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VIVIENTE Y NO VIVIENTE

¿Qué queremos decir cuando hablamos de <<viviente>>? ¿De qué manera reconocemos si algo
tiene vida o no? Estas preguntas pueden parecer abstractas, pero, en realidad, incluso ahora están
siendo consideradas, no sólo por científicos interesados en el origen de la vida (hace unos 3.000
millones de años), sino también por aquéllos que se interesan por el problema de si existe vida o
no en otros planetas de nuestro sistema solar. Ninguno de estos científicos nos ha proporcionado
alguna manera simple y sencilla de trazar una línea de separación entre lo vivo y lo no vivo. Por el
contrario, han definido las características fundamentales que, tomadas en conjunto, sirven para
identificar a la materia viva y los síntomas por los cuales sabemos que la vida está presente.

La primera característica de los seres vivos es que están organizados según un modelo
estructural y funciona específico, que no se encuentra en ninguna otra parte.

Incluso, los seres vivos más primitivos tenían un tamaño y estructura definida dos,
características que sirven básicamente para poder reconocer los más antiguos microfósiles.

La segunda característica está íntimamente relacionada con la primera: los sistemas vivos
mantienen una composición química totalmente diferente de la del ambiente que los rodea.

GENERACIÓN ESPONTÁNEA

La Teoría de la generación espontánea fue el nombre que recibió la creencia de que ciertas formas
de vida animal y vegetal surgían de manera automática, espontánea, a partir de la materia
orgánica, la materia inorgánica o alguna combinación de ambas.

Esta teoría estuvo vigente por muchos siglos, desde la Antigüedad. Aunque es una hipótesis que
jamás pudo probarse científicamente, muchos creyeron comprobarla mediante la observación
directa.

Aristóteles, el filósofo griego, creía en esta teoría. También fue aceptada y sustentada por
pensadores del siglo XVII y XVIII como Sir Francis Bacon, René Descartes e Isaac Newton, quienes
desconocían el mundo de la microbiología. Aplicaba a las criaturas pequeñas tenidas por plagas o
parásitos, como moscas, piojos, garrapatas e incluso ratones.

La creencia era que si se dejaban en un recipiente los elementos correctos (digamos: ropa interior
sudada y trigo), se encontraría al cabo de cierto tiempo en su lugar algún tipo de animales
(digamos: ratones).

Esta teoría sobre el origen de la vida no contradecía la reproducción convencional, ya que las
criaturas obtenidas por generación espontánea eran tan perfectas e idénticas como las nacidas de
la reproducción sexual.

De este modo, podía sustentarse que, en la carne descompuesta, los excrementos o las mismas
entrañas del ser humano, se daban por generación espontánea diversas formas de vida, en vez de
pensar que de algún modo había éstas llegado hasta allí.
MICROORGANISMOS Y ABIOGENESIS

Se llama abiogénesis a la generación de vida a partir de materia inerte. Se trata de un proceso que
implica el desarrollo de un ser vivo partiendo de un compuesto orgánico simple.

Una rápida mirada a la etimología de este término nos muestra por un lado el prefijo a-, que en
este caso hace referencia a la ausencia de algo, o bien sirve para negar un concepto, más
precisamente de bio, o sea de «vida»; en la última parte de la palabra tenemos el concepto
génesis, que podemos traducir como «principio u origen «. En resumen, es posible deducir que la
abiogénesis nos habla de dos momentos: uno en el cual no hay vida; otro, en el cual ésta ha
surgido de elementos inertes.

La abiogénesis es estudiada por la ciencia para intentar encontrar una explicación a la creación de
vida en el planeta Tierra. Los expertos creen que este proceso se desarrolló entre 4400 millones y
2700 millones de años atrás, aunque no hay certezas científicas.

Estos dos puntos en la línea de tiempo lejos están de ser caprichosos: fue hace aproximadamente
4400 millones de años que, según los investigadores científicos, el vapor de agua encontró por
primera vez las condiciones adecuadas para condensarse; por otro lado, diversas evidencias
apuntan a que los indicios de vida más remotos datan de 2700 millones de años atrás.

Es importante tener en cuenta que la abiogénesis supone la explicación científica de aquello que la
religión menciona como divino o sobrenatural. Dicho de otro modo: la ciencia, con la abiogénesis,
busca el principio natural que derivó en el surgimiento de la vida, mientras que la religión atribuye
la creación a la acción de uno o más dioses.

