.19Estos hombres, y otros como ellos, vieron claramente el
dualismo no bíblico y esclavizante que devaluaba el trabajo en su
época. Para ellos ser un obrero a tiempo completo para Dios tenía
poco que ver con el hecho de que trabajaras o no en la iglesia. Dios
no le ha dado mayor importancia al trabajo “espiritual” y menos
importancia al trabajo “secular”. Consideraron que ambos eran
importantes para Dios y entendieron que “hagas lo que hagas, hazlo
todo para la gloria de Dios,”20 como un servicio a tiempo completo
para Él, no a medio tiempo. Hablaron con claridad a su generación,
y creo que sus palabras también deben ser escuchadas en nuestra
generación. Personalmente, creo que esta visión dividida del
trabajo todavía existe hoy en día y muchos cristianos viven y
trabajan bajo esa esclavitud. Puedes pensar que estoy exagerando.
Si es así, tal vez deberías preguntarle a algunos cristianos que hacen
trabajos “seculares”, lo siguiente: “¿Crees que tu trabajo es tan
importante para Dios y Sus propósitos como el trabajo que tu pastor está
haciendo en tu iglesia o un misionero en un país extranjero?”¿Qué crees
que diría la mayoría?
De aquí pasaremos brevemente a finales del siglo dieciocho y
principios del diecinueve. Durante este tiempo el trabajo se empezó
a conocer como la Revolución Industrial que dio lugar a la
esclavitud, el trabajo infantil, las casas de trabajo y la prisión de
deudores. Se le dio gran importancia a la producción en masa, pero

36
a costa de abusar de los trabajadores. Afortunadamente, hubo
hombres como Wilberforce y Lord Shaftsbury que “lanzaron una ola
de reformas en el centro de trabajo” 21 para abolir esta visión del trabajo
esclavo y ayudar a que las personas volvieran a tener un
entendimiento saludable de este.
En el mundo de hoy, la idea del trabajo se enfrenta a una nueva
serie de desafíos. Con el avance en la tecnología informática, las
empresas se han convertido más en un entorno impulsado por el
mercado. El trabajo de las personas no es tan importante como lo es
el pronóstico del mercado de valores en Wall Street. El interés de
las compañías es más favorable para los inversionistas que para el
empleado. Las personas que han trabajado para una empresa la
mayor parte de sus vidas ya no se consideran un activo sino un
pasivo. Hoy en día, con la desaceleración de la economía global, la
administración, para sobrevivir, tiene que tomar decisiones difíciles
que afectan a todos. Esto crea un gran estrés, desconfianza y
desilusión dentro de la relación de la gerencia y el empleado. La
inestabilidad del trabajo hace que las personas se sientan perdidas
en este. Su entorno laboral se ha convertido más en una
competencia de supervivencia que en un trabajo. Las personas
culpan rápidamente a la avaricia corporativa. Aunque gran parte
de esto ha sido impulsado por personas en altos cargos que usan el
trabajo para obtener beneficios y control personales, la lucha contra
la codicia es un problema tanto del empleador como del empleado.
Después de considerar algunos de los cambios que el trabajo ha
sufrido a lo largo de los siglos, debemos volver a su diseño original.
El trabajo fue diseñado por Dios para que los humanos ejerzan su
dominio sobre la creación, y en este diseño se creó una relación que
respaldaba el propósito del trabajo. Dios no solo le dio trabajo a
Adán para hacer; sino, más bien, la relación que tenían estaba
ligada al propósito del trabajo. Cuando las personas se sienten
conectadas con su trabajo, a menudo es porque su jefe se relaciona

37
con ellas a través de la comunicación, lo que refleja el aprecio y
respeto mutuo. Cuando esta relación entre el trabajador y el
empleador disminuye o se disuelve, el trabajo se distorsiona y
cambia. Para resumir, el estado caído de la humanidad ha afectado
el trabajo, y la historia nos muestra cómo esto ha impactado el
trabajo y a los trabajadores.
Cuando los cristianos sostienen una relación con Dios en su
centro de trabajo, le darán otra dimensión a este. El cristiano no
puede subestimar el impacto que tendrá en su entorno de trabajo y
sus compañeros. Si las condiciones de la empresa se deterioran a
pesar de las contribuciones de los empleados cristianos, la relación
del cristiano con Dios no se verá afectada. De hecho, en esos
momentos cuando nos volvemos más conscientes de la presencia
de Dios, y cuando respondemos a estas condiciones con Su
sabiduría y guía, seremos una luz y una influencia positiva en el
centro de trabajo.

Preguntas De Discusión

1. Nombra algunas actitudes sobre el trabajo que fueron formadas


en tu hogar cuando eras pequeño.
2. ¿Por qué sería importante para nosotros entender cómo el
trabajo es una expresión de nuestro ser creado a la imagen de
Dios?
3. Nombra algunas formas en que ves cómo “la caída” de la
humanidad afecta el trabajo hoy en día.
4. ¿Qué conflicto causó el trabajo de Jesús como carpintero y Su
asociación con otros trabajadores con la cultura griega / romana
de su época? ¿Crees que la iglesia de hoy comprende esta parte
de Su infancia?
5. Se dijo de los cristianos en los primeros siglos después de
Cristo, que su visión del trabajo chocaba con la cultura de la

38
época, ¿cómo dirías que la visión del trabajo de los cristianos
choca con la cultura laboral de hoy en día? Nombra algunas
formas incorrectas en las que podríamos chocar con la cultura
de trabajo de hoy. Nombra algunas formas correctas en que
naturalmente chocamos con ella.
6. ¿Cómo te ha afectado personalmente la división entre el trabajo
secular y el trabajo espiritual? ¿Cómo crees que afecta a los
cristianos?

39
3
Expectativas
Trabajo de Influencia
El vuelo estaba a la altitud de crucero, cuando la azafata tocó la
puerta de la cabina para preguntar a los pilotos si querían algo de
beber. El capitán aprovechó la oportunidad para preguntarle cómo
iban las cosas en la parte posterior. Nerviosa y frustrada, ella le dijo
el día tan horrible que estaba teniendo. Estaba experimentando
algunos problemas con otros tripulantes y con unos cuantos
pasajeros difíciles. Además, no tenía esperanzas de que la aerolínea
reorganizara su itinerario mensual de vuelo. Luego expresó que no
había anticipado estos problemas. El capitán, al ver su desconcierto,
le preguntó gentilmente: “¿Vienes a trabajar y esperas no tener ningún
problema?”. Continuó diciendo: “Si es así, te estás preparando para la
decepción y el fracaso cada vez que vengas a trabajar”.
Hay muchas personas, incluyendo a los cristianos, que van a
trabajar todos los días con ciertas expectativas sobre su centro de
trabajo. Expectativas es lo que pensamos en el presente acerca de lo
que anticipamos en el futuro. A veces surgen de promesas que nos
hicieron. También las creamos cuando queremos ganar o alcanzar
algo, o cuando nos preocupamos con miedos o ansiedades sobre el
futuro. Algunas personas pudieran decirnos que no deberíamos
tener expectativas en absoluto. Creo que eso no es realista y
ciertamente no es bíblico. Dios nos hizo para anticipar cosas.
Hacemos oraciones, esperando que las cosas sucedan o que las

40
cosas cambien. ¡Las expectativas no son malas! Sin embargo,
pueden causar estrés y falsas esperanzas si se basan en
pensamientos equivocados. La azafata que se sintió abrumada por
sus circunstancias, es un ejemplo de cómo las expectativas erróneas
o el no tener las apropiadas, hicieron que no estuviese preparada.
Si hubiera llegado a trabajar basando sus expectativas en una visión
más realista de su trabajo, hubiera estado mejor preparada para
enfrentar problemas muy comunes de su profesión. No es que
deberíamos ir a trabajar esperando encontrar problemas o estar
obsesionados con ellos, pero tampoco deberíamos ir esperando no
tener ninguno.
Hasta ahora hemos definido el propósito de Dios para el
trabajo, y también hemos hablado acerca de cómo éste ha sido
cambiado y remodelado con el tiempo. Ahora, consideraremos
cómo algunas ideas y expectativas comunes sobre el trabajo pueden
impedir que tengamos la perspectiva que Dios tiene sobre este.

Trabajo: Una obsesión con el Éxito


Regularmente escuchamos historias sobre personas que han
logrado lo que parece ser su objetivo final en la vida. Han alcanzado
independencia financiera o un estatus prominente. Sin duda, el
éxito se mide con mayor frecuencia por la riqueza monetaria.
Realmente las finanzas son necesarias para que las empresas
crezcan y tengan éxito, así como para proporcionar los salarios y
beneficios a la gente. El punto de vista cristiano sobre las posesiones
y el dinero no es que sean malos, sino que los coloca en la
perspectiva correcta. La Biblia da una advertencia directa,
diciéndonos que el amor al dinero y el deseo compulsivo de
alcanzar el éxito pueden convertirse en la fuente de toda clase de
problemas.1 Nuestro trabajo también se verá afectado de manera
negativa cuando es impulsado por tales ambiciones.

41
Estamos siendo bombardeados diariamente con ideas e
informaciones que despiertan nuestras expectativas de ganar más
y nos llevan a creer que el éxito en la vida se mide por la cantidad
que devengamos de salario y por las cosas que poseemos. Esto es
más tentador para las personas que aman la competencia y florecen
con la emoción del riesgo y sus resultados en el trabajo. Esa vida
puede tener un alto costo y afectar otras áreas. A menudo las
relaciones familiares se descuidan y las amistades se utilizan para
obtener beneficios personales.
Hace algunos años, cuando me ejercitaba regularmente en un
gimnasio, me hice amigo de un empresario con problemas. Como
cristiano, él deseaba mucho que Dios le permitiera ganar un millón
de dólares, para poder tener un mayor impacto y ser un mejor
testigo del Señor. Pude ver cómo este deseo estaba teniendo un
efecto negativo en su trabajo y en su vida familiar. Durante un
tiempo hablamos sobre esto, y un día le pregunté si creía que Dios
realmente necesitaba más millonarios para cumplir Sus propósitos
en este mundo. Lo alenté a considerar el gran impacto que podemos
tener, independientemente de nuestra condición económica,
simplemente ofreciéndole nuestras vidas, sirviéndole y sirviendo a
los demás.
Tristemente, incluso entre la comunidad cristiana, gran parte de
lo que se ha escrito sobre el tema del trabajo le da mayor atención
al éxito en el mismo a través del logro y el estado financiero. Los
emprendedores cristianos pueden contar sus historias sobre cómo
ganar millones y obtener un mejor estatus, pero ¿cómo anima eso
al cristiano “normal” y trabajador en su centro de trabajo? Alimenta
su imaginación y despierta expectativas de que la vida sería mejor
si Dios les diera éxito en un trabajo o un puesto mejor remunerado.
Además, las empresas que buscan contratar nuevos empleados
utilizan tácticas atractivas para atraer a las personas a una posición,
prometiendo éxito financiero y promocional, mientras se presta

42
poca atención al valor del trabajo y su disfrute. Salomón fue un
hombre que logró todas sus metas y alcanzó más que nadie en su
época. Escribió tres libros del Antiguo Testamento de la Biblia. Su
último libro, escrito probablemente en sus últimos años, hace
declaraciones sobre la vida y el trabajo que a menudo asombran la
mente de su lector. En su libro de Eclesiastés, hay un recordatorio
aleccionador de cómo la búsqueda del éxito y de grandes ganancias
puede devastar una vida y distorsionar el trabajo.
En Eclesiastés, Salomón advierte que hay algunas personas a
quienes Dios les otorga grandes riquezas, tanto que no les falta
nada, pero también dice que lo que les falta es la capacidad de
disfrutar lo que han ganado.

Hay un mal que he visto bajo el sol, y muy común


entre los hombres: un hombre a quien Dios ha dado
riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma
de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado
para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta.
Esto es vanidad y penosa aflicción. (Eclesiastés 6: 1-
2)

En Eclesiastés 5: 10-11, Salomón también nos dice que aquellos


que codician el dinero nunca estarán satisfechos con él. ¿Por qué?
Porque el dinero trae consigo una mayor capacidad de consumir,
lo que a su vez crea un deseo de tener más. Salomón luego dibuja
algunos contrastes interesantes. Primero, él dice cómo es dulce el
sueño del trabajador, coma mucho o coma poco; pero la hartura del
rico no le permite dormir2. Luego continúa diciendo que es mucho
mejor contentarse con un puñado (tener menos o poco) y disfrutar
de tranquilidad, que tener las dos manos llenas (tener abundancia)
y volverse ansioso e inquieto3.

43
Las mismas revistas y periódicos que cuentan historias de éxito
de ricos y apasionados hombres y mujeres de negocios están
igualmente llenos de historias sobre estas mismas personas cuyos
matrimonios han fracasado, cuyas familias han sido arruinadas o
cuyas carreras han terminado en corrupción y desesperación. Nos
haría bien detenernos y preguntarnos: “¿Es el anhelo de éxito y lucro
lo que me motiva a trabajar?” ¡Ese anhelo podría arruinar una vida!
El éxito no puede darte el poder para que disfrutes lo que te
promete. Puedes obtener cosas y alcanzar estatus en el trabajo; pero
sin la gracia de Dios no puedes disfrutar de nada. Salomón nos dice
nuevamente que el mejor resultado del trabajo de un hombre o una
mujer, no es dinero, beneficios o posición; simplemente es la
habilidad de disfrutar los resultados, ya sea pocos o muchos4.
Aunque Dios no ha permitido que todos sean ricos en cosas
materiales, Él ha dado a cada uno de Sus hijos una herencia
espiritual que proporciona una vida de calidad, no derivada de las
cosas en sí mismas. Esta calidad es ofrecida a quienes son ricos
tanto como a los que no lo son. Consiste en que Dios llena sus vidas
con alegría de corazón con lo que tengan, sea mucho o poco5.
¿Tienes esa calidad de vida, o son las cosas por las que luchas en el
trabajo las que te están sofocando? Jesús les dijo a sus discípulos
que poseer y disfrutar la vida no se logra al estar ocupado en la
búsqueda de tales cosas. ¿Por qué? Porque la verdadera calidad de
vida viene de buscar a Dios primero y someterse a Su gobierno en
nuestra vida y en nuestro trabajo; es entonces que se pueden
disfrutar todas las demás cosas6. Pasemos a otra forma incorrecta de
pensar que podría evitar que tengamos la perspectiva de Dios sobre
el trabajo.

La Clave de mi Felicidad y Seguridad


Un buen amigo mío me dijo que cuando la compañía aérea lo
contrató hace más de 20 años, a ésta le estaba yendo tan bien que,

44
extraoficialmente, le dijeron a los nuevos empleados que
compraran casa y automóvil porque no tendrían que preocuparse
por trabajo durante el resto sus vidas.
En mis años en FCAP, he visto una tendencia peculiar entre los
cristianos con respecto al éxito o el fracaso de la compañía para la
cual trabajan. Cuando las cosas van bien, los beneficios son altos,
las bonificaciones están por llegar, y la compañía se está
expandiendo, algunos cristianos tienden a comenzar a
espiritualizar la empresa. Ellos pueden hacer esto de diferentes
maneras; primero, al explicar que la prosperidad de la compañía se
debe a que fue fundada sobre principios espirituales, lo cual trajo
la bendición de la mano de Dios sobre ella. Luego, escuché a otras
personas explicar que el éxito de la compañía se debió a su buen
liderazgo cristiano. ¿Es esto así? En algunos casos, sé, de hecho, que
lo es. Además, estoy convencido de que cuando la administración
y los empleados de cualquier empresa siguen los principios de Dios
en su trabajo, traerán resultados que honran a Dios7.
Sin embargo, mi preocupación no es tanto cómo los cristianos
interpretan el éxito de la compañía. Es lo que sucede una vez que
se han convencido de que ésta es ahora su seguridad porque Dios
la está bendiciendo. Pueden sutilmente tener la tentación de confiar
en su trabajo para su futuro bienestar. ¡Tales puntos de vista
equivocados sobre la compañía no durarán en un mundo en
constante cambio!
De repente, la empresa a la que le han dado su lealtad se
enfrenta a enormes desafíos financieros, por razones de las que
pueden o no estar conscientes. Con avisos de recortes y despidos,
la actitud de las personas sobre la compañía en la cual confiaban,
puede cambiar drásticamente. Surge la sensación de que su
confianza ha sido traicionada, y sus sentimientos hacia la compañía
ahora cambian al descontento, incluso hasta el punto de culpar y
difamar a su empleador. El problema se intensifica especialmente,

45
cuando las empresas incumplen sus promesas sin dar explicaciones
o razones. La relación entre el empleador y el empleado se rompe
porque éste puso la confianza en el lugar equivocado. No debemos
olvidar que el Señor Soberano, que es inmutable en Su carácter, es
nuestro gran proveedor y guía. Él dijo: “Nunca te dejaré ni te
abandonaré”8. Incluso cuando enfrentamos recortes de sueldos o
despidos, Él ha prometido proveer para nuestras necesidades.
Fue el profeta Jeremías quien dividió a la humanidad en dos
grupos de personas en el capítulo 17 de su libro... “aquellos que
confían en el Señor y aquellos que se alejan del Señor y ponen su confianza
en la fortaleza humana”. Israel tenía una historia de dependencia en
Egipto y en otras naciones para su provisión y protección en
tiempos de crisis, en lugar de confiar en el Señor. Jeremías predijo
cómo las personas cuya confianza estuviera en el Señor serían
bendecidas. “Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus
raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas
estarán verdes; en año de sequía no se angustiará ni cesará de dar fruto”9.
Pero también advierte de la consecuencia para aquellos que dejan
de confiar en Dios, “Será como arbusto en el yermo y no verá el bien
cuando venga; habitará en pedregales en el desierto, tierra salada y sin
habitantes”10.
¿estoy sugiriendo que debes vivir con la expectativa de que la
empresa fracasará? ¡No, en lo absoluto! Mi intención aquí no es
pintar una imagen sombría y fatal de la empresa, sino más bien
realista. Si la compañía es fuerte y le está yendo bien, ¡da gracias a
Dios por ello y muestra tu gratitud por ello! Pero, si tu empresa
enfrenta turbulencias y tiempos difíciles, tu responsabilidad es orar
por ella y continuar haciendo tu trabajo de corazón como para el
Señor.
Algunosdeustedespuedenestarsintiendoeldolorylatristeza de
haber pasado por un colapso en un trabajo anterior. Permítanme
alentarlos a no dejar que el recuerdo de esas expectativas frustradas

46
se convierta en amargura y resentimiento, sino que continúen
buscando a Dios para Su provisión y guía.
Veamos una más...

Motivado por Condiciones Favorables


Hay mucho que decir sobre el ambiente de trabajo de una
empresa. Ciertamente, no es solo importante... es lo correcto, que
las empresas proporcionen un buen ambiente laboral y que den a
sus empleados una motivación saludable para hacer su trabajo. Los
incentivos, como el pago por tiempo extra, o las bonificaciones por
un trabajo excepcional, no solo son buenas maneras de
recompensar el trabajo duro, sino que demuestran también que la
empresa reconoce y aprecia la contribución del empleado para
convertirla en lo que es.
Sin embargo, la realidad en el entorno de trabajo de hoy es que
el tiempo de trabajo del empleado se ha comprimido reduciendo la
fuerza laboral y aumentando las responsabilidades. Recientemente,
una señora me dijo que el departamento de capacitación de su
empresa solía emplear a cuatro personas. Sin embargo, frente a las
realidades económicas, tuvo que reducir su tamaño, y ahora es la
única empleada que queda en su departamento. De más está decir
que ella se siente abrumada por todo el trabajo. La gerencia de la
compañía y los líderes deben prestar mayor atención a estos
desafíos. Solo cortar posiciones y agregar más responsabilidad no
siempre es la respuesta. Esto puede generar miedo y ansiedad, lo
que puede desalentar a los empleados y afectar el resultado general
de la empresa.
Es gratificante trabajar para una empresa que fomenta un
ambiente de trabajo saludable. Un lugar donde el liderazgo da el
ejemplo, incluso si eso significa que son los primeros en recibir
recortes salariales. El liderazgo de la compañía que establece su
propio ejemplo de equidad y sacrificio tiene un mayor impacto en

47
los empleados que las conversaciones motivacionales típicas que a
menudo se dan para encubrir los problemas reales11. Pero, ¿y si
trabajas para una empresa con un entorno de trabajo disfuncional?
¿Cómo puede uno ser motivado en tales condiciones? ¿Solo
aprietas los dientes, tratas de hacer el trabajo para sobrevivir, y eso
es todo?12.
En los primeros siglos después de la resurrección de Cristo, los
primeros cristianos (muchos de los cuales eran esclavos) fueron
energizados en su trabajo con una motivación mayor de la que les
proporcionaban su amo o su cultura represiva. La fe cristiana en los
primeros siglos prosperó en el centro de trabajo porque los
cristianos le aportaron algo más importante13.
¿Qué los llevó a sobresalir bajo las presiones de su entorno de
trabajo? Fue el poder del amor de Dios que influenció sus vidas de
una manera más grande que la que cualquier otra cosa en la cultura.
El apóstol Pablo habla sobre el amor de Cristo como una fuerza
constrictiva pero convincente en aquellos que confían en Dios14. En
el Comentario, “New Bible Commentary”, se arroja luz sobre esto:
“El amor de Cristo despertó el amor y asombro por Dios lo que produjo la
locura (de Pablo), un “loco” entusiasmo”. La palabra en el original para
constreñir implica que comprime a la fuerza todas las energías en un solo
esfuerzo o camino”15. Experimentar el amor de Dios viene cuando lo
recibes en las circunstancias de la vida, como en el trabajo. Cuando
apliquemos esta verdad en nuestro centro de trabajo, como lo
hicieron los esclavos cristianos del primer siglo, ésta se convertirá
en una fuerza más convincente que cualquier otra cosa a nuestro
alrededor.
Los primeros cristianos, que eran esclavos, entendieron esto. Se
veían a sí mismos como algo más que propiedad personal de un
amo terrenal. Se identificaron como esclavos de Cristo que fueron
comprados y amados por Él. Hicieron su trabajo por y para la gloria
de Dios. No necesitaron ser coaccionados ni amenazados para

48
hacerlo. Simplemente lo hicieron con un corazón agradecido,
conociendo a su Amo, Jesucristo, que los amaba y los
recompensaría por tal servicio16. Por duro que fuera su ambiente de
trabajo, se les dijo que no buscaran represalias ni pagaran mal por
mal. Ellos sabían que su amo en la tierra debía dar cuenta a Dios
algún día sobre cómo trataban a sus sirvientes y trabajadores.

Y vosotros, amos, haced lo mismo con ellos, y dejad


las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de
vosotros está en los cielos, y que para El no hay
cepción de personas. (Efesios 6: 9)

Amos, tratad con justicia y equidad a vuestros


siervos, sabiendo que vosotros también tenéis un
Señor en el cielo. (Colosenses 4: 1)

Que un cristiano vaya a trabajar con una motivación menor a


esto, es una farsa. Cuando espero que la compañía o sindicato me
brinde un entorno que me motive para hacer mi trabajo
diligentemente, entonces mi fe cristiana no hace ninguna diferencia
en el centro de trabajo. Jesús ilustró cómo debemos ser personas de
influencia única. Le dijo a sus seguidores que cuando un soldado
les pidiera que llevaran su casco una milla (lo cual podían hacer
bajo la ley romana), debían estar dispuestos a ir la milla extra y
llevarlo dos, en vez de una17. Jesús sabía que para un soldado
romano, ver a un cristiano hacer esto significaba que estaban siendo
motivados por algo más grande que la ley romana. Este tipo de
motivación era inaudita en esta cultura, que era degradante y
egoísta. Su ley era parcial y beneficiaba solo a los suyos. No hay
mayor motivación que hacer tu trabajo para Dios... algo menos que
esto disminuirá tu singularidad allí.

49
Hace unos años, mi esposa y yo estábamos en Europa para
reuniones con algunos grupos de FCAP. Viajábamos en un tren
suizo desde Zurich a Berna. Cuando el carrito de refrescos llegó al
pasillo, no pude evitar fijarme en el joven que lo estaba manejando.
Tenía una expresión agradable y alegre en su rostro y trataba a los
pasajeros con gran amabilidad y consideración. Mi esposa, siendo
suiza, notó que después de que el joven terminaba de servir a un
pasajero, decía: “¡Que Dios le bendiga!” en suizo. Aunque esto es algo
muy común de decir en Estados Unidos, no es común en Suiza. En
realidad, puede ser inusual e inesperado, especialmente cuando
alguien le dice esto a un extraño en público. Mientras servía
nuestros cafés, tuvimos la oportunidad de hablar con él. Nos dijo
que su nombre era Hans, y pronto descubrimos que era cristiano.
Pero lo más alentador y refrescante fue su comentario sobre su
trabajo. Le mencioné cómo disfrutamos viéndolo hacer su trabajo
alegre y gentilmente. Él respondió diciendo: “Veo mi trabajo como
un servicio a Dios y un ministerio para estas personas. Como estoy
planeando ir a otro país como misionero, me di cuenta de que si no
puedo mostrar el amor y la misericordia de Dios a mi propia gente
en mi centro de trabajo diario, entonces no estoy apto para ser un
misionero en otro lugar. Es por eso que conseguí este trabajo”.
Obviamente, la motivación de Hans para hacer su trabajo era
mucho mayor que tener un trabajo cómodo en el entorno estable de
una empresa suiza. ¡Hans trajo una dimensión espiritual a un
ambiente de trabajo normal e influyó en él para la gloria de Dios!
¿Por qué no te tomas un tiempo para considerar algunas de las
creencias y expectativas que tienes sobre lo que haces y la empresa
donde laboras? Pídele a Dios que examine tu corazón y que revele
cualquier seguridad que esté puesta en el lugar equivocado o
expectativas poco realistas que puedas tener. Luego pídele que
transforme tu visión del trabajo en la perspectiva que Él tiene de
éste.

50
Preguntas de Discusión

1. Cuándo estabas buscando un trabajo, ¿Cuáles eran tus


expectativas?
2. Cuándo obtuviste el trabajo, ¿en qué fue diferente a las
expectativas que tenías?
3. ¿Cuáles son algunas de las expectativas personales que tienes a
diario del trabajo?
4. En este capítulo discutimos tres expectativas erróneas que
influenciarán el trabajo. Menciona algunas expectativas
equivocadas adicionales sobre el trabajo que podrían impedir
que un cristiano sea de influencia espiritual.
5. Describe lo que sucede cuando vamos a trabajar poniendo
nuestra confianza en la compañía en lugar de confiar en Dios.
6. ¿Qué verdades de la Palabra de Dios necesito poner en práctica
para evitar caer en la trampa de tener expectativas erróneas?

51
SECCIÓN 2

DEFINIENDO
el Ministerio en el
Centro De Trabajo
4

MINISTERIO EN EL
CENTRO DE TRABAJO...
¿QUÉ ES?

¿Puedo pedirte que medites sobre lo siguiente? La palabra


“ministerio” puede generar una multitud de percepciones,
clasificaciones y expectativas. ¿Qué te viene a la mente cuando
escuchas la palabra “ministerio”? Podrías decir que se trata de
personas conectadas a una iglesia que se reúnen en un edificio, o
que es el trabajo de una persona vestida con ropas distintivas que
tiene un título delante de su nombre. Algunos de ustedes pueden
responder a ministerio en términos de programas y eventos que
una iglesia puede brindar, como los servicios de adoración y
predicación de los domingos por la mañana, o programas para
niños, jóvenes, universitarios y profesionales. Ahora, permíteme
ampliar la pregunta: “¿Qué piensan cuando escuchan la palabra
ministerio en relación al trabajo o en el centro de trabajo?” ¿Cuáles
crees que serían las respuestas de tus compañeros de trabajo si te
escucharan hablar sobre ministerio en el trabajo? Tal vez algunos
supongan que estas promoviendo el uso del tiempo de la compañía
para hacer proselitismo y predicar en el trabajo. Innegablemente, la
palabra “ministerio” en relación con el centro de trabajo podría

53
plantear muchas preguntas a las personas, tanto dentro como fuera
de la fe cristiana. En este capítulo definiremos lo que es ministerio
y consideraremos la relación que tiene con nuestro trabajo y con
nuestro centro de trabajo.
Poco después de convertirme en director de FCAP, comencé a
reunirme con un par de jóvenes que trabajaban en la industria de la
aviación para hacer un discipulado profundo. Fue de gran gozo
hacer esto a lo largo de los años, y estos muchachos se han
convertido en mis mejores amigos. En una de nuestras reuniones,
antes de comenzar, Scott me preguntó si podía hablar conmigo
después, mencionando que tenía algunas noticias emocionantes.
Especulé si podría tratarse de una promoción, o tal vez lo estaban
transfiriendo o le habían dado una bonificación. Estaba ansioso por
escuchar sus noticias, así que fuimos a mi oficina para hablar en
privado. Me miró fijamente y me dijo: “¡Paul, creo que Dios quiere que
renuncie a mi trabajo y entre al ministerio!” Debo haber parecido un
poco aturdido porque su expresión pasó de estar serena a perpleja.
Mi primer pensamiento fue... ¿De dónde vino esta idea? Pero
rápidamente decidí que debería averiguar más, así que le pregunté
qué lo había impulsado a considerar este camino. Su respuesta no
fue una total sorpresa para mí. Me dijo que sentía que Dios podía
usarlo de una manera más grande en el campo ministerial que en
su trabajo actual. De la manera en que surgieron las cosas, Scott se
quedó en su trabajo de la aerolínea, y en unos pocos años vi cómo
cambió su perspectiva. Mientras hablábamos y orábamos sobre el
ministerio, comenzó a ver las cosas de manera diferente acerca de
su trabajo y las oportunidades de ministrar allí. Poco tiempo
después de esto, nos dijo: “Ahora me doy cuenta de que estoy en el
ministerio y lo hago cada vez que voy a mi trabajo”. Desde entonces, ha
sido un privilegio para mí ver a estos dos hombres crecer
espiritualmente y ser testigo de cómo sus ministerios se han

54
desarrollado y multiplicado en su centro de trabajo. Son verdaderos
ejemplos de cómo el ministerio se lleva a cabo en el trabajo.
¿Qué ocasionó el cambio de pensamiento de Scott de la idea que
necesitaba dejar su trabajo para entrar en el ministerio a la idea que
ir a trabajar significaba hacer el ministerio? A lo largo de los años,
en varias ocasiones, he escuchado a personas compartir conmigo
que querían renunciar a sus trabajos y dedicarse al ministerio
tiempo completo. Algunos lo han hecho por las razones correctas,
y otros lo han hecho porque, como Scott, pensaban que el trabajo
en la iglesia tenía un llamado mucho más elevado y ofrecía mayores
oportunidades de ministrar que dedicarse a un trabajo “regular”.
Lo que descubrí de mis conversaciones con personas a lo largo de
los años, es que hay al menos cinco maneras diferentes en que los
cristianos entienden el ministerio en relación o conexión con la
labor que realizan y su centro de trabajo.

