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DIARIO DE VIAJE DE CRISTÓBAL COLÓN

Margarita Zamora. “Todas son palabras formales del almirante” Las Casas y el diario de
Colón
El diario se ha inscrito en la tradición literaria americana como texto de fundación, primera
imagen del mundo americano, cifra original de una nueva realidad. Desde mucho antes del viaje
colombino, América ya se había presentido en el imaginario occidental. Pero en el texto
colombino lo imaginario se transforma en realidad histórica, aunque una historia empapada de
los lenguajes del mito, la leyenda, y la maravilla que la había anunciado. Las indias del diario
son las tierras de la fertilidad y la abundancia, prometedoras de grandes riquezas materiales. En
el texto colombino la maravilla no es sino la expresión concreta en la naturaleza del milagro
divino. A la benevolencia y suavidad de los vientos que dice Colón haber encontrado al pasar las
islas Canarias, se une la benevolencia de y mansedumbre del indígena. Del discurso se
desprende un discurso espiritual idealizante que presenta al indio como un ser inocente que solo
espera la llegada de Cristo en boca del europeo para formalizar lo que yace latente en su
naturaleza misma.

Esta visión primigenia de la naturaleza moral y natural de América ha servido de fuente o


impulso para todo discurso americanista posterior.

Desde el siglo XVI cuando desaparecieron el autógrafo original y la copia que mandó a hacer la
reina Isabel, nadie ha visto el texto íntegro del diario a bordo de Colón. Su hijo Fernando se
sirvió de él para escribir La vida del almirante, intercalando citas concretas del diario a lo largo
de su propio texto. Las Casas manejó una copia de la cual hizo un sumario, fuertemente editado
de su propia mano, la cual llamó Libro de la primera navegación, y que luego utilizó en la
primera parte de su Historia de las Indias. El texto colombino pues, a llegado a nuestros días en
pedazos, a través de la biografía de Fernando Colón, de la historia de Las Casas, y del sumario
lascasiano, que es el sumario más completo que tenemos.

El diario de Colón se lee mediatizado por las lecturas de Las Casas y de Fernando. Ambos fueron
lecturas interesadas. Fernando estaba involucrado en pleitos referentes a la sucesión del
almirantazgo. Saqueó el diario para destacar el carácter único y heroico de la empresa colombina
en su biografía. Las Casas se encontraba en plena lucha en defensa de la evangelización pacífica
del indio y la posición ideológica con la cual se había comprometido debe haber interferido con
su edición. Supone una verdadera reescritura del diario de Colón por de Las Casas. Sin embargo,
dado la ausencia del original, ha tomado lugar en el canon como si fuera versión literal del
original.

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