Ya en la Antigua Grecia había pensadores que, en cierta forma, hablaban de la abiogénesis. Con el
avance del desarrollo científico, comenzaron a hallarse indicios de cómo podría haberse
desarrollado este proceso a través de estudios complejos realizados en rocas, meteoritos y fósiles.

A grandes rasgos, la abiogénesis sostiene que un proceso natural permitió, a partir de moléculas
abióticas, el desarrollo de moléculas orgánicas simples. Estas moléculas, a su vez, derivaron en
protobiontes, especies de protocélulas que permitieron la irrupción de las células procariotas.

AbiogénesisPara alcanzar el punto en el cual sea posible la reconstrucción de el o los eventos que
posibilitaron el surgimiento de la vida en nuestro planeta, los científicos deben apoyarse en
diferentes enfoques, que se basan en estudios de laboratorio y de campo.

En el laboratorio se llevan a cabo ensayos químicos, y también se observan ciertos procesos


astroquímicos (la astroquímica estudia la composición del material difuso y los astros en el espacio
interestelar) y geoquímicos (la geoquímica es el estudio de la dinámica y la composición de los
elementos químicos terrestres) que generen los constituyentes de la vida, según las nociones
actuales de las condiciones del entorno natural que la Tierra presentaba hace tantos miles de
millones de años.
Entre las hipótesis más relevantes de la abiogénesis se encuentra la teoría del mundo de hierro-
azufre. La enunció un químico alemán llamado Günter Wächtershäuser entre los años 1988 y
1992, y propone que la genética fue precedida por una modalidad primitiva de metabolismo, si
entendemos este último término como un ciclo de reacciones capaces de producir energía que
otros procesos puedan aprovechar. Según esta teoría, cada ciclo metabólico produjo compuestos
de complejidad cada vez mayor, y todo esto tuvo lugar en la superficie de algunos minerales.

No se puede dejar de mencionar que algunas teorías sostienen que la abiogénesis tuvo su punto
de partida más allá de la Tierra. En este caso, se aduce que meteoritos que cayeron en nuestro
planeta traían consigo las primeras moléculas orgánicas.

LAS EXPERIENCIAS DE SPALLANZANI

Lazzaro Spallanzani (Scandiano, provincia de Reggio Emilia, Italia, 1729 - Pavía, 1799) fue un
naturalista y sacerdote católico que ejerció como profesor de física y matemática en la
Universidad de Reggio Emilia en 1757, y de lógica, griego y metafísica en Módena.1 Además, fue
director del Museo de historia natural de Pavía, Italia.

Según Paul de Kruif, Lazzaro fue hijo de un abogado quien quería que su hijo siguiera sus pasos. A
pesar de que Spallanzani tenía otros intereses, parecía no tener intenciones de desobedecer a su
padre. Aun así, no abandonó sus trabajos científicos. Según se dice en Cazadores de microbios,
una charla con Vallisnieri permitió que el padre de Lazzaro aceptara mandarlo a la Universidad de
Regio, Italia, para iniciar sus estudios en ciencias.

Fue ahí donde:

“Spallanzani, libre ya del horror del porvenir interminable entre embrollos jurídicos, se lanzó con
ardor a la tarea de recoger los conocimientos más diversos, a poner a prueba toda clase de teorías,
a desacatar todas las autoridades por famosas que fuesen, y frecuentó el trato de todo género de
personas, desde obesos obispos, funcionarios y profesores, hasta actores extranjeros y juglares.”3

Este mismo autor menciona en el capítulo 2, comparándolo con Anton van Leeuwenhoek, que este
último era más cuidadoso en sus experimentos, pero que el primero fue más persistente. Otros
estudios contemporáneos hacen esta misma indicación sobre Spallanzani, y demuestran cómo su
falta de cuidado afectó algunos de sus trabajos y sus conclusiones. [cita requerida]

Gracias a sus investigaciones, le dieron el nombre de "biólogo de biólogos". Según Emilio López
Caballero, fue "el más claro predecesor de Pasteur".4 Era una persona de múltiples intereses
científicos que investigó:

 el origen de la vida;

 la generación espontánea;

 la respiración y otras funciones del ser humano;

 la ecolocalización de los murciélagos.