Ideas Comunes Sobre el Ministerio


en Relación con el Trabajo
Algunos cristianos entienden que la relación del trabajo con el
ministerio significa que el trabajo es una forma de proporcionar
salarios, de manera que los fondos puedan usarse para apoyar
ministerios como iglesias, misiones o proyectos especiales fuera del
centro de trabajo. Esta idea, no considera que el ministerio esté
entretejido con el trabajo, sino que lo ve sólo como un beneficiario
del mismo.
Hay otros cristianos que consideran que el ministerio en
relación con su trabajo significa que deben traer los programas y
métodos de su iglesia local a su centro de trabajo para alcanzar
personas. Otros pueden ver su entorno de trabajo como un lugar
para incorporar estrategias de evangelismo, entregando el folleto
de su iglesia local o tratados especiales. Conozco algunos cristianos
que reúnen a personas durante su tiempo de descanso en el trabajo

55
para mostrar un DVD del mensaje dominical de su iglesia. Estos
intentos no son incorrectos, pero pueden representar una visión
limitada del ministerio.
También hay cristianos que piensan que tienen que esperar o
buscar una intervención Divina obvia o una actividad Divina que
surja espontáneamente para que se lleve a cabo el ministerio. Que
se debe buscar y descubrir para involucrarse. Pueden estar
esperando cruzarse con alguien que obviamente esté buscando de
Dios, o tal vez están esperando una oportunidad para ministrar en
un evento que parece tener las huellas dactilares de Dios en él.
Ciertamente Dios puede y trabaja de esa manera. Sin embargo, creo
que esta visión minimiza la capacidad del ministerio para un
cristiano en su centro de trabajo. Debemos considerar esta
importante verdad... Dios ha puesto Su tesoro en cada uno de
nosotros1 para poder llevar a cabo el ministerio a través de nosotros
en cada circunstancia de la vida.
Por otra parte, hay algunos cristianos que creen que el
ministerio no se relaciona con el trabajo en lo absoluto; que los dos
son incompatibles y no deberían llevarse a cabo simultáneamente.
Ven los dos como compartimientos separados de la vida; uno como
su arena espiritual donde se lleva a cabo el ministerio, y el otro
como su área secular en la que uno desempeña una labor.
Curiosamente, esta visión parece indicar que la vida cristiana es
más como una actividad de ocio en vez de abarcar todas las áreas
de la vida.
Por último, hay quienes consideran el ministerio como una
parte integrada e influyente de su trabajo. Ellos entienden que el
ministerio en el centro de trabajo no opera de la misma manera que
en su iglesia local, sino que lo ven como una parte que satisface y
complementa la misión de la iglesia. El resto del libro explicará e
ilustrará esta visión del ministerio y el trabajo.

56
¿Quién está en El Ministerio?
Nuestra comprensión del ministerio necesita tomar en
consideración su amplia definición bíblica y la descripción de cómo
debería funcionar. También debemos considerar su relación con
nuestra labor y nuestro centro de trabajo.
Primero, consideremos qué se requiere para involucrarse en el
ministerio. Una visión bíblica del ministerio no está limitada a los
parámetros de la iglesia local o a que se practique únicamente por
ciertas personas designadas. Tal punto de vista disminuye las
vastas posibilidades para la participación del cristiano en el
ministerio. Por ejemplo, cuando una iglesia infiere que la plena
participación en el ministerio requiere un título de un seminario,
un proceso de ordenación o un llamado especial, promueve una
visión limitada del ministerio. Ciertamente, no hay nada de malo
en que las personas obtengan títulos de seminario u obtengan
credenciales a través de procesos de ordenación. Tales requisitos a
menudo se aplican a aquellos que buscan dedicarse al ministerio
vocacional.
Dios ha diseñado ciertas posiciones dentro de la iglesia que
deben ser ocupadas por personas cuyas vidas son ejemplos de la fe
y que aspiran servir mediante determinadas responsabilidades.
Hay ejemplos de esto en el Antiguo Testamento. Los títulos de
Sacerdote y Profeta les fueron dados a ciertas personas que llevaron
a cabo las responsabilidades dadas por Dios. En el Antiguo
Testamento, los profetas eran responsables de hablar en nombre de
Dios para proclamar Su mensaje a fin de llamar a las personas a
volverse a Dios. Los sacerdotes debían llevar a cabo las funciones
prácticas en el tabernáculo y el templo. En el Nuevo Testamento,
también se dieron títulos como Apóstol, Profeta, Anciano y
Diácono, que describen posiciones específicas vinculadas a
responsabilidades prácticas. Por ejemplo, los apóstoles fueron
testigos oculares de Cristo enviados a establecer a las personas en

57
la verdad del mensaje del Evangelio. Los ancianos eran Pastores
espirituales sobre un grupo local de personas, los cuales debían
guiar con su ejemplo. Estas posiciones no abarcaban todo el
ministerio sino que representaban responsabilidades dadas por
Dios que eran una parte funcional del ministerio completo de Dios.
Los creyentes del Primer Siglo no limitaron el ministerio a una
cierta clase de personas dentro de la iglesia. Vieron el ministerio
como responsabilidad de todos los cristianos, no solo de un grupo
selecto.
En 2 Corintios capítulos 3 y 4, el apóstol Pablo hizo una
comparación entre el ministerio del Antiguo y del Nuevo Pacto. En
el Antiguo, Dios escogió mostrar su gloria a través de ciertas
personas y lugares en maneras especiales. Sin embargo, bajo el
Nuevo Pacto, Dios ha elegido habitar en Su pueblo y trabajar a
través de ellos en sus vidas cotidianas.

Pero cuando alguno se vuelve al Señor, el velo es


quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde
está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero nosotros
todos, con el rostro descubierto, contemplando como
en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo
transformados en la misma imagen de gloria en
gloria, como por el Señor, el Espíritu. (2 Corintios 3:
16-18)

Está dicho, que todos los que se vuelven al Señor contemplan


Su gloria. Mientras lo contemplamos, suceden dos cosas; Él
comienza a transformarnos a Su imagen y comenzamos a reflejar
Su gloria a quienes nos rodean.
La mayoría de los estudiosos creen que no debió haber una
división de capítulos entre los versículos 3:18 y 4: 1 porque es aquí

58
donde Pablo explica quién y cómo las personas califican para
ministrar bajo el Nuevo Pacto. En el versículo 4: 1 leemos, “Puesto
que tenemos este ministerio...” ¿A quiénes se refiere cuando dice
“tenemos”? Según el versículo 16, son todos los que se han vuelto
al Señor. La participación en el ministerio del nuevo pacto incluye
a todos los cristianos.
Hay varias razones por las cuales los cristianos se han sentido
limitados de verse completamente involucrados en el ministerio. A
lo largo de los siglos, la iglesia ha establecido ciertos términos que
definen si los cristianos están o no involucrados en el ministerio de
la iglesia. Estos términos no se encuentran en la Biblia, sin embargo,
se han arraigado en la iglesia. Los dos términos más comunes que
hemos escuchado son “Clero” y “Laico”2. Para la mayoría de las
personas, el clero describe a un cristiano que recibió una
capacitación profesional o algún llamado especial para estar
calificado para el ministerio. Mientras que el término laico se usa
para describir a las personas comunes que no tienen un llamado
especial o capacitación profesional. La percepción que tiene la gente
de esto es que los laicos son los que apoyan, siguen y asisten a las
actividades del clero, lo que hasta cierto punto es acertado.
Seguimos y apoyamos a quienes nos guían de acuerdo a la Palabra
de Dios. Pero esto puede malinterpretarse si no vemos que la
responsabilidad del “clero” es equipar a los “laicos” para su
participación en el ministerio.

Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a


otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin
de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:11-12)

59
Característica principal
El Nuevo Testamento nos da un retrato del ministerio a través
del ejemplo de servicio de nuestro Señor3. Además, dentro de los
términos usados para describir y definir el ministerio en el Nuevo
Testamento, este siervo viviente está resaltado. En la Biblia, las
palabras ministerio, ministrar y ministrando se derivan de
palabras griegas que tienen la misma raíz que se enfoca en esta
importante verdad. La palabra doulos traducida significa “esclavo”
o “sirviente”. Otra palabra griega común de ese entonces era
diakonein, que describía cómo se comparaba el ministerio con
llevar a cabo un servicio rutinario como el de un mesero que servía
a las personas. Luego estaba la palabra douleuein, que enfatizaba
el señorío y la propiedad de un sirviente / esclavo. Estas palabras
en su mayor parte han sido traducidas de una forma u otra con la
palabra ministerio o servicio. El ministerio estaba caracterizado
como un servicio a los demás, realizado por aquellos que se veían
a sí mismos como esclavos o siervos de Cristo. La iglesia en el
primer siglo entendió claramente que fueras tu apóstol, profeta,
maestro, anciano, diácono o simplemente una persona “normal”,
todo el servicio prestado era hecho como esclavo o siervo de
Cristo...ya fuera que lavaras los pies de tus huéspedes, cocinaras o
predicaras la Palabra de Dios.
Escucha cómo Pedro, Pablo, Santiago y Judas, apóstoles y
testigos oculares de Cristo, describieron en sus propias palabras el
estatus de su ministerio. Pedro, siervo de Jesucristo... Pablo, siervo
de Cristo Jesús... Santiago, un siervo de Cristo... Judas, un siervo de
Jesucristo... ¡Se consideraban siervos de jesucristo!4. Ellos no se
vieron en su ministerio en una posición especial que los elevaba por
encima del estatus de un siervo. Tampoco les dieron títulos
especiales que los pusieran a ellos y a su trabajo más allá de ser un
esclavo de Jesucristo.

60
Que todo hombre nos considere de esta manera: como
servidores de Cristo y administradores de los
misterios de Dios. (1 Corintios 4: 1)

Tristemente, en estos días, ser líder de un ministerio a menudo


se trata más de la personalidad y estatus, que de servir. Cuando
cualquier ministerio se eleva a títulos y posiciones y no tiene en
cuenta el servicio, es una contradicción al ministerio de nuestro
Señor. La falsa elevación le comunica a las personas que sus
trabajos “comunes”, como las tareas domésticas, las tareas
escolares, las responsabilidades cívicas, etc. son inferiores y no
significan tanto para Dios como el ministerio realizado por
personas con un “llamado más alto”. Debido a acciones como estas,
el significado más amplio de ministerio, que aplica a todos los
cristianos, se ha contaminado y desequilibr do.
De acuerdo con Cristo, mientras más esté caracterizada nuestra
vida por ser un siervo, más calificaremos para el liderazgo en el
ministerio.

Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: “Sabéis que


los que son reconocidos como gobernantes de los
gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes
ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre vosotros no
es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar
a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de
vosotros que desee ser el primero será siervo de todos.
Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate
por muchos.” (Marcos 10: 42-45).

61
No hay una posición más importante en la iglesia de Jesucristo
que la de ser un siervo de Jesucristo, porque el servicio
verdaderamente refleja el ministerio de nuestro Señor mientras
estuvo en la tierra.

Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo


también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en
forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como
algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo
tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los
hombres. (Filipenses 2: 5-7)

Este determinante atributo del ministerio tiene una aplicación


directa a nuestra labor y a nuestro centro de trabajo. Es con este
entendimiento que los cristianos participan en el ministerio en sus
lugares de trabajo.

Ministerio en Relación con


Nuestro Centro de rabajo
Edificando sobre este modelo bíblico de ministerio,
reconocemos que en nuestros trabajos nos consideramos siervos de
Cristo. El hacer nuestro trabajo de corazón para Cristo es
proporcionar un servicio (ministerio) al Señor y no meramente a los
hombres5. ¡No te pierdas esto! Dios dice que al realizar tu labor
como lo dice la descripción de tu puesto, participas con Cristo en
ministrar en tu centro de trabajo. Como cristiano, si ves tu trabajo
como algo menos que eso, ¡te perderás la oportunidad del ministrar
allí!
Como se mencionó anteriormente, una comprensión amplia del
ministerio en relación con el trabajo no divide el trabajo y el
ministerio en compartimentos separados; ellos deben y lo hacen,

62
superponerse. ¡Somos personas completas! Nuestra fe y obediencia
a Dios debe ser evidente en nuestra experiencia de vida total, no
solo en las partes designadas que hemos calificado como
“privadas” y “sagradas”. Cualquier cosa que hagamos... ¡lo
hacemos todo para la gloria de Dios6! El ministerio en el centro de
trabajo es involucrar nuestra relación con Dios en los detalles de
nuestra labor y nuestro centro de trabajo.
Como empleado, has sido equipado y entrenado para realizar
tu trabajo para la empresa. Sin embargo, como cristiano, tienes una
dimensión adicional que no te puedes permitir pasar por alto. Tu fe
en el Señor debe estar integrada a los detalles del trabajo para el que
fuiste entrenado. Sino, entonces tu trabajo podría convertirse en
una mera rutina y tu fe estar muy lejos de allí. Dios diseñó nuestra
fe en Él para influenciar en nuestro trabajo, dándole a nuestra diaria
labor un propósito y significado más profundos. Le da valor a las
pequeñas cosas que decimos y hacemos y un profundo sentido de
que se está logrando algo mucho más grande. ¿Tiene tu descripción
del trabajo esta dimensión añadida7?
Muchas iglesias mantienen registros de la asistencia de sus
miembros los domingos, pero Dios lleva a cabo su ministerio en
nuestros lugares de trabajo al asistir El allí a través de nosotros. La
esencia del ministerio en el trabajo se trata de que Dios declare Su
gloria a través de nosotros en nuestras compañías a medida que
realizamos nuestros trabajos y servimos a las personas que Dios ha
colocado a nuestro alrededor.

Dejando un Legado de Ministerio


en el Centro de Trabajo
Me gustaría dedicar el resto de este capítulo a un hombre cuya
vida dejó un legado de ministerio en su centro de trabajo. Su vida
no solo tocó a muchas personas en su trabajo, sino que
personalmente tuvo un impacto en mi vida.

63
Estaba en mi tercer año con FCAP cuando recibimos una
llamada de un hombre que había comenzado un grupo de oración
donde trabajaba. Se presentó como Clarence y me contó cómo
comenzó el grupo seis meses antes. El grupo de Clarence acababa
de escuchar acerca de FCAP, y llamó para informarnos que el grupo
quería conectarse con nuestro ministerio. El deseo de ellos era
identificarse con otros cristianos en la industria.
Clarence compartió cómo y por qué el grupo había comenzado:
“Un domingo en la mañana, en abril, mientras estaba en la iglesia,
escuché la voz del Señor. No creo que fue una voz audible, pero
Dios me dijo... ‘¡Clarence, es hora de orar!’ “. Ahora, puedes estar
pensando lo mismo que yo pensé. ¿Orar? ¿Cuándo, dónde y acerca
de qué? Soy un firme creyente en la oración, pero mi interés era
saber cómo Clarence relacionó esto con su centro de trabajo. Ya
había visto a algunos cristianos comenzar reuniones de oración en
el trabajo, siguiendo el modelo de una típica reunión de oración de
la iglesia, orando principalmente por asuntos fuera del trabajo y de
sus propias vidas. Lo que eventualmente observaría de la vida de
oración de este hombre querido serviría como modelo y ejemplo
para mí y para otros, de un ministerio efectivo en el centro de
trabajo.
Clarence comenzó su grupo invitando a los cristianos que
conocía a su alrededor en el trabajo, a tomarse 20 minutos de la hora
del almuerzo para centrarse en el Señor y orar. Le había pedido a la
administración un salón. Al principio su solicitud no fue aceptada,
ya que la gerencia no estaba segura de qué se trataba la reunión de
Clarence. Así que el grupo decidió reunirse en un área del edificio
donde se estaba haciendo una nueva construcción. Cuando los
trabajadores de la construcción iban a almorzar, el pequeño grupo
de Clarence encontraba un lugar entre todos los materiales de
construcción para reunirse. Habían pasado unos meses cuando la
administración aprobó sus reuniones y les proporcionó el salón.

64
Al final de mi primera conversación telefónica con Clarence, me
invitó a unirme a ellos en una de sus reuniones. Tenía que
compartir el ministerio FCAP con el grupo y orar con ellos. Tenía
muchos deseos de visitar su grupo, ya que esto es algo que me había
encantado hacer en FCAP a lo largo de los años: ¡estar con las
personas en su centro de trabajo!
Mientras conducía para reunirme con ellos por primera vez,
honestamente pensé para mí mismo, “Veinte minutos no es un
tiempo muy largo para que se lleve a cabo un ministerio efectivo.
Para la mayoría de las reuniones de la iglesia, veinte minutos no
son suficientes ni para el tiempo de calentamiento”. Bueno,
mientras viva y tenga una mente sana, las impresiones de esa
reunión perdurarán. Ese día, el Señor me hizo entender
amablemente que necesitaba ampliar mi estrecha forma de pensar.
¡Estaba a punto de aprender el tipo de ministerio que puede
llevarse a cabo en veinte minutos!
Clarence me recibió en el mostrador de recepción, en la entrada
del edificio y me llevó al lugar de reunión. Era una sala de
reuniones pequeña pero agradable; cabían unas veinte personas
cómodamente. Eran las 12:00 del mediodía cuando entramos en la
habitación y no había nadie allí. Sin embargo, en cinco minutos la
sala estaba atestada con alrededor de 35-40 personas. La mayoría
estaban paradas. Era hora de comenzar. No hubo una gran
presentación, ni un servicio de canto, ni un sermón elocuente, ni
ninguna señal sobrenatural para preparar “el estado de ánimo”.
Leyeron algunas Escrituras y se centraron en algunas verdades,
nada vago o general, sino abordando con precisión los difíciles
desafíos y cuestiones de trabajo que estos hombres y mujeres
estaban enfrentando. Luego, las personas comenzaron a compartir
peticiones de oración, no solo oraciones por ellas mismas o por
personas en lugares distantes, sino que la mayoría de ellas fueron
por sus compañeros de trabajo y por situaciones en el mismo, así

65
como también por algunas peticiones personales. Rápidamente me
di cuenta de que esta era una reunión de oración única. Estas
personas estaban apasionadas por orar por lo que sucedía a su
alrededor en el trabajo. Después de compartir brevemente sobre el
ministerio de FCAP y algunas reflexiones de las Escrituras, se
pusieron a orar por las peticiones. También oraron por el director
de su centro, que estaba a cargo de más de 1,400 personas en su
edificio y por los altos ejecutivos y supervisores de la compañía.
Oraron durante unos diez minutos. Luego, tan rápido como la
habitación se llenó, ésta se desocupó y todos volvieron a su trabajo.
Cuando salí de la reunión ese día, me sentí completamente
fortalecido al ver a estas personas activar su fe y conectarse a través
de la oración. Su visión del ministerio en el centro de trabajo era
dinámica y viva.
No mucho tiempo después, Clarence me llamó y me pidió
nuevamente que fuera a visitar su grupo. Al final de su reunión de
20 minutos, me llevó aparte, a una esquina de la sala para reunirnos
con una mujer cuyo marido la estaba dejando. Esta señora había
venido a la reunión porque una persona del grupo de oración, que
trabaja con ella, se había dado cuenta de su situación y se había
acercado para ayudarla en su crisis. Mientras estábamos orando
con esta dama, ella lloró, y le confirmamos nuestro amor y apoyo.
Tres semanas después, recibí una llamada de Clarence diciéndome
que la mujer se había hecho cristiana.
Las dinámicas ministeriales de este grupo crecieron y sus
historias continuaron. Ellos creyeron en trabajar sinceramente
como para el Señor y en orar por Su presencia para llevar Su
influencia a través de ellos en su trabajo. Algún tiempo después,
cuando la aerolínea fusionó departamentos y se estaban reubicando
empleados, el grupo vio una puerta abierta para nuevas
oportunidades de ministerio de una manera muy práctica. Se
pusieron en contacto con compañeros de trabajo que tuvieron que

66
mudarse al área y de maneras creativas los ayudaron, incluso
después de las horas de trabajo. Clarence me contó la historia de
cómo uno de estos empleados y toda su familia querían entregar
sus vidas a Cristo, porque vieron a Cristo a través del amor y la
atención que recibieron del grupo.
Se hizo cada vez más obvio para mí que las personas de este
grupo entendían claramente cómo Dios deseaba usar de forma
única a cada una de ellas en su área de trabajo. Me di cuenta que su
reunión de 20 minutos era más una coordinación y una celebración
de lo que Dios estaba haciendo a través de cada uno de ellos
durante el día de trabajo. Su presencia influía en toda la operación
de trabajo. Tanto es así, que a veces incluso algunos gerentes
asistían a la reunión grupal para pedir oración.
A finales de enero del 2011, recibimos la noticia de que Clarence
falleció repentinamente debido a problemas de salud que venía
experimentando en los últimos años. Fue un golpe para nosotros,
en especial para las personas del grupo. Mi última visita a Clarence
y el grupo había sido cinco meses antes de que fuera a estar con el
Señor. Como de costumbre, yo había salido lleno de alegría y
agradecido porque ellos eran un reflejo del trabajo de Dios. Al
despedirme ese día, le pregunté cuándo iba a jubilarse (tenía más
de 60 años y había trabajado en la compañía unos 30). Me respondió
con una sonrisa y algo de broma: “Mi esposa me hace la misma
pregunta”. Luego, con una mirada seria pero humilde, dijo:
“Hermano Paul, no quiero irme un día antes de lo que Dios desee que yo
esté aquí, porque todavía hay muchas oportunidades de ministrar.” El
corazón de Clarence latía por el servicio a Su Señor para quien fue
un siervo diligente y fiel.
La aerolínea le dio al grupo un salón más grande para hacer un
servicio en su memoria. Esperaron unos meses para tenerlo, por lo
que coincidió con el 16 aniversario del grupo. Lo anunciaron como
“Una celebración de la vida de Clarence: 16 años de Oración en el

67
Centro de Trabajo”. Tuve el privilegio de hablar en ese servicio,
pero lo que fue más emocionante para mí ese día, fue escuchar a
cuatro personas compartir cómo Dios cambió su vida radicalmente
debido a su contacto con Clarence y con las personas de este grupo.
Una de ellas fue una joven que compartió que había sido drogadicta
y alcohólica. Aunque podía hacer su trabajo, todos sabían que tenía
un problema. Un día, Clarence se encontró con ella durante el
trabajo y simplemente dijo: “Hermana, Dios tiene una vida mejor para
ti”. Con el tiempo, no solo la vieron llegar a la fe en Cristo, sino que
la alentaron y la ayudaron a liberarse de sus adicciones. Necesitaría
otro capítulo en este libro para escribir todas las historias que
escuché de él y del grupo. Sus vidas son un testimonio de que Dios
ama obrar a través de nosotros en nuestro centro de trabajo, y la
vida de Clarence dejó un legado del fruto de Su trabajo.
¿Por qué es que muchos de nosotros queremos buscar a
nuestras iglesias para que nos proporcionen ocasiones de ministrar,
cuando hay tantas oportunidades a nuestro alrededor en el trabajo?
De esto se trata el ministerio del centro de trabajo. Comienza
primero teniendo una cita con Dios en nuestro trabajo, luego siendo
conscientes de las personas que nos rodean en él, y finalmente
usando las circunstancias en el trabajo. Los tres son una parte
integral de nuestra comprensión y participación en el ministerio en
el centro de trabajo... y es la forma en que Dios llega a tu trabajo.

Preguntas de Discusión

1. ¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la


palabra “ministerio”?
2. ¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra ministe-
rio, usada en relación con el centro de trabajo?

68
3. Ahora, ¿cuáles dirías que son las impresiones de las personas
cuando te escuchan usar la palabra ministerio en relación con el
centro de trabajo?
4. ¿Alguno de los puntos bajo “Ideas Comunes Sobre el Ministe-
rio en Relación con el Trabajo” afectó tu visión del ministerio en
tu trabajo? ¿Cómo?
5. ¿Cómo puede una visión correcta del ministerio ayudar a los
cristianos a tener más influencia espiritual en el trabajo? ¿Cómo
puede una visión limitada o incorrecta del ministerio
obstaculizar esta influencia?
6. Si el modelo de liderazgo de Dios tiene que ver principal mente
con servir, ¿cómo podemos incorporar esto mientras
cumplimos con nuestras responsabilidades laborales? ¿Cómo
pueden los gerentes, supervisores y propietarios incorporar el
modelo de liderazgo de Dios?

69
5
Ministerio En El Centro De
Trabajo…
Un Ambiente Desafiante

Al principio de mis días con FCAP recibí una carta de una dama
pidiéndome consejo. Una joven que estaba buscando su primer
gran trabajo en la industria de las aerolíneas. Me expresó cómo
quería servir al Señor al convertirse en azafata. Pensé que era
genial, pero lo que más llamó mi atención fueron los comentarios
que hizo a continuación. Rápidamente me di cuenta de que quería
trabajar ÚNICAMENTE para cierto tipo de compañía. Ella explicó
su búsqueda. La primera compañía que mencionó era una gran
aerolínea; ella no quería trabajar para ellos porque se sabía que su
CEO era inmoral. Luego, pasó a explicar porqué no buscaría
empleo con otra aerolínea en particular debido a los posibles
conflictos entre ellos y un sindicato. Finalmente, mencionó el
nombre de una tercera compañía y compartió cómo no podía
aprobar la política de diversidad de esa compañía. Luego me hizo
la pregunta del millón: “¿Me puede sugerir una línea aérea en la que
pudiera servir mejor al Señor?” Intenté explicarle que sus expectativas
no eran realistas. Quiero decir... encontrar una compañía aérea que
provea el tipo de ambiente espiritual que estaba buscando.
Continué explicándole que la clave no es encontrar una compañía
cristiana para trabajar, sino vivir su fe cristiana en cualquier

70
compañía en la que elija trabajar. Ciertamente, no desanimaría a
nadie a buscar empleo en una empresa saludable, como querría
para mí, pero la verdad es que incluso las mejores tienen sus
problemas y pueden experimentar cambios. Admiro el deseo de
esta joven dama de servir a Dios en el trabajo, pero estoy
preocupado por ella y otras personas como ella que piensan que el
potencial de su servicio a Dios en el centro de trabajo depende de
cuán adecuado para su fe sea el ambiente allí.
¡En realidad lo opuesto es verdad! Cristo llama a su pueblo a
salir al mundo todos los días como agentes de influencia y cambio.
¡La verdad es que a menudo descubrimos, en las duras
adversidades de la vida, no nuestro potencial sino el de Dios! El
ministerio en el centro de trabajo nos ofrece la oportunidad de
comprender mejor y definir nuestro caminar de fe con Dios. Nos
enseña cómo expresar el ministerio de Dios de maneras únicas,
incluso en un ambiente poco acogedor. El trabajo no es un lugar
para que a los cristianos se les mime su fe, porque incluso los
espiritualmente fuertes sentirán sus desafíos.
No pasaremos el tiempo haciendo una lista de los problemas en
el ambiente de trabajo, ya que usualmente no es difícil para los
empleados enumerar dichos problemas. En general, sabemos que
podría consistir en quejas como la codicia, la injusticia, el
favoritismo, etc. Veremos algunas características que debemos
tener en cuenta en el ambiente de trabajo. Con suerte, al final de
este capítulo comprenderás mejor el ambiente de trabajo al que has
sido llamado para ministrar.

Las Fuerzas en el Trabajo


Usamos la palabra “fuerza de trabajo” para describir una
cantidad de empleados que trabajan juntos para llevar a cabo una
actividad específica hacia un objetivo común en la empresa. Juntos,
sus esfuerzos cooperativos logran un propósito mayor. Por

71
ejemplo, un vuelo que se dirige desde Atlanta a Múnich requiere
una múltiple coordinación de empleados y equipos. Esta fuerza de
trabajo se compone de operaciones de vuelo, personal de tierra,
mecánicos, agentes de aeropuerto/puerta, manipuladores de
equipaje, así como tripulaciones de cabina y cabina de vuelo; los
cuales trabajan juntos para llevar a cabo este propósito.
Usando esta analogía, ¿te das cuenta de que hay otras fuerzas
trabajando constantemente a tu alrededor en tu centro de trabajo?
No me refiero a la fuerza de trabajo de la compañía, sino a las
fuerzas espirituales que coordinan sus esfuerzos para tratar de
alterar tu actitud y tus acciones a fin de que te ajustes a un propósito
completamente contrario a la fe cristiana. A medida que
desempeñamos nuestros trabajos, debemos estar conscientes de
que el ambiente laboral tiene una variedad de creencias, valores
morales y principios, capaces de chocar entre sí.
Así es como funciona: ya sea que te des cuenta o no, hay
condiciones en tu ambiente de trabajo que te presionan para que te
amoldes. La Biblia da algunos detalles sobre cómo funciona esta
presión.