LA CONTRIBUCIONES DECISIVA DE PASTEUR

Las contribuciones de Pasteur a la ciencia fueron numerosas, y se iniciaron con el descubrimiento


de la isomería óptica (1848) mediante la cristalización del ácido racémico, del cual obtuvo cristales
de dos formas diferentes, en lo que se considera el trabajo que dio origen a la estereoquímica.

Estudió también los procesos de fermentación, tanto alcohólica como butírica y láctica, y
demostró que se deben a la presencia de microorganismos y que la eliminación de éstos anula el
fenómeno (pasteurización). Demostró el llamado efecto Pasteur, según el cual las levaduras tienen
la capacidad de reproducirse en ausencia de oxígeno. Postuló la existencia de los gérmenes y logró
demostrarla, con lo cual rebatió de manera definitiva la antigua teoría de la generación
espontánea.

Tras pasar varios años investigando e impartiendo clases en Dijon y Estrasburgo, en 1854 Pasteur
marchó a la Universidad de Lille, donde fue nombrado catedrático de química y decano de la
facultad de ciencias. Esta facultad se había creado, en parte, como medio para aplicar la ciencia a
los problemas prácticos de las industrias de la región, en especial a la fabricación de bebidas
alcohólicas. Pasteur se dedicó de inmediato a investigar el proceso de la fermentación. Aunque su
convicción de que la levadura desempeñaba algún tipo de papel en este proceso, no era original,
logró demostrar, gracias a sus anteriores trabajos sobre la especificidad química, que la
producción de alcohol en la fermentación se debe, en efecto, a las levaduras y que la indeseable
producción de sustancias (como el ácido láctico o el ácido acético) que agrian el vino se debe a la
presencia de organismos como las bacterias. La acidificación del vino y la cerveza había constituido
un grave problema económico en Francia; Pasteur contribuyó a resolver el problema demostrando
que era posible eliminar las bacterias calentando las soluciones azucaradas iniciales hasta una
temperatura elevada.

Pasteur hizo extensivos estos estudios a otros problemas, como la conservación de la leche, y
propuso una solución similar: calentar la leche a temperatura y presión elevada antes de su
embotellado. Este proceso recibe hoy el nombre de pasteurización.

Pasteur dedicó el resto de su vida a investigar las causas de diversas enfermedades -como la
septicemia, el cólera, la difteria, el cólera de las gallinas, la tuberculosis y la viruela- y su
prevención por medio de la vacunación. Es especialmente conocido por sus investigaciones sobre
la prevención de la rabia, llamada también hidrofobia en la especie humana. Tras experimentar
con la saliva de animales afectados por la enfermedad, Pasteur llegó a la conclusión de que la
enfermedad residía en los centros nerviosos: inyectando un extracto de la médula espinal de un
perro rabioso a animales sanos, éstos mostraban síntomas de rabia. Estudiando los tejidos de
animales infectados, sobre todo de conejos, Pasteur consiguió desarrollar una forma atenuada del
virus que podía emplearse en inoculaciones.

En 1885 llegaron al laboratorio de Pasteur un muchacho y su madre. El joven había sufrido graves
mordeduras de un perro rabioso y su madre le pidió a Pasteur que le tratara con su nuevo
método. Al final del tratamiento, que duraba diez días, el muchacho estaba siendo inoculado con
el virus de la rabia más potente que se conocía; se recuperó y conservó la salud. Desde entonces,
miles de personas se han salvado de la enfermedad gracias a este tratamiento.

Las investigaciones de Pasteur sobre la rabia inspiraron la creación, en 1888, de un instituto


especial para el tratamiento de la enfermedad en París. Este acabó llamándose Instituto Pasteur, y
fue dirigido por el propio Pasteur hasta su muerte. (El Instituto sigue adelante y es uno de los
centros más importantes del mundo para el estudio de enfermedades infecciosas y otros temas
relacionados con los microorganismos, incluyendo la genética molecular). Cuando le llegó la
muerte en St. Cloud el 28 de septiembre de 1895, Pasteur era ya considerado un héroe nacional y
había recibido todo tipo de honores. Se celebró un funeral propio de un jefe de estado en la
catedral de Notre Dame y su cuerpo fue inhumado en una cripta en el instituto que lleva su
nombre.