Y Él os dio vida a vosotros, que estabais muertos en


vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis
en otro tiempo según la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora opera en los hijos de desobediencia. (Efesios
2: 1-2)

Debido a que el sistema mundial sigue un curso de


menosprecio a Dios y Sus caminos, se nos dice que el Maligno-
Satanás, está promoviendo un esfuerzo coordinado. Su objetivo es
dar forma a una fuerza energizante con un número creciente de

72
personas. La Biblia se refiere a esto como “el espíritu que opera en
ellos”. Aquí hay un ejemplo de cómo puede suceder esto en el
ambiente laboral. Pasa algo a lo que las personas responden o
reaccionan, como una creciente actitud de enojo hacia la compañía
o hacia cierto grupo de empleados. La gente comienza a expresar
su frustración o resentimiento con palabras o gestos. Al compartir
sus puntos de vista, llevan a otros a creer cosas que pueden o no ser
verdad. Cuantas más personas se unan a su actitud, más se
intensificará el espíritu de lo que creen y se convertirá en un rasgo
dominante. Cuando esto sucede, sentirás que te están presionando
para que te amoldes a ello. Tal vez podrías resistirte a ceder a sus
caminos. Pero, incluso si puedes, la amenaza de esta presión aún
podría paralizarte de hacer lo correcto o expresarte de la manera
correcta.
Ciertos trabajos y cargos parecen venir con malos hábitos
incorporados que son como características propias de la posición.
Por ejemplo, se ha convertido en el hábito de las personas en ciertas
posiciones “elevadas” menospreciar sutilmente a aquellos en
posiciones menores, porque supuestamente es la tradición y hace
que su propia posición luzca mejor. Este tipo de comportamiento
se hizo más evidente para nosotros, cuando llevamos a cabo una
reunión de grupos de expertos hace unos años, con ocho empleados
del personal de vuelo. La mitad de ellos eran auxiliares de vuelo y
la otra mitad pilotos. Les pedí que describieran los malos hábitos
que existían entre ellos. Hablaron abiertamente de cómo
practicaban humillaciones sutiles al bromear sobre el otro y cómo
carecían de consideración el uno por el otro. Para nuestra sorpresa,
comenzamos a darnos cuenta del efecto negativo que esto estaba
teniendo en su entorno de trabajo y cómo se habían conformado a
esta conducta como algo normal.
A menudo no identificamos algo así inmediatamente. Pasa
poco a poco sin ser detectado antes de que nos demos cuenta de

73
ello. Tengo una buena amiga que me contó cómo se vio involucrada
en una situación de este tipo y cómo finalmente se conformó y
sucumbió. La aerolínea estaba atravesando dificultades, y la
gerencia estaba dictando decisiones que obviamente eran para su
propio interés y no para el de la empresa o los empleados. Como
cristiana, ella estaba trabajando con personas cuyas opiniones eran
bastante diferentes a las de ella. Un día, en el trabajo, se encontró
en una discusión con algunos compañeros que expresaron
abiertamente su decepción y resentimiento hacia la gerencia. Ella
me contó cómo al principio se mantuvo tranquila exteriormente,
pero por dentro comenzó a estar de acuerdo con ellos. A medida
que la conversación continuó, ella comenzó a tener la misma forma
de pensar de ellos, incluso hasta el punto de compartir su
razonamiento y su resentimiento. Luego comenzó a expresar
verbalmente su acuerdo con ellos, lo que la llevó a agregar algunas
de sus propias quejas. Me dijo que cuanto más se adaptaba a sus
formas de ver las cosas, más energizada se sentía. No fue hasta que
se alejó de la conversación, que se dio cuenta de cómo se había
conformado con el espíritu negativo de ellos en cuanto al trabajo.
Es así es como funciona la fuerza de trabajo espiritual de esta
era. Nos lleva al descontento, las quejas, el resentimiento, la ira y
una serie de otras insatisfacciones en el centro de trabajo.
Inicialmente, puede ser solo una persona la que exprese sus
frustraciones, pero este tipo de actitud puede escalar rápidamente
a medida que otros se unen. Su ambiente de trabajo puede
compararse con un campo de batalla. La Biblia describe esto, no
como una batalla contra las personas o la compañía, sino como una
lucha espiritual que se libra de otra manera. Si no tenemos cuidado,
caeremos en su juego al utilizar las mismas tácticas mundanas que
son utilizadas contra nosotros. Esto tendrá efectos negativos en
nuestra actitud hacia las personas que nos rodean y en nuestro
desempeño laboral.

74
Nuestra efectividad espiritual en el centro de trabajo requiere
que estemos alertas, listos para llevar cautivos todos los
pensamientos y especulaciones que nos haga alejarnos de Dios y
que regresemos a lo que es la obediencia a Cristo.

Pues aunque andamos en la carne, no luchamos según la


carne; porque las armas de nuestra contienda no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas; (2 Corintios 10: 3-4)

Esto no se refiere a que uno pueda discutir con los malos


pensamientos de la gente y de alguna manera tomar sus
pensamientos cautivos. Se trata de enfrentar nuestros propios
pensamientos, ideas y actitudes cuando éstos se alejan del Señor
debido al deterioro de las condiciones.
Otra fuerza que afecta nuestra situación de trabajo es la gran
cantidad de incertidumbre en cuanto a este, especialmente en
nuestros días. Las personas, incluyendo los cristianos, se enfrentan
a una economía inestable que trae consigo inseguridad laboral. Esto
acarrea ansiedad, miedo y desesperación, lo que puede tener un
efecto paralizador en los trabajadores y su desempeño, volviendo
el ambiente pesado y desalentador. El miedo no es algo que se
manifieste externamente, sino que se extiende internamente y
fomenta un espíritu represivo que debilita a los empleados.
Recientemente, en un aeropuerto importante, estaba hablando con
algunos empleados de líneas aéreas quienes, entiendo yo, son
cristianos maduros. Sé que la esperanza de ellos está en el Señor,
sin embargo, dirían cuán vulnerables se sienten en su ambiente de
trabajo actual.
Cuando la industria de las aerolíneas comenzó su recesión
después del 11 de septiembre, vimos el estrago que había tenido

75
para estos empleados. Debido a que muchas de las iglesias en
nuestra área tienen un alto porcentaje de empleados de aerolíneas,
decidimos organizer una reunion para pastores locales en la Oficina
Internacional de FCAP. Juntos, consideramos cómo sus iglesias
podrían usarse para animar y equipar a estas personas de las
aerolíneas. Necesitaban un lugar donde pudieran hablar y orar
sobre cómo responder a los desafíos del ambiente de trabajo.
También hablamos sobre cómo los empleados de las aerolíneas
necesitaban ayuda para sobrellevar los tiempos difíciles en sus
trabajos, fortaleciéndose con el fundamento de la verdad, cosa que
sostendría su fe durante tales tiempos.
Enseñarles los conceptos básicos de la Visión Cristiana
Mundial2 haría esto. Guiaría sus pensamientos y ayudaría a dirigir
sus decisiones mientras enfrentaban estos desafíos. La iglesia local
debe tener cuidado de no aislar a la gente de estos problemas, sino
que debe equiparlos con la verdad y la esperanza a fin de
prepararlos para regresar a un ambiente de trabajo inestable.
Enfrentarse a los desafíos del ambiente de trabajo debe hacerse
con una comprensión clara de cómo Cristo nos está enviando de
regreso al mundo. Las imágenes gráficas que usó Cristo arrojan luz
sobre el ambiente al cual somos llamados, y a cómo deberíamos ver
nuestra relación con él. Veamos tres de ellas, las cuales nos darán
una comprensión más clara del propósito de Dios de que lo
representemos en nuestros centros de trabajo.

Como Ovejas entre Lobos


Considerar las palabras “ovejas entre lobos” puede ser bastante
inquietante. Esta no es una imagen agradable y suena peligroso.
¿Significa que Dios nos enviará a lugares, como el trabajo, donde
nos sentiremos como ovejas vulnerables entre los lobos? A medida
que miramos más de cerca esta ilustración, nos recalcará una

76
verdad muy básica acerca de la participación de nuestro Señor con
nosotros en el mundo.
Jesús estaba a punto de comisionar y enviar a los discípulos. Les
había advertido que lo que tendrían por delante sería duro, con
dificultades y peligros. Luego usó estas palabras para describir su
punto. Él dijo: “Los envío, como ovejas entre lobos”3. Todos
sabemos lo que los lobos desean hacer con las ovejas; ellos quieren
devorarlas. Se sabe que los lobos andan en manada, y lo hacen para
cazar ovejas perdidas y comérselas. Incluso tratarán de romper un
rebaño de ovejas creando una conmoción para poder atacarlo más
fácilmente.
Esta imagen peculiar que describe nuestro llamado a “salir” es
desconcertante. Enviar ovejas, que son débiles e indefensas, entre
los lobos que andan en manadas esperando para devorarlas, no
suena para nada una tarea agradable y cómoda. En realidad, tal
llamado suena alarmante. Sin embargo, este llamado no tenía la
intención de asustar a los discípulos o a nosotros, o demostrar al
mundo cuán fuertes son las ovejas de Dios. Cristo estaba pintando
una imagen real de los caminos del mundo. Pero no se nos deja con
esta imagen tenebrosa, sino que se nos recuerda... El que está con
nosotros es el Gran Pastor de las ovejas4. Cuando las circunstancias se
vuelven abrumadoras, recibimos el poder de nuestro llamado.
Mientras declaramos nuestra debilidad e incapacidad, estamos
afirmando al mismo tiempo nuestra necesidad de la suficiencia de
Dios. Nuestro llamado a salir al mundo y al centro de trabajo no es
para mostrar lo fuertes que somos... sino para mostrar cuán
poderoso es Dios. Él desea mostrarse en nuestras débiles y difíciles
circunstancias.

77
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Y mi Dios
proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus
riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Filipenses 4:13, 19)

El ministerio en el centro de trabajo no es una demostración de


la fortaleza humana, sino la capacidad de Dios para trabajar a
través de nosotros en nuestras situaciones difíciles y vulnerables.
Escribir esta verdad en nuestro cuaderno o colocarla en nuestro
teléfono celular o en las paredes del dormitorio no hace que esta
verdad funcione. Ella funciona cuando estamos rodeados de
personas y situaciones que quieren devorarnos, y humildemente
reconocemos nuestra debilidad clamando al Gran Pastor por su
ayuda. Su palabra nos asegura que, cuando caminamos por el valle
de sombra de muerte, no debemos temer mal alguno, porque Él está
con nosotros5.
La estrategia de Dios es muy diferente a la del mundo. El
mundo quiere lucirse con una gran demostración de fuerza y poder
para mostrar sus habilidades. Dios, en cambio, envía a su pueblo a
situaciones deficientes y vulnerables que requieren recursos más
allá de sus propias habilidades. Así que cuando vas a trabajar, el
ministerio se presenta a menudo en tiempos y en situaciones en las
que parece que quienes se oponen a ti te llevan la delantera. En
lugar de exigirle a Dios que nos dé la ventaja o que nos muestre
cómo resolverá Él las cosas, solo necesitamos humillarnos bajo Su
mano poderosa y permitirle que nos exalte en Su tiempo perfecto6.
El apóstol Pablo entendía este llamado y describió la fuerza que
viene a través de la debilidad. En su propia vida, experimentó cómo
el poder de Cristo lo sostuvo, en condiciones agotadoras. Incluso se
jactó de sus debilidades, para que el poder de Cristo pudiera morar
en él. Escucha cómo él aplicó esto: “Por eso me complazco en las
debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias

78
por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” 7.
También describió las palabras o mensaje de la cruz de la misma
manera8. Suena débil e indigno a los ojos del mundo... que alguien
venga y diga ser rey pero que trabaje con sus manos, sirva a la gente
y finalmente de su vida por sus súbditos e incluso por sus
enemigos. Esto sonaba absolutamente absurdo para el mundo. Sin
embargo, todo cambió completamente cuando Él resucitó de entre
los muertos por el poder de Dios. Ningún poder en la tierra podría
realizar algo así. Algún día, el mundo entero verá la mayor
demostración del poder de Dios cuando Cristo regrese. Pero,
mientras tanto, Dios le está dando al mundo un adelanto de Su
fortaleza a través de Su pueblo a medida que éste humildemente
recurre a Sus recursos disponibles en medio de situaciones débiles
y vulnerables.

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que


la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no
de nosotros. Afligidos en todo, pero no agobiados;
perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no
abandonados; derribados, pero no destruidos;
llevando siempre en el cuerpo por todas partes la
muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se
manifieste en nuestro cuerpo. (2 Corintios 4: 7-10)

Responder de esta misma manera es imprescindible y esencial


para ti y tu influencia en tu ambiente de trabajo. De esto se trata el
ministerio auténtico en el trabajo. Hay dos ejemplos más que
nuestro Señor usó para describir nuestro llamado de ir al mundo.

Cuando la Luz Penetra la Oscuridad

79
Este próximo ejemplo dado por Jesús describe a los cristianos
como luz en lugares oscuros. Él es la luz del mundo, y nos ha hecho
Sus luces en el mundo9. La estrategia de Dios sigue siendo la
misma... Él está llamando a que la luz brille en las tinieblas10. Cristo
nos llama a ser la luz del mundo, y no el sonido de la tierra. Sí,
hablamos el Evangelio de Cristo, pero según nuestro Señor, el
carácter de un cristiano debe ser el de ser luz. Hay un marcado
contraste entre la velocidad del sonido y la velocidad de la luz. El
sonido viaja a una velocidad de 786 millas por hora, o
aproximadamente una milla cada cinco segundos. En comparación,
la velocidad de la luz viaja a 186,282 millas por segundo. Al irradiar
la luz de Cristo a través de tus acciones y actitudes, nunca
subestimes la velocidad y el impacto que tienes en tu centro de
trabajo.
La fe cristiana no debe definirse en el centro de trabajo
simplemente por cuán bien los cristianos explican o describen la
oscuridad allí, sino más bien por cuán brillante resplandece su luz
en la oscuridad. Bendecir la oscuridad con la luz no es opcional...
es la marca de nuestro gran llamado como cristianos. En lugar de
mirar de lejos y ser críticos o estar enojados por el comportamiento
oscuro de las personas, hay que arrojar la luz del amor y la
misericordia de Dios sobre ellos en maneras únicas y creativas11.
Debido a que Cristo vino a rescatarnos de la oscuridad y
transferirnos a Su Reino de luz, Él nos envía de vuelta a la
oscuridad para traer luz a aquellos que están atrapados y agarrados
por esta. Esto representa nuestro llamado y ministerio en el centro
de trabajo.
Pero espera, meditando en la naturaleza de la luz, hay otro
ángulo importante a considerar... expone las cosas de la oscuridad.
Por lo tanto, no te sorprendas cuando llames la atención por
comportarte de forma ejemplar y hacer tu trabajo de manera
encomiable. Probablemente serás bien recibido por algunos, pero

80
también puedes provocar frustración, resentimiento e incluso enojo
en otros. ¿Por qué? Porque los trabajadores diligentes pueden ser
una amenaza para los perezosos, y aquellos que hacen trampa en el
trabajo, probablemente tampoco les gusten los compañeros
honestos. Los empleados descontentos sin duda se irritarán por los
agradecidos. A medida que brillemos Su luz, incluso sin usar
palabras, expondremos las intenciones oscuras y sórdidas que nos
rodean.
El apóstol Pablo entendía cómo las situaciones oscuras podían
afectar a los cristianos de maneras muy reales. Una vez hizo un
llamado a los cristianos en Filipo. Les advirtió que tuvieran cuidado
de no perder su capacidad de brillar al convertirse en protestones
por la oscuridad que los rodeaba. Incluso les aconsejó que no se
metieran en disputas con personas de la oscuridad12. Su exhortación
a ellos era que condujeran sus vidas de manera ejemplar, de modo
que fueran luz en medio de un ambiente torcido y perverso. Lo
mismo sucede con nosotros, cuando somos colocados en medio de
la oscuridad; ¡hemos sido puestos allí para bendecir con nuestra
luz!

Con la influencia Conservadora de la Sal


Esta última imagen gráfica muestra a Jesús llamándonos a salir
al mundo y ser como la sal13. La sal es un compuesto estable que no
puede ser alterado. Tiene la capacidad de cambiar a lo que sea
agregado, en mayor o menor grado. Las tres formas más
importantes en que se usaba en la antigüedad consistían, en primer
lugar, para prevenir la descomposición cuando se salaba
abundantemente un trozo de carne. En segundo lugar, para agregar
sabor a los alimentos insípidos y desabridos, y en tercer lugar se
utilizaba como antiséptico para promover la curación. Dios nos está
enviando al mundo para preservar, dar sabor y sanar situaciones
donde hay heridas, desesperanza y descomposición. Esta imagen

81
de la vida cristiana no se trata de la sal que se presenta en bonitos
saleros decorativos. Se trata de extenderse a lugares decadentes y
fríos para traer la influencia de Dios y la sanidad espiritual.
Algo que me llena de gozo es escuchar las historias de personas
que comparten su fe en Dios con el mundo. Una de esas historias es
la de Claude, un supervisor de una importante aerolínea europea.
Compartió conmigo cómo la aerolínea había elegido su base, que
no era la base de operaciones de la aerolínea, para hacer una prueba
de un nuevo seminario de manejo del estrés que estaban pensando
promocionar. Como prueba para este seminario, era obligatorio
que asistieran todos los empleados de su sede. Antes de ir, Claude
quería saber más sobre el seminario, y descubrió que se trataba
principalmente de meditación mística oriental, en lugar de ofrecer
ayuda práctica y consejos. Luchó con que le dijeran que tenía que
asistir e incluso pensó en no ir. Sin embargo, después de pensarlo y
orar, se dio cuenta de la importancia de su influencia allí como
cristiano. También pensó que esto le daría la oportunidad de
escuchar, hacer preguntas y reportar su evaluación a la sede de la
aerolínea. Se aseguró de que sus preguntas fueran claras y sus
respuestas amables. Expresó que el seminario se trataba de tener
una experiencia religiosa trascendental en el trabajo, pero que
prácticamente no abordaba los problemas estresantes que existían.
Esta fue una oportunidad para que Claude fuera la sal, llevando la
influencia de Dios a una situación oscura. Informó sobre su
preocupación por la falta de sentido común que ofrecía este
seminario y la cantidad de dinero y tiempo que la aerolínea
desperdiciaría si lo promocionaba. También ofreció algunas
sugerencias sobre cómo la compañía podría ayudar a las personas
a manejar el estrés en sus vidas. La aerolínea tomó en serio las
sugerencias de Claude y el programa nunca fue adoptado por la
compañía.

82
Entendemos nuestro llamado a ser la sal de la tierra mientras
permitimos que Dios nos use para causar cambio en condiciones
tensas y dañinas. Al responder a la manera de Dios, se puede
reprimir el mal y brindar salud en nuestro centro de trabajo.
Nuestro potencial para servir a Dios en el centro de trabajo no
está determinado por cuán bien se adapta el ambiente de éste a
nuestra fe, sino por cuán bien se integra nuestra fe en Dios en lo que
hacemos en el trabajo y cómo respondemos a las condiciones que
nos rodean.

Preguntas de Discusión

1. ¿Cómo te presionan las fuerzas (influencias) que te rodean en el


trabajo?
2. ¿Cómo afecta esto tu relación con tus compañeros en general?
3. ¿Cómo puede afectar esto el rendimiento laboral tuyo o de tu
compañero de trabajo?
4. Describe cualquier mal hábito o característica incorporada que
defina tu trabajo o posición.
5. ¿Cuál de los tres llamados que Jesús describe, como Luz... como
Sal... o como Oveja, se identifica más contigo?
6. Describe cualquier oportunidad que hayas tenido en tu centro
de trabajo para ser luz... sal... u oveja.

83
6

Ministerio en el Centro
de trabajo...
¿Yo?
Una experiencia emocionante y reveladora ocurrió en medio de
otro seminario decapacitación de FCAP. Recientemente, habíamos
completado una presentación sobre el tema del ministerio personal
en el centro de trabajo. Los participantes estaban discutiendo y
haciendo preguntas y parecían tener control sobre la información
que habíamos presentado, cuando de repente uno de ellos exclamó:
«¡Alabado sea Dios!». Al principio no estábamos seguros qué le
llevó a exclamar: “¡Alabado sea Dios!” Hizo una pausa por un
minuto y luego continuó: “¡Ahora lo veo... alabado sea Dios,
después de 25 años de volar con la aerolínea ahora me doy cuenta
de que Dios me ha dado un ministerio en mi centro de trabajo!” Por
primera vez comprendió que Dios usa las personas comunes como
él para ser Sus canales para servir o ministrar en las situaciones
cotidianas de la vida. Le quedó claro cómo su trabajo era un servicio
a Dios y que las personas y las circunstancias del trabajo eran
asignaciones de Dios.
Me pregunté por qué él no había visto esto antes. ¿Qué pudo
haber evitado que él y otros se dieran cuenta de esto? Me percaté a
medida que enseñaba y me relacionaba más con las personas en su

84
centro de trabajo, que mucha gente tenía una perspectiva limitada
de Dios y el mundo laboral. De hecho, hay muchos cristianos que
no ven conexión entre Dios y el ministerio personal en su centro de
trabajo1.
Tener el punto de vista de que el ministerio solo es relevante
cuando se practica en ciertos eventos o lugares limitados podría
alejarte de las oportunidades de ministrar que Dios te ha dado y
que están a tu alrededor todos los días de tu vida. Fue un mensaje
liberador que nuestro amigo entendió por primera vez; había sido
llamado a ser un participante en el ministerio justo donde trabajaba,
en medio de sus circunstancias cotidianas. Confío en que al final de
este capítulo lo verás aún más claro y tendrás una mayor
apreciación de las posibilidades del ministerio en tu centro de
trabajo.

La Presencia Activa de Dios


El ministerio se personaliza en mi centro de trabajo cuando me
veo yendo a un trabajo ordinario con una presencia y poder
extraordinario actuando en mí. Cuando Dios llega a tu trabajo, lo
hace principalmente a través de ti, Su pueblo.

Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador


para que esté con vosotros para siempre; es decir, el
Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir,
porque ni le ve ni le conoce, pero vosotros sí le
conocéis porque mora con vosotros y estará en
vosotros. (Juan 14: 16-17)

Los discípulos de Jesús lo vieron realizar cosas milagrosas, y en


ocasiones, fueron enviados por Cristo para llevar a cabo tales
maravillas. Sin embargo, Jesús les dijo en Hechos 1:8 que

85
necesitarían el poder de Su presencia, el Espíritu Santo, en sus vidas
para convertirse en Sus testigos. Simplemente, experimentar el
poder de Dios al observar Sus obras milagrosas no fue suficiente.
Jesús estaba declarando que Su poder necesitaría venir de dentro
de ellos.

…pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo


venga sobre vosotros; y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra. (Hechos 1: 8)

Al igual que aprendieron los discípulos de Jesús, también


nosotros debemos aprender que el poder de la presencia de Dios en
nuestra vida puede hacer que hagamos cosas que naturalmente no
queremos hacer. También nos impedirá hacer cosas incorrectas que
naturalmente nos gustaría. Para ser Sus testigos en el centro de
trabajo, necesitamos Su poder restrictivo para evitar que tratemos
a las personas que nos tratan mal, de igual manera. También
necesitamos aprender cómo Su presencia puede hacer que amemos
a los que no nos aman.
Oh sí, a veces Dios realizará cosas espectaculares para
demostrar Su poder. Sin embargo, Su presencia activa trabajando a
través de nosotros mientras realizamos nuestras labores cotidianas
no trae resultados menos importantes para mostrar Su gloria. ¿No
debería la manera en que los cristianos responden y actúan en el
centro de trabajo ser un testimonio? Dios no me ha pedido que
busque lo que Él está haciendo en algún lugar o evento especial. Su
tesoro ha sido colocado en mí para que otros a mí alrededor puedan
evidenciar Su presencia2. Él habita personalmente en Su pueblo a
través del Espíritu Santo de modo que el poder de Su presencia
pueda obrar en nuestras vidas.

86
Para los que de ustedes piensen que esto es algún tipo de
ejercicio mental intangible como el yoga, ¡no lo es! Tampoco es un
tipo de experiencia eufórica que los desconecta del trabajo o los
problemas que existen allí. La verdadera espiritualidad en el centro
de trabajo no lo desasocia de la realidad de lo que sucede a su
alrededor. Por el contrario, crea una mayor conciencia de la
presencia de Dios y la necesidad de Su poder capacitador en medio
de las circunstancias actuales.
Esta verdad primero debe echar raíces en mi propia vida antes
de poder vivirla e influir en mi entorno. A medida que Su poder
transformador fluye a través de mí, el testimonio de Dios será visto
por quienes me rodean. Es simplemente normal el querer continuar
con mi trabajo como hacen todos los demás. Y sí, Dios se muestra
en tu rutina de trabajo. Pero, cuando el poder de la presencia de
Cristo está trabajando en mí, la gente a mi alrededor reconocerá que
mi motivación para trabajar está impulsada por un poder mayor
que el de simplemente hacer mis deberes. En esencia, estamos
invitando a que las personas vean como Él hace Su obra a través de
nosotros, mientras llevamos a cabo nuestras labores. La actividad
de Dios en nuestras vidas atraerá mayor atención en las situaciones
de trabajo, reales y crudas, y traerá vitalidad a tu salud espiritual.

La Agenda del Ministerio... de Múltiples Facetas


Te estarás preguntando, ¿debería idear un plan, una
declaración de propósito o algún tipo de agenda ministerial para
mi centro de trabajo? No hay necesidad de preocuparte por eso.
Dios y la compañía ya han diseñado eso para ti. En realidad, Dios
ha planificado la agenda de tu centro de trabajo adaptada a tu labor
y al escenario de tu trabajo. Primero, en la agenda está la
descripción de tu trabajo: realizarla primero como un servicio para
Dios y también para la empresa. Luego lo verás desplegarse a
medida que comienzas a ver cómo las personas y las circunstancias

87
que te rodean son citas de Dios para ti. Rutinariamente, deberías
pedirle a Dios que abra tus ojos para ver cómo Él y las
circunstancias en la compañía te están brindando oportunidades en
tu centro de trabajo.
El ministerio de Dios en general es multifacético. Él trabaja de
muchas maneras, a través de conversaciones, confrontaciones o de
una variedad de circunstancias para atraer a las personas hacia Él.
Como cristiano, tómate un momento e intenta calcular cuántos
medios diferentes utilizó Dios para llevarte a Él. Puede haber usado
solo unas pocas o hasta cien personas y eventos diferentes en el
proceso, y todos tienen la misma importancia. Tendemos a concluir
que situaciones, como las conversaciones cortas o los encuentros
breves, no son lo suficientemente significativos como para ser
considerados ministerio, ¡pero es todo lo contrario cuando Dios está
trabajando!
Hace unos años, un piloto de línea aérea, llamado Larry, llamó
a la Oficina Internacional de FCAP para compartir con nosotros
cómo había visto a Dios obrar a través de las personas que lo
rodeaban en el trabajo. Nos dijo que a menudo cuando volaba con
cristianos en la cabina, buscaba una oportunidad para cuestionar o
menospreciar su fe. Continuó diciendo que sabía que muchos de
estos pilotos cristianos estaban conectados con FCAP. Cuando
pasaba por las salas de tripulación en diferentes aeropuertos y veía
publicaciones de FCAP, las tiraba en la basura. Pero también se
había dado cuenta de que muchos de los pilotos cristianos con los
que volaba, seguían siendo respetuosos con él e incluso le
demostraban paciencia y amabilidad cuando trataba de agredirles.
Entonces, de repente, las circunstancias personales de Larry
cayeron en picada, tanto que su vida parecía desesperada. Durante
ese momento difícil, siguió recordando a los pilotos cristianos con
quienes había volado y cómo le habían mostrado siempre
amabilidad. Dios usó esto para quebrantar a Larry y llevarle a Él.

88
Desesperado, le pidió ayuda a Dios y posteriormente reconoció su
necesidad de Cristo. Poco tiempo después, quería encontrar la
organización cristiana que tanto le disgustaba, pero no podía
recordar su nombre. Unos seis meses después se encontraba en una
sala de tripulación de un aeropuerto y una vez más encontró una
de las publicaciones de FCAP. Fue entonces cuando Larry llamó
para contarnos su historia. Dijo que su razón para llamar era para
expresar su profunda gratitud por las personas en nuestro
ministerio y compartir el impacto que tuvieron en su vida. Hizo
una pausa y luego dijo: “Desde que vine a Cristo, quería contactarte,
pero no sabía cómo - y ahora que te encontré, siento como si hubiese vuelto
a casa”.
Me pregunto si me cuestionaran, ¿cuántos de los pilotos
cristianos que volaron con Larry a lo largo de los años consideraron
que su tiempo con él en la cabina del piloto era una oportunidad
para el ministerio? Algunos podrían responder: “Tuve una gran
oportunidad con un piloto que era antagónico a mi fe”. Otros podrían
decir: “Tuve un viaje difícil con un piloto a quien no le gustaban los
cristianos”. La verdad es que sin importar lo que pensaran, Dios usó
a cada uno que ofreció una respuesta piadosa a Larry como parte
del proceso de traerlo a Cristo. Y de acuerdo con las palabras de
Cristo, todos ellos recibirán igualmente la recompensa de llevar a
Larry a Cristo.

…Para que el que siembra se regocije juntamente con


el que siega. Porque en este caso el dicho es verdadero:
“Uno es el que siembra y otro el que siega.” Yo os
envié a segar lo que no habéis trabajado; otros han
trabajado y vosotros habéis entrado en su labor. (Juan
4: 36-38)

89
Deberíamos considerar el ministerio en nuestro centro de
trabajo como espontáneo e intencional. Tener ambos nos da el
equilibrio adecuado del ministerio en el trabajo. ¡Veamos cómo!

Ministerio Espontáneo
Sea que te des cuenta o no, las cosas se te presentarán sin avisar
en tu ambiente de trabajo. La pregunta es... ¿ves valor
potencialmente grande, incluso en los pequeños y breves
encuentros que te rodean a diario? Dios nos dice que debido a que
los días son malos, es importante que estemos redimiendo el
tiempo.

Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como


insensatos, sino como sabios, aprovechando bien el
tiempo, porque los días son malos. Así pues, no seáis
necios, sino entended cuál es la voluntad del Señor.
(Efesios 5: 15-17)

En este pasaje, hay dos palabras usadas para “tiempo” en el


idioma original. Uno habla del tiempo como un período medido,
como veinticuatro horas o siete días. La otra palabra define el
tiempo como una ocasión caracterizada por una cualidad que le
atribuimos. Podemos describir cómo un determinado momento o
evento fue un tiempo Bueno o malo. Lafrase“redimir el tiempo” usa
la última palabra para referirse al tiempo, como un evento u
oportunidad, y la palabra “redimir” aquí significa literalmente
rescatar de la pérdida. Podría ser ilustrado por una compañía que
compra otra compañía, evitando que vaya a la quiebra. ¡No te
pierdas esto - es demasiado importante! Querrás recordarlo cuando
te encuentres pasando circunstancias difíciles o situaciones
desafiantes que podrían ocasionarte daños o pérdidas. Puedes

90
enfrentar a un compañero de trabajo que te está maltratando, o tal
vez te podrían pedir que encubras una actividad incorrecta.
Cuando se presentan tales oportunidades, y esté dentro de tu
capacidad de actuar, no las descartes como inútiles. En cambio,
toma la ocasión y evita que se pierda, haz que sea útil respondiendo
a la manera de Dios.
La Biblia nos instruye a vencer el mal al responder con el bien3.
Esto no significa que al responder a la manera de Dios, las
circunstancias cambiarán inmediatamente a tu favor. Sin embargo,
significa que has hecho lo que es bueno y correcto en una situación
mala4. Al hacerlo, podrías evitar que ésta empeore y quedar
atrapado en ella. No dejes que las circunstancias adversas del
trabajo te impidan aprovecharlas; en cambio, reconoce la activa
presencia de Dios al volverte a Él en oración.
Nos dicen que cada día tiene suficientes problemas. En lugar de
ignorar los problemas o anularlos como inútiles, aprovéchalos. Y
recuerda, estos a menudo son las ocasiones que Dios usa para guiar
a las personas hacia Él, tal como lo hizo con Larry y esos pilotos.
Dios le da un gran valor a las pequeñas y sorpresivas
situaciones y a los breves encuentros con personas que se cruzan en
nuestro camino cada día. Puede que no tengas una oportunidad
explícita de compartir tu fe con alguien, pero la puedes presentar
en la forma en que le respondes. Jesús le dio gran importancia a los
gestos más simples, incluso dando un vaso de agua a alguien que
en ese momento la necesita, independientemente de su estatus5.
Cada uno de los siguientes escenarios es una historia de la vida real
que he escuchado personalmente.
• Liz, una auxiliar de vuelo, aprovecha el momento en que
un pasajero que está molesto la trata con dureza y es rudo.
Liz elige redimir el momento respondiéndole
amablemente.

91
• Jerry, un Capitán, elige usar laocasióndeunprocedimiento
recurrente, al ofrecerse a inspeccionar el avión por fuera. Él
aprovecha el momento en que su primer oficial (a quien
Jerry podría ordenar que haga esto) está teniendo un día
difícil y hay un mal tiempo afuera.
• Tim, un mecánico, aprovecha el momento en que escucha
que un compañero necesita ayuda para terminar su
trabajo. Tim redime el tiempo mientras muestra su
disposición a hacer un esfuerzo adicional para ayudar a su
compañero a pesar de que Tim ha completado su trabajo y
podría irse a casa.

¡Hay infinitas e inesperadas oportunidades para la redención


en el centro de trabajo! Luego, consideremos cómo podemos
involucrarnos en el ministerio con regularidad y previsión.
Podemos obtener una idea de cómo nuestro Señor vio el ministerio,
ya que Él y sus discípulos a menudo lo comparaban con trabajar en
una cosecha6.

Y viendo las multitudes, tuvo compasión de ellas,


porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas
que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:
La mies es mucha, pero los obreros pocos. (Mateo 9:
36-37)

Ministerio Intencional
Aunque la espontaneidad es importante y necesaria, el
ministerio en el centro de trabajo también es intencional y se
desarrolla con el tiempo. Así como sembrar y cultivar son trabajos
a realizar para producir una cosecha, también son las dos acciones
necesarias en el ministerio de Cristo en el centro de trabajo.

92
Todos sabemos la importancia de cultivar el suelo y sembrar
semillas para cosechar. Cuando respondemos al llamado de Jesús
para que salgamos al campo de la cosecha, nos damos cuenta de
que no podemos producir las semillas nosotros mismos, ni tenemos
la capacidad de hacer que crezcan. Sin embargo, Dios proporciona
las semillas espirituales para el terreno de los corazones humanos.
Participamos en Su proceso de cosecha mientras cultivamos la
tierra a la que nos ha llamado y sembramos Sus semillas7. Hable
con cualquier agricultor, él le dirá que trabajar para una posible
cosecha requiere tiempo, diligencia, perseverancia y paciencia.
¡Uno de nuestros mayores obstáculos para ver la cosecha de Dios
fructificar es a menudo nuestra impaciencia! Esto nos llevará a
desanimarnos y eventualmente rendirnos.

Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo,


si no nos cansamos, segaremos. Así que entonces,
hagamos bien a todos según tengamos oportunidad, y
especialmente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:
9-10)

A medida que un granjero aprende su oficio, aprende de las


diferentes herramientas que utiliza, cómo las diferentes semillas
requieren ciertas técnicas de plantación, y cómo irrigar y enriquecer
el suelo. Del mismo modo, el cosechador cristiano debe conocer
formas sabias y efectivas de recoger los frutos de la cosecha.
Primero, consideremos los buenos modales y los hábitos de un
sembrador inteligente en el centro de trabajo. Él o ella siembra de
manera creativa y cuidadosa las semillas de palabras, gestos y
acciones que son apropiadas para la situación y en el momento
oportuno. El sembrador entiende el valor de las conversaciones
simples con los demás. Aunque el tiempo es precioso, el sembrador

93
usa el tiempo sabiamente y con moderación. Algunas palabras
edificantes bien escogidas son semillas sembradas. El sembrador
sabio ha aprendido a hacer estas cosas de manera que no presionen
a las personas para que respondan.
Un buen amigo mío, Primer Oficial, me contó de un tiempo
interesante que pasó con un Capitán en un viaje de tres días. El
primer día, mientras hablaban sobre sí mismos, parecía que el
Capitán estaba mostrando interés en escuchar más acerca de Dios
y de cosas espirituales. Mi amigo pensó que era una puerta abierta,
por lo que comenzó a compartir más acerca de su fe personal en
Cristo. El Capitán, que hasta este momento estaba muy envuelto en
la conversación, de repente se calló y se quedó silencioso. Al
principio, mi amigo continuó y le contó más, pero luego se dio
cuenta de que el Capitán no quería escucharlo, por lo que rápida y
gentilmente retrocedió. Durante los siguientes dos días hubo
silencio en la cabina, a excepción de la comunicación necesaria para
hacer su trabajo. Finalmente, en el último día de este viaje de tres
días, el Capitán se volvió hacia mi amigo y le dijo: “Ahora que sé que
no me vas a presionar con esto, me gustaría retomar la conversación sobre
Dios”. ¿Ves? Un buen sembrador depende del trabajo del Espíritu
Santo y no presiona, ni fuerza la semilla en el suelo.
Otro rasgo de un buen sembrador es saber qué semilla funciona
mejor en qué tipo de suelo. Por ejemplo, cuando las situaciones en
el trabajo son desalentadoras e incluso desesperantes, se necesitan
semillas de esperanza. Los corazones desanimados deben
encontrarse con palabras compasivas y que empaticen, no solo con
una bendición amable. Estas buenas semillas surgirán de personas
que viven sus vidas en completa dependencia de Dios en todas las
situaciones. No puedes dar esperanza a las personas si tu vida está
llena de ansiedad y frustración. Pero, puedes transmitir la
esperanza y la compasión, cuando estando en problemas eres
consolado por el Dios de toda consolación8.

94
Algunos de nuestros empleados de FCAP están involucrados
con la capellanía de aeropuerto y mantienen reuniones regulares
con personal que labora en aerolíneas durante sus escalas o
descansos. Por lo general, miran un pasaje de la Biblia y comparten
algunos pensamientos que se aplican a sus entornos laborales y
luego oran por los demás y por la compañía. Un día había dos
señoras que habían asistido a una de estas reuniones por primera
vez. Al final del tiempo de oración, hablaron y compartieron por
qué habían decidido asistir a la reunión. Señalaron a una de sus
compañeras de trabajo que también estaba allí y asistía
regularmente y dijeron: “Llegamos hoy porque queremos lo que ella
tiene”. La aerolínea estaba pasando por algunos cambios
turbulentos, y evidentemente la fe y la conducta de esta dama
esparcía la semilla del Dios de toda esperanza, que las estaba
dirigiendo hacia nuestro Señor.
Ahora veamos las cualidades de un buen cultivador. Uno de los
factores clave es convertirse en un buen vecino de quienes le rodean
en el trabajo. Nuestros compañeros son como nuestros vecinos con
los cuales nos codeamos a diario. Por lo tanto, debemos prestar
mucha atención a estas relaciones. Las siguientes palabras de Jesús
son profundamente prácticas y reales y nos hablan sobre el
ministerio en la cosecha. El gran mandamiento que Jesús dio a Sus
seguidores fue primero amar al Señor Su Dios y luego amar a su
prójimo como a sí mismos. Como cristianos, no podemos ignorar
estas palabras de nuestro Señor.
Ser un buen vecino de tus compañeros de trabajo significa
aprender a identificarte con sus necesidades espirituales, físicas y
materiales. ¿Hay compañeros de trabajo a tu alrededor que te
necesitan? Tal vez conoces a alguien que está luchando para llegar
a fin de mes económicamente, o tal vez están en una relación difícil
con su cónyuge o hijos. Otros pueden estar experimentando una
enfermedad física o tener a alguien en su familia que está sufriendo.

95
Las personas involucradas en la cosecha de Dios se acostumbran a
usar sus recursos personales (tiempo, dinero, talentos) para mostrar
a las personas a su alrededor la compasión y la bondad de Dios. La
siembra de tales semillas puede tener un efecto duradero y puede
producir una buena cosecha.
Así es como una amiga nuestra (azafata) hizo esto de una
manera sencilla. Cuando los asistentes de vuelo son contratados, al
principio, se les paga un sueldo menor, por un tiempo
determinado. A muchos de ellos les resulta difícil cubrir todos sus
gastos durante este tiempo. Cuando nuestra amiga, que ha volado
durante años, vuela con uno de estos nuevos empleados, busca
oportunidades para bendecirlos, invitándolos y pagando por su
comida cuando hacen escalas. Al cultivar el campo de cosecha de
tu centro de trabajo y difundir las semillas de Dios allí, estás
mostrando de manera única a las personas quién es Dios y cómo
trabaja.
El fundador de FCAP es un piloto de línea aérea retirado que
invirtió su vida ministrando en su centro de trabajo durante más de
40 años. Joe Ivey no solo es un buen amigo, sino también un socio
en el ministerio. Cuando me convertí en el director de FCAP en
1992, Joe se estaba retirando de pilotear, pero todavía no se ha
retirado de invertir en las vidas de las personas, especialmente en
la de aquellas que trabajan en aerolíneas. Él te diría cómo una
temprana mañana en 1971, Dios puso una carga en su corazón por
cada piloto de la aerolínea. En ese momento, cuando caminaba por
el salón de pilotos en Atlanta, solo conocía a unos cuantos cristianos
en la compañía. Joe vio la necesidad de que los cristianos se
identificaran entre sí, por lo que comenzó simplemente a reunirse
con un puñado de pilotos. Él y su esposa, Bárbara, comenzaron a
invertir su tiempo y recursos orando, reuniéndose y alentando a
otros en su centro de trabajo y, finalmente, en otras aerolíneas. Un
año después, una asistente de vuelo llamada Janice Barfield tuvo

96
un peso en su corazón por sus compañeros asistentes de vuelo, y
Dios la usó para formar esa parte del ministerio en FCAP. Poco
después, el personal de tierra de la línea aérea también comenzó a
formar grupos de ministerio en su área. El ministerio se extendió a
diferentes ciudades y finalmente a todo el mundo. Si tuvieras la
oportunidad de sentarte con Joe, él podría contarte una historia tras
otra de cómo Dios convirtió las conexiones comunes con personas
en el centro de trabajo, en maravillosas oportunidades de ministrar.
Fue respetado por la compañía y sus compañeros por la forma en
que realizó su trabajo y por el interés genuino que tenía en las
personas que lo rodeaban. Antes de su retiro, nos dijo que no hubo
un día en que pasara por la sala de pilotos que no se le acercara al
menos otro piloto cristiano y tuvieran un tiempo de comunión. Joe
no ha dejado de ministrar a la gente de la aerolínea. Ahora que está
retirado, encabeza la reunión mensual de los pilotos retirados de la
aerolínea en Atlanta, donde, una vez más, busca oportunidades
para mantener relaciones. Sigue siendo un ejemplo de invertir su
vida en las personas.
Lamentablemente, hay cristianos que pasarán más de 90,000
horas de sus vidas en su centro de trabajo y nunca verán las
posibilidades de ser parte del ministerio en la cosecha espiritual de
Dios. Vivir tu fe en tu centro de trabajo debe ser más que un reflejo
espiritual privado que ocurre en un momento aislado de la jornada
laboral. La fe en el centro de trabajo significa mi compromiso de
mostrarle a las personas y demostrar en las diferentes situaciones
que me rodean, mi relación con Dios, mi seguridad y confianza en
Él. Pregúntate en este momento... ¿De qué manera estoy dispuesto a
confiar en que Dios me use en mi centro de trabajo hoy? No puedes
esperar disfrutar algún día de la recompensa de la cosecha de Dios
si no te involucras con ella ahora. Sin embargo, cuando tomes pasos
de fe para sembrar y cultivar tu centro de trabajo, ¡transformarás el
paisaje espiritualmente estéril a fértil!

97
A menudo, cuando las personas se ponen en contacto con
FCAP, les oímos decir que su horario está demasiado lleno para
involucrarseenelministerio. Respondemosdiciendo... “Nolepedimos
que agregue más eventos a su horario de trabajo ocupado, sino que
aproveche las oportunidades que ya existen allí”. ¿Qué oportunidades
únicas existen en tu centro de trabajo? ¿Cómo puedes sacar el
mayor beneficio en este suelo fértil?

Preguntas de Discusión

1. ¿Has considerado alguna vez cómo la descripción de tu puesto


es parte de la agenda de Dios para tu ministerio en el trabajo?
¿Te sientes inspirado o intimidado al escuchar eso?
2. Se dice que la presencia de Dios en nuestra vida ejerce una
influencia convincente y restrictiva. ¿Qué efectos debería tener
esto en tu centro de trabajo?
3. Nombra algunas formas en las que necesitas que Dios te
convenza en tu trabajo.
4. También, nombre algunas maneras en que necesitas que Él te
restrinja en el trabajo.
5. Si la agenda del ministerio de Dios se desarrolla a medida que
vemos las personas y las circunstancias que nos rodean como
Sus citas, ¿qué es lo que me impide verlas en mi centro de
trabajo?
6. Si Dios le da un gran valor a las pequeñas cosas que suceden a
nuestro alrededor, ¿podría haber alguna oportunidad
actualmente en tu centro de trabajo que te estés perdiendo?

98
SECCIÓN 3

RESPONDIENDO
A LAS CONDICIONES EN EL
CENTRO DE TRABAJO
7
TENIENDO UNA FE PROACTIVA

Quisiera que conocieras a Tom. Si le preguntáramos sobre su fe


no dudaría en decirnos que es un cristiano involucrado
regularmente en una iglesia. También es maestro de escuela
dominical. Pero si seguimos preguntando, además nos diría que
tiene problemas ejercitando su fe en su centro de trabajo. ¿Por qué?
Tom está trabajando con una persona que vive un estilo de vida
moral completamente opuesto al de él. De hecho, su compañero de
trabajo hace alarde de su estilo de vida controversial y es muy
franco al respecto. Tom se encuentra en un dilema; de alguna
manera le gustaría decirle lo que piensa a su compañero, pero en
cambio ha optado por ser frío y distante con él.
Tom siente que si ignora a esta persona lo suficiente, la tensión
desaparecerá gradualmente, pero por el contrario; su resentimiento
hacia su compañero solo aumenta. Tom se siente impotente ya que
su fe se paraliza y no sabe qué hacer. Se pregunta si orar en contra
de sus enemigos sería una forma efectiva de lidiar con esta
situación. Luego recuerda las palabras de Jesús cuando dijo:
“Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan”1.
A Marta le encanta ir a la iglesia el domingo. Ella encuentra
gran ánimo y dirección cuando está allí. La gente de la iglesia la
ama, y Marta se siente confortada y aceptada por ellos. Ella también
los aprecia y los acepta. Sin embargo, cuando Marta va a su trabajo,
siente todo menos amor y tranquilidad. La compañía recortó su

100
paga después de 18 años de servicio y está escuchando rumores de
que algunos de los altos directivos están recibiendo bonos. Las
tensiones en el trabajo aumentan a diario debido a la ansiedad, el
miedo, la desilusión y la ira. La actitud general es deprimente y se
está deteriorando. Marta experimenta parálisis espiritual y todos
los días no aguanta las ganas de que llegue la hora de salir del
trabajo.
En los dos ejemplos de Tom y Marta, vemos el gran contraste
entre las condiciones del ministerio en el trabajo y las del entorno
de la iglesia local. En nuestras iglesias nos sentimos cómodos en un
ambiente controlado. Nuestra fe está protegida y es alentada a
medida que nos reunimos con personas de ideas afines. Sin
embargo, las condiciones del centro de trabajo afectan nuestra fe de
una manera muy diferente. Espiritualmente, la atmósfera se siente
casi fuera de control porque enfrentamos resistencia, rechazo y
hábitos mundanos. Ciertamente, Tom y Marta sintieron las
presiones de estas situaciones en el centro de trabajo. En otras
palabras, esas cargas paralizaron su fe.
Las condiciones del centro de trabajo no solo se crean por cuán
bien o cuán mal los empleados desempeñan sus trabajos; hay
muchas facetas que afectan el ambiente de trabajo (buenas y malas).
El escenario puede volverse bastante negativo cuando se producen
enfrentamientos sobre actitudes, moralidad, valores y prácticas
laborales. Y ciertamente la variedad de personalidades impacta las
condiciones en el trabajo.
He aquí algunas situaciones problemáticas que tienden a
repetirse en el trabajo y nos presionan:
• Crítica e insultos de parte de compañeros de trabajo y
supervisores
• Diversos valores éticos y morales entre los compañeros de
trabajo
• Las personas recurren a chismes y calumnias

101
• Políticas de la compañía que parecen insensibles e injustas
• Egoísmo y avaricia
• Comunicación áspera y degradante
• Trato preferencial para ciertas personas o grupos

Considera tu Respuesta
Usualmente respondes de una de estas tres maneras a las
condiciones que te rodean en el trabajo. Puedes intentar
IGNORARLO. Ignorar una situación conflictiva es cuando eliges
alejarte del problema o de la persona, al negarte a admitir que existe
un problema. Ser indiferente cuando enfrentas problemas,
comunica tu falta de voluntad para resolverlos2.
Puedes elegir REACCIONAR; reacción aquí significa de una
manera impulsiva, agresiva. Haces esto cuando tomas el papel del
adversario clasificando rápidamente a las personas como tus
enemigos cuando te irritan. Te resulta fácil discutir con ellos u
oponérseles, tratándolos como consideras que se merecen o por
cómo te han tratado ellos a ti.
Puedes también responder INVOLUCRANDOTE. Tu fe está
activa en las condiciones del centro de trabajo, cuando la aplicas en
situaciones relacionadas con las personas y circunstancias allí. La
idea de que la fe no está siendo ejercitada a menos que sea para
testificar el Evangelio no es poco común. Sin embargo, la fe se ejerce
de manera práctica cuando el Evangelio se demuestra en las
difíciles condiciones del trabajo. En otras palabras, vivimos el
Evangelio cuando tratamos a las personas con quienes chocamos,
de la misma manera que hemos sido tratados por Jesucristo. Se nos
ha mostrado gracia y misericordia y nuestros pecados han sido
perdonados. Si está dicho que Dios nos está utilizando para llamar
a las personas a la reconciliación con Él, entonces deberíamos
mostrar esa reconciliación como parte de nuestra respuesta.

102
Para ejemplificar la reconciliación, nosotros, como cristianos,
necesitamos ser más proactivos en nuestro caminar de fe a lo largo
de nuestro día de trabajo. El término proactivo significa anticipar
problemas y tomar medidas afirmativas para prepararnos, de
modo que cuando enfrentamos situaciones adversas, sepamos
cómo responder. La Biblia nos da una descripción clara de la
condición de nuestro mundo, el estado del corazón humano y lo
que los libera a ambos. Estas verdades pueden guiar nuestros
corazones para responder a condiciones adversas de maneras
piadosas. Por el contrario, la falta de preparación puede provocar
reacciones perjudiciales, causando una tempestad emocional
perenne. Nuestra fe y obediencia a nuestro Señor al responder a
condiciones adversas, es imperativa e impide que nos amarguemos y nos
contaminemos.
Ahora consideraremos algunas formas en que podemos
prepararnos para enfrentar los desafíos de las condiciones del
centro de trabajo.

Procedimiento de Emergencia Espiritual


La industria de las aerolíneas hace grandes esfuerzos e invierte
para preparar a su gente con procedimientos de cómo responder a
emergencias. Hacen esto de modo que su gente esté preparada para
responder rápida y eficazmente cuando sucede algo inesperado. El
valor de esta capacitación proviene de las instrucciones escritas en
el aula y de los ejercicios prácticos repetidos simulando diferentes
escenarios. A medida que los empleados practican y aplican el
material escrito, los procedimientos de emergencia se convierten en
algo natural para ellos.
En una de nuestras conferencias de FCAP en India, le pedí a Lav
Samuels, capitán de Air India y un amigo muy querido, que se
parara junto a mí y fingiera que estaba en la cabina volando. He
aquí el escenario: “De repente, las luces de advertencia y las

103
alarmas te informan que el motor número dos está fallando. ¿Cuál
es tu reacción?” Automáticamente, demostró lo que había
practicado tantas veces durante su carrera. El “Procedimiento
operativo estándar” que prepararía a la tripulación y a los pasajeros
para una emergencia se había convertido en algo natural para él.
De manera similar, podemos prepararnos para responder de
una manera piadosa cuando nos enfrentamos a circunstancias
inesperadas. ¿Cómo? Primero comenzamos observando y
aprendiendo las respuestas bíblicas prescritas por Dios. En Su
Palabra, Dios nos ha dado muchos ejemplos prácticos de escenarios
de la vida real sobre cómo responder a Su manera. Se necesita algo
más que memorizar tales pasajes; significa aprender y aplicarlos en
nuestras situaciones problemáticas existentes3. La falta de esta
aplicación podría haber sido lo que impidió a Tom y Marta vivir su
fe en su centro de trabajo.
Tener una fe proactiva no elimina los problemas, pero da forma
a nuestras vidas y puede afectar positivamente a las personas que
nos rodean. Veamos algunas respuestas importantes a emergencias
espirituales que nos prepararán para responder apropiadamente
cuando surjan situaciones inesperadas en nuestro trabajo.

Alerta para Orar


Para Jesucristo, responder a través de la oración fue de suma
importancia. Su vida lo demostró mientras estuvo en la tierra. A
veces incluso se apartó por un tiempo para orar. Esta urgencia de
dedicarse a la oración se encuentra en toda la Biblia. En Lucas 18: 1,
Jesús les dijo a sus seguidores que deberían orar en todo tiempo en
lugar de estar temerosos y desanimados. Cuando Jesús se enfrentó
a su mayor prueba terrenal de ser arrestado, juzgado y crucificado,
les dijo a sus seguidores: “Oren para que no entren en tentación” 4.
A menudo las personas piensan que necesitan unirse a una
reunión de oración o al menos estar en presencia de ciertas

104
personas para poder orar. Pero Jesús nos llama a orar en todo
momento. Orar debe ser tan automático para nuestra vida
espiritual como lo es respirar para nuestra vida física5. Orar es más
que un ritual devocional o eclesiástico realizado por ciertas
personas en un día en particular o en un lugar especial. ¡Es el
privilegio de cada cristiano hablar personalmente con Dios, nuestro
Padre Celestial, sobre todo y cualquier cosa! Cuando participamos
en la oración en cada situación de la vida, declaramos nuestra
dependencia de Dios. En fe, humildemente reconocemos nuestra
necesidad de que Él nos guíe, nos provea y nos sostenga. Tú, como
yo, probablemente has escuchado el comentario: “Bueno, al menos
podemos orar”. Deberíamos decir: “Oremos… ¡es lo mejor que podemos
hacer!”. Por favor entiende que si no ves cómo el orar involucra tu
fe en las dificultades; recurrirás a otros medios menos efectivos.
¿Cuál es tu respuesta inmediata cuando la crisis sacude tu
centro de trabajo? ¿Te entrenaste para estar alerta y correr hacia
Dios primero? ¡Esto no es una sugerencia! Se nos instruye que
estemos alerta y en oración por las cosas que suceden a nuestro
alrededor.

Con toda oración y súplica, orad en todo tiempo en el


Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica
por todos los santos... (Efesios 6:18)

Al practicar este privilegio en tu centro de trabajo, o en


cualquier otro lugar, encontrarás paz, estabilidad, fortaleza,
esperanza, sabiduría y guía, incluso en las situaciones más
difíciles. A Dios le encanta escuchar nuestras oraciones de fe
porque quiere participar en los detalles de nuestra vida. Creo
que una de las razones por las cuales Dios nos permite pasar
por dificultades es para que aprendamos a confiar en Él y

105
estemos atentos para orar en todas las situaciones6. En lugar
de ver la oración como una especie de “varita mágica” que
cambiará las circunstancias de inmediato, podemos estar
seguros de que Dios usará nuestra oración para cambiarnos
y para suplirnos con lo que necesitamos en ese momento. ¡Se
podría decir mucho más sobre la oración, pero permítanme
instarlos a que aprovechen esa “línea de vida” directa con
Aquel que tiene todo en Sus manos!

Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo,


mediante oración y súplica con acción de gracias, sean
dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestras mentes en
Cristo Jesús. (Filipenses 4: 6-7)

Me gusta escuchar historias de cómo la gente pudo


experimentar paz y fortaleza en el santuario interior de su alma al
recurrir a Dios en oración cuando todo a su alrededor era caótico y
confuso. Liz (azafata) ha dirigido una sesión de capacitación para
nosotros sobre cómo responder a las personas irrazonables. A
menudo comparte una rutina muy práctica que aplica cuando se
enfrenta a pasajeros que se quejan, compañeros de trabajo
buscapleitos, o simplemente si se siente débil y lista para rendirse
cuando las cosas se descontrolan. Para ayudarse a tomar un tiempo
para orar, ella deja caer su bolígrafo al piso a propósito. Mientras
ella se inclina para recogerlo, aprovecha la oportunidad para
clamar a Dios en busca de ayuda. Ella dice: “Es sorprendente cómo
esta práctica me ayuda a recuperar mi enfoque y me prepara para lo que
viene, manteniendo correctos mis pensamientos y mi actitud”.

106
¿Las dificultades del trabajo te atraen hacia Dios o te alejan de
Él? ¿Por qué no ideas una rutina en tu día de trabajo que te recuerde
estar alerta para orar por toda las cosas? También podrías
considerar preguntarle a algunos compañeros de trabajo si les
gustaría reunirse contigo para orar durante el receso. Aunque
estamos llamados a orar en todo momento, la oración colectiva a
menudo es una gran fuente de ánimo y apoyo.
Una vez que hemos orado, algunas situaciones requieren más
tiempo y reflexión. Por lo tanto, debemos considerar cómo ensayar
las respuestas concebidas en nuestros corazones.