FORMACIÓN DE LA TIERRA Y SU ATMOSFREA

La historia de la Tierra se refiere al desarrollo del planeta Tierra desde su formación a partir de la
nebulosa protosolar hace unos 4 540 millones de años (Ma) hasta el presente.1 Ese tiempo es
aproximadamente un tercio del total transcurrido desde el Big Bang, el cual se estima que tuvo
lugar hace 13 700 Ma. En ese lapso se han producido una inmensa cantidad de cambios
geológicos, como su diferenciación en capas, la creación de corteza continental, la movilización de
la litosfera por la tectónica de placas, intensos cambios climáticos, además de la aparición de la
vida, su evolución y diversificación e intensos eventos de extinción.

El origen de la Tierra es el mismo que el del sistema solar. Lo que terminaría siendo el sistema
solar inicialmente existió como una extensa mezcla de nubes de gas, rocas y polvo en rotación.
Estaba compuesta por hidrógeno y helio surgidos en el Big Bang, así como por elementos más
pesados producidos por supernovas. Hace unos 4600 millones de años, una estrella cercana se
transformó en supernova y su explosión envió una onda de choque hasta la nebulosa protosolar
incrementando su momento angular. A medida que la nebulosa empezó a incrementar su
rotación, gravedad e inercia, se aplanó conformando un disco protoplanetario (orientado
perpendicularmente al eje de rotación). La mayor parte de la masa se acumuló en su centro y
empezó a calentarse, pero debido a las pequeñas perturbaciones del momento angular y a las
colisiones de los numerosos escombros generados, empezaron a formarse protoplanetas.
Aumentó su velocidad de giro y gravedad, originándose una enorme energía cinética en el centro.
La imposibilidad de transmitir esta energía a cualquier otro proceso hizo que el centro del disco
aumentara su temperatura. Por último, comenzó la fusión nuclear, de hidrógeno a helio, y al final,
después de su contracción, se transformó en una estrella T Tauri: el Sol. La gravedad producida por
la condensación de la materia —que previamente había sido capturada por la gravedad del propio
Sol— hizo que las partículas de polvo y el resto del disco protoplanetario empezaran a
segmentarse en anillos. Los fragmentos más grandes colisionaron con otros, conformando otros
de mayor tamaño que al final formarían los protoplanetas.3 Dentro de este grupo había uno
situado aproximadamente a 150 millones de kilómetros del centro: la Tierra. El viento solar de la
recién formada estrella arrastró la mayoría de las partículas que tenía el disco, condensándolas en
cuerpos mayores.
SINTESIS DE LOS PRIMEROS COMPUESTOS ORGANICOS

Según Oparin y Haldane la atmosfera primitiva de la tierra se constituía por una mezcla de gases,
rica en hidrógeno, pero pobre en oxigeno, y los elementos como el carbono, y oxigeno se
combinaban con el hidrógeno para formar metano, amoniaco y agua. Estos compuestos, fueron
sometidos a la acción de radiaciones ultravioletas, lo cual dio origen a las moléculas orgánicas,
como los azucares y aminoácidos. Este proceso se cree fue realizado en el agua, ya que para ese
momento, el planeta tierra aun no contaba con una la capa de ozono que filtrara todas las
radiaciones cuyo efecto directo sobre los seres vivos eran mortales.

La síntesis de los primeros compuestos orgánicos se dio a partir de las estructuras precelulares.

La evolución de las formas precelulares en biología corresponde a una de las teorías que indican
Cómo se originó la vida en el planeta Tierra, este indica que el crecimiento de las primeras células
se dio a partir del ensamble espontáneo las moléculas simples, a estas moléculas se les denominó
como formas precelulares.

No se conoce mucho acerca de las etapas en las cuales se desarrolló la vida en el planeta tierra
tampoco Cómo fue el desarrollo de las primeras protobiontes o las primeras formas celulares
prehistóricas, como su estructura o la identidad de la misma, esta falta de información ha dejado
un campo libre para establecer distintas hipótesis que normalmente se basan en dos ideas
principales:

La evolución de las formas precelulares corresponde a una teoría que indica que la vida surgió de
forma espontánea en el planeta Tierra.

La evolución de las primeras formas precelulares, se debieron haber desarrollado en lo que se


denomina una sopa o caldo primitivo, en el mar prehistórico donde esté era rico en compuestos
orgánicos desarrollándose las primeras formas acelulares o coacervados que eran moléculas
complejas de ADN y finalmente convirtiéndose en la primera protocelula.

De modo que las formas precelulares con la síntesis de los primeros compuestos orgánicos.