El Ensayo General
¿Alguna vez te han pedido que desempeñes un papel? Si es así,
probablemente te dieron un guión que tenías que memorizar.
Luego comenzaste a representar tu parte, y cuanto más ensayabas
más énfasis agregabas a través del lenguaje corporal, las inflexiones
de tu voz y tus emociones. Cuanto más te involucras vocal y
físicamente, más real y creíble se vuelve tu personaje. De manera
similar, todos nosotros eventualmente vivimos lo que ensayamos
en nuestros corazones. Tom y Marta (mencionados anteriormente
en este capítulo) pueden haber pensado que podrían escapar de la
realidad de su entorno de trabajo al no responder a estos. Pero ya
sea que se dieran cuenta o no, su ambiente de trabajo los estaba
afectando, y estaban ensayando la parte de “elegir ignorar”. Como
humanos, procesamos continuamente las cosas que están
sucediendo a nuestro alrededor, mental y emocionalmente, y que
afectan nuestros pensamientos, puntos de vista y perspectivas
sobre la vida y quienes nos rodean. Estas emociones pueden hacer
que ensayemos el papel de “confrontación y ataque”. Tal vez
hemos tenido un enfrentamiento con alguien en el trabajo. En un
desacuerdo, a menudo se dicen palabras poco amables y dañinas.
Tales palabras pueden dejar el ambiente frío e incómodo. Repasas

107
el escenario una y otra vez en tu mente tratando de justificar tu
posición. Puedes comenzar a pensar que necesitas probar tu punto
y dejarle saber a los demás cómo piensas. Cuanto más ensayas tu
parte, más se intensifica y te estás preparando para el fracaso. ¿Por
qué? Porque probablemente representarás lo que has ensayado. Si
revives las respuestas con amargura, enojo o pensamientos
sarcásticos, se reflejarán en tu comunicación, tanto verbal como
corporal.
Dios nos instruye a renovar nuestras mentes continuamente, “...
Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación
de vuestra mente”7. La palabra “renovar” sugiere la idea de
intercambio. No podemos esperar llegar al trabajo con nuestros
corazones llenos de enojo y calumnias, y luego esperar que fluyan
de nosotros palabras amables y acciones de gracia. Aunque es
posible que no tengamos control sobre las circunstancias, sí
tenemos control sobre lo que elegimos pensar y sobre lo que
meditamos8. Dios nos dirige a que consideremos aprender Sus
pensamientos y caminos que son muy superiores a los nuestros.

“Porque mis pensamientos no son vuestros


pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”,
declara el SEÑOR. “Porque como los cielos son más
altos que la tierra, así mis caminos son más altos que
vuestros caminos y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos” (Isaías 55: 8-9).

Esto se conoce como la verdadera sabiduría que viene de lo alto,


y cuando se aplica a nuestra condición de trabajo, nos enseña a
actuar sabiamente y con delicadeza9. Veamos cómo podemos
prepararnos aún más para responder con sabiduría a las
condiciones en nuestro trabajo.

108
Respondiendo por lo que Sabes
Cuando los pilotos se topan con un clima peligroso, primero
identifican su ubicación en relación con las tormentas para navegar
alejados de estas. Debido a que los pilotos no tienen intersecciones
visibles a 35,000 pies con letreros de calles, usan coordenadas para
identificar su ubicación y movimiento (las coordenadas nos
proporcionan longitud, latitud y altitud). Los pilotos luego
redirigen su vuelo en función de lo que saben; no en función de lo
que no saben. En otras palabras, en una situación como esta no
querrías que un piloto se distrajera tratando de averiguar de dónde
vino la tormenta o cuánto durará o incluso que tratara de adivinar
si fuera posible atravesarla. Deseas que el piloto tome sus
decisiones basándose en los datos que sabe que son confiables y
verdaderos, y que recalcule la ruta de vuelo para alejarse del
peligro.
Este ejemplo ofrece algunos paralelismos útiles que debemos
examinar a medida que respondemos a las condiciones turbulentas
en nuestro centro de trabajo. Primero, podemos preguntarnos si
estamos conscientes de las circunstancias cambiantes que nos
rodean, y luego evaluar cómo proceder. ¿Manejamos las
circunstancias por lo que sabemos, o intentamos averiguar las
incógnitas?
En la Biblia, Dios nos ha dado Sus coordenadas para vivir
nuestras vidas. Cuando aprendamos esto y lo apliquemos, nos
guiarán con seguridad a través de cualquier condición climática de
la vida. Los conflictos en el trabajo pueden aparecer como
tormentas en el horizonte. Si no tenemos cuidado, pueden desviar
rápidamente nuestra atención de Dios. Somos tentados a fijar
nuestra atención en lo desconocido y esto nos confunde y nos hace
sentir perdidos, y en ese momento comenzamos a tomar decisiones
basadas en nuestros instintos. Sin Dios y sus coordenadas

109
prescritas, las condiciones inestables que nos rodean nos llevarán
fuera de curso.
Intentar comprender los motivos y el razonamiento de las
personas no es incorrecto. Sin embargo, distraerte con eso podría
retrasarte en hacer lo que ya sabes que sería lo correcto. De hecho,
esto puede ser costoso, consumiendo gran parte de tu tiempo y
energía. He sido testigo de esto en personas que han intentado
interpretar situaciones difíciles en su trabajo. Algunos incluso han
afirmado que Dios les había dado una palabra de revelación,
mientras que al mismo tiempo descuidaban aplicar los principios
de Dios en relación directa con sus circunstancias.
La verdad de la Palabra de Dios proporciona una aplicación
práctica a todas las situaciones de la vida. Conocer estas verdades
simplemente no es suficiente, ya que el poder de la Palabra de Dios
se hace evidente en aquellos que dan pasos de fe. Aquí hay una lista
de algunos de los principios de Dios que actúan como coordenadas
y nos dirigen correctamente:
• Orar por nuestros enemigos en lugar de permitirnos
reaccionar y ser vencidos por su maldad. ¡Vence con el bien el
mal! (Romanos 12:21)
• Buscar maneras de amar a aquellos que no te aman o no les
• agradas. (Mateo 5: 43-44)
• Se lento para hablar y rápido para escuchar, ya que es fácil
para nuestra lengua decir apresuradamente las cosas
incorrectas. (Santiago 1:19)
• Se nos dice que no busquemos nuestro propio interés
• solamente, sino también el interés de los demás. (Filipenses 2:
3-4)
• Cuando surjan oportunidades, deberíamos estar dispuestos a
hacer más de lo que se espera de nosotros haciendo un
esfuerzo adicional. (Mateo 5:41)

110
• Conocer la verdad es una cosa, pero decir la verdad de una
manera amable y amorosa en situaciones difíciles es
igualmente importante. (Efesios 4:15)
• Perdona como Cristo te ha perdonado. (Colosenses 3:13) El
perdón debería caracterizarnos e influir en nuestra respuesta
hacia las personas difíciles. Si no lo haces, puedes sentirte
tentado a albergar falta de perdón.
• Deja que tú sí sea sí, y tú no sea no, porque todo lo demás
conduce a la confusión. (Mateo 5:37, Santiago 5:12)
¿Suenan demasiado simplistas? Puede ser, porque son
profundamente simples. Al igual que las coordenadas, esto nos da
una idea de dónde nos encontramos espiritualmente cuando las
condiciones nos presionan para dar un giro equivocado. También
debo preguntarme: “¿Estoy navegando en el GPS de Dios (el
Sistema de Posicionamiento de Dios) o el mío?” El GPS de Dios
puede no cambiar las condiciones adversas que me rodean, pero Su
sistema me protegerá de caer en peores condiciones llenas de ira,
amargura y resentimiento. Ten cuidado de no trivializar el valor de
estas coordenadas, especialmente mientras navegas a través de las
tormentas del centro de trabajo.
Tómate un momento para evaluar algunas condiciones actuales
y desafiantes en tu centro de trabajo. Ten en cuenta las
características, actitudes e ideas que conforman tu entorno de
trabajo. Ahora pregúntate: “¿Cómo me está afectando esto
emocionalmente?” Y “¿Cómo estoy respondiendo a ello?”. Hemos
hablado de que seas proactivo en tu fe allí donde trabajas. Con esto
en mente, piensa en algunos pasos prácticos que podrías aplicar en
tu ambiente de trabajo. Responder a las condiciones del centro de
trabajo implica la preparación y el ensayo del papel que
desempeñarás en los diferentes escenarios que se presenten.

111
Preguntas de Discusión

1. ¿Cómo ves que las condiciones en la iglesia son favorables para


el ministerio? En comparación, ¿cómo ves que las condiciones
en el centro de trabajo son desfavorables y desafiantes para el
ministerio?
2. Evalúa tu entorno de trabajo y piensa en tus interacciones
relacionales con tus compañeros. Considera cómo los tres
enfoques diferentes “Ignorar, reaccionar, involucrarte” están
afectando a tus compañeros y a ti.
3. Describe una situación difícil que sucedió en tu centro de
trabajo. ¿Cómo respondieron tus compañeros? ¿Cómo
respondiste tú?
4. Revisando la sección anterior “Respondiendo por lo que sabes”,
¿cuáles son algunas respuestas prescritas en la Palabra de Dios
que podrían aplicarse a situaciones difíciles en tu trabajo?
5. Evalúa tu vida de oración en el trabajo... ¿cómo se beneficiarían
tú y tu centro de trabajo al orar de manera espontánea e
intencional sobre las cosas que están sucediendo allí?
6. Los eventos y las dificultades entre los compañeros a menudo
nos causan confusión interna, en la cual reflexionamos y
ensayamos nuestras respuestas. Describe cómo puede tomar
una dirección equivocada ese ensayo. ¿Cómo se puede manejar
para que se desarrolle en la dirección correcta?
7. Nombra algunos preceptos o principios de la Palabra de Dios
que serían importantes y útiles de tener en tu corazón al llegar
a tu trabajo.

112
8
REGLAS DE
ENFRENTAMIENTO
Una empleada de una aerolínea que trabajaba en el
departamento de equipaje perdido asistió a uno de nuestros
seminarios. Mientras se presentaba y hablaba de su trabajo, pensé:
“¡Debe trabajar en un ambiente interesante!”. Describió lo estresante
que era su trabajo. Casi todos los días las personas se dirigían hacia
el mostrador atacándola, acusándola de perder sus cosas y
estropear sus planes de viaje. Como las palabras airadas y las
amenazas hacían que la atmósfera se pusiera tensa e incluso
agresiva, le resultaba más difícil responder de manera adecuada.
esto no solo era difícil desde un punto de vista profesional, sino que
como cristiana sabía que devolver enojo con enojo era un mal
ejemplo de su fe. Se dio cuenta lo fácilmente que podía ser
arrastrada a utilizar las mismas tácticas de agresión que se usaban
contra ella. Era importante para ella no adoptar esas formas, sino
tener un enfoque más sabio y bíblico en sus respuestas.
El término “Reglas de Enfrentamiento” es un código de conducta
diseñado para manejar el uso de la fuerza durante la guerra a fin de
evitar el deterioro de una situación. Estas reglas no se refieren tanto
a estrategias de ataque sino a pautas que restringen el abuso de la
fuerza.
Nuestra amiga del departamento de equipaje perdido
necesitaba algunas “reglas de enfrentamiento” para manejar a los

113
clientes difíciles. Como grupo, discutimos cuáles serían las mejores
estrategias para seguir en su trabajo. Nuestra sugerencia fue,
primero orar, reconociendo su necesidad de la ayuda de Dios, luego
identificarse genuinamente con el dolor del pasajero por la pérdida
de su equipaje y ofrecerle disculpas sinceras. El pasajero podía
mostrar su frustración y rabia, pero luego ella debía proceder
amablemente a explicar cómo la aerolínea corregiría el problema de
la mejor manera. Si en este punto el pasajero aún continuaba
expresando su enojo y amenazas, ella debía informarle con calma,
pero con firmeza, que si él prefería que la policía del aeropuerto lo
ayudara a solucionar el problema, los llamaría. Desde entonces,
esta señora nos ha compartido que, aunque estos pasajeros
iracundos siguen apareciendo, las “reglas de enfrentamiento” que
habíamos discutido la ayudaban a manejar estas situaciones de una
manera más agradable. Además, la forma en que el grupo en
nuestro entrenamiento discutió y evaluó los desafíos de esta señora,
es un buen ejemplo de cómo los cristianos deberían apoyarse unos
a otros en su centro de trabajo.
Los ingredientes básicos para los conflictos son las personas y
los problemas, para los cuales el centro de trabajo proporciona un
caldo de cultivo favorable. Cuando surgen conflictos, generalmente
lo hacen porque existe una “diferencia de opinión y propósito que
frustra la meta o los deseos de alguien”1. El enfoque de Dios para
tratar con los conflictos y los problemas es diferente al enfoque del
mundo. En Su Palabra, Él ha explicado maneras de enfrentarnos
con personas y situaciones difíciles. Manejar el conflicto a la manera
de Dios y no a la nuestra es otra forma en la que Dios llega a tu
trabajo.

El Método de Dios
Cuando hablamos de “método” nos referimos a cómo
abordamos a los demás. Cuando trabajamos con personas que nos

114
gustan y todo va bien, es fácil corresponderles. La Biblia nos dice
que es fácil amar a los que nos aman, pero continúa diciendo que
no hay nada excepcional en eso2. Mas cuando mostramos amor a
aquellos que no nos quieren o a aquellos con quienes estamos en
conflicto, tomamos la semejanza de nuestro Padre Celestial.

Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien,


y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra
recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo;
porque El es bondadoso para con los ingratos y
perversos. (Lucas 6:35)

¿Cómo te estás acercando a tu compañero de trabajo que difiere


de tus puntos de vista morales y éticos o con quién tienes un
conflicto?¿Qué transmite tu tono de voz, tu lenguaje corporal y tus
gestos? ¿Es frustración, frialdad y aversión, o es paciencia, interés
y amor? En la Biblia se nos dice que, tal como piensa una persona
en su corazón, tal es en la vida real3. Siendo así, debemos examinar
nuestros corazones para evaluar cómo llegamos a nuestros
compañeros de trabajo, especialmente a aquellos que son diferentes
de nosotros.

Efectos del Instinto Natural


Todos nosotros tenemos un deseo natural de llevar la
“delantera” cuando surgen conflictos. Este instinto intrínseco
puede funcionar para nuestro bien cuando se aplica en situaciones
que amenazan la vida. Sin embargo, tiende a crear consecuencias y
complicar las circunstancias cuando tomamos esta posición para
resolver problemas con las personas. El deseo de tener la razón o
ser el ganador termina siendo la fuerza motriz para resolver el
conflicto. Típicamente, el plan de acción es el siguiente: señalamos

115
a nuestro adversario, concisa y apasionadamente al exponer sus
motivos y acciones equivocadas, mientras nos presentamos a
nosotros mismos lo mejor posible. También vemos esta técnica
utilizada en nuestro sistema legal. Cada lado busca ganar el caso
derrotando al otro y generalmente no muestra interés en tomar
medidas para restaurar las relaciones dañadas y rotas. Nuestros
medios noticiosos lo hacen de esta manera; cuando informan una
historia sobre dos lados opuestos, se centran casi por completo en
sus diferencias y dicen poco o nada sobre una solución. ¡Actuar
únicamente basados en nuestro instinto natural para resolver
problemas está muy lejos del método de Dios!

¿Comenzar con Quién?


“¿Yo? ... ¿parte del problema? ¡De ninguna manera, no hice
nada para causar esto! “¿No es esta otra tendencia natural que
tenemos? La otra persona es totalmente culpable; ¡yo no!
El método de Jesús para resolver conflictos y problemas es
mirarse primero a uno mismo. Preguntarse: “¿He contribuido en
algo para causar el problema, o estoy de alguna manera
prolongando su solución?” Jesús nos instruye a comenzar con
nosotros mismos. Aunque puedo estar 70% correcto y solo un 30%
equivocado, debo comenzar primero por examinar mi propio
corazón. “¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con
claridad”4.
La falta de la otra persona no me da derecho a tener
resentimiento, enojo o una respuesta cortante. El método de Dios
expresa que no importa qué tan poco o cuánto haya contribuido a
crear o prolongar el conflicto, debo comenzar por examinarme a mí
mismo. Esto me liberará para mirar a mi oponente a través de los
ojos de Cristo. A medida que lo practico, me daré cuenta de que yo
también necesito perdón, y de que he sido perdonado mucho. Esto
me permitirá abrir mi corazón para perdonar a los demás.

116
Cómo lo Dices
¿No es sorprendente qué todo parezca ir bien cuando de
repente, de la nada, una conversación se torna agria, mientras las
palabras sarcásticas y cortantes se multiplican como una tormenta
de fuego? Un amigo cercano de la escuela solía decirme qué saber
lo correcto es solo el 50%; el otro 50% es cómo lo comunico de una
manera amable y amorosa, sin manipulación ni arrogancia.
Transmitir lo que debe decirse de una manera aceptable es a
menudo donde fallamos en nuestro trato con las personas.
Se sabe que la comunicación implica palabras, tono de voz y
lenguaje corporal o gestos. Pero, ¿estamos conscientes de que en
una conversación las palabras pueden ser lo que tenga el menor
impacto? No creo podría convencerte de estar arrepentido de algo
si te lo dijera en un tono antagónico con mis brazos cruzados sobre
el pecho, mientras miro hacia otro lado.
Dios enfatiza la importancia de la manera en que se dicen las
cosas, porque nos instruye:” Vuestra bondad sea conocida de todos
los hombres. El Señor está cerca.”5. La redacción correcta es
importante, pero comunicar las palabras de manera compasiva
fomenta el entendimiento y el respeto mutuo6.

Invitando a Participar
Para abordar un conflicto, se deben tomar pasos, pero ¿quién
debería dar el primero? Otra de nuestras tendencias naturales es ser
tercos y esperar que nuestro oponente dé el primer paso. Cuando
no cedemos, comunicamos que la otra persona ha cometido la
ofensa mayor, y que no nos corresponde a nosotros dar el primer
paso. A veces las personas tienen miedo de esto o simplemente no
saben cómo hacerlo. Curiosamente, la Biblia les dice a los cristianos,
ya sean ellos los ofensores o los ofendidos, que deberían estar
dispuestos a dar el primer paso7.

117
Aprendí algo hace años que me ha sido de gran ayuda para
acercarme a las personas con las que estoy en conflicto. Cuando
algo necesita resolverse entre otra persona y yo, primero los abordo
reconociendo el problema y luego admito que necesito su ayuda en
el asunto. Así es cómo pregunto: “Sé que esto o aquello sucedió y
me gustaría que lo resolvamos, pero necesito tu ayuda para hacerlo.
¿Me ayudarías, por favor? “En la mayoría de los casos, mi
actitud de cooperación mutua comienza el proceso de trabajar
juntos en busca de una solución.

¡Bájate de tu Pedestal!
La negociación posicional es declarar mi perspectiva desde el
principio. Expreso mis puntos de vista y opiniones sobre el
conflicto antes de darle la oportunidad a la otra parte de expresar
los suyos. Al mismo tiempo, le hago saber lo que estoy dispuesto a
hacer y lo que no haré con respecto a una posible concesión. Aquí
hay otra tendencia natural hacia la que nos inclinamos. Creemos
que si nos posicionamos, defendiendo apasionadamente nuestro
punto de vista por adelantado sin escuchar a la otra parte,
tendremos una mejor oportunidad de ganar. Lo que realmente
estamos comunicando cuando tomamos este enfoque es que
nuestra versión tiene mayor importancia que la de la otra persona;
y que es más importante ser escuchados primero. Este enfoque
también puede presionar a las personas para que hagan
concesiones sin permitir un debate más extenso. el enfoque de Dios
es el que fomenta el respeto mutuo para cada una de una de las
partes. Él nos instruye a “...que cada uno sea pronto para oir, tardo para
hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios
“8.
Podemos alentar la comunicación mutua y oportuna
haciéndonos preguntas uno al otro. Una buena regla de
enfrentamiento es no hacer preguntas retóricas. Estas son

118
preguntas que se hacen para probar un punto sin esperar realmente
una respuesta. Las buenas preguntas revelan hechos que pueden
ayudar a comprender la opinión de la otra persona o detalles
importantes para ayudar a solucionar los conflictos. Otra forma de
ser “pronto para oír” es cuando le pedimos a la otra persona que
defina el problema que ocasiona el conflicto desde su punto de
vista. La mejor posición es cuando ambas partes se ven a sí mismas
en igualdad de condiciones.

Intereses Comunes, ¡Por Favor!


Identificar los intereses comunes es útil cuando ambas partes
han reconocido el problema y comienzan a trabajar para resolverlo.
Un interés común es algo que ambos lados del conflicto consideran
importante y pueden usar juntos para resolver sus diferencias. No
es la solución final, pero es útil para tomar pasos y avanzar hacia el
objetivo común de llegar a un acuerdo.
Esta historia puede parecer simple pero servirá como ejemplo.
Varios empleados de oficina están usando un refrigerador en la sala
de descanso para sus almuerzos, refrigerios, bebidas, etc. Algunos
de ellos son descuidados al dejar sus alimentos sobrantes podrirse
y no limpian los derrames. Otros empleados quieren mantener el
refrigerador limpio y organizado. Estos hábitos diferentes han
causado fricción entre los empleados y se quejan entre sí. El gerente
de la oficina se da cuenta de la situación y le molesta que los adultos
estén haciendo un alboroto de un asunto como ese. Para resolver el
problema rápidamente, él les dice: “Les recomiendo que averigüen
cómo pueden resolver esto juntos, o nos desharemos de la nevera”.
Dado que a todos los empleados les gusta la conveniencia de tener
un refrigerador; ahora tienen un interés común en resolver
respetuosamente el problema.
Dios nos instruye a identificarnos con los intereses de los demás
y tratarlos con igual importancia que los nuestros.

119
Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con
actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro
como más importante que a sí mismo, no buscando
cada uno sus propios intereses, sino más bien los
intereses de los demás. (Filipenses 2: 3-4)

Esos intereses comunes no siempre son fáciles de precisar, pero


merece la pena invertir tiempo para descubrirlos.

Amor que Conquista


¿Qué hacemos en un conflicto cuando las comunicaciones se
detienen o cuando parece que la otra parte nos hace la vida
imposible? Nuestra tendencia natural es devolver el mismo trato
que estamos recibiendo. Una vez más, el método de Dios es muy
diferente y puede parecernos imposible de seguir. ¡Y lo es! Amar a
quienes nos desprecian y están dispuestos a lastimarnos no es un
rasgo humano natural. Es sobrenatural y requiere pasos de fe para
confiar en Dios, confiar que Él nos proporcione fortaleza espiritual
y emocional. “Vencer el mal con el bien”9 requiere que nos centremos
y reflexionemos sobre cómo devolveremos amor. El primer paso,
obviamente, es orar por todos los que están involucrados, según
nuestro Señor nos ha instruido.
¡Cuidado! No debemos abusar de emplear nuestras buenas
acciones con los que no nos quieren, o no ser “empalagosamente
dulces” con esas personas para así vengarnos de ellas. Hay
momentos señalados para mostrar una genuina bondad hacia las
personas que no se preocupan por nosotros, del mismo modo que
hay momentos en que no debemos molestarlos. Un querido amigo
nuestro (lo llamaremos Jay), quien trabaja en un puesto clave en un
aeropuerto, compartió con nosotros que él no le agradaba a su jefa
por ser cristiano. Esta jefa hacía comentarios cortantes sobre la fe de

120
Jay, menospreciando cosas que eran valiosas para él. Esto creó un
ambiente de trabajo difícil, lleno de tensión y fricción. Como
nuestro amigo trataba de ser amable y responder con pequeños
actos de bondad, la jefa de Jay se volvía cada vez más hostil hacia
él. Entonces, Jay decidió que probablemente sería mejor continuar
haciendo su trabajo lo mejor que pudiera y comunicarse solo
profesionalmente con ella. Entonces, un día, a esta supervisora se
le murió un familiar. Jay se acercó a ella y se ofreció a hacer trabajo
adicional necesario en la oficina, para que ella pudiera visitar a su
familia. Nuestro amigo descubrió que Dios proporciona el tiempo
apropiado para mostrar bondad y hacer el bien. La jefa de Jay más
tarde reconoció lo considerado que él había sido y estuvo muy
agradecida.
Habiendo considerado algunas de estas “reglas de
enfrentamiento”, también debemos ser conscientes de que la Biblia
no nos dice que debemos hacer las paces con todos. Nos instruye:
Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con
todos los hombres11. Por lo tanto, siempre debemos estar dispuestos
a mantener la paz, pero no podemos forzarla. No permitas que las
personas difíciles y las batallas en el trabajo te roben la oportunidad
de demostrar el poder y la presencia de Dios a través de ti. ¡Aplicar
Sus “reglas de enfrentamiento” es una de las formas en que Dios
llega a tu trabajo!

Entendiendo el Liderazgo
Finalmente, me gustaría dirigir nuestra atención a aquellos en
posiciones de autoridad. Las instrucciones de Dios no son
diferentes para los supervisores, gerentes, ejecutivos y dueños de
negocios. Todo lo que hemos hablado se aplica también a ellos. Sin
embargo, la Biblia revela que a las personas en estos puestos se les
da la capacidad de introducir cambios en el entorno laboral de
maneras que otros no pueden. La Palabra de Dios le dice a los que

121
están en autoridad que “hagan” justicia y equidad a aquellos que
están bajo su autoridad. La palabra “hagan” aquí conlleva la idea
de “rendirte a ti mismo o tus recursos”. Asume que ciertas personas
tienen la capacidad de proporcionar un entorno de equidad y
justicia a quienes están bajo su autoridad. En el capítulo 6 de
Efesios, a los amos se les decía que dejaran de amenazar a sus
siervos, y que los trataran como ellos se tratarían a ellos mismos,
sin mostrar parcialidad12. En esa época, esta visión era excepcional
e inaudita, ya que los esclavos bajo la ley romana no tenían
derechos. A los amos cristianos no se les animaba simplemente a
mostrar actos de caridad ni a repartir regalos y bonos, sino que se
les mandaba proporcionar, mediante la autoridad conferida a su
puesto, un ambiente de justicia y equidad en el trabajo. La razón es
que los amos algún día darían cuenta de cómo trataban a las
personas bajo sus órdenes. Los cristianos que están en posiciones
de autoridad hoy, están llamados a hacer lo mismo.

Involucrarse en el Liderazgo
La instrucción que Dios da a aquellos en posiciones de
autoridad es práctica y desafía algunas tendencias naturales. Una
de ellas es mostrar favoritismo hacia ciertas personas o ciertos
grupos. Tal trato preferencial puede causar confusión, enviar
señales equivocadas a los empleados y alterar las maneras en que
éstos se relacionan entre sí y con los que están en liderazgo. Los
empleados pueden estar tentados a “adular” a sus supervisores
para obtener una mejor posición. Esto, a su vez, minimiza la
importancia del carácter del empleado y sus méritos. Tal
comportamiento no es raro en un ambiente de trabajo donde se
tolera el favoritismo. en lugar de que los empleados asuman la
responsabilidad de resolver los problemas entre ellos, cada una de
las partes trata de “ser amistosa” con los que tienen autoridad. Otra
forma en que aparece la parcialidad en el entorno laboral es cuando

122
la política de la empresa no se aplica de manera coherente. Un
supervisor fomenta el favoritismo cuando permite a los empleados
violar continuamente un reglamento aparentemente insignificante
de la empresa, pero de repente decide aplicarlo a un empleado que
no le simpatiza. Conozco a un empleado diligente y dedicado de
una aerolínea, con una ética de trabajo impecable que puso una
nota en un tablero de anuncios, con un pensamiento alentador y
una porción de las Escrituras acerca del trabajo. A pesar de que la
política de la compañía establecía que esta pizarra solo debía usarse
para avisos y anuncios de la compañía, los empleados siempre la
habían utilizado para publicar otro tipo de avisos. A nadie pareció
importarle y la política nunca se hizo cumplir. Hasta que, de
repente, un día, el supervisor de este empleado se irritó tanto con
esta nota, que presentó una queja. Esto finalmente hizo que el
empleado fuera reprendido por la alta gerencia y recibiera una
amonestación.
Las personas en puestos de autoridad que muestran y permiten
parcialidad a individuos o grupos están preparando el escenario
para conflictos futuros en su entorno. El tratamiento preferencial
construye muros divisivos y fomenta la animosidad. Dios instruye
a quienes tienen autoridad para que no muestren parcialidad, sino
que proporcionen igualdad de condiciones para todos los
empleados. Esto no implica que todas las posiciones sean iguales,
sino que la compañía y su liderazgo son igualmente equitativos y
justos en su trato con todos.
Hay formas de alentar un ambiente de trabajo justo y
equitativo. Una política escrita con procedimientos prácticos que
expliquen cómo se mantienen las buenas relaciones puede ser útil.
Dicha política podría describir pautas para comunicaciones sanas
al tiempo que aborda tácticas erróneas que pueden ser degradantes
y difamatorias. Es importante proporcionar procedimientos claros
para manejar conflictos entre los empleados. Esto preparará al

123
empleado para saber cómo actuar y cómo proceder cuando éstos
surjan. Las pautas deben animar a los involucrados en el conflicto,
para que asuman la responsabilidad de trabajar juntos con el fin de
encontrar una solución. La manera en que Dios maneja los
conflictos consiste en reducir las consecuencias, en la medida de lo
posible, comenzando con las dos partes involucradas y solo
involucrando otras personas, cuando sea necesario13. Deben
aplicarse pasos y consecuencias adicionales cuando haya
resistencia de una o ambas partes a cooperar. Las mejores políticas
y procedimientos de una compañía no pueden reemplazar el
ejemplo que el líder debe dar. Una vez tuve la oportunidad de vivir
algo sorprendente a través de uno de nuestros grupos de FCAP.
Algunos pilotos tenían una preocupación genuina por los
problemas relacionales que había entre sus compañeros y su
sindicato. Con el fin de evitar que la situación se deteriorara aún
más, apelaron a su sindicato y solicitaron reunirse para discutir
posibles soluciones. También preguntaron si podía unirme a ellos
para ofrecer algunas pautas para la solución de conflictos. En esa
reunión escuché a los líderes sindicales expresar cómo deseaban
mejorar la comunicación y las relaciones entre sus pilotos y de éstos
con la compañía. Después de la segunda reunión, observamos
cómo los líderes sindicales idearon un acercamiento más saludable
al tratar con la compañía. A medida que comenzaron a tener buenas
relaciones, se abrieron las puertas de las comunicaciones y la
empresa y el sindicato tuvieron el intercambio más fructífero de su
historia.
Este fue otro ejemplo para mí del impacto que los cristianos
pueden tener en su centro de trabajo, cuando están dispuestos a
involucrar su fe y hacer las cosas a la manera de Dios. Como
cristianos, independientemente de si nuestra compañía
proporciona o no pautas y procedimientos, tenemos las “reglas de
enfrentamiento” de Dios que guían nuestras respuestas a través de

124
los conflictos de la manera correcta. Al seguir las “reglas” de Dios,
daremos el ejemplo tanto a los compañeros de trabajo como a los
que ocupan puestos de liderazgo.

Preguntas de Discusión

1. Si estuviera en tu poder hacerlo... ¿qué pasos tomarías para


limitar el deterioro de un conflicto explosivo en tu centro de
trabajo?
2. Escribe algunas formas en que se puede incorporar la “gentile-
za” en tu centro de trabajo.
3. Un conflicto surge con un compañero de trabajo sobre un punto
de vista diferente al manejar un procedimiento. Escribe algunas
preguntas que podrías hacerle a él/ella, para fomentar el respeto
mutuo y la cooperación.
4. Estás en conflicto con tu compañero de trabajo; ¿Cuáles son al
gunos de los “intereses comunes” en los que podrías enfocarte
que los animaría a resolver el conflicto?
5. Mostrar amor deliberado, intencional hacia aquellos que te
desprecian puede hacerse de una manera correcta o incorrecta.
Da algunos ejemplos de cómo expresar el amor deliberado,
intencional que podría ser malentendido por el que lo recibe.
6. Como líder en tu centro de trabajo (o en el futuro), ¿cuáles son
algunos principios guía, importantes de la Palabra de Dios que
crees, pudieran modelar e influenciar el ambiente de trabajo
bajo tu liderazgo?

125
9
LA PERSPECTIVA
COMPLETA DE DIOS
Jeff, un hombre joven, se sentía cómodo en su profesión de
administración de aerolíneas que le ofrecía seguridad y prometía
un gran futuro. Disfrutaba de su empleo y de trabajar con personas,
pero todo eso, un día cambió. La empresa estable de Jeff se vio
obligada a reestructurarse y a eliminar empleos debido a la
globalización dentro de las aerolíneas. De un día para otro, el
trabajo de Jeff pasó de ser una profesión satisfactoria a un trabajo
dificultoso. Los empleados estaban temerosos y comenzaron a
luchar creativamente para mantener sus puestos. En medio de esta
batalla, el jefe le informó a Jeff que perdería su empleo. Luego le
dijeron que él sería responsable de entrenar a la persona que lo
reemplazaría. La situación era aflictiva para él. Otros que también
perdieron sus trabajos expresaron sus decepciones y resentimientos
de varias maneras. Como cristiano, Jeff conocía las pautas de Dios
y no quería que el resentimiento y la venganza fueran parte de la
manera en que su fe se manifestaría en esta difícil circunstancia. En
medio de su agonía, Jeff y yo hablamos por teléfono. Me dijo,
poniendo su confianza en Dios, “si este es mi último mes, será mi mejor
mes para la compañía”. Jeff dio lo mejor de sí, pero la dura prueba
desafió su vida espiritual, ya que permaneció desempleado durante
más de un año.

126
Punto de Vista Humano
Hay varias maneras en que las personas hubiesen podido
responder a la situación de Jeff. La respuesta de la compañía que lo
despidió pudo haber sido fría y calculada. Estoy seguro de que
algunos de los compañeros de trabajo de Jeff tenían sus opiniones.
Algunos probablemente expresaron empatía mientras que otros
permanecieron en silencio, incapaces de remediar su propia
desesperación. ¿Cómo respondieron los cristianos a su alrededor?
Puede que algunos hayan reconocido las dificultades al mostrar su
preocupación y comprensión, mientras que otros pudieron haber
intentado ayudar a Jeff dando su interpretación espiritual sobre las
nefastas circunstancias. Estas explicaciones a menudo provienen de
diferentes ángulos y puntos de vista. Un punto de vista podría
enfocarse en el deseo de Satanás de devorar a Jeff al eliminar su
trabajo. Otro podría ver la pérdida de trabajo de Jeff como un
castigo de parte de Dios por un mal proceder. Algunos incluso
podrían pensar que Jeff perdió su trabajo debido al hecho de que
no oró lo suficiente ni le dio suficientes diezmos a Dios. Otros
podrían pensar que Jeff nunca habría perdido su trabajo si solo
hubiese tenido suficiente fe en Dios para ayudarlo.
Todos estos puntos de vista tienen un elemento de verdad, pero
cada uno en sí mismo carece de correlación con el resto de la
Escritura. Todos ellos sacan la verdad de la Biblia y tratan de
aplicarla a la situación de Jeff queriendo explicar por qué Dios
permitió que esto sucediera. Usar las Escrituras de esa manera puede
ser confuso e hiriente para aquellos a quienes va dirigido.
A menudo, nuestra tendencia natural es tratar de explicar el
razonamiento de Dios. No debemos sentir que es nuestro deber
justificar de alguna manera a Dios cuando en realidad no sabemos
por qué ha elegido permitir que sucedan ciertas cosas. En términos
generales, Dios no ha llamado a Su pueblo para tratar de descubrir
Sus caminos en asuntos que no pueden entender1. Sin embargo, se

127
dice que lo que Dios nos ha revelado en Su Palabra escrita es
suficiente y crucial para vivir cualquier circunstancia2.

¿Qué es lo Bueno? ¿Qué es lo Mejor?


¿Por qué Dios no hizo que la vida fuera fácil y llena de placeres?
¿No reflejaría esto Su interés por mí? ¿Él no se da cuenta de cuánto
mejor sería mi vida si no tuviera todos estos problemas en el trabajo
y en la casa? Es precisamente con estas preguntas que tenemos
nuestras mayores luchas. Creemos que si Dios cumpliera nuestros
sueños dándonos un trabajo de por vida con una jubilación
exuberante, se nos garantizaría una vida de calidad, mejorando
nuestra capacidad caritativa. Pero, cuando estas cosas no se hacen
realidad, nos preguntamos por qué nuestra visión de “lo bueno” es
tan diferente a la de Dios. Todo esto apunta al hecho de que hay
una gran diferencia entre lo que el mundo nos dice que es “la buena
vida” y el camino de Dios hacia una “vida mejor”.
Algunos cristianos nos quieren hacer creer que el propósito
máximo de Dios para bendecirnos es otorgarnos una vida de
enorme comodidad, placer y buena salud. No es de extrañar
entonces, que las personas que creen esto se desilusionen con Dios
cuando las cosas no salen como esperaban.
¿Cómoes que culpamosa Dios por fallarnos enloquecreemos
que es bueno cuando Él tiene un plan para algo mejor? Por ejemplo,
mi razonamiento podría ser que si todo en mi vida funcionara sin
problemas ni frustraciones, mi vida sería perfecta. Dios sabe que es
mejor para mí pasar por períodos de pruebas y dificultades para
que pueda aprender paciencia, diligencia y satisfacción. No hay
duda de que Dios encuentra placer en darnos cosas buenas para
que disfrutemos y nos deleitemos3. También es cierto que Dios a
menudo nos permite enfrentar pruebas y adversidades para hacer
crecer nuestra fe, lo que nunca se lograría viviendo solo “la buena
vida”4.

128
La meta más alta de Dios para nosotros entra en conflicto con la
visión deteriorada del mundo de vivir una vida fácil. Esto no
significa que Dios quiere llenar nuestras vidas con miseria y
tristeza.
¡No! Él permite que cosas como el dolor, la pérdida y la
adversidad desarrollen Sus cualidades en nosotros. Estas cosas nos
llevan a experimentar Su presencia en todas las circunstancias de la
vida de una manera más profunda y mejor. Por supuesto, esto
significa que en nuestro caminar confiaremos en Él, cediendo
nuestra voluntad a Su guía.
Dios nos promete que los resultados finales de nuestras pruebas
superarán algún día las dificultades temporales del presente5. Su
interés involucra el proceso de transformarnos, no una
transformación inmediata, sino duradera. A medida que
aprendemos a confiar en Dios y confiar en Su Palabra en nuestras
pruebas, Él ha prometido madurar, fortalecer y establecernos
firmemente a través de ellas6. Ninguna compañía o trabajo podría
cumplirnos esta promesa. Ningún salario, bonificación o jubilación
nos puede dar el tipo de seguridad y paz que Dios puede. Dicho
sencillamente, “la mejor vida” viene de la mano de Dios, cosa que el dinero
no puede comprar, las promociones no pueden lograr y el placer no puede
alcanzar. Más bien es una vida de calidad la que se está formando
en nosotros a medida que aprendemos a confiar y obedecer al Señor
en medio de los desafíos de la vida. Jeff aprendió esto, y su vida se
enriqueció gracias a ello. ¡Deberías ver a Jeff hoy! Obtuvo otro
trabajo con mayores responsabilidades y más oportunidades para
confiar y ver a Dios trabajar en nuevas maneras.

Más que una Realidad Virtual


Seamos realistas... ¡la tecnología nos fascina y nos cautiva!
Podemos participar en juegos de computadora que nos dan la
sensación de que estamos involucrados en actividades y ambientes

129
de la vida real. Aunque los llamamos realidad virtual, solo son
“fantasía”. ¡Solo imagina! Entras a un avión y descubres que los
pilotos tienen cientos de horas de vuelo... pero solo en un
simulador. En otras palabras, los pilotos nunca han volado en
condiciones reales. Probablemente te sentirás incómodo y te
preguntarás si estás dispuesto o no a confiar tu vida en sus manos.
De acuerdo, si les dieses el beneficio de la duda, podrían hacerlo
bien en el despegue y el aterrizaje, pero su orientación y habilidades
de vuelo aún no habrían sido probadas en la vida real y, por lo
tanto, su entrenamiento es incompleto. Un piloto completo es aquel
que ha aprendido las habilidades y que ha sido probado más allá
de la experiencia de un simulador, con muchas horas de vuelo en
un avión real y en condiciones de vuelo reales.
A menudo, los cristianos ejercitamos nuestra fe en Dios
exclusivamente dentro de una experiencia controlada o simulada.
Asistimos regularmente a actividades cristianas, donde se nos
instruye sobre lo esencial de la fe cristiana y se nos enseña a caminar
por fe. Es aquí donde también somos entrenados en disciplinas
espirituales, posiblemente incluso actuándolas en una obra de
teatro o viéndolas en video. No es que las experiencias “simuladas”
que aprendemos en la iglesia u otras reuniones cristianas no sean
importantes... ¡son muy importantes! Sin embargo, si nuestra fe en
el Señor no se ejerce y prueba en el mundo, entonces no es mucho
más que una “realidad virtual”. En la perspectiva completa de Dios,
vemos cómo parte de nuestra fe se entrena y crece a medida que
nos congregamos en nuestras iglesias. La otra parte se desarrolla a
medida que se vive, y se prueba en las circunstancias cotidianas de
la vida.
Cuando la humanidad decidió no seguir los caminos de Dios,
como se registra en Génesis 3, Dios sometió al mundo a condiciones
que actuarían en su contra. Por ejemplo, sabemos que el mundo se
está desgastando y disminuyendo, ya que tanto la energía como la

130
materia se están agotando. Los humanos, separados de Dios, no
están evolucionando en seres mejores, ya que sin la ayuda de Dios,
en realidad se están volviendo más egoístas y degradantes. Dios
permitió que estas condiciones adversas nos recuerden nuestra
necesidad de Él. Al mismo tiempo, Él usa estas condiciones para
entrenar y madurar a Su pueblo, purificando y fortaleciendo su fe.
Fue Santiago quien escribió: “Tened por sumo gozo, hermanos míos, el
que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe
produce paciencia y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que
seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.”7.
Estas condiciones también nos brindan la oportunidad de
experimentar la fidelidad y el amor de Dios hacia nosotros. Tener
conocimiento sobre la fidelidad de Dios es unidimensional, pero al
ver que Él provee los recursos necesarios para superar las
dificultades, nos da una imagen más completa de Su fidelidad.
Asimismo, podemos aceptar el perdón de Dios hacia nosotros, pero
solo llegamos a su significado más completo cuando perdonamos a
quienes nos han hecho mal.
Dios está usando las condiciones actuales a nuestro alrededor,
incluyendo nuestro centro de trabajo, para hacernos
espiritualmente maduros en Él. Es aquí donde nuestra
comprensión de la Palabra de Dios y nuestra confianza en Su
carácter son probadas. Las circunstancias difíciles nos brindan la
oportunidad de conocer a Dios de maneras que de otro modo no
podríamos conocerlo. La siguiente historia, que presencié
personalmente, ilustra esto de una manera profunda.
Gary es un maravilloso hombre piadoso que ha sido piloto
durante años. Él es un buen amigo y juntos hemos ministrado al
personal de las aerolíneas. También ha servido como uno de
nuestros miembros de la Junta de FCAP durante varios años. Gary
ha tenido éxito espiritual al observar a Dios trabajar de maneras
únicas y maravillosas en su vida. Sin embargo, no de la manera que

131
te puedas imaginar. Si le preguntas a Gary cómo ha visto el éxito
en su carrera de aviación, probablemente te muestre uniformes en
su armario de cinco diferentes de aerolíneas. Verás... su viaje
personal lo ha llevado a través de cinco bancarrotas de aerolíneas.
Y sin embargo, Gary te diría que él no fuera el hombre que es hoy
sin que Dios le hubiera permitido atravesar estas adversidades. Las
experiencias de Gary también le han dado más oportunidades de
crecimiento personal y ministerial de lo que nunca hubiera
imaginado. Escucha las propias palabras de Gary describiendo su
travesía:

“A lo largo de las diferentes dificultades, mi fe fue


probada. Hubo momentos en que simplemente me
aferraba por convicción. Tenía poca o ninguna
alegría. Solo existían la Palabra de Dios y Sus
promesas. A veces andaba mecánicamente por estos
valles, sabiendo lo que debía hacer, pero en el fondo no
podía reconciliar el “por qué” de mis tantas
experiencias difíciles, hasta mucho más tarde. A pesar
de haber vivido aproximadamente 12 años muy duros
en las aerolíneas, esforzándome para darle sentido,
seguí caminando... lejos de la perfección, pero seguí
caminando y buscando al Señor. No fue nada fácil.

Mi mensaje es este: en ningún momento, aunque las


cosas se pusieron apretadas, deje de comer, a menos
que no fuese por elección. Siempre tuve un techo sobre
mi cabeza. Tenía comida en la despensa y el Señor
abrió numerosas puertas en todo el mundo donde tuve
el privilegio de ministrar en más de una docena de
países.

132
En la actualidad, tengo un buen trabajo en la
industria de la aviación, donde entreno a pilotos de
aerolíneas de todo el mundo en simuladores de vuelo
de última generación. Existe también la posibilidad de
que mi trabajo actual se esfume, pero sé que si esto
sucediera, estaré bien. Tengo 5 uniformes diferentes
en mi armario que dan testimonio de Su fidelidad.
Mientras me entrenaba para poner mi mirada en ÉL
y no en las circunstancias, puedo mirar atrás y ver
cómo el Señor SIEMPRE se mantuvo fiel y me cuidó.
La otra parte de mi mensaje es que cada uno de
nosotros DEBE enfocarse cuidadosa y humildemente
en el Señor. Él es nuestra riqueza. ¡Él es nuestra vida!
Él no nos defraudará. Si nos enfocamos en nuestro
trabajo, nuestra jubilación, los políticos, o lo que sea,
nos estamos entregando al pecado de la idolatría.
Cuanto antes entendamos todo esto, más pronto
aprenderemos a confiar en el Señor y en Sus
recursos”8.

Se nos dice que ahora solo podemos ver la “perspectiva


completa” de una manera tenue9. Sin embargo, Dios quiere
asegurarnos que Él terminará la buena obra que ha comenzado en
nosotros10. Él podría incorporar algunas de nuestras metas y planes
y podrá permitir algunas pruebas, pero Su objetivo en el proceso es
conformarnosa Suimagen. Nuestra máxima satisfacción y
plenitude de la vida no se encontrará en nuestros logros o placeres
momentáneos, sino en conocer a Dios profundamente, confiar
plenamente en Él y someternos a Su proceso transformador en
nuestras vidas.

133
Preguntas de Discusión

1. Medita en la historia de Jeff... sobre cómo perdió su trabajo y


cómo fue humillado. ¿Qué le hubieras dicho para animarlo en
ese momento?
2. Mostrar compasión hacia las personas fue uno de los
principales rasgos de Jesucristo durante su tiempo en la tierra
(Mateo 9:36). Menciona algunas formas en que puedes mostrar
compasión hacia los compañeros de trabajo con quienes tienes
diferencias.
3. Si Dios permite ciertas condiciones en el centro de trabajo a
veces para retarnos a fin de madurarnos, describe algunas de
las condiciones en tu centro de trabajo que han retado tu fe.
4. ¿Puedes nombrar un problema en el trabajo que te gustaría que
Dios cambie o elimine? En caso afirmativo, ¿qué has aprendido
a través de esta dificultad? ¿Cómo han cambiado tus
pensamientos, actitudes y acciones?
5. Las dificultades no son agradables. Sin embargo, Dios a
menudo las usa para ubicarnos en la dirección que es mejor
para nosotros y, que por lo general, solo comprendemos
después de mucho tiempo. Mirando hacia atrás, ¿puedes
recordar tales episodios?

134
SECCIÓN 4

SER LA IGLESIA
en el Centro De trabajo
10

CREANDO NUESTRAS
CONEXIONES
Daniel trabajaba en la división de computadoras de la compañía
aérea. Nos reuníamos periódicamente para almorzar y hablábamos
sobre Dios y sobre nuestro trabajo. Recuerdo que una vez llegó un
poco deprimido y frustrado a uno de nuestros almuerzos. Le
pregunté si algo andaba mal. Él dijo: “sí”, y comenzó a hablar sobre
sus recientes conversaciones con otros tres cristianos con los que
trabajaba de cerca. Recuerdo la ilustración que utilizó para describir
cuan cerca trabajaban uno del otro. Él dijo: “Si hiciera una bola de
papel y la arrojara podría golpear a cualquiera de ellos”. Todos sabían
que eran cristianos y asistían a una iglesia local diferente. Daniel se
acercó a ellos para preguntarles si les gustaría reunirse una vez a la
semana por unos minutos durante el almuerzo para orar unos por
otros, por sus compañeros y por la compañía. Tuvo varias
conversaciones con ellos, pero el grupo nunca se formó. Parecía que
cada vez que comenzaban a discutir la posibilidad, inevitablemente
terminaban en una discusión sobre sus puntos de vista diferentes o
cuál iglesia era mejor. Me di cuenta que esto era muy decepcionante
para Daniel.
Tristemente, muchos cristianos van a su trabajo sintiéndose
solos o tal vez deseando que no los molesten. No ven ninguna razón

136
para relacionarse con otros cristianos, a excepción de aquellos con
los que tienen que tratar por la naturaleza de su trabajo. Según la
Palabra de Dios, se dice que los cristianos son la familia de Dios,
parte de Su hogar, y sin embargo, la evidencia de esto en el trabajo
puede ser prácticamente inexistente. Durante nuestra sesión de
capacitación cuando hablamos del tema de este capítulo, a menudo
le pregunto al grupo: “¿Dirían que los cristianos en su trabajo se tratan
como familia?”. Muy a menudo las respuestas no son diferentes de
las respuestas que Daniel recibió.
¿Por qué pasa esto? ¿Podría ser que algunos cristianos sientan
que no tienen tiempo para esto en el trabajo? Es entendible. Tal vez
algunos simplemente no piensan que es importante y no pueden
ver qué diferencia haría... así que ¿para qué molestarse? Hay otros
cristianos que se asocian a través de eventos y clubes de la
compañía. Aunque animo a los cristianos a participar en estas
cosas, en realidad esto no se compara a la gran conexión que los
cristianos tienen en Cristo. Tal vez te sientes un poco como Daniel.
Has interactuado con otros cristianos en el trabajo, pero la atención
se centró en las diferencias y no en lo que tienen en común
espiritualmente. ¿Por qué no podemos ver la importancia de
identificarnos en el centro de trabajo?
Hasta este punto del libro, he enfatizado la importancia de ver
a Dios en relación con tu labor y tu centro de trabajo de tres maneras
principales. Primero, hablé acerca de entender a Dios en relación
con tu trabajo desarrollando la perspectiva de Dios sobre el trabajo.
Luego, describí cómo el servicio a Dios a través del ministerio en el
trabajo está integrado en los detalles de la labor que realizas.
Después hice hincapié en la importancia de responder a las
condiciones del centro de trabajo a la manera de Dios. Ahora, me
gustaría que consideremos cómo el pueblo de Dios puede
conectarse en el centro de trabajo y llevar allí la influencia de la
iglesia. ¿Qué tan importante es esto... y hará una diferencia?

137
Er la Iglesia - No solo Asistir a la Iglesia
Nuestra percepción de “la iglesia” puede ser bastante limitada
cuando solo la vemos como un lugar al que vamos una o dos veces
por semana. Permítanme enfatizar nuevamente que estar
involucrado en una iglesia local es una parte muy importante de la
vida espiritual. Sin embargo, la iglesia no desaparece o queda sin
vida cuando la reunión termina.
La Biblia describe a la iglesia de dos maneras1. Una es la iglesia
local donde los cristianos se reúnen en un lugar y hora designados
para adorar juntos, aprender las verdades de Dios y mostrar apoyo
mutuo de diversas maneras. La otra es la iglesia universal o
“Cuerpo de Cristo”2 que representa la presencia de Cristo a través
de Su pueblo en todo el mundo. El término Cuerpo de Cristo es la
expresión más completa que da la Biblia, de la iglesia. Representa a
todos los creyentes en Cristo, independientemente de sus idiomas,
nacionalidades y culturas, como partes de un mismo cuerpo bajo
una sola cabeza: Cristo. El apoyo y la nutrición entre las partes y el
crecimiento del cuerpo se llevan a cabo a medida que cada parte
comprende su conexión con la Cabeza (Cristo) y cómo funciona
junto con las demás partes del cuerpo.
Dios ha elegido vivir en Su pueblo y no en las cosas hechas por
humanos. Cuando Cristo está presente en nuestras iglesias locales,
Él lo está principalmente a través de Su pueblo en el cuál habita.

El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay,


puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en
templos hechos por manos de hombres (Hechos 17:24)

…Porque nosotros somos el templo del Dios vivo,


como Dios dijo: HABITARÉ EN ELLOS, Y

138
ANDARÉ ENTRE ELLOS; Y SERÉ SU DIOS, Y
ELLOS SERÁN MI PUEBLO.” (2 Corintios 6:16)

La presencia del Dios viviente es la marca distintiva de Su


pueblo3. ¡el pueblo de Dios lleva Su presencia al trabajo tanto
como la lleva a la iglesia!

Signos Vitales del Cuerpo


Puedes estar pensando...Realmente no veo “la iglesia” en mi
trabajo... pero, ¿si se viera, cómo sería? Debido a que tenemos un
Señor vivo que trabaja a través de “Su cuerpo”, la iglesia debería
mostrar algunos signos vitales. Si encuentras a una persona tendida
en el suelo inconsciente, ¿qué signos vitales buscarías? En primer
lugar, deberías ver si la persona está respirando mientras que al
mismo tiempo buscas latidos cardíacos o pulso. Estos dos signos
son los indicadores más básicos de si una persona está viva y si su
cuerpo todavía está funcionando. Si se dice que el Cuerpo de Cristo
representa la presencia del Dios vivo en el mundo y en nuestros
trabajos, habrá signos vitales que indiquen que Él está vivo allí.

Haciendo tu Conexión
En el segundo capítulo de su epístola a los Efesios, Pablo llama
la atención sobre la importancia de que los cristianos demuestren
la conexión que tienen en Cristo. Él comienza señalando que todas
las personas, independientemente de sus antecedentes, comparten
el mismo origen, el de nacer en el pecado que los separa de Dios.
La invitación personal de Dios para reconciliarse e ingresar a Su
familia es para todas las personas, no solo para un determinado
grupo.
Cuando Pablo escribió estas cosas, hubo algunos creyentes
judíos que sentían que su fe en Dios era un poco más pura debido

139
a su origen. Pero Pablo declara en este pasaje que se nos dio una
nueva identidad; que nuestro derecho a entrar en la familia de Dios
ya no dependía de nuestros antecedentes sino de nuestra identidad
en Cristo. Debido a esto, tenemos una nueva asociación entre
nosotros que trasciende las relaciones nacionales, culturales,
corporativas o incluso de sangre.
Durante ese tiempo había una tendencia creciente entre los
cristianos a enfocarse y enfatizar sus diferencias, similar a lo que
Daniel experimentó con sus tres compañeros de trabajo. Escuche
cómo Pablo defiende su punto al enfatizar la importancia de que
los cristianos se conecten entre sí.
Él comienza diciendo que los cristianos ya no deben actuar
como extraños y extranjeros entre sí (2:19). En algún momento
todos hemos visto que los extranjeros se mudan a nuestra tierra
natal. Vienen trayendo sus diferentes costumbres y formas de vida.
A veces tendemos a mantener nuestra distancia y simplemente a
coexistir con ellos. Esto define el tipo de relación que Daniel sentía
que tenía con los otros tres compañeros de trabajo cristianos.
Trabajaban unos con otros, reconocían su fe cristiana, pero al
centrarse en sus diferencias, simplemente coexistían en su centro de
trabajo. Tal comportamiento contradice la obra redentora de Cristo
que rompió los muros entre nosotros. El centro de trabajo no se
beneficiará de la influencia del Cuerpo de Cristo cuando los
cristianos se comportan como extraños entre sí.
Pablo continúa fortaleciendo su punto al describir el tipo de
relación que los cristianos tienen entre sí. En lugar de vernos como
extraños y extranjeros, deberíamos considerarnos como
conciudadanos. Los ciudadanos son personas que comparten los
mismos derechos, beneficios y protección bajo las leyes de su país.
De manera similar, la familia de Dios comparte las mismas
bendiciones espirituales, derechos y privilegios. Tenemos igual
acceso a Dios y compartimos las mismas riquezas en Cristo.

140
Independientemente de nuestra nacionalidad, idioma y afiliación a
una iglesia, somos conciudadanos de un reino eterno4.
Luego, Pablo personaliza la relación entre nosotros como
cristianos al declarar que somos de la familia de Cristo, la familia
de Dios. La unidad familiar en cualquier cultura proporciona el
lugar más íntimo para que los humanos se relacionen entre sí. En la
familia, tenemos nuestra mayor oportunidad de desarrollarnos y
madurar. Mi familia es quien mejor me conoce y quien continúa
amándome a pesar de mis fracasos y debilidades, siendo pacientes
conmigo y alentándome a crecer. Cuando los cristianos van a su
trabajo, no solo traen su relación individual con Dios, sino que
también traen la relación de la familia de Dios5.
Cuando los cristianos discuten sobre temas como a qué iglesia
asisten, qué modo de bautismo prefieren, si son reformados,
dispensacionalistas, carismáticos, pre... post... o amilenialista, no
están construyendo relaciones sobre la misma base. No
necesitamos ocultar nuestras diferencias para que el mundo no
pueda verlas. Necesitamos demostrar que, aunque tenemos
diferencias, no nos dividen. ¿Por qué? Porque la base de nuestra
identidad familiar es Cristo y Su trabajo continuo en nosotros y a
través de nosotros.
El punto final de Pablo en Efesios 2 habla de la gran influencia
que los cristianos poseen, para alcanzar a otros.

... edificados sobre el fundamento de los apóstoles y


profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular,
en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo
para ser un templo santo en el Señor, en quien
también vosotros sois juntamente edificados para
morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2: 20-22)

141
Refiriéndose al tabernáculo y al templo en el Antiguo
Testamento (que fueron lugares designados para que la presencia
de Dios morara), Pablo describe a los cristianos como un solo
cuerpo con el propósito de crecer en un templo santo... el lugar de
la morada de Dios. ¡Su analogía es aguda y profunda!
Cuando los cristianos actúan como familia en lugar de extraños,
se convierten en una habitación para la presencia de Dios. Sabemos
por las Escrituras que la presencia de Dios habita en cada uno de
Sus hijos6. Sin embargo, Pablo dice que hay un sentido especial de
la presencia de Dios, como el del templo y el tabernáculo cuando
los cristianos se conectan como familia. Esto no se limita a nuestras
reuniones de la iglesia local. Cada vez que los cristianos
demuestran su unión, se convierten en un lugar donde la presencia
de Dios recibe una mayor exposición.
En septiembre del 2002, los líderes de un grupo de FCAP me
pidieron que participara con ellos en un servicio conmemorativo
del 11 de septiembre, que el sindicato de pilotos había organizado.
Fue una ocasión maravillosa y muy concurrida. Después del
servicio, varios pilotos se acercaron a mí para expresar su
agradecimiento por mi asistencia. Me impresionaron los
comentarios que algunos de estos pilotos hicieron. Tres pilotos me
transmitieron por separado que todos los pilotos en la compañía
sabían sobre estos pilotos cristianos. Aunque este grupo de FCAP
no era grande, su conexión y actividades en el centro de trabajo
generaron conciencia entre todos los pilotos de la aerolínea. Más
tarde le dije a Mike, nuestro coordinador de FCAP, que su conexión
como cristianos irradiaba a todos en la compañía señales obvias de
una “iglesia viva”.