HIPOTESIS ACERCA DEL ORIGEN DE LAS FORMAS PRECELULARES

El estudio de fósiles ha permitido determinar que, hace unos 3,5 millones de años aparecieron las
primeras células descubiertas por el hombre, denominadas procarióticas, son las más pequeñas y
simples. Para explicar el origen de las células, la teoría de la biogénesis sugiera que las primeras
células vivas se autoensamblaron espontáneamente a partir de moléculas simples.

La hipótesis del biólogo y bioquímico Aleksandr Ivánovich Oparín, quién descubrió la presencia de
moléculas coloidales que se alimentaban de materia orgánica en los océanos hace más de 4600
millones de años, señala que estos conjuntos moléculas, denominadas coacervados, serían las
primeras formas precelulares y se formaron gracias a las condiciones de la atmósfera primitiva y al
caldo primitivo de los mares.

LOS ACIDOS NUCLEICOS


Los ácidos nucleicos son grandes polímeros formados por la repetición de monómeros 1
denominados nucleótidos, unidos mediante enlaces fosfodiéster. Se forman largas cadenas;
algunas moléculas de ácidos nucleicos llegan a alcanzar tamaños gigantescos, de millones de
nucleótidos encadenados. Existen dos tipos básicos, el ADN y el ARN.

El descubrimiento de los ácidos nucleicos se debe a Johan Friedrich Miescher que, en el año 1869,
aisló de los núcleos de las células una sustancia ácida a la que llamó nucleína,3 nombre que
posteriormente se cambió a ácido nucleico. Posteriormente, en 1953, James Watson y Francis
Crick descubrieron la estructura del ADN a partir de la Fotografía 51, realizada por Rosalind
Franklin empleando la técnica de difracción de rayos X.

HETEROTROFISMO Y AUTOTROFISMO

Según la naturaleza de los nutrientes y la forma de adquirir la energía, se distinguen dos tipos de
nutrición, autótrofa y heterótrofa. En el autotrofismo se transforman sustancias minerales (sales
disueltas, anhídrido carbónico y agua) en materia orgánica rica en energía, biosíntesis que puede,
realizarse a expensas de la energía de la luz solar (fotosíntesis), o bien a expensas de la energía
química liberada en reacciones exotérmicas de oxidación de compuestos inorgánicos que se
producen en el medio ambiente (quimiosíntesis).

Los organismos fotosintetizadores son las plantas con clorofila, la mayoría de las algas verdeazules
o cianobacterias y de los protistas tipo alga, las bacterias sulfurosas verdes y las bacterias púrpura.

Los quimiosintetizadores son ciertas bacterias principalmente representadas por nitrobacterias,


sulfobacterias y ferrobacterias.

En el heterotrofismo las sustancias nutritivas son materias orgánicas ricas en energía, los principios
inmediatos, ya que los seres heterótrofos son incapaces de tomar energía libre para sintetizar
materia orgánica a partir de materia mineral.

Por tanto, estos organismos viven la expensas de los autótrofos o de otros heterótrofos, y son la
mayoría de las bacterias y de los protozoos, los hongos y todos los animales.

En la naturaleza se dan distintas modalidades de nutrición heterótrofa, así la biofagia es la


nutrición por ingestión y digestión de seres vivos previamente capturados que practican los
animales depredadores y algunos vegetales como las plantas carnívoras; la necrofagia, en cambio,
es la nutrición por ingestión y digestión de organismos muertos (o sus excrementos en la
coprofagia) sin que éstos tengan que sufrir previamente un proceso de descomposición o
fermentación.

La alimentación a base de materia orgánica en descomposición recibe el nombre de aaprofitismo;


los saprobiontes (o saprófitos o descomponedores) desintegran materia orgánica muerta
mediante procesos de fermentación o de putrefacción, obteniendo de este modo productos que
absorben directamente a través de sus membranas.

El parasitismo es ( aquella modalidad nutritiva mediante la cual un organismo obtiene el alimento


a expensas de otro llamado huésped, sea ingiriendo partes de su cuerpo o bien sustancias ya
digeridas por el huésped, mientras en la simbiosis ambos simbiontes sacan beneficios de tipo
nutritivo de la unión.

Los casos en que un animal obtiene algún beneficio conviviendo (fuera o dentro) con otro sin
perjuicio o beneficio de este último se denominan comensalismo; en el mutualismo, en cambio, se
benefician ambas partes, como ocurre en la polinización de las flores por los insectos u otros
animales.

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