Construyendo Conexiones en el Trabajo


Cuando hablamos de “hacer conexiones” no es algo que
nosotros vamos a crear. Los cristianos están conectados en Cristo

142
por lo que Dios hizo. No podemos hacer nada para estar más
conectados, pero debemos desarrollar esta conexión. En la Biblia se
nos dice que debemos esforzarnos por preservar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz7. Cristo es nuestra conexión, pero
ahora debemos desarrollarla y mantenerla entre nosotros. Veamos
algunas formas en las cuales podemos desarrollar nuestra conexión
en el trabajo. Al construir un edificio, debemos comenzar primero
poniendo su cimiento. Éste proporciona alineamiento y apoyo para
la estructura8. Lo mismo sucede con los cristianos que se conectan
en el centro de trabajo. Debemos comenzar a alinear nuestras
relaciones con los demás sobre el mismo fundamento, Jesucristo.
Esto significa que como grupo debemos comenzar por considerar
nuestra relación individual con Cristo. Marc, nuestro coordinador
de FCAP en Zúrich, una vez me dijo que cuando personas nuevas
asistían a sus reuniones de FCAP no les preguntaba dónde se
congregaban. En cambio, comenzaba por saber acerca de su
relación y caminar con Cristo. Un buen tema para una discusión
grupal entre cristianos sería: “¿Cómo afecta mi relación personal
con Cristo mi trabajo y mis relaciones en él?”. Podemos revertir esto
preguntando: “¿Cómo afecta mi trabajo mi relación con
Cristo?”Tales preguntas ayudarán a los cristianos a alinear su fe
personal entre sí y desarrollar su conexión.
La conexión entre los cristianos en el centro de trabajo puede
fortalecerse a medida que aprendemos a compartir juntos la verdad
de Dios y Su dirección a través de Su Palabra. Simplemente no hay
suficiente tiempo en el trabajo para discutir sobre puntos menores
y temas controversiales de la Biblia. Entonces, debemos enfocarnos
en los puntos principales de nuestra fe y alejarnos de los menores.
Mis dos buenos amigos, Scott y Tim, se han capacitado para iniciar
y mantener grupos en el centro de trabajo durante casi dos décadas.
Animan a los cristianos a evitar discutir o pelear sobre asuntos que
pueden fácil y típicamente traer divisiones entre los cristianos9.

143
Finalmente, muchas de estas cosas no importan, especialmente en
el trabajo; son divisivas y nos desenfocan de nuestro cimiento
común en Cristo. Siempre es mejor enfocarse en las enseñanzas claras y
directas de las Escrituras que se pueden aplicar a nuestro ambiente de
trabajo y a nuestro caminar con Cristo allí.
La conexión que los cristianos tienen en el centro de trabajo
debe reflejar el interés de Cristo y centrarse menos en nuestra
propia agenda. ¿Qué observa la gente cuando ven a los cristianos
unidos en su centro de trabajo? ¿Pueden detectar que Cristo tiene
una genuina preocupación y compasión por ellos? Los compañeros
de trabajo que ven a los cristianos reunirse únicamente para
demostrar su disgust por un asunto común no verán a Cristo, ni
verán a Cristo cuando los cristianos se unan solo para sus propios
intereses. A mediados de la década de 1990, estuve en contacto
cercano con algunas personas que habían organizado una gran
reunión de cristianos para orar por la resolución de una huelga que
estaba afectando a la compañía. Se encontraron y oraron varias
veces durante unas semanas y las reuniones aumentaron a varios
cientos. Pensé que era una causa encomiable y digna. Sin embargo,
cuando parecía que la huelga se resolvería, sugerí a los líderes que
aumentaran el interés del grupo a un nivel superior. Les recomendé
que pidieran a todo el grupo que considerara continuar su reunión
de oración semanal para buscar y promover el interés de Cristo en
su centro de trabajo. Ellos anunciaron esto a todos en la reunión de
oración de esa semana. La semana siguiente las negociaciones
fueron exitosas y las cosas volvieron a la normalidad... ¿y el número
de personas que asistieron a la reunión de oración? ¡Podían
contarse con una mano! La autenticidad de los cristianos
conectados será evidente cuando nos unamos para el propósito
mayor de Cristo. Debería ser obvio para las personas que nos
observan que esta es la fuerza
convincente en nuestras vidas en cada circunstancia.

144
Un signo vital esencial que podría servir como resumen de lo
que hemos visto hasta ahora es cómo los cristianos demuestran su
amor los unos por los otros. Cristo arriesga Su reputación ante el
mundo a través del amor que se demuestran los cristianos. Cuando
este amor se manifiesta, Jesús dijo, “el mundo sabrá que son míos”10.

Tomando Pasos de Fe
Se nos dice que “Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es
remunerador de los que le buscan”11. Ejercer la fe en Dios significa que
estoy confiando en Él para que trabaje a través de mí. A menudo,
tomar pasos de fe me brinda la oportunidad de ver a Dios de una
manera más amplia y experimentar Sus recursos de manera más
personal. Hacer nuestra conexión en el centro de trabajo nos exige
tomar esos pasos de fe allí.
Hay algunos pasos básicos de fe que puedes tomar para
conectarte con otros cristianos en el trabajo. Comienza por orar por
las personas y las circunstancias que te rodean mientras también
oras por la dirección de Dios. Luego, debes dar un paso de fe y
comenzar a buscar e identificar a otros cristianos a tu alrededor.
Solía pensar que la mayoría de la gente sabía esto y que este paso
parecía demasiado obvio y simple. Pero este simple paso ha
producido algunas historias maravillosas en la vida de las personas
que asistieron a nuestros entrenamientos. Una de ellas fue la de una
señora que trabajaba en el centro de reservas de la aerolínea. Al
final de nuestra capacitación, ella compartió cuánto le impresionó
la sesión sobre la importancia de orar por las personas y las
situaciones en el centro de trabajo. También le dijo al grupo cómo,
por primera vez, se había dado cuenta de que la iglesia era una
presencia viva y una influencia en el trabajo. Ella compartió lo
inspirada que estaba de volver al trabajo y poner en práctica estos

145
pasos. Aquí está parte de su primer correo electrónico después de
que ella regresó:

Tengo noticias emocionantes; la conversación con mi


líder (supervisor) con respecto al ministerio en el
centro de trabajo fue muy buena. Él prometió su
apoyo y de inmediato envió correos electrónicos al
gerente del departamento y al director del centro...
Tengo siete personas interesadas confirmadas... esto
está sucediendo mucho más rápido de lo que
pensaba12.

La conexión que el pueblo de Dios hace en el ministerio del


centro de trabajo puede ocurrir de varias maneras creativas. No se
trata de seguir un cierto paradigma, usar técnicas inteligentes o
reunir el número correcto de personas en el lugar correcto. Se trata
de personas que, en el entorno ordinario del trabajo, creen que Dios
puede obrar a través de ellos para llevar Su presencia a sus
compañeros. Aquí hay otro ejemplo asombroso de esto a través de
un hombre llamado Bob.
Bob vino a uno de nuestros entrenamientos de FCAP porque la
iglesia local a la que él asistía organizaba uno. Su pastor, Pete, era
bi-vocacional, y trabajaba también como mecánico aeronáutico. En
su trabajo en la línea aérea, Pete era parte de un grupo de FCAP que
se reunía durante los recesos de almuerzo. Decidió organizar la
capacitación de FCAP en su iglesia y extendió una invitación a
todas las personas que trabajaban dentro o fuera de la industria de
aerolíneas. Bob trabajó en un puesto gerencial en una planta de
procesamiento de alimentos con varios cientos de empleados. A
medida que el entrenamiento progresaba, los ojos de Bob se
abrieron a cosas que él no había considerado acerca de su centro de

146
trabajo. Al final de la capacitación, sabía qué pasos de fe quería
tomar teniendo en cuenta sus limitaciones de tiempo en el trabajo.
Nos dijo que solo tenía diez, tal vez quince minutos disponibles
durante el receso, pero estaba dispuesto a comenzar allí y ver lo que
Dios haría. Una semana después, Bob me llamó para decirme que
tenía otros dos que estaban interesados en reunirse para orar
durante su descanso de 10 minutos una vez a la semana. Podía
escuchar la emoción en su voz. Pasaron dos semanas y Bob llamó
nuevamente. Entusiasmado, me dijo que otros se habían unido y
ahora había ocho en la reunión semanal. Recibí su tercera llamada
un par de semanas después y me preguntó si podíamos reunirnos
para almorzar. Luego me empezó a explicar el motivo de nuestra
reunión; el Gerente General de la planta quería conocerme. En la
reunión del almuerzo, Bob me presentó a Phil, el Gerente de Planta.
Rápidamente me di cuenta que Phil era cristiano. Quería
agradecerme personalmente por enseñar este entrenamiento ya que
pudo ver la transformación que tuvo lugar con solo unos pocos
cristianos en su planta. Continuó explicando que durante años
observó a los cristianos llamar la atención sobre eventos especiales
o asuntos que eran importantes para ellos, pero nunca había visto
a un grupo de cristianos tener un interés tan genuino en las
personas y las circunstancias en su centro de trabajo como este
grupo. Phil estaba tan animado e impresionado que quería ser parte
de él, aunque tenía que ser precavido debido a su posición. Bob
habló de las diferentes situaciones por las cuales el grupo estaba
orando; necesidades personales, máquinas descompuestas,
relaciones desafiantes dentro de la empresa y muchas otras. Quería
que los otros cientos de empleados en la planta se sintieran parte
de su reunión de oración, al darse cuenta de que la mayoría de estos
empleados probablemente no podían asistir debido a los diferentes
horarios. Decidió enviar un memorando de la compañía para
informar a los empleados que podían dejar sus peticiones de

147
oración. Dedicó una de las grandes pizarras blancas en su oficina
para esto e invitó a los empleados a venir en cualquier momento y
escribir su petición en ella. Conforme pasó el tiempo, la pizarra se
llenó de más y más solicitudes, la mayoría de las cuales consistían
en situaciones en la planta y necesidades personales.
Me volví a encontrar con Bob y Phil y tenían más noticias que
contarme. Ahora había dos grupos de oración que se reunían
semanalmente, uno por la tarde y el otro por la mañana. Phil
compartió que aparece sin previo aviso en las reuniones de oración
cuando su horario lo permite. Luego Bob me informó que estaba
comenzando a contactarse con algunos empleados de otra planta a
los que pensó les interesaría formar grupos de oración. Solo piense,
al principio todo lo que Bob sabía era que tenía entre diez y quince
minutos durante su tiempo de descanso, pero estuvo dispuesto a
dar pasos de fe y confiar en que Dios haría el resto. ¿Ves alguna
posibilidad a tu alrededor en tu trabajo? ¿Estás dispuesto a dar
pasos de fe que requieran que confíes en Dios para que Él obre a
través de ti? Aplaudo la fe valiente de los hombres y mujeres que
han sido usados para conectar a los cristianos entre sí en su centro
de trabajo. Es posible que sus valiosos esfuerzos no se realicen por
completo, pero los resultados son más de lo que el ojo puede ver y
algún día serán recompensados por completo. Mi oración es: ¡Que
aumenten sus números!

Preguntas de Discusión

1. ¿Dirías que los cristianos en tu centro de trabajo se tratan como


familia?
2. Nombra algunas características entre los cristianos en el lugar
de trabajo que indicarían a los que están a su alrededor que son
como una familia.

148
3. Si es esencial tener un entendimiento equilibrado entre la iglesia
local y la iglesia universal, ¿cómo abrazar solo una mientras
descuidamos la otra, puede afectarnos de forma negativa?
4. ¿Ves a Dios siendo más visible en el trabajo por la manera en
que los cristianos se tratan como familia? ¿Cómo afecta esto el
ambiente de trabajo?
5. Algunos cristianos de diferentes iglesias forman un grupo en su
centro de trabajo. Menciona algunas verdades centrales de la
Palabra de Dios que son esenciales para mantener la unidad y
enfoque en un propósito mutuo, mientras están en el centro de
trabajo. Además, nombra algunas enseñanzas que no se deben
considerar, para evitar divisiones.
6. Cuando hablamos de construir conexiones con otros creyentes
en el trabajo, ¿qué pasos de fe podríamos tomar para conectar a
los cristianos en el centro de trabajo? En oración, diseña algunos
pasos prácticos que podemos tomar.

149
11

LA IGLESIA EN MARCHA
Tenía 26 años cuando fui a Europa por primera vez para
estudiar en L’Abri Fellowship en una pequeña aldea en los Alpes
suizos. Toda esta experiencia amplió mis horizontes. Muchas
impresiones de esa época todavía hoy, influencian mi vida. Una de
esas muchas experiencias fue ver y escuchar la historia de algunos
hitos europeos antiguos de la fe cristiana. Disfruté mucho visitando
algunas de las antiguas iglesias que todavía resuenan con sus viejos
órganos de tubos y exhiben la arquitectura elocuente de
imponentes campanarios, vitrales y obras de arte. ¡Edificios tan
impresionantes! Sin embargo, muchos de estos monumentos en el
día de hoy, son solo museos. Apenas son usados por unas pocas
personas para el propósito por el cual fueron construidos.
Cuando reflexiono sobre las palabras de Cristo en Mateo 16:18,
me pregunto qué quiso decir Jesús cuando dijo: “Yo edificaré mi
iglesia”. ¿Quería decir edificios hermosos? Quizás, ¡pero no es
probable! Ciertamente equiparar el propósito de Cristo de construir
Su iglesia con la construcción de bellos edificios no es una
explicación adecuada; especialmente porque no hay registros de la
construcción de una iglesia hasta la última parte del siglo III DC.
Antes de ese tiempo, la iglesia en su mayor parte se reunía en

150
hogares y en algunos lugares públicos. Entonces, ¿qué es
exactamente lo que Cristo tenía en mente cuando les dijo a sus
discípulos: “Edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella?” ¿Tenía Cristo algún tipo de modelo y ciertas medidas
para determinar cómo edificaría Su iglesia?
La historia es testigo del hecho de que la iglesia cristiana ha sido
una fuerza motriz en la mayoría de las culturas occidentales. Bajo
su influencia vino la formación de gobierno, educación, escuelas,
hospitales, orfanatos y muchas otras instituciones. Si estas culturas
no hubieran tenido las creencias y los valores fundamentales de la
fe cristiana, no habrían creado tales instituciones. Pero la historia
también muestra que cuando la iglesia se convirtió más en una
institución motivada por la política, su influencia espiritual
disminuyó.
Con la globalización de hoy, los gobiernos ahora están
enfatizando el pluralismo y las comunidades seculares. Este
movimiento ve a la iglesia cristiana como un obstáculo para su
progreso. Los cristianos, especialmente en las culturas occidentales,
sienten que han perdido terreno y están teniendo que redefinir su
relación con un mundo en crecimiento, post cristiano y post
moderno. La iglesia en la mayoría de las culturas ahora se considera
como algo externo y de poca influencia para ésta. Si la mayoría de
las culturas ya no reconocen a la iglesia como parte de la sociedad,
¿cómo es que Cristo está construyendo Su iglesia en el mundo de
hoy? ¿Cómo debería verse? ¿Cómo me involucrará? ¿Y cómo
debería afectar mi centro de trabajo?
Creo que las palabras de Jesucristo tal como se encuentran en
Mateo 16: 13-18 nos brindan el punto de partida de cómo Cristo
continúa edificando Su Iglesia.

Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo,


preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los

151
hombres que es el Hijo del Hombre? Y ellos dijeron: Unos,
Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o
uno de los profetas. Él les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que
soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo,
el Hijo del Dios viviente. Y Jesús, respondiendo, le dijo:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no
te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos. Yotambién te digo que tú eres Pedro, y sobre
esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella. (Mateo 16: 13-18)

Comprender esto nos ayudará a ver mejor de qué manera Cristo


está trabajando a través de Su pueblo en el mundo de hoy y en los
lugares de trabajo para edificar Su iglesia.

La Gran Pregunta
La perspectiva del pasaje de Mateo nos da un ángulo profundo
que no podemos perder de vista. Jesús estaba caminando por la
región de Cesarea de Filipo con sus discípulos. “Quizás mientras
miraba los diversos santuarios construidos en la ladera cercana para
honrar a los dioses hechos por el hombre, Jesús comenzó a hablar sobre la
opinión pública”1. Los dioses en aquellos días eran a menudo el
centro de la cultura y daban forma a las creencias de la gente sobre
la vida. Estos dioses fueron muy estimados y considerados las
celebridades de su época. Me imagino a Jesús caminando por el
campo mirando todo esto, relacionándose con sus discípulos,
preguntándoles por qué la gente veía a estos dioses como símbolos
de grandeza.
Jesús luego les hace la primera pregunta difícil: “¿Quién dice la
gentequesoy?” Porsupuesto, Cristo sabía lo que las personas
pensaban de Él, pero quería discutir la opinión pública con Sus
discípulos. Sus comentarios fueron reveladores. “Algunos dicen que

152
Juan el Bautista; y otros, Elías; pero aún otros, Jeremías o uno de los
profetas”2. Sus respuestas confirmaron que la opinión popular
estaba dispuesta a reconocer que Jesús podría ser algún héroe
resucitado. Sin embargo, no estaban viendo Su verdadera
identidad... ser el Creador y Señor del universo. De manera similar,
la gente de hoy no tiene problemas de ver a Jesús como un ángel
cósmico que hace cosas extraordinarias para inspirar a la gente.
Esta idea acerca de Jesús no es una amenaza para ellos y coincide
con el sensacionalismo actual; ¿pero hablar de Jesucristo cómo
Salvador y Señor? La opinión popular consideraría que es ir
demasiado lejos, ya que creer esto requeriría rendir cuentas. La
siguiente pregunta que hizo Jesús fue personal y directa. Una buena
pregunta hace más que poner a prueba nuestro conocimiento sobre
los hechos, ¡revela nuestros puntos de vista y decisiones personales
a la luz de éstos! Si le preguntaras a mi esposa, Claudette, “¿Quién
dice la gente que es Paul Curtas?” Su respuesta no sería
necesariamente personal. Probablemente compartiría hechos
conocidos comunes sobre mí como mi educación, posición en el
trabajo o mi lugar actual de empleo. Pero si le preguntan: “¿Quién
dices tú qué es Paul?” Su respuesta sería personal y revelaría la
relación que tenemos. La pregunta de Jesús hizo exactamente eso;
¡Su objetivo era revelar la relación de los discípulos con Él!
Solo puedo imaginar la escena cuando Cristo estaba a punto de
hacer esta segunda pregunta. Puede haber apartado la vista de ellos
para mirar a lo lejos durante un momento cuando comenzó la
pregunta, “por cierto”... luego volviendo la cabeza, mirándoles
directamente a los ojos... “... ¿Quién dicen ustedes qué soy?”3. No
sabemos si hubo un momento de silencio o no. No me sorprendería
descubrir que lo hubo. Pero finalmente Pedro exclamó: “¡Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente!”. Jesús se aseguró de que supieran
que hay una gran bendición en conocer y creer esta verdad. Sin
embargo, también necesitaba aclarar que a Pedro no se le ocurrió

153
esto por su propia iniciativa. Esta verdad le había sido revelada y
eventualmente se revelaría a los otros discípulos quienes serían
usados por Dios para darla a conocer a personas en todo el mundo.
La declaración de Pedro de que Cristo es Señores fundamental
para la construcción de la iglesia. Jesús dijo: “Sobre esta roca... el
señorío de Cristo... edificaré mi iglesia”4. La roca era un material de
construcción importante en ese tiempo ya que los edificios en esa
región a menudo estaban hechos de roca y comenzaban con una,
llamada piedra angular. Las Escrituras declaran que Cristo es la
piedra angular 5 , y que no hay otro fundamento para construir la
vida que no sea Él. “Porque nadie puede poner otro fundamento más que
el establecido, el cual es Jesucristo”6. Cristo no usa roca, piedra y
mortero para construir Su iglesia. Él la construye al establecer
relaciones personales auténticas con personas y unirlas a Su cuerpo.
El trabajo de salvación y el Señorío de Cristo, la roca, proporcionan
una base estable y apoyo a través de la vida7. Cuando Jesucristo
declara que está edificando Su iglesia, lo hace a medida que cada
persona lo recibe como su Salvador y Señor.
Pero esto no es solo un asunto personal; es uno global también.
Cristo se ha infiltrado en más culturas del mundo que cualquier
otra fe o ideología política. Personas de diversas culturas han sido
presentadas a Jesús y lo han recibido como su Salvador y Señor. El
efecto del trabajo de Cristo en la vida de las personas es el mismo,
independientemente de sus antecedentes y grandes diferencias.
Son conocidos por Su carácter único8.
Cuando los discípulos vieron a Cristo resucitado de entre los
muertos, entendieron completamente y dieron a conocer Su
identidad. Las noticias sobre Jesús se extendieron rápidamente a
medida que las personas eran retadas con quien Él era. El apóstol
Pablo y otros discípulos viajaron por el Imperio Romano razonando
con personas de todo tipo acerca de la singularidad de Jesucristo9.
Pedro hizo un llamado a las personas al pedirles que consideraran

154
a “este Jesús”10. C.S. Lewis, el renombrado erudito de Cambridge y
autor de Las Crónicas de Narnia, llegó a un punto decisivo en su
vida cuando su buen amigo, JRR Tolkien, lo retó a considerar quién
era Jesús en realidad... ¡el Señor Dios ... o un mentiroso y un
lunático!
Descubrirás que las personas pueden debatir y discutir
fácilmente sobre aparentes discrepancias en la Biblia o sobre lo que
creen que son tradiciones obsoletas. Pero pregúntales qué piensan
acerca de Jesucristo y quién es Él en realidad y esto puede hacerles
sentir incómodos. Algunos incluso pueden sentir que es una
pregunta demasiado personal... ¡y lo es... muy personal! Porque
Jesucristo está edificando Su iglesia con personas que son
confrontadas personalmente con quien Él es y lo que creen a la luz
de Él.

Señalando el Camino - no Señalando el Tuyo


Cristo continúa edificando Su iglesia hoy, usando a Su pueblo
para transmitir la misma pregunta que hizo a Sus discípulos. Se
dice que somos la invitación personal de Dios a las personas y Él
hace su llamado al mundo a través de nosotros; “Por tanto, somos
embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros”11.
Participamos en Su edificación de la iglesia a medida que
presentamos a Cristo de forma personal a los que nos rodean. Hay
dos formas básicas de llevar la identidad de Jesús a las personas.
Podemos usar palabras para contar sobre Él o nuestras vidas
pueden demostrar Su Señorío a través de nuestras acciones. Una
forma no es mejor que la otra y una complementa la otra12.
Cuando se presenta una oportunidad para compartir el
Evangelio con palabras, es importante que lo hagamos porque el
contenido del mensaje del Evangelio está dotado con el poder de
Dios, que lleva a la persona a la salvación13. También podemos usar
palabras para llevar a las personas a Cristo compartiendo lo que Él

155
significa para nosotros personalmente o haciéndoles una pregunta
que los invite a considerar a Cristo. Sin embargo, recuerde que su
efectividad no se basa en qué tan bien puede argumentar a favor de
Cristo y cuán fuerte o audaz pueda exponer su caso, sino en qué
tan bien muestres el camino. Cuando solo expresamos nuestro
punto, esto no requiere interacción personal con otros. Cristo nunca
tuvo la intención de enviarnos a las personas actuando como un
video grabado. Si Él hubiese querido, podría haber escrito Su
mensaje en piedras o en el cielo o hacer que los pájaros lo cantaran.
Otra forma en que las personas considerarán a Cristo es por la
forma en que demostramos Su Señorío en nuestras vidas. Así como
Dios ha dotado el mensaje del Evangelio con poder, Él dota a Sus
testigos con poder e influencia. La gente observará nuestra fe en
Dios por la forma en que hacemos nuestro trabajo y la forma en que
tratamos a las personas. Nuestra conducta también puede
desencadenar el tipo correcto de preguntas sobre Dios en las
mentes de las personas. Mostrar excepcional tolerancia y bondad a
nuestros compañeros de trabajo puede hacer que sientan
curiosidad sobre el motivo de nuestras acciones. Las personas
también pueden volverse inquisitivas cuando ven que no hacemos
ciertas cosas que otros hacen como quejarse o ser deshonestos. Ya
sea que nos demos cuenta o no, nuestras acciones proporcionan
señales que eventualmente podría llevar a otros a Cristo. La
influencia convincente que el Señorío de Cristo tiene en nuestras
vidas es de igual importancia que hablar de Él, en nuestro centro
de trabajo. Nuestras vidas deben ser una invitación personal a
llevar una vida arraigada en la Roca... Cristo.
En nuestra Convención de FCAP en la India en 2009, cuatro
personas compartieron cómo llegaron a conocer a Cristo. Dos de
ellos contaron cómo fueron guiados a Cristo. Indicaron que nunca
habrían ido a una iglesia cristiana debido a su propia religión. Sin
embargo, ambos conocieron de Cristo al ver a un par de

156
compañeros viviendo su fe cristiana. Esta exposición finalmente los
llevó a hablar con sus compañeros de trabajo cristianos y considerar
a Jesucristo. La oportunidad que las personas tienen de ver una
relación viva con Jesucristo a través de los cristianos es tan
importante como el que los cristianos puedan articular el mensaje
con palabras.
Cuando las personas nos muestran su escepticismo acerca de
Cristo, debemos tener cuidado de no frustrarnos con sus ideas y
comentarios o presionarlos para que cambien sus puntos de vista.
Incluso aquellos que caminaron diariamente con Jesús en la tierra
expresaron incredulidad y dudas acerca de Su identidad14. Jesús le
dio oportunidad a la gente de meditar e incluso de batallar con la
pregunta de quién Él era. Él no uso la fuerza ni mostró
superioridad. En cambio, mostró paciencia y amabilidad, dando la
bienvenida a sus preguntas y comentarios. Como sus auténticos
testigos... ¿cómo manejamos esos incidentes? ¿Cómo tratamos a los
que no creen, no están de acuerdo, incluso se burlan de nosotros y
nos ridiculizan?
Tim es un buen amigo mío y es miembro de la Junta de FCAP.
Me contó una historia sobre un compañero (llamémosle Don) que
se le acercó en el trabajo. Con un poco de sarcasmo, Don le pidió a
Tim que le mostrara un milagro ahí mismo en ese lugar o que le
contara uno que hubiese presenciado recientemente. La respuesta
de Tim tomó a Don desprevenido. Suavemente colocando su mano
sobre el hombro de Don, Tim respondió que podía dar evidencia
de un milagro en ese instante. Él dijo: “Considerando el tipo de persona
que era y el hecho de que ahora soy capaz de sentir un amor genuino por
ti, es precisamente un milagro”. ¿Cómo perciben las personas a Cristo
a través de nosotros? ¿Su percepción de Él se ve empañada por
nuestra frialdad, impaciencia, o tal vez incluso por nuestro
desprecio hacia ellos? ¿O ven a Cristo por la manera en que

157
acogemos sus preguntas y escuchamos sus ideas y creencias,
mientras que a la vez les mostramos Su amor y Su misericordia?

Nuestra Influencia Penetrante


Hay un aspecto más importante a considerar en el pasaje de
Mateo 16 acerca de cómo Cristo está construyendo Su iglesia hoy y
cómo se está moviendo en nuestro centro de trabajo. Para construir
Su iglesia, Cristo ha decidido hacer conocer Su Señorío enviando a
su pueblo a la sombra de las puertas del Hades. Él la está edificando
al mover a Su pueblo en sus rutinas diarias, donde se enfrentan con
oposición, conflicto, caos, y se cruzan con personas que son muy
diferentes. Cristo nos ha puesto a la ofensiva, para movernos entre
las personas a la sombra de las puertas del Hades.
Una persona a la ofensiva se caracteriza por su movimiento en
el territorio o fortaleza de su oponente o enemigo. Por otro lado,
una persona a la defensiva se encuentra en un lugar fijo donde
construye un fuerte para proteger y controlar su influencia y
autoridad. Las imágenes que Jesús usa en este pasaje para expresar
Su punto son poderosas. Las puertas del Hades representan la
fortificación de Satanás mediante la cual ata a las personas con su
fortaleza. Se nos dice que usa mentiras, engaños, miedo y odio para
destruir lo sano y saludable. Su autoridad aumenta a medida que
la gente cede a sus caminos. Probablemente haya visto esto
desarrollarse en el centro de trabajo. Un ambiente de trabajo se
vuelve opresivo o depresivo, cuando es dominado por la ira o el
miedo.
La imagen aquí es Cristo construyendo Su iglesia, moviendo al
pueblo de Dios a territorios donde Satanás está tratando de
construir su fortificación, atando a las personas a sus caminos.
Aunque no podemos verlo con nuestros ojos físicos, sí vemos los
efectos de la influencia de Satanás y sus fortalezas a nivel personal
y colectivo. Sin embargo, cuando el pueblo de Dios se acerca a estas

158
fortificaciones, caminando obedientemente bajo el señorío de
Cristo, traen consigo el poder de la presencia de Dios como un
embate sobre sus puertas. Cristo no nos está pidiendo que
estudiemos los rasgos de las personas malvadas ni que nos
centremos en Satanás y sus tácticas16. Él nos está pidiendo que
caminemos obedientemente por fe bajo Su Señorío. Esto
determinará nuestra efectividad en la sombra de las puertas del
Hades. Cristo está edificando su iglesia moviendo al pueblo de Dios
entre las personas que están atrapadas en la oscuridad y necesitan
Su gran luz. Él describe a estas personas como ovejas sin pastor que
están siendo hostigadas y oprimidas por la oscuridad17.
Cuando nos cruzamos con estas personas necesitadas, puede
ser incómodo para ellas y para nosotros. Pueden sentirse expuestos
por la luz y reaccionar a ella, mientras que nosotros podemos
sentirnos vulnerables en medio de la oscuridad. Tal confrontación
desafiará nuestras debilidades y ampliará nuestra fe en Dios. Sin
embargo, así es como Cristo está edificando su iglesia. Él nos está
enviando al mundo y nuestros lugares de trabajo todos los días
para irradiar Su luz entre aquellos que están en la oscuridad.
Aunque muchas culturas del mundo pueden considerar a la
iglesia como insignificante, Cristo todavía está edificando Su iglesia
al enviar a Su pueblo entre ellos. Me preocupa la influencia
decreciente que los cristianos están teniendo en sus culturas y en
sus lugares de trabajo. A medida que el mundo cambia y se opone
cada vez más a Cristo, parece que los cristianos se retiran cada vez
más dentro de los muros de sus iglesias para proteger y reafirmar
su fe. La iglesia local juega un papel vital para que Cristo edifique
Su iglesia. Ofrece un entorno y una estructura que se necesitan para
que los cristianos aprendan la verdad y adoren a Dios. Sin embargo,
si la influencia de la iglesia está principalmente dentro de sus
muros, ¿deberíamos sorprendernos de que la cultura que la rodea
esté en tal deterioro? La influencia más importante en cualquier

159
civilización, cualquier cultura o compañía, es la presencia de Dios
trabajando activamente a través de Su pueblo.
La influencia que Cristo presenta a través de los cristianos en el
centro de trabajo lo personifica a Él construyendo Su iglesia.
Aunque Dios se revela por otros medios, Él ha elegido manifestar
Su presencia a través de Su pueblo. Cuando Dios llegue a nuestro
centro de trabajo, lo hará a través de Su pueblo, cuando éste lleve
allí el conocimiento de Cristo.

Pero gracias a Dios, que siempre nos guía en el triunfo en


Cristo, y manifiesta a través de nosotros el dulce aroma
del conocimiento de Él en todo lugar. (2 Corintios 2:14)

El contraste entre la cantidad de tiempo que pasas en el centro


de trabajo en comparación con la cantidad de tiempo que pasas en
tu iglesia es asombroso. Habrás pasado unas 90,000 horas en el
trabajo en comparación con 5,000 horas en la iglesia para cuando te
jubiles. Estas 90,000 horas en el trabajo no solo representan el
tiempo que pasas allí; también representan un volumen de tiempo
que Dios podría haber usado para mostrar Su presencia a través de
ti.
Algún día, ¿te gustaría mirar atrás con gran alegría sabiendo
que Dios trabajó a través de ti en tu centro de trabajo? Entonces
recuerda esto...
Cuando Dios llega a tu trabajo... será a través de ti, y de otros
cristianos que estén trabajando con la perspectiva de Dios y no
simplemente de la compañía.
Cuando Dios llega a tu trabajo... será a través de ti y de otros
cristianos que vean a las personas y las circunstancias como
oportunidades de ministerio únicas de parte del Señor.

160
Cuando Dios llega a tu trabajo... será a través de ti y de otros
cristianos que responden a las personas y situaciones difíciles, a la
manera de Dios.
Cuando Dios llega a tu trabajo... será a través de ti y de otros
cristianos que se conectan entre sí demostrando que la iglesia está
viva en tu centro de trabajo.
Cuando Dios llega a tu trabajo... ¡tú y tu centro de trabajo
nunca serán igual!

Preguntas de Discusión

1. ¿Qué es lo primero que imaginas cuando escuchas la palabra


“iglesia”?
2. ¿Has pensado en lo que Cristo quiso decir cuando dijo:
“Edificaré mi iglesia” y cómo lo entiendes?
3. Si Cristo quiere usarte para edificar Su iglesia en el centro de
trabajo, da algunos ejemplos de cómo puedes involucrarte y de
ser parte de ello.
4. Sabiendo que Cristo está edificando Su iglesia enviándote a
interactuar con personas que están sumidas en la oscuridad,
5. ¿cómo te debes preparar para enfrentar este desafío?
6. Describe algunas formas en que puedes guiar a tus compañeros
de trabajo a Cristo sin usar palabras.
7. Menciona algunas sugerencias que podrías ofrecer, o cosas que
podrías hacer, para ayudar a tu iglesia local a identificarse más
con tu ministerio en tu centro de trabajo.

161
APÉNDICE

¿CÓMO PUEDO CONOCER A DIOS?

¿Cómo puedo conocer a Dios? Esta es una pregunta que


muchas personas se hacen. No la hacen sólo los maestros, filósofos
o predicadores. A menudo surge desde dentro, porque somos
hechos a imagen de nuestro Creador. Alguna vez te has preguntado
¿quién creó el mundo y el universo, y con qué propósito? También
nos preguntamos si existe un creador, ¿puedo conocerlo
personalmente?
La gente trata de encontrar la respuesta a esta pregunta de
diferentes maneras. Algunos miran al universo en busca de la
respuesta. Sin embargo, su grandeza y complejidad puede ser
abrumadora. Podemos sentirnos como una mota de polvo en un
enorme mecanismo cósmico. Aunque hay belleza y consistencia en
el universo, su grandeza parece impersonal. Algunos miran la
tierra y la naturaleza para encontrar respuestas. Vemos belleza en
nuestro mundo, pero también vemos desorden y crueldad.
Escuchamos las noticias sobre terremotos, sequías y tsunamis. Ver
los desastres naturales y su devastación nos hace preguntarnos por
qué ocurren y si se puede hacer algo para detenerlos. Otros pueden
mirar a la humanidad y a la civilización para encontrar respuestas,
pero éstas parecen igualmente complejas. Nos preguntamos por
qué los humanos pueden ser amables unos con otros y luego tan
crueles y tan llenos de odio. Este problema toca nuestras propias
vidas y sentimos sus efectos. Muchos buscan respuestas y

162
significado en varias religiones, filosofías y visiones del mundo de
las cuales todos tienen diferentes fundadores y líderes.
Si miramos a la Biblia, empezando por los primeros capítulos
del libro de Génesis, encontramos el registro de cómo Dios creó el
universo, la tierra y los animales. También describe la creación
especial de dos seres que llevarían la imagen del Creador. A estas
dos personas, llamadas Adán y Eva, se les dio un lugar para vivir
con responsabilidad y debían rendir cuentas ante su Dios Creador.
Les dio libertad para trabajar el jardín y comer de casi todo. Él sólo
pidió que confiaran en Él al no comer el fruto de cierto árbol. Este
árbol no era malo en sí mismo, pero Dios eligió usarlo para probar
la confianza de este hombre y esta mujer en Él. Poco tiempo
después fueron tentados por una criatura llamada Satanás. Él se
aprovechó de sus preguntas acerca de la restricción de Dios,
llevándolos a desear ser como Dios, y llegar a ser independientes
de Él.
Engañados, decidieron comer del árbol que Dios les dijo que no
comieran. El resultado de su elección fue catastrófico. Trajo muerte
sobre toda la creación. Primero, ellos se sintieron culpables porque
esto ocasionó una separación entre Dios y ellos. Sus propios
cuerpos estarían ahora sujetos a la muerte y al proceso de ésta.
Luego, trajo resistencia e incluso la ruina al medio ambiente del
hombre. Los seres humanos sentirían desde ese momento en
adelante dolor en su trabajo de parto y durante el mismo. Sus
relaciones serían defectuosas al explotarse y manipularse
mutuamente. Estos y otros efectos serían continuos y servirían
como un recordatorio, de que existe un problema básico conocido
como pecado en nuestro mundo y en los humanos. Diariamente,
los humanos se enfrentan a las consecuencias de la ruptura de la
vida, al elegir sus propios caminos apartados de Dios.
Afortunadamente, Dios hizo más que pronunciar juicio sobre la
humanidad. Él proclamó y proveyó la solución para traer

163
restauración entre Él y el pueblo. Comenzó a revelar de varias
maneras cómo finalmente nos daría la solución. Sin embargo, el
clímax llegó cuando Dios mismo entró en la historia a través de la
persona de Jesucristo, el Hijo de Dios.

Dios, habiendo hablado hace mucho tiempo, en


muchas ocasiones y de muchas maneras a los padres
por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado
por su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las
cosas, por medio de quien hizo también el universo.
Él es el resplandor de su gloria y la expresión exacta
de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la
palabra de su poder. Después de llevar a cabo la
purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la
Majestad en las Alturas (Hebreos 1:1-3)

Él vino a la tierra de manera humilde, naciendo, creciendo y


revelando Su identidad. Proclamó que Dios, Su Padre, lo entregó
como rescate, siendo una persona inocente, dándole muerte, a
manos de personas culpables. La muerte de Jesucristo en la cruz fue
una muestra pública del amor de Dios por nosotros, al convertirse
en nuestro sustituto y tomar nuestro juicio sobre sí mismo. “Al que
no conoció pecado (Cristo), le hizo (Dios), pecado por nosotros, para que
fuéramos hechos justicia de Dios en Él” (2 Corintios 5:21). El amor de
Dios no fue sólo de palabras, ni fue de bajo costo. Su carácter santo
y perfecto requería que demostrara que de la forma que lidió con el
pecado y el mal no fue solo de manera justa, sino también
misericordiosa. La cruz de Cristo cumplió con las exigencias de la
justicia como rescate, ofreciendo al mismo tiempo perdón y vida
nueva.

164
...Siendo justificados gratuitamente por Su gracia por la
redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió
públicamente como propiciación por su sangre a través de
la fe, como demostración de su justicia, porque en su
tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos
anteriormentepara demostrar en este tiempo su justicia, a
[

fin de que Él sea justo y sea el que justifica al que tiene fe en


Jesús (Romanos 3:24-26).
.

Su triunfo sobre la muerte fue atestiguado por muchos, cuando


resucitó de entre los muertos tres días después de haber sido
crucificado, validando Sus afirmaciones de ser Dios y cumpliendo
Su misión de venir como Salvador del mundo.

Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que


recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme
a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer
día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y
después a los doce; luego se apareció a más de quinientos
hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún…
(1 Corintios 15: 3-8)

La oferta de Dios de salvación y vida nueva no se basa en la


raza, nacionalidad, condición social o económica. Se ofrece a todas
las personas, y se ofrece gratuitamente, porque la obra salvadora se
realiza sólo a través de la provisión de Dios. No podemos hacer
nada para ganarlo o lograrlo por nuestra cuenta. Originalmente el
hombre y la mujer se alejaron de Dios para independizarse de Él.
Por el contrario, la salvación de Dios es nuestro paso para llegar a
ser completamente dependientes de Él y de Su provisión de

165
salvación. Sólo puede ser recibida como un regalo porque todo esto
es obra de Dios. Recibimos este regalo por fe, como lo haría un
mendigo, con las manos vacías y abiertas. Al rechazar la provisión
de Dios, escogemos la separación eterna de Él.
La salvación de Dios nos promete vida eterna. Pero la vida
eterna es más que llegar a un destino algún día. Se trata de entrar
en una relación con Dios ahora mismo donde estás, sin importar la
condición en la que te encuentres. No hay grados o niveles que
debamos alcanzar para que Dios nos salve. Su salvación fue
cumplida y completada de una vez por todas a través de Cristo.

…Hemos sido santificados mediante la ofrenda del


cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre.
Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para
siempre a los que son santificados. (Hebreos 10:
10,14)

La vida eterna comienza ahora al experimentar Su perdón y Su


obra salvadora en tu vida. “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a
ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3)
¿Conoces a Dios? No sólo sabes acerca de Él, ¿lo conoces
personalmente? Sino, Su invitación está abierta para ti:
• Primero reconoce que Dios tomó la iniciativa de demostrar
Su amor amándote (Juan 3:16).
• Luego, humildemente admite ante Dios tu condición caída
sin Él, tu independencia de Él, y tu total incapacidad para
ayudarte a ti mismo (a).
• Entonces por fe...acepta la provisión de Dios para salvarte
de tus pecados, confiando en Cristo y en Su obra redentora
en la cruz. En la Biblia se nos dice que la provisión de la
salvación de Dios sólo puede ser recibida por la fe. Así que,

166
como un mendigo con las manos vacías y abiertas, recibe el
perdón de Dios y una nueva vida hoy.

Pero a todos los que le recibieron (a Cristo), les dio el


derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que
creen en Su nombre (Juan 1:12)

167
NOTAS FINALES

Capítulo 1: Perspectiva de Dios Sobre el Trabajo


1. Miller, Keith – The Taste of New Wine – Author House 2009,
Bloomington, IN; p.69
2. Génesis 2:15
3. Judith Allen Shelly; Not Just a Job (Intervarsity Press 1985) p15
4. Salmo 104:14
5. Judith Allen Shelly; Not Just a Job (Intervarsity Press 1985) p18
6. Colosenses 3:23-24; Efesios 6:7
7. Almuerzo de Navidad de FCAP MSP, Dic. 2, 1996
8. La Biblia nos dice que cada persona debe determinar en su
propio corazón la cantidad que puede dar alegremente y no
debe ser coaccionada. (2 Corintios 9:7)

Capítulo 2: Origen del Trabajo: Pasado y Presente


1. Se nos dice en Génesis 2:2-3, que cuando Dios terminó su
trabajo, descansó del trabajo.
2. Nancy Pearcey, Total Truth, (Wheaton, Crossway Books 2004),
p.48
3. Nancy Pearcey, Total Truth, (Wheaton, Crossway Books 2004),
p.50
4. El apóstol Pablo describió la distorsión del pecado en
Romanos 1: 21-28; luego, en el capítulo 8: 18-20, explica cómo
toda la creación está gimiendo y esperando ser liberada de la
esclavitud de la corrupción.
5. Es a la vez intensivo, lo que significa que somos capaces de
hacer casi cualquier mal, y extenso, es decir, cada parte de
nuestro ser, nuestra mente, voluntad y emociones, ha sido
afectada por el pecado de alguna manera u otra.

168
6. Nancy Pearcey, Total Truth, (Wheaton, Crossway Books 2004),
p.48
7. William Barclay, Ethics in a Permissive Society, (New York:
Harper and Row 1971), p.94
8. William Barclay, Ethics in a Permissive Society, (New York:
Harper and Row 1971), p.94.
9. Chuck Colson, Jack Eckert, Why America Doesn’t Work (Dallas:
Word Publishing, 1991), p.33
10. Chuck Colson, Jack Eckert, Why America Doesn’t Work (Dallas:
Word Publishing, 1991), p.33
11. Alvin J Schmidt, Under the Influence (Grand Rapids:
Zondervan, 2001), p.194.
12. Mateo 20:26-28; 23:11
13. De las siguientes dos fuentes: El Comentario Bíblico de los
Expositores (Grand Rapids: Zondervan, 1984); Volumen 8;
Mark: Walter W Wessel; p. 622. Also, Kenneth S Wuest;
Estudio de palabras en el Nuevo Testamento griego; (Grand
Rapids: Eerdmans, 1974) Volumen 1; pp.23-24;
14. Jim Rose, Expositor principal en la Convención de FCAP, 1999
15. Alvin J Schmidt, Underthe Influence, (Grand Rapids:
Zondervan, 2001), p.196.
16. Para un estudio más exhaustivo de este tema, refiérase a John
Murray, Principles of Conduct, (Grand Rapids, Eerdmans
Publishing Co. 1981) pp.82- 106 (Capítulo 5- The Ordinance of
Labor)
17. 2 Tesalonicenses 3:10
18. Mark A. Noll, The Work We have to Do, (New York: Oxford
University Press 2002), p.20
19. William Tyndale, Parable of the Wicked Mammon (Toronto:
Knox and Knox 1961), p.140.
20. 1 Corintios 10:31
21. Chuck Colson, Jack Eckert, Why America Doesn’t Work, (Dallas:
Word Publishing, 1991), p. 39

Capítulo 3: Expectativas Trabajo de Influencia

169
1. 1 Timoteo 6:10; Hebreos 13:5
2. Eclesiastés 5:12
3. Eclesiastés 4:6
4. Eclesiastés 5:19
5. Eclesiastés 5:20
6. Mateo 6:30-34; Hebreos 13:5
7. Lo que significa que la compañía estará saludable de muchas
maneras, independientemente del tamaño de la ganancia.
8. Hebreos 13:5
9. Jeremías 17:8
10. Jeremías 17:6
11. Esta práctica es especialmente valiosa cuando una empresa
atraviesa tiempos difíciles.
12. Ciertamente, creo que Dios podría usar una ocasión como esta
para llevarte a un trabajo diferente. Busca consejo piadoso y
permite que Dios te lo muestre claramente, ya que confías en
Él en tus circunstancias actuales.
13. 1Pedro 2:18-21
14. 2 Corintios 5:14-15
15. Nuevo Comentario sobre toda la Biblia: Volumen del Nuevo
Testamento; Derechos de Autor © 1990; Archivos de edición
electrónica, Derechos de Autor © 1998, Parsons Technology,
Inc.; Tyndale House; Wheaton, Illinois
16. Efesios 6:7
17. Mateo 5:41

Capítulo 4: Ministerio en el Centro de Trabajo… ¿Qué es?


1. Colosenses 1:27; 2 Corintios 4:6-7
2. Algunas personas creen que estos términos provienen de la
Biblia, afirmando que Laicos proviene de la palabra griega laos
que significa gente y Clero de la palabra griega kleras, que se
usó para distinguir a ciertas personas elegidas, echando
suerte, para un tiempo y propósito especial. Sin embargo,
estos dos términos no se usan en la Biblia para segregar el
ministerio.

170
3. Marcos 10:42-45
4. 2 Pedro 1:2; Romanos 1:1; Santiago 1:1; Judas 1:1
5. Efesios 6:7; Colosenses 3:22-24
6. 1 Corintios 10:31
7. Porque saliendo de vosotros, la palabra del Señor ha
resonado… sino que también por todas partes vuestra fe en
Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos
necesidad de hablar nada. (1Tesalonisenses 1:8)

Capítulo 5: Ministerio en el Centro de Trabajo…


Un Ambiente Desafiante
1. En la siguiente sección consideraremos algunas de las
características dominantes en tu centro de trabajo.
2. La cosmovisión cristiana ofrece la perspectiva de cómo Dios
creó el mundo y nos llamó a trabajar; de por qué el mundo
está en un estado caído y cómo Dios ha provisto para la
solución; y cómo Dios está trabajando en nosotros, mientras
vivimos en el estado actual de este mundo. Finalmente,
muestra a Dios en control y llevando la historia hacia un
resultado final. Es más que decirles lo qué hacer. Afectará
nuestra mente, voluntad y emociones.
3. Mateo 10:16
4. Hebreos 13:20-21
5. Salmos 23:4
6. 1 Pedro 5:6-7
7. 2 Corintios 12:9-10
8. 1 Corintios 1:18-27
9. Mateo 5:14-16
10. 2 Corintios 4:6 Pues Dios, que dijo, “que de las tinieblas
resplandeciera la luz”…
11. ¿Por qué no consideras cómo estás respondiendo a la
oscuridad que te rodea en este momento?
12. Filipenses 2:14-15
13. Mateo 5:13; Colosenses 4:5-6

171
Capítulo 6: Ministerio en el Centro de Trabajo… ¿Yo?
1. Esta fue una de las razones por las que consideré escribir este
libro. Es mi oración y espero que de alguna manera sea usado
para cambiar esta tendencia y ayudar a los cristianos a ver la
perspectiva de Dios del trabajo y el ministerio.
2. 2 Corintios 4:6-7
3. Romanos 12:2
4. La sección “Respondiendo a las Condiciones del Centro de
Trabajo” entrará en más detalles.
5. Mateo 25:45 Al hacer esto, lo hacemos como si lo estuviéramos
haciendo para el mismo Cristo.
6. Mateo 9:37-38; Lucas 10:2; Juan 4:35-38; Romanos 1:13;
Santiago 3:18
7. 1 Corintios 3:6-9; 2 Corintios 9:10
8. 2 Corintios 1:4

Capítulo 7: Teniendo una Fe Proactiva


1. Lucas 6:28
2. Ignorar no debe confundirse con “pasar por alto”; hay
momentos para pasar por alto una ofensa y otras veces
cuando los problemas deben ser abordados correctamente.
3. Puedes ver esto en los cuatro evangelios; cuando los
discípulos se enfrentaban a un problema, se veían obligados a
correr a Jesús para recibir orientación y apoyo. Jesús a
menudo usaba la ocasión para instruirlos sobre cómo estar
alertas y responder a la crisis en cuestión.
4. Lucas 22:40
5. “Orad sin cesar.” (1 Tesalonicenses 5:17)
6. Filipenses 4:6-7
7. Romanos 12:1-2
8. Esta no es una técnica rápida de pensamiento positivo que te
pide que hagas ciertas cosas para que a la gente le gustes.
Estas técnicas son superficiales y no abordan problemas
reales, ni trabajan para encontrar soluciones.

172
9. Santiago 3:13-18

Capítulo 8: Reglas de Enfrentamiento


1. Sande, Ken. (1997). The Peacemaker. Grand Rapids, MI: Baker
Books; p.24
2. Mateo 5:44-47
3. Proverbios 23:7
4. Mateo 7:3-5
5. Filipenses 4:5
6. Efesios 4:15
7. Como el ofensor-Mateo 5:23-24; como el ofendido-Mateo 18:15
8. Santiago1:19-20
9. Romanos 12:21
10. Proverbios 25:21-22
11. Romanos 12:18
12. Efesios 6:9
13. Mateo 18:15-16 – a pesar que estos versículos se aplican dentro
de la iglesia, el principio general puede aplicarse a otras
situaciones.

Capítulo 9: La Perspectiva Completa de Dios


1. Algunos pueden usar el propósito de un profeta para no estar
de acuerdo con esta declaración. Sin embargo, no todos son
llamados a ser profetas, solo unos pocos.
2. Pedro 1:3-4
3. 1 Timoteo 6:18
4. 1 Pedro1:6-7. Pedro nos dice que Dios está interesado en
exhibir nuestra fe, no nuestro oro / riqueza.
5. 2 Corintios 5:16-18
6. 1 Pedro 5:10
7. Santiago 1:2-4
8. Correo electrónico de Gary Kosak, dirigido al personal de
FCAP el 3 de julio del 2008
9. 1 Corintios 13:12

173
10. Filipenses 1:6; 2:13

Capítulo 10: Creando Nuestras Conexiones


1. Estas dos formas de la iglesia están interrelacionadas y una no
debe enfatizarse a costa de ignorar la otra. Juntos nos dan una
visión equilibrada y completa de la iglesia.
2. Efesios 4:15-16; Colosenses 2:19; 1 Corintios 12:12-27
3. Éxodos 33:14-16
4. Hebreos 11:13-16
5. Esta identidad familiar se ha establecido y se está
construyendo sobre Jesucristo, que es el mismo ayer, hoy y
siempre.
6. Juan14;17; Efesios 1:13-14
7. Efesios 4:3 - En realidad, el idioma original da la idea de
esforzarte con toda tu fuerza para mantener la unidad que se
te ha dado.
8. En 1 Corintios 3:11, Se dice que Cristo es el único fundamento
y en Efesios 2:20, Se dice que es la piedra angular sobre la cual
se alineó el edificio.
9. Algunas cosas de las que escogen mantenerse alejadas son:
escatología, dones espirituales, traducciones y defender
líderes cristianos. Llevan a las personas a Cristo y dejan que
la Palabra de Dios sea la que los anime.
10. Juan 13:34-35
11. Hebreos 11:6
12. Walters, Delceta – correo electrónico, agosto 30, 2011

Capítulo 11: La Iglesia en Marcha


1. Pope, Randy; The Prevailing Church; (Chicago, Moody Press
2002) pp 22
2. Mateo16:14
3. Mateo16:15

174
4. Hay diferentes interpretaciones con respecto a lo que se
refiere la “roca”. Creo que se relaciona directamente con la
declaración de Pedro, que es Cristo mismo, la roca.
5. En estos versos se dice que Cristo es la piedra angular, Hechos
4:11-12; Efesios 2:20; 1 Pedro 2:4-7
6. 1 Corintios 3:11 7.
7. Mateo 7:24-29
8. Al igual que los rasgos de personalidad, los cristianos
muestran la necesidad de obtener perdón y ofrecer perdón.
Ellos ejercen confianza en Dios para su provisión y guía.
Todos ellos tienen la misma esperanza en Dios. Vienen a Dios
de la misma manera. Comparten el amor de Dios al mismo
grado.
9. Hechos 17:2, 17; 18:4; 28:23; La palabra “razonando” da la idea
de debatir, utilizando el método de preguntas y respuestas.
10. Hechos 2:32, 36; 4:11; 17:22-33
11. 2 Corintios 5:20
12. Comparación entre Romanos 10:14 –presentar a Cristo
usando palabras; y 1Pedro 3:1-4; presentar a Cristo mediante
nuestro ejemplo, sin palabras.
13. Romanos 1:16; Refiérase al Apéndice- “¿Cómo Puedo Conocer
a Dios?” para la explicación del Evangelio.
14. Uno de los doce discípulos de Cristo, Judas, nunca aceptó su
testimonio y lo traicionó. Pedro mismo negaría a Cristo tres
veces.
15. Una puerta en este escenario mostraba una abertura en una
fortaleza amurallada donde sus líderes se sentaban para
mostrar su autoridad y control. En la puerta, vigilaban y
controlaban la actividad dentro y fuera de ella.
16. Jesús dijo: sean sabios como serpientes, evitando peligros; y
gentiles como las palomas, que no se oponen por la fuerza
(Mateo 10:16)
17. . Mateo 9: 36-38

175
sobre el autor

Paul creció en una gran familia en Tampa, Florida, donde


disfrutaba de los deportes y la recreación en la Bahía. De
adolescente, deseaba ingresar al ministerio Cristiano vocacional lo
cual lo condujo a una educación de ministerio y teológica en el
Florida Bible College en Hollywood, Florida (Licenciatura); L’Abri
Fellowship en Huemoz, Suiza; Seminario Bíblico en Hatfield,
Pensilvania; y la Universidad Internacional de Columbia en
Columbia, Carolina del Sur (Maestría). En 1992 llegué a ser
Director General de la Asociación de Personal Cristiano de
Aerolíneas (FCAP). Durante más de dos décadas, Paul ha visitado
y trabajado con personas tanto de manera individual como en
lugares de trabajo en América del Norte, Europa, Asia, África y el
Pacífico Sur. Paul y su esposa Claudette sirven como equipo en
FCAP y viven en el área metropolitana de Atlanta, Georgia.
PREPARANDO PERSONAS
PARA SU CENTRO DE TRABAJO

“Dios en el trabajo” busca ayudar a las personas a


comprender cómo su vida espiritual y profesional funciona
como una sola. La fe cristiana le da al trabajo su propósito
más grande, y de las maneras más prácticas. Nuestra
capacitación brinda a las personas la oportunidad de
obtener una perspectiva más amplia de una visión bíblica
del trabajo y ver de qué manera esto se aplica allí. Este
entrenamiento de cuatro sesiones se facilita en los siguientes
escenarios:

EN EL NEGOCIO
Brindamos capacitaciones para empleados, grupos de
empleados y líderes. Estas capacitaciones traen conciencia y
conocimiento del diseño y el propósito que Dios tiene para
el trabajo, al fomentar la consistencia y la calidad en la
forma en que hacemos nuestro trabajo y aportamos valor a
nuestras relaciones en el mismo.

EN LA IGLESIA
Nuestra capacitación proporciona herramientas básicas y
un plan de juego sobre cómo las personas de tu iglesia, que
pasan el 37% de la vida en el trabajo, pueden extender el
ministerio y la misión de la iglesia. Nuestro entrenamiento
completo puede ser presentado en iglesias y retiros.
También ofrecemos un mensaje condensado que se puede
presentar en los servicios de la iglesia.
EN UNIVERSIDADES CRISTIANAS / ESCUELAS
Nuestra capacitación se presenta en el aula para preparar a
las generaciones presentes y futuras de modo que su vida
profesional se ajuste a la perspectiva de Dios de llevar Su
influencia e impacto a las personas en tu centro de trabajo.

REUNIONES ESPECIALIZADAS
Nuestra capacitación puede personalizarse para acomodar
ciertos grupos que tratan asuntos específicos e inquietudes
relacionados con el centro de trabajo. Los problemas de
trabajo y las formas de participación entre los grupos de
empleados se abordarán a través del lente de una
cosmovisión bíblica.

RECURSOS
Nuestro sitio web proporciona artículos, así como una
Reflexión Semanal sobre el centro de trabajo. Al registrarte
los recibirás regularmente. También se publican testimonios
para que reflexiones.

Para obtener información sobre cómo podemos servirte,


visita GodinWork.com o envíanos un correo electrónico a
office@godinwork.com